Capítulo 18
— ¿Jaejoong? — repitió la señora, mirando entre él y yo —. ¿Tu
hijo, Jaejoong? — preguntó, con una sonrisa tirando de sus labios. Mi padre
asintió con la cabeza, si separar sus ojos de los míos. Me sentí como un venado
atrapado en los faros de un coche que se aproxima y lo único que puede hacer es
prepararse para el impacto.
—Bueno, es grandioso al fin conocerte. He oído a Oh Sung y Yoochun
hablar tanto de ti que ya siento como si te conociera — dijo la señora,
sonriéndome con gusto. Traté de devolverle la sonrisa y fingir que todo estaba
bien, que no estaba a punto de desmayarme en cualquier segundo, que no estaba a
unos cinco segundos de tumbar la casa a gritos.