Pasado
Povs Yunho
Cuatro meses después de que Luhan fue absuelto, solicité el divorcio.
Jaejoong.
Eso fue lo primero que pensé.
Daniel.
Hijo de puta.
Ese fue mi tercer pensamiento. Entonces los
puse todos juntos en una frase: ¡Ese hijo
de puta Daniel va a casarse con Jaejoong!
¿Cuánto tiempo tenía? ¿Él todavía me amaba?
¿Podría perdonarme? Si pudiera llevarlo lejos de ese maldito ¿podríamos
realmente construir algo juntos en los escombros que habíamos creado? Pensar en
ello me puso en el borde, me hizo enojar. Los dos nos habíamos dicho tantas
mentiras, pecado el uno contra el otro, en
contra de todos los que se pusieron en
nuestro camino. Traté de decirle una vez. Fue durante el juicio. Había llegado
a la corte temprano para tratar de atraparlo a solas. Llevaba mi tono favorito
de azul, azul aeropuerto. Era su cumpleaños.
—Feliz Cumpleaños.
Había alzado la mirada. Mi corazón latía con
fuerza, como lo hacía cada vez que él
me miraba.
—Me sorprende que lo recuerdes
— ¿Por qué es eso?
—Oh, acabas de olvidar muchas cosas horribles
en el último par de años.
Yo medio sonreí por su golpe bajo.
—Nunca te olvidé...- —Sentí una descarga de
adrenalina. Esto era todo, iba a confesar. Entonces el fiscal entró. La verdad
quedó en suspenso.
Me fui de la casa que compartía con Luhan y
volví a mi apartamento. Me paseaba por los pasillos, bebiendo whisky. Esperé.
¿Esperar por qué? ¿Para que viniera a mí? ¿A que yo fuera por él? Me acerqué a mi cajón de
calcetines, protector infame de anillos de compromiso y otros recuerdos, y pasé
los dedos a lo largo de la parte inferior. En el momento en que mis dedos lo
encontraron, sentí una oleada de algo. Froté la almohadilla con
mi pulgar sobre
la superficie ligeramente
verde del centavo
de «besos». Lo miré durante un minuto
entero, evocando imágenes de las muchas veces que había sido objeto de comercio
con besos. Era una baratija, un truco barato que una vez había funcionado, pero se había
convertido en mucho más que eso.
Me puse la sudadera y me fui a correr. Correr
me ayudaba a pensar. Repase todo en mi cabeza cuando me di vuelta hacia la playa,
esquivando una niña y su madre mientras caminaban de la mano. Sonreí. La niña
tenía el pelo largo y negro y ojos negros sorprendentes, se parecía a Jaejoong.
¿Así era como nuestra hija habría lucido? Dejé de correr y me incliné, con las
manos en las rodillas. No tiene por qué ser una situación de «habría».
Todavía podríamos tener nuestra hija. Puse mi
mano en mi bolsillo y saqué el centavo de besos. Empecé a correr a mi auto. No
había mejor momento que el presente. Si Daniel se colocaba en el camino, yo le
tiraría por el balcón. Estaba a una milla del condominio de Jaejoong cuando
recibí la llamada. Era un número que no reconocí. Contesté la llamada.
— ¿Jung Yunho?
— ¿Si? —mis palabras eran cortantes. Hice una
vuelta a la izquierda y apreté el acelerador.
—Ha habido un incidente... con su esposo.
— ¿Mi esposo? —Dios, ¿qué ha hecho ahora?
Pensé en la pelea que estaba actualmente
teniendo con los vecinos acerca de su perro y me pregunté si había hecho algo
estúpido.
—Soy el doctor Letche, estoy llamando desde
West Medical Center. Sr. Jung, su esposo fue admitido aquí hace unas horas.
—Golpeé el freno, giré hasta que mis neumáticos hicieron un sonido chirriante,
y aceleré el auto en la dirección opuesta. Una camioneta se desvió a mí
alrededor y tocó la bocina.
— ¿Está bien?
El médico se aclaró la garganta—. Tragó una
botella de píldoras para dormir. Su ama de llaves lo encontró y llamó al 911.
Está estable en este momento, pero nos gustaría que viniera…
Me detuve en un semáforo y me pasé la mano
por el pelo. Esto era mi culpa. Yo sabía que él tomó la separación muy duro,
pero ¿el suicidio? Ni siquiera se parecía a él.
—Por supuesto, estoy en camino. —Colgué.
Colgué el teléfono y me golpeé con el
volante. Hay cosas que no estaban destinadas a ser.
Cuando llegué al hospital, Luhan estaba
despierto y preguntando por mí. Entré en su habitación, y mi corazón se detuvo.
Él yacía apoyado por almohadas, con el pelo hecho un nido de ratas y su piel
tan pálida que casi parecía translúcida. Sus ojos estaban cerrados, así que
tuve un momento para reorganizar mi cara antes de que él me viera. Cuando tomé
unos pasos en la habitación, él abrió los ojos. Tan pronto como me vio, empezó
a llorar. Me senté en el borde de la cama y él se aferró a mí, sollozando con
tal pasión que podía sentir sus lágrimas empapaban a través de mi camisa. Lo
sostuve así durante mucho tiempo.
—Luhan —dije finalmente, tirándolo de mi
pecho y recostándolo de espalda sobre las almohadas—. ¿Por qué? —Su rostro era
viscoso y de color rojo. Medias lunas oscuras acampaban alrededor de sus ojos.
Apartó la mirada.
—Tú me dejaste.
Tres palabras. Sentí tanta culpa que apenas
podía tragar.
—Yunho, por favor vuelve a casa. Estoy
embarazado.
Cerré los ojos.
¡No! ¡No! no...
hay no pero que desgraciado eso es chantaje espero que este mintiendo y que no lo este por que Yunho tiene que ser feliz con Jae y con ese no lo sera aléjate de el Yunho ve por tu Jae con el que seras muy dichoso
ResponderEliminarGracias
oh!!!
ResponderEliminaraún continúa ... pensé que el final era el epilogo...
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ese manipulador!! está engañando a YUNHO!
No puede ser!!!!
porqué!!!!
Todo está mal....
Sabia que saldría con algo así maldito manipulador aishh eso es una vil mentira argg
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