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La propocisión


Capítulo 22

El miércoles por la tarde Jaejoong se secó el sudor de la cara y el pecho, después bebió de un trago el resto de su botella de agua. Mientras recuperaba el aliento, no podía encontrar la energía para quejarse de que Heechul no tenía la decencia de parecer tan exhausto como se sentía Jaejoong. Echando un vistazo al reloj de pared, se sorprendió de que la sesión hubiese durado una hora y media.
—Estoy bastante seguro de que voy a odiarte cuando me levante de la cama por la mañana. — Heechul metió la toalla en su bolsa, después se levantó en toda su estatura alrededor de unos centímetros más bajo que Jaejoong.
—¿Me odiaste el lunes?
Jaejoong hizo una mueca de dolor, recordando la sesión de entrenamiento del domingo a última hora de la tarde. Heechul se tomaba las artes marciales en serio.
—Planeé tu asesinato. —Jaejoong tiró la botella vacía de agua en la basura. La sala de entrenamiento privada en el gimnasio de Yunho estaba empezando a parecerle tan familiar como su pastelería, salvo que Jaejoong no estaba escondiéndose aquí cómo hizo una vez en la cocina de Sugar Dancer. No, aquí Jaejoong entrenaba para vivir no para esconderse. El dolor era un recordatorio bienvenido del que se volvía cada vez más fuerte—. Pero estaba demasiado dolorido para llevarlo a cabo.
Heechul levantó las cejas.
—No lo creo. Tú vas a por todas. Le enseñé a Siwon el moretón en mi muslo por tu patada con la rodilla. Estaba impresionado.
Arrugó la nariz.
—Lo siento.  
—No lo sientas. Te subestimé el domingo. No cometo el mismo error dos veces. —Levantando su bolsa, negó con la cabeza—. Fue entonces cuando supe que estabas dispuesto a aprender.
—Lo estoy. —Después de agarrar su bolsa, siguió a Heechul fuera de la sala—. Así que me estaba preguntando, una vez termine ésta relación entré Yunho y yo, él no será capaz de trabajar conmigo por más tiempo. ¿Puedo contratarte?
Heechul resopló y se giró en el vestíbulo. La música bombeaba a través de los altavoces ocultos, pero el pasillo estaba vacío.
—Me pagarías.
—Por supuesto. —Debería estar pagándole ahora, pero cuando Jaejoong lo mencionó en su primera sesión de entrenamiento el domingo, Heechul dijo que Yunho lo tenía cubierto—. Escucha, no me gusta nada que Yunho te pague. Es un poco vulgar.
—Lo es, ¿verdad? —Sonrió alegremente.
Jaejoong se apoyó contra la pared.
—¿Cuánto cobras por una hora? Te pagaré y se lo diré a Yunho. A él no le importará. —Una completa mentira. Le estallaría una vena o algo, pero tendría que encontrar la manera de vivir con ello.
—¿Puedo estar presente cuándo se lo digas? Te enseñaré gratis solo para verte enfrentarte a él.
Arqueó una ceja. Heechul tenía todo el aspecto de un chico con la piel enrojecida por el esfuerzo contrastaba con su cabello rubio largo hasta los hombros. Probablemente hacía que todo hombre con pulso quisiera protegerlo, sin darse cuenta de que podía patearle el culo y reírse mientras lo hacía.
—Yunho no te asusta.
—No. Sin embargo, la mayoría de las personas se sienten intimidadas por él. Pero lo que te hace diferente es que tú realmente no quieres que él pague.
Una ola de tristeza se asentó en su pecho. Sabía exactamente lo que Heechul quería decir. Yunho hacía del sexo y las relaciones un acuerdo comercial. Aquellos que le conocían probablemente pensaban que era frío e insensible. Ellos no lo entendían. En el fondo, él no creía que un hombre pudiera amarlo a largo plazo. Así que hacía un trato para protegerse a sí mismo, comprando vínculos temporales sin sentido. Le dolía pensar en Yunho yendo por la vida de esa manera.
Jaejoong se centró de nuevo en Heechul.
—¿Lo que Yunho me ha dado? El dinero no lo puede comprar.
Era un regalo, uno que Jaejoong conservaría para siempre incluso cuando terminara lo que había entre ellos. Y lo haría. Tenía su interés por ahora. Probablemente por las razones que Heechul señaló, él era diferente a sus otros acompañantes. Pero, ¿a largo plazo? No sería capaz de mantener el interés de Yunho Jung permanentemente. Pero tal vez podía ayudarle a curar sus heridas emocionales porque Jaejoong no creía que lo que tenían fuera algo sin sentido. Y cuándo Yunho encuentre a alguien. Se le oprimió el pecho. Sí, era mejor no terminar ese pensamiento.
—¿Qué te ha dado?
¿Cómo explicarlo? La forma en que había apoyado sus esfuerzos para convertirse en el hombre que aspiraba a ser. En realidad, solo había un modo.
—A mí. Me dio la confianza para ser yo mismo.
Heechul contuvo el aliento.
—Young Jae tenía razón sobre ti.
Jaejoong no podía seguir ese repentino giro a la izquierda en la conversación.
—¿Young Jae, el amigo de Yunho?
—Le gustas. Dijo que eras bueno para Yunho. Se preocupa por él. Quiere que te lleve a cenar está noche.
Más giros a la izquierda. Se estaba mareando.
—¿Cena en la casa de Yunho con Young Jae? Pero Yunho no está allí. No creo que sea una buena idea.
—Young Jae vive allí también. Puede invitar a quien él quiera. Voy a cocinar, será divertido.
Negó con la cabeza.
—Gracias y dale las gracias a Young Jae. Pero no puedo hacer eso. —Ellos tenían límites… en cierto modo. Y Jaejoong involucrándose en la vida de sus amigos estaba fuera de lugar. Él lo sabía. Una cosa era contratar a Heechul para que le enseñase auto-defensa, eso eran negocios. Pero ¿cenar con sus amigos, en su casa y Yunho no tenía nada que decir? No—. Gracias por la invitación. Realmente te lo agradezco. —Le enviaría a Young Jae algunas magdalenas o algo por pensar en él.
Mientras caminaban hacia sus autos, Heechul dijo:
—¿Estás seguro de que no puedo hacerte cambiar de opinión?
Maldita sea, quería ir. Realmente quería. A pesar de que él y Junsu planeaban pasar el rato está noche. ¿Así eran las cosas, ahora? ¿Iba a abandonar a sus verdaderos amigos? Le gustaban Heechul y Young Jae, pero eran amigos de Yunho, no de él.
—Estoy seguro. Divertíos.
Jaejoong no había llegado muy lejos desde el gimnasio cuándo sonó su teléfono. Al comprobar la pantalla, se sorprendió. Respondiendo a través del Bluetooth, dijo:
—Yunho ¡eh! Estoy en mi auto, ¿puedes oírme?
—Sí. Heechul me llamó.
La euforia por el ejercicio físico se desvaneció en una ligera tensión.
—¿Ahora? —¡Maldita sea! Ese hombre era rápido. ¿Qué estaba haciendo? ¿Informando sobre el progreso de Jaejoong o algo así?
—Jaejoong, si quieres cenar con Young Jae y Heechul, ve. Si Heechul prepara margaritas, entonces duerme allí en mi cama.
Escalofríos recorrían su piel.
—No puedo dormir allí sin ti. —No estaba bien.
—¿No me dijiste que podía dormir en tu casa después de que te fueras a trabajar? —Su voz sonó baja.
—Yo… —Había hecho exactamente eso—. No te quedaste.
—¿Te importaría si lo hiciera?
Trampa. Podía verla, aunque no la forma de evitarla.
—No.
—A mí tampoco. ¿Quieres pasar el rato con Heechul y Young Jae?
Girando en la calle dónde estaba su apartamento, Jaejoong tomó aliento.
—Yoochun tiene trabajo en la clínica esta noche. Su y yo vamos a pedir algo y ver una película.
—Lleva a Junsu contigo.
Hizo que sonara tan sencillo. Jaejoong zigzagueó y entró en el garaje.
—¿Por qué estás presionando? Ni siquiera estás aquí y… —Se acordó de lo emocionado que había estado Young Jae por las magdalenas. Y la desolación en los ojos de Yunho mirando al viejo—. Esto es por Young Jae, ¿verdad? —Bueno, lo entendía—. Lo resolveré e iré. ¿Qué le gusta a Young Jae? ¿Cuál es su postre favorito? —Con todo lo que Yunho había hecho por él, estaría encantado de hacerlo. Junsu lo entendería. O una vez que él volviese podían. Un golpe en la ventanilla del lado del conductor lo hizo saltar. Estiró la cabeza, suponiendo que Junsu había oído cómo se abría el garaje y ¡Oh mierda! — . Ryu Jin.
—¿Ahí? ¿Ahora? ¿Dónde estás?
Las palabras aceleradas de Yunho lo ayudaron a calmarse.
—En mi garaje, no cerré la puerta.
—Quédate en el auto, con las puertas cerradas —ordenó Yunho.
—Jaejoongie, abre la puerta —Ryu Jin dio unos golpecitos de nuevo—. Tengo el pendrive.
Jaejoong bajó la ventanilla un par de centímetros.
—¿Qué pendrive?
—El que les pediste a tus padres. Dónde están fotos tuyas estando en el hospital. ¿Para qué las quieres?
Jaejoong trató de mantener la calma. Le había pedido las fotos a su padre. Ana quería una o dos para el video, aunque Jaejoong no estaba seguro de que fuera una buena idea. Pero ahora mismo, tenía que deshacerse de Ryu Jin.
—Bien. Dámelo y márchate.  
Él titubeó, arrugando la frente sobre sus gafas.
—¿Por qué ahora? Nunca preguntaste por las fotos antes.
Cierto. Pero no iba a discutirlo con él. Había intentado conseguir que le contara la verdad sobre aquella noche, y él se había negado. Cada vez que pensaba en ello, se enfurecía todavía más. Le había necesitado para rellenar los espacios en blanco en su cabeza que le estaban causando una ansiedad masiva.
—Ryu Jin, dame la memoria y márchate.
—Ya lo has oído —dijo Junsu, saliendo por la puerta del garaje.
Ryu Jin deslizó la memoria USB a través de los dos centímetros de espacio de la ventanilla. La tristeza llenó sus ojos.
—No es necesario que Junsu me mire enfurecido. Me marcharé en un minuto. Pero les pregunté a tus padres si podía traerte esto. Quería disculparme. Cuándo te vi en la pastelería esa mañana, estaba estresado y cansado. Los hombres que nos atacaron nunca fueron atrapados, y parece que estás buscando problemas. Es mejor dejarlo así.
—¿Parece que estoy buscando problemas? —Harto, Jaejoong se quitó el cinturón de seguridad y abrió de un empujón la puerta del auto.
Ryu Jin se tambaleó hacia atrás, golpeando la pared del garaje.
—¡Jesús! Jaejoongie. ¿Qué te pasa?
Su compañero de piso se puso delante de Jaejoong.
—Lo estás cabreando, genio. Jaejoong no te quiere aquí. Vete.
La camiseta de Junsu no hizo nada para ocultar sus músculos. Una actitud protectora surgió en Jaejoong. Junsu todavía estaba recuperándose de una herida de cuchillo. Era hora de que él librara sus propias batallas.
Jaejoong le rodeó para enfrentarse a Ryu Jin.
Los ojos de su ex-prometido se abrieron y el ojo izquierdo parpadeó. Anteriormente ese tic solo aparecía cuándo trabajaba demasiado y estaba exhausto. ¿Cuándo se había vuelto crónico? Ryu Jin respiró profundamente, los huesos de sus hombros rígidos debajo de su camisa de vestir.
—Jaejoongie, por favor, ten cuidado. ¿Esas fotos USB de memoria? —Señaló hacia el puño cerrado a su alrededor—. No quiero verte herido otra vez. —Él cerró los ojos—. Eras tan joven y bonito, tan dulce, y te quebraron.
Lo quebraron.
Eso es lo que sus padres y Ryu Jin creían. Y durante mucho tiempo, Jaejoong también lo había creído.
—Me rompieron el brazo, me destrozaron la pierna y me dejaron con una conmoción cerebral. Eso es lo que le hicieron a mi cuerpo.
Ryu Jin abrió los ojos.
—Pero no me quebraron, Ryu Jin. Rompieron el caparazón que me mantenía enjaulado.
Él se quitó las gafas y se frotó los ojos.
—Me preocupaba que veas esas fotos. Pero ahora, creo que debes verlas —Volviendo a ponerse las gafas, dijo—. Mira por lo que pasamos y déjalo estar. Olvídalo. Fue un atraco al azar, se llevaron tu anillo de compromiso y es hora de seguir adelante. Utiliza un poco de sentido común a menos que quieras que te ataquen de nuevo.
Junsu se colocó delante de él.
—Lárgate.
Jaejoong puso su mano sobre el brazo de Junsu. Sus músculos se tensaron por la furia. Jaejoong sabía que él estaba justo al límite, pero también lo estaba él.
—¿Me estás amenazando?
Ryu Jin frotó la nuca con una mano.
—No. —El rugido de un motor le interrumpió. Una camioneta derrapó hasta detenerse y Siwon salió disparado.
—Jaejoong, ¿estás bien?
Siwon llevaba una camiseta blanca, pantalones vaqueros y una expresión de no-me-jodas. Su repentina aparición lo confundía.
—Sí, ¿pero cómo…? Oh. Yunho te llamó. —Probablemente en el momento en que supo que Ryu Jin estaba en el garaje de Jaejoong—. ¿Cómo has llegado aquí tan rápido?  
—Estaba en la oficina del gimnasio.
Eso tenía tanto sentido cómo cualquier otra cosa que le sucedió a él desde que había conocido a Yunho. El gimnasio estaba cerca del apartamento de Jaejoong.
Él mantuvo su mirada sobre Ryu Jin.
—¿Éste es el Dr. Gilipollas?
El apodo de Yunho para Ryu Jin se estaba extendiendo.
—Sí, Dr. Ryu Jin Lim. Él ya se iba.
Ryu Jin movió la cabeza hacia atrás y hacia delante.
—Jaejoongie, ¿quién es éste?
—No es asunto tuyo. Vete a casa. —Su garaje estaba lleno de hombres. Jaejoong se preguntaba quien más aparecería si no conseguía sacar a su ex prometido de allí.
Ryu Jin avanzó hacia Jaejoong.
—¿Estás seguro de que es una buena idea?
—No. No me toques. —Jaejoong retrocedió de un salto. Su rodilla empezaba a ceder. Jaejoong trastabilló, extendiendo los brazos.
Junsu lo agarró por la cintura, ayudándolo a mantener el equilibrio. El corazón le latía contra las costillas. Parpadeó, tratando de despejar el pánico residual.
—Intenta tocarlo otra vez y perderás esa mano. No te lo voy a repetir, Lim. Sal de aquí y mantente alejado de Jaejoong.
La fría voz de Siwon lo liberó de su pánico. Se había puesto delante de él, con los brazos y el cuello abultados en clara amenaza. Ryu Jin salió del garaje, con los hombros encorvados. La camisa colgaba de él, demostrando el peso que había perdido recientemente. La nostalgia se retorció en su pecho. Todos sus sentimientos románticos hacia él habían muerto, pero todavía quedaba un hilo de preocupación allí. Odiaba ver al científico orgulloso y hecho a sí mismo al que había admirado una vez reducido a un hombre en alguna clase de problema. Pero el dolor en su pierna le recordaba que cualquiera que fuera el problema, él lo había traído a él. Incluso eso lo podría haber perdonado Jaejoong, pero mentir sobre ello más tarde cuándo él necesitaba que le contara la verdad… eso había matado cualquier amor que hubiera sentido por él.
Junsu le rodeó los hombros con el brazo.
—¿Estás bien, Jaejoong?
—Sí. — Jaejoong apartó su mirada de la figura de Ryu Jin marchándose.
Siwon tocó ligeramente su hombro.
—¡Eh! Jaejoong, tienes que llamar a Yunho, hace como cinco minutos. Antes de que el SWAT se presente.
—Te traeré el teléfono. —Junsu fue a su auto y regresó, tendiéndole el teléfono.
Atrapando el teléfono distraídamente, miró a Siwon.
—Gracias. Te agradezco que dejaras todo para venir corriendo aquí. — Con su mano sobre Jaejoong, le echó un buen vistazo al tatuaje de un intrincado escudo en su antebrazo.
Él sonrió.
—No es necesario que me des las gracias. Rescatar damiselas en apuros hace que me sienta importante. —Señaló con la cabeza hacia Junsu—. Aunque parece que ya tenías refuerzos —rodeó a Jaejoong y extendió la mano—. Soy Choi Siwon.
—Junsu Kim.
—Eres el fisioterapeuta que Yunho mencionó. Dice que estás especializado en lesiones deportivas.
Jaejoong encontró el número de Yunho y marcó enviar en su teléfono. Pero su atención estaba fija en Siwon.
—¿Yunho te dijo eso?
El hombretón asintió y se giró hacia Junsu.
—Me gustaría hablar contigo sobre tu experiencia. Entreno a luchadores de artes marciales mixtas y estoy buscando a un fisioterapeuta altamente capacitado para trabajar con él. ¿Estarías interesado?
—Mucho. —Los hoyuelos de Junsu se marcaron en su cara.  
—¿Tienes tiempo para una cerveza esta noche? Estoy a cargo de los niños, pero si quieres pasarte.
La voz de Yunho se interpuso.
—Jaejoong. ¿Estás bien? ¿Está Siwon ahí?
—Estoy bien. Sí, está aquí. Ahora está hablando con Junsu. ¿Le hablaste de la especialidad de Junsu?
—Sí. ¿Qué pasó? ¿Ryu Jin te hizo daño?
—No. Solo me traía una memoria USB. Estaba más calmado, no tan nervioso como la última vez. —Jaejoong le dio a Yunho una versión rápida del encuentro. Miró a los dos hombres hablando—. ¿Qué le dijiste a Siwon sobre Junsu?
—Que después del trabajo que hizo contigo y con tu pierna tenemos que echarle un vistazo para SLAM. Junsu me dijo que se especializó en lesiones deportivas. Todo lo que hice fue darle a Siwon mi opinión, el resto es entre ellos.
Observar a los dos hombres hablar hizo que se le hiciera un nudo en la garganta de ternura hacia Yunho. Entró en su apartamento y se inclinó contra la pared de su pequeña despensa.
—Le estás dando a Junsu la oportunidad de su vida. Gracias —sonrió ante su silencio, tratando de adivinar sus pensamientos—. Sé que no lo hiciste por mí. Fue una decisión de negocios. Eso es lo que lo hace tan increíble. Junsu se lo ganó a través de su trabajo conmigo. —Separándose de la pared, él se dirigió a la cocina—. Ahora Su va a estar ocupado ésta noche, así que ¿qué puedo hacer para Young Jae? —No lo había olvidado.
—¿Para recompensarme por la oportunidad de trabajo para Junsu?
La voz demasiado suave de Yunho lo congeló en el sitio al lado de la isla de granito.
—Uh, no. —Intentó contener su ira—. Yo, uh… Me pediste que lo hiciera.
—¡Y una mierda lo hice!
Los cabellos de los brazos se le erizaron.
—Te inventaste esa mierda creativa tú solo. Todo lo que te pedí que hicieras fue pasar el rato con Heechul y Young Jae si querías hacerlo. Oh, y ya sabes, si bebes y te diviertes, entonces quédate a dormir allí. Eso es lo que te pedí que hicieras.
Dejando caer la cabeza, miró hacia el suelo. Había hecho exactamente lo que él dijo.
—Lo siento. Tienes razón. Lo hice sin pensar —contuvo el aliento—. Pero me alegro de saber que fui creativo.
—Mucho. Y para tu información, si quiero que hagas algo, te lo pediré directamente.
—O me lo ordenarás. —Como había hecho sobre llamar a Siwon o Kang Joon —. Enviaste a Siwon. —Para protegerlo. Tenía que admitir que no apesta completamente sentirse protegido.
—¿Le habrías llamado si yo no hubiera estado en el teléfono contigo?
Jaejoong consideró decirle lo que Yunho quería oír, pero eso era estúpido.
—Todo sucedió tan rápido, no lo sé. Ni siquiera pasó por mi mente —se dejó caer en el taburete.
—Me preocupo por ti, gatito. —Su voz se tensó—. Tu pierna y tus ataques de pánico te hacen condenadamente vulnerable.
Se le oprimió el pecho. ¿Ves eso? Directo. No hacía juegos de palabras, no lo manipulaba. Simplemente le hablaba con rotundidad.
—No viviré en una burbuja, pero llamaré a Siwon o Kang Joon si se presenta Ryu Jin o cualquiera del que no esté seguro, ¿de acuerdo?
—Puedo vivir con eso. Además, tengo respaldo ahora porque Heechul estará encima de ti si no lo haces. Y él no es tan amable como yo.
Jaejoong resopló y se rio al mismo tiempo.
—Noticia de última hora, los dos sois sádicos. —Jaejoong jugueteó con el USB de memoria que había dejado en la encimera—. Ryu Jin está perdiendo peso y su ojo izquierdo tiene un tic. Tiene cambios de humor. Hoy estaba calmado, pero la semana pasada en la pastelería estaba acelerado.
—¿Drogas?
Jaejoong miró la memoria.
—O una crisis nerviosa —giró la pequeña unidad de plástico una y otra vez—. Si tuviera un hábito de drogas cuándo estábamos juntos, eso explicaría que Ryu Jin mintiera sobre el atraco para cubrirse. —Pesadas rocas se amontonaron en su estómago. ¿Podría haber estado tomando drogas y él no se había dado cuenta? —. Si debía dinero a los traficantes de drogas, supongo que podrían haber venido por mí para obligarle a pagar.
—Lo que es más importante, ¿cómo te mantenemos a salvo? Estoy a cinco segundos de perder el control sobre mi necesidad de encerrarte. Habla rápido.
Jaejoong debería estar enfadado, pero no lo estaba.
—Como señaló Changmin, estoy prácticamente fuera del radar. No creo que esté en el mismo peligro ahora que cuándo estaba comprometido con Ryu Jin. Pero cómo Su está planeando ir a casa de Siwon, iré a tu casa y me quedaré a pasar la noche.
Una breve pausa, después Yunho preguntó.
—¿Pero?
—Voy a ir a trabajar mañana y voy a volver a mi casa después. —Tomó aliento—. Tendré cuidado y llamaré a tus amigos si necesito ayuda, pero voy a vivir mi vida. No puedo volver a vivir con miedo.
—Lo entiendo. No me gusta, pero lo entiendo.
El calor inundó la ansiedad del tamaño de una roca en su estómago. Eso es lo que hacía a Yunho tan sexy, Yunho realmente entendía que él quería ser fuerte.
—Gracias por eso.
—Vamos a hablar de ti durmiendo en mi cama esta noche. ¿Estarás desnudo? ¿Pensando en mí? Mejor aún… —Su voz se volvió más profunda—. ¿…Tocándote mientras piensas en mí? —Respiró hondo—. Voy a fantasear con eso esta noche.
Su pulso se disparó. El calor brotó en su pecho y se extendió a través de Jaejoong.
—¿Esa es tu fantasía?
—Oh sí. Una de ellas. Volver a casa después de un viaje, entrar en mi habitación y encontrarte en mi cama, desnudo y masturbándote. Me gustaría hacerte terminar mientras te miro. ¿Lo harías por mí?  
La sangre palpitaba en su cabeza. Esa escena lo excitaba, sorprendiéndolo.
—Sí.
¿Qué sentiría al tener sus ojos en él, observando? Pero sabía que Yunho siempre lo hacía sentirse sexy y seguro. Listo para dejarse llevar. Solo tienes que pedirlo. Si lo haces, asumiré el control y cuidaré de ti. Pero solo cuando estés listo. Las palabras de Yunho en la limusina liberaron un revoloteo de pequeñas mariposas en su vientre. Solo tenía que pedirlo.
—¿Yunho?
—¿Sí?
Excitación, nervios y miedo se enredaban y agitaban en Jaejoong. Una parte de él quería echarse atrás. Pero una parte más grande estaba cansada de vivir con cuidado, preocupado por quien debería ser en lugar de quien podía ser. Su boca estaba tan seca, fue a la nevera y agarró una botella de agua. El teléfono zumbó con paciencia en su oído.
—Quiero dejarme llevar por ti. —Después de beber un trago de agua, bajó la botella—. ¿Me azotarás? Quiero decir azotes sexuales —se quedó mirando las oscuras vetas que atravesaban la encimera de granito. Deseó que Yunho estuviera allí ahora para tocarlo, para hacer que fuera aceptable desear eso.
Yunho contuvo el aliento.
—He estado esperando que me dijeras que lo querías. Voy a enseñarte lo jodidamente caliente que será cuando estés desnudo y a mi merced. Vas a ponerte en mis manos y rendirte, dejando que me encargue de ti. — Yunho hizo un ruido que viajó a través de la línea y se clavó en su pecho —. Cuidaré de ti. Todo lo que tienes que hacer es dejarte llevar. Confía en mí —dijo suavemente.
—Lo hago.

6 comentarios:

  1. wawwwwww se pone mas hot que bien ya quiero leer esto me gustaría mas verlo pero eso seria demasiado pervertido de mi parte pero ni modo me tocara solo leer lastima jajaja ya ni modo
    Gracias Pao por tus capítulos tan buenos que me hacen querer mas saludos y bendiciones besitos y abrazos apapachadores bye bye

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  2. Que emoción que Yunho le pida a mí Jaejoong que se masturbe pensando en el ya que eso es un fetiche para él se ve que Yunho esta bien metido de cabeza por mi Jae ya es hora de que ellos se den cuenta de que están enamorados gracias Patricia por este capítulo esperare el siguiente ya que cada dia se pone más interesante

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  3. Tenia que aparecer Ryu Jin lo bueno que esta vez Jae no le gano el panico y Junsu y Siwon vinieron en su ayuda.
    Ohhh Yunho y sus fantasias lo cual Jae no tendra ningun problema en cumplirlas.
    Espero que en la cena Young Jae le de algunas pistas a Jae de lo que quiere hacer Yunho y el lo impida

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  4. Waaa se pone más emocionante cada vez Jae por fin se decidio uhhhh jajajaja lo de estoy medio loca al emosionarme pero bueno son tan apachurrables... Susu ya tiene trabajo y ahora los amigos están interactuando entre ellos eso es bueno... Y yo creo que ya mega pasaron sus límites y solo les queda decir que se aceptan el uno al otro... Xque su confesión antes de que el se vaya de viaje y su acuerdo de que se iban a olvidar de lo profundo que habían llegado las cosas y lo iban a sacar de sus sistema no creo que lo logren jejjej... Gracias por la adaptación... Mil besos espero actualices pronto...

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  5. Oh wow
    Hermoso me he leído ya todos los capítulos de cada uno de la historia y me sigue fascinando sorry si no comento en todos
    Gracias

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  6. Estos dos me ponen en fuego.. y mi mejillas coloradas…

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Thief: Capítulo 16

Capítulo 16 Presente   Dejo a Jaejoong en su oficina. En el camino hacia allí, apenas me dice dos palabras. Después de lo que acababa ...