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Nada mas que una noche: Capitulo 5

Capítulo 5


PASÓ una semana en la que Jaejoong se acostumbró a su nuevo metodología de trabajo y Yunho viajó para atender a un cliente exigente. Él se daba cuenta de que, desde que había conocido al misterioso diseñador, prefería pasar el rato con los pelinegros, de ser posible parecidos a él, aunque ninguno pudiera competir con el falso Yoon Changshik. Necesitaba asegurarse una noche con ese hombre, apagar la sed que lo consumía y lo hacía sentir un estúpido por no haber podido abordarlo mientras le compraba el traje.

Bajo el rojo Sangre de la Luna: Capitulo 1

Capítulo 1

Corea, enero de 1871
Casi doscientos años después…
Novios hasta donde alcanzaba la vista. Hombres rubios, castaños, morenos, pelirrojos… ¿aquel tenía el pelo verde? Jaejoong estaba rodeado por miles de manos enfundadas en guantes blancos que empuñaban docenas de flores multicolores, todas pertenecientes a rostros sonrientes.
— ¡Cásate conmigo! —gritó uno. Era viejo, muy viejo, pensó Jaejoong; le recordaba vagamente un dibujo que había visto del filósofo Platón.
— ¡No! ¡Cásate conmigo! —canturrearon otros.
¿Canturrearon? ¡Sí, prácticamente estaban cantando! ¡Ay, Señor! Tenía que ser un sueño. Una auténtica pesadilla…

Bajo el rojo sangre de la Luna: Prologo

Los hombres le temían,
los vampiros le reverenciaban…
él le volvió loco.


Prólogo


El historiador se rascó la cabeza con la punta de la pluma antes de introducirla en el tintero. En el sótano del monasterio no había mucha luz, pero eso no era molestia para sus ojos de vampiro.

Nada mas que una noche: Capítulo 4

Capítulo 4

—¡ANÍMATE! —exigió Junsu a Jaejoong. Gritaba por el fuerte sonido de la música—. ¡Cambia la cara! Esta noche… ¡estamos de festejo! —agregó con entusiasmo mientras sacudía a su amigo.
Ambos se hallaban sentados en los sofás de una discoteca. Tras el divertido comentario de Junsu, Jaejoong apenas sonrió, sin tiempo para pensar una respuesta porque su amigo lo tomó de la mano y lo puso de pie de un salto. Estaba dispuesto a obligarlo a bailar hasta olvidar todos los problemas de aquella semana difícil.
En ese momento, unos jóvenes se interpusieron entre los dos amigos y comenzaron a bailar uno con uno, el otro con el otro.
—¿Cómo te llamas? —preguntó el que había tocado en suerte a Jaejoong.
—Si te pidiera que adivinaras, no acertarías —bromeó él en respuesta.
—Entonces no me lo pidas —replicó él. Conservaba una mirada risueña. Jaejoong se inclinó hacia el chico y este agachó la cabeza para poder oírlo.
—¿Escuchaste alguna vez hablar de Eneas?
—No —negó él, con la palabra y también con la cabeza.
—Bueno, yo soy su esposo: Jaejoong.
El chico se echó hacia atrás. Alzaba ambas cejas.
—¿Eres casado? —indagó, sorprendido. Él soltó una carcajada ante la desilusión que experimentaba el bailarín.

Bajo el rojo sangre de la luna


Bajo el rojo sangre de la luna

Autor: Adaptación de la novela Bajo el rojo sangre de la luna (Under  the Blood Red Moon), de la escritora Mina Hepsen

Pareja: YunJae

Reseña: Condenado al don de captar los pensamientos ajenos, el hermoso Kim Jaejoong se siente más a gusto escondido en la biblioteca de la finca rural de su padre que en compañía de sus admiradores. Pero los deberes familiares exigen que asista a una fiesta fastuosa, donde se mezcla la flor y nata de la sociedad coreana, con la esperanza de encontrar un marido adecuado.

Nada mas que una noche: Capitulo 3


Capítulo 3

Jaejoong abrió la puerta de su local. Era pequeño, pero daba a la calle y estaba ubicado en el centro. Nada había servido para que le fuera bien.
En cuanto entró, encendió las luces y abrió las cortinas.Respiró por última vez el aire matinal de Ensueños y hasta le pareció que podía echarse a llorar por la despedida. Si no ocurría un milagro —que jamás le acontecían a él —, esa sería la última mañana que abriría su boutique.

Nada mas que una noche: Capitulo 2

Capítulo 2


En el ambiente reinaban el color, el ruido y el glamour. Un bullicio constante profería a las luces policromadas el aire inconfundible de un casino.

Las mujeres lucían los más exóticos y variados vestidos, mientras que los hombres preferían el esmoquin negro. Las máquinas conferían una música de fondo que apagaba por momentos los murmullos de los jugadores y de los curiosos. En ningún otro lugar podían escucharse esos sonidos ni producían la misma emoción, la misma energía que transmitía la excitación del juego, de las apuestas y de la probabilidad.

Apostar era comparable a veces con hacer el amor. Vivificaba el cuerpo y ordenaba a la adrenalina que aumentara el ritmo cardíaco. La tensión arterial crecía en función del sentimiento de expectativa, hasta que todo estallaba o se apagaba en un instante: el momento en que la máquina tragamonedas acusaba sus símbolos graciosos, el croupier cantaba el número de la ruleta o acababa la partida de cartas. El instante en que la vida se resumía a haber ganado o perdido una apuesta. Solo una, la elegida, la mejor.

Pasando las mesas de Black Jack y de Póquer tradicional, una habitación vidriada escondía el pequeño y exclusivo sector de los grandes apostadores. Cinco hombres y un experto repartidor en el lugar de la casa dependían de su suerte. La mayoría de los jugadores eran  de edad madura y conservaban sus trajes alineados, mientras que los dos más jóvenes de la mesa ya habían dejado de lado el saco y la corbata de moño.

El puente: Parte 2.

El puente: Parte 2.


Podrían tener una mejor visión del Shot si escuchan a Belanova con el tema CADA QUE mientras leen

Con la tristeza golpeado su cuerpo, camino al puente, Jae lo esperaba con ese semblante de que nada lo corrompía, odiaba que el no sintiera nada, odiaba que el único que sufriera en esta clase de amistad o amor solo fuera el, deseaba ver el dolor de Jae en su rostro por no poder estar con el, no importaba lo egoísta que sonara.

-¿Por qué no me lo dijiste? Sabes que me hubiera sido más fácil comprender que la persona que amo estaba con alguien mas así podría luchar, podría… ¡dios! Ni siquiera ahora puedo comprender lo que pasa, el que no pueda tocarte me duele mucho Jae – cubrió su rostro con ambas manos conteniendo el llanto.

Thief: Capítulo 16

Capítulo 16 Presente   Dejo a Jaejoong en su oficina. En el camino hacia allí, apenas me dice dos palabras. Después de lo que acababa ...