Capítulo 21
Povs Yunho
Mierda, esto era malo. La primera cosa que disparó a través de mi cerebro
era que necesitaba mantener a Changmin bajo control. Claro, yo quería matar a
ese imbécil tanto como él, pero en serio necesitábamos tener cuidado. Si,
literalmente, le saltábamos encima tan pronto como entrara, nos seríamos
responsables, y le había prometido a su mamá que no le permitiría hacer eso. No
dejaría que Changmin fuera a la cárcel por ese idiota, Ángel necesitaba de su
hermano mayor, sobre todo ahora con el bebé en camino. La segunda cosa que
surgió en mi mente era que necesitaba sacar a mi chico y mi bebé como el
infierno fuera de aquí, ahora.
—Ángel, vamos, te llevaré a la mí a casa —declaré, agarrando su mano y
tirando de él lejos de Changmin.
Jae arrancó su mano de la mía y me miró.
— ¡No voy a ninguna parte! No voy a dejarlos hacer esto, a ninguno de los
dos. Ustedes no pueden darle una paliza, se meterán en problemas. ¡Estás siendo
tan jodidamente estúpido! —gritó. Las lágrimas rodaban por su rostro mientras
hablaba.
—Ángel, tienes que salir, ahora —ordené. No se iba a quedar aquí,
cerca de ese hombre, de ninguna forma, porque si él lo miraba de manera
equivocada no sería capaz de contenerme, y mucho menos mantener a Changmin bajo
control.
Sacudió la cabeza con fuerza. Siempre había sido terco, por lo general me
encantaba eso de él —pero no en estos momentos, no lo hacía. Bueno, si lo quiere
así, entonces al diablo. Lo tomé, envolviéndolo en mis brazos, levantándolo en
estilo nupcial.
— ¡Yunho, no te atrevas! —gritó, su rostro poniéndose rojo de ira mientras
luchaba por bajarse. Negué con la cabeza, lidiaría con su enojo después, no
estaría enfadado conmigo por mucho tiempo y una noche con la ley del hielo
valdría totalmente la pena, solo si sabía que él estaba completamente a salvo.
Comenzó a sollozar y envolver sus brazos alrededor de mi cuello, mientras lo
cargaba fuera de la casa. ¡Maldita sea, me estaba matando! Odiaba verlo llorar.
Le di un beso al lado de su cabeza.
—Shh, todo va a estar bien, te lo prometo. Sólo te necesito a salvo para
poder concentrarme en mantener tranquilo a Changmin, ¿de acuerdo? —dije
honestamente.
Llegamos a mi casa y abrí la puerta rápidamente, en dirección al sofá. Me
senté y lo mantuve en mi regazo, meciéndolo suavemente.
—Por favor, no te metas en problemas, Yunho, por favor —suplicó,
abrazándome con más fuerza.
—No lo haré. Necesito ir al lado ahora. Tú te
quedas aquí, no vengas hasta que venga a buscarte. ¿Me entiendes? ¿Puedes hacer
eso por mí? —pregunté con desesperación.
Jae suspiró y se alejó sin mirarme.
—Sólo ve entonces —espetó enfadado, alejándose de mi regazo para sentarse
en el sofá. Esto realmente no le gustaba en lo absoluto.
Gruñí, odiando su expresión de enojo.
—Te amo, Ángel. Sólo los necesito a ti y a nuestro bebé seguros —expliqué
mientras besaba su mejilla, frotando mi mano sobre su vientre plano. Luché
contra la urgencia de sonreír pensando en mi bebé creciendo dentro de él, ese
pequeño bebé afortunado que conseguía estar más cerca de él que nadie por los
próximos ocho meses. Asintió y cerró los ojos, lágrimas silenciosas estaban aún
cayendo por su rostro.
Me puse de pie y me volví para irme.
— ¿Yunho? —llamó justo cuando llegué a la puerta. Me di la vuelta, con la
esperanza de una sonrisa—. Te amo demasiado. Si te envían a la cárcel por
asesinato entonces esperaré por ti —afirmó sin ninguna emoción en su voz en
absoluto. No era una broma, realmente pensaba que iba a ir a la cárcel.
No le respondí, sólo me fui. No había respuesta para eso. Estaba seriamente
enfadado conmigo y tendría mucho que hacer después de esto.
Nunca había hecho nada que él no quisiera antes y que odiaba hacerlo ahora.
Corrí de nuevo hacia Changmin. Él se paseaba en la sala, luciendo
mortalmente enojado.
—Changmin, tienes que escucharme —dije, agarrando su hombro y haciéndolo
enfrentarme.
—Lo sé, lo sé. No puedo hacer nada a menos que él comience, nada. Sólo
quiero hablar con él y decirle que se largue de nuestras vidas, pero si se
acerca a mí, juro... —Apretó los dientes. No le hacía falta terminar la frase,
ya sabía lo que haría y no sería indoloro tampoco.
Después de unos diez minutos un coche se detuvo en frente. Agarré el brazo
de Changmin cuando se levantó del sofá.
—Tranquilízate de una maldita vez, Changmin. ¿Entiendes? —ordené. Él
asintió y me dirigí a la puerta. La abrí y el imbécil se quedó mirándome
furiosamente. Mis manos estaban ansiosas de estrangularlo. No lo había visto
desde que lo echamos por la puerta seguido de todas sus cosas, hace tres años,
pero lucía exactamente igual al que recordaba.
—Jung Yunho, has crecido un poco, ¿eh? —afirmó, mientras me examinaba.
— ¿dejaste de abusar sexualmente a los muchachos? —respondí, mi mano
apretando la manija de la puerta con tanta fuerza que mis dedos estaban
doliendo.
Él me miró y se abrió paso en la casa.
— ¿Dónde diablos están Changmin y Jaejoong? —preguntó con enojo.
—Estoy aquí. Y Jaejoong está fuera —dijo Changmin con calma. Tal vez iba a
estar tranquilo, después de todo.
— ¡Tú, pequeña mierda! ¡Siempre fuiste un maldito problema! ¿Dónde mierda
están mi esposa e hijo? Y me voy a llevar a Jaejoong también —gritó
dirigiéndose hacia el pasillo en la parte trasera. Podía sentir mi ira en
aumento cada vez que decía el nombre de mi ángel. Me tomó un par de
respiraciones profundas, necesitaba ser el fuerte.
Changmin se echó a reír.
—Sí, está bien —dijo con sarcasmo. Creo que estaba tratando de incitar a su
padre a empezar algo. Creo que estaba pensando en dejarle conseguir un par de
golpes al principio para que pueda decir que fue en defensa propia.
— ¿Dónde están? — Oh Sung prácticamente gritó. Siempre tuvo muy mal
carácter.
—Te estoy diciendo, viejo, que si alguna vez te acercas a mi hermano una
vez más, te voy a matar —gruñó Changmin —. ¿Me entiendes? Tienes que salir de
la ciudad. Ahora. No hay nada aquí para ti ahora. Ni tu esposa te quiere
tampoco, nadie te quiere —le espetó.
Sonrió ligeramente mientras Oh Sung se acercó a él con los puños apretados.
— ¡Esto es todo por tu maldita culpa! Tú y Jaejoong tenían que abrir sus
sucias bocas y decirle a Yoochun lo que pasó. Has arruinado todo para mí, todo,
pedazo de mierda. Debería haber empujado a tu jodida madre por las escaleras o
algo así, cuando me dijo que estaba embarazada de ti —gritó Oh Sung con rabia.
¡Maldita sea, era un imbécil!
Changmin lo agarró y lo arrojó contra la pared, golpeándolo hasta dejarlo
sin respirar.
¡Mierda! Agarré a Changmin justo cuando estaba a punto de darle un puñetazo
y lo aparté.
— ¡Así no! Changmin, no así —le grité, tratando de detenerlo.
— ¡Déjame ir! Voy a matarlo maldita sea. Yunho, ¡déjame ir! —gritó Changmin,
tratando de deshacerse de mí.
— ¡Changmin, cálmate! —escuché decir a Jaejoong.
Mi sangre se congeló al sonido de su voz. ¿Qué demonios estaba haciendo
allí? Todos nos volvimos para verlo de pie en la puerta. Solté a Changmin
rápidamente y fui hacia él, pero ese idiota estaba entre él y yo. Agarró su
muñeca. Jaejoong se estremeció y trató de sacar su brazo fuera de su control.
— ¡Tú! ¡Tú maldito arruinaste todo! —le gritó.
— ¡Déjalo ir, ahora! —gruñí a través de mis dientes apretados, apenas capaz
de contener mi ira. Podía oír latir mi corazón tamborileando en mis oídos,
estaba tan enojado que me temblaban las
manos. Iba a matarlo en tres segundos si no lo dejaba ir.
Se volvió para mirarme, el odio clara en su rostro.
— ¡Vete a la mierda! Es mi hijo —gritó, tirando de Jaejoong bruscamente
cerca de él. Jaejoong se volvió y trató de alejarlo. Su rostro se endureció. Me
lancé hacia adelante al mismo tiempo, lo abofeteó con fuerza en la cara.
Agarré su camisa y le di un puñetazo de lleno en la cara, disfrutando del
satisfactorio "crack" que hizo su nariz mientras mi puño conectaba
con ella. Retiré mi brazo y lo golpeé una y otra vez, ignorando el dolor que
cada golpe causaba en mi mano. Después del cuarto o quinto golpe su cuerpo
estaba cojeando un poco así que lo empujé contra la pared, así no tenía que
sostenerlo, y le di un puñetazo otra vez. Puse todo mi odio en él, toda la ira,
el dolor y la impotencia que alguna vez había sentido cuando veía a mi chico
llorar hasta dormirse. Nunca dejaría a este hombre lastimarlo de nuevo. Se dejó
caer al suelo, envolviendo sus brazos alrededor de su cabeza, pero no me
detuve, no podía parar. Así que empecé a darle patadas en su lugar.
De repente, Changmin me agarró por detrás y me palmeó mi cara por primera
vez en la pared. ¿Qué diablos estaba haciendo?
— ¡No! ¡Todavía no he terminado! ¡Aléjate de mí. Changmin! —le grité,
tratando desesperadamente de quitármelo para poder matar al hombre que hizo de
la vida de mi Ángel una desgracia. Me aparté de la pared tratando de liberarme.
—Jaejoong está herido, Yunho —dijo Changmin, empujándome contra la pared
otra vez, su brazo a través de la parte trasera de mi cuello.
— ¡Sólo aléjate de mí. Déjame terminar! —grité, todavía luchando en contra
de su abrazo.
— ¡YUNHO, JAEJOONG ESTÁ HERIDO! —gritó Changmin.
Espera, ¿qué dijo? ¿Jaejoong? Oh, Dios mío.
— ¿Qué? ¿Dónde? ¿Dónde está? —pregunté con desesperación. No lo vi salir
lastimado, él lo abofeteó y se cayó y todo lo que pude ver fue a él. ¡Mierda!
Me soltó y me volví para buscarlo, yaciendo de costado, hecho un ovillo,
con los ojos cerrados, la mandíbula apretada, todo su rostro era la viva imagen
del dolor. Me sentí enfermo mientras corrí a su lado, inclinándome sobre él con
rapidez.
— ¿Ángel? —susurré, agachándome y acariciando su mejilla de color rojo
donde él lo había abofeteado.
Gimió y trató de moverse, haciendo un estrangulado jadeo.
—Me duele, Yunho. Por favor, me duele mucho —exclamó, mirándome desesperadamente.
Parecía aterrorizado, se veía tan asustado que sentí como si mi corazón dejara
de latir al verlo.
— ¿Qué te duele, Ángel? —pregunté, tratando de aliviarlo mientras me
inclinaba y besaba su mejilla dolorida. Necesitaba conseguir un poco de hielo o
algo así, entonces estaría bien, tendría un moretón por una semana
aproximadamente, pero estaría bien.
—Mi
estómago —dijo con voz ronca, sollozando, volviendo el rostro hacia el suelo,
llorando histéricamente.
¿Su
estómago duele? Miré hacia abajo a su estómago, lo estaba acunando
protectoramente. Podía ver la sangre filtrándose a lo largo de la pierna de sus
pantalones vaqueros. Mi corazón se detuvo, no podía respirar. Todo lo que podía
ver era la sangre, lo único que podía oír era su llanto y quejidos.
Povs Jaejoong
Oí
el coche estacionar, así que di un salto y corrí hacia la ventana. Me estremecí
cuando lo vi salir del coche y caminar furioso hacia la casa. Me sentí enfermo.
No podía dejarlos hacer esto, se iban a meter en tantos problemas. No podría
soportar perder a ninguno de ellos.
No
quería que Changmin se metiera en problemas, pero en serio me mataría si Yunho
estaba en problemas por esto.
Mordí
mi labio, pensando. Tal vez podría ir y ser otro testigo, entonces de esa
manera cuando él empiece algo primero podría decir que fue en defensa propia
también. Otro testigo ayudaría sin duda a su caso. Oh, mierda, ¡Yunho me va a
matar por esto! Salí corriendo de su casa hacia la mía. Podía oír gritos
provenientes de adentro y me detuve, sentí el temor familiar que siempre sentía
cuando era un niño. No podía moverme del lugar, era como si estuviera congelado.
Podía oír su voz, gritando, y me helaba la sangre —pero esos eran Changmin y Yunho
allí, siempre estaban cuidando de mí, siempre. Podía hacer esto por ellos, todo
lo que tenía que hacer era presenciar como él lanzaba el primer golpe.
Me
acerqué a la puerta, no estaba cerrada, sólo la empujé.
—
¡Esto es todo por tu maldita culpa! Tú y Jaejoong tenían que abrir sus sucias
bocas y decirle a Yoochun lo que pasó. Has arruinado todo para mí, todo, pedazo
de mierda. Debería haber empujado a tu jodida madre por las escaleras o algo
así, cuando me dijo que estaba embarazada de ti —gritó mi padre enojado.
Gemí
a causa de las horribles palabras que acababa de decirle a mi hermano. Mi padre
siempre fue una horrible persona, pero eso fue bajo, incluso para él.
Escuché
una explosión y un gemido, así que abrí la puerta, para ver a Yunho sosteniendo
a Changmin, tratando desesperadamente de mantener a Changmin lejos de mi padre,
que estaba parado contra la pared, mirándolos con rabia.
—
¡Así no! Changmin, ¡así no! —gritó Yunho, a Changmin mientras lo sujetaba en
sus brazos.
Changmin
no estaba calmándose. Su rostro estaba rojo de ira, lo único que podía
detenerlo cuando estaba así, era yo. Odiaba verme alterado, era tan
sobreprotector.
—
¡Changmin, cálmate! —supliqué desesperadamente.
Él
dejó de moverse, Yunho lo apartó y me miró sorprendido y un poco asustado. Se
movió hacia mí y vi a mi padre, moverse al mismo tiempo, estaba mucho más cerca
de mí que Yunho, y estaba bloqueando su camino. Ni siquiera tuve tiempo de
alejarme antes de que agarrara mi muñeca, apretándola fuerte, su cara enojada y
roja. Me estremecí mientras me apretaba más fuerte haciendo al dolor disparar
por mi brazo. Intenté sacar mi brazo con rapidez, pero él no lo soltaba.
—
¡Tú! ¡Tú maldito arruinaste todo! —me gritó, hundiendo sus uñas en mi piel. No
podía respirar.
—
¡Déjalo ir, ahora! —ordenó Yunho, luciendo tan enojado que realmente me asustó.
Mi
padre se volvió hacia él, aun sujetándome con fuerza.
—
¡Vete a la mierda! Es mi hijo —le espetó él, tirando de mi brazo, haciéndome
perder mi equilibrio y tropezar más cerca suyo. Podía oler el alcohol en su aliento,
haciéndome sentir enfermo. Giré y tiré de mi brazo, tratando de liberarme.
Todavía no me dejaba ir, así que puse mi mano sobre su pecho y lo empujé tan
fuerte como pude. Él no se movió ni un centímetro. Vi su mano moverse y cerré
los ojos sabiendo que me iba a golpear.
Su
mano conectó con mi cara, haciéndome sentir como si mi cabeza hubiera
explotado. Me caí hacia atrás y me estrellé en el aparador. Dolor como nunca
había sentido en mi vida se disparó a través de mi estómago y mi espalda baja.
Era como si alguien me hubiera apuñalado. Me aferré al aparador, tratando de
mantenerme en pie mientras siseaba a través de mis dientes. Changmin pasó por
encima y me agarró tirando de mí hacia abajo sobre el piso, sentándonos abajo
apoyándonos en el aparador.
—Mierda.
Jae, ¿estás bien? —preguntó con desesperación, acunando mi cabeza contra su
pecho.
Envolví
mis brazos alrededor de mi estómago, tratando de respirar a través del dolor.
—No
—gruñí. ¡Oh, no, estaba perdiendo el bebé!— ¿Yunho? ¿Dónde está Yunho?
—pregunté, abriendo los ojos y mirando alrededor por él, pero apenas podía ver
nada, porque mis ojos estaban llenos de lágrimas. Podía oír ruido gruñidos y
gemidos. Oh Dios, él no está... ¡Por favor, dime que no está haciendo eso!
Parpadeé y miré para ver a Yunho golpear a mi padre una y otra vez, su rostro
era la viva imagen de la rabia. Él no iba a parar hasta que ya no respiraba.
Esto era todo. Yunho me iba a ser arrebatado, y yo estaba perdiendo su bebé.
Sentí mi corazón rompiéndose en mil pedazos.
—Ve
a detenerlo —susurré, apenas capaz de hablar.
—No.
Deja que lo mate —gruñó Changmin enojado.
Negué
con la cabeza. ¡Oh, Dios mío, por favor!
—Changmin,
¡ve a detenerlo! Por mí, ¿por favor? Lo necesito. Dile que estoy herido. Lo
necesito —jadeé mientras una oleada de náuseas se apoderaba de mí, haciéndome
vomitar—. ¿Yunho? —grité desesperadamente, pero fue apenas un susurro.
Changmin
se movió.
—Iré
a buscarlo —dijo rápidamente mientras se ponía de pie de un salto. Rodé hasta
ponerme de lado, llevando mis rodillas al pecho, sosteniendo mi estómago. ¡Oh
por favor, no me dejes perder este bebé! Cerré los ojos con fuerza contra el
dolor; un par de segundos después Yunho acarició mi mejilla haciéndola arder de
nuevo.
—
¿Ángel? —susurró, sonando tan preocupado que me rompía el corazón una vez más.
¿Cómo podía decirle que estaba perdiendo el bebé? Él estaba tan feliz por eso,
¿cómo demonios iba a decir las palabras? Quería envolverlo con mis brazos y
hacer que me abrazara y que hiciera que todo esto se fuera. Yunho podía hacer
que todo estuviera bien, él podía hacer que todo estuviera bien.
Me
moví para levantarme pero una oleada fresca de dolor me golpeó, haciéndome
jadear.
—Duele,
Yunho. Por favor, duele tanto —murmuré, levantando la mirada hacia su perfecto
rostro. Él lucía tan preocupado por mí. Yo estaba perdiendo todo. ÉL iba a ir a
la cárcel y yo estaría solo. ¿Cómo iba a vivir sin él?
—
¿Qué duele, Ángel? —preguntó, mientras inclinaba su cabeza y besaba mi mejilla.
—Mi
estómago. —No pude mirar su rostro cuando se dio cuenta que estaba perdiendo el
bebé, no quise ver el dolor y la devastación allí. Volví mi rostro hacia la
alfombra y sollocé. Esto era completamente mi culpa. Debería haberme quedado en
su casa como me dijo. Si estuviera allí ahora el bebé estaría a salvo, y Yunho
no estaría enfrentándose a la cárcel. Él sólo había golpeado a mi padre porque
yo estaba allí, no lo hubiera hecho si yo sólo me hubiera quedado. ¿Por qué no
podría haberme quedado allí como él me había dicho?
—
¡Changmin! ¡Llama una ambulancia! —gritó Yunho desesperadamente. Estaba
acariciando la parte de atrás de mi cabeza suavemente—. Shh, todo está bien.
Está bien, Ángel —me arrulló. Sentí su brazo envolverme, así que volví mi
rostro hacia él. Estaba acostado junto a mí. ¿Cómo demonios todavía me estaba
consolando? Esto era todo mi culpa; ¿por qué no me gritaba?
—Lo
lamento tanto —dije honestamente. Esto iba a arruinar todo; él no me querría
ahora que había matado a nuestro bebé.
Él
inclinó la cabeza y besó mi frente.
—Ángel,
no tienes nada que lamentar —susurró, acercándose a mí. Su mano frotaba
círculos en mi estómago, tan suavemente que apenas podía sentirlo.
—Esto
es mi culpa —exclamé, sollozando una vez más. Él sacudió la cabeza ferozmente y
se alejó de mí de un empujón. Sentí mi corazón romperse. Lo sabía; él me iba
dejar ahora. Se puso de pie y fue hacia mi padre quien estaba intentando
levantarse del suelo y comenzó a golpearlo de nuevo, gritando una retahíla de
improperios.
Changmin
lo lanzó al piso.
—
¡Détente! ¡Ve con Jaejoong, ahora! —ordenó, mirándolo con ira.
Yunho
asintió y corrió de vuelta hacia mí.
—Voy
a levantarte, ¿de acuerdo? —dijo suavemente.
Sacudí
la cabeza, no quería moverme.
—No.
Por favor no —susurré. El dolor era tal que me sentía enfermo. Él lucía como si
también estuviera sufriendo mientras se movía sobre mí, apartando el cabello
del mi rostro, besándome suavemente, murmurando palabras tranquilizadoras.
—
¿Dónde está la maldita ambulancia? —le gritó a Changmin.
—En
camino. ¿Qué le sucede? —preguntó Changmin, arrodillándose junto a mí. Apreté
la mano de Yunho, sin querer verlos pelear por esto si Changmin se asustaba por
lo del bebé.
—Está
embarazado, Changmin —explicó Yunho, besando mi mejilla.
—
¿E…embarazado? —tartamudeó Changmin. Yunho asintió, mirándome con preocupación.
—Voy
a hacerte pagar por esto, ¡pequeña mierda! —gritó mi padre desde la puerta. Changmin
y Yunho ambos se movieron para levantarse pero yo tomé la mano de Yunho, no
quería estar solo de nuevo.
—Sal
de aquí antes de que te mate yo mismo, y si Jae pierde su bebé lo juro por
Dios, estás muerto —gruñó Changmin venenosamente.
—Changmin,
por favor —susurré, sin querer más problemas.
—
¿Bebé? ¿Está embarazado? —gruñó mi padre.
Yunho
estaba tan enojado que todo su rostro estaba rojo cuando se movió para
levantarse una vez más. Justo en ese momento pude oír las sirenas aumentando
haciéndose más intensas. El rostro de Yunho voló al mío, sonrió débilmente.
—Está
bien ahora, Ángel, la ayuda llegó. Todo va a estar bien —dijo suavemente.
Levanté la mirada para ver que mi padre se había ido; Changmin estaba de pie en
la puerta esperando la ambulancia.
Yunho
me estaba mirando, sus hermosos ojos apretados con preocupación. Lo amaba
tanto, ¿cómo me las voy a arreglar cuando él me deje y se vaya a la
universidad, y todo lo que me quede sea lo que podría haber sido?
El
paramédico se acercó con Changmin.
—
¿Qué sucedió? —le preguntó a Yunho.
—Está
embarazado. Ángel, ¿te golpeaste el estómago o algo? —preguntó Yunho,
sosteniéndome la mano con fuerza. Asentí, asustado de moverme en caso de que el
dolor se pusiera peor, no podía soportar mucho más.
—
¿Cuán avanzado está el embarazo? —preguntó el paramédico.
—Cinco
semanas —respondió Yunho, mirándolo en forma suplicante.
—De
acuerdo. Bueno, te llevaremos al hospital; te revisaré en la ambulancia. ¿Te
duele en otro lugar, Jaejoong? —preguntó el paramédico.
—Me
duele la espalda, y las caderas. —Hice una mueca cuando me guió para que
yaciera sobre la espalda.
Él
asintió.
—Eso
puede suceder a veces. Parece que podrías tener un aborto —dijo en tono de
disculpas. Asentí mostrando mi acuerdo. Ya sabía eso, no había manera que no
estuviera teniendo un aborto, esto era demasiado doloroso para ser otra cosa. Yunho
sostuvo mi mano todo el camino, sólo mirándome, sin hablar. Su rostro era la
imagen del dolor. Él estaba sufriendo mucho; podía ver el dolor en sus rasgos
mientras me miraba. No me iba a perdonar.
Cuando
llegamos allí fui llevado en una camilla a un pequeño cubículo y un doctor vino
casi inmediatamente.
—De
acuerdo, Jaejoong, voy a tener que examinarte —explicó, poniéndose unos
guantes.
Miré
horrorizado a Yunho, apretando su mano con más fuerza.
—Shh,
todo está bien. Estoy aquí. Todo está bien —me calmó, frotando su mano libre
suavemente contra mi rostro. Grité cuando el dolor me atravesó, haciendo que
nuevas lágrimas cayeran mientras el doctor hacía su examen. Yunho las besó
suavemente, mirándome, con el corazón roto.
—Lo
lamento, estás teniendo un aborto. Necesitamos hacer un procedimiento para
apresurar las cosas. Sólo tienes cinco semanas así que ésta es la manera las
rápida y segura —dijo el doctor, arrojando lejos sus guantes manchados de
sangre.
—
¿Qué procedimiento? —preguntó Yunho.
—Se
llama Evacuación de Productos de Concepción Retenidos
(término médico que refiere al tejido derivado de la unión de un óvulo y un
espermatozoide que no tiene embrión). En un proceso quirúrgico.
Necesitará ser hecho bajo anestesia general y retirará todos los rastros del
embarazo —explicó, mirándome con un poco de tristeza.
¿Proceso
quirúrgico?
pero que viejo tan desgraciado hizo que Jae perdiera a su bebe espero que Yunho y Min logren meterlo a la cárcel o que hagan algo para alejarlo de Jae que triste capitulo
ResponderEliminarGRACIAS
noo :C porq jae no pudo hacerle caso a yunho y quedarse quieto u.u
ResponderEliminarespero que ese maldito viejo pague por todo el daño q ocasiona y
q triste lo del bebe asdada gracias por actualizar :)
Oh no!! El bebé de Yunho y Jae ... Jae tenia que quedarse en casa y al final no lograron nada solo que el padre se enterara del embarazo. Como se han complicado las cosas!!!
ResponderEliminarPerder al bebé, que tristeza, su hijo. Que ese maldito de su padre pague de la forma mas dolorosa que exista.
ResponderEliminarGracias!!!
Aggg todo por culpa de su padre 😠 y ellos tan ilusionados que ya estaban ;; No es justo, porque lo tienen que perder 😭😭
ResponderEliminarGracias por compartir.
Encontré la continuación , y estoy llorando. Porque no hiciste caso, por idiota YH ahora puede ponerse en problemas.
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