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La proposición


Capítulo 19

Para mantener los nervios bajo control, Jaejoong entró en la sala de degustación de Rolling Thunder Winery. La gran sala de detrás de los bastidores tenía adornos personalizados de hierro forjado que recubría las paredes para mostrar los vinos. Suelos de mármol, techos con vigas y ricos detalles en madera de cerezo añadían sofisticación. Los camareros se movían de manera eficiente entre las mesas vestidas con manteles blancos y cargados de delicada porcelana.
Cada persona en la habitación estaba mirando a su mesa, más concretamente, a Yunho y Ronnie T. Devonshire, el magnate de bienes raíces que se volvió estrella de televisión.
—Es un poco abrumador, ¿no? —dijo el rubio junto a Jaejoong.
Volviéndose hacia a él, le sonrió.
—¿Eso es obvio?
—No, lo que pasa es que tienes información privilegiada. Soy Heechul. Siwon... —Le dio un codazo al gran hombre que estaba a su lado—, es mi marido. Él y Yunho han sido amigos desde sus días en UFC.
—Hola, Jaejoong. —Siwon miró sobre la cabeza de su esposo—. Te he visto en el gimnasio, pero no he tenido la oportunidad de decirte hola.
Jaejoong asintió.
—Mucho gusto a los dos.
Yunho se inclinó.
—Heechul es cinturón negro en Tae Kwon Do. Le he pedido que entrene con vosotros esta semana mientras estoy fuera.  
Sorprendido por ese anuncio, Jaejoong espetó:
—¿En serio? —No estaba seguro de que le gustara la idea.
Sus ojos se calentaron y él jugó con su cabello.
—Echaré de menos trabajar con vosotros, pero viajo toda la semana. Heechul es bueno.
—Podría esperar.
Negó con la cabeza.
—Hazlo por mí. Necesitas estar preparado con el entrenamiento para estar listo para manejar cualquier cosa.
Se refería a sus ataques de pánico y a Ryu Jin. Solo pensar en Ryu Jin disparaba su determinación.
—Está bien.
Las comisuras de sus labios se levantaron.
—Ese es mi luchador.
—Podrías terminar lamentándolo al final del día.
Yunho se inclinó más cerca.
—¿Crees que puedes hacerlo, pastelero?
—Oh hombre. —Rió Heechul—. Voy a enseñarle a ponerte sobre tu culo, Yunho.
Jaejoong disparó su atención de Yunho a estudiar al hombre con el que entrenarían. Con su traje de cóctel azul, hacía estallar sus bíceps gruesos, aunque lograba hacer que todo pareciera delicado y seductor.
—Enséñame a hacer eso y podrás tener postres gratis de mi panadería por un año. —Los ojos color avellana de Heechul se iluminaron como un petardo.
—Hecho.
Siwon se inclinó sobre su esposo.
—Amigo, estás jodido. Estos dos juntos serán un problema.
Yunho tiró suavemente de un mechón de cabello de Jaejoong.  
—Estáis invitados a probar. Demonios, espero que Jaejoong intente derribarme.
Su mirada calentó su piel, haciendo que se ruborizara mientras los camareros servían las comidas. Filete mignon, arroz con lavanda, espárragos al limón, todo muy bien presentado. Apenas se dio cuenta, estaba demasiado distraído por la sensación de los ojos atrevidos de Yunho fijos en él delante de toda esta gente. Yunho se lo buscó.
—Con cuidado, campeón, conozco tu debilidad.
Levantó una ceja.
—¿Qué es eso?
—Bizcochos de limón. Estoy bastante seguro de que podrías llegar a rogar por un bizcocho de limón. —Bueno, podría estar empujando su suerte.
—Tramposo. —Envolviendo su mano en su cabello, se inclinó—. Sabes que haría cualquier cosa por tus bizcochos de limón.
No podía apartar la mirada, atrapada en la absoluta confianza de este hombre. Oh, por supuesto, no eran más que una pelea verbal, burlas, pero algunos hombres se habrían sentido amenazados. Actuando enojados o defensivos en respuesta.
Yunho le dio la victoria y lo hacía sentirse poderoso con eso. Nunca había tenido una pareja. Ryu Jin le había recordado a menudo que no era tan fuerte como él. Mientras Yunho, un hombre que era fácilmente tres veces más fuerte que él, lo hacía sentirse poderoso.
—Yunho… —Una nueva voz los interrumpió—. Estaba esperando que lucharas en el evento Thunder enjaulado.
Jaejoong miró al otro lado de la mesa para ver a Ronnie T. Devonshire. Era un par de décadas mayor que Yunho, pero su cabello rojo de marca era abundante y sus ojos verdes sostenían una mirada brusca.
—No estoy interesado.
Ronnie dejó sus cubiertos, totalmente centrado en Yunho.
—¿Qué debo hacer para que regreses de nuevo a la jaula?
—Un oponente digno de mi tiempo. De lo contrario, estoy más interesado en mi negocio.
—Di un nombre de tu elección y haré que suceda. Vamos a hacer un pay-per-view. Llámalo la Jaula de la Venganza.
El estómago de Jaejoong se encogió ante ese pensamiento. Apenas había tocado su arroz. La idea de que Yunho peleara de nuevo... no podía soportarlo.
Yunho se relajó en su silla y dijo:
—Te lo haré saber cuándo lo encuentre.
—Tienes que, ¿treinta ahora? Ya no tienes muchos años por delante en las peleas. Tenemos que hacerla mientras puedas.
Jaejoong apretó la mandíbula para resistir la tentación de decirle a uno de los hombres más poderosos del mundo que se retractara. No quería que Yunho peleara.
Un hombre se acercó a sus espaldas, golpeando la mano en el hombro de Yunho.
—Yunho, debes escucharlo. Podría utilizar los Pros vs Amateurs del Slam como calentamiento.
Yunho lo miró.
—Lo dudo. —Tomó la mano de Jaejoong—. Jaejoong, ¿conoces a Clay Barton? Es el dueño de Rolling Thunder Winery.
Jaejoong le reconoció como uno de los cuatro combatientes que Yunho había introducido en su presentación.
—Encantado de conocerte. ¿Así que eres el dueño de la bodega y la lucha?
—Ya no de la UFC. —Él guiñó un ojo—. Solo lo hago por diversión ahora.
Luchaba como una diversión. Eh. Claro, era divertido cuando Jaejoong y Yunho se enfrentaban, pero ellos no estaban tratando de hacerles daño a los demás. Estudió a Yunho.
—¿Lo extrañas? ¿Quieres salir de tu retiro?
—No. — Yunho flexionó su mandíbula y sus ojos brillaron con fragmentos de dolor y determinación—. No creo que la oportunidad para volver a la jaula se presente.  
Escalofríos recorrieron su piel. Pensó en Young Jae diciéndole que Yunho entrenaba como un demonio. Y pensó en cuál sería su motivación para comprometerse con este tipo de entrenamiento riguroso.
¿Jaejoong aún deseaba saber lo que le llevaría de vuelta a la jaula?
Yunho se quitó la chaqueta y tiró de la corbata mientras estaba junto a la limusina, trabajando para contener la energía acumulada que rasgaba a través de sus venas. Durante toda la noche, había ocultado su impulso de venganza bajo su cara de juego. Después de años de formación, la planificación y su vida, el plan fue haciendo clic en su lugar. Lee Foster se metería en la jaula.
Y Yunho estaría esperando. Solo unas semanas más.
En un instante, los últimos doce años regresaron y Yunho recordó vívidamente a ese hijo de puta corriendo fuera de la casa. Y luego la escena cambió y vio a Mi Ja en el suelo del dormitorio, desnuda y sin vida...
No. Yunho bloqueó sus recuerdos, se deslizó junto a Jaejoong y arrojó su chaqueta y corbata en el asiento frente a ellos. Su olor cálido a panadería impregnaba el espacio y ese traje. Tenía la boca seca y su sangre latía con fuerza. Después de decirle a Kang Joon que irían al condominio de Jaejoong, alzó la pantalla de privacidad.
Se sentó en el asiento marrón oscuro.
—Pareces tenso de repente.
—No tienes ni idea.
Abrió la nevera y se sirvió una copa de vino blanco fresco.
—¿Quieres hablar?
—No.
Quería follar. Lo necesitaba. Contrólate, imbécil. Jaejoong había entrado lo suficiente en su vida, podía controlarse lo suficiente como para seducirlo un poco.  
—Eres lo que necesito. —Dejó la copa a un lado y lo tomó en su regazo.
Jaejoong echó un vistazo a la pantalla de privacidad.
—El conductor.
—Kang Joon no puede oír ni vernos. —Cubrió sus muslos, revisó para asegurarse de que su pierna derecha descansara cómodamente. Sus ojos estaban bordeados con un toque de gris tormentoso. ¿Preocupación? ¿Ansiedad?
—Te lo dije, pastelero, no comparto. Especialmente a ti.
Al tocar el lado de su boca, Jaejoong dijo:
—La cicatriz se blanquea cuando estás en el borde. Por alguna razón, esta noche fue difícil para ti. No entiendo por qué, pero lo fue.
Una suave ondulación comenzó a levantar su polla. Pero la sensación física palideció en comparación con el golpe de la emoción en el pecho. Jaejoong lo vio. Durante toda la noche, cuando el cielo frío por la rabia, el odio y la culpa trataba de aspirarle, Jaejoong había estado allí. Se burlaba de él, le sonreía, o simplemente le tocaba. Jaejoong se había preocupado por fallarle por algo tan trivial como meter la pata, sin darse cuenta de que esa noche Jaejoong había sostenido su purgatorio personal en su seno.
Así como ahora.
La adrenalina subió, tallando una necesidad feroz de reclamarlo en la forma más primitiva. Tan profundo y duro, que dejaría huella de sí mismo en Jaejoong para siempre.
No podía tenerlo para siempre, pero quería estar absolutamente seguro de que Jaejoong no lo olvidara. Esto era todo lo que podía darle.
Para distraerlo de su cicatriz y nerviosismo, recogió la copa de vino.
—Toma un poco de vino.
Su mirada se posó en el vidrio y levantó una mano hacia Jaejoong.
—No de esta manera.
Llevó el vaso a sus labios y lo inclinó. Luego colocó la copa en un soporte y bajó la cabeza.
Los ojos de Jaejoong estaban dilatados. Sus labios se separaron. Cuando se acercó lo suficiente, Jaejoong lamió la comisura de sus labios, un golpe de humedad tibia se disparó en su ingle con una onda expansiva de placer.  
Yunho lo acunó sobre él y le dio de tomar el vino, olvidándose de su bebida. Compartir el vino con Jaejoong encendía la codicia de tener más de él. Le dolía el pecho con Jaejoong.
Penetró su boca con la lengua, saboreando las últimas gotas del chardonnay en Jaejoong. Sus dedos se clavaron en sus hombros.
Necesitaba tocar su espalda. Demasiado nervioso para ser cuidadoso, rompió el beso.
—Bájate el pantalón. No quiero romperlo. —Y lo haría.
Jaejoong se agachó, corriendo el pantalón, dejando al descubierto sus largas piernas tonificadas todo el camino hasta la parte superior de los muslos.
Clavó los dedos en sus manos para no tocarlo. Todavía.
—Continúa. Muéstrame la tanga que llevas.
Hundiendo sus dientes en el labio inferior, tiró del pantalón, dejando al descubierto el delicado trozo de tela rojo ajustado contra su montículo con diminutas tiras que viajaban en una curva a la cadera.
Su sangre saltó a su ingle, hinchando dolorosamente su pene, mientras que su confianza la tenía puesta alrededor de su corazón. Creía que debía proteger a Jaejoong, evitar que otros lo vieran. El traje se quedó donde fácilmente pudiera cubrirlo si alguien pasara y surgió la necesidad. Cerrando la mano, trazó el borde superior de su ropa interior.
—La voy a sacar. —Yunho pasó a Jaejoong al asiento y cayó de rodillas. Agarrando el material suave, los arrastró fuera, dejándolo completamente desnudo para él de cintura para abajo. Yunho se inclinó sobre él para conseguir su vino.
Sus ojos se abrieron.
—¿Tienes sed?
—Tú has bebido de mí. ¿No debería tener el mismo privilegio?
Enroscó sus dedos en el traje arrugado, y preguntó:
—¿Quieres beber de mi boca?
Yunho desplegó una sonrisa de lobo, y respondió:
—Soy más original que eso. Sostén ese traje.  
Inclinó el vaso para derramar el líquido dorado en su ombligo.
Jaejoong se estremeció y susurró en un suspiro.
Yunho lamió el vino, el sabor fresco mezclado con el sabor de la piel de Jaejoong. Derramó más líquido y lamió una línea desde la cadera de lado a lado. Los músculos de su estómago saltaron y se contrajeron. Oh, pero Yunho quería más. Ansiaba el sabor de su deseo.
Maniobrando entre sus muslos, extendió su abertura. Rosa, húmeda e hinchada. Levantando la mirada hacia su rostro, Yunho se quedó sin aliento. Su deseo estaba cargado en sus ojos sin miedo, sin reserva. Jaejoong se entregó a él con fe completa que había cuidado tanto para su intimidad y placer. Debía ser bueno con él. Tomó de nuevo la copa de cristal y se inclinó de nuevo.
—Yunho. —Jaejoong se arqueó cuando el líquido se derramó sobre los pliegues de su entrada.
Dejó a un lado la copa y se abalanzó, recogiendo el agrio vino y el dulce néctar de Jaejoong en una larga y lenta lamida. La sensación de su calor cremoso en su lengua encendió el hambre de por más. Volvió a lamer, jugando con su miembro hasta que pudo sentir el latido del mismo.
Jaejoong, con sus manos en su cabello, lo retorcía mientras lo jalaba.
La urgencia disparó un cambio salvaje. La necesidad de hacer que se corriera lo inundó.
Llevarlo a las alturas que solo Yunho podía.
Entonces debería hundir su polla en Jaejoong.
Se deslizó hacia abajo, trazando su abertura con la lengua hasta que Jaejoong se retorció contra él. Sabía exactamente cómo conseguirlo. Usando su dedo pulgar, acarició su miembro mientras lamía hasta que Jaejoong se estremeció y explotó, sujetando sus muslos mientras Jaejoong se arqueaba y gemía.
Su sabor y aroma lo condujeron a su lado salvaje. La necesidad de poseerlo maltrataba cada uno de sus nervios. Elevándose sobre sus brazos, gruñó:
—No puedo esperar. —Se desabrochó el pantalón con una mano y lo empujó hacia abajo lo suficiente. Agarrando su polla, colocaba la cabeza contra su entrada húmeda y gimió. Otro regalo que Jaejoong le daba, su cuerpo sin barreras. No iba a entrar en él como un animal. Yunho luchó contra el impulso primario y sobre el túnel que recorrería centímetro a centímetro. Jaejoong estaba lubricado, suave y apretado, echó la cabeza hacia atrás y apretó los molares.
—Yunho. —Jaejoong agarró los brazos, levantando sus caderas para acomodarse.
A mitad de camino en su interior y con el fuego abrasador de su espalda baja y la necesidad desesperada de la verdad y reclamarlo, bajó la mirada.
Tenía los ojos hinchados por el deseo apuntando hacia él.
—Te voy a dar lo que necesites. Todo.
La dulzura de sus palabras lo deshizo.
Se dejó caer sobre Jaejoong y se fundió en su boca mientras empujaba sus bolas profundamente en su calor. Chupando su lengua, Jaejoong metió sus manos en su camisa y discurrieron por todas partes. Como si no consiguiera todo lo que necesitaba.
Yunho rompió el beso. Se apoyó en los antebrazos y cerró los ojos con él. Más despacio y delicado, y aún así, Jaejoong tenía el poder de detener ese pozo de soledad tratando de succionarlo. En su desesperación, se puso a gritar:
—Te necesito. —Fue arrancada la soledad de ese pozo con él.
Jaejoong lo envolvió con sus piernas alrededor de él y le acarició la espalda.
—Me tienes a mí.
El satén fresco de los zapatos encontró su culo mientras Jaejoong estaba bajo sus embestidas. Con cada paso, los sonidos que hicieron juntos los llevaron a lo más alto. Deslizó su mano por debajo de Jaejoong, inclinando sus caderas para conseguir más profundidad.
—Voy a... —Su cuerpo se inclinó, con la boca jadeante, cara enrojecida, y en medio de todo, sus ojos se quedaron con él.
Lo dejó ver el segundo en el que se entregó totalmente al placer que le dio mientras se convulsionaba alrededor de su pene.
Impresionantemente hermoso, esa mirada arrancó lo último de su control inmediatamente. Bombeaba dentro de Jaejoong, jadeando y esforzándose mientras perseguía la felicidad que solo Jaejoong podía darle.  
Su orgasmo se disparó por su espalda y explotó. Desamparado bajo el poder de su placer, se aferró a su mirada, la conexión entre ellos lo alimentaba, llenando su soledad fría y estéril. Anhelaba ese vínculo aún más que su liberación.
Tomó varios minutos para que Yunho pudiera recuperar el aliento. La intensidad lo sacudió y lo capturó al mismo tiempo. Suavemente toma su rostro entre sus manos.
—Me quedo contigo esta noche.

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Yunho Kim. Si pobre Jae ya empieza a sentir los estragos de su amor por un Yunho que no quiere dar su brazo a torcer. Gracias Fer siempre tan linda.

Lidia Tun Mex. Bueno es normal Yunho l esta enseñando un mundo que no conocia y empieza a mostrar su amor por el, a ti muchas gracias por leer.

Katherine Miranda. Creo que el miedo de Yunho es comprensible perder a alguien amado no es facil simplemente no quiere que Jae sufra. muchas gracias por leer.

Reina Sandoval. Desde el momento en que Yunho desea tratar a Jae distinto pienso que muestra su amor, solo que para el es complicado, muchas gracias por leer.


4 comentarios:

  1. Estuvo genial el cap,tanto como Yunho y Jae se necesitan se acomplementan Jae alivia a Yunho de esa soledad que siente del mismo modo lo hace Yunho,me encanta la pareja

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  2. Claro que es asi el Yunjae siempre se van ha complementar ya que ellos se aman y es tiempo que ya se den cuenta ya que los dos se necesitan gracias Patricia por este capítulo esperare el siguiente

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  3. me fascina la forma de calmar a yunho de su lindo Jae le muestra cuanto amor tiene por el y su forma de calmar la bestia interna que tiene el yunho quien como su Jae para domarla y con tanto amor para darle
    Gracias Pao me encanto

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  4. Ohhh cuabcu hay de los dos para dar... Pero no se aferran a ellos solo piensan que no va a durar... Cada uno tiene sus miedos y sus metas... Esperamos en el camino a conseguirlas les vaya como lo planean y no les salga mal... Que Yunho le diga lo de fores a jae.. es por su seguridad también... Gracias x compartir.. besos

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