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El Oportunista: Capítulo 6


Capítulo 6
 
El pasado
 
 
— ¡No voy a meterme a la piscina! ¡Está helada!
—Es  noviembre, Jaejoong.  Hay  21  grados afuera. Además, es una piscina temperada. Se hombre.
Yunho andaba en sus bóxers en el agua turquesa de la piscina del campus. Estaba tratando de evitar mirar hacia sus músculos.
—No puedes manipularme para que entre a la piscina haciendo un comentario sexista—dije, inclinándome para salpicarle agua en la cara.
Él agarró mi muñeca antes de que tuviera tiempo de retirarme.
Nuestros ojos se encontraron.
—No —le advertí. Por un segundo no pensé que tuviera las agallas. Lo siguiente que supe, estaba cayendo de cabeza en el agua helada.
Salí jadeando por aire, mi pelo envuelto inapropiadamente alrededor de mi rostro. Yunho se alejó riéndose.
— ¡No puedo creer que hicieras eso! —jadeé, empujándolo en el pecho. Se sentía como si estuviera empujando rocas calientes.
—Te ves bien mojado —dijo él—. Probablemente sería más fácil nadar si te quitas  algo de ropa.
Le disparé una mirada lacerante, empecé una brazada hacia el lateral de la piscina.
—Ahh, no estás de humor ya veo —su voz era ligera cuando lo dijo pero había un claro desafío en su tono.
—Al diablo —murmuré, deteniéndome a un pie de distancia de la escalera. Yo era el tipo de chico que “saltaría de un puente” para fastidiar a mis amigos. Estaba usando  mi ropa interior buena de todos modos. Me metí bajo el agua y me quite mi piel de poliéster como una serpiente. Volví a la superficie más tarde con solo mi ropa interior puesta.
Yunho inconscientemente artículo “guao”.
—Para tu diversión —le brindé con mi ropa empapada y luego se las tiré a su cabeza. La esquivó y rodeó donde estaba flotando en el agua.
—Bonito —sonrió con satisfacción, mirándome sin vergüenza.
— ¿Puedes no hacer tan obvio lo que estas mirando? —me sentía violado. Me sumergí bajo el agua hasta que solo mi cabeza era visible.
—Creí que nuestra relación era sobre la honestidad  —sonrió él.
—Pffffff. Nuestra “relación” —reí disimuladamente—. Está basada en desafíos y chantaje.
Sus ojos estaban brillando. Tenía ojos tan expresivos. Quería aplastar ese brillo y patearlo donde más le dolía.
—Chantaje es una palabra tan dura —dijo, nadando más cerca.
—Amenazaste con contarle al periódico de la escuela que yo era la razón por la que fallaste el lanzamiento, Jung.
Ahora estaba demasiado cerca para estar cómodo. Empecé a patalear hacia atrás. Había una cicatriz en la esquina de su ojo derecho que nunca había notado antes. Era solo una luna creciente apenas visible, pero de alguna manera parecía más peligroso, de un modo sexy. Sacudí mi cabeza. Esos pensamientos no eran míos…eran de Junsu, maldita sea.
— ¿Cómo te hiciste esa cicatriz? —pregunté. Estaba arrastrando los pies a lo largo del fondo de la piscina en puntillas para alejarme de él. Él distraídamente extendió un dedo para tocarla.
—Robe un billete de libra de la billetera de mi abuelo y cuando él me atrapo, decidió castigarme con su bastón.
Sentí uno de esos, “es por eso que él está tan jodido” momentos aproximándose y me prepare para entenderlo.
— ¿En serio?
—No.
Me sentí volverme rojo.  Le di un puñetazo en el brazo tan fuerte como pude.
—Me caí de mi bicicleta cuando tenía doce años —se rio, frotándose el lugar donde lo golpeé—. Una historia muy aburrida.
—Al menos es la verdad —dije, exasperado—. Alguien como tú no necesita mentir para ser interesante.
— ¿Alguien como yo? —preguntó—. ¿Me encuentras interesante Jae?
—No, no lo hago, y no me llames Jae. Sabes que eres realmente muy simple y aburrido —dije con desdén. Él estaba apartando la mirada de mí hacia el agua.
— ¿Se te cayo una pieza de tus joyas?
— ¿Qué? —su atención había cambiado tan de repente, me sentí ofendido.
—Hay algo ahí abajo en el fondo de la piscina —estaba señalando a un lugar entre nuestros pies. Entrecerré mis ojos tratando de ver lo que él estaba mirando.
—No estoy usando ninguna joya —dije impacientemente—. Probablemente es un centavo o algo así.
Le di un empujoncito con el dedo del pie. Era más grande que un centavo. Antes de  que pudiera decir algo más, metí mi cabeza bajo el agua para recuperarlo. Cuando mi cabeza rompió la superficie del agua, Yunho de forma automática se movió rápidamente más cerca.
— ¿Qué es? —estaba mirando a mi puño apretado.
—Veamos —dije teatralmente, apartando mis dedos lentamente de mi palma. No era joyería.  Era  un  viejo  centavo,  aplanado,  y  estampado  con  un  mensaje  que  le  da derecho a su portador una oportunidad gratis de afecto, ¡UN BESO! Antes de que me diera cuenta que estaba haciendo, deje caer el recuerdo en su palma.
—Estás lleno de trucos está noche ¿no? Él estaba riendo…siempre riendo.
—No tengo idea de lo que estás hablando.
Antes de que pudiera responder algo ingenioso, Yunho extendió el brazo y me cogió por la cintura. Incluso en el agua helada, su toque se sentía abrasadoramente caliente. Me atrajo hacia él y nuestros cuerpos se presionaron, vientre contra vientre, pecho con pecho. Estaba tan sorprendido, que al principio no me quejé. No había estado así de espacialmente cerca de otro ser humano desde que era un bebé. Él sonrió abiertamente, sus ojos se nublaron con lo que percibí como lujuria. Deje de luchar y permití que mis labios se dirigieran hacia los suyos. Esto es por Junsu, me dije. No había “agradable y fácil” con este chico. Rozó su lengua por el interior de mi labio inferior. Era suave al principio, intentando persuadir a mis rebeldes labios para que cooperaran de alguna forma. Respondí con lo único que conocía: Frío remilgues. Yunho, impávido por mi falta de entusiasmo se apartó de mí. Sus manos estaban envueltas en mi cintura, sus dedos posicionados justo debajo de la línea de mis boxers. Nuestras frentes se estaban tocando y mi aliento salía en pequeños jadeos. Era embarazoso.
—Devuélveme el beso, Jaejoong —su voz era dominante, y por un segundo, sentí un destello de rebeldía como lo hice cuando me indico que me pusiera el cinturón de seguridad. Trague fuerte y cerré mis ojos. No quería ganar esa pelea. Probablemente no ganaría esta tampoco. Posiblemente ni siquiera quería ganarla.
Podía hacerlo. Besar era pan comido, como comer o caminar. Sus labios volvieron por segunda vez e incline mi cabeza hacia él, como en las películas. Estaba listo está vez, incluso dispuesto. Salté cuando nos unimos y sus labios, que se presionaban contra los míos, se estiraron en una sonrisa de diversión. Se rio en mi boca. Era exasperante e increíblemente sexy. Intente alejarme, pero él me volvió a jalar. El beso. El beso. El beso. Era pastel de chocolate y pasión efervescente, y piel de gallina. Nadie alguna vez me había besado así antes.
Entonces, él hizo la cosa más extraña, me aparto y me sostuvo con los brazos extendidos. El hechizo se rompió.
—Jaejoong… —su voz era áspera.
Sacudí mi cabeza. No quería escuchar lo que iba a  decir.
—Me tengo que ir —dije rápidamente. El agua, que había estado quieta, empezó a ondularse mientras me movía con dificultad al costado de la piscina. Un solo suave movimiento, me levanté y salí del agua y mire hacia mi tembloroso cuerpo. Estaba besuqueándome en una piscina en mi ropa interior con el casanova de la universidad. Era una ramera. Agarrando mi ropa mojada del suelo mire alrededor con alarma. Alguien iba a verme caminar de regreso usando ropa mojada.
—Jaejoong —dijo él otra vez. Me negué a mirarlo—. Aquí —me entregó su camiseta seca, la cual acepte agradecido y la tire por mi cabeza. 
Él abrió la boca.
—Mira, lo que sea que vas a decir, ¡no lo hagas!
Asintió.
Salimos por la puerta y hacia el estacionamiento. Yunho saco una toalla de gimnasio de su auto y me la tendió. Me sequé la cara y el pelo y se la devolví, mis ojos en el suelo. Estaba demasiado avergonzado para decir algo. Mi comportamiento había sido de mal gusto. No quería darle una impresión equivocada. Apreté mis molares y oprimí mis ojos.
—Buenas noches, Yunho —dije rápidamente. Sonando media estrangulado. ¿Por qué me apartó así?
La primera vez que me dejo llevar, y recibo una fuerte bofetada en el rostro.
—Para mañana, te olvidara —me siseé—y entonces podrás seguir con tu vida y olvidar lo que se siente besarlo.
Desperté a la mañana siguiente sintiéndome como si me hubiera tragado un bocado  de grava. Mi garganta estaba ardiendo y mi cuerpo dolía. Me metí debajo de las sabanas y trate de dejar fuera las imágenes de la noche anterior. Eran imágenes estúpidas e imprudentes que seguían repitiéndose una y otra vez hasta que quise gritar. No había lugar para errores en mi vida. No tenía ni familia ni dinero de respaldo. Tenía solo un intento para hacer algo de mí mismo y Yunho era el tipo de distracción que podía tirar mi vida fuera de equilibrio.
Llamó dos veces durante el día y una vez después de la cena. Puse mi teléfono en silencio y le prohibí a Junsu responderlo. Me vestí para la clase del lunes en la mañana, todavía un poco verde y determinado a pretender que nada había pasado. Teníamos una clase de Sociología juntos, algo de lo que probablemente él no se dio cuenta desde que era la clase más grande este semestre, y yo me sentaba tan lejos del frente de la sala como él se sentaba en la parte trasera.
Cuando llegue, el auditorio se estaba llenando rápidamente. Con los ojos empañados y mareado,  me dirigí al extremo izquierdo  del edificio. Oculto por un saliente estaban cinco codiciados asientos envueltos en las sombras. Quería esconderme ahí. Sus ocupantes habituales eran los durmientes de la clase y un tipo que se parecía a Pedro Picapiedras. Hoy día estaba de suerte. Dos asientos ya habían sido reclamados. Empecé a trotar por los pasillos, mi bolso aferrado con un agarre de hierro a mi lado. Estaba a medio camino cuando oí que me llamaban desde el podio del profesor.
— ¿Joven Kim?
Me congelé.
El profesor Grubbs estaba dirigiéndose a mí a través de su micrófono y la gente se estaba dando vuelta en sus asientos para mirar. Intente seguir caminando como si no lo hubiera escuchado.
— ¿Joven Kim? —Cantó de nuevo el Profesor Grubbs—. ¿Dónde piensa que va?
Me volví lentamente, poniendo una sonrisa sobre mis dientes apretados. El detestable, insufrible, pedazo de…
—Buenos días Profesor —dije con dulzura.
Sus tres palabras se balanceaban bajo su sonriente boca como un péndulo. Yunho, cuya cabeza había estado inclinada sobre su libro de texto hace un momento se giró hacia mí en su asiento. Atrapado. Mire sobre mi hombro con nostalgia cuando dos estudiantes se deslizaron en las sillas a las que me dirigía.
— ¿Hay algo malo con su asiento habitual? —Preguntó el Profesor Grubbs, señalando hacia la primera fila—. ¿Es mi aliento? —sopló en su mano y fingió oler. Hubo risitas colectivas alrededor de la habitación.
Lo mire y tranquilamente me dirigí hacia el frente de la sala.
El Profesor Grubbs era un toro de trecientas libras con una tendencia de ser controversial. Los estudiantes estaban intimidados por su vozarrón y más imponente presencia. Lo encontraba adorable. Pero, no hoy, hoy lo odiaba.
—Parece que te estas escondiendo de alguien —se apoyó en el podio, y por un segundo, pensé que se iba a quebrar bajo su peso.
Mis ojos se dirigieron a Yunho. Estaba sonriendo.
¡Aaaargh!
— ¿Escondiéndome de alguien? —suspiré mientras me sentaba—. ¿Por qué estaría escondiéndome de alguien? Y gracias por no analizar todos mis movimientos, especialmente para que la clase entera escuche —añadí con un siseo.
El Profesor Grubbs me miro con picardía y luego aclaró su garganta en el micrófono. Mantuvo sus ojos en mí cuando dijo:
— ¿Hay alguien en esta habitación que sospecha que Kim Jaejoong los está evitando?
Yunho levantó su mano.
Dejé caer mi cabeza hasta que mi barbilla estaba tocando mi pecho.
— ¿Señor Jung? —el Profesor estaba abiertamente sorprendido—. Por favor ven y toma asiento al lado de Jaejoong para así poder verlo retorcerse.
Escuche sus pasos, luego sentí su presencia junto a mí mientras se deslizaba en una silla. Mantuve mi cabeza abajo.
—Eres un chico bastante guapo —dijo el Profesor Grubbs—. No creo que te haya visto alguna vez así de cerca.
Levanté mi cabeza y solté un bufido.
El Profesor Grubbs nos quedó mirando, sus ojos viajando de Yunho hacia mí con descubierta curiosidad.
—Tengo una recién descubierta hambre por el conocimiento, señor. Creo que estaré sentándome así de cerca desde ahora en adelante.
—Ahora, sé que los rumores son verdad, Señor Jung.
— ¿Qué rumores, Profesor? —la voz de Yunho era alegre, incluso burlona.
—Que dices mucha mierda —hubo un murmullo de risas por el cuerpo estudiantil. Yunho sonrió impávido. Estaba disfrutando de la atención.
— ¿Te sientes mejor? —dijo él, en voz baja, cuando la charla ya había comenzado.
—Sí. Estoy bien —mire al frente y contuve el aliento contra su colonia.
Cuando alcanzo su bolso, su pierna rozó la mía. Me aparte rápidamente, pero era demasiado tarde, ya tenía esa sensación de alas de hadas en mi estómago.
—Lo siento —artículo él, sonriendo.
Le fruncí el ceño y cerré mi libro de texto tan fuerte en mi escritorio que el Profesor Grubbs hizo una pausa en su discurso para echarme un vistazo.
—Tranquilo mañoso —dijo en voz baja—. Si empiezas a comportarte mal cada vez que estás a mí alrededor, las personas se darán cuenta de lo mucho que te gusto.
Mi mandíbula se desencajó.
Intente escuchar el discurso, honestamente lo hice, pero al final de los cincuenta minutos de clases, no podía recordar una sola cosa de lo que había dicho. Tenía el olor de su colonia memorizado, sin embargo, y podría hablar en detalle sobre los patrones de movimientos que él hizo: tocando con su lápiz en su libro en secuencias de tres, pasando sus piernas por debajo del escritorio para que uno rebotara arriba y abajo con el dedo pulgar de su pie y la otra estirada perezosamente en frente de él. Cuando nos dejaron salir, salí disparado de mi asiento como una bala de cañón viva y me dirigí a la puerta. Él no me persiguió. De hecho, cuando me di la vuelta para echar un vistazo de donde estaba, no pude verlo en absoluto. Mi primera reacción fue alivio y luego decepción. Tal vez, finalmente recibió el mensaje, e iba a dejar de molestarme para siempre.
Me estaba esperando en frente de mi edificio de residencia más tarde ese día. Enderecé mi espalda y tome los siguientes segundos para poner mis emociones bajo control. Respira, Jaejoong, es solo otro chico y todos están hechos de la misma basura. Me detuve unos metros de distancia de donde él estaba parado, si lo olía, sabía que perdería determinación. Esto era pintoresco. Nosotros bajo una farola en un cara a cara emocional, bolsos de mensajero cruzados en frente de nuestros pechos.
—Yunho —dije con mi voz demasiado fuerte—. Voy a ser honesto —él asintió parpadeando lentamente.
—No estoy interesado… en lo que tú estás… interesado. Me gustas, pero solo como un amigo —me detuve para revisar su rostro, el cual estaba indescifrable, y lancé un último golpe para dejar claro mi punto—. No creo que seamos compatibles.
—Así no es como se siente para mí —se veía alarmantemente intenso y tuve que  mirar a mis zapatos para evitar ser absorbido por sus ojos.
—Um, bueno lo siento. Supongo que estamos solamente en dos longitudes de ondas diferentes —tartamudeé.
—No, eso no es lo que quise decir. Sé que me gustas tanto como yo te gusto. Pero, es tu elección, y yo soy un caballero. Quieres que me retire, bien. Adiós, Jaejoong. —Se alejó.
Mire tras de él con consternación. ¿De verdad acababa de hacer eso? Quería correr  tras de él y decirle que solo quería decirlo parcialmente y que cada vez que estaba a su alrededor me sentía intoxicado, y si podía besarme una vez más para que pudiera estar seguro de que estaba haciendo lo correcto.
No lo hice, por supuesto.
Yunho, fiel a su palabra, me evitó durante los próximos cinco meses. Así tan claro, de hecho, que a veces cuando nos pasábamos el uno a otro por el campus miraba  pasando de mí.
Yo seguía pensando en lo que mi madre hubiera dicho sobre esta situación.
—Un verdadero pedazo de hombre y tú lo jodes porque tienes miedo. Eres muy parecido a tu padre, Jaejoong.
Yo era horrible para las relaciones. Pateaba, empujaba y le daba puñetazos a la gente en mi vida, así entonces ellos nunca tendrían la oportunidad de herirme.
La vida seguía, pero de repente no era lo mismo. Había un cambio en mí. No había podido saber qué, pero en algún lugar de mi cerebro una nueva puerta había  aparecido y a pesar de mis esfuerzos para mantenerla cerrada, mis pensamientos iban allí, deambulando alrededor en un cuarto vacío, poniendo imágenes de Yunho. A veces me sentía triste por varios días, luego mi estado de ánimo variaba y me sentía increíblemente furioso con él por jugar con mi cabeza. En el segundo mes de  mi tortura emocional, yo tenía que luchar. Por supuesto, no quería ser una isla. Tal vez había llegado el momento de abrirme y experimentar con las relaciones.
Me interesé en los chicos casi de la noche a la mañana. Me enganché con la ayuda de Junsu y él me dio lecciones de secar el pelo, como un verdadero amigo. Este nuevo, aspecto  suave, junto con un gran esfuerzo por mi parte de no ser arisco, me consiguió una cita y luego dos. Por cuatro meses, yo había acumulado un pequeño grupo de fervientes admiradores.
Estaba viendo a Hyun Joong el cerebrito quien se estaba preparando  para  ser  médico, Tobey que conducía un Lamborghini y me llevaba a interesantes restaurantes y, por supuesto, estaba Jim, un poeta que era demasiado artístico para su propio bien. Fumaba una caja de Marlboro en un día y podía recitar trozos de Tolstoy. Él era mi favorito, todo lo que hacía y decía era tan valiente, que me daba una emoción. Había por supuesto, un problema con todos estos hombres: ellos no eran sustanciosos como "El cuarto de Yunho" en mi cabeza. Él era como una picazón que nunca se alejaba. Pensaba en él cuando miraba los árboles, los edificios, y cuando yo estaba en una fila en Target. Pensaba en el cuándo me lavaba los dientes y cuando Junsu murmuraba sobre el color de sus zapatos nuevos (que, según él era salmón, pero a mi juicio, coral). Después de cinco meses, estaba enfermo y cansado de ver su rostro en mi cabeza. Yunho saturaba mi existencia y estaba jodido. Para empeorar las cosas, estaba en todas partes, envuelto en todo, y sonriendo a todos. Yo no podía librarme de él. Me detuve de tener citas con Tobey y Brian y me quedé con Jim porque sinceramente me gustaba como persona. Me di por vencido saliendo, no era yo de todos modos, y fui al acecho profesional en su lugar.
Me enteré de con quien Yunho estaba saliendo a través de los cotilleos de Junsu, un grupo clásico de metiches que usaban mucho su lengua, y muy poco sus libros. Yo sabía que él había salido con Susanna porque tenía piernas asesinas, y Marina porque le encantaba el baloncesto, y ella tenía piernas asesinas. Supe que llevó a Emily a Disney World para su primer mes de aniversario y que Daniela obtuvo un bolso Burberry por su vigésimo segundo cumpleaños. Yo sabía todas estas cosas y, sin embargo, yo no podía ponerme a hablar con él.
—Me recuerdas al baboso enano de El Señor de los Anillos —comentó Junsu un día. Había terminado de interrogarle sobre Yunho y su noche en Passions NightClub, donde lo había visto con un nuevo rubio.
—Él es un hobbit.
—Sí. Mi precioso, ¿verdad?
Le enseñé el dedo medio.
A principios de marzo, cuando las aves migratorias extienden sus alas a su hogar, Yunho comenzó a salir con un muñeco. Su nombre era Karam. Él era un estudiante transferido, trabajó como bailarín profesional. Sus piernas eran infinitamente largas, su pelo hermoso, y se rumorea que sus padres eran los herederos de la fortuna de los perritos calientes. Deje de comer perros calientes y me convencí a mí mismo de que Yunho podría aburrirse con él, como lo hacía con las otras. El chico no tenía mucha actividad cerebral de todos modos. Era solo cuestión de aguardar mi momento, viéndome ardiente y estar disponible cuando se presentara el momento.
Mi teoría se derrumbó cuando el papel escolar de febrero publicó su artículo de portada. Yo encontré a Jim leyendo una copia en la cafetería donde me encontré con él para un café. La cara sonriente de Karam en la parte frontal de la página donde un audaz título se leía, "La belleza y los Libros." Yo le arrebaté el papel de sus manos y mire el artículo con mi boca torcida en un ataque de celos.
— ¿Él tiene el mayor promedio en su carrera?" —Mi estómago se sintió amargo—. ¿Cuál es su carrera?  ¿Cómo hacer lazos?
Jim se rio, saco un cigarrillo fuera de la caja y prendió un fósforo en un movimiento cool.
— En realidad, es Pre-Leyes. Es una de las tuyas y obviamente haciéndolo mejor que tú en eso. —Sentí mi boca secarse.
— ¿Por qué no lo he visto en ninguna de mis clases? —me tiro hacia atrás, escaneando el artículo para ver si era verdad.
—Tal vez ya ha tomado las clases en la que te encuentres. Tal vez saltó porque él es muy inteligente —gruñó y se tomó su café. Esto era una llave inglesa. Quiero decir, ¿no era suficiente que tuviera su dinero-salchicha? ¿Tenía que tomar a Yunho y su promedio, todo en un solo barrido? Si él estaba saliendo con un chico inteligente, debería ser yo. ¡Debo ser yo!
Él me quería y yo lo aleje porque había un mojigato corriendo en mis venas.
Decidí hacerme amigo del enemigo. Entrar en el campo de amigos de Karam era la única manera en que iba a ser capaz de causar problemas. Tenía que gustarle. Empecé a observarlo a él y a su grupo de amigos que se pegaban como pasta de dientes. Eran amigos inseparables, pero sin la verdadera lealtad de Junsu. Los llamé "falmigos" (fingidos amigos). Se unían para comprar y lanzaban la palabra "como" en cada frase. "Es, como, tan genial comprar contigo.” “Tú, como, conoces mi estilo tan bien.” “Tú, como, tienes como el mejor cabello."
Karam vivía justo a pocos metros de mí y me empezaba a sonreír, cuando pasaba  entre los pasillos. Gradualmente, pasé a un educado "hola." Siendo popular, él respondía con ojos vidriosos y con una pequeña sonrisa que automáticamente curvaban las esquinas de su boca. Un par de semanas, y él comenzó a notarme, saludándome primero, luego un día me dijo que le gustaban mis zapatos. He aprendido que los chicos guapos tienden a notar a otros chicos más bonitos, sólo para medir su competencia. Me sentí un poco orgulloso de que a sus ojos era una figurilla de belleza. Si él me notaba, tal vez su novio también.
Nuestra primera charla oficial llegó una tarde, mientras estaba en el campus en la sala de lavandería. Yo había recogido mi ropa limpia de la secadora cuando él llegó con una cesta llena de su ropa deportiva. Viendo esto como un acto del destino, tiré mi carga de nuevo en la lavadora y comencé una conversación que decía algo parecido a esto….
—Ten cuidado con esa máquina, destruyó mi pijama Channel la semana pasada. —él miró hacia arriba, los ojos grandes, su mano sobre la lavadora. Por supuesto, no tenía pijama Channel, ni siquiera sabía si Channel hacia pijamas, pero si lo hicieran, este chico tendría un conjunto.
— ¿De los nuevos? ¿Con el bordado de plata en las muñecas? —Bingo.
Asentí con la cabeza.
—Qué horrible. Juro que esta escuela se niega a dar una gota de dinero, como, en instalaciones decentes.
Derrame una copa de detergente azul en la máquina y lo cerré.
— ¿No te, como, mudaste aquí o algo por el estilo? —pregunté, mientras casualmente me acercaba a la máquina de refrescos y deslizaba mis monedas en la ranura.
Karam asintió con la cabeza.
—Sí, yo, como, necesitaba un cambio. Vine aquí un semestre para probar, pero luego conocí a mi novio y decidí quedarme.
— ¿Quién es tu novio? —Pinché el botón para que me diera una Coca Cola y me puse de rodillas para tomar. Su rostro cambió cuando dijo su nombre.
Lo odié por eso.
—Jung Yunho. Está en el equipo de baloncesto. Es un chico muy cool, un total caballero. —Su voz era increíblemente molesta.
— ¿Sí? Eso es difícil de encontrar hoy en día, los chicos son tan —estaba tratando de encontrar la palabra correcta, el tipo que él usaría— estúpidos idiotas —sonreí.
Karam asintió con sus gráciles cejas marrones. Sentí la pasta de dientes presionando. Él me estaba aceptando en su "falmigos."
—Literalmente, no lo dejaré ir. Me voy a casar con este chico.
Odiaba cuando literalmente era usado para cosas no-literales. Puse la ficha de mi lata de refresco y le devolví la sonrisa. Por encima de mi cadáver… literalmente.
El clima estaba húmedo. El para siempre cielo azul llevaba trozos  de  nubes  grises como accesorios. Había sido así por una semana y estaba enfermo de ver paraguas por todo el campus. Decidí llevar a mi libro de texto para el salón de estudiantes. Metí unos aperitivos y mi material de lectura en una bolsa y me dirigí a la puerta dejándole una nota a Junsu diciéndole que me trajera algo de cena de la cafetería. Tomé el ascensor para bajar un piso y me dirigí hacia el oeste a los silenciosos dos salones de estudio en mi edificio. El salón estaba descuidado y olía a calcetines sucios pero casi nunca estaba ocupado y me gustaba el resto del ambiente del lugar. Me fui a una esquina y vi una cabellera conocida enmarcada en la ventana. Karam. Yo estaba a punto de ofrecer mi más alegre "como hola" cuando me di cuenta de la lánguida manera en que estaba abrazando sus hombros. Eran de una persona cuando estaba llorando. Estaba muy familiarizado con esta escena. Miré a mí alrededor con cautela. Chico en peligro nunca estaban solo. Hay por lo general amigos, reconfortando, palmaditas, tranquilizando…
El pasillo estaba vacío. Di un paso adelante y me detuve. Quizás ellos habían roto. La esperanza cosquilleaba mi pecho y las aparté. No hay que adelantarse.
— ¿Karam? ¿Estás bien? —Puse una mano en su hombro y se volvió a mirarme con ojos húmedos. Había una colección de pañuelos mojados cubriendo la ventana. Me preguntaba cuánto tiempo se había estado ocultando.
—Hola —dijo débilmente, su voz ronca.
— ¿Qué está mal? ¿Por qué estás llorando? —Él se volvió a la ventana y se sorbió su nariz. Se quedó callado por mucho tiempo y yo movía mis pies preguntándome si él había olvidado que yo estaba allí. Yo estaba a punto de decir algo cuando él comenzó sus sollozos.
—Yo…. —sollozo—... pienso… —hipo—…que  estoy… —se aclara la garganta, hipo   —…embarazado…
Dejé que la noticia. Él había suavizado su llanto y estaba limpiándose con un pañuelo. Revise mi posición, la posición de él, y la de Yunho. Las cosas lucían como mierda para todos nosotros.
—Bueno —respiré—. ¿Le has dicho a él?
—No.
— ¿Alguien sabe? —Él sacudió la cabeza.
—Mis…   sniff   …padres   podrían…desheredarme   y…   estoy   tan   asustado  de… suspiro—…perderlo a él.
—Por supuesto. —Sonaba cordial, y una parte de mí lo era. Una parte tan minúscula que hacía que un átomo luciera como un puño.
— ¿Qué vas a hacer? —agarré los pañuelos sucios y los eché en la papelera.
—No hay nada que pueda hacer. Yo… tengo una cita el sábado, pero necesito que alguien me lleve y no quiero decírselo a ninguno de mis amigos, ¿sabes? Soy bastante nuevo aquí. No quiero que me miren diferente. —Yo dudaba mucho que lo hicieran. El semestre antes de que Karam llegara dos de sus más cercanas falmigos se rumoreaba que habían sido sometidos al mismo procedimiento.
— ¿Por qué no le dices a Yunho? Él podría entender. Quiero decir que es mitad responsable por el amor de Dios.
—Noooo —se aferró a mi brazo y me miró con sus grandes ojos—. Le dije que yo estaba en control de natalidad… y yo realmente empezaría a tomarla de nuevo. He estado tan ocupado con la escuela y él… Yo nunca pensé que esto iba a suceder. Yo era tan cuidadoso de todo. No tengo nadie en quien confiar, créeme.
Él se abalanzo hacia mí, brazos envueltos alrededor de mi cuello, la cabeza boca abajo sobre mi hombro. Me di cuenta con incomodidad que me estaba abrazando, en busca de algún tipo de consuelo. Le di palmaditas en la espalda de manera en que lo hubiese hecho a una persona maloliente y me reprendí.
—Te llevaré.
— ¿En serio? —él secó la humedad en sus mejillas —. ¿Tu harías eso?"
—Por supuesto. Estoy involucrado lo suficiente en la situación. Tú no tendrás que involucrar a tus amigos, y Yunho nunca tiene que saber.
—Es el sábado a las siete — contestó él agarrándome el abrazo tan desesperado que salté—. Muchas gracias, Jaejoong.
Ahora esa era una sorpresa. Después de todas las conversaciones que tuvimos ese día mientras tendíamos nuestra ropa, nunca había preguntado mi nombre, ni siquiera después de que le pregunte el suyo. Los chicos populares suponían que todo el mundo sabía quiénes eran. ¡Duh! Karam. ¿No lees el periódico de la escuela? Karam no tenía una razón para saber mi nombre.
—Yo no recuerdo diciéndote mi nombre —le sonreí.
—Todos saben tu nombre. Eres el chico por el cual Yunho perdió el tiro ¿no? —sentí el shock hasta mis uñas rojas de los pies. ¿Cómo podría olvidar mis quince minutos de fama? ¿Con mi agria popularidad? De repente me sentí auto-consciente. El más oscuro momento en mi vida.
—No te preocupes, él me explicó acerca de tus… inclinaciones… —La palabra "inclinaciones" salieron de su lengua como un salvavidas. Cayó en el medio de nosotros, gritando  su  miedo  a  las  consecuencias  hacia  …—  que    no eres  gay, —argumentó, sonriente—. Todo chico que bota a Yunho tiene que ser hetero o loco. Nos vemos el sábado.
Touché.
 
Anduve a mi habitación en un aturdimiento, considerando dos opciones.
 
Uno. Yunho, decidió que la única razón por la que lo podía rechazar era porque yo no era gay. Dos. Yunho le dice a todo el mundo que soy hetero como una venganza por el golpe. En cualquier caso, yo iba a tener que aclarar mi sexualidad.

5 comentarios:

  1. me encanto todo el capitulo
    Lástima qur yunho y jaejoong esten tan distanciados :( espero que todo se mejore o creo que va a empeorar
    Me preocupa karam ,
    Continualo pronto
    ❤❤❤❤❤❤❤❤

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  2. Omo me encanto el capitulo ha estado super interesante lastima que ya no esten en esos tiempos ahora estan mas distanciados que espero que todo se arregle para que vuelvan hacer como eran antes, estare esperando por otro capitulo mas de esta historia :3

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  3. pues que no se confíe mucho Karam por que si Jae quiere Yunho regresa corriendo a su lado y eso de que Karam este embarazado no se por que pero yo lo dudo pues a lo mejor eso le a dicho por que se a dado cuenta que Yunho le presta mas atención a Jae que a Karam mismo y le a contado todo esto por que sabe que así Jae se alejara ni que el propio Karam no se de cuenta de los gustos de Jae si entre ellas se conocen bien y sabe que Jae es un peligro y puede quedarse con Yunho y le a dicho por ello a Jae que no lo dejara ir de su lado como advirtiendo que no se lo soltara muy fácil pues si Karam sabe muy bien quien era Jae no lo creo tan amigable
    Gracias

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  4. Oh Jaejoong que tonto e.e ahora que es un poco tarde quieres a Yunho .. que flojera contigo :/ espero que Karam no esté embarazado..

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  5. Que pena que se hayan distanciado aish Jaejoong si que tenias aun mojigato corriendo por tus venas XD pero como dice el refrán nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes claro ejemplo para Jaejoong tsk bueno Yunho piensa que lo rechazaste por que no eras gay puff si supiera y no creo que Karam este embarazado

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