Capítulo 30
YUNHO dejó a Jaejoong
sobre la cama. Aunque quería llamar al médico por teléfono para que revisara su
pie herido, no pudo apartarse de su lado. Jaejoong temblaba de emoción cada vez
que Yunho lo miraba, porque lo observaba con tanta intensidad que lo hacía
sentirse grande y pequeño a la vez, le hacía temblar el alma.
—Perdón —se
disculpó tocando el bello traje claro de Yunho —. Lo ensucié.
—No tiene importancia
— aseguró—. Con una esposo diseñador poco me importa perder un traje — Jaejoong
sonrió. Yunho, en cambio, se puso muy serio—. Sé que la primera vez que te dije
que te invitaría a nuestra boda no me creíste. Espero lo hagas ahora. No quise
ser prescriptivo y sé que no te gusta hacer las cosas a las corridas, pero ya sabes…
no puedo con mi genio. Quizás no pueda cambiar eso y espero me perdones si no
puedo.
Jaejoong se dio
cuenta de que Yunho estaba a punto de decir algo importante.
—Yo no quiero
que cambies —le recordó—. Te amo así como eres.
Yunho sonrió,
la intriga mataba a Jaejoong, pero Jaejoong se mantuvo en silencio, con los
ojos muy abiertos, tratando de respirar.
—Era una
sorpresa, pero la estoy arruinando —se lamentó Yunho cabizbajo—. Pensaba
preguntar primero. No ahora, sino en un mes, más o menos, habiendo preparado algo
que no te haga dudar de la respuesta.
Jaejoong tragó
con fuerza. Se había olvidado el vocabulario.
—Yo nunca
podría dudar de esa respuesta —comentó como al pasar.
— ¡Agh! — rugió
Yunho —. ¿Pero por qué soy tan estúpido?
—No eres
estúpido —repuso Jaejoong acariciándole la cara. Yunho volvió a mirarlo.
—Había pensado
en llevarte a una mañana de campo, a un lugar donde estuviéramos solos —contó
con ensoñación —. Iba a escribir con flores que te amo, e iba a hacer que un
avión a chorro imprimiera mi pregunta en el cielo.
Jaejoong tembló.
Sí, Yunho hablaba en serio. Era capaz de hacer eso y mucho más. Se humedeció
los labios resecos, se estrujó una mano con la otra. Yunho frunció el ceño.
—Todos clichés,
¿no? —interrogó—. Debí haber pensado algo mejor, más original. Algo digno de ti.
—Es perfecto
—replicó Jaejoong con voz ahogada—. Así, tal como lo estás haciendo ahora
—sonrió emocionado. Yunho le devolvió la sonrisa.
—Ya nos reservé
el turno para dentro de seis semanas —anunció él viendo el acolchado blanco
bajo sus manos—. Si también quieres que lo hagamos por iglesia, dejo que tomes tú
la decisión. A mí me basta con el símbolo.
Jaejoong frunció
el ceño y suspiró. El cuerpo se le llenó de cosquillas.
—Yunho…
—balbuceó.
—Ah, sí, la
pregunta —reaccionó Yunho —. Es que todavía no había pensado algo lindo para
hacerla, y si la hago ahora solo voy a decir lo primero que me venga a la mente.
¿No importa?
Jaejoong no
había murmurado su nombre para oír la pregunta, ¿qué podía importarle la
estúpida pregunta, si él ya se lo estaba diciendo todo con sus palabras?, sino porque
se le escapaba por el amor que lo invadía. Igual escuchó en silencio cuando los
ojos de Yunho volvieron a abrumarlo.
—Jaejoong…
—comenzó él—. Quiero cambiar de departamento —el discurso parecía toda una
incoherencia, pero tenía su lógica. Jaejoong la descubrió cuando Yunho siguió
hablando—. Pero no quiero hacerlo solo, quiero que lo elijamos y lo decoremos
juntos. Quiero que juntos elijamos muchas cosas. Y que cuando compremos otro coche,
me ayudes a lavarlo. Así como estás ahora, con una remera blanca puesta, toda
mojada, pegada a tu piel mientras yo me muero por mandar el auto a la mierda y hacerte
el amor entre el barro. ¡Oh, sí, eso me gustaría! — Jaejoong no pudo evitar
reír con los ojos llenos de lágrimas —. Que un perro corra entre tus piernas y tú
le salpiques la cara —sonrió él con ensoñación y se estableció sobre Jaejoong.
Las piernas de Jaejoong quedaron entre las de Yunho, que estaban abiertas—. Ese
día haremos nuestro primer niño. No vuelvas a llorar —pidió al ver que Jaejoong
lagrimeaba—. No llores, si no estoy diciendo más que incoherencias.
—No quiero que
calcules nada —le dijo Jaejoong —. Sigue. Sigue hablando con lo primero que te
salga.
Yunho sonrió.
Asintió y siguió diciendo todo lo que se le cruzaba por la mente.
—Quiero darte
todo, que nunca te falte nada, mucho menos amor y sueños. Quiero que tengamos
hijos que se parezcan a los dos, y que la gente nos pregunte siempre «para cuándo el hermanito» — Jaejoong
rió embelesado —. Quiero llegar a viejo y despertar viéndote yacer a mi lado mientras
piense: «Jaejoong, mi esposo de nombre
extraño… ¡cuánto lo amo!».
Jaejoong entreabrió
los labios para poder respirar. ¡Con que Yunho lo había escuchado! Yunho sabía
que él lo había visitado en el sanatorio. Eso lo hizo llorar.
—Oh, Yunho…
—murmuró.
—Te necesito, Jaejoong.
Te amo y no quiero que tus hados te separen de mí nunca, por eso tengo que mantenerte
muy cerca —continuó Yunho. Jaejoong rió—. ¿Quieres tener a mis hijos, el
diseñador de todos mis trajes, la víctima de mis abrazos, la tumba junto a mi
tumba? Jaejoong… ¿quieres ser mi esposo?
— ¡Con todo mi
corazón! —respondió Jaejoong sin reparos, sin más que sentimientos que dejó
entrever en su mirada y en el abrazo que dio a Yunho ni bien terminó de hablar.
La habitación
se iluminó con la luz que solo la sonrisa de Jaejoong y su felicidad podían
otorgar, y Yunho resplandeció entre esas emociones.
Después de
revisar el pie de Jaejoong, el médico le sugirió que se diera un baño — ¡como
si Jaejoong no se hubiera dado cuenta de que necesitaba uno!—, se colocara
hielo e hiciera reposo por unas horas para bajar la hinchazón que se había
apoderado del tobillo. Le dejó unos analgésicos y se fue.
Yunho no le
permitió levantarse de la cama hasta que tuvo la bañera lista y aun así lo
llevó en sus brazos hasta el baño.
— ¿Tienes
hambre? —le preguntó. Había tantas cuestiones urgentes que atender respecto de Jaejoong
que no sabía por cuál comenzar primero.
—Sí —respondió Jaejoong
con sinceridad. Yunho ya lo dejaba sobre la tapa del retrete para que se
quitara la ropa —. Estos tres días hice todo tan rápido que hasta parecía un clon
tuyo —bromeó. Yunho rió.
—Mientras te
desvistes y te metes en la bañera, yo voy a pedir algo rico para comer
—anunció—. ¿Te parece bien que pida que lo traigan en media hora?
—Sí, está bien.
Aun estando
separados, Yunho y Jaejoong tenían los mismos pensamientos. Todo era nuevo y
excitante para ellos, pero no dejaba de resultar extraño. Esos eran los primeros
pasos que daban en una vida juntos, a partir de entonces descubrirían más
aspectos del otro, más secretos. Podrían ser ellos mismos.
Cuando Yunho regresó
al baño, lo hizo descalzo y sin camisa. Jaejoong se sintió un poco avergonzado
porque estaba desnudo en la bañera y Yunho era tan lindo que se puso colorado.
Se sentía como la primera vez que lo había visto. Rió cubriéndose el pecho con
un brazo mientras encogía las piernas. A Yunho le pareció un acto tan inocente
y Jaejoong tan maravilloso que acabó en el agua antes de lo esperado, sin
pantalón y también sin calzoncillos.
Sobre Jaejoong,
sonrió, lo besó lentamente en la boca y murmuró:
—Por suerte se
me ocurrió decirles que trajeran la comida en una hora.
Jaejoong rió.
Recibió las caricias de los labios de Yunho sobre los suyos, lo rodeo con los
brazos y después se quedó quieto.
—Prometeme que
esto es real —pidió, serio y temeroso —. Prométeme que…
—Que este es un
sueño del que nunca vamos a despertar —lo interrumpió Yunho, leyendo sus
pensamientos, esclavo de la misma preocupación—. Te lo prometo. Ahora tú
prometeme que nunca me faltarás.
Jaejoong se
apretó contra Yunho viéndolo a los ojos. Podía sentir su deseo pugnando por
unirse a su cuerpo y no se atrevió a retroceder. Lo necesitaba tanto como Yunho
a él.
—Te lo prometo
—dijo con un nudo en la garganta, el mismo que se desarmó cuando Yunho entró en
él, cerró los ojos y dejó caer una lágrima. Jaejoong la secó con el dedo.
Primera
embestida dentro de su cuerpo.
—Yo nunca te voy
a faltar —le dijo Jaejoong, también con los ojos húmedos—. Porque te amo.
Segunda
embestida dentro de su cuerpo.
—Perdóname, Jaejoong.
Yo sé que te hice mucho daño.
Tercera
embestida dentro de su cuerpo.
—Yo sé que eres
una persona compleja, pero tienes que saber que también eres maravilloso —
Jaejoong tomó el rostro entre las manos y lo obligó a mirarlo—. ¿Me entendiste?
Tienes que valorarte porque eres hermoso, no me alcanzarían los adjetivos para
describirte, cualquiera se quedaría corto, y te amo. Con todos esos contrastes,
eres la persona más fascinante que jamás haya conocido.
Cuarta…
—Estoy roto,
loco, destruido. Pero tú… — Yunho lo miraba como a nadie más en el mundo, y con
los ojos todavía húmedos sonrió—. Tú eres mi salvación. Contigo soy feliz y sé
que no es algo pasajero. Por fin me siento yo mismo de nuevo y no sé si sea
capaz, pero todo lo que quiero es hacerte sentir tan completo como me siento yo
estando contigo.
Quinta…
—Si tú me amas,
si los dos nos amamos como somos, no hay dificultades que valgan. Yo también
soy feliz al lado tuyo. Tú eres mi felicidad.
Sexta.
—Te amo
—susurró Yunho.
—Te amo
—replicó Jaejoong.
—Jaejoong…
Hermoso… —siguió diciendo Yunho. Alzó una mano, le sujetó la cara para mirarlo
a los ojos y tembló —. Te voy a hacer el amor.
El anuncio lo
hizo estremecer. Sabía la diferencia abismal que existía para Yunho entre tener
sexo y hacer el amor, y supo que en ese acto él le entregaría su alma. Y
Jaejoong estaba dispuesto a darle también la suya, como siempre había deseado
hacer.
Lo primero que
hizo Yunho fue salir de su interior y deslizarse hacia el otro lado de la
bañera. Al parecer su concepto de hacer el amor iba mucho más allá de una penetración
porque estiró una pierna y le impidió a Jaejoong moverse para ir hacia él. Se
respaldó en la pared de loza, Jaejoong hizo lo mismo, y pronto comprendió que
lo que experimentarían estaba más allá de la razón.
En principio,
la mirada. Yunho le enterró sus ojos castaños en los suyos e inspiró profundo.
Se parecía a la primera vez que habían tenido sexo, pero ahora lo observaba con
mucha más intensidad. Ya no admiraba su cuerpo desnudo, sino su interior, y tan
insistente era en lo que hacía que a Jaejoong se le agitó la respiración y le pareció
que Yunho se le internaba dentro como él se introducía en él.
Yunho entrecerró
los ojos, preso del deseo, pero no dejó de mirarlo. Tragó con fuerza y se
tensionó. Los dos iban respirando cada vez con mayor agitación. Sentían el
deseo latir en sus entrañas y se preguntaban hasta cuándo podrían aguantar, si
convenía ponerle fin.
Yunho no quiso
hacerlo. Encogió una pierna y luego volvió a deslizarla por el fondo de la
bañera hasta dar con los pliegues de la entrada de Jaejoong, donde un pie
comenzó a investigar la zona hasta hacerlo gemir. Jaejoong cerró los ojos y echó
la cabeza atrás, pero como Yunho continuaba mirándolo, no quiso romper con ese
otro medio de excitación que tanto bien le hacía y se enderezó enseguida.
El dedo gordo
se inmiscuyó por su cavidad un momento, luego salió y dibujó círculos alrededor
de su entrada. Jaejoong tembló de ansiedad y cerró los ojos un momento, pero
los abrió de nuevo para no acabar con el contacto visual. Se humedeció los
labios, se mordió el inferior. En el silencio solo se escuchaba el sonido de su
respiración y la de su amante, que gozaba con solo verlo a él en estado de
éxtasis.
El secreto
radicaba no solo en lo físico, sino en el juego mental. La mirada de Yunho era
tan intensa, se hacía evidente que él disfrutaba tanto de verlo al borde del abismo,
que Jaejoong se lo imaginaba sobre él, dentro de él, besándolo compulsivamente,
y eso lo desató. Se olvidó de mirar y echó la cabeza atrás con los ojos
cerrados. Apretó los labios, fue preso de las sensaciones, latigazos que le
surcaban el cuerpo, y se llevó una mano al pezón. Estimularse y ser estimulado
le arrebató un grito de placer que sucumbió ante el poder del orgasmo.
No tuvo tiempo
de reaccionar. Aun antes de traer la cabeza hacia adelante Yunho lo cubrió con
su cuerpo y le abrió más las piernas. Jaejoong pudo sentir el miembro erguido
rozándole la intimidad, pero él no se impulsó dentro de Jaejoong. Sonrió.
—Ahora me vas a
hacer el amor —anunció Yunho con voz gutural, esforzándose por no sonar tan
agitado como se encontraba.
Estiró un brazo
sin dejar de mirarlo y recogió un jabón líquido que descansaba en el borde de
la tina. Los ojos de Jaejoong se habían irritado y no se atrevía a decir
palabra, salvo a dar suaves quejidos de excitación, marcados por la intriga de
qué venía después. Quería tocarlo, era una sensación tan irresistible que lo
deleitaba. Pasó los dedos por el hombro de Yunho y luego los llevó hacia atrás,
donde los músculos de su espalda se tensionaban y distendían porque Yunho se
llenaba la palma de jabón.
Yunho frotó una
mano con la otra y luego asentó ambas sobre los pezones de Jaejoong, los que
acunó deleitándose en su suavidad. El frío elemento contrastó con el calor del agua
y el del cuerpo de Jaejoong, haciéndolo estremecer. La mirada de Yunho se
dirigió, como antes lo habían hecho sus manos, hacia los pezones de Yunho. Los
dedos resbalaban por los pezones gracias al jabón, y Jaejoong gozaba de las cosquillas
electrizantes que eso le producía. Entonces también quiso apoderarse del pecho de
Yunho y trajo las manos hacia adelante.
Rodeó la cadera
de Yunho con las piernas para apretar los sexos. Aunque él no se resistió,
tampoco se unió a Jaejoong todavía. Mientras sus manos continuaban estimulando
los pezones, los labios se asentaron sobre la tersa piel de la mejilla de
Jaejoong, enrojecida por el calor del agua y del placer. Del mismo modo
hicieron su camino hacia la boca, donde los recibió la húmeda lengua de Jaejoong.
Jaejoong lo
empujó adentro. El entró solo un poco.
—No, todavía no
—masculló, incapaz de resistir más, pero aún lo hacía.
Entonces lo
sujetó por la cadera y giró con él en brazos hasta quedar respaldado en la loza
y Jaejoong sobre su cuerpo. Jaejoong le dio la espalda y se sentó sobre sus
piernas. El agua se mecía por el veloz movimiento de los cuerpos emitiendo un
sonido que evocaba las olas del mar mecidas por el viento.
Jaejoong esperaba
que Yunho lo sentara sobre su miembro, pero él no lo hizo. Le atrapó el cabello
en un puño a la altura de la nuca y deslizó los dedos de la otra mano desde su
cabeza hacia las puntas. Abrió el puño para dejar pasar los dedos que se
escurrieron muy rápido entre el pelo empapado.
—Me gusta
peinarte —susurró—. Me gusta tu pelo.
Luego de
hablar, lo besó detrás de la oreja, le hizo cosquillas con la respiración. Jaejoong
tragó con fuerza e, incapaz de resistirse más, se elevó colocando ambas manos en
el borde de la tina y lo internó en él, con tanta ansiedad que les quedó poco
tiempo para pensar en algo más.
Jaejoong se
movía hacia adelante y hacia atrás, arriba y abajo, con lentitud, gozando del
espacio que quedaba entre una y otra acción. Poco a poco, fue cobrando
velocidad y ganando placer. Un antebrazo de Yunho le cubrió los pezones, dos
dedos le atraparon un pezón, y los de la otra mano le estimularon el miembro. Jaejoong
entreabrió los labios, preso del frenesí, y entre el agua, el jabón y la loza
acabaron gritando a la vez que habían alcanzado el clímax.
—Te amo —le
susurró Yunho al oído agitado, mientras le acariciaba el vientre.
—Y yo te amo a ti
—respondió Jaejoong sin aliento, con los ojos cerrados y la cabeza echada
levemente hacia atrás. El cabello que a él tanto le gustaba caía como lluvia
sobre el hombro de Yunho.
Permanecieron
quietos un momento, tratando de recuperar el aire. Después Jaejoong se recostó
en su pecho y él le pasó un brazo por sobre los hombros. Se sentía tan en paz,
tan protegido, que incluso le pareció que se estaba quedando dormido. Las
caricias que los labios de Yunho le proferían en la frente le provocaban el
sueño.
Abrió los ojos
recién cuando escuchó que golpeaban a la puerta. Sin dudas se trataba del
servicio al cuarto.
— ¿Puedes salir
de la bañera solo? —le preguntó él antes de apartarse de Jaejoong, preocupado
por su tobillo. Jaejoong le sonrió y le dio un beso rápido en la mejilla como
gesto afirmativo.
Yunho se
envolvió en una toalla de baño blanca y fue a buscar la comida. Agradeció a su
empleado y cuando se volvió con la bandeja, casi se le cayó de entre las manos.
Tragó con fuerza.
—Me siento un
poco vestido —bromeó.
Jaejoong se
había quedado de pie en la entrada del baño, con un hombro apoyado en el marco
de la puerta y de brazos cruzados. Completamente desnudo.
—Ponte a tono
—siguió Jaejoong con la broma. El enarcó las cejas, con su rostro siempre tan
expresivo.
— ¿En dónde
quedó mi chico vergonzoso, ese que encogía las piernas en la bañera? —se mofó. Jaejoong
rió.
—Se fue
—respondió avanzando hacia la mesa. Se sentó así como estaba—. ¿Qué estás
esperando? ¡Me muero de hambre!
¡Wow! Si así
iba a ser su vida a partir de ese momento, de tan buen humor, tan llena de sexo
y de libertad, Yunho se sentía en el paraíso. Lo demostró con una sonrisa de
niño travieso y el brillo peculiar que cobraba su mirada cuando se ilusionaba
con algo.
Jaejoong lo
notó al instante. Se daba cuenta de que lo conocía tan bien —era una de las
pocas y afortunadas personas que realmente lo conocían en el mundo, si no la única
que lo conocía tanto— que presentía un matrimonio excelente: con un sujeto
complicado, difícil de contener, pero el más lindo del mundo, en todos los
sentidos en que una persona podía serlo.
El dejó la
bandeja sobre la mesa y se desprendió la bata.
—Me da
vergüenza —bromeó con tono falsamente lastimero antes de dejarla caer al piso. Jaejoong
rió. Después vio aterrizar la bata a los pies de su dueño y a este sentarse
frente a él. El suspiró. No se le borraba la sonrisa de la cara, y hasta abrió
los brazos antes de hablar—. ¡Esto sí que es vida! —exclamó viéndose desnudos y
viendo la comida: gula y lujuria, dos de sus pasiones más profundas.
Jaejoong atacó
su presa de pollo. Yunho, en cambio, se había quedado inmóvil. Cuando Jaejoong alzó
la vista, lo encontró con otra mirada y otro aspecto. Lucía desilusionado,
miraba la bandeja de comida como a una cuna vacía.
— ¿Qué? —Le
pregunto Jaejoong con la boca llena.
—Mi pastel.
— ¿Qué pasa con
el pastel?
—Que no me lo
trajeron — Jaejoong enarco las cejas. No fuera a ser cosa que todo eso de que
el mataría por una porción de pastel fuera cierto y Jaejoong estuviera a punto
de verlo. De Yunho podía esperar cualquier cosa, siempre seria impredecible,
pero presentía que con ello se iba a divertir muchísimo—. Yo encargué pastel de
chocolate para el postre, pero no está aquí. ¡Debería despedir a ese empleado!
Jaejoong se
echó a reír con tanta ternura que se olvidó del hambre que hasta el momento le
había hecho crujir la pansa. Se puso de pie, se sentó a horcajadas sobre las piernas
de Yunho y apoyó una mano en cada uno de sus hombros.
—No te
preocupes —le dijo besándole la nariz que a Jaejoong tanto le gustaba—. Yo soy
tu postre.
El semblante de
Yunho cambió, se tornó ingenuo y divertido; los ojos muy abiertos.
— ¡Qué lindo!
—exclamó—. Así es muy fácil olvidarse de cualquier problema.
Jaejoong lo
besó en la boca para que se callara.
— ¿Me estás
callando? —le preguntó él, leyendo sus intenciones.
—Hablas mucho
—le dijo Jaejoong en broma, rozándole los labios con los suyos. La caricia los
estaba poniendo a punto a ambos.
— ¡Pero si
tengo problemas para comunicarme!
Jaejoong no
pudo contener la risa, ni Yunho el deseo. Volvió a besarlo, los labios de ambos
se encontraron en una caricia irreflexiva, y las manos de Yunho se deslizaron
por el torso desnudo que lo aprisionaba contra la silla.
—Quiero besarte
todo —le dijo.
—Y yo quiero
tus besos —replicó Jaejoong. Yunho ya le ocupaba la boca con la suya.
Yunho lo instó
a levantarse tomándolo de la cadera y a que se dejara caer de nuevo sobre él,
esta vez donde sus cuerpos podían hacerse uno. Las manos de Jaejoong se movieron
imprecisas por la espalda de Yunho, por su pecho y vientre desnudos, hasta
llegar a donde los dos se encontraban unidos. Tocar esa fusión hizo gemir a Jaejoong,
y a Yunho lo encendió su gemido. Lo alzó cubriéndole las nalgas con las manos y
lo llevó hasta la cama, donde lo depositó procurando no alejarse demasiado de
su cuerpo.
— ¿Todavía quieres
el pastel? —lo provocó Jaejoong, sonriente, mientras encogía las piernas como
planteándole un desafío: Yunho debía elegir entre él o el dulce.
—El pastel va a
tener que esperar —replicó Yunho, que lo elegiría por sobre cualquier otra cosa
del mundo—. En este momento estoy ocupado con otro tipo de tentación, aunque algún
día podríamos fusionar ambas —soñó despierto—. Pasarte chocolate por aquí —le
acarició el lado interno del brazo—, por aquí —le acarició la pierna—. Y aquí —le
lamió el ombligo.
Jaejoong rió y
volvió a atraerlo hacia sí tomándolo de la cabeza. De pronto sintió que el
fuego de una mano de Yunho le acariciaba la piel del vientre, avanzaba hacia
arriba pero nunca llegaba a donde él quería. Él iba despacio, como prometiéndole
algo, y fue ese juego el que despertó sus fantasías. De imaginar el instante en
que esos dedos le rozaran un pezon se sintió poseído.
Pero la mano se
apartó sin tocarle nada. A cambio subió de golpe hasta su rostro y se asentó
sobre sus labios, los que dos dedos intrépidos abrieron y acariciaron. Abrió
los párpados. Yunho lo estaba viendo, y en sus ojos se reflejaba tanto amor y
deseo que una electricidad le surcó el vientre estremecido. Esos dedos lo
quemaban como fuego y para apagarlo les dio un beso. Acabaron en su boca,
caldeados con su lengua.
Yunho bajó la
cabeza y recorrió con sus labios cada parte del cuerpo que adoraba. Primero el
cuello, donde la punta de su lengua dio algunos toques entre caricias con los labios.
Jaejoong se estremeció, se arqueó hacia él y su sexo rozó la pierna de Yunho,
haciéndolos soñar a ambos.
Como el roce
accidental resultó tan estimulante, Yunho le ofreció a él la rodilla para que
se frotara todo lo que quisiera, y Jaejoong así lo hizo. Mientras tanto, los
besos bajaron del cuello al pecho y del pecho pasaron por entre sus pezones rumbo
al vientre, donde se detuvieron un momento. Para poder bajar más, Yunho tuvo
que retirar la rodilla, pero a cambio le regaló una caricia de su lengua en su
miembro.
Jaejoong se
aferró al cabello que él llevaba apenas un poco más largo que el resto en la
coronilla, preso del frenesí. Le temblaban las piernas de aguantar y el vientre
de sentir.
Enredó una
pierna en la de Yunho para atraerlo hacia arriba. El obedeció, pero no entró en
Jaejoong. Con medio cuerpo sobre Jaejoong y la otra mitad a un costado,
acarició la piel tersa de Jaejoong desde el hombro hasta la cadera, pasando por
el brazo y la cintura. Volvió a llevar la mano arriba para acunarle un pezón.
Besó el otro, frotó el rostro por allí sin llegar más lejos. Eran todas
insinuaciones que mantenían a Jaejoong húmedo y expectante. Además, exigente,
porque le tomó el brazo y lo tiró hacia su lado. Quería sentirlo sobre él y
también adentro.
Yunho obedeció
sin dudar, él tampoco resistía más. Se estableció sobre Jaejoong y se internó
en su cuerpo despacio, disfrutando cada milímetro del sitio que lo recibía,
mientras le tomaba una mano por sobre la almohada. Los dedos se enredaron igual
que las piernas, se apretaron los unos con los otros al tiempo que las bocas se
encontraban en un beso.
Jaejoong lo
amaba y Yunho lo amaba a él. Jaejoong lo hacía sentir vivo y derramarse en su
interior era como regalarle todo lo que llevaba dentro. Lo había conservado
intacto para Jaejoong.
—Pensar que vas
a llevar un anillo mío en ese dedo — murmuró él sobre sus labios acariciándole
el anular. Jaejoong sonrió. No dejaban de moverse, no podían respirar.
—Y tú uno mío…
—jadeó Jaejoong.
Casi al mismo
tiempo le cubrió las nalgas con las manos para apretarlo contra su sexo, todo
cuanto pudieran para sentirse uno. Juntos decidieron en silencio que querían
ver la amalgama que formaban sus cuerpos, por eso bajaron la cabeza y Yunho se
despegó un poco. Así podían observarse y expresar cuánto les gustaba eso que
veían.
—Te amo —dejó
escapar Yunho casi sin aliento.
—Te amo
—replicó Jaejoong acariciándole una mejilla —. Te amo mucho.
Yunho rompió la
imagen pegándose de nuevo al torso de Jaejoong. Buscó su boca, se dieron un
beso húmedo y luego se miraron. Sus cuerpos se agitaban cada vez con más violencia,
la cadera de Jaejoong se elevaba mientras Yunho lo embestía y el mundo
alrededor se esfumaba. Se sostuvieron la mirada. Era hermoso, era una fantasía,
y entre la excitación y el sueño, llegaron finalmente a las estrellas, como
tantas veces se habían prometido.
No aparecieron
por la recepción de bienvenida. Jaejoong despertó dos o tres veces en la noche.
Las dos primeras, encontró a Yunho dormido; la tercera lo halló contemplándolo.
—Casi pensé que
nunca nos encontraríamos —dijo Yunho con una sonrisa y un brazo debajo del
cuello de Jaejoong —. Desperté dos veces mientras dormías.
—También yo
—sonrió él —. ¿Y para qué querías que me despertara? —interrogó, jugueton,
pensando que él quería hacerle el amor de nuevo. Pero Yunho tragó con fuerza y
volvió a dedicarle una sonrisa serena antes de responder con voz ronca.
—Para decirte
que te amo.
Pasaron el día
siguiente encerrados en el camarote. No podían dejar de contemplarse, no
alcanzaban los actos para demostrarse cuánto se amaban. Tampoco las palabras,
que escapaban de la boca de Yunho a cada rato. Hacían el amor sin protección,
sin pensar en nada más que en estar unidos.
—Jaejoong —le
dijo él en una de esas oportunidades, mientras le besaba el vientre desnudo—.
Quiero un hijo tuyo. — Jaejoong sintió que el alma se le inundaba de dicha. El cuerpo
ya no era capaz de soportar más de esas sensaciones.
—Y yo uno tuyo
—replicó con la voz ahogada—. Te amo.
Después del
mediodía siguiente, llegaron al primer destino. Jaejoong había contado a Yunho lo
sucedido con su bolso, toda la odisea que había atravesado para llegar al
crucero, y por eso Yunho le dio como primer regalo un traje de baño blanco.
Hubiera querido regalarle mucho más, deseaba darle todo, pero iría poco a poco.
Tenían todo el tiempo del mundo para estar juntos.
Jaejoong pensó
que Yunho le hacía probarse el traje de baño para acompañarlo a la piscina del
crucero mientras Yunho leía un diario en una reposera, pero cuando salió del
baño se lo encontró a Yunho también vestido para el agua. Jaejoong no pensaba pedirle
que fueran a la playa porque sabía que a Yunho no le gustaba el mar, ni
siquiera las piscinas, pero no hizo falta que dijera nada. Yunho lo sorprendió
arrojándole una toalla que Jaejoong atrapó en el aire.
— ¿Nos vamos?
—le preguntó Yunho con aire risueño.
— ¿A dónde?
—A que me
enseñes a nadar contra corriente.
Yunho nunca se
había bañado en el mar. No lo había conocido mientras era chico y cuando fue
grande, ya le tenía miedo, pero con Jaejoong ni se acordó de su temor. Era tan
cálida el agua, tan sereno su color y se sentía tan fuerte junto a él, sabiendo
que era capaz de dar la vida para protegerlo de todo, que lo disfrutó como
hacía mucho tiempo no disfrutaba de nada que no fuera su diseñador. Hasta fue
él quien terminó sacando a Jaejoong del agua, cargándola como a una novia.
Por la tarde,
se quedaron dormidos. Cuando Jaejoong despertó, anochecía. El cuarto estaba
vacío, pero Yunho le había dejado una nota sobre la mesa de luz.
«Estoy
resolviendo un problema en una obra, pero te paso a buscar a las diez para la
cena», leyó. Le extrañó que Yunho no le escribiera un «te amo», pero se imaginó que habría
escrito la nota a las apuradas y con eso su corazón se consoló. Miró el reloj
despertador que estaba junto a la lámpara. Eran las nueve y media, tenía que
apurarse si quería estar listo a tiempo. Había dormido más de cuatro horas, Yunho
lo dejaba agotado.
Fue sentarse en
la cama y echarse a reír. Yunho no solo le había dejado un magnífico conjunto negro
sobre un sillón y, debajo, un par de zapatos, sino que además había llenado el
cuarto de notitas.
Jaejoong se
levantó de un salto, feliz, y leyó una por una. Todas decían «te amo»: en el borde de la cama, en la
pared, en la puerta del baño, sobre el conjunto, sobre los zapatos, en las
paredes, en la ventana…
Yunho pasó por
él a la hora prometida, y Jaejoong estuvo listo para recibirlo con un beso y un
abrazo.
— ¡Te extrañé
tanto! —exclamó Yunho —. Casi parecía que esos llamados no me iban a dejar
tranquilo —se quejó alzándolo en el aire—. Te amo —le susurró sobre los labios—.
Te amo, no quiero alejarme de ti.
Cada vez que
pronunciaba esas palabras sentía que su alma se liberaba, que todo era posible.
Y Jaejoong que volaba cuando las oía.
— ¡Te amo! — Respondió
Jaejoong con la misma ansiedad—. ¡Yo tampoco quiero alejarme de ti!
Yunho lo dejó
sobre la cama. De no haber sido porque él ya estaba vestido, y tan hermoso, le
habría hecho el amor de nuevo.
—Estás
precioso, ¡qué linda ropa! —susurró—. No te sienta como tus propios diseños,
pero es un comienzo — Jaejoong creyó que Yunho bromeaba, por eso rió, pero él hablaba
muy en serio—. Muy linda para rasgarla, pero primero pensé en invitarte a cenar
y al casino. Más tarde te lo arranco —le susurró al oído. Jaejoong se
estremeció solo de escucharlo.
—Es lo que más
quiero —respondió, feliz.
Yunho recordaba
que el paseo que Jaejoong había pretendido dar en el casino de su crucero se
había interrumpido por la acusación de robo, por eso pensaba en llevarlo allí
primero. Yunho quería cumplir todos sus deseos sin que él tuviera que
manifestarlos, quería conocerlos con solo mirarlo a los ojos.
Cenaron en el
restaurante más fino del crucero. Sin embargo, los dos eran muy sencillos. Jaejoong
había terminado de comer, pero Yunho parecía nunca acabar. Tenía que reponer
energías de tantas que invertía haciendo el amor.
— ¿Eso lo vas a
comer? —preguntó señalando con el tenedor un trozo de salmón rosado que Jaejoong
había dejado en el plato.
—No —replicó él.
—Damelo a mí.
Yunho agachó un
poco la cabeza y solo moviendo los ojos miró hacia ambos lados de la mesa para
comprobar que nadie viera el traspaso. Jaejoong lo imitó.
—Ahora —le
ordenó Jaejoong en un susurro, como dos cómplices de un asalto. Entonces Yunho pinchó
con el tenedor y en un rápido movimiento tuvo la víctima en su plato. No le dio
tiempo a nada, enseguida cortó y volvió a comer.
Jaejoong rió.
Sentía tanta ternura, tanto amor, que escapaba por sus ojos, su piel y su voz. Yunho
alzó la mirada hacia él y le sonrió con cierta inocencia. Se le arrugaba la frente.
Jaejoong le acarició una mejilla.
—Te amo —le
dijo todavía riéndose. Yunho le tomó la mano y le besó los nudillos.
—Yo te amo a ti
—respondió. El camarero los interrumpió.
— ¿Necesita
algo más, señor? —interrogó. Yunho lo miró como si nada. Echó un rápido vistazo
a los objetos de la mesa y finalmente replicó:
—Sí. Sirva más
vino a mi esposo, por favor.
Lo dijo con
tanta naturalidad que a Jaejoong le estalló el corazón.
Después de la
cena, acabaron en la ruleta. Yunho hablaba con un hombre que lo había
entretenido mientras Jaejoong perdía y perdía apostando siempre al ocho. Tenía
que salir en algún momento, la suerte no podía esquivarlo tanto.
Un par de manos
fuertes y cálidas se cerraron sobre su cintura. Jaejoong se estremeció con el
contacto, el calor que se expandió por sus mejillas lo obligó a sonreír.
—Eres un
completo perdedor —le susurró Yunho al oído. Jaejoong rió.
—Pero me gané
al hombre más hermoso del mundo, en todos los sentidos —replicó—. Eso me
convierte en un afortunado.
Yunho le besó
el hombro, le quitó dos fichas de la mano y las arrojó sobre el límite entre el
nueve y el seis. Luego besó a Jaejoong en la cabeza mientras volvía a abrazarlo
para que la espalda de Jaejoong se recostara sobre su torso.
—No tienes que
apostar a los plenos hasta haberte hecho de cierto capital —le explicó Yunho.
Al parecer su buena fortuna no dependía solo de la suerte, sino tambiénde
estrategia. Claro, él era muy racional y sensible a la vez, pensaba en todo—.
Primero apuestas de a dos, a los colores, a las decenas…
Antes de que el
croupier
echara
a correr la bola, Jaejoong se apresuró a mover su apuesta. La retiró del ocho y
la compartió entre el treinta y cinco y el treinta y seis.
— ¿Así?
—preguntó. Yunho negó con la cabeza.
—No —respondió Yunho
—. Esos números son demasiado altos, no siento que vayan a salir.
— ¡No va más!
—clamó la voz. La ruleta giró. La suerte se echó a correr—. ¡Colorado el nueve!
— ¡Ganaste!
—exclamó Jaejoong hacia Yunho. Yunho sonrió, falto de pudor.
Se retiraron
las fichas del tablero y se abrieron de nuevo las apuestas. Jaejoong se estiró
y depositó una ficha entre el veinticinco y el veintiséis.
— ¿Y, oráculo?
— Preguntó a continuación—. ¿Cuál va a salir ahora?
—No sé cuál
—respondió Yunho entrecerrando los ojos —, pero presiento que será un rojo.
— ¡Yo aposté a
un rojo! —exclamó él.
—Un rojo que de
ninguna manera será ese.
Jaejoong fingió
un berrinche y él lo besó en la mejilla.
— ¿Ya te dije
que te amo? —le preguntó al oído.
—No —mintió él—.
Creí que jamás lo dirías.
—Te amo.
—Colorado el
catorce —cantó el croupier.
Jaejoong se
mordió el labio y rió. Era un perdedor, sí, pero había ganado la felicidad.
A las ocho, el buque
había abandonado el puerto para adentrarse otra vez en el océano y recorrer así
la distancia que los separaba del siguiente punto. Ya casi amanecía y en el
balcón del camarote, Jaejoong contemplaba el horizonte donde despuntaban unas
líneas amarillas y otras rosadas. Estaba sentado en una reposera de madera,
abrigado por el acolchado de la cama. No habían dormido en toda la noche.
Yunho se le
acercó vestido solo con los pantalones y lo levantó del asiento para ocuparlo
él y dejarlo a él sobre sus piernas, rodeado y protegido por sus brazos. Jaejoong
se acurrucó contra su pecho, pero no dejó de mirar el cielo.
—Estamos
contemplando el amanecer —susurró conmovido. No solo había regresado a ese
lugar de ensueños, tal como se había prometido a sí mismo, sino que, además, ya
no se sentía solo. Estaba con Yunho, estaban completamente enamorados. No podía
pedir más a una vida que con eso, le había dado todo.
Poco tiempo
después, se encontró en la cama, cubierto por el cuerpo y los besos de su
futuro esposo, tan feliz que ni siquiera se percató de que la puerta del balcón
había quedado abierta y las cortinas blancas se mecían con serena voluntad,
impulsadas por la suave brisa del mar y almendradas por el brillo del sol.
El único
testigo de todo aquello, siempre sería el viento.
Fin
Me encantó todo el fic, de verdad el yunjae es lo máximo y lo bueno es que al final la felicidad triunfo XD y si después de todo el único testigo si fue el viento XD
ResponderEliminarAme todo el fic, desde el principio hasta el final, gracias por adaptar y por el esfuerzo que has hecho por traerlo hasta acá, sin duda seguiré tus demás adaptaciones y fics originales, quiero llorar, pero de felicidad, esta novela movió mis sentimientos.
No tengo mas palabras, solo Arigatto ne? y até logo! ^ ^
Ya me habia asustado ayer cuando quise abrir me dijeron q el blog fue eliminado o algo asi, pero bueno creo q fue falsa alarma, en cuanto al fic me encanto el final, claro que habría gustado que hablara un poco de como quedaron las cosas en relacion con sus conocidos, que fue de los demas pero me gusta la adaptación, gracias por adaptarla a yunjae me gusto mucho.
ResponderEliminarQué hermosa historia!
ResponderEliminarMe hubiera gustado leer sobre su boda, o cuando ya tuvieron hijos pero bueno, estuvo hermoso igual *^*
Sin duda un hermoso final para una maravillosa historia, T_T no cabe duda que ame demasiado esta historia desde el inicio y hasta ahora en su final, después de todo lo que pasaron, las dudas inseguridades, problemas, interferencias en su relación por fin triunfo el amor, por fin pudieron estar juntos como se esperaba, amo su relación y les espera sin duda una vida bella jej, el discurso de Yunho para pedirle matrimonio a jaejoong fue de lo mejor, tan espontaneo pero sincero y lindo, en serio muchas gracias por esta adaptación, por compartirla con nosotras, portu esfuerzo y todo y más aún porque es una adaptación a yunjae, ah este fic se quedará en mi memoria,es muy hermoso, gracias! ;;
ResponderEliminarOMG!!!!!!!!!!!! SE Q SIEMPRE LO HE ESTADO DICIENDOOOO Y NO ME ARREPIENTOOO DE DECIRLO DENUEVO Q ME ENCANTOOOOOOOOOOOO DE PRINCIPIO A FIN! *---------------*, pero si q me sorprendi cuando entre al blog y decía en la entrada "capitulo 30 - final-" osea si q m perdiii, asi q lei desde donde me quede todo de corrido y recien comentooo mianhae v.v
ResponderEliminarasdfasdf ahora sii q JJ y su tannnnnn mala suerte me mataron de la risaaaa y YH con esa faceta tan tiernaaa meeee derritió a mi tambiennnn, tan romanticooo fueeee con todo q no quise q terminara la historia xDDDDD aunq fuese una adaptación fue muyyy buenaaa enserioo muchassss gracias por compartirlo, actualizarloooo y teminarlooooo~~~~~
y sobre tus otros ficosss estare al pendiente de su actualiacionnn tambien no importaaaa si te demoraaasss >.<!!!!!!
LOVE YA~
Owwwwww estuvo hermoso juntos bien enamorados los dos diciendose a todo momento que se aman, fue hermoso, aggg lastima que no hubo un epilogo, queria ver y leer a los hijos de el Yunjae corriendo por ahi haciendo ruido y jae haciendo una rica comida para su bella familia
ResponderEliminarEsta hermoso
Gracias por qdaptarlo **-**
No puedo creer que haya acabado ya ... yo me encariñe mucho con esta historia y aunque ya haya llegado a su fin me gusto leer como culmino toda esta historia después de todo ..y agradesco mucho que la hayas subido .... este final aunque me hubiera gustado saber un poquito mas de la historia de ellos ya juntos ... aun asi me gusto mucho .. porque hubo risas llantos (pero esta vez de felicidad) pasión pero por sobre todo .... el amor que esta vez fue profesado a los 4 vientos sin duda alguna maravilloso .
ResponderEliminar---------->misa - chan
ajsorjeojroejroejro nooo! no quería que esto terminara y bueno, ahora no puedo más que agradecerte por compartir tan hermosa adaptación, de verdad sufrí toda la historia con un Yunho reticente a aceptar sus sentimientos por JJ ;; afortunadamente el amor triunfo al final :D
ResponderEliminarAunque me gustaría tanto tener más capítulos, siento que dejaron cosas inconclusas -sobre todo la parte de tener los bebés- >.<
como sea el final fue hermoso, y de nuevo mil gracias por compartir <3
No tengo idea de si mi bendito comentario quedara esta vez ㄱㄱ
ResponderEliminarya q eh intentado a lo largo de esa adaptación y no se xq no me deja T.T creo q solo deje un comentario y me apeno x eso.
Eh amado esta adaptación de principio a fin y me habría encantado q continuara pero pues no se puede u.u
Muchas gracias x el trabajo n.n
waaaaaaa hermoso pero como es que los coments no se quedan, llevo intentandolo desde ayer y no se me van abuu espero que este si llegue, espero que mi compu me ayude ahora, ire a los demas a comentar como es debido de nuevo claro por que no eh podido hacerlo aunque eh querido
ResponderEliminarrespecto al fic ahora si
estuvo hermoso, me encanto aunque Jaejoong sufrio mucho y si tenia mala suerte pero se compenza con el gran hombre que es Yunho y si es suyo jaja
!!!
de verdad maravilloso el fic, te felicito fue una excelente adaptacion casi mato a Heechul pero a la final me alegra que Yunho y Jaejoong se quedaran juntos, que sobretodo Yunho se haya dado cuenta que ama a Jaejoong y a nadie mas, el es quien lo hace feliz juju hermoso de verdad muchas gracias por adaptarlo me gustaria participar de tus otras adaptaciones que lei tenias en un blog privado, soy de las que comentan pero no se que sucede que no puedo comentar aqui, debe ser blogger jeje
igual lo intentare de nuevo hoy ojala se vayan muchas gracias :D
wii ya comente en todos, ame el fic, de nuevo muchas gracias por el, te lo agradezco de sobremanera, necesitaba algo asi para que me vuelva la inspiracion para poder escribir mis fics, si tambies escribo y se lo importante que es un coment, asi como amo leerlos amo dejarlos en los fics que leo, gracias, una muy buena historia, espero en serio que me puedas invitar a tu blog gracias
Eliminarbye bye
no se cuando pueda leer el otro pero no dudes que cuando lo haga ahi estaran mis coments, gracias
♥
Hola;
ResponderEliminarLindo trabajo,felicitaciones!
Hay muchas partes marcantes,pero lo finalcito és brillante!
"Poco tiempo después, se encontró en la cama, cubierto por el cuerpo y los besos de su futuro esposo, tan feliz que ni siquiera se percató de que la puerta del balcón había quedado abierta y las cortinas blancas se mecían con serena voluntad, impulsadas por la suave brisa del mar y almendradas por el brillo del sol.
El único testigo de todo aquello, siempre sería el viento."
Sensacional ^_^!
Un abrazo y matta ne.
Hanajima-san.
waaaaa enserio al leer este fic senti q me derretia de amor.... enserio es uno de los mejores q he leido muchisisisimas gracias por tu adaptacion aunq tmb me hubiera gustado saber q paso despues??? me moria por saber cuantos hijos le daria jae a yunho... xD la trama en verdad me atrapo me hizo reir, me tubo en suspenso... no podia despegarme de el en serio patricia gracias!
ResponderEliminaresta adaptación ha sido tan hermosa, que me ha hecho llorar. Gracias por el tiempo que te tomas en estas adaptaciones gracias.
ResponderEliminarPreciosa historia. El final lo leí en el carro cuando estaba llegando a mi casa luego de estudiar xD No aguanté y lo lei en dos diás en el cel, así que por eso no pude comentar. Quería darte las gracias, cada fic nuevo YJ que aparece gracias a usteres, las que escriben, las que adaptan, es como una luz en mi da lol, En serio. Y no queria dejar de agradecerte porque es la manera adecuada de demostrar que apreciamos su esfuerzo, el trabajo, las horas ue emplean en estos proyectos. Yo también invierto parte de mi tiempo en hacer algo dentro del fandom de tvxq (subtitulo videos :3) y lo que más deseo después de realizar eso es que alguien valore mi trabajo aunque sea con un like, SO, GRACIAS!!! ya pase este blog a mis amigas y les dije que lean y comenten xD ♥
ResponderEliminarHolaa!!!
ResponderEliminarSoy nueva aqui en tu blog y no sabes la alegria que me ha dado encontrarlo... esta historia esta... que te puedo decir... Hermosa!!!
Sé que es una adaptación pero al haberla hecho YunJae fue genial, amoo esta pareja.
Sobre la historia... debo confesar que al principio odie a Yunho pero despues de saber el porque era asi, senti tristeza y pena.
Al que si odie con toodo mi corazon fue a Heechul... me alegro lo que le paso, el no se merecia estar bien despues de todo el daño que hizo y tambien rei como loca cuando lei lo que le dijo el chavo... fue genial!!!!!!!!!!!!!!
Gracias por esta adaptacion y prometo leer las demas historias que has publicado.
woooooo este fic fue muy bonitooo me encanto! Gracias por la adaptación :3
ResponderEliminarHermoso!! fue muy bonito!!! waaaaa YUNHO ame tu personaje :3 Heechul basura ¬¬.... awwwww la final fue hermoso :3
ResponderEliminarWaaaaaaaa me encanto definitivamente una gran historia adaptada al estilo yunjae, desder principio a fin me tuviste muy pendiente por saber como terminaria la historia, fue realmente hermosa, tuvo de todo un poco pero fue genial.
ResponderEliminarMe hubiera gustado que tengan a su retoño por que creo que definitivamente en el viaje hubo mucho fuego y de seguro que Jae hubiera tenido a un hermoso hijo de Yunho...
Me encanto la historia unnie, realmente se agrdece que pongas tu empeño y tiempo en adaptar grandes histoias al estilo Yunjae por que he leido algunas de tus adaptaciones y son verdaderamente geniales.
Ahora seguire leyendo las otras historias por que aun me faltan leer algunas pero te prometo que las leeré y comentaré. Por cierto te agradezco que me enviaras la invitación aunque ahora que trato de entrar no puedo, no se como volver a entrar pero lo seguire intentando y si tienes alguna actualizacion ojala me puedas mandar otra invitacion, te lo agradeceria infinitamente mi correo es luny_1614@hotmail.com
Este fic fue hermoso me encanto mucho mucho... ^^
ResponderEliminarQue lindo el final ,..
Llore mucho con esta historia pero el final me hizo muy feliz ..
me gusto el funal
ResponderEliminarse que yunho durante prácticamente todo la historia fue un hígado..
pero recapacito...eso es bueno
lo único importante es que jae es feliz..y si yunho lo hace feliz. pues bueno se acepta.
gracias por compartir esta historia.
Hola.
ResponderEliminarEstuvo hermoso el final. Nada más me hubiera gustado saber que paso con su familia, y si fue a ver a sus abuelos, bueno en relación con todos los terceros personajes.
Te felicito estuvo interesante de principio a fin esta adaptación que hiciste al YunJae, eres muy buena en lo que haces. Felicidades y gracias.
Me acabo de terminar de leer todo de una, me encanto la historia lloré y reí con ella .
ResponderEliminarAunque al igual que la chica de arriba me hubiera gustado saber que paso con su familia y Lee . Que bueno que Heechul quedo solo e_é se lo merecía y que el YJ halla podido reunirse <3
PD: Las ojeras enormes que tengo demuestran lo mucho que me gusto la historia xDDDD
Gracias por adaptarlación
Quería decir "Gracias por la adaptación" xDDDD
EliminarGrandisisisisimoooo fic encantDisima me di un Gustaso gracias nena por dedicar tu tiempo talento en esta mAravillosa historia mañana empiezo otro jujujuju
ResponderEliminarque bonito final ..!!! TwT <3 <3
ResponderEliminartuvieron una buena reconciliación *Q*
los dos se aman muchísimo solo falto que jaejoong tuviera a los hijos de yunho XD!
Gracias por tu tiempo por adaptar y compartir esta historia (*3*)/
Genial...lo máximo.... buenisimo fic...gracias recién encontré este blog y leí de corrido esta historia....me conmovió mucho y la verdad sufrí más por Yunho que por Jae....x dios amo amo al Yun de este fic lo amo..y amo A Yunho mi más grande idol....también amo el YJ....estuvo perfecta esta fic...leere las otras historias..... >_ <
ResponderEliminarQue hermoso, en varias ocasiones estuve a punto de llorar es que es tan emotivo, pobre de Jae tener tan mala suerte, pero al final tubo la mejor suerte, muchas gracias por compartir esta historia es muy bella
ResponderEliminarQue hermoso!!! Toda la historia viví pendiente de un hilo por culpa de Yunho, pero había sufrido tanto como Jae que me entristecia -hasta ganas de abrazarlo me daban- pero afortunadamente vomo todo un luchador supo salir adelante y darse cuenta de las cosas realmente importantes y claro una tenía que ser Jae. Fue genial!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir tan linda historia!!! ^^)/
Hermoso me gusto mucho tu historia ,no pude parar de leer ,gracias por compartir.
ResponderEliminarMe gusto mucho la historia,en un principio creí que iba haber un poco de yoosu, pero No,pero realmente la historia me gusto a pesar que me dio pena karan ,a Su resignación
ResponderEliminarAwww que hermoso *-* A pesar de todo el amor siempre triunfará. El yunjae rompiendo fronteras como siempre *.* Como dicen, los opuestos siempre se atraen jajaja uno con tanta suerte y el otro con la peor suerte del mundo jahsjahsjsh se complementan a la perfección. Ame toda la historia en particular, aunque aveces me daban una ganas de golpear a Yunho por tonto y a heechul por p*** ... Como escribi antes, me encanto como pusieron a karam, de manera buena. Aunque aveces daba colera por su comportamiento, pero me gustó que no sea el causante de la separación del Yunjae. Me hubiera gustado vrr yoosu, pero me gusta que los dos ayan sido parte de la historia, aun si no estaban juntos.
ResponderEliminarGracias por la linda historia. Espero seguir leyendo mas de tus adaptaciones y creaciones. ^^