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La proposición


Capítulo 23

Tan pronto como Yunho abrió la puerta de su casa en la noche del viernes, reconoció los sonidos provenientes de la gran pantalla de televisión en su sala de estar. La última pelea de campeonato de Yunho.
Después de dejar su maleta, se fue al refrigerador y tomó una cerveza fría.
Tragó rápidamente un cuarto de la botella y echó un vistazo a la pantalla.
Era una versión más joven, más dura de él. Vistiendo solo pantalones cortos, sus músculos marcados, mientras el árbitro levantaba la mano en el aire, Yunho —U-Know— Jung ganó su tercer y último campeonato.
Cuando las cámaras se acercaron en un primer plano, los ojos de Yunho ardían en un fuego dorado en represalia. Un sentimiento cansino de nostalgia se retorció a través de él. En momentos en que debería haber acogido el instante, celebrando, todo lo que había pensado era que estaba un paso más cerca de su objetivo final.
Venganza.
La pantalla se congeló.
Yunho desvió su atención a Young Jae sentado en el sillón que rodeaba su sofá.
¿Cuál era su juego? ¿Mostrar a Yunho que él había sido un luchador no un asesino?
—No empieces.
—A veces no es acerca de ti.  
Young Jae se veía muy deteriorado. Tenía los ojos hundidos, y sus omóplatos se destacaban como un recordatorio obsceno de que el cáncer estaba ganando la pelea.
Yunho giró la cabeza, tratando de aliviar el estrés en su cuello y la agonía engullendo su fuerza de voluntad ante la idea de perder a Young Jae.
Se acercó a la mesa de café, dejó caer su culo hacia abajo y apoyó los codos sobre sus muslos. Sus rodillas rozaron a Young Jae.
—Dime.
La vulnerabilidad como nunca antes había visto nadaba en los ojos de Young Jae.
—Tuve algunos problemas de estómago.
Yunho había sostenido a Young Jae mientras éste vomitaba hasta sus entrañas un par de veces. Había arrastrado su culo demasiado flaco un par de veces. Sabía lo que sucedía.
—¿Dónde diablos está tu enfermera?
Una sonrisa burlona asomó a sus labios.
—A tu chico y a Heechul no les gustaba la forma en que ella estaba haciendo su trabajo, la despidieron a ella y a la agencia que la envió. Han estado tomando turnos junto con Junsu, ayudándome. —Yunho maldijo casi dejando caer su cerveza.
—¿Mi chico? —Su expresión suave disipó las sombras.
—Jaejoong. Él ha estado cambiando algunas de sus recetas de muffins, tratando de encontrar algo que yo pueda retener en mi estómago. Su amigo Junsu ha estado haciendo batidos y realizando masajes para aliviar algo de mi dolor.
Yunho abrió la boca. Luego la cerró. Cristo, ¿todo esto sucedió mientras estaba fuera?
—¿Sin palabras?
Intentó recomponer su postura.
—¿Por qué tuviste que despedir a la enfermera? —Rápidamente, dirigió su mirada hacia la izquierda.
—Me enfermé después de la cena la noche del miércoles y no logré llegar al baño. La enfermera dijo que ocuparse de eso no era su trabajo.  Pensaba que Heechul era el que tenía mal genio. Santa mierda, Yunho, Jaejoong es feroz cuando está enojado.
Sus pensamientos hervían violentamente. Su pecho ardía ante el hecho de que Young Jae estaba enfermo y se enojó porque la enfermera le había tratado de esa manera. Sumado a eso un sentimiento de frustración, había querido que Jaejoong viniese, pasase el rato y se divirtiese y no que acabara ocupándose de Young Jae.
Heechul le había dicho que él y Jaejoong se habían llevado bien, y él pensaba que podían ser amigos.
¿Pero la peor parte? Yunho debería haber estado aquí. Kang Joon era lo suficientemente fuerte como para levantar a Young Jae, y el chico pudo bañar al hombre sin pestañear. Pero debería haber sido Yunho.
Colocando su mano en la pierna huesuda de Young Jae, dijo:
—Ya he terminado de viajar por el momento. Voy a estar aquí. —No importa lo jodido que era tener que ver al hombre que era como un padre para él morir.
Young Jae apagó el televisor y apuntó su mirada fija en Yunho.
—¿Qué sucedió en Brasil? ¿Entrenaste con Marcus?
Yunho apuró su cerveza.
—Sí. Marcus fue uno de los mejores artistas brasileños de artes marciales jiu-jitsu en el mundo. ¿Tu ataque al enemigo por la retaguardia estrangulándolo?
—León listo. —Yunho era tan bueno que podría matar a un león con su agarre.
Él lo sabía, sus entrenadores lo sabían, pero el público no.
Yunho había construido cuidadosamente su imagen de estar en forma tanto para la cámara como para la jaula. Sosteniendo la botella de cerveza vacía entre sus muslos, dijo:
—Estuve cerca del límite con un compañero de sparring.
—¿Lo pusiste a dormir?
—Tan rápido, que no golpeteó.
Había pagado un montón de dinero para entrenar con un compañero lo suficientemente competente para reconocer cuando estuviesen en peligro.
—Se suponía que debía ser entrenado. Tendría que haber golpeteado.
El recuerdo de su oponente cojeando ante el agarre de Yunho todavía comía sus entrañas.
Esa fue una de las razones por las que había entrenado para reaccionar de manera rápida al golpeteo, segundos significaban un estrangulamiento.
Al darse cuenta de que había estado mirando al suelo, levantó la vista y se dio cuenta de la expresión de Young Jae de conocimiento.
Yunho podía leer al hombre como un libro.
—No es lo mismo. —Matar a su compañero de entrenamiento habría sido un accidente que habría enfermado a Yunho.
Young Jae arqueó las cejas.
—¿Qué has dicho?
Poniendo la botella de cerveza a un lado, se obligó a congelar sus venas.
—Lee Foster merece morir.
—Lo merece. Lo que le hizo a Mi Ja... Debería haberlo matado yo mismo. Pero no lo hice.
Young Jae inclinó la cabeza hacia atrás cerrando los ojos.
—Traté de hacer lo correcto ese día. Ya era bastante malo que Mi Ja fuese asesinada. No quería tu vida destruida también.
—¿Tú querías matar a Foster? —En todos esos años, Young Jae nunca había dicho eso.
Young Jae abrió los ojos, el viejo fuego acerado ardiendo en sus profundidades.
—En el mismo sitio. Pero yo había pasado por eso, hijo, y es infernal. En cambio, he tratado de darte otro camino. —Sus dedos se apretaron alrededor del control remoto—. Pero si no podía alejarte de tu plan, entonces iba a matar a Foster antes de que tú pudieras.  
Eso se estrelló contra él como un tren. Yunho se dobló sobre sus pies y se quedó mirando al hombre, tratando de procesar las palabras.
—No puedes estar hablando en serio.
—Mortalmente.
No, eso era una locura.
—Mi Ja era mi hermana. Yo no estaba allí cuando debería haber estado, le debo esto.
Había sostenido su cuerpo junto a él, jurando vengarse por ella. No podía romper esa promesa. Si lo hiciese, entonces sería como su madre. Peor que su madre.
Young Jae asintió lentamente.
—Sé que eso es lo que tú crees.
Yunho miró por la puerta ventana hacia la estéril noche oscura. Si pudiera ver su propia alma, así es como se vería, oscura y vacía.
Basta de esto.
—Voy a tomar una ducha, luego te conseguiré algo de comer.
Se dirigió hacia las escaleras.
—¿Quieres saber por qué estaba viendo la pelea cuando entraste?
Hizo una pausa.
—¿Por qué?
—Eres como un hijo para mí. Nunca iba a permitirte matar a Foster. Yo siempre entraría en esa jaula y lo haría por ti. Siempre. Pero ahora ni siquiera sé si seguiré respirando cuando enfrentes a Foster y tomes tu decisión.
La brutal realidad aprisionó a Yunho por la garganta. El una vez enorme y vencedor luchador estaba perdiendo la batalla más grande de su vida.
El hombre no se merecía sufrir una viciosa enfermedad que se llevaba todo lo que tenía, sus sueños, esperanza, dignidad; tomaba todo de él, incluso la respiración.
Young Jae había cometido un error, sí, pero habían pasado décadas desde entonces, ocupándose de chicos que nadie más lo hacía.  
Un horrible dolor y una rabia impotente retorcían las entrañas de Yunho.
—Vi tus antiguas luchas, observando al hombre que llegué a amar como a un hijo, al hombre que voy a fallar cuando más me necesita.
No tenía palabras. Nada. Era jodidamente doloroso. Nunca había sabido que Young Jae lo sentía de esa manera.
Un hijo. ¿Él?
Young Jae tomó el control remoto y apagó el televisor encendido. El rugido de la multitud surgía de los altavoces de sonido envolvente mientras Yunho era declarado tres veces campeón.
Entonces, ¿cómo era posible que Yunho sentía todo menos eso?
Después de su ducha, Yunho caminó descalzo con pasos largos a través de su sala de estar cuando oyó la puerta principal abierta. Giró a la izquierda y se detuvo.
—Jaejoong.
Jaejoong entró, cargado con dos bolsas de la compra y se congeló.
—Yunho, oh. Lo siento. —La piel delicada en sus pómulos tomo un color oscuro—. Pensé que no ibas a llegar a casa hasta la noche tarde.
Tomó las bolsas de Jaejoong.
—¿Qué hay aquí? —Miró en una bolsa y vio un par de pollos de rosticería, recipientes de delicatesen —carnes frías— y una botella de ginger ale—. ¿Tú compraste todo esto?
—Pensé en ver si Young Jae podía tolerar algo de arroz con un poco de carne blanca de pollo en él.
Estaba tan tenso, sus labios eran casi blancos.
—¿Qué sucede? ¿Te está doliendo la pierna?
—No más de lo habitual. Es que... Dios, me dirigí directamente a tu casa. Te juro que pensé que no vendrías a casa hasta cerca de la medianoche y no quería que Young Jae se levantara si se sentía cómodo. Heechul, con la ayuda de Yoochun, ha contratado a algunas enfermeras nuevas que empiezan mañana. Estaba a punto de sentarme con Young Jae ya que Kang Joon estaría ocupado buscándote. Pero estás aquí, así que puedo irme. Uh, ¿cómo fue tu viaje?
Estaba balbuceando, pero no podía apartar los ojos de Jaejoong. Su cabello caía sobre los hombros, las delicadas rayas de color rosa sobre el cabello, y la cara lavada. Olía a jabón y a ese delicioso aroma de Jaejoong, su chico pastelero. Diablos, solo el sonido de su voz calmaba sus entrañas desoladas.
Yunho puso las bolsas en la mesa lateral en su hall de entrada, luego tiro de Jaejoong hacia sus brazos. Jaejoong encajaba. Su suavidad hundiéndose en él. Cristo lo había echado de menos. Tirando de su cabeza hacia atrás, se perdió en sus ojos.
—¿Tú entrando a mi casa? La mejor maldita cosa que me ha pasado en toda la semana. No te vayas. —Lo necesitaba. Necesitaba esto.
—Me quedaré —su voz se suavizó en la dulce y sexy gatito que Yunho había empezado a conocer tan bien.
Incapaz de resistirse, lo alzó hacia su boca, hambriento de saborearlo, para llenar la amarga desesperación con Jaejoong. Cruzó los brazos alrededor de Yunho, enterrando sus dedos en su cabello húmedo mientras ponía su boca cerca.
En segundos, el beso se hizo intenso y en llamas. Yunho no quería nada más que llevarlo en brazos a su habitación y aislarse del mundo.
Pero no podía. Todavía no. Rompiendo el beso, le sonrió.
—Vamos a poner esta cena juntos. —Agarró las bolsas y siguió a Jaejoong a la cocina. Jaejoong llevaba unos vaqueros ceñidos a su trasero.
Lo cual le hizo recordar su conversación de hacía un par de días atrás.
Luchó por contener un gemido. Jaejoong le había pedido que lo azotara.
Jesús, mejor no pensar en ello. O iba a tener una erección masiva.
Maldición, ¿cómo podría no pensar en ello? Jaejoong confiaba en él, y su confianza no fue fácil de lograr. Poniendo las bolsas en el mostrador, echó un vistazo para ver a Jaejoong sentarse en el brazo del sillón de Young Jae. Puso su mano sobre el brazo del hombre mayor.
—¿Cómo te sientes acerca de helados de cereza? —Sus ojos se iluminaron.  
—¿Compraste algunos?
—Sip. Si tratas de comer unos pocos bocados de algo de arroz con pollo, son todos tuyos. —Young Jae se inclinó levemente para hacer una mueca a Yunho.
—¿Lo escuchaste? Las polos son míos.
—¿Qué edad tienes, cinco? —Yunho puso las delicias prometidas en el congelador.
—Soy el hombre que puede patearte el trasero si tocas mis polos.
—Adelante, Chan. —Diablos, ¿tenía Jaejoong que comprar todo? Galletas, plátanos, algunos fideos deshidratados que solo necesitan agua caliente, todo tipo de cosas.
—Lo haría, pero no quiero avergonzarte, haciéndote llorar delante de tu chico.
Jaejoong sacudió la cabeza.
—Continúa llamándome su chico y harás que él llore.
Jaejoong entró en la cocina y sacó otro elemento de la bolsa de la compra.
—¿Te parece bien platos de papel?
Yunho frunció el ceño ante el paquete de platos en la mano.
—Compraste toda la maldita tienda.
Jaejoong se detuvo a medio paso.
—¿Por qué estás de mal humor sobre todo de repente? Ese comentario de “tu chico” era solo una broma.
Sí, eso es. Jaejoong hizo algo bonito, algo tan endemoniadamente a la manera Jaejoong y tú estás atacándolo.
Yunho cerró la distancia entre ellos, tomando su cabeza con las manos.
—Lo siento, lo que quería decir es gracias Gatito.
Lo besó.
—Ve a sentarte. Voy a poner la comida en la mesa de café. ¿Quieres vino? ¿Soda? ¿Una cerveza?
—Agua. Voy a traer…  
—Ve a sentarte y baja esa pierna. Me encargo de esto. — Jaejoong había trabajado todo el día, su pierna tenía que dolerle.
—Vamos, Jaejoong —exclamó Young Jae—. Dime cómo fue hoy tu grabación.
Instalado en el sofá, Jaejoong se volvió para mirar al hombre mayor.
—Terminamos el rodaje. Solo necesito un poco de voz en off, y tengo que decidir sobre las imágenes.
Yunho colocó el pollo, arroz, puré de patatas, ensalada de col, frutas y panecillos.
—¿Te las trajo el idiota las fotos en el dispositivo con memoria flash? —Le entregó una botella de agua.
Su boca gesticuló volviéndose más fina.
—Sí.
Yunho se sentó junto a Jaejoong con su plato de comida.
—¿Las has visto?
Empujando un pedazo de melón con el tenedor, Jaejoong negó.
Yunho le cubrió la mano.
—Olvídate de las imágenes. ¿Sabías que Siwon ofreció a Junsu el trabajo?
Jaejoong levantó la cabeza, sus ojos brillaban.
—Él está tan emocionado, tan orgulloso. Y Yoochun rebosante de alegría. Y, ¡oh mi Dios, sus padres! Ellos se llevaron a él y a Yoochun esta noche para celebrarlo.
Habían invitado a Jaejoong y él había sentido que tenía que permanecer con Young Jae. ¿O lo habían excluido cuando él y Junsu eran tan íntimos? Estuvo a punto de preguntarle, pero lo dejó pasar. Estaba feliz por Junsu. A Yunho se le hinchó el pecho de saber que tenía un pequeño papel en eso.
Yunho no lo había hecho por esa razón, pero hacerlo feliz era un tremendo bonus.
Jaejoong se quitó los zapatos y metió la mano en su comida. Entre bocado y bocado, Jaejoong le preguntó:  
—¿Cómo estuvo tu viaje? Nunca lo dijiste cuando hablamos por teléfono.
—Bien. Trabajo sobre los trámites para traer un luchador brasileño. Estamos pensando en expandir los gimnasios SLAM a América del Sur. —Más hambriento de lo que pensaba, tomó más pollo.
—Abrir un negocio en otro país, es complicado.
—Y los abogados y contables me cuentan. La burocracia sola los mantiene despiertos por las noches.
Una hora más tarde, Yunho se sorprendió al ver qué pasaba de las 9:00. Tenía las piernas de Jaejoong sobre su regazo, masajeando ambas pero concentrándose más en la derecha. De hecho, él gimió cuando Yunho trabajó los músculos tensos. Su polla tembló con fuerza ante ese sonido. Era demasiado parecido a los ruidos que hacía en la cama justo antes de que se apartase de él.
Forzó su mirada hacia el espectáculo idiota de danza en la televisión, dijo:
—Lo único bueno de este programa son los trajes de las mujeres.
Jaejoong le dedicó una sonrisa.
—Aguafiestas. Estabas en minoría, acéptalo.
—Tú sobornaste a Young Jae con helados de cereza para obtener su voto. Eso es hacer trampa. —Yunho miró hacia el sillón—. Está durmiendo.
—Eso es bueno. —Jaejoong apoyó la mano sobre la de él que descansaba sobre su pierna—. Yunho comió un poco de arroz y pollo. Y la mitad de una paleta. Parece estar apaciguado, en calma.
Jaejoong había engatusado, burlado y chantajeado a Young Jae para hacerle comer pequeños bocados por más de una hora.
Observar lo que había hecho hacía que a Yunho le doliese el pecho con una tibieza agridulce. “Su chico”, como Young Jae lo llamó, tenía una bondad respaldada en acero que le quitaba el aliento.
—Has hecho tanto por él. Nunca he pedido esto de ti.
—Me gusta. Esto no fue una dificultad, es un hombre interesante. —La furia teñía su cara—. Además, la enfermera que contrató era una perra. Trató de hacerle limpiar cuando se descompuso. Lo acusó de estar demasiado entusiasmado con dos chicos guapos alrededor y no escucharla. Lo hizo sonar como si fuera una especie de degenerado cabrón. —La voz de Jaejoong era un suave susurro, pero sus piernas estaban tensas con rabia evidente.
—Yo no la contraté, la agencia que Heechul contrató la envió. Sin embargo, voy a asegurarme de que no vuelva a trabajar como enfermera privada. A primera hora de la mañana.
—Bien.
Sorprendido, se inclinó un poco hacia atrás, estudiando su rostro.
—Hmm. Pensé que te opondrías a la destrucción de su carrera.
—Se lo merece. Young Jae estaba teniendo un poco de diversión. Disfrutando de sí mismo. Durante unos minutos, fue capaz de olvidar que estaba enfermo, olvidar el dolor que es su compañero constante, ¿y tuvo el descaro de reprenderlo? Ella necesita una nueva carrera, preferiblemente en un cubículo realizando trabajo de oficina todo el día.
Su empatía no era de extrañar considerando lo que había soportado.
—¿Es eso lo que fue para ti cuando estuviste herido?
Jaejoong negó.
—No sabía que iba a recuperarme, así que es muy diferente. Y nadie fue malvado conmigo. No de esa manera.
—Lo que te hizo el idiota ese fue peor Jaejoong. —Yunho miró a Young Jae desplomado sobre una silla, con la boca abierta, roncando suavemente.
Levantó a Jaejoong y lo atrajo a su regazo.
—Él te mintió cuando tú eras más vulnerable. —Había hecho investigaciones sobre la lesión de Jaejoong. Por lo menos seis semanas, habría sido incapaz de tocar con su pie el suelo por miedo a colapsar el hueso. Había sido dependiente de los demás para todo.
Jaejoong puso la mano sobre su cara.
—Pero yo viví para romper con él. Encontré lo que amo.
Su corazón dejó de latir. Incluso se le heló la sangre.
—Sugar Dancer es todo para mí. Y voy a construir algo más grande. Mejor.  
Su pastelería. Jaejoong amaba a su pastelería. No a él. ¿Qué demonios estaba mal con él? El jet lag. Eso es todo lo que era.
Entonces, ¿por qué no estaba más aliviado?
—Es por eso que voy a mirar las fotos pronto y elegir una. Si voy a hacer este tráiler, entonces lo hago honestamente. Ese ataque cambió el curso de mi vida y Sugar Dancer, junto con mi creciente ambición, son el resultado.
Por un segundo, se preguntó qué sería tener el amor de Jaejoong de esa manera.
No sucedería. Especialmente una vez que Jaejoong haya descubierto su meta. Dejando de ignorar los problemas a su alrededor, Yunho se movió de nuevo al sofá.
—Voy a poner a Young Jae en la cama.
Jaejoong comenzó a levantarse.
—Debo irme.
Yunho se puso de pie y lo envolvió en sus brazos.
—No, no debes. Tenemos algunos asuntos pendientes.
Su frente se arrugó, y luego se dio cuenta, sus mejillas se tiñeron de color.
—¿Esta noche? ¿Aquí?
Metió la mano debajo de su camisa y extendió los dedos sobre la espalda.
Acercándose a Jaejoong, aspirando el aroma de melón pegado a su boca, le dijo la sencilla verdad.
—Todo lo que necesito es a ti desnudo en mis brazos. ¿Todo lo demás? Es acerca de lo que tú necesites. Tú decides.
Rozó su boca sobre la de Jaejoong y luego lo soltó para ayudar a Young Jae a ir a la cama.


***
Yunho Kim. Jajaja imaginate Fer poder ver al Yunjae en acción seria tan wow pero siempre nos toca imaginar la perfección, muchas gracias siempre tan hermosa conmigo vale mil, te mando besos y que todo este bien y que me sigas esperando jajaja.

Katherne Miranda. Bien perver los dos y no se dan cuenta porque ambos tienen cosas que superar, muchas gracias a ti por leer y comentar.

Lidia Tun Mex. Por mucho Young Jae quiera hablar con jae para decirle las cosas le debe lealtad a Yunho, y gracias por leer y comentar.

cha yun. Eso es lo hermoso que te emociones, me das mas ánimos a mi, muchas gracias linda por comentar. Y ya aquí actualizando espero que te guste


5 comentarios:

  1. Young Jae quiere a Yunho como su hijo y no quiere que destruya su vida al matar a Foster espero que todo lo que le haya dicho haga cambiar de opinion a Yunho porque si no lastimaria mucho a Jae,ohhh su fantasia de Jae esta apunto de ser cumplida,gracias por el cap

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  2. Oh My Gosh
    Increíble por fin tiene la confianza de jj,yh pliss olvida ya eso...perderás a jj
    Gracias
    Amo esta history

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  3. Es bueno saber Young Jae quiere a Yunho como aún hijo y no quiere que se desgraciadamente la vida por un criminal cómo lo es Foster ya que el no es igual y es una pena grande que el se este muriendo de cancer y con respecto a Jaejoong el debe darse cuenta de lo que sientes con referente a el lo único que él tiene que hacer es ayudarlo a averiguar quién lo dejó a Jaejoong asi y yo se que el si tiene cura para su problema de la pierna gracias Patricia por este capítulo esperaré el siguiente con ansias por qué cada sé pone más interesante

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  4. Yunho as caso a Young Jae el quiere lo mejor para ti y Jae solo quiere verlos felices
    solo espero que con los cuidados de Jae pueda surgir el milagro y Young Jae se salve para que pueda ver la felicidad de Yunho y Jae y luchar juntos por sus sueños y verlos cumplidos
    ahora que esta Yunho de regreso déjate querer y mimar por tu Yunho que esta bien ganoso de ti Jae yo es tu lugar lo aria jejeje
    Gracias Pao los recibo yo siempre esperare por mas de lo que nos puedas dar te mando y un monton de xoxo y muchas bendiciones saludos muuuuuuuuuuuuuuuuuuuua ;)

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  5. Siiiiii que buena ondis hubo nuevo capítulo.... Qué bien que Jae puso en su lugar a esa abusiva ... Me gusta que ayude al amigo de Yunho.. ahora Yunho se seo cuenta que el amor que le tiene a su amigo es más que correspondido padre e hijo... Que no se muera... Yunho hasle caso deja la venganza que no trae nada bueno solo te destruye. Demuestra que no eres igual... gracias x compartir besos... 🤔😘😘😘😘😘

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Thief: Capítulo 16

Capítulo 16 Presente   Dejo a Jaejoong en su oficina. En el camino hacia allí, apenas me dice dos palabras. Después de lo que acababa ...