Capítulo 24
—Para.
Jaejoong
cerró la nevera y se volvió.
Yunho
llegó a Jaejoong, cerrando la distancia entre ellos rápidamente. Sus pies
descalzos fueron silenciosos. Se movía con sensual gracia. Incluso en
pantalones de ejercicio y una camiseta, se veía increíble.
—¿Que
pare qué?
—De
limpiar. —Le agarró la mano y lo tiró a un taburete en su isla—.
Siéntate. No eres un sirviente. —Fue
a la nevera, sacó una botella de vino blanco, sirvió una copa, y la puso
delante de Jaejoong —. Toca ese vino, y te quedarás esta noche conmigo.
Jaejoong
sonrió.
—¿Esa
es tu forma de pedirlo?
—No
es negociable. Son casi las diez de la noche. Me preocupa que conduzcas solo a
casa cuando estás completamente sobrio. Bebes, estás aceptando quedarte. Pero
tengo algunas otras opciones para ti.
El
corazón de Jaejoong se agitó.
—¿Opciones?
—Repentinamente el vino sonaba como una espléndida idea. Jaejoong
tomó un sorbo.
Los
ojos de Yunho se movieron sobre su cara.
—Primera
opción, vamos al jacuzzi. Tomamos un poco de vino, nos relajamos por el tiempo
que pueda aguantar de enterrar mi polla en ti. Eso será bueno para tu pierna.
Escalofríos
corrieron sobre la piel de Jaejoong.
—No
tengo un traje de baño.
Yunho
cargó los utensilios que habían utilizado en el lavavajillas.
—Perfecto,
no vamos a usarlos. Young Jae está dormido. Estamos solos.
¿Desnudos?
Tomó otro sorbo de vino.
—¿Cuáles
son mis otras opciones?
—Saltarnos
el jacuzzi e ir directamente al sexo.
—Oh.
—Cualquier sexo con Yunho era buen sexo. Sexo caliente.
Fuera de serie... pero parte de Jaejoong quería dejarse llevar y empujar sus
límites.
Terminando
de limpiar, Yunho puso las manos en la isla, mirando a través del granito hacia
él.
—Todavía
hay otra opción.
La
boca de Jaejoong se secó.
—¿Qué?
—Subimos
a mi cuarto, y tú sigues mis instrucciones que te incluirán desnudo sobre mis
muslos, tu culo a mi merced. —Las
esquirlas de sus ojos ámbar se fundieron—.
¿Estás usando una tanga?
Calor
se desató bajo su pelvis.
—Sí.
La
sonrisa de Yunho se transformó en maldad pura.
—Puedes
dejarte la tanga puesta. —Jaejoong no podía apartar la mirada de Yunho —.
¿Cuál eliges?
Los
hombros y el pecho de Yunho eran enormes, cubriendo casi la mitad de la
impresionante isla central. Sabía lo fuerte que era, pero había sido gentil
esta noche ayudando a Young Jae a ir a la cama, y siempre era cuidadoso con Jaejoong.
Incluso mientras se conducía dentro de su cuerpo con su cabeza echada hacia
atrás, las venas estallando mientras se esforzaba, lo abrazó fuerte como lo
hizo cuando tuvieron sexo contra la puerta en su habitación.
Era
una decisión fácil.
—La
tercera.
Ni
siquiera terminó la frase antes de que Yunho se disparara alrededor de la isla.
Movió la copa casi llena a un lado, a continuación lo tomó en sus brazos y se
dirigió escaleras arriba como si Jaejoong no fuera más pesado que las bolsas de
comestibles que había llevado antes. Antes de que recuperara el aliento,
estaban en la suite principal, y Yunho cerró la puerta de una patada.
Después
de ponerlo de pie, colocó su teléfono en la mesita de noche y se quitó la
camisa.
Los
duros músculos que se movían con gracia por su espalda lo paralizaron. Yunho lo
enfrentó vistiendo solo pantalón de ejercicio y una creciente erección. Se
sentó a un lado de la cama, con los ojos intensos.
—Desnúdate
hasta tu tanga para mí.
Burbujas
de emoción jugaron en su vientre. Debería estar disgustado consigo mismo.
Consternado. Pero quería esto, quería experimentar lo más que pudiera con Yunho.
Este hombre era una oportunidad única en la vida para Jaejoong, aún así se
contuvo, repentinamente inseguro de su decisión. Le habían dicho tantas
veces que estaba haciendo malas elecciones. Su creciente excitación se
convirtió en trozos de incertidumbre.
—¿Esto
es depravado?
Bajando
su barbilla, Yunho lo clavó con los ojos.
—No
hay una sola cosa depravada en ti. Si no quieres hacer esto, realmente no
quieres, no lo hacemos. No me importa, lo único que quiero es a ti. Pero si
estás permitiendo a alguien, o algo, fuera de esta habitación tomar una
decisión por ti, eso es depravado.
El
nudo de la duda en su estómago se deshizo.
Los
ojos de él se suavizaron.
—¿Pero
confiar en mí para no hacerte daño? Eso es valiente. Y eso es hacerle frente al
terror profundo con el que has tenido que vivir durante seis años. Has confiado
antes y te lastimaron. Esto, bebé, tiene que ver con lo que quieres. Estoy
viendo lo que quiero.
Nunca
había tenido esto… un hombre que vio su alma y la quería de todos modos. Al
darse cuenta que su confianza en Yunho era tan real y viva como sus cicatrices,
empuño su camisa y se la quitó. Salió de sus pantalones, quedándose desnudo
para Yunho a excepción del tanga negro.
—Ven
aquí. —Le tendió la mano, grande con largos dedos y gruesos
nudillos. La que iba a usar en él. Cintas de lujuria se estiraron y se agitaron
en un baile con sus miedos. Dio un paso y luego otro hasta que sus dedos se
cerraron alrededor de los suyos.
Su
franca valoración quemó por su cuerpo.
—Tan
malditamente hermoso. —Envolviendo su cintura con sus manos, lo sostuvo en el
lugar mientras lo miraba—. ¿Dudaste cuando te pedí que te desnudaras?
—Uh...
—Cuidaré de ti. Lo único que tienes que hacer es dejarte
ir. Confía en mí. El recuerdo de sus palabras en el teléfono lo
tranquilizó. Podía dejar ir el control y hacer esto. Quería hacer esto.
Era un juego basado en la confianza. —Sí.
—Cinco
azotes por eso. ¿Y decirte a ti mismo depravado? —Frotó
sus pulgares en su cintura—.
Sí, eso va a añadir cinco azotes más a tu culo.
Esas
cintas de lujuria dieron un tirón en su vientre. La expresión severa de Yunho
coincidía con el modo serio con el que lo mantuvo en su lugar. El juego de sus
músculos ondeando bajo su piel le dijo que escapar era imposible. Su gran
fuerza y voluntad ganarían sobre la de Jaejoong. Tenía que someterse, y eso lo
excitó demasiado.
—Parece
un poco duro. No dije que era un depravado, solo pregunté si esto era
depravado.
—Acabas
de agregar un azote más. ¿Quieres seguir discutiendo?
Mantuvo
su boca cerrada.
—Buen
chico. Después de los primeros diez azotes voy a parar y hacerte una simple
pregunta que determinara que tan duro será el azote número once. —Lo
tiró más cerca hasta que los dedos de sus pies tocaron los suyos—.
La respuesta equivocada y mientras todavía te tenga inclinado sobre mi regazo,
te voy a ordenar que separes los muslos más amplio. Estarás hinchado, húmedo,
adolorido, necesitando correrte. Tu culo va a arder. Y sabrás lo que sucede a
continuación. Tenso por ello. Esperando, preguntándote si puedes tomarlo.
Jaejoong
se aferró a cada palabra.
—¿Qué?
—Ahí
mismo ¿esa dulce tierna carne entre tus muslos? Te voy a azotar.
Su
cuerpo se tensó y apretó los muslos. El aturdimiento y el deseo chocaron con
tanta fuerza, se estremeció.
—Eso
es... —¿La gente hacía eso? ¿Podría soportarlo?
—Tu
pulso se agita en tu garganta. Tus pezones son apretados y sensuales capullos. —Rozó
su boca sobre su pecho, creando un rastro húmedo. Sin previo aviso, se aferró a
su pezón y raspó con los dientes sobre la punta sensible.
El
jadeo de Jaejoong se volvió gemido mientras lo chupaba suavemente, pasando su
lengua sobre la mordedura. Se cambió al otro lado, disparando sus nervios.
Cuando
levantó la cabeza, sus ojos eran intensos con las pupilas dilatadas.
—¿Estás
mojado? ¿Te duele el pene, gatito?
De
ninguna manera iba a mentir ahora. Ya estaba arriba de los once azotes.
—Sí.
—Muéstrame.
—Tomándolo de la mano, lo jaló—.
Acuéstate sobre mis muslos. —Se
giró ligeramente y lo ayudó. Metió almohadas debajo de su pecho y cara.
Levantando la mano de Jaejoong, la apretó contra la cálida piel de su espalda
baja, justo por encima de sus pantalones—.
Sostenla ahí, no la quites. Lo sentiré si me pinchas. —Pasó
la mano sobre su cabello y espalda en largas, sensuales caricias, sus dedos
deslizándose sobre su culo y luego de vuelta—.
Entre nosotros, todo está bien, incluso los azotes.
Sintiéndose
seguro y cuidado, se relajó.
—Buen
chico, estás listo para recibir tu castigo. Separa tus piernas.
Las
abrió, y el aire frío se precipitó
—Dios
—gruño Yunho—.
Tan malditamente caliente. Me encanta tu culo en esta tanga. —Colocó
su mano sobre su trasero, su pulgar trazando el material situado entre sus
nalgas y más abajo hasta que rozó la seda húmeda aferrada a Jaejoong —.
Oh, sí. —Metiéndose debajo de la tira de tela, Yunho trazó su
hendidura, creando una deliciosa fricción—.
Quieres que te azote.
Era
un juego, un juego sexual. Jaejoong podía hacer esto. Permanecer ahí, la suave
almohada contrastando sus duras piernas mientras su mano lo recorría y lo
exploraba, se entregó a su toque. Se apretó contra su mano entre los muslos.
Su
mano se fue. Se había ido.
Entonces
cayó sobre su nalga, creando una picazón que se irradiaba a través de su parte
baja. Sorprendido, clavó los dedos en la almohada. Maldita sea, tal vez...
—Esa
es una. A partir de ahora las contarás. —Le
dio una palmada al otro lado—.
¿Cuántos?
Jaejoong
contuvo el aliento.
—Dos.
Un
ligero golpe más abajo en su trasero. Primero un pinchazo, y luego un calor
hormigueante que lo mantuvo en el borde. Contuvo la respiración, esperando el
siguiente.
En
su lugar, pasó los nudillos por el pliegue de sus muslos y nalgas, de ida y
vuelta, creando abrasadores escalofríos que lo hicieron jadear. Estaba más
húmedo, más caliente, ¿podía Yunho ver eso? ¿Qué pensaba? La
incertidumbre se deslizó, tensándole los músculos.
Sus
dedos metidos en su pliegue, agarrando la tira de su tanga. Un movimiento
brusco tiró del material contra sus pliegues sensibles.
—No
te escuché contar.
Eso
choque de presión lo hizo jadear.
—Tres.
Su
mano bajó sobre su trasero, más fuerte.
—Cuatro.
—Sin
pensar, sin tensar. Estás a mi merced y tomarás tu castigo. ¿Queda claro?
Con
la mano pegada a la parte baja de la espalda de Yunho, Jaejoong tenía una línea
directa de escape.
—Sí.
—Te
mereces esta azotaina. Dilo. Ahora.
Sus
pezones empujaron contra la almohada ante la demanda.
—Merezco
ser azotado. —Decir algo malo como eso, algo que debería estar mal, lo
llenó de una sensación liberadora.
—Te
mereces todo lo que te doy. —La
voz de Yunho fue dura, y puntualizó sus palabras con pequeños toques. Duro,
suave, en la parte superior del muslo, luego una nalga, moviendo, cambiando.
Una y otra vez. Haciéndole decir cada número.
—¡Ocho!
—Cada pensamiento que había tenido huyó mientras el calor
punzante se hacía cargo. Jaejoong podía solo concentrarse en eso y su mano
aferrándose a Yunho. Anclándolo.
—Buen
chico. —Yunho le acarició el trasero—.
Me encanta tu culo.
Dos
azotes más lo llevaron al borde. Cada toque de su mano lanzó una necesidad
directa entre sus piernas. Su culo ardía, su miembro palpitaba, y se retorcía,
tratando de frotar sus pezones en la almohada. Su piel se volvió tan sensible
que hasta el aire lo atormentaba.
Yunho
se detuvo. Lo dejó así, necesitado y dependiente de él. Su cuerpo tenso,
luchando por la liberación.
—Por
favor, Yunho, por favor. —Escuchó las palabras, se escuchó rogar. Sus ojos se
llenaron de desesperación. Era demasiado.
Yunho
cogió su tanga y la quitó.
—No
te muevas. —Deslizó su mano por la cara interna del muslo y más
arriba. Escalofríos calientes pasaron por su piel. Sus dedos lo acariciaban,
deslizándose por su hendidura, partiéndolo, tocando su miembro —.
Tan húmedo e hinchado. —Su voz fue tan ronca, sonó como si le doliera—.
Ahora, tú pregunta.
Jaejoong
se retorció, tratando de presionar contra el toque de sus dedos. Necesitando
más.
Yunho
suavemente golpeó su muslo.
—No
te muevas a menos que yo te lo diga.
Un
sonido se divulgó de su garganta, tan desesperado que debería estar humillado.
Pero esas picaduras de sus azotes lo torturaron. Tan cerca pero no lo
suficiente. Quería ser bueno y malo al mismo tiempo.
—Por
favor, Yunho.
—Suplicar
no te conseguirá lo que necesitas. ¿Listo para la pregunta, Jaejoong? Tienes
una oportunidad para responder correctamente. Si no lo haces, vas a separar
mucho más tus muslos. Y ya sabes lo que sucederá.
Oh
Dios.
—¿Cuál
es la pregunta? —Las lágrimas quemaban sus ojos. Frenética tensión hervía
más y más fuerte en su interior.
—¿Eres
mi depravado chico panadero quien necesita sus huevos azotados?
La
sangre rugía en sus oídos y la necesidad afianzó su centro. Su miembro palpitó
y suplicó por más. Contra su cadera, la enorme polla de Yunho latía debajo del
algodón de sus pantalones. Solo había una respuesta. Porque Jaejoong quería
todo lo que tenía para darle.
—Sí.
Yunho
le acarició los encendidos, sensibles lugares en su trasero y piernas.
—Jodida
perfecta respuesta equivocada. Abre, tan amplio como puedas. —Con
un toque ligero, Yunho facilitó que abriera más las piernas.
Aire
frío se apoderó de su piel demasiado caliente, haciéndolo gemir.
Sus
dedos se deslizaron sobre él, rodeando ese brote palpitante. Demasiado
suave. Insuficiente. Pero no tenía permitido moverse, frotarse contra él.
La frustración lo arañó.
Yunho
se apartó.
Entonces
lo azotó entre los muslos.
Sensaciones
al rojo vivo lo electrificaron. El cuerpo entero de Jaejoong se inclinó
mientras su orgasmo explotaba. Totalmente expuesto y vulnerable, no tenía
defensa. Sin control. No tenía nada mientras voló lejos en choques de cálido
placer. Simplemente continuaban, llegando a la cima y reduciéndose, mezclándose
con la sensación de los brazos de Yunho envueltos alrededor de él, su boca
rozándole los labios, mejillas y ojos.
—Te
tengo. No te dejaré ir.
Centrándose
en su voz, la sensación de su corazón golpeando contra su cuerpo, flotó y ondeó
con cada espasmo. Poco a poco, la conciencia se filtró. Estaba completamente
seguro en sus brazos. De alguna manera Yunho lo giró y lo acunó.
Todo
su cuerpo estaba suelto y lánguido en sus brazos. Como si algo dentro de Jaejoong
se hubiera liberado.
Yunho
lo cambió de nuevo, acostándolo en la cama. Se arrodilló en el suelo, colocando
su pierna buena por encima de su hombro y giró hacia su pierna mala. Suavemente
besó a lo largo de la cicatriz en el interior, todo el camino hasta ese punto
sensible en su rodilla.
La
dulzura absoluta liberó un torrente de emoción y lágrimas saltaron a los ojos
de Jaejoong, derramándose por su cara.
—Yunho.
Sus
ojos se volvieron hacia Jaejoong, irradiando ternura que hizo que su corazón se
encogiera. Posicionando su pierna, se inclinó entre los muslos y lo lamió,
lamiendo con dulzura en el lugar que había azotado. Gimiendo, le acunó las
caderas y cerró la boca sobre su miembro, llevándolo al borde de otro orgasmo.
Pero Jaejoong se agachó y tiró de la cabeza.
Yunho
levantó la mirada, sus ojos vidriosos, su boca húmeda.
En
este momento, no había obstáculos entre ellos.
—Me
duele por ti. Solo tú puedes darme esto.
Yunho
se puso de pie y se quitó sus pantalones. Su polla saltó libre, color ciruela,
gruesa y larga, bailando mientras bajaba la mirada hacia Jaejoong.
—Estabas
tan condenadamente impresionante que casi me corro viéndote. Sintiéndote.
Emoción
se concentró en la garganta de Jaejoong.
Yunho
arrastró una almohada a través de la cama y la puso debajo de su pierna mala.
Entonces descendió sobre Jaejoong, su peso seguro y reconfortante.
—Necesito
esto. —Entrelazando sus dedos con los de Jaejoong, levantó sus
manos sobre su cabeza. Alineando la cabeza de su polla contra su entrada,
empujó hacia dentro.
Al
instante fue demasiado. Demasiado lleno. Sus emociones demasiado crudas. Más
lágrimas se reunieron en sus ojos.
—No
te detengas. Lo siento, yo no…
Yunho
besó sus lágrimas.
—Está
bien llorar, cariño. Déjalo ir. Solo lo estás sintiendo, bebé. —Una
vez instalado dentro de Jaejoong, comenzó a bombear, facilitando la entrada y
salida, llenándolo, mientras sus ojos brillaban de ardiente deseo—.
Me dijiste que querías sentir. Agárrate a mí... —apretó
sus manos unidas—, y siente lo que estamos haciendo juntos.
El orgasmo
de Jaejoong se construía con cada deliberada estocada. Jaejoong fue dejado al
descubierto, expuesto, no podía detener las lágrimas rodando por su cara.
Jaejoong
se arqueó, encontrándolo en cada empuje.
—¿Lo
sientes también? —Si Jaejoong no estaba solo, estaba bien.
El
rostro de Yunho cambió a necesidad cruda, el cuello y los hombros abultados,
pero sus dedos envueltos alrededor de los de Jaejoong permanecieron suaves.
—Malditamente
demasiado para ti. Y aún así no es suficiente. —Mostró
sus dientes, la mandíbula se puso rígida mientras crecía dentro de él—.
Joder, Jaejoong.
Eso
lo tiró por el acantilado. Pero Jaejoong se obligó a abrir los ojos,
aferrándose a sus manos mientras su cuerpo se convulsionaba alrededor de Yunho.
Yunho
dejó caer su rostro en el de él.
—Eres
mío. —Se estrelló contra Jaejoong, su cuerpo agitándose mientras
su orgasmo lo consumía.
Yunho
lo sintió estremecerse. Temblores profundos. No estaba sorprendido. Jaejoong
había dejado ir un miedo profundo esta noche. Confiaba en Yunho.
Y
vaya si eso no le hizo un maldito agujero en el pecho. El hombre lo había
tocado donde nadie lo había hecho. Su valentía y confianza le humillaron como
ninguna otra cosa. Después de retirarse de Jaejoong, lo levantó para que
pudiera tirar de la colcha y acostarse contra las sábanas. Yunho arrebató su
camiseta del final de la cama, primero limpiando las lágrimas restantes de la
cara de Jaejoong, luego limpió suavemente entre sus muslos.
Arrojando
la camisa, se acostó y lo tomó en sus brazos. Metió una almohada entre las
rodillas de Jaejoong para darle apoyo extra a su pierna mala.
—Te
tengo. Duerme.
—¿Por
qué fue tan intenso?
Yunho
estaba muy cansado. El desfase de horario, el viaje, Young Jae, y luego Jaejoong
volándole la mente. Pero su pregunta merecía una respuesta.
—Rompiendo
barreras, cariño. Soltaste algunos temores para dejarme entrar —le
acarició el cabello—. Te dejé entrar también. Los dos lo sentimos.
—Estamos
demasiado metidos.
No
me digas. Pero Jaejoong había confiado en Yunho hasta las
lágrimas. Su pequeño luchador tenía un arma secreta… lágrimas honestas que
desgarraron a través de todas las defensas que tenían para obtener un
estrangulamiento en su corazón.
—Tal
vez, pero estamos juntos en esto. Y en este momento, eso es lo que importa. —Demasiado.
Jaejoong le importaba demasiado.
Esto
nunca debió haber sucedido.
***
Lidia Tun Mex. Va a ser difícil que Yunho cambie de opinión cuando lucho tanto por lograr su meta, gracias por comentar hermosa.
Reina Sandoval. Muchas gracias estoy feliz de que te guste la historia.
Katherine miranda. Muchas gracias preciosa por leer y comentar, y espero que te siga gustando.
Yunho Kim. Besos y abrazos también para ti, gracias por apoyarme con tus comentarios siempre. Eres una lindura hermosa de niña.
Cha yun. Gracias preciosa por comentarme no solo aquí ya vi que estas poniéndote al día con mis fics muchas gracias.
Y una disculpa no suelo subir fics sin revisarlo al menos dos veces y aun así tengo errores, esta vez no me me es posible revisarlos y si no tardaría bastante tiempo mas y no quiero retrasar la historia. Espero les guste y no haya fallado mucho y gracias a sus comentarios me apuro lo que puedo.
No te preocupes por nosotras ya sabemos que hacer esto es muy complicado y nosotras podemos esperar y con referente a la historia es bueno que Jaejoong pueda confiar en Yunho ya que el lo esta ayudando a superar su trauma espero que también lo ayude a encerrar a esos desgraciados que le hicieron tanto daño y a ese Ryu Jin que demuestre que el estaba detrás de todo lo que le hicieron a Jaejoong gracias Patricia por este capítulo que está muy interesante aunque eso del sadomasoquismo como que le pone un tono picante
ResponderEliminarEstuvo genial el cap,los 2 se liberaron de sus limites y miedos y fue genial porque lo disfrutaron mas y es bueno que Jae congie en Yunho el lo esta ayudando a liberarse de todo lo que sufrio y demostrandole que es una persona normal y no una rota como el piensa por otro lado Yunho demuestra a Jae cuanto le importa,le esta abriendo su corazon y sobre todo lo cuida y lo hace sentirse querido.
ResponderEliminarGracias por el cap
me encanto Jae por fin siendo liberados uno de sus miedos y dando toda su confianza a Yunho y ese descubriendo cuan grande es el amor que tiene por su dulce panadero pues Jae a logrado con su dulzura derretir ese corazón de hielo y hacer que prenda como el infierno de amor por el bien por los dos
ResponderEliminarahora espero que encuentren a los que dañaron a Jae y desquite con ellos sus frustraciones y el coraje reprimido que tiene Yunho por haber lastimado a su chico
Gracias Pao los recibo es un placer leerte así que no me queda mas que agradecerte por tu tiempo el que hacer por agradarnos y entretenernos de esta bella manera
saludos te regreso mas besitos y abrazos apretaditos bendiciones esperando que te encuentres bien hasta el próximo cap cuídate
Amo que Jae este por fin liberándose y que pueda confiar en Yunho <3
ResponderEliminarY que sea para ambos igual porque Yunho también está confiando más en él
Espero poder leer la continuación prontito :)
Que estés muy bien
Kai.
Patricia e leído tus historias ,todas sin excepción son muy buenas y me encantan .se que es egoísta de mi parte pedirte que actualices con rapidez teniendo en cuenta que no conozco tu situación,pero es que escribes tan bien y me enamoro tanto de la historia que no puedo esperar a ver la continuación.,pero no te preocupes escribe cuando puedas pero por favor no te detengas .suerte y espero con ansias💙 😄
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