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La proposición


Capítulo 18

Le tomó un segundo a Yunho recuperarse cuando Junsu abrió la puerta del condominio. Había estado esperando a Jaejoong. Tragándose su aguda impaciencia, se adelantó de una zancada
—¿Jaejoong está listo?
Junsu levantó una ceja.
—Salió de aquí tarde y se dio una ducha. Ha estado grabando sin parar y…
—¿Grabando qué? —Sus palabras salieron duras y frías. Tuvo que obligarse a mantener la calma. ¿Jaejoong estuvo hablando con los medios de comunicación? Había dicho que no lo haría. Maldita sea. Echó un vistazo al pasillo. Iría a preguntarle al pequeño pastelero personalmente.
Junsu lo bloqueó.
—¿Qué, arrastrando tu trasero?
Yunho se contuvo. Junsu había sido apuñalado hacia apenas unas semanas. Pero, maldición, ese movimiento lo sorprendió. El otro hombre estaba en buena forma, pero Yunho sabía cómo matar.
—¿Esta Jaejoong hablando con los medios de comunicación? —Si lo hizo, habían terminado. Por dos razones: primero no podría confiar en Jaejoong, segundo...
Un escalofrío corrió por su espalda.
No quería que Jaejoong llamase la atención de Lee Foster. El hombre que había violado y asesinado brutalmente a Mi Ja. Lo que es peor, Yunho había mantenido vigilado a Foster mientras estuvo en la cárcel. El bastardo se había entrenado para pelear y matar, y guardaba rencor contra Yunho por ponerlo en prisión. La idea de Foster poniendo sus manos sobre Jaejoong hizo helar su sangre.  
Los ojos color avellana de Junsu se iluminaron comprendiendo.
—No, y los medios no lo han molestado. Ana, una de sus empleadas, está utilizando a Jaejoong y Sugar Dancer como el tema en un proyecto de marketing.
Un alivio le atravesó. Observando a Junsu, su actitud mientras él se levantaba, Yunho dijo:
—Tú y Yoochun os quedaréis aquí, ¿verdad? ¿Por cuánto tiempo? —Jaejoong le había asegurado que los dos hombres insistieron en permanecer en el apartamento después de que Ryu Jin montó esa emboscada en su panadería.
—Tres semanas más, hasta que nuestra casa esté lista. —Junsu se dejó caer en un taburete de la isla de granito—. Jaejoong se niega a tener otro compañero de piso. Estoy preocupado de que viva solo.
Diablos, ahora Yunho estaba preocupado también. Lo mejor que podía hacer por Jaejoong era alejarse de su vida.
No sucedería. Lo deseaba, lo necesitaba.
Ansiaba follarlo.
Echando un vistazo al teclado de su alarma, pensó en las opciones.
—Voy a actualizar su sistema de seguridad a uno de alta gama. —¿Qué más? Maldición, la pierna de Jaejoong la hacía demasiado vulnerable. No podría correr rápido y lo suficientemente lejos—. ¿Consideraría Jaejoong tener arma?
—Ni de casualidad.
—¿Un perro?
—Dice que sería demasiado. No puede llevar un perro a la panadería debido a los códigos de salubridad.
La frustración le desgarró.
—Voy a conseguirle un cuidador de perros.
—No puede permitirse ese tipo de cosas, Yunho. Ni siquiera lo sugieras. Va a estar pagando la hipoteca sin el ingreso de mi alquiler.
—Jaejoong no tendría que pagar por ello. —Eso era ridículo. Si Jaejoong tuviese alguna idea de cuánto dinero se gastó él para ver a la zorra de su madre bajo protección, se daría cuenta de que no le preocupaba el costo de algo así, como un cuidador de perros. Pero, por supuesto, entonces, tendría que decirle por qué su madre necesitaba protección y su acuerdo terminaría.
—Si se lo sugieres vas a estar contento de que no tenga un arma. Pero, yendo al grano, lo de vosotros dos es solo temporal. Jaejoong tendría que asumir los gastos una vez que tú sigas adelante.
Seguir adelante. A Yunho no le gustaba escucharlo. No quería perderlo. Supo que Jaejoong sería un problema cuando poso sus ojos en él en ese salón de baile.
—Yo…
La puerta del dormitorio se abrió, y Yunho se olvidó de Junsu.
Había olvidado todo, excepto al hombre que venía por el pasillo.
Tenía que tocarlo. Incapaz de soportarlo, levantó un mechón de cabello sedoso. Todo lo que quería era estar a solas con él y quitarle la ropa centímetro a centímetro.
—Gatito, te ves sensacional.
—Gracias.
Su voz entrecortada le dio un indicio de sus nervios. Acarició con el pulgar por encima el pulso de su garganta aleteando. Lo había hecho por él
Su valentía le humilló.
—Jaejoong —Junsu interrumpió—: Te ves caliente y elegante. Va totalmente contigo.
Jaejoong sonrió a su amigo.
—Gracias, Su. Pero todavía no te mostrado el diseño de la torta.  
Su boca tentaba a Yunho condenadamente demasiado, sus labios carnosos relucían con una especie de brillo. Forzándose a levantar la vista, preguntó:
—¿Qué diseño?
Junsu gruñó.
—Jaejoong está haciendo un pastel para nuestra fiesta de inauguración de la casa. Pero no nos mostrará lo que está planeando. Eso está mal. Es nuestra fiesta.
Yunho tenía la sensación de que esto era una discusión constante entre ellos dos. Sobre todo porque los ojos de Jaejoong brillaron.
—Junsu es un fisgón incurable Trató de averiguar cómo abrir la caja para ver mi ropa cuando me fue entregada.
—No lo hice —proclamó Junsu remilgadamente—. Porque Yoochun estaba aquí cuando llegó y me habría delatado solo para conseguir las galletitas de Jaejoong.
Jaejoong se echó a reír, un sonido intenso, con mucho cuerpo que provocó un temblor en el estómago de Yunho. Junsu estaba burlándose intencionadamente para que Jaejoong se relajase.
Toqueteando con sus dedos los mechones de su cabello, le preguntó:
—¿Vas a pedirme que sea tu acompañante para la fiesta de inauguración de la casa?
Jaejoong levantó la barbilla.
—Oh, no. No tienes que hacer eso.
Con otros hombres, Yunho sospecharía que estaba jugando a ser tímido. Jaejoong no.
Jaejoong no andaba con esos juegos. Le acarició suavemente con un dedo su mejilla.
—Quiero hacerlo. Pídemelo.
Apoyó su cara sobre su roce.
—Estamos desdibujando los límites.
—Sí.  
—Territorio peligroso.
—Traicionero. —Y lleno de minas emocionales que Yunho no sabía cómo navegar.
Su respiración se detuvo.
—Puedes decir no.
¿Jaejoong creía eso? Deslizando los dedos por su nuca y lo tiró hacia sí lo suficiente como para ahogarse en la piscina de sus ojos.
—No a ti. Pídemelo.
—¿Te gustaría ser mi acompañante en la fiesta de inauguración de Junsu y Yoochun?
—Mucho. —¿Borrando las líneas? Era más bien como soplar la mierda fuera de sus límites. Pero la necesidad de verlo, estar con Jaejoong, y dentro de él, se estaba convirtiendo en una compulsión solo superada por su necesidad de vengar a su hermana.
Junsu se aclaró la garganta.
—¿Planeáis ir al asunto de la bodega, o tengo que arrastrar la manguera del jardín y rociaros con ella?
Yunho quería hacerle perder la cabeza a Jaejoong entre sus brazos, llevarlo al dormitorio y perderse dentro de él. Pero esta noche era importante.
—¿Estás listo para salir?
—Sí.
Su le puso la mano en su brazo.
—Voy a asumir que no vas a estar aquí solo esta noche, así que nos quedaremos en lo de Yoochun. Si eso cambia, me envías un mensaje de texto o me llamas. ¿Lo juras?
Jaejoong le beso la mejilla.
—Lo juro. —Entonces Jaejoong sonrió—. Pero comprendo tu idea. Estas tratando de deshacerte de nosotros para poder husmear los planes de la tarta.
Una vez que se despidieron, Yunho lo depositó en la limusina, y estaban en camino.  
—Cuéntame sobre este proyecto que Ana y tú estáis haciendo. —Quería mantenerlo distraído. Y a sí mismo de lo que había bajo ese traje.
—Junsu. —Suspiró—. Tiene una boca muy grande.
—¿Es un secreto? —Derramó sobre él parte del agua con gas que le había pedido.
—No, en realidad no. Es que todo está sucediendo tan rápido. De todos modos, es un proyecto para la clase de marketing de Ana.
Yunho se quedó mirando fijamente su boca. Nuevamente.
—Sigue hablando. O voy a besarte. Y ambos sabemos cómo va a terminar eso. — Yunho dijo. ¿Jaejoong tendría puesta tanga?
¿Una tanga?
¿De qué color? Tendría que ser blanco o quizá un color suave que no se trasparentase.
Yunho tiró de su corbata negra aflojándola de su garganta. El calor calentaba sus venas, y su polla le dolía. Tomó un trago de agua.
—Ana tiene un equipo de vídeo de la universidad siguiéndome para obtener imágenes de mi trabajo. Iban conmigo para armar un pastel de bodas hoy. La semana que viene, vamos a empezar las tomas biográficas. A partir de eso, Ana y su equipo van a hacer dos videos. Uno de ellos será como un comercial de la pastelería Sugar Dancer, y el segundo será una larga parte biográfica como el dueño de Sugar Dancer. Ella tiene un plan de marketing conjunto que va con ello. —Un color cálido hizo su cara brillar con excitación.
—¿Todo para su clase?
—Sí y no.
Bien, ahora Jaejoong tenía su completa atención. Dejó el vaso en un soporte y luego estiró el brazo alrededor de sus hombros.
—Escúpelo todo, chico pastelero.
—Si me gusta el producto final, el propósito es seguir adelante con el plan de marketing de Ana y enviar los videos a tres programas de cocina que presentan panaderos.
Sus dedos estaban blancos alrededor de la copa que Jaejoong sostenía.
—Recuerdo a Ana mencionar que quería tenerte en uno de esos programas, cuando la vi por primera vez. ¿Es eso lo que quieres, Jaejoong?
Jaejoong respiró hondo.
—Si es que puedo hacerlo.
Ah. Ahora sabía por qué la tensión estaba comiendo su entusiasmo.
—Tus ataques de pánico.
—Estoy bien haciendo las grabaciones en mi pastelería, y lo hice bien cuando me siguieron para preparar la boda. Pero estaría bajo presión real en un estudio. — Jaejoong se encogió de hombros bajo su brazo y levantó la cara hacia Yunho—. Pero si puedo hacerlo, la exposición sería genial. Y entonces tal vez pueda pensar en expandirme.
—¿Ampliar tu tienda ya existente o abrir más pastelerías?
—Más pastelerías Sugar Dancer. — Jaejoong tiró de su labio inferior con los dientes—. Aunque no por algún tiempo. Pero es lo que quiero hacer algún día.
Maldición, acababa de volverse más caliente para Yunho. Un hombre como Jaejoong con ambición significaba que no estaba buscando a un hombre para rescatarlo.
Jaejoong no necesitaba un príncipe azul para cuidar de él.
Jaejoong cuidaba de sí mismo.
—También quiero desarrollar una línea de artículos pre envasados que la gente pueda hornear en casa. Mi idea es que me gustaría hacer videos educativos guiándolos a través del proceso de hacer los platos. Los videos serán accesibles de forma gratuita en mi sitio web.
—Hmmm. —Había estado pensando seriamente en esto.
—Ana y yo vamos a filmar algunos videos instructivos para cosas como decoración de tartas, consejos para el hogar, cargar algo de esto en el sitio Sugar Dancer y ver si generan algún interés. — Jaejoong arrugó la cara—. Estoy divagando. —Se inclinó hacia delante, puso su vaso de agua en el soporte.
Yunho tironeó su espalda contra su brazo.
—Estás entusiasmado y me gustaría oír más. Dime los lugares en que estás pensando para abrir más pastelerías.  
La incertidumbre brilló en sus ojos.
—Cuidado, bebé. No quieras retirarte, pensando que voy a tratarte como tú familia. —Odiaba esa mierda. Jaejoong era sexy como el infierno cuando se puso de pie para él. Pero cuando se retiró, perdió el dominio sobre su temperamento, y le plantó cara, desafiándolo.
Sus dudas se aclararon.
—Cierto, eres un bravucón.
—Te encanta. Sin mentiras, Jaejoong. Te enciende cuando puedes luchar.
Yunho unió sus dedos.
—No tienes que tener cuidado conmigo.
—¿Como contarte mi fantasía de spanking? Eso no fue cuidadoso.
Su voz suave se abrió paso derecho a su ingle. Después de dar un estirón a sus manos unidas reposando en su muslo, tomó una respiración para calmar su lujuria.
—¿Qué fue entonces?
—Revelador. Mostré algo sobre mí con lo que todavía no estoy del todo cómodo.
—¿Cuál es esa? —Quería saber, incluso más de lo que quería explorar el deseo de Jaejoong de recibir nalgadas.
Sus hombros se elevaron con gracia.
—La parte de mí que quiere dejar de lado el control estricto que he tenido sobre mí mismo.
Maldición. Una aguda lujuria rivalizaba con un montón de emociones que Yunho no quería examinar.
—Todo lo que tienes que hacer es pedirlo. Si haces eso, voy a asumir el control y cuidar de ti. Pero solo cuando estés listo. —Dios, se haría cargo de Jaejoong, lo llevaría a alturas que nunca habría imaginado.
Tenía que detenerse. Ahora. Antes de que se olvidase de lo jodidamente importante que era esta noche.  
—Pero por ahora... —luchaba por mantener su voz controlada— ...tenemos que volver a hablar sobre tu trabajo. O voy a atraparte en mis brazos.
Y no se detendría allí. Pensó. ¿De qué estaban hablando específicamente? Oh, cierto.
—Háblame acerca de los lugares en que estabas pensando.
Durante unos segundos, sus ojos se llenaron de emociones cambiantes. Luego Jaejoong se relajó.
—Para comenzar me gustaría ir a los lugares más importantes para abrir una segunda pastelería Sugar Dancer.
—¿Por qué? —Quería saber su argumentación—. ¿No te darían las áreas más pequeñas una mejor posibilidad de llamar la atención?
—Sí, a pequeña escala. Pero si quiero obtener mayor atención para crear una marca, necesito lugares de alto perfil. El hecho de que son ciudades que marcan tendencia puede funcionar para mí. Y además son áreas gourmet. Eso me daría mucho más acceso a tener personal capacitado, etc. Una vez que consiga mejorar la puesta en marcha, entonces puedo expandirme hacia el exterior. Tengo mucho que aprender antes de llegar allí, sin embargo.
—Los gastos generales serían mayores en las áreas metropolitanas. La competencia feroz. —Yunho manejaba los desafíos de manera frontal.
Y si Jaejoong quería hacerlo, podía ayudarlo.
Sus ojos adquirieron el mismo brillo que Jaejoong tenía cuando estaban combatiendo y lo presionaba a trabajar duro.
—Es cierto que los riesgos son mayores, pero también lo son las recompensas. Si Ana y yo podemos crear un buen revuelo con los tráiler, tener éxito con el show de pastelería, entonces puedo construir sobre eso. Para el momento que me expanda, voy a tener eso a mi favor.
Jaejoong realmente había pensado en ello.
—Puedo ayudarte a lograr tu sueño. Tengo contactos para conseguirte esos shows, así como también ayudarte a levantar el perfil de tu panadería. Necesitarás capital para…
Sacudiendo su cabeza, Jaejoong retiró la mano.  
—No. Gracias, pero no.
Manteniendo su mano sobre la suya, lo intento nuevamente.
—Jaejoong tengo una división de entrenamiento físico en SLAM que me da excelentes recursos económicos…
—Por supuesto que no. —Dejó de tenderle su mano y lo miró—. Aprecio la oferta, pero tengo que aprender cómo expandir y gestionar múltiples empresas, no tener a alguien más haciéndolo todo por mí. Tú estás haciendo bastante con enseñarme a luchar y conquistar mis ataques de pánico. Eso es clave. Si no puedo vencerlos, entonces no voy a lograr el resto.
La satisfacción se desplegó en su pecho, sorprendiéndolo. De verdad quería ayudarlo. Lo había hecho por sus otros acompañantes. Pero Jaejoong no quería su dinero o poder. Lo quería a él y las lecciones de defensa personal que pudiera darle.
—Además, tengo un inversionista.
Yunho se puso rígido.
—¿Quién?
—Mi hermano. Dijo que si me expando, tiene algo de dinero que puede invertir y servir de avalador de un préstamo.
—¿Changmin? —Mientras sus padres y Ryu Jin trataban a Jaejoong con vergüenza como si tuviese daño cerebral su hermano parecía más solícito.
—¿Cómo sucedió eso? —Hasta donde Yunho sabía, Jaejoong no había visto a su familia.
—Quería hablar con él acerca de Ryu Jin.
Yunho escuchó mientras Jaejoong le relataba la conversación con su hermano.
Jaejoong terminó con:
—Casi me acobardé y no le digo mi teoría. No quería verlo observarme como mis padres lo hacen.
—Entonces, ¿qué te hizo arriesgarte?
—Porque si no lo hacía, y algo sucedía, ¿cómo viviría con esa culpa?  
Yunho no tenía una respuesta. Su sentimiento de culpa por Mi Ja lo tenía ahogado por casi catorce años.
* * *
¿Qué clase de bodega tenía una jaula para las artes de combate marciales mixtas dentro de un enorme edificio con cúpula?
Jaejoong se permitió uno o dos sorbos de vino, luchando por no sentirse fuera de lugar. El traje negro de Yunho acentuaba su poderoso cuerpo, mientras Yunho fácilmente dominaba la habitación entera con su presencia, incluso desde el interior de la jaula octogonal.
Otros cuatro hombres vestidos con trajes y miradas de muerte, estaban dispersados a sus espaldas.
—El evento inaugural Caged Thunder, los Pro vs Amateurs Slam, será de carácter privado y exclusivo. No será televisado o grabado en cualquier modo. Este es un evento único en la vida, y solo para unos pocos elegidos. Los aficionados que entren en la jaula tendrán su oportunidad para un contrato de representación por parte de SLAM. Será arriesgando sus propias vidas contra estos auténticos luchadores.
Yunho dejó caer la mano que sostenía el micrófono, su mirada escaneando la multitud desplegada en los asientos del estadio personalizado.
Jaejoong contuvo el aliento al ver el otro lado de Yunho.
El intérprete público y el luchador que había luchado en frente de miles de personas. Sabía cómo manejar una multitud. Jaejoong se inclinó hacia adelante en su asiento, tan cautivado como todos los demás en la sala.
—Esta noche, estamos subastando un centenar de entradas. Una vez que las entradas se agoten, no habrá más disponibles para este evento exclusivo. Pueden hacer sus ofertas con mi asistente, Liza… —señaló con un gesto hacia la mujer a unos metros de él— ...esta noche hasta la medianoche. Todos los ingresos irán a Combatientes a Mentores (programa de la asociación internacional de lucha). No habrá costos administrativos. Rolling Thunder Winery y SLAM Inc están cubriendo eso.  
Yunho rápidamente presentó a los combatientes que irían cada uno contra dos luchadores amateurs. El premio final, si alguno de los combatientes era lo suficientemente bueno, era un contrato para ser representado por SLAM inc.
—Liza les explicará cómo hacer sus ofertas. —Yunho entregó el micrófono a su ayudante.
Jaejoong apenas escuchaba, fascinado con Yunho mientras saltaba de la jaula y de inmediato fue tragado por un enjambre de gente tratando de llamar su atención.
Al perderlo de vista, bajó la mirada hacia su vino, era un blanco impecable, pero no podía recordar exactamente de qué clase.
Sus pensamientos estaban llenos de Yunho. Era impresionante, imponente, haciendo uso de su energía como una segunda piel.
Jaejoong estaba tan fuera de su zona de confort aquí. Sin embargo, en la limusina, había estado lo suficientemente cómodo para hablar con él acerca de sus sueños para su pastelería y su fantasía de spanking.
Lo hacía sentir seguro y capaz, no tonto por soñar o depravado por tener una fantasía. Jaejoong fortaleció su resolución. Si podía manejar el hablar con Yunho de ese modo, podría controlar este evento.
Perdió su interés en mirar fijamente su vino cuando un par de mocasines hechos a mano de cuero negro entró en su línea de visión.
Lentamente, escudriñó desde los pantalones perfectamente drapeados y caderas estrechas, hacia la camisa de seda negra cubierta por una exquisita chaqueta.
Bajo las luces fuertes, su cara le cautivó, haciéndolo querer acariciar el contorno áspero de su mandíbula, seguir el rastro de sus dos cicatrices, una a través de la ceja era apenas visible que la de su boca.
Palabras como lindo no van en la misma frase que Yunho. Impresionantemente guapo de una manera poco regular funcionaba. Pecaminosamente sexy. Convincente y peligroso.
Yunho lo miró como si no hubiera nadie más en la habitación.
—¿No te gusta el vino?
Concéntrate.
—Es muy bueno.  
—No lo estas bebiendo.
—Tristemente, la cosecha no combina bien con mi cojera.
Yunho se inclinó, apoyando las manos sobre los brazos de su silla.
—¿No acabamos de hablar acerca de ti queriendo liberarte? Tú no vas a caer mientras estés conmigo.
Sus ojos acaramelados le quemaban. Lo hacían sentirse seguro, protegido y sexy. Le hicieron querer dejar de preocuparse por su pierna y de avergonzarlos a ambos por un segundo. Su corazón repiqueteaba pesadamente. Estar tan cerca de Yunho aumentaba la intensidad de su pulso.
—No puedo. —Lo había hecho bien hasta ahora, pero no iba a arriesgarse a tropezar y caer. O tener un ataque de pánico. Era importante para Jaejoong no avergonzarlo esta noche.
—Tú puedes. —Cubriendo sus manos con las suyas alrededor de la copa, dijo—: A menos que necesites hacerlo. Me gustaría darte de beber el vino a través de mi boca.
Jaejoong apretó los muslos ante el calor que salió disparado como un rayo recorriéndolo.
—Es un farol. Hay por lo menos un centenar de personas aquí.
Su mano se cerró sobre la de Jaejoong y tiró de la copa de sus dedos.
Tomó un trago profundo, pero la larga columna de su garganta no se movió.
Lentamente bajo el vaso y se acercó a Jaejoong. Cuanto más se acercaba a él, menos se quería resistir. Más ansiaba dejarse ir. La seducción de confiar en Yunho lo derritió. Cuando estaba a solo un centímetro de él Jaejoong hundió los dedos en su propio muslo para ahogar sus gemidos de deseo.
Un ligero rubor causaba que la cicatriz de la boca se viese blanca e irregular.
—¿Yunho?
Una voz femenina sensual rompió el momento.  
Los ojos de Yunho se estrecharon y sus fosas nasales se dilataron.
Por un momento súbito, Jaejoong pensó que iba a ignorar la voz para darle de beber su vino. Y se lo permitiría.
Entonces Yunho tragó, se apartó hacia atrás y se levantó en toda su estatura.
Le entregó la copa de vino a un camarero y se enfrentó a la mujer.
—Paloma.
Jaejoong tomó aire y cerró la boca mientras una mujer en un vestido rojo fuego que apenas rozaba sus delgados muslos puso su mano sobre el brazo de Yunho.
—Ha pasado un largo tiempo.
Yunho tomó la mano de Jaejoong y le ayudó a ponerse de pie.
—Este es Jaejoong Kim.
—Encantada de conocerte. —Las palabras fluyeron en piloto automático, mientras que el cerebro de Jaejoong gritó: ¡Paloma la cantante!
Su marca distintiva, el cabello rubio caía como una reluciente lámina a la cintura. Ella esbozó una sonrisa.
—Es un placer, Jaejoong. Estás con Yunho esta noche, ¿supongo? —Abierta curiosidad brilló en sus suaves ojos marrones de corderillo.
—Sí. —Yunho colocó la mano en su codo—. He oído que tienes un nuevo CD que saldrá pronto.
Su sonrisa se ensanchó, y se balanceo ligeramente sobre sus tacones de aguja.
—Es increíble. No puedo agradecerte lo suficiente por toda tu ayuda.
—Encantado de hacerlo. Disfruta tu noche. —Yunho guio a Jaejoong hacia una puerta—. Vamos a cenar y terminar con las obligaciones, así puedo tenerte solo para mí.
Jaejoong apenas notó el aire frío mientras salían.
—Paloma fue tu acompañante. —Jaejoong hizo una mueca tan pronto como las palabras salieron de su boca.
Maldita sea, no importa.
—Por un tiempo, sí.
Entonces es un asunto de hecho.
—Tú la ayudaste con su carrera.
—Es lo que ella quería de mí.
No era lo único. La imagen de Yunho desnudo con Paloma, con cualquier otra mujer u hombre, tocándolos como Yunho había tocado a él, su estómago ardía ante la idea. Oh mierda, esto era una mala señal. Los celos eran palpables, y marcada como una propiedad cuando nadie poseía a Yunho.
Se armó de valor ante la desagradable vena de posesividad, se centra en Kang Joon que mantenía la puerta abierta de la limusina. Una vez sentado, le preguntó:
—¿A dónde vamos?
—Thunder Cage Stadium en la sección de Rolling Thunder Winery. Estaremos cenando en la sala de degustación de vinos allí. Tan solo es un minuto en auto.
Aún recuperándose de las emociones que Paloma había despertado en él, Jaejoong busca algún otro tema de que hablar. Finalmente se decide por lo que Yunho había mencionado cuando estaban en la jaula.
—¿Qué es eso de Combatientes a Tutores?
—Justo lo que suena. Es una organización donde los combatientes, muchos de ellos ya retirados, se convierten en tutores de chicos.
Jaejoong lo miró fijamente, pensando en esos años mientras crecía, muchos de ellos en casas de acogida.
—¿Eres un tutor?
—Hago un poco de tutoría. Cuando tengo tiempo, paso un rato con dos chicos, Robert y Kevin. Ayudo un poco a otros chicos. Pero algunos de estos chicos hacen un infierno peor, como Young Jae... —Guarda silencio y se aleja. Sus dedos se clavan en sus muslos.
Yunho es solitario, permitía a pocas personas que se le acercaran y nunca dejaba que su dolor saliera. Jaejoong envolvió sus dedos alrededor de su mano rígida y tira de Yunho hasta que lo acuna entre sus manos.
—Lo estás haciendo de nuevo, ¿verdad?
Jaejoong lo miró.  
—¿Consolarte? ¿Ser amistoso? Sí.
Entrelazó sus dedos con los de Jaejoong.
—Si continuas con mierdas como esas, ya no seré capaz de dejarte marchar. Nunca.


***
Lidia Tun Mex. Gracias a ti y que bueno que te este gustando.

Katherine Miranda. Gracias también a ti es lindo saber que siguen aquí.

Yunho Kim. Fer me volví a tardar un poco pero veras es difícil para mi actualizar, y gracias por desesperar eso quiere decir que hago un buen trabajo. Pero aquí sigo lenta pero segura.

LAURA CAMPOS GARCIA. Muchas gracias a ti por leer, de verdad.

Reina Sandoval. Que bueno que te siga gustando es genial para mi leerte.

5 comentarios:

  1. el Jae es celoso pero no debería de serlo si yunho solo lo quiere a el y las de mas son historia
    Gracias me encanta y si que haces un buen trabajo de verdad Gracias por compartirlo con todas nosotras vale la pena la espera

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  2. Jae se puso celoso de Paloma ese es una clara señal de que quiere mucho a Yunho,Jae tiene grandes proyectos y sobre todo el lo quiere hacer solo sin la ayuda de Yunho.
    Gracias por actualizar

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  3. Es bueno saber qué los dos se quieren pero no estan seguro de estar juntos ya que Yunho tiene miedo a sufrir ya que el perdio a su hermana y no quiere que le pase nada a Jaejoong pero también se da cuenta del miedo que tiene Jae que no quiere arriesgarse mucho porque no quiere sufrir más gracias Patricia por este capítulo que cada día se pone mas interesante esperare el siguiente con ansias

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  4. Aunque no quieran complicaciones ya las tienen
    Se quieren pero a ambos están asustados de “esto"
    “Esto ya no es para pasar el “momento" ya es amor...
    Gracias

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  5. Pues Jae acaba de descubrir que tampoco te quiere dejar marchar... Ya sintió celos de paloma... Así que imagínate Yunho que tan profundo ya llegaste en Jae...

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Thief: Capítulo 16

Capítulo 16 Presente   Dejo a Jaejoong en su oficina. En el camino hacia allí, apenas me dice dos palabras. Después de lo que acababa ...