Capítulo 3
Pasado
El día que conocí a Jung
Yunho el sol brilló un poco más en mi mundo. Fue durante ese momento insufrible
del año en que los finales asoman, y todos los estudiantes estaban
empezándose a verse
con moretones alrededor
de los ojos. Acababa de salir de una sesión de estudio, en la
biblioteca, y encontré el cielo asediado por nubes de lluvia. Gimiendo, caminé
rápidamente hacia mi dormitorio, maldiciendo por no haber traído una sombrilla.
Estaba a medio camino cuando comenzó a lloviznar. Me refugié debajo de un árbol
de sauce y fulminé con la mirada sus ramas como si las culpara por la lluvia.
Fue ahí cuando se pavoneó como si estuviera borracho de cuán bien lucía.
— ¿Por qué estás enojado
con el árbol?
Hice una mueca cuando vi
quién era. Él se rió y levantó las manos en señal de rendición.
—Sólo es una pregunta
rayito de sol, no ataques.
Lo miré.
— ¿Puedo ayudarte en
algo?
Por un momento, me
pareció ver una muestra de incertidumbre cruzar su rostro, pero luego se había
ido, y me estaba sonriendo de nuevo.
—Estaba interesado en
saber por qué este árbol te hizo fruncir el ceño —dijo, repitiendo su pobre
línea de apertura.
Miré más allá de su
hombro y vi a un grupo de idiotas basquetbolistas mirándonos de reojo. Siguió
mi mirada y debió de haber disparado a su pandilla de ratas una mirada feroz,
porque segundos después, el grupo se dispersó. Volvió su atención hacia mí.
Ah sí... yo tenía que
responder a su pregunta.
Miré el tronco del
árbol, que se parecía mucho a una masa trenzada, y me di cuenta de cuán
intensamente debo haber estado mirándolo.
— ¿Estás tratando de
ligar conmigo? —suspiré.
Dejó escapar una especie
de estrangulamiento fallido.
—Jung Yunho.
—Lo siento, ¿qué?
—Mi nombre —dijo,
ofreciéndome su mano. Jung Yunho era un nombre conocido en la escuela y no
tenía intención de unirme a su club de fans. Le estreché la mano con firmeza
para asegurarme de que supiera que no estaba hipnotizado por él.
—Sí, estaba tratando de
coquetear contigo, hasta que me derribaste, eso es.
Levanté las cejas y
forcé una sonrisa. Bueno, tengo que hacer esto rápido. Los atletas tenían una
dolorosamente corta capacidad de atención.
—Oye, me encantaría
estar alrededor y alimentar tu ego con esta cháchara, pero me tengo que
ir.
Me moví pasándolo,
aliviado de estar dirigiéndome hacia medio litro de crema de leche y helado en
mi nevera. Iba a añadirle salsa de chocolate y hacer un jodido batido de leche.
Su risa me alcanzó
mientras me acercaba a la acera. Me puse rígido, pero seguí caminando.
—Si hubieses nacido un
animal, serías una llama —exclamó detrás mío.
Eso me detuvo. ¿Estaba
este fanfarrón en serio comparándome con un mamífero?
— ¿Y eso por qué? —me
mantuve de espaldas, pero mis ojos se retorcían.
—Búscalo en Google.
¿Estaba esto
realmente sucediendo? Giré
mi cabeza, estilo
exorcista, y lo
miré.
Lucía tan seguro de sí
mismo.
—Te veré por ahí —dijo,
metiendo las manos en los bolsillos y se dirigió hacia su grupo.
Puse los ojos en blanco.
Con suerte, eso sería nunca. Eché humo hasta llegar a mi dormitorio. Antes de
que pudiera tocar el picaporte, la puerta se abrió con fuerza. He aquí mi
compañero de cuarto.
— ¿Por qué estaba
hablando contigo?
Él era dulce, de ojos
brillantes, rubia, y aunque quería odiarlo, era terriblemente, una linda
cosita.
—Estaba reclutando
miembros para su club de fans. Le di tu nombre, Junsu.
—En serio Jaejoong, ¿qué
dijo? —me siguió mientras apilaba mis libros cuidadosamente en mi escritorio.
Cuando traté de ignorarlo, comenzó a tirarme M&M a mi cabeza.
—Sólo se estaba luciendo
en frente de sus amigos, no hay nada que contar. ¡En serio! —me dejó pasar.
Me dirigí a mi crema de
leche, estaba a punto de beberla directamente, cuando me bloqueó.
— ¡Eres tan denso!
— ¿Denso? —Negué con la
cabeza—. ¿Me estás llamando complicado o estúpido? — miré ansiosamente sobre su
hombro a la nevera.
—Jung Yunho no va hacia
los chicos, los chicos van hacia Jung Yunho. ¡Acaba de salir de su caja para
hablar contigo y lo espantaste!
—No está interesado en
mí —le dije suspirando—. Se estaba exhibiéndo.
—Así que se estaba
exhibiendo. ¿A quién le importa? Se ha ganado el derecho. ¡Es guapísimo!
Hice ruido de arcadas.
—Jaejoong —suplicó—.
¡Hay más en la vida que libros y estudiar! —Arrojó mis libros de texto fuera de
mi escritorio por puro show—. Los chicos son… pueden... hacer cosas —finalizó, asintiendo con la cabeza
hacia mí.
—Tú —le dije tocándole
las costillas— eres una puta.
Rescaté un libro de
texto del suelo y comencé a estudiar.
— ¡Jae-ioong!
Cerré los ojos con
fuerza. Odiaba cuando decía mi nombre así.
— ¿Mmmm?
Me arrebató el libro de
las manos.
—Escúchame, mojigato
ingrato —agarró mi barbilla en su mano y tiró de ella hacia arriba hasta que la
estaba mirando. —Él va a hablar contigo de nuevo, sólo porque lo rechazaste.
Como que le gustas, y cuando lo haga —él apretó su mano sobre mi boca que ya
iba a protestar— vas a hablar con él y coquetear. ¿Me entiendes?
Me encogí de hombros.
Junsu gritó:
— ¡Agghh! —y se encerró
en el baño.
Desde luego, no
importaba qué efecto tuviera sobre las mujeres u hombres en el campus. Jung
Yunho no significaba nada para mí. Nunca significaría
nada para mí. Soy inconquistable. Fin.
Junsu resultó estar en
lo cierto. Más tarde esa semana, había estado estudiando todo el día cuando
comenzó a regañarme con asistir a un partido de baloncesto con él.
—Te voy a comprar un
chocolate caliente.
— ¿Con crema batida
adicional?
— ¡Con nubes, si te das
prisa!
Diez minutos más tarde,
estaba sentado en las gradas bebiendo un chocolate caliente con crema batida
adicional en un pequeño vaso de plástico. Junsu me ignoraba y ya estaba
lamentando mi decisión de venir. Jung Yunho estaba moviéndose alrededor de la
cancha como un batidor de huevos y, francamente, me estaba haciendo marear
mientras lo observaba.
El medio tiempo llegó y
me puse de pie para encontrar el cuarto de baño. Estaba tratando de hallar mi
camino hacia Junsu cuando la presidenta del cuerpo estudiantil entró a la
cancha y levantó las manos para pedir silencio.
—Laura Holberman, una de
nuestras estudiantes, ha estado desaparecida de los dormitorios durante más de
cinco días —dijo en el micrófono.
Me detuve a escuchar.
—Sus padres, así como el
personal, están pidiendo a cualquier persona que tenga información sobre Laura,
que se presente de inmediato. Gracias chicos, disfruten el resto del juego.
Compartí algunas clases
con Laura en mi primer año. A veces a los estudiantes universitarios les
gustaba desaparecer durante unos días, cuando las cosas se ponían estresantes.
Probablemente estaba escondida lejos en la casa de algún amigo, comiendo
chocolate y quejándose de los profesores. Las personas siempre hacen un gran escándalo
acerca de nada.
—Salió con Jung Yunho en
primer año —susurró Junsu —. Me pregunto si será capaz de concentrarse en el
resto del juego ahora que sabe.
Miré a Yunho, que estaba
sentado en el banco, bebiendo de una botella de agua.
Parecía relajado.
El idiota.
Fue durante el cuarto
tiempo, cuando quedaba un minuto por jugar en el partido, que el equipo
opositor hizo una separación como la del Mar Rojo, empatando los Cougars 72-72.
No habría sabido si Junsu no me hubiera dicho, ya que había pasado los últimos
veinte minutos acumulando bolas de pelusa de mi suéter. Jung Yunho estaba en la
línea de tiro, preparándose para el tiro más importante de la noche. Parecía
tranquilo, como si ya supiera que iba a hacerlo. Por primera vez en la noche,
el gimnasio estaba extrañamente tranquilo. Intrigado, me olvidé de mi bola de
pelusa, y me enderecé. Quería que lo hiciese. Sé que era una vergüenza, pero
así era. Por una vez, entendí la manía Yunho. Era como un jalapeño, brillante y
suave, pero peligrosamente caliente. Una pequeña parte de mí quería morderlo.
Me volví hacia Junsu,
cuyos ojos estaban grandes, con anticipación. Esto era importante aquí. Mis
ojos se dirigieron de nuevo a la cancha. Me sacudí. Yunho me estaba mirando. La
totalidad de los estudiantes estaba mirándolo y Yunho me estaba mirando a mí.
Antes de que el árbitro diera el pitazo, Yunho metió la pelota bajo el brazo y
corrió hacia su entrenador.
— ¿Qué está pasando?
¿Qué está pasando? — Junsu estaba saltando de un pie a otro.
Algo no estaba bien. Me
moví en mi asiento, crucé y descrucé las piernas. Yunho estaba entregando a su
entrenador la pelota. De repente me sentí como si estuviera sentado en un
sauna.
— ¡Está subiendo las
escaleras, Jaejoong! ¡Viene para acá! —chilló Junsu.
Me escabullí en mi
asiento. De ninguna manera esto estaba ocurriendo. ¡Se dirigía directamente
hacia mí! Fingí estar ocupado escarbando en mi bolso por algo. Cuando se detuvo
al lado de mi asiento, miré hacia arriba con sorpresa.
—Jaejoong —dijo,
descansando sobre su trasero para mirarme a los ojos—. Kim Jaejoong. —Vi la
mandíbula de Junsu abrirse y a una multitud volver la cabeza para mirarnos.
—Bravo, te enteraste de
mi nombre —Luego, en voz baja— ¿Qué demonios estás haciendo?
No me hizo caso.
—Eres todo un misterio
en el campus. —Su voz era ronca, de esa que si te susurraba en el oído te daría
piel de gallina. Me aclaré la garganta y di lo mejor de mí para mirarlo molesto.
— ¿Vas a llegar al punto
en algún momento, o paraste el juego para presumir de tus habilidades de
detective?
Él se echó a reír. Miró
hacia el suelo y luego a mí.
— ¿Si anoto, vas a salir
conmigo? —Su mirada se desplazaba entre mis ojos y mis labios. Sentí el calor
golpearme en la cara y meterse en mi cabeza. No me gustaba la forma en que me
miraba. Era como si ya estuviera planeando nuestro primer beso, evaluando mis
labios. Negué con la cabeza. Era ridículo. Él estaba haciendo una producción de
su ego herido y me importa un bledo si hacía ese tiro.
Entrecerré los ojos.
— ¿Si hubieses nacido un
animal sabes cuál serías? —le pregunté. Un parpadeo de incertidumbre pasó por
su rostro. Después de nuestro pequeño encuentro en la lluvia, había buscado
llama en Google, como lo sugirió. Al parecer, eran bastante groseros, escupían,
daban patadas y cabezazos, eso era parte de su decoro social.
—Un pavo real.
Sonrió.
—Te tomó toda la semana
pensar en eso, ¿no? -Sus ojos estaban fijos en mis labios de nuevo.
—Seguro —le dije
encogiéndome de hombros.
—Entonces, ¿es justo
decir que estabas pensando en mí toda la semana? —Ahora era mi turno de lucir
conmocionado.
Maldición. Justo cuando
lo tenía.
—No... y… no, no voy a
salir contigo.
Me recosté en mi silla y
decidí buscar en la tabla de puntuaciones. Tal vez, si lo ignoraba, se
alejaría. The Black Eyed Peas sonaban ruidosamente por los altavoces. Golpeé mi
pie al ritmo.
— ¿Por qué no? —Parecía
agitado.
Me gustaba.
—Porque soy una llama y
tú eres un pájaro y no somos compatibles. —Hubo un aumento de interés en el
gimnasio, ya que la gente se estaba levantando para obtener una mejor visión de
lo que estaba sucediendo. Empecé a ponerme nervioso.
—Está bien —dijo con
total naturalidad—. Entonces, ¿qué se necesita? —Estaba apoyado tan cerca de
mí, que podía sentir su aliento en mi cara. Olía a menta. Contuve la
respiración y traté de hacerme con el control de mi acelerado corazón.
Y luego, un pensamiento
brillante.
—Que lo falles.
Inclinó la cabeza. Me
incliné más cerca, estrechado los ojos. Hablé esta vez más despacio, por lo que
no habría confusión.
—Falla, y saldré
contigo.
Vi la dulzura drenar de
sus ojos. Pedirle a un pavo real sacarse sus plumas, era hacer algo malo.
Se puso de pie
rápidamente, demasiado rápido, y subió las escaleras de a dos a la vez, de
vuelta a la cancha. Me instalé de nuevo en mi asiento con una sonrisa de
suficiencia. Apuesto a que no estaba esperando eso.
Idiota.
Junsu se turnaba para
mirar de mí a Yunho. Había algo así como asombro en su rostro. Junsu abrió la
boca para decir algo, pero levanté mi dedo para hacerlo callar. Este no era el
momento para que Junsu hablara.
—Guárdatelo, Camador —le
advertí.
Centré mi atención en la
figura de pie en la línea de tiros, y no se veía tan compuesto como hace unos minutos.
El árbitro hizo sonar su
silbato y Yunho levantó los brazos con el balón de manera suave en sus manos.
Intenté imaginar lo que estaba pensando. Había terminado conmigo, sin duda.
Probablemente enojado de que tuviera la audacia de… perdí mi tren de
pensamiento. El momento de la verdad estaba
comenzando.
Los músculos de sus
brazos se flexionaron, el balón salió de sus manos y se dirigió hacia el aro.
En esos pocos segundos, mi mente tuvo tiempo de enterarse que algo no estaba
bien en la situación. Y entonces sucedió. El balón calló lejos de la canasta y
golpeó al suelo con un ruido sordo. Miraba con horror como el caos estalló.
—No, no, no, no —susurré
en voz baja. ¿Cómo pudo hacer eso? ¿Por qué haría eso?
¡Qué absoluto idiota!
—Jaejoong, voy a fingir
que no he oído nada de eso — protestó Junsu, agarrándome por la muñeca. —Tenemos
que irnos antes de que alguien te mate —mientras me sacaba de la multitud, me
di vuelta hacia la cancha para una última mirada a lo que estaba sucediendo. Yunho
se había ido.
No escuché nada de él
por más de una semana. La culpa había comenzado a filtrarse en mis santurrones huesos y dolía hasta
la médula. No quería admitir que Jung Yunho me había sorprendido y se había
humillado a sí mismo. Alguien como él no podía sorprender a alguien como yo… ¿cierto?
De alguna manera, las
noticias de que él había saboteado el juego por un chico se habían regado por
toda la escuela. Ya que él había estado hablando conmigo minutos antes de su
fallo, yo era el principal sospechoso. Las chicas susurraban cuando me veían y
el equipo de básquet había pasado a darme miradas amenazadoras y agudas.
—Ni siquiera es bonito
—escuché decirle una porrista a otra—. Si iba a sabotear toda su carrera de
baloncesto, debería haberlo hecho por un mejor trasero.
Agaché la cabeza muerto
de vergüenza y desaparecí en la biblioteca. ¿Cómo iba a saber que había
buscatalentos en ese juego? Mis conocimientos de deportes se limitaban a ser
capaz de identificar los diferente balones de colores, y de todas maneras,
¿quién habría pensado que él realmente lo haría?
Pasé un poco más de
tiempo frente al espejo en las mañanas. Ya que todos los ojos estaban puestos
en mí, podía probar ser un bonito trasero. Yo era demasiado bonito para ser
plana y mis rasgos eran demasiado redondos para ser exóticos. Los hombres me
evitaban. Junsu una vez me dijo tenía una especie de ferocidad en los ojos que
asustaba a las personas. Sin embargo, Jung Yunho no había estado asustado.
Falló el lanzamiento a propósito. Jugó mi juego y perdí.
—Jaejoong, hay una uuuh…
entrega para ti —gritó Junsu a través de la puerta del baño una noche.
Una caja había sido
puesta en mi cama perfectamente hecha cuando salí. Rápidamente la quité y
limpié el lugar donde había estado. Junsu puso sus ojos en blanco y se desplomó
en su cama, la que él no había hecho por una semana.
—Abrirás la cosa,
¿cierto? Fue entregada por ese tipo espeluznante de la oficina de correos del
campus. Incluso intentó olerme el pelo cuando me la entregó.
—Tiene problemas de
sinusitis —dije agarrando las tijeras— no te halagues. —La caja se abrió, y miré dentro no muy seguro de lo que estaba
viendo.
—Es un balón de básquet
desinflado —dije alzándolo para mostrárselo a
Junsu.
Había un sobre unido a
él. Junsu se sentó con los ojos súbitamente alertas.
—No, genio, ¡ese es el balón de básquet desinflado! Tragué
saliva con fuerza en tanto leía la nota: Jaejoong,
Es hora de pagar.
Encuéntrate conmigo en la biblioteca en diez
minutos.
-Yunho.
— ¡Increíble! —Dije aferrando el
balón en mi mano—.
¡Ni siquiera un por favor!
¡Prácticamente me lo ordenó!
—Vas a ir. — Junsu se puso de pie, con las manos en las caderas. Succioné
las comisuras de mi boca y sacudí la cabeza, “no”.
— ¡Jaejoong! ¡Arruinaste
el juego más importante de la temporada para él! Se lo debes.
En cierto modo sí.
—Bien. ¡¡BIEN!! —grité,
igualando su tono. Agarré una sudadera con capucha de mi armario y me la puse
bruscamente por la cabeza—. Pero es todo, ¿entendido? —dije, apuñalando mi dedo
sobre él—. Voy a encontrarme con él en la biblioteca, y ¡no quiero escuchar
ninguna palabra de eso de ti o ese maldito equipo de porristas!
Junsu sonrió.
—Asegúrate de recordar
cada detalle e intenta mencionar mi nombre. Azoté la puerta cuando salí.
El viernes a la noche a
las nueve y treinta, la biblioteca era prácticamente un pueblo fantasma. Una
mujer de rostro malhumorado estaba de pie detrás del mostrador de recepción mirando
a dos estudiantes de primer año que estaban liándose. Pasé una foto de Laura
Helberman en la pared con información para contactar a las autoridades si ella
era vista. Cabello rubio, mucho rímel y labios fruncidos que parecían como si
acabaran de lamer una piruleta. Ella había estado desaparecida por dieciséis
días y su historia estaba siendo cubierta por Nancy Grace, mi heroína.
Suspiré. Llegué
temprano. Decidí dar un paseo a la sección de ficción para ver si había algo
que valía la pena echarle un vistazo.
Yunho me encontró allí
unos minutos después.
—Hola Jaejoong. —Caminó
hacia mí con tal ridícula confianza que quise alzar mi pie y mandarlo a volar.
—Yunho. —Le hice un
gesto con la cabeza bruscamente.
Él estaba usando un
abrigo negro naval sobre un suéter color crema de aspecto caro. Mi corazón dio
un pequeño galope. Dominé mi corazón, lo tranquilicé y me volví para encararlo.
Sus manos estaban metidas casualmente en los bolsillos de sus pantalones de
pana. Muy GQ. Esperaba que apareciera en una de esas tontas chaquetas de básquet y un sórdido jean.
— ¿Por qué estás tan
arreglado? —espeté, añadiendo una novela a la creciente pila de libros en la
mesa.
— ¿Cómo encuentras
tiempo para leer? —preguntó, recogiendo el libro y examinando la portada. No
iba a decirle que yo no tenía vida y que leer en mis fines de semana me
alejaba. Le envié una mirada ardorosa y esperé que dejara pasar el tema. El estúpido
atleta probablemente nunca
leyó un libro de principio a fin. Estaba
a punto de decírselo cuando
caminó por el pasillo junto a mí y volvió llevando una gruesa novela en su
mano.
—Intenta esto. Es mi
libro favorito.
Lo miré con cautela
antes de arrancárselo de los dedos.
Grandes esperanzas. Nunca lo había leído.
— ¿Estás bromeando?
Sonrió.
— ¿Crees que porque
juego al baloncesto, soy un analfabeta? Aspiré con fuerza. Eso es exactamente
lo que había pensado.
— ¿Por qué me pediste
que viniera aquí?
—Pensé que podrías estar
más cómodo encontrándote conmigo aquí. —Se encaramó en el borde de una mesa—.
¿Pensaste que no querría cobrar nuestra apuesta?
Estaba notando un acento
por primera vez. Británico, pensé, pero no podía estar seguro. Cual fuera,
tuvo el mismo efecto que el vodka para
mí.
—Te pedí que fallaras el
tiro. No dije que saldría contigo si lo hacías.
— ¿En serio? No lo
recuerdo así. —Entrecerró sus ojos y ladeó la cabeza, fingiendo estar
confundido. Yo era el único que podía ser sarcástico.
—Saldrás conmigo, Jaejoong,
porque por mucho que odies admitirlo, te equivocaste respecto a mí.
Mi boca se abrió y
cerró. ¡Mi ingenio! ¿Dónde estaba mi ingenio?
—Yo… uhhh…
—No —me interrumpió—.
Sin excusas. Voy a llevarte a una cita.
—De acuerdo. —Cerré mis
ojos e inhalé profundamente—. Un trato es un trato. Junsu iba a amarme por
esto. ¡Amarme!
—Miércoles, ocho en punto.
—Se puso de pie. Retrocedí un paso. Era tan alto. Empezó a alejarse y luego se
detuvo.
— ¿Jaejoong?
— ¿Qué? —espeté.
—Voy a besarte. Solo
para que sepas.
Escuché el eco de su
risa a través de la biblioteca cuando se fue. Sobre mi cadáver.
¿Por qué tenía que ser
tan bien parecido? ¿Y por qué mi nombre sonó tan bonito cuando lo dijo?
Alcé mis libros y fui a
la recepción a registrarlos.
me encanto y mas la amenaza de que lo besará si tu no quieres Jae yo si y estoy segura que Junsu también después de el beso quedo flechado seguro y ahora extraña esos días
ResponderEliminarGracias por compartirlo y por fa no demores en poner los capítulos que faltan muy bueno y quiero mas
Omg yunho tan seguro de si mismo ❤
ResponderEliminarSe ve que ha estado observando a Jae y que le gusta mucho .
Me encanto el capi muchas gracias .
Yunho es tan lindo ♡w♡ al parecer quería mucho a Jae ..mira que perder un partido solo por el!! Y Jaejoong lo hace tan difícil... es muy frustrante >.<
ResponderEliminarYunho es un amor *.*
ResponderEliminarWooo Jaejoong no todo es lo que parece y Yunho te dio un claro ejemplo es un encanto no ^^ ...y ahora en la cita que pasara >o<
ResponderEliminarLa personalidad de Jaejoong es algo arisca XD da ganas de tirarle un golpe jajaja pobre Yunho todo lo que tiene que aguantar .... X3
ResponderEliminarLa fama de Yunho y lo arisco de Jae, pues difícil más no imposible para que congenien y estén juntos.
ResponderEliminarGracias!!!
La fama de Yunho y lo arisco de Jae, difícil más no imposible de que congenien y estén juntos como pareja.
ResponderEliminarGracias!!!