Mi lista de blogs

El Oportunista: Capítulo 3

Capítulo 3


Pasado



El día que conocí a Jung Yunho el sol brilló un poco más en mi mundo. Fue durante ese momento insufrible del año en que los finales asoman, y todos los estudiantes  estaban  empezándose  a  verse  con  moretones  alrededor  de los ojos. Acababa de salir de una sesión de estudio, en la biblioteca, y encontré el cielo asediado por nubes de lluvia. Gimiendo, caminé rápidamente hacia mi dormitorio, maldiciendo por no haber traído una sombrilla. Estaba a medio camino cuando comenzó a lloviznar. Me refugié debajo de un árbol de sauce y fulminé con la mirada sus ramas como si las culpara por la lluvia. Fue ahí cuando se pavoneó como si estuviera borracho de cuán bien lucía.

El Oportunista: Capítulo 2

Capítulo 2



En algún momento durante el quinto grado, vi un asesinato/misterio en la televisión. El detective, con quien tenía un enamoramiento ridículo, era llamado Follagyn Beville. Un Jack el Destripador moderno tenía como objetivo prostitutas. Follagyn lo estaba cazando. Estaba interrogando a una prostituta de aspecto especialmente andrajoso, con el cabello rubio fibroso que estaba manchado negro en las raíces. Estaba acurrucada en un sofá color amarillo mostaza, sus labios chupando con avidez un cigarrillo. ¡Vaya, qué gran actriz! recuerdo que pensé. Ella debería como, ganar un Emmy por ser tan patética. Sostenía un vaso bajo en su mano, y tomaba rápidos sorbitos de whisky. Observé sus movimientos, con hambre por el drama, memorizando todo lo que hacía. Más tarde esa noche llené un vaso con hielo y Pepsi. Me tomé mi trago de nuevo en el alféizar y llevé un cigarrillo  imaginario a mis labios.
—Nadie me escucha —dije en voz baja de modo que mi aliento helara el vaso—. Este mundo... es frío. —Tomé un sorbo de Pepsi, asegurándome de que hacía repiquetear el hielo.
Una década y media más tarde y todavía tengo mi sentido de lo dramático. El día después de mi pleito con Yunho, un huracán arrasó la ciudad y me salvó de  tener que hacerme pasar por enfermo en el trabajo. Estoy en la cama, con mi cuerpo acurrucado posesivamente alrededor de una botella de vodka.
Alrededor del mediodía, ruedo de la cama y arrastro los pies hasta el baño. Todavía hay electricidad a pesar del huracán de categoría tres que está sacudiendo mis ventanas. Aprovecho la oportunidad de darme un baño de tina. Cuando me siento en  el agua humeante, reproduzco todo el asunto en mi mente por millonésima vez. Todo termina con, él me olvidó.
Mi pug, Pickles, se instala en mi alfombra de baño y me mira con cuidado. Ella es tan fea, sonrío.
— Yunho, Yunho, Yunho —lo digo para ver si todavía suena igual.
Él solía tener el extraño hábito de revertir nombres de las personas cuando los oía por primera vez. Yo era Aivilo y él era Belac. Pensé que era ridículo, pero eventualmente me encontré haciendo la misma cosa. Se convirtió en un código secreto que utilizábamos cuando chismeábamos.
Y ahora él no me recuerda. ¿Cómo podías olvidar a alguien que amabas, aunque le hiciera trizas el corazón? Vierto un poco de vodka en mi agua del baño. ¿Ahora cómo iba siquiera a sacarlo de mi cabeza? Podría convertir mi trabajo a tiempo completo el estar deprimido. Eso es lo que hacían los cantantes de música country. Podría ser un cantante de música country. Entono un par de versos de “Achey Breaky Heart” y tomo otro trago.

Thief: Capítulo 16

Capítulo 16 Presente   Dejo a Jaejoong en su oficina. En el camino hacia allí, apenas me dice dos palabras. Después de lo que acababa ...