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La proposición


Capítulo 12


La voz de Yunho estaba llena de promesas pecaminosas.
Un regocijo corrió desde las raíces de su cabello hasta la planta de sus pies. Sus pezones rozaron contra su ropa y su ropa interior estaba embarazosamente empapada.
Ningún hombre le había hecho sentir así de completo. En control, fuerte y violentamente desesperado. Como si pudiera llegar a él con todo lo que tenía: indomable hombre y podía detenerle con un solo dedo.
Pero ¿por qué iba a hacerlo cuando lo único que Yunho quería era darle placer? Cabalgando el momento, le espetó:
—Quiero esto.
Un estremecimiento pasó a través de Yunho. Sacó su teléfono del pantalón y pulsó la pantalla.
—Estoy enviando un mensaje a Kang Joon.
Claro. Se había olvidado de que su chofer le estaba esperando.
Yunho volvió hacia él y merodeo alrededor, sus ojos marrones intensificándose.
—¿Qué?
—Tú. Tan valiente, Gatito. Naciste siendo un hombre luchador, apasionado y te pasaste tu vida tratando de obligarte a ser pasivo. Pero ahora estás dejando que él salga. —Apoyó su frente contra la de Jaejoong. —Confía en ese hombre, Jaejoong. Si quieres parar, paramos.
Revoloteos salvajes golpeaban en su corazón y por un segundo, las lágrimas escocieron. Iba más allá de la lujuria, esto era confianza. Un vínculo formándose, que le daba miedo en lugares que incluso sus ataques de pánico no tocaban. Yunho le veía, creía en él.
Toda su vida, Jaejoong no había sido lo suficientemente bueno. No lo suficientemente inteligente, lo suficientemente valioso. Y desde su lesión estaba roto. Destrozado. No sabía cómo encajar las piezas de nuevo. Pero los profundos ojos castaños de Yunho le mostraban una visión diferente.
Como si estuviera sanando para ser el hombre que estaba destinado a ser.
Inclinando la cabeza, le besó.
Yunho dobló las rodillas, pasando un brazo por la cintura y levantándole. Acunó la parte de atrás de su cabeza con su mano y tomó posesión de su boca, llenándole con su sabor sensual.
Jaejoong enganchó sus piernas alrededor de su cintura. Eso le dejó abierto, expuesto a la pesada y gruesa cresta de su polla a través de sus ropas contra su centro.
Aferrándole por la cadera, le apretó contra Yunho y gimió en señal de aprobación.
Las vibraciones y la presión estallaron abajo en su vientre. Le deseaba, deseaba la sensación de un hombre moviéndose en su interior. Quería sentir su piel contra la suya. Tiró de los botones de su camisa.
Yunho rompió el beso. Sosteniéndole, comenzó a caminar.
—Dormitorio.
—Izquierda. Al final del pasillo. —Se movió, tirando de su camisa para sacarlo de sus pantalones.
Las largas piernas de Yunho devoraron la distancia a su dormitorio. La luz de la luna entraba a raudales por la ventana, iluminando su cama extra-grande con el edredón azul y montones de almohadas.
Yunho cerró la puerta de una patada, dio zancadas hacia la cama y la puso de nuevo en el suelo sobre sus pies. En un movimiento suave, le quitó el top.
El aire golpeó su piel desnuda y las dudas se arrastraron de vuelta hacia Jaejoong. Yunho había estado con muchos hombres. Habían pasado cinco años para él.
Su cálida mano se instaló en su mejilla.
—¿Quieres ir más despacio?
El resplandor de la luna enfatizaba su belleza salvaje, sin embargo, su mano estaba apoyada suavemente sobre Jaejoong dándole apoyo. Sintiéndose seguro, negó con la cabeza y empujó la camisa deslizándosela por los hombros, dejando al descubierto el tatuaje en su bíceps derecho. Remolinos de llamas alrededor de la letra M creaban una imagen poderosa. Hasta donde Jaejoong podía decir, era su único tatuaje.
—Háblame del tatuaje.
Yunho echó un vistazo a la tinta, una angustia impredecible restallando en sus ojos marrones.
—Más tarde.
Ese instante de vulnerabilidad se granjeó su afecto más que cualquier otra cosa, le llenó con la necesidad de eliminar esa chispa de dolor. Hizo trazos con el dedo sobre los músculos apretados de su pecho, encontrando pequeñas cicatrices aquí y allá. Aprendiéndose las pendientes y curvas de Yunho para encontrar los lugares que hacían que su respiración se elevara y su pulso se elevara. Se inclinó y lamió un pezón.
Yunho se arqueó y gimió bajo su asalto.
Pasó al otro, sintiendo su poder sobre Yunho. Esta vez, le rozó con los dientes, un mordisco suave.
Yunho se inclinó ante su mordida.
—Estás jugando con fuego. —Su aliento le revolvió el pelo.— Devuelvo los mordiscos.
El calor se disparó en sus pezones, convirtiéndolos en picos.
Una sonrisa maliciosa se curvó en la boca de Yunho.
—¿Te gusta la idea de que te muerda? —Le pasó los nudillos sobre las sensibilizadas puntas, enviando sacudidas directamente a su sexo— Pero no he dicho dónde voy a morderte, Gatito. —Sus manos quemaban un camino de fuego hacia sus pantalones.
Un hilo de la ansiedad amenazó con arraigarse. Yunho se agachó para sacarle los pantalones y ver sus cicatrices. Las feas heridas tenían una manera de arruinar su estado de ánimo. Para evitar esto, Jaejoong le rodeó las muñecas.
Yunho le soltó, con preocupación nadando en su mirada.
Queriendo que siguiera excitado, bajó la voz.
—Permíteme. —Atrapó el botón, lo soltó, bajó la cremallera y deslizó los pantalones por sus caderas.
—Oh sí. Sigue.
El ronco gruñido de aprobación le envalentonó. Se quitó los zapatos planos y se movió saliendo de sus pantalones.
Quedando con un trozo de encaje negro. Un triángulo que apenas le cubría en la parte delantera y se hundía entre las mejillas de su culo en la espalda.
La mirada caliente de Yunho viajó hacia abajo y quedó atrapada en ese trozo de tela. Cuando Jaejoong hundió sus pulgares debajo de las finas tiras que montaban sus caderas, Yunho agarró sus muñecas.
—¿Eso es un tanga? ¿No te pondrías una falda, pero llevas puesto un tanga?
—Podría ser. —¿Alguna vez se había sentido tan deseable? ¿Tan valiente?
—¿Por mí, Jaejoong? ¿Lo llevas por mí?
—Me pareció una buena idea en el momento.
Yunho pasó la mirada hacia abajo. Sus fosas nasales se dilataron y su respiración se detuvo.
—La jodida mejor idea de todos los tiempos. —Fusionando su boca a la de Jaejoong, le besó con calientes y profundos latigazos de su lengua.
Jaejoong cayó en el beso, en un velo de intimidad que dejaba todo fuera, excepto a ellos dos.
Yunho besó sobre su mandíbula, bajó por la garganta, lamió su clavícula. Tentó la tierna pendiente de su pecho. La áspera humedad de su lengua carbonizaba sus terminaciones nerviosas. Más, quería más. Tirando de sus manos para liberarse, entrelazó sus dedos alrededor de los pesados mechones, sedosos de su cabello.
Un gemido brotó de Yunho y cerró los labios sobre el pezón.
Los picos de calor le recorrían hasta la médula. Jaejoong se arqueó, tirando de Yunho más fuerte contra él. Las sensaciones explotaron mientras le chupaba.
Su necesidad se agudizó, cada tirón en su pezón bajaba para atormentar a su miembro. Un dolor floreció en ese manojo de nervios.
Yunho se puso de rodillas y se sentó sobre los talones. Con el pecho al descubierto, vio sus abdominales nudosos por la tensión. Yunho levantó la vista, un rubor se extendía por su cara.
—Muéstrame tu tanga, Gatito. —Su voz reducida a una indómita ronquera— Date la vuelta.
Nunca nadie le había hecho sentir así... sensualmente saboreado. Adorado y deseado. Un embriagador entusiasmo latía en sus venas, haciendo fácil para él seguir sus instrucciones y ponerse frente a la cama.
Rugió un gruñido suave y deslizó sus dedos sobre Jaejoong. Ahuecó sus nalgas, moldeando y acariciando.
—Tu culo me ha torturado durante toda la noche en esos pantalones. —Trazó la línea de su tanga, profundizando entre los muslos.
Sus dedos rozaron la fina tela, provocando con pequeñas caricias hasta su miembro. Una ardiente necesidad encharcaba su bajo vientre. Luego Yunho se retiró.
Antes de que pudiera gemir su protesta, pasó sus pulgares por debajo de las finas tiras en sus caderas.
—Voy a quitarte esto y a mostrarte lo caliente y alucinantemente sexy que eres.
La anticipación apretó sus muslos mientras sentía el suave tirón. El lento descenso, viajando a la velocidad de un par de centímetros por cada latido de su pulso, era enloquecedor. Emocionante.
El material de seda susurró en voz baja, mientras los dedos de Yunho calentaban un rastro de placer más áspero. Su tanga se aferraba a su húmeda excitación, bajando con una tortura deliberada y dulce. Una vez que la tenía en sus tobillos, dio un paso saliendo de ella.
Yunho se levantó, rodeándolo con sus brazos y tirando de él otra vez hacia su pecho. Su calor le envolvió, le tranquilizó. Yunho rozó sus labios sobre su oreja, mordisqueando el lóbulo, raspando suavemente con sus dientes por encima de su hombro. Antes de que pudiera procesar plenamente eso, jugaba con sus pezones, rodando sobre uno, retorciendo el otro.
Se encendió, arqueándose mientras su sangre golpeaba debajo de su tierno asalto. Su entrada florecía abierta, rogando por su tacto.
—Yunho.
—Aquí mismo. —Trazó con una mano bajando por su vientre y apretó sus dedos entre sus muslos, acariciando su hendidura— Caliente. Tan receptivo. —La áspera yema de su dedo masajeaba su miembro.
Se ladeó hacia Yunho, agarrando su brazo.
—Me estás haciendo arder.
—Estoy ahí mismo contigo. —Apretando su brazo alrededor de Jaejoong, deslizó un dedo dentro suyo, hundiéndose profundamente— Qué entrada más apretada. —Gimió en su oído mientras se retiraba y empujaba con un ritmo electrizante— Tan jodidamente perfecto.
Un placer surgió en espiral mientras lo tocaba con su mano. Jaejoong estaba perdiendo la noción, sólo sentía. Su brazo alrededor de su cintura, su pecho ardiendo contra su espalda. La cresta de su gruesa erección presionando contra sus caderas. Sus dedos empujando dentro y fuera, más fuerte. Más profundo.
—¡Oh Dios! —Echó la cabeza hacia atrás. Escalofríos calientes corrían sobre su piel.
—Mírame.
Volvió la cabeza a sus órdenes.
Se encerró en Jaejoong.
—Vamos, Jaejoong. Vamos, nene. —Bajó el pulgar hacia abajo en su miembro.
El orgasmo explotó desde su miembro, con ondas de choque atravesando cada nervio. Clavó los dedos en el antebrazo que le sujetaba alrededor mientras cabalgaba sobre sus dedos. Oyó un zumbido en los oídos y la respiración áspera de Yunho.
—No es suficiente —gruñó. Le dio la vuelta, le hizo descansar sobre la cama y se puso de rodillas, deslizando el hombro bajo sus muslos.
Durante unos segundos, todo se ralentizó. Incluso su ritmo cardíaco mientras Yunho le sostenía abierto, expuesto y mirando fijamente.
—Para mí... Al igual que tu tanga, tu culito palpitante es mío. —El hambre brillaba en sus ojos.
—Sí. —En ese momento, le daría cualquier cosa.
Se inclinó y lo lamió, profundizando su lengua a través de todos sus pliegues. Lamiéndolo. Con un lamido profundo, provocó su miembro. Jaejoong era tan sensible que sólo tomó un par de minutos antes de que estuviera retorciéndose, tratando de acercarse lo suficiente.
Empujó dos dedos profundamente dentro de Jaejoong.
—¡Yunho! —Llamas sensuales azotaron sus paredes interiores. El calor enrojeció todo su cuerpo. Tan cerca, la feroz necesidad le quemó.
Yunho cerró los labios sobre el pulsante manojo de nervios y chupó. Cuando pensó que iba a volverse loco, le mordió suavemente y le envió a un orgasmo salvaje.
Antes de que las ondas de choque se desvanecieran, lo dejó y se quitó la ropa restante. Estaba atrás, de pie entre sus muslos abiertos y desenrollando un condón sobre la cabeza de su polla y deslizándolo por el largo eje.
Yunho aferró sus caderas en sus manos y le abrió más de piernas. Presionó un par de centímetros dentro de Jaejoong y se detuvo. Un hambre cruda estaba tallada en su cara con un deseo brutal. Las venas de su cuello sobresalían, marcando el esfuerzo de su moderación. Los ojos brillaban con la necesidad de tomarle. Fuerte.
Sin embargo, se detuvo y le miró.
La confianza llenó su garganta. La que Yunho le dio en ese momento, comprobando para asegurarse de que Jaejoong podría manejar su furioso deseo, le sorprendió. Inclinando sus caderas para atraerlo más cerca, le dijo:
—No te detengas. Lo quiero todo de ti. —Decía en serio cada palabra.
Con los dedos clavados en sus caderas, le penetró.
Demasiado lento. Envolviendo sus piernas alrededor de Yunho, le urgió a entrar más profundo.
—Jaejoong, —le advirtió— eres estrecho.
Jaejoong apretó los puños por la frustración. Le había dicho que se dejara llevar. Le había abrazado. Le había dado exactamente lo que había ansiado aunque él ni siquiera lo sabía. Necesitaba ese mismo abandono salvaje de Yunho ahora mismo. Arqueando la espalda, exigió:
—Fóllame tranquilo.
Yunho se quedó inmóvil durante un segundo. Un latido rápido donde los propios planos de su rostro cambiaron de paciencia agonizante a un deseo salvaje. Se retiró y embistió. Con fuerza. Hasta el final. Un color ardiente salpicaba sobre sus mejillas y sus dedos se clavaron en su culo mientras lo follaba. Cerrando los ojos, bombeó con sus caderas, conduciendo su polla dentro de Jaejoong.
Se movió, alzándole más las caderas.
—Tómalo, Jaejoong.
Su escroto pesado golpeaba contra su culo.
—Otra vez. Más. —Lo tomaría todo, cualquier cosa que Yunho quisiera darle.
—Sedoso. Caliente. ¡Joder! —Atacaba dentro de Jaejoong, sus músculos golpeando. Sin contenerse nada.
Una fiebre caliente abrasaba a través de Jaejoong y se vertía en palabras:
—Quiero sentir como te corres. —Verle perder ese control formidable dentro de él. No, con él. Su fiebre se disparó—. Por favor.
Se inclinó sobre Jaejoong hasta que compartían un solo aliento.
—Esto es lo que me haces. —Sus hombros se flexionaron. Su polla se hinchó más grande. Más dura. Más caliente mientras se sumergía en Jaejoong. Marcándolo.
—Jaejoong. ¡Joder! —Jadeó, corriéndose fuerte dentro de él.
Él explotó con Yunho.
* * * *
Yunho no podía conseguir meter un jodido aliento en sus pulmones. Todavía tenía el culo de Jaejoong sujeto en sus manos, su pene enterrado hasta las pelotas en su interior.
La cordura estaba volviendo lentamente. La razón empezando a hacer clic, diciéndole que había perdido totalmente el control con Jaejoong.
Y a Jaejoong le había gustado. Muchísimo, a juzgar por el orgasmo estrujapollas que acababa de tener. Era tan hermoso allí tumbado, su piel brillante, con los ojos cargados de satisfacción. Jaejoong había trabajado tan duro para apartarle al principio. Pero una vez que se había abierto él mismo, se había convertido en salvaje y honesto bajo sus caricias.
Otra réplica del placer le estremeció ante el recuerdo.
Dejó descansar las caderas de Jaejoong en la cama, apartándose. Mirando a su alrededor bajo la luz de la luna, vio una puerta a su izquierda.
—¿Ese es el baño?
—Sí.
Rápidamente se dirigió al cuarto de baño, se deshizo del condón y regresó.
Mientras que Yunho se había ido, Jaejoong se había sentado en el borde de la cama con los pies en el suelo.
Le miró fijamente en el charco de luz procedente del baño. Jaejoong agarró el borde de la colcha y la giró sobre su pierna mala. ¿Sí, esa mierda de taparse? Se iba a terminar ahora. Se unió a Jaejoong y se sentó a su izquierda.
—Vamos a terminar con esto.
Jaejoong le lanzó una sonrisa.
—Pensaba que acabábamos de hacerlo.
—Chico gracioso. Sólo hemos empezado. Todavía no he terminado de explorarte. —Dejó caer la atención a su pecho. No había pasado ni de cerca el tiempo que Yunho quería. Sintiendo la sangre que comenzaba a llenar su polla, empujó ese pensamiento hacia abajo— Estás sentado aquí desnudo y escondiendo tu pierna. —Reclinándose atrás, se palmeó en los muslos— Gírate y pon las piernas aquí.
Jaejoong se puso rígido.
Yunho le cogió la barbilla.
—No son más que cicatrices, Jaejoong. Enséñamelas y acabemos de una vez.
—Realmente eres un abusón.
Se inclinó, besándole.
—Pero tú no eres el frágil repostero que tu familia cree. Es hora de enseñar y contar.
Yunho le observó decidirse. Sabía que era un riesgo, pero así es como él vivía. Se enfrentaba y se ocupaba de las cosas, no las dejaba simplemente quedar pendientes allí y crecer. Atacaba y vencía.
Por fin, Jaejoong apartó el edredón.
Una opresión en el pecho se alivió. Por alguna razón, esto era difícil para él. Es por eso que quería apartarlo del camino. Esperó mientras giraba sobre su trasero, volviéndose hacia Yunho, luego levantó su pierna izquierda, y manteniendo la rodilla doblada, dejó caer su pie sobre su muslo.
Su mirada fue a la derecha allí, hasta donde se extendían sus muslos, los suaves rizos recortados se abrían y sus resbaladizos pliegues rosados estaban expuestos para él. Su polla se engrosó, se le hizo agua la boca.
Pasó su mano sobre su pierna, sintiendo todos los músculos lisos y la piel suave. Entonces estiró el brazo, rodeando su pequeño miembro hinchado.
Jaejoong tomó aire.
Apartando su mano, levantó la mirada.
—Excelente táctica de distracción.
—Puedo pensar en más. —Frotó la pierna contra su polla palpitante.
Gimió.
—Sigue así y vamos a averiguar si te gusta el sexo con azotes.
Sus cejas se alzaron en su frente.
—No lo harías.
Maldito fuera si sus pezones no se contraían y ese pulso de su cuello ondeaba. Jaejoong Kim tenía una vena de chico malo. Pero tenía razón, no lo haría hasta que tuviera su plena confianza y sólo si él lo disfrutaba. La idea de hacer realidad sus fantasías secretas se la ponía muy dura.
—De la manera en que yo lo veo, podemos negociar aquí. Puedes poner tu otra pierna en mi regazo y estaré de acuerdo en demorar lo de inclinarte sobre mis muslos y hacer que te corras con mi mano sobre tu culo hasta que grites pidiéndolo...
—¿Pidiéndolo? —Prácticamente escupió las palabras.
Yunho se encogió de hombros.
—Preguntar o suplicar, es tu decisión. —A Yunho le encantaba su indignación— O puedes ponerme a prueba, al negarte a mostrarme tus cicatrices.
—Es un farol.
No contestó. No inclinó su mano. Sólo esperó mientras un nuevo deseo le asaltaba, uno que Jaejoong no sabía que tenía. Era un calor tan fuera de los registros, que casi se rindió y le dejó librarse de enseñarle la pierna.
Jaejoong se movió, poniendo sus manos sobre la cama para sujetarse y levantó su pierna derecha.
Una mueca de dolor cruzó por su rostro. Tuvo que reprimir la necesidad de ayudarle.
Apoyó la pierna, ligeramente doblada, sobre él.
Yunho movió su mano hacia su pie con el arco delgado y luego suavemente le pasó la palma de la mano por encima de su tobillo y en parte por su pantorrilla.
Allí vio sus cicatrices. Recorrían doce centímetros por el interior y el exterior de la pierna, desde media pantorrilla hasta la rodilla. Las dos cicatrices probablemente significaban dos placas sujetas al hueso con tornillos. Buenas incisiones, algunas tirando del tejido cicatricial y había algunas otras pequeñas cicatrices apenas perceptibles en la rodilla. Probablemente artroscópicas para romper el tejido cicatricial y limpiar los fragmentos de hueso.
Levantó la vista hacia Jaejoong.
—¿Qué tan mal está la rótula? —La sorpresa brilló en sus ojos— He tenido lesiones, fracturas y fisioterapia. Aunque no tengo placas, nada tan serio. He visto a otros luchadores pasar por mierdas así. Una vez que la rótula está involucrada, por lo general no es una buena noticia.
Sus ojos se calmaron un poco y sus hombros se relajaron bajando.
—No es lo suficientemente malo como para una prótesis de rodilla, por lo menos no todavía. El rango de movimiento es mejor para la flexión, pero no puedo conseguir la extensión completa. Podrían ser las placas, la forma en que sanaron los huesos, la articulación o una combinación de todo.
—Sin la extensión completa para conseguir apoyar el talón en el suelo, cojeas. —Le pasó el pulgar por la cicatriz en su interior. Se habían atenuado y no eran tan obvias. Desde la distancia, la gente simplemente vería unas piernas tonificadas, no las cicatrices— Esta no es la pierna con la que quieres dar patadas. No puedes golpear o conseguir suficiente fuerza para hacer daño. Pero puedes equilibrarte sobre ella para patear con la otra. —Levantó la mano hacia su cara mientras seguía acariciando su pierna. Le gustaba tocarle.
A su polla también le gustaba.
Jaejoong miró hacia donde le tocaba, y luego hacia su erección y volviendo a su rostro, le dijo:
—Realmente no te molestan.
—¿Las cicatrices? No. — Yunho estaba bien, siempre y cuando no pensara en el Dr. Gilipollas dejándole a merced de dos hombres con un bate de béisbol. Apretó la mandíbula para dejar fuera la imagen. Jaejoong ya estaba metiéndose bajo su piel, haciéndole sentir más de lo que quería. Tenía que centrarse en el sexo.
Acariciando sus piernas, cambió la conversación.
—Tenemos que hablar sobre métodos anticonceptivos. —Tendría que haber hablado con Jaejoong en el gimnasio el domingo pasado, pero su polla se puso en el camino de su sentido común—. ¿Tomas la píldora?
Jaejoong asintió.
Alzó una ceja.
—¿Has estado planeándolo, chico de los pasteles?
Jaejoong se rió.
—Por supuesto. ¿Alguna otra pregunta?
Deslizó un brazo debajo de sus piernas, luego la otra debajo de la espalda baja, levantando su culo a su regazo. Envolvió el cabello sedoso alrededor de su mano, le miró a los ojos y le preguntó:
—¿Te gustaría ver mi certificado de buena salud?
―Sí.
Bien por Jaejoong.
—Chico listo. Usaré condones hasta que consiga el informe para ti. Ahora ponte algo de ropa. Algo cómodo.
—¿Ahora? ¿Por qué? ¿Tengo que llevarte en coche a casa?
Se levantó con Jaejoong en sus brazos y lamentablemente lo bajó hasta el suelo.
 —No te vas a librar de mí tan fácilmente. —Se inclinó, enmarcando su rostro con las manos— Pero esta noche entraste en pánico cuando Ryu Jin puso sus manos sobre ti. —¿El contacto de Ryu Jin siempre le provocaba ataques? La respuesta a eso no era tan importante como enseñarle a superar su pánico.
—No pienso en él como una amenaza. — Jaejoong levantó las cejas— No exactamente, en cualquier caso. Simplemente no quiero que me toque.
Yunho no quería que dudara de sí mismo.
—Cuando un hombre no te quita las manos de encima después de que le digas que te suelte, considéralo una amenaza. ¿Me oyes, Jaejoong?
—Sí.
Juraría que algo parecido al alivio apareció en su expresión. Por mucho que había tratado de dejarlo ir, no podía.
—Jaejoong, la noche en que fuiste atacado, ¿qué es lo que realmente crees que pasó?
Jaejoong se dio la vuelta, dirigiéndose hacia un aparador.
Retirándose. Distanciándose. Porque nadie le creía. Yunho envolvió sus brazos alrededor de Jaejoong, atrayéndole contra él.
—No retrocedas. Háblame.
—No lo sé. Sólo tengo flashes aleatorios.
Esas palabras planas le hacían rechinar sus molares. Estaba rígido en sus brazos, su piel se había enfriado. Apoyó la barbilla en su cabeza, su pelo sedoso contra su cuello.
Gradualmente se relajó contra Yunho.
—¿Yunho?
—Estoy aquí.
—Lo que sea que pasó esa noche, Ryu Jin está tratando de ocultarlo. Lo ha hecho durante años. — Jaejoong suspiró— Eso es lo que nos destruyó. La mentira, siempre estaba allí entre nosotros hasta que no pude soportarlo más. Cosas como su teléfono. Él nunca lo dejaba en su coche, siempre lo llevaba consigo. Es un millón de pequeños detalles que se suman hasta una gran mentira. No sé qué pasó, sólo que no sucedió de la manera en que él dijo que pasó.
Jaejoong se volvió en sus brazos, mirándole a los ojos.
—Si tú todavía estás dispuesto, quiero que me entrenes. Entré en pánico cuando Ryu Jin me tocó. —Sus ojos brillaban con determinación, parecían gemas duras— Tengo que aprender a controlarlo. Superarlo.
Eso es, justo ahí, ahí estaba: la cualidad que le golpeaba en el pecho y disparaba derecho hasta su polla. El luchador que había en Jaejoong. No le importaba que se estuviera haciendo tarde, quería entrenar ahora. Es lo que le daba ganas de trabajar con él hasta que sudara agotado para luego lamerle hasta un orgasmo abrasador.
—Está bien. Ponte la ropa de entrenamiento.


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Reina Sandoval. Espero te guste su noche de pasión jajaja.

Yunho Kim. No te preocupes sufrirá un poquito pero no tanto como suelo hacer jajaja. Tranquila Fer te gustará mucho.

Katherine Miranda. Si Jae tiene unos padres realmente fríos, sobretodo una madre, pero claro por eso esta Yunho.

Lidia Tun Mex. Créeme no le hará falta su familia a Jae para superar todo. 

Adara. Si bueno me imagino que esperas la reacción cuando se enteren, aunque para eso falta aun. 

Laura Campos García. Es inevitable que ellos no tengan química son la pareja perfecta, jajaja y ya veras se pondrá mejorsita.

Espero que les guste este lemonoso ojala haya llenado sus expectativas. Y gracias por comentar.  Quisiera responderles con mas palabras pero voy de rápido, subo contesto y me voy. Gracias.....

9 comentarios:

  1. Bueno parece que Yunho se ha dado cuenta de todo lo que ha pasado Jaejoong y es por eso es que el lo va ha ayudar por que aunque el no quiera ya se a enamorado de Jae y no es solamente sexo lo que quiere con el gracias Patricia cada día esta interesante esperare el siguiente capítulo

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  2. esto me gusta yunho ya esta hasta el tuétano de enamorado de Jae no permitirá que nadie lo lastime sera mejor que lo entrene bien así Jae le dará la paliza de su vida a ese Ryu Jin y que les demuestre que es el el culpable de todo lo que le a pasado a Jae así se caerá del pedestal que lo tienen los padres de Jae y se darán cuenta que yunho es el hombre perfecto para Jae
    Gracias Pao me dejas mas tranquila me esta gustando mas la historia Dios te bendiga cuídate hasta el próximo capitulo

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  3. Bromeas!?
    Estuvo increíble tan lento pero tmbn rápido y luego suave para después hacerlo mas salvaje
    Wow me ha fascinado
    Algo oculta ese tal Rj...
    Gracias

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  4. PURO FUEGO ,,, ESO ES LO Q PASA CUANDO LOS DOS SE JUNTAN Y TAMBIEN CREO Q EL EX ES UN COBARDE Y Q MIENTE ACERCA DEL ACCIDENTE PERO YUN YA SE DIO CUENTA DE TODO ..SOLO ESPERO Q LO AYUDE A SUPERARLO DE VERDAD DEBE SER DOLOROSO TENER PADRES ASI POR Q SE SUPONE Q TU FÁMILIA DEBE DE SER LA PRIMERA OPCION DE REFUGIO DE APOYO TU OASIS DE SEGURIDAD Y PROTECCION PETO LOS PAPIS DE JAE NO PIENSAN ASI Q PENA POR ELLOS NO POR JAE POR Q EL ES FUERTE Y ADEMAS YA TIENE A YUN Q AUNQUE SE HAGA EL Q QUIERE SOLO UN RATO CON EL YA ESTA MAS Q ENAMORADO....GRACIAS POR ACTUALIZAR BENDICIONES

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  5. Al fin Jae y Yunho tuvieron su noche de pasion,estuvo genial!!!!!!
    Jae aunque se relajo un poco con lo de la intimidad siempre queda 1 poco referente a su pierna,lo bueno que Yunho supo como manejar la situacion y no dejar que Jae se encierre otra vez.
    Espero que ahora que Yunho ya vio su pierna se sienta mas comodo con el sin tener que preocuparse por esconder su pierna,a Yunho no le molesta.
    Jae tiene la determinacion de aprender a defenderse y Yunho eso ha estado esperando que Jae tome la decision y se muestre tal cual es,sin finjer que es debil.
    Me encanta la relacion que tienen,se complementan

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  6. Al fin lo hicieron y no creo que Yunho siga queriendo en no involucrar sentimientos y en eso pronto tendrá la necesidad de tener a Jae todo el tiempo y nada de una relación de solo tener sexo cuando lo requiera, jajaja...

    Gracias!!!

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  7. Uhhhh sí qué bueno que se reencontraron entonces... Esperemos que Jae supere todo por lo que está pasando ... Y quién más si no Yunho para ayudarle jejjeejj

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  8. Ufff....que noche señores!!! Jejej...muy apasionados!!
    Me gustó que yunho le dejara en claro que no le importa sus cicatrices en la pierna ❤️ punto para yunho

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  9. Insisto se complementan perfectamente, YH puede ver un luchador en JJ y el va a sacar esa fuerza y valentia a flote. Espero que durante ese proceso, YH también derribe sus paredes y se deje llevar por lo que siente por JJ y tarata de negarlo.

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Thief: Capítulo 16

Capítulo 16 Presente   Dejo a Jaejoong en su oficina. En el camino hacia allí, apenas me dice dos palabras. Después de lo que acababa ...