Capítulo 19
Justo antes de que el sol se abriera paso
en el horizonte, Junsu y yo silenciosamente dejamos el apartamento. No hablamos
camino a los dormitorios y yo estaba agradecido por el silencio. Yo no quería
hablar, yo no quería pensar. Sólo quería bloquear las últimas doce horas, mi
cuerpo se sentía pesado y adolorido como si hubiese estado en un accidente de
autos. Cuando entramos a mi habitación, vi que la cama Karam estaba hecha.
— ¿Me prestas tu alisadora de cabello?
—Junsu, estoy bien. Ve a clases.
—No, no estás bien. No quiero dejarte
solo ahora.
—Eso es todo lo que quiero en el momento.
—Vendré a verte después de clases.
Descansa.
Asentí, cerrando la puerta tras de él. La
cama chilló debajo de mi cuando me deje caer sobre ella en un ataque de
rabia... todo el tiempo creí que era importante para Yunho; que él me
necesitaba pero en ese momento, me sentí como el brillante juguete que Changmin
dijo que era. Él quería probarle a Changmin que aún era suyo. Suyo.
—No soy de nadie —dije a una
habitación vacía.
Cuando las palabras se acentuaron. Estaba
abrumado por el dolor que había sentido la noche anterior. No le pertenecía a
nadie.
Nunca me sentí más solo en mi vida.
Ji Yong puso una botella café frente a
mí. Ninguno de nosotros quería celebrar, pero estaba al menos reconfortado por
el hecho de que, según Junsu, Yunho evitaría la fiesta de Citas a toda costa.
Papel rojo y rosado cubrían las botellas vacías que colgaban del techo y
vestidos rojos en distintos estilos desfilaban. Las mesas estaban cubiertas con
pequeños corazones. Ji Yong rodó sus ojos ante la ridícula decoración.
—El Día de San Valentín en una casa de
fraternidad. Romántico —él dijo, viendo a las parejas caminar.
Yoochun y Junsu estaban abajo bailando
desde el momento en que llegamos y Ji Yong y yo protestamos nuestra presencia
haciendo pucheros en la cocina. Me bebí el contenido de la bebida rápidamente,
decidido a borrar los recuerdos de la última fiesta de parejas a la cual
asistí.
Ji Yong abrió otra lata y me entregó
otra, sabiendo de mi desesperación por olvidar.
—Traeré más, —dijo él yendo hacia el
refrigerador.
—El barril es para los invitados, las
botellas para los Sig Tau. —Una chica se burló a mi lado.
Miré al vaso rojo en su mano.
—O tal vez tu novio te dijo eso porque
contaba con una cita barata.
Ella entrecerró sus ojos, se apartó de la
barra y se llevó su vaso a otro lugar.
— ¿Quién era esa? —Preguntó Ji Yong
sentándose con cuatro botellas más.
—Alguna perra de la fraternidad, —dije
mientras la miraba alejarse.
Para el momento en que Junsu y Yoochun se
nos unieron, había seis botellas vacías a mi lado, mis dientes estaban dormidos
y se sentía más fácil sonreír. Estaba más cómodo recostado en mi lugar en la
barra. Yunho no se había presentado. Y yo podía sobrevivir el resto de la
fiesta en paz.
— ¿Ustedes chicos van a bailar o qué? —
Junsu preguntó.
Miré a Ji Yong.
— ¿Vas a bailar conmigo Ji Yong?
— ¿Vas a ser capaz de bailar? —él dijo,
alzando una ceja
—Sólo hay una manera de averiguarlo,
—dije jalándolo al primer piso. Rebotamos y nos sacudimos hasta que un fino
brillo de sudor comenzó a formarse debajo de mi vestido. Justo cuando creí que
mis pulmones explotarían. Una canción lenta salió de los altavoces. Ji Yong
miró incomodo alrededor de nosotros, viendo a las parejas acercarse.
— ¿Vas hacerme bailar esto, cierto? —Él
preguntó.
—Es el Día de San Valentín. Pretende que
soy un chico que te gusta.
Él rió, llevándome a sus brazos.
—Es difícil.
—Como sea.
Ji Yong se encogió de hombros.
Me reí apoyando mi cabeza en su hombro,
el alcohol hizo que mi cuerpo se sintiese pesado y perezoso mientras trataba de
moverme a un ritmo lento.
— ¿Te importa si interrumpo, Ji Yong?
Yunho estaba de pie detrás de nosotros,
medio divertido, medio preparado para mi reacción, la sangre de mis mejillas
inmediatamente estalló en llamas.
Ji Yong me miró, luego a Yunho.
—Seguro.
—Ji Yong —siseé mientras se alejaba. Yunho
me atrajo hacia él e intenté mantener el mayor espacio entre nosotros como
fuese posible—. Pensé que no vendrías.
—No iba a venir, pero sabía que estabas
aquí. Tuve que venir.
Miré alrededor de la habitación, evitando
sus ojos. Cada movimiento que hacía, estaba muy consciente de ellos, los
cambios de presión de sus dedos donde me tocaba, sus pies arrastrándose junto a
los míos, sus brazos moviéndose, rozando mi ropa. Me sentía ridículo
pretendiendo no notarlo. Su ojo estaba sanando, el moretón casi desapareciendo.
Las manchas rojas en su rostro habían desaparecido como si yo las hubiera
imaginado. Toda evidencia de esa horrible noche había desaparecido, dejando
sólo el dolor del recuerdo.
Él miraba cada respiración mía y cuando
la canción estaba a medio terminar, él suspiró.
—Estás hermoso, Boo.
—No.
— ¿No qué? ¿Qué no te diga que eres
hermoso?
—Sólo… no.
—No era mi intención.
Resoplé frustrado.
—Gracias.
—No, tú luces hermoso, eso es verdad.
Estaba hablando de lo que dije en mi habitación. No voy a mentir. Disfruté
alejándote de tu cita con Changmin…
—No era una cita, Yunho. Sólo estábamos
comiendo. Él ahora no me habla, gracias a ti.
—Lo escuché. Lo siento.
—No, no lo haces.
—Tú… tú tienes razón, —dijo él,
tartamudeando cuando vio mi expresión impaciente—. Pero yo… esa no fue la única
razón por la que te llevé a la pelea, te quería allí conmigo. Boo. Tú eres mi
amuleto de la suerte.
—No soy tu nada, —espeté, mirándolo.
Él juntó sus cejas y paró de bailar.
—Tú eres mi todo.
Presioné mis labios, tratando de mantener
mi enojo en la superficie, pero era imposible estar enfadado con él cuando me
miraba de esa forma.
— ¿Tú de verdad no me odias… cierto? —Él
preguntó.
Me alejé de él, poniendo más distancia
entre nosotros.
—A veces desearía hacerlo, haría todo
este infierno más sencillo.
Una sonrisa cuidadosa se esparció por sus
labios en una sutil y fina línea.
— ¿Entonces que te enfada más? ¿Lo que
hice para que quisieras odiarme? ¿O saber que no puedes?
La rabia regresó, pasé a su lado,
corriendo por las escaleras hasta la cocina. Mis ojos comenzaban a brillar,
pero me negué a ser un lio de sollozos en esta fiesta de citas. Ji Yong se puso
de pie al pie de la mesa, y suspiré aliviado cuando me entregó una cerveza.
Por la siguiente hora miré a Yunho
rechazar chicos y beber tragos de whisky en la sala. Cada vez que me miraba, yo
miraba a otro lado. Determinado a pasar la noche sin una escena.
—Ustedes dos se ven miserables, —dijo Yoochun.
—No podrían verse más aburridos así lo
hicieran apropósito, — Junsu murmuró.
—No lo olviden… no queríamos venir — Ji
Yong les recordó.
Junsu hizo su famosa cara y yo tan famoso
por ceder.
—Podrías pretender, Jae. Por mí.
Justo cuando abrí mi boca para decir algo
mordaz, Ji Yong tocó mi brazo.
—Creo que cumplimos con nuestro deber,
¿estás listo para irnos Jae?
Bebí un último trago rápido de mi cerveza
y tomé la mano de Ji Yong. Tan ansioso como estaba para irme, mis piernas se
congelaron cuando la misma canción que Yunho y yo bailamos en mi cumpleaños
flotó por las escaleras. Cogí la botella de Ji Yong y tomé un sorbo, tratando
de bloquear los recuerdos que llegaron con la música.
Sang Yoon se recostó en la barra.
— ¿Quieres bailar?
Le sonreí y negué con la cabeza, él
empezó a decir algo más pero fue interrumpido.
—Baila conmigo, — Yunho estaba parado a
un metro de mí, su mano extendida hacia a mí. Junsu, Yoochun y Ji Yong me
miraban. Esperando por mi respuesta tan ansiosos como Yunho.
—Déjame en paz, Yunho, —dije, cruzando
mis brazos.
—Esta es nuestra canción, Boo.
—No tenemos canción.
—Boo…
—No.
Miré a Sang Yoon y forcé una sonrisa.
—Me encantaría bailar, Sang Yoon.
Las pecas de Sang Yoon se extendieron por
sus mejillas cuando sonrió, haciendo un gesto para que subiera las escaleras.
Yunho se tambaleó, el dolor claramente en
sus ojos.
—Un brindis, —gritó.
Me estremecí, girando justo a tiempo para
verlo subir a una silla, robando una cerveza al Sig Tau más cercano. Miré a Junsu
que observaba a Yunho con una expresión plana.
—A los idiotas, —dijo él haciendo un
gesto hacia Sang Yoon —, y a los chicos que rompen tu corazón. —Él inclinó su
cabeza hacia mí, sus ojos perdieron concentración—. Y al absoluto y horrible horror
de perder a tu mejor amigo porque fuiste lo suficientemente estúpido para
enamorarte de él.
Él bebió su cerveza, terminando lo que
quedaba, y luego botándola en el piso, la habitación estaba en silencio excepto
por la música que tocaban en el piso de abajo y todos miraban a Yunho en
confusión.
Mortificado tomé la mano de Sang Yoon y
lo guie abajo a la pista de baile. Unas cuantas parejas nos siguieron,
observándome de cerca, por lágrimas u otra respuesta ante el brindis de Yunho,
relajé mi rostro negándome a darles lo que querían.
Bailamos algunos pasos tensos y Sang Yoon
suspiró.
—Eso fue… raro.
—Bienvenido a mi vida.
Yunho se abrió camino a través de las
parejas en la pista de baile deteniéndose a mi lado, le tomó un momento
mantenerse de pie.
—Los interrumpo.
—No, no lo harás ¡Jesús! —dije,
negándome a mirarlo.
Después de unos tensos segundos miré
hacia arriba. Viendo los ojos de Yunho perforar los de Sang Yoon.
—Si no te alejas de mi chico, te cortaré
la garganta aquí mismo en la pista de baile.
Sang Yoon parecía confundido, sus ojos
miraban de Yunho a mí.
—Lo siento, Jae. —Dijo, lentamente
alejando sus brazos de mí. Él se retiró hacia las escaleras y yo me quedé allí
humillado.
—Como me siento hacia ti esta noche Yunho….
está muy cerca del odio.
—Baila conmigo, —suplicó balanceándose
para mantener su equilibrio.
La canción terminó y suspiré aliviado.
—Ve y bebe otra botella de whisky, Yunho
—me volví a bailar con el único chico soltero en la pista de baile.
El ritmo era rápido y sonreí a mi nuevo y
sorprendido compañero de baile, tratando de ignorar el hecho de que Yunho
estaba a sólo unos metros detrás de mí. Otro hermano Sig Tau bailo detrás de
mí, agarrando mis caderas. Lo alcancé, jalándolo más cerca. Me recordaba a la
forma en que Yunho y Da Hae había bailado esa noche en el club. He hice mi
mejor intento por recrear la escena que deseé en muchas ocasiones poder
olvidar. Dos pares de manos estaban prácticamente en cada parte de mi cuerpo y
era más fácil ignorar la parte más reservada con esa gran cantidad de alcohol
en mi sistema.
De repente, yo estaba en el aire, Yunho
me tiró encima de su hombro al mismo tiempo empujando a uno de sus hermanos
duro, contra el piso.
— ¡Bájame! —dije, golpeando mis puños
contra su espalda.
—No voy a dejar que te avergüences por mí
—gruñó él, bajando las escaleras de dos en dos.
Cada par de ojos me observaba patear y
gritarle a Yunho por la habitación.
— ¿Tú no crees… —dije mientras luchaba—,
que esto es vergonzoso? ¡Yunho!
— ¡Yoochun! ¿Está Donnie fuera? —Yunho
dijo, esquivando mis piernas.
—Uh… ¿Sí? —Dijo él
— ¡Bájalo! —dijo Junsu, acercándose a
nosotros.
—Junsu —me retorcí—. ¡No te quedes allí!
¡Ayúdame!
Sus labios se alzaron y se echó a reír
una vez.
—Ustedes dos se ven ridículos.
Mis cejas se juntaron ante sus palabras,
sorprendido y enojado a la vez de que él encontrara algo de esta situación
graciosa.
Yunho se dirigió hacia la puerta y lo
miré.
— ¡Muchas gracias, amigo!
El aire frío golpeó las partes desnudas
de mi piel, y protesté más fuerte.
— ¡Bájame, maldición!
Yunho abrió la puerta de auto y me tiró
en el asiento trasero, deslizándose a mi lado.
—Donnie, ¿tú eres el conductor designado
esta noche?
—Sí, —dijo nerviosamente mientras me
observaba luchar.
—Necesito que nos lleves a mi apartamento.
—Yunho… no creo…
La voz de Yunho era controlada pero
amenazante.
—Hazlo, Donnie o te juro que te golpearé
la parte de atrás de tu cabeza con mi puño, lo juro por el amor de Dios.
Donnie se apartó de la acera y me lancé
hacia la manija de la puerta.
—No voy a ir a tu apartamento.
Yunho me agarró de una muñeca y luego la
otra, me acerqué para morder su brazo. Él cerró sus ojos y luego un gruñido
escapó de su mandíbula apretada cuando mis dientes se hundieron en su piel.
—Haz lo mejor que puedas, Boo. Estoy
cansado de tu mierda.
Solté su piel y me sacudí, intentando
liberarme de su agarre.
— ¿Mi mierda? ¡Déjame salir de
este maldito auto!
Él puso mis muñecas cerca de su rostro.
— ¡Te amo, maldición! ¡No irás a ningún
lado hasta que estés sobrio y arreglemos esto!
—Tú eres el único que no ha arreglado
esto, Yunho —dije, él me soltó y yo crucé mis brazos, puse mala cara todo el
camino hacia el apartamento.
Cuando el auto desaceleró para detenerse,
me acerqué.
— ¿Puedes llevarme a casa, Donnie?
Yunho me sacó del auto por el brazo y me
levantó en su hombro de nuevo, cargándome por las escaleras.
—Buenas noches, Donnie.
— ¡Llamaré a tu padre! —Grité.
Yunho se rió en voz alta.
— ¡Y él probablemente me golpeará en el
hombro y me dirá que ya era hora!
Él luchó por abrir la puerta mientras yo
pateaba y movía mis brazos para escapar.
— ¡Detente, Boo, o caeremos por las
escaleras! —Una vez que abrió la puerta, él entró hacia la habitación de Yoochun.
— ¡BÁJAME! —Grité.
—Bien, —dijo, dejándome en la cama de Yoochun
—. Duerme, hablaremos por la mañana.
La habitación estaba oscura; la única luz
una viga que brillaba de la luz del pasillo. Luché por concentrarme a través
oscuridad, cerveza y rabia, y cuando él prendió la luz, iluminó su sonrisa de
autosuficiencia.
Golpeé el colchón con mis puños.
— ¡No puedes decirme que hacer, Yunho! ¡No
te pertenezco!
Un segundo le tomó volverse y encararme,
su expresión se había contorsionado con rabia, él se acercó a grandes zancadas
hacia a mí, poniendo sus manos sobre la cama y acercándose a mi rostro.
— ¡BUENO, YO TE PERTENEZCO! —Las venas de
su cuello sobresalían mientras gritaba, me encontré con su mirada, negándome
siquiera a parpadear. Él miró hacia mis labios, jadeando—. Te pertenezco,
—susurró, su rabia derritiéndose cuando se dio cuenta cuan cerca estábamos.
Antes de que pudiera pensar una razón
para no hacerlo, tomé su rostro, golpeando mis labios contra los suyos. Sin
dudarlo Yunho me levantó con sus brazos. En pocas zancadas me llevó a su
habitación, ambos cayendo sobre su cama.
Tiré su camisa sobre su cabeza, buscando
en la oscuridad a tientas la hebilla de su cinturón. Él lo abrió, rompiéndolo y
tirándolo al suelo. Él me levantó del colchón con una mano, y me quitó la ropa
con la otra. Entonces Yunho me besó, gimiendo sobre mis labios.
Con sólo unos cuantos movimientos, sus
bóxers estaban fuera y él presionó su pecho contra el mío. Agarré su trasero,
pero él se resistió cuando intenté acercarlo a mí.
—Los dos estamos borrachos —dijo él,
respirando rápidamente.
—Por favor. —Presioné mis piernas contra
sus caderas, desesperado por aliviar el ardor entre mis muslos. Yunho estaba
empeñado en que volviéramos, y no tenía intención de resistir lo inevitable,
así que estaba más que listo para pasar la noche entre sus sábanas.
—Esto no está bien, —dijo él
Él estaba justo encima de mí, presionando
su frente contra la mía, tenía la esperanza de que fueran una media protesta y
que podía de alguna forma persuadirlo de que él estaba equivocado. La forma en
que no podíamos mantenernos alejados uno del otro, era inexplicable. Pero no
necesitaba más una explicación. No necesitaba ni siquiera una excusa, en este
momento sólo lo necesitaba a él.
—Te quiero.
—Necesito que lo digas, —dijo él
Mi interior gritaba por él, y no podía
soportarlo un segundo más.
—Diré lo que quieras que diga.
—Entonces di que me perteneces, di que me
tomas de vuelta, no haré esto a menos que estemos juntos.
—Nunca hemos estado separados, ¿cierto?
—Pregunté. Esperando que fuera suficiente.
Él negó con su cabeza, sus labios rozando
los míos.
—Necesito escuchar que lo digas. Necesito
saber que eres mío.
—He sido tuyo desde el segundo en que nos
conocimos.
Mi voz tomó un tono de ruego, en otro
momento sería vergonzoso, pero estaba más allá del arrepentimiento. Había
luchado contra mis sentimientos, guardados, embotellados. Había experimentado
momentos de felicidad, todos ellos con Yunho, luchando, riéndome, amando o
llorando, era con Yunho donde quería estar.
Uno de los lados de su boca se estiró
cuando tocó mi rostro y entonces sus labios tocaron los míos, en un beso
tierno. Cuando lo jalé hacia a mí, él no se resistió. Sus músculos se tensaron,
y sostuvo la respiración mientras se deslizaba dentro de mí.
—Dilo de nuevo, —dijo él.
—Soy tuyo, —suspiré. Cada nervio, fuera y
dentro quemaba por más—. No quiero nunca más estar separado de ti.
—Prométemelo, —dijo él, gimiendo con otro
empuje.
—Te amo. Te amaré por siempre. —Las
palabras fueron más un suspiro, pero miré sus ojos cuando las dije, pude ver la
incertidumbre desvanecerse de sus ojos e incluso pude ver con la poca luz su
rostro iluminarse.
Finalmente satisfecho, selló su boca
sobre la mía.
Yunho me despertó con besos, mi cabeza
estaba pesada y nublada por las bebidas de la noche anterior, pero la hora
antes de dormir corrió en mi mente a vivido detalle, suaves labios bañaban mi
mano, brazo y cuello. Y cuando alcanzaron mis labios, sonreí.
—Buenos días —dije contra su boca.
Él no habló, sus labios continuaron
trabajando contra los míos. Entonces sus brazos me envolvieron y luego enterró
su rostro en mi cuello.
—Estás callado esta mañana, —dije
corriendo mis manos sobre su espalda desnuda. Y luego las dejé continuar hasta
su trasero, y enrollé mis piernas en su cadera, besándolo en la mejilla.
Él negó con su cabeza.
—Sólo quiero estar así, —susurró.
Fruncí el seño.
— ¿Me perdí de algo?
—No quería despertarte, ¿Por qué no
vuelves a dormir?
Me recosté contra la almohada, jalando su
barbilla. Sus ojos inyectados con sangre y la piel alrededor de ellos llenos de
ojeras.
— ¿Qué diablos está mal contigo?
—pregunté, alarmado.
Él tomó mi mano y la besó, presionando su
rostro contra mi cuello.
—Sólo vuelve a dormir, Boo, por favor.
— ¿Algo paso? ¿Es Junsu? —Con la última
pregunta, incluso viendo el miedo en mis ojos, su expresión no cambio. Él
simplemente suspiró, y se sentó conmigo, mirando mis manos.
—No… Junsu está bien, ellos llegaron
alrededor de las cuatro de la mañana. Aún siguen durmiendo, es temprano, sólo
vayamos a dormir.
Sintiendo mi corazón latir contra mi
pecho, sabía que no tenía ninguna oportunidad para volver a dormir, Yunho puso
sus dos manos en cada lado de mi rostro y me besó, su boca se movía diferente,
como si me besara por última vez. Él me acostó en la almohada, me besó una vez
más y descansó su cabeza en mi pecho, envolviendo sus dos manos alrededor mío
fuertemente.
Cada posible razón por el comportamiento
de Yunho apareció en mi cabeza como canales de televisión, lo abracé hacia a
mí, con miedo a preguntar.
— ¿Has dormido?
—Yo… no podía, no quería… —su voz se
apagó.
Besé su frente.
—Lo que sea que pase, lo superaremos
juntos. ¿Por qué no duermes? Veremos qué hacer cuando despiertes.
Alzó su cabeza y escaneó mi rostro, vi
tanto la desconfianza como la esperanza en sus ojos.
— ¿Qué quieres decir con: veremos qué
hacer?
Junte mis cejas, confundido, no podría
saber que había pasado mientras yo dormía que podría causarle tanta angustia.
—No sé qué está pasando, pero estoy aquí.
—Estás aquí ¿Cómo en te estás quedando?
¿Conmigo?
Sabía que mi expresión debía ser
ridícula, pero mi cabeza giraba por ambos, el alcohol y la pregunta bizarra de Yunho.
—Sí. ¿Pensé que habíamos hablado anoche
de eso?
—Lo hicimos, —él asintió animándome.
Busqué la habitación con mis ojos,
pensando, sus paredes ya no estaban vacías como la primera vez que lo conocí,
ahora tenían baratijas en las paredes de los lugares en los cuales la habían
pasado juntos, y la pared blanca era interrumpida por marcos negros de fotos
mías, nuestras, de Taepoong, y nuestro grupo de amigos, un marco más grande de
los dos en mi cumpleaños sustituía el sombrero que había colgado en un clavo
encima de su cabecera.
Entrecerré mis ojos.
— ¿Pensaste que despertaría enfadado
contigo cierto? ¿Pensaste que me iría?
Él se encogió de hombros, haciendo un
pobre intento de indiferencia que solía salirle tan bien.
—Eso es por lo que eres famoso.
— ¿Es por eso que estas tan enfadado?
¿Estabas preocupado por lo que pasaría cuando despertara?
Él se acomodó, como si sus siguientes
palabras fueran difíciles.
—No quería que anoche pasara de esa
forma, estaba un poco borracho, te seguí en la fiesta como un maldito acosador
y luego te traje aquí en contra de tu voluntad… y luego nosotros… —Él negó con
su cabeza, claramente disgustado con las imágenes que corrían por su mente.
— ¿Tuvimos el mejor sexo de mi vida?
—Sonreí apretando su mano.
Yunho se rió una vez, la tención
alrededor de sus ojos desvaneciéndose lentamente.
— ¿Entonces, estamos bien?
Lo besé tocando los lados de su rostro
con ternura.
—Sí, tontito. ¿Lo prometí no? Te dije
todo lo que querías escuchar, estamos juntos y ¿aún no estás feliz?
Su rostro se comprimió en una sonrisa.
—Bebé, basta, te amo, —dije, suavizando
las líneas de sus ojos—, este absurdo enfrentamiento pudo haber terminado en el
Día De Acción de Gracias pero…
—Espera… ¿Qué? —Dijo él acercándose.
—Estaba completamente preparado para
rendirme en Acción de Gracias, pero tú dijiste que habías terminado de hacerme
feliz, y yo era muy orgulloso para decirte que te quería devuelta.
— ¡¿Estás bromeando!? ¡Estaba intentando
hacerlo fácil para ti! ¿Sabes cuan miserable he sido?
Fruncí el seño.
—Parecías bien después de las vacaciones.
—Eso era por ti, tenía miedo de perderte
si no pretendía estar bien con lo de ser amigos. ¿Pude estar contigo todo este
tiempo? ¡¿Qué diablos, Boo?!
—Yo… yo. —No podía discutir, nos hice
sufrir a los dos, no tenía excusa—. Lo siento.
— ¿Lo sientes? Casi bebí hasta la muerte,
casi no podía salir de la cama, destrui mi teléfono en millones de piezas en la
víspera de Año Nuevo para evitar llamarte y me dices que… ¿Lo sientes?
Mordí mi labio y asentí, avergonzado, no
tenía ni idea por lo que había pasado y escucharlo decir las palabras causaba
un agudo dolor en mi pecho.
—Lo siento… mucho, mucho.
—Estás perdonado, —dijo con una sonrisa—.
No lo vuelvas a hacerlo nunca.
—No lo haré, lo prometo.
Él sonrió y negó con la
cabeza.
—Te amo, maldita sea.
que bueno que ya esta solucionado sus problemas y vuelven a estar juntos de nuevo
ResponderEliminaraun que pasaron momentos tristes y amargos por no aclarar todo por fin por fin están de nuevo juntos y amándose con todo
aun que pase un susto pensando que yunho se alejaría de nuevo de jae pero no esa angustia por creer que jae se alejaría como lo hizo en el pasado
aww bue le demostro quien es el q manda xD
ResponderEliminaralfin estan juntos ojala y sigan asi apesar de todo
se aman :3 asdada gracias x la actu!!
espero el sig con ansias ^^
Que relacion tan rara. XD
ResponderEliminarMe encanta su relación aunque sea extremadamente destructiva :C
ResponderEliminarGracias por el capitulo ! y que bueno que el YJ ya volvió <3
es un amor autodestructivo en serio.... pero se aman.
ResponderEliminarwow por fin estan juntos de nuevo :)
ResponderEliminarDe seguo pronto la vulven a malograr por seguir comportandose como babos ... espero que permanezcan jutnos de ahora en adelante...
Me encanto la forma tan "delicada" que Yunho saco a Jae de la fiesta y le mostro quienes él jajajajaja aunque Jae se haya quejado en un principio bien que le gusto :)
Bueno ahora solo queda esperar con muchas ganas la proxima actualizacion :) gracias por compartir el fic.
kyaaaaa Al fin!!! Al fin lo arreglaron muy a su manera xD Yunho no puede ser el mismo si no deja bien claro en frente de todo el mundo que Jae le pertenece, y aunque Jae hizo una pataleta, le encanto al final! No pueden vivir sin el otro, se aman demasiado... Ojala, por lo menos por un tiempo, ninguno meta la pata... Aunque eso va a estar dificil xD
ResponderEliminarMe encanto el cap *O*
owww que bueno n,n que ya esten juntitos espero que todo vaya bien
ResponderEliminarme encanto el capi !
bye
Que amor tan masoquista, pero no pueden estar separados por más que peleen, que bueno al fin parece han aclarado todas las desavenencias que tenían, ya era justo.
ResponderEliminarTambién que bien que Junsu ya no tomo partido y no peleo con Yoochun por Yunho.
Gracias
Al fin hubo reeconciliación... Esta dicho que esos dos no pueden estar separados, su amor es raro, pero único. Todo lo que se hubieran ahorado si Jae hubiera hablado con Yun en su casa.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Jajajaja se reconciliaron pero fue tan gracioso cuando yunho se entera q jae lo hubiese perdonado en accion de gracias evitandole este sufrimiento q paso este tiempo.pero lo pasado pasado . Ame el Cap ^^
ResponderEliminar