Capítulo 23
Llamé a la puerta y contuve la
respiración, esperando a que abriera. La puerta se abrió casi de inmediato.
Allí estaba, el hombre que me hizo perder a mi bebé, el hombre que está
haciendo que mi novio enfrente cargos por lesiones corporales graves. Su cara
era un desastre. Él tenía razón; sin duda Yunho hizo un buen trabajo. Su nariz
estaba vendada e hinchada, casi cada centímetro de su cara estaba rojo y con
aspecto inflamado, y tenía dos horribles ojos morados. No podía dejar de estar
un poco orgulloso de Yunho, sabía que no debería estarlo, pero mi chico era un
tipo duro.
Él
sonrió.
—Jaejoong,
vamos adentro. ¿Cómo estás? —preguntó cortésmente.
Pasé
junto a él e ignoré su pregunta.
—Vamos
a prescindir de las cortesías. ¿Qué es lo que quieres para que retires los
cargos contra Yunho? —pregunté, deseando que mi voz no delatara lo aterrado que
estaba.
Sonrió,
dio media vuelta y entró en la sala de estar, obviamente esperando que lo
siguiera. Tan pronto como estuvo fuera de la vista, le quité el seguro a la
puerta para que todo lo que Changmin tuviera que hacer fuera abrirla. Luego lo
seguí hasta la sala.
Por
favor, deja que esto funcione, por favor.
—Toma
asiento —instruyó, sentado en el sofá y acariciando el espacio junto a él.
Sabía que tenía que darle por su lado, también sabía que necesitaba mantenerme
tan cerca de él como pudiera, así que hice mi camino hacia allí y me senté,
girándome en el asiento para estar frente a él y estar listo para correr si lo
necesitaba.
—Entonces,
¿de quién es el bebé? ¿O no lo sabes? —preguntó, burlándose de mí.
Podía
sentir mi ira y dolor amenazando con desbordarse debido a que estaba hablando
de mi bebé.
—Lo
perdí gracias a ti. ¿Por qué me golpeaste? —pregunté, tratando de no llorar.
Se
rió, sacudiendo la cabeza como si yo hubiera dicho algo estúpido.
—Te
lo tenías malditamente merecido —dijo con ira.
—Me
golpeaste y me hiciste caer y perder a mi bebé. Es por eso que Yunho te golpeó
—contesté con toda naturalidad.
—Ese
pequeño hijo de puta, siempre fue un problema —gruñó, apretando las manos en
puños.
Tragué
saliva. ¡Oh, Dios mío, esto no estaba funcionando!
—Fue
tu culpa. Fuiste a nuestra casa buscando pelea, querías que esto pasara
—incité.
Él
asintió con la cabeza; una sonrisa maliciosa se deslizó en su cara.
—Sí,
estaba esperando meter a tu maldito hermano en problemas, pero ese mocoso de al
lado se lo impidió. Changmin siempre fue un problema, incluso cuando eran niños
solía ponerse en mi camino —gritó, sacudiendo la cabeza molesto.
—Changmin
solía impedir que me golpearas. Te detuvo cuando trataste de violarme. ¿Es eso
de lo que estás hablando? —pregunté. ¡Oh Dios, por favor responde a la
pregunta!
Me
miró furiosamente.
—
¿Violación? A la mierda con eso, no es violación. Eres mi hijo; me lo debías
por toda la mierda que tenía que aguantar. Estabas jodidamente maduro para la
cosecha —afirmó, mirándome lentamente, poniéndome la piel de gallina.
Mi
mano se cerró alrededor de mi celular en el bolsillo.
—
¿Crees que puedes darles palizas a tu esposa y a tus dos hijos durante años,
abusar sexualmente de tu propio hijo y tratar de violarme, y eso está bien?
—pregunté con la voz quebrada.
—
¡Hiciste mi puta vida una miseria! Necesitabas una buena bofetada para
mantenerte a raya. Te estaba disciplinando, eso es todo —espetó, levantándose
del sofá y agarrándose el cabello.
—
¿Disciplina? Una vez golpeaste a Changmin tan fuerte en el estómago que no pudo
comer durante días. Le rompiste el brazo y las costillas. ¡Nos tenías
completamente asustados de hacer cualquier cosa por si te hacíamos enojar!
—grité, tratando de provocarlo.
Se
volvió hacia mí y me puse de pie rápidamente, necesitando estar de pie en caso
de que necesitara correr.
—
¡Changmin se merecía todo eso! ¡Debería haber ahogado a ese chico al nacer!
—gritó, golpeando su mano en la mesa de café, haciéndome gritar.
—
¿Qué hay de Yoochun, Taemin y su madre? ¿También necesitan disciplina?
—pregunté.
Asintió
con la cabeza.
—Sí,
todos necesitan aprender un poco de respeto. ¿Dónde está esa mujer de todos
modos? —preguntó, con sus ojos tratando de perforar los míos.
—Ha
vuelto a su casa —mentí.
Hizo
un gruñido furioso y agarró la mesa de café, volcándola de manera violenta. Me
eché hacia atrás cuando casi se estrelló en mis pies.
¡Vamos,
Jaejoong, puedes hacer esto!
—Quiero
que retires los cargos contra Yunho, y te vayas de la ciudad —declaré de manera
casual.
Se
rió y puso los ojos en blanco.
—Bien,
eso no va a suceder. Te diré algo, retiraré los cargos contra ese mocoso, si
vienes a vivir conmigo —ofreció, volviéndome a mirar lentamente. Me sobresalté,
sintiéndome enfermo y un poco mareado, luego me di cuenta que era porque no
estaba respirando así que aspiré una respiración entrecortada.
—No.
Vas a retirar los cargos, irte de la ciudad y nunca molestarme a mí o a mi
familia de nuevo. Y cuando digo a mi familia, me refiero a todos —dije con
severidad.
¡Oh
Dios, esto iba a funcionar! No podía dejar de sonreír; saqué mi teléfono de mi bolsillo
y presioné enviar. Me reí en silencio antes de volver a poner mi cara de
póquer.
Él
me miraba como si hubiera perdido la cabeza, haciéndolo parecer aún más
divertido para mí.
—
¿Y por qué iba a hacer eso? —preguntó, con algo de diversión en la voz.
—Porque
si no lo haces, iré a la policía y les contaré todo lo que ocurrió cuando
éramos niños. Confía en mí; el tiempo que pasarás en la cárcel será mucho más
largo que el que Yunho recibirá. Y estarás en una parte mucho peor de la cárcel
también, donde ponen a los violadores y pedófilos. —Me encogí de hombros.
Se
rió.
—
¿Y quién va a creerle a un puto sucio como tú? Embarazado a los dieciséis años.
Soy un profesional respetado. Puedo permitirme los mejores abogados para hacer
pedazos tu caso, y además, no tienes pruebas. Esto sucedió hace mucho tiempo,
es tu palabra contra la mía —gruñó, dando un paso más cerca de mí.
Sentí
la bilis aumentando en mi garganta y rogué que Changmin estuviera cerca.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que envié ese mensaje de texto?
—En
realidad, ahí es donde te equivocas. También tengo tu palabra —corregí,
sonriéndole mientras sacaba mi teléfono celular. Otra vez me miró como si fuera
estúpido —. Los teléfonos inteligentes de hoy en día tienen todo tipo de
artilugios; cámaras, reproductores de música, calculadoras... grabadoras de voz
—dije alegremente, alzando las cejas ante el último.
Examiné
el menú y reproduje la conversación que acababa de grabar en mi teléfono. Miré
su cara con una sonrisa de satisfacción.
—Entonces,
¿de quién es el bebé? ¿O no lo sabes?
—Lo
perdí gracias a ti. ¿Por qué me golpeaste?
—Te
lo tenías malditamente merecido.
—Me
golpeaste y me hiciste caer y perder a mi bebé. Es por eso que Yunho te golpeó.
—Ese
pequeño hijo de puta, siempre fue un problema.
Detuve
la grabación.
—
¿Escuchaste lo suficiente, o quieres escuchar qué más hay aquí? ¿Te acuerdas de
lo que dijiste? ¿Lo que admitiste? Abuso, intento de violación —dije, sonriendo
como un idiota. Agarró el teléfono y lo lanzó contra el suelo, aplastándolo con
su pie, fuerte. Luché contra el impulso de reír—. Oh, papi, ese teléfono me
costó mucho dinero. ¿Sabes cuánto cuesta un iPhone nuevo en la actualidad?
—pregunté con sarcasmo.
Sonrió,
obviamente pensando que había ganado.
—No
tienes nada ahora. —Agarró mi muñeca y me atrajo más cerca de él.
Me
reí y asentí confirmándolo.
—Tienes
razón. No lo tengo, pero mi familia lo hace. Se las envié hace un momento.
Otras cinco personas tienen esa grabación, y si no quitas tus sucias y
pervertidas manos de mí en este momento, irán a la policía —declaré con aire de
suficiencia.
Me
abofeteó fuertemente en la cara, haciéndome gritar cuando su mano se estrelló
en mi piel ya inflamada. Me agarré la cara y lo miré fijamente; lo odiaba más
de lo que alguna vez había odiado algo en mi vida.
—
¡Retira los cargos en este momento, vete de la ciudad y nunca vuelvas a ponerte
en contacto con nosotros! De lo contrario, me aseguraré de que las cinco
grabaciones lleguen a la policía. Lo digo en serio, retira los cargos y vete y
lo dejaré estar. Sólo quiero a Yunho libre —ordené.
No
me importaba nada más. Siempre tendríamos las grabaciones; si alguna vez se
acercaba de nuevo a nosotros yo no tendría ningún problema en presentar cargos
y despacharlo para siempre. Pero no podía hacer eso ahora, Yunho todavía estaba
enfrentándose a la cárcel y no podía correr el riesgo de que fuera declarado
culpable y enviado a la cárcel por defenderme.
Mi
padre me miraba con odio mientras lo pensaba. Me di cuenta por su expresión
furiosa que sabía que no había otra opción. Si no quería ser acusado de intento
de violación, abuso infantil y un par de reportes de agresión entonces tenía
que estar de acuerdo con lo que yo estaba diciendo.
—Eres
igual que tu maldito hermano —gritó venenosamente, mientras me sacudía por el
brazo.
Sonreí.
—Me
tomaré eso como un cumplido. Changmin es el mejor hermano del mundo.
—Pequeño
perro —dijo entre dientes.
Saqué
mi brazo de su agarre.
—Llámalos
ahora, retira los cargos y quiero hablar con ellos después para asegurarme de
que está hecho —ordené. ¡Oh, Dios mío, está funcionando! Realmente iba a
funcionar.
Oí
a un auto frenar con un chirrido afuera y segundos después Changmin irrumpió
por la puerta. Parecía criminalmente furioso cuando saltó hacia nosotros con
los puños cerrados.
—Changmin,
todo está bien. Sólo estábamos hablando. Ha decidido retirar los cargos e irse
de la ciudad. ¿Verdad? —expliqué, burlándome. Changmin me miró, con evidente
sorpresa en su cara. Me agarró del brazo y me puso detrás de él, mientras
fulminaba con la mirada a mi padre. ¡Vaya, si las miradas mataran! Agarré su
brazo, apretando suavemente para llamar su atención—. Todo está bien Changmin,
cálmate. He arreglado todo —declaré, luchando contra la tentación de dejar que
lo matara, pero no podía dejar que también Changmin se metiera en problemas.
—
¿Arreglado todo? —preguntó, sin apartar los ojos de la cara de mi padre que en
realidad parecía asustado de Changmin en este momento. Para ser honesto, no me
sorprendió que estuviera asustado. Changmin podría ser malditamente aterrador
cuando quería serlo.
—Llámalos
y retira los cargos —ordené. Mi padre nos miró con desprecio y se volvió para
agarrar su teléfono.
Mientras
estaba de espaldas, Changmin me miró.
—¿Qué
pasó? ¿Qué diablos estás haciendo aquí? —preguntó rápidamente.
Sonreí.
—Revisa
tu teléfono.
Frunció
el ceño, y sacó su celular.
—Un
mensaje de voz —dijo, lo abrió y lo reprodujo. Vi su cara mientras lo
escuchaba; pasó de ira, a sorpresa, a felicidad. Me miró con orgullo y metió su
teléfono de nuevo en el bolsillo, envolviendo su brazo alrededor de mis
hombros, sosteniéndome firmemente a su lado.
Empecé
a sentirme un poco débil sobre mis pies, necesitaba sentarme y descansar. Todo
lo que quería hacer era volver a dormir.
—Changmin,
mantén la calma y termina esto, ¿de acuerdo? Él va a irse de la ciudad. También
le envié el mensaje a mamá, Yunho, Yoochun y su madre, así que sólo tienes que
asegurarte de que hace lo que dice. Sólo necesito a Yunho libre —dije, cuando
me senté en el sillón detrás de él.
—
¿Estás bien? —preguntó, con algo de preocupación en su voz.
Asentí
con la cabeza, sonriendo.
—Estoy
totalmente bien. Sólo tengo que sentarme. Tú puedes encargarte desde aquí, sólo
mantén la calma —respondí, sintiendo que mi cuerpo se relajaba al saber que no
tenía que hablar con él de nuevo. Changmin solucionaría todo, siempre lo hacía.
Vi
como mi padre llamó a la policía y retiro los cargos. Changmin los llamó desde
su teléfono y le confirmaron que los cargos habían sido retirados y que ninguna
otra acción sería tomada contra Yunho. Él se cernió protectoramente frente a mí
todo el tiempo, permaneciendo entre mi padre y yo. Realmente era el mejor
hermano que alguien alguna vez haya tenido.
Después
de unos diez minutos, Changmin se volvió hacia mí.
—Estamos
listos para irnos, Jae. —Tomó mi mano y me levantó del sofá. Me empujó hacia la
puerta frente a él, sus ojos no dejando a mi padre en ningún momento—. Será
mejor que no vuelvas, viejo. La próxima vez que te vea, te mataré o iremos a la
comisaría a presentar cargos, todos nosotros. No estoy seguro de qué opción
prefiero, personalmente, me encantaría estar allí y verte quemar —afirmó, con
una pequeña sonrisa, como si estuviera imaginándolo. Él no estaba bromeando, no
había ninguna duda en mi mente de que Changmin lo mataría, y si no lo hacía Changmin,
estaba bastante seguro de que Yunho lo haría—. ¡Vete de la ciudad hoy! —gruñó Changmin
cuando cerró de golpe la puerta, empujándome hacia su auto. Se aseguró de que
estuviera dentro antes de dirigirse a su lado y conducir velozmente por la
calle sin decir una palabra.
Después
de dos minutos de conducción se detuvo y apagó el motor. Sus manos agarraron el
volante con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. Su mandíbula
estaba apretada con tanta fuerza que me sorprendió que sus dientes no se
rompieran bajo la presión. ¡Bueno, sabía que estaría enojado conmigo! Tomó unas
cuantas respiraciones profundas, obviamente tratando de calmarse.
—
¿Qué demonios fue eso? —gruñó.
Respingué
y lo miré disculpándome.
—Changmin,
funcionó.
—
¿Tienes alguna idea de cuán malditamente estúpido fue eso, Jaejoong? Piensa en
ello, ¿y si no funcionaba? ¿Y si no recibía tu mensaje? ¿Y si él había decidido
lastimarte? ¡O peor! —gritó, golpeando furiosamente su mano contra el volante.
Me
sobresalté. Había gritado muy fuerte y se hizo eco en el auto haciéndolo aún
más fuerte.
—Changmin,
lo siento. Tenía que hacerlo; fue la única manera en la que pude pensar para
liberar a Yunho. Ahora siempre tendremos esa grabación para que no se acerque a
nosotros de nuevo —expliqué, rogándole que entendiera mis razones. No dijo
nada, todavía estaba muy enojado—. Debes estar orgulloso de mí —susurré,
poniéndole mi cara de cachorro.
Suspiró.
—Me
siento orgulloso de tu idea, Jae, pero eso fue malditamente estúpido.
Simplemente porque funcionó, no quiere decir que lo que hiciste estuvo bien. Se
supone que debes estar en el hospital por amor de Dios. ¿Cómo diablos saliste?
Oh, mierda, por favor, dime que no te escapaste o algo así y que están
buscándote —dijo, haciendo una mueca.
Me
reí y meneé la cabeza.
—Pedí
el alta voluntaria. Estoy bien, sólo necesito reposo en cama, del cual tendré
un montón una vez que mi novio esté fuera de custodia —dije, sonriendo ante la
idea.
Changmin
se rió malvadamente.
—
¿Sabes qué? Ya no voy a gritarte. Yunho también va a estar seriamente enojado
contigo por hacer esto. Lo dejaré ocuparse de ello —dijo, riendo mientras
arrancaba el auto de nuevo. Oh, mierda, estaba en lo cierto; Yunho iba a estar
muy enojado de que me pusiera en un peligro como ese. Changmin me miró y se rió
de nuevo—. Bueno, me alegra ya no tener que ser el único en refrenarte todo el
tiempo. Yunho puede encargarse. —Se burló de mí y no pude evitar reír, él en
realidad parecía un poco aliviado—. ¿Necesitas volver al hospital? —preguntó.
Negué
con la cabeza. Me sentía bien, sólo estaba cansado y necesitaba sentarme, mi
cuerpo se sentía como si hubiera corrido un maratón pero no sentía dolor ni
nada.
—Estoy
bien, de verdad. Podemos ir a recoger a Yunho y luego ir a casa —sugerí,
apoyando mi cabeza en el reposacabezas. Sólo necesitaba que Yunho me abrazara.
—Me
dijeron por teléfono que estará allí otra hora por lo menos. Necesitan tramitar
su salida o algo así. Te llevaré a casa y puedes esperarlo allí. —Me sonrió
tranquilizadoramente y se dirigió en la dirección de nuestra casa.
Cuando
nos detuvimos en nuestro camino de entrada, la madre de Yoochun y Yoochun
salieron corriendo de la casa, mirándome preocupados.
—Oh,
Jaejoong, ¿estás bien, cariño? —preguntó ella, preocupándose por mí mientras
caminábamos hacia la casa.
—Estoy
bien. Sólo estoy cansado. —Asentí con la cabeza.
—
¿Qué era ese mensaje? ¿Fuiste a ver a tu padre? —preguntó, frunciendo el ceño.
Asentí
y miré a Changmin de manera suplicante; sólo quería ir a la cama.
—Te
contaré en un rato. Jae necesita descansar —intervino Changmin, dirigiéndome hacia
el pasillo de atrás. Le sonreí agradecido. Ya no podía tratar con ello; estaba
asimilando la realidad de lo que acababa de hacer. Realmente había sido
estúpido. Traté de no imaginar todas las cosas que él podría haberme hecho. Me
estremecí ligeramente y aparté los pensamientos, ya había terminado, no pasó
nada. Tuve suerte. Changmin me siguió hasta mi habitación poniendo mi bolsa en
el suelo por mí; me quité los zapatos y me metí en la cama con la ropa puesta.
Él se sentó en el borde de mi cama, mirándome con tristeza.
—Jae,
lamento mucho que perdieras a tu bebé, lo sabes, ¿verdad? —preguntó en voz
baja.
Asentí
con la cabeza.
—Sí,
lo sé. Habrías sido un tío estupendo —bromeé, sonriendo débilmente.
Se
rió.
—Sí,
habría malcriado mucho a ese niño, sólo para fastidiarte a ti y a Yunho.
Sonreí.
—Apuesto
a que lo hubieras hecho.
Se
agachó y me abrazó, besándome en la mejilla.
—Fuiste
muy valiente, y estoy orgulloso de ti, pero nunca vuelvas a hacer algo como eso
—dijo con fiereza.
Asentí
con la cabeza y bostecé.
—No
lo haré. ¿Irás a recoger a Yunho?
Negó
con la cabeza.
—No,
le pediré a Yoochun que vaya a recogerlo. No quiero dejarte aquí hasta que sepa
que ese cabrón está fuera de la ciudad —respondió. Asentí con la cabeza y cerré
los ojos, necesitando dormir; estaba física y emocionalmente agotado.
Me
desperté cuando sentí a alguien subiéndose a la cama. Abrí los ojos atontado y
eché un vistazo para ver a Yunho metiéndose en la cama conmigo. Rompí en llanto
y arrojé mis brazos alrededor de él. Nunca había estado tan feliz de ver a
nadie en mi vida. Él me abrazó con fuerza, acariciándome el cabello, meciéndome
suavemente mientras presionaba sus labios contra mi cuello, de la manera que
siempre hacía cuando yo estaba alterado. Metí mis manos en su cabello y no
quise soltarlo nunca. Jamás lo quería lejos de mí otra vez.
—Todo
está bien ahora, Ángel. Todo está bien. ¿Cómo te sientes? —preguntó en voz baja
mientras se echaba hacia atrás para mirarme. Sus hermosos ojos me miraban
preocupados. Sonreí y lo besé, presionándome apretadamente contra él. Sonrió
contra mis labios y retrocedí.
—Estoy
bien. Contento de verte —prometí, recorriendo su hermosa cara con mis manos. Se
pasó la mano por el cabello, sólo mirándome tiernamente durante un par de
minutos.
—Changmin
me dijo lo que hiciste —dijo, su cara volviéndose dura.
Tragué
saliva e hice una mueca.
—Lo
siento, tenía que hacerlo —murmuré en tono de disculpa.
Hundió
la cara en el costado de mi cuello.
—No
voy a gritarte, si eso es lo que estás pensando —respondió, riéndose entre
dientes contra mi piel. Dejé escapar el aliento que no me di cuenta que estaba
conteniendo y me relajé. Se alejó para mirarme—. Aunque estoy seriamente
enojado contigo. No me gusta que hayas hecho eso, pero no necesitas que se te
añada más presión de la que ya tienes. Ya has pasado por mucho —dijo con
tristeza, su mano deslizándose hacia abajo para descansar sobre mi estómago
ahora vacío—. Sólo voy a decir esto; nunca te pongas en una situación
así de nuevo. Jamás te pongas en peligro otra vez. No me importa cuál
sea la razón; no es una razón lo suficientemente buena para que salgas herido.
¿Me entiendes? —gruñó.
Asentí,
pude ver que hablaba en serio; estaba dementemente enojado, también quería
decir mucho más de lo que dijo, pero no lo estaba debido al bebé.
—Entiendo.
—Asentí, sonriendo con aire de culpabilidad—. Te amo, Yunho, mucho. —Él era lo
más importante para mí. Toda esta situación me demostró cuanto lo amaba, haría
cualquier cosa por él, incluso enfrentarme a mi peor pesadilla.
—Te
amo también, Ángel —susurró, inclinando la cabeza y besándome suavemente. Para
el momento en que se apartó los dos estábamos un poco sin aliento.
—Yunho,
¿puedo preguntarte algo? —murmuré mientras él se acomodaba en la cama junto a
mí. Asintió, tomando mi mano y entrelazando sus dedos con los míos—. ¿Todavía
quieres estar conmigo? Contéstame con sinceridad. Después de que perdí el bebé
y todo, ¿todavía me quieres? —pregunté, mordiéndome el labio, aterrado de que
dijera que no.
Me
miró como si estuviera loco.
—Ángel,
siempre te he querido. Siempre te querré. Siempre —dijo con fiereza.
Sonreí,
con la felicidad burbujeando dentro de mí. Muy bien, pregúntale, vamos Jaejoong
puedes hacerlo.
—Cuando
nos enteramos que estaba embarazado dijiste que estabas pensando en pedirme que
me mudara contigo —empecé nervioso.
Asintió
con la cabeza.
—Sí.
—Se veía un poco confundido respecto a dónde iba esta conversación.
—Mudarme
contigo a donde iba a ser una maravillosa oportunidad para ti, ¿no? Y si
pudieras harías cualquier cosa para ir allí, ¿verdad? —pregunté, necesitando
confirmación antes de preguntarle.
Parecía
aún más confuso.
—Sí,
pero está bien, quiero quedarme aquí contigo. Eres lo más importante en el
mundo para mí —respondió, besando mi sien suavemente.
Sacudí
la cabeza, esa no era la respuesta que quería.
—Yunho,
responde a esto honestamente, no pienses en mí. Lo mejor para tu carrera es mudarte,
¿no es así?
Asintió
con la cabeza.
—Sí,
pero… —comenzó. Puse mi mano sobre su boca para detener su respuesta.
—Quiero
ir contigo, si todavía quieres que lo haga. Antes dijiste que querías pedirme
que fuera contigo. ¿Todavía quieres eso? —pregunté, mirando su cara
sorprendida, él no esperaba eso en absoluto. No respondió; seguía mirándome,
con la boca abierta—. Yunho, ¿quieres que vaya contigo? —repetí, apretándole
suavemente la mano.
—
¿Harías eso por mí? —preguntó, mirándome con tanto amor que hizo que mi corazón
se derritiera.
Asentí.
—Sí,
te seguiría a cualquier lugar si me lo pidieras.
—Pero
estarías dejando mucho atrás, Ángel. Tu escuela. Tus amigos. Changmin. Tu casa
—susurró, ahuecando suavemente mi mejilla inflamada.
Asentí
con la cabeza.
—Sí,
pero lo haría para estar contigo, de modo que hace que todo valga la pena. —Me
encogí de hombros.
—
¿Cómo demonios conseguí un chico como tú? —preguntó, acariciando suavemente mi
mejilla con su pulgar.
—Tal
vez fuiste un asesino en una vida anterior —bromeé, haciéndolo reír.
Asintió.
—Asesino
serial —bromeó, haciéndonos reír a los dos de nuevo. Se inclinó y me besó con
tanta suavidad y ternura que me hizo sentir el chico más especial y más
afortunado del mundo.
Se
apartó del beso demasiado pronto para mi gusto.
—
¿Te mudarías conmigo, Ángel? —preguntó.
Sonreí
y lo abracé fuerte.
—Me
encantaría, Yunho.
por fin Jae tiene a su padre lejos de ellos y espero los deje tranquilos y que se muden juntos Yuno y Jae para formar su familia feliz que lindos espero y todo resulte para bien y puedan sacar adelante su familia cuando se llenen de hijos
ResponderEliminarGracias
bueno al menos lograron q ese maldito retirara los cargos y ahora tienen pruebas en su contra por si intenta regresar e.e
ResponderEliminaryunho y jae tendran un nuevo comienzo q ambos necesitan ^^
Que bueno que todo termino bien espero que el padre se Jae ya no los moleste mas Jaejoong merece un poco de tranquilidad y tiempo para sanar sus heridas ... genial que se muden juntos y empiecen de nuevo
ResponderEliminarQue astutamente e inteligente actuo Jae, parece que se quitaron para siempre de encima a ese desgraciado, que no merece ser padre.
ResponderEliminarGracias!!!
Por fin su padre los dejará en paz. Que bueno que Jae le ayude a cumplir su sueño a Yun, ahora ellos tendrán un nuevo comienzo y será mas felices. HsbajsvSga Que bello, fue una historía muy hermosa ♡
ResponderEliminarGracias por compartir.