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El Oportunista: Capítulo 8


Capítulo 8

 El presente

 

 — ¿Jaejoong? ¿Vendrás? —La voz de Yunho aguarda al final de la otra línea, esperando mi respuesta. Suspiro, mirando alrededor de mi apartamento y jalando de mi suéter. Quiere que vaya para la cena y siento como que realmente eso sería cruzar la línea. No es que sea virgen para cruzar las líneas pero estoy tratando de ser una persona decente. Si puedo mantener las cosas alejadas de su vida personal entonces puedo pretender que está incitando todo el asunto.

—En serio, Yunho, no creo que sea una buena idea. Tu novio tendría un ataque de nervios si se entera. ¿Por qué no podemos encontrarnos en un restaurante o algo?

—Mi sazón es mejor que el de cualquier restaurante en el que alguna vez  hayas estado. Es más probable que él nos localice en un restaurante que en mi casa.

A menos que te esté acechando como la última vez… pienso amargamente.

—No tuvo mucho problema encontrando mi apartamento —digo con amargura—. Además, apenas te conozco. ¿Qué tan prudente sería para mí aparecer en la casa de un extraño para cenar? Podrías ser un violador por todo lo que sé.

—Jaejoong, ya me has tenido en tu casa y sobreviviste. Abriré una botella de vino… será divertido.

—No soy realmente una persona amante de la diversión.

—Será peligroso.

—Solo bebo vino tinto.

—Sí, señor.

—Y asegúrate que él no aparezca esta vez.

Yunho se ríe.

— ¿De verdad? Pensé que sería agradable que él viniera.

Hacemos los arreglos como qué día y hora y cuelgo sintiéndome ansioso. Meto mi cara en la almohada y gimo avergonzado. Estoy perdido. Mi teléfono suena otra vez. Pensando que es Yunho con un detalle de último minuto, levanto el auricular.

—Hola.

— ¿Jaejoong? —Es una voz diferente.

— ¿Siii?

— ¡Jaejoong! ¡Tú, sexy bestia de hombre! ¿Dónde has estado toda mi vida?

— ¿Jim?

—El único y sin igual, nene. ¿Cómo te trata la vida? ¿Pateando tu culo últimamente?

—Duro como siempre —digo riendo— ¿a qué debo el placer?

—Estoy en la ciudad y no hay nada más que quiera que pasar algo de tiempo de calidad con mi chico de ensueño.

— ¡Chico de ensueño! La última vez que te vi, me llamaste arpía y me dijiste que no tenía talento.

—Esas solo eran palabras, nene. Además, acababas de rechazar otra confesión de mi amor. Dale a un hombre su agresión verbal, ¿huh? Ahora, ¿Cuándo estás disponible?

Jim. Jim. El mismo chico a quien solía hacerle una declaración acerca de mi sexualidad. El que boté como un sucio pecado en el momento que robé a Yunho. Se mantenía fiel. Recibía una llamada cada vez que el trabajo lo arrastraba a mi código postal y tendríamos una noche torbellino de bailar y comer o cualquier otro placer culposo  que nos pareciera. Entonces, se iría y yo estaba bien con eso.

— ¿Por cuánto tiempo estás en mi esquina?

—Dos días —tres a lo mucho. Estaba pensando que podríamos ir abajo a La Ola, emborracharnos, frotarnos en la pista de baile.

—Humm, suena romántico. ¿Cuándo puedes estar aquí?

—En quince, tengo que parar por algunos cigarros.

—Bien —digo—Estaré listo.

Cuelgo. Todavía estoy pensando en Yunho y tengo que forzarme a parar.

Esta noche solo va a ser Jim y yo y un buen rato. Sin obsesiones. Me pongo un par de pantalones negros y una camisa de hombros descubiertos y arreglo mi cabello.

Jim me recoge afuera de mi apartamento. Me meto a su auto, un restaurado Mustang 1969 pintado de verde con franjas amarillas de carreras, y le sonrío a través del asiento.

—Eres como un Percocet en un mal día, Jae —dice, sorprendiéndome y  besándome directamente en los la boca. Retrocedo y sacudo mi cabeza.

—Mmmm, amo cuando me comparas con medicamentos de prescripción.

Normalmente, no tolero fumar, me hace sentir arenoso y no ayuda que mi mamá murió de cáncer. Pero hay algo en la forma que Jim fuma que me hace querer observarlo. Miro con anticipación mientras la mecha de su encendedor chisporrotea una pequeña lengua de fuego. Baja su cigarro a la flama e inhala. Casi puedo oír su siseo en deleite mientras acepta el fuego. Esta es mi parte favorita, toma una larga calada, sus párpados revolotean como un drogadicto, entonces saca el humo gris de su nariz y sube en espiral hacia el cielo. Como un gracioso, ceniciento fantasma. Hermoso. Me relajo satisfecho. Jim es enigmáticamente guapo. Está usando delineador de ojos y vaqueros que se aferran a su cuerpo como piel de lagarto. Su cabello está desgreñado  y teñido de negro, lo cual hace que sus intensos ojos azules parezcan casi lavanda. Siempre pensé que el acento británico encajaba más en él que en Yunho. Disperso el humo y tarareo el compás final de un viejo éxito que mi mamá solía amar.

— ¿Por qué estás tan feliz esta noche? —Pregunta, golpeteando una pulgada de  cenizas de cigarro en una lata vacía de Red Bull—. Hay algo tremendamente mal con el universo cuando estás lo suficientemente feliz para tararear.

Mete rápidamente su carro en el tráfico casi golpeando la defensa de una camioneta enfrente de nosotros.

—No sé, sólo lo estoy.

Jim levanta una ceja.

—Vamos, Jae. Sé cuándo algo pasa.

Me detengo. Entonces digo:

—Yunho está de regreso.

Hubo un silencio del shock. Gladys Knight está en la radio. Los dedos de Jim están golpeteando distraídamente el volante al ritmo de la canción.

—Está de regreso. —Eso sale como una oración en vez de una pregunta.

Puedo oír el desagrado en su voz y no lo culpo. Yunho siempre había sido una espina en la piel de Jim, especialmente cuando al final escogí a Yunho sobre Jim.

—Jaejoong. —Apaga la radio y apaga su cigarro, lo que quiere decir que conseguiré ver todo el proceso de encenderlo otra vez en unos minutos. — ¿De qué manera está de regreso?

No tengo intención de decirle sobre la amnesia.

—No lo sé. Sólo está de regreso y realmente no me importa por qué.

Jim entrecierra sus ojos y parece estar mirando con desconfianza hacia la carretera.

—No sé qué pasa contigo y ese imbécil. Cuatro años y un mal rompimiento después y todavía estás en un jodido romance químico con el Ken del basquetbol.

No quiero oírlo. No de Jim. No de Junsu. En mis sueños más salvajes nunca imaginé este giro en mi historia. Mil chicos podrían decirme que habrían hecho algo diferente a lo que hice el día que pretendí no conocer a Yunho, y no me importaría. Este era mi re- hacer.

—Pasó por accidente. No fui a buscarlo, así que solo cierra la endemoniada boca sobre eso.

Nos detenemos en la parte del frente del club y salto fuera antes que el valet pueda abrir la puerta.

Espero a Jim mientras desenrolla su largo cuerpo del auto y lanza sus llaves al acomodador.

Está cabreado. Pudo verlo en su cara. Más que la vez que me acusó de usarlo como alternativa cuando Yunho no estaba cerca. Camino enfrente de él, ignorando la paliza que sus ojos me están dando. Me siento un poco rebelde esta noche, así que no es difícil. No es de su maldita incumbencia de cualquier forma, entrometido punk que usa delineador.

Jim odia la debilidad, y por Dios, Yunho es la mía. Pero tengo fe que para cuando comencemos a bailar, lo olvidará.

La Ola está llena de pared a pared con cuerpos vibrando. Jim agarra mi mano y me jala hacia los amontonados bailarines hasta que alcanzamos el bar. La mayoría de las chicas se giran para vernos. ¿Qué está haciendo un roquero afilado como navaja con un blandengue como yo? Me enfurezco bajo sus ojos curiosos, dispersando un par de sucias miradas.

Jim pone uno de a cincuenta en el bar lodoso y ordena cuatro tragos de tequila. Preparo nuestros limones, y le sonrío.

— ¿Todavía estás enojado? —pregunto.

El barman desliza los vasos con los tragos hacia nosotros y ambos demandamos dos. Jim se encoge de hombros.

— ¿Importa?

Vierto el primero abajo por mi garganta y chupo un limón para sacar el sabor. El tequila es asqueroso.

—No quiero que estés enojado. Apenas consigo verte.

Jim hace esta cosa de triple parpadeo que lo hace ver realmente molesto y entonces me besa en la mejilla.

—Solo vamos a divertirnos.

Ordena dos tragos más y chocamos nuestros vasos. Permanecemos en el bar por unos minutos observando la pista de baile. Estamos todavía muy sobrios para soltarnos.

—Vamos a la pista de baile —dice, tirando la cáscara de su limón en la basura.

Lo sigo hacia la multitud meneándose mientras el tequila encuentra mi cabeza.

Bailamos hasta que mis pies se sienten entumecidos y mi cabello está mojado con sudor. Jim me toca más de lo normal. Lo atribuyo al regreso de Yunho. Los hombres siempre necesitan orinar en todo lo que sienten de ellos. Lo dejo jalarme cerca. Estoy muy borracho para que me importe. Me recuerda a la escena en Dirty Dancing donde aby se cuela en la fiesta de empleados aferrando la sandía. Estamos bailando cara a cara, de manera sucia. Jim no cree en eso de sacudirse y frotarse, el símbolo del baile de adolescentes. Lo llama el manoseo sucio. Bailamos cara a cara. Encuentro algo muy honesto en eso.

No nos vamos hasta que el D.J. comienza a guardar su equipo.

— ¿Estás bien para manejar? —Le pregunto.

Siento como que me estoy bamboleando en el espacio.

Jim se ríe disimuladamente.

—Estoy tan sobrio como un predicador en la mañana de un domingo —dice imitando un acento sureño.

En el viaje a casa mantengo mis ojos cerrados y dejo que el viento sople sobre mi cara. No hablamos mucho. Jim reproduce un viejo CD de Marcy Playground que solía escuchar en la universidad. Sex And Candy. Suelto una risita cuando canta a todo volumen las palabras.

Cuando se detiene en mi apartamento, salta fuera del auto y me sigue a la puerta.

— ¿Fue esta una cita? ¿Por qué me estás acompañando a casa? —rio.

Escarbo en mi bolsa buscando las llaves mientras él observa.

Cuando levanto la vista, me está mirando chistoso.

— ¿Jim? —pregunto, dando un paso hacia él—. ¿Estás bien? —Pienso que tal vez está enfermo. Su cara está en blanco y un poco ruborizado, como alguien quien está decidiendo si están a punto vomitar. Me detengo cuando repentinamente lanza hacia adelante. Al principio pienso que va enfermarse pero al último minuto gira bruscamente directo a mi cara y trata de besarme. Volteo mi cabeza entonces sus labios aterrizan en un mojado caos en mi mejilla.

Cuando se aleja, sus ojos están rojos.

— ¿Qué estás haciendo? —pregunto.

Jim y yo nunca fuimos ahí. Es una regla sobreentendida mía.

Está tan cerca que tengo que inclinar mi cabeza todo el camino hacia tras para ver su cara. No nos hemos besado desde la universidad.

— ¿Es porque no soy él, Jaejoong? ¿El jodido Yunho?

Sacudo mi cabeza. Me siento tan confuso. Parece que no puedo formular palabras lo suficientemente rápido.

—No es así entre nosotros, Jim. ¿Por qué ahora?

—Sabes que el sexo no siempre tiene que significar algo. Puede hacerse por diversión.

Sus ojos están parpadeando, parpadeando, como que está tratando de expulsarme de su visión. ¿Qué se supone que diga a eso?

—Pienso que los amigos deberían quedarse como amigos—sin la complicación del sexo.

—Amigos —canturrea, en un repugnante siseo—. Estoy harto de ser tu jodido indulto. Me estremezco.

Es muy cierto,  pero feo de oír.

—Eres un auténtico calientapollas, ¿sabes eso? —Levanto la vista sorprendido.

Me ha llamado así bromeando algunas veces, pero nunca en este tono de voz. Está enrojecido de la cara y los ojos rojos y me está asustando en esa profunda parte que te dice que corras. Doy un paso atrás.

—Jim, estás borracho —digo lentamente.

—Estoy borracho y tú eres una perra. —Entonces estás todo sobre mí con su boca, empujando contra mis labios tirados fuertemente, sus manos entre mis piernas. Hago un chillido amortiguado desde atrás de mi ataque y trato alejarlo. No se mueve debajo de mis empujones y me doy cuenta de que no hay nada que puede hacer para detenerlo. Trato de suplicar pero todo parece valerle nada. Está manoseándome tratando de bajar mis pantalones. La puerta de mi vecino está a menos de diez metros de distancia al otro lado del edificio. Puedo soltarme, puedo correr hacia allá. Entonces viene el momento cuando está distraído y su agarre se afloja en mis brazos.  Aprovecho la oportunidad para luchar con mis manos libres y le doy una cachetada fuerte en la cara. Retrocede del shock y su mano acuna el lugar donde lo golpeo. Estoy preparado para que regrese más duro, más fuerte, pero solo me mira. No hay lugar a donde ir. Estoy arrinconado contra mi propia puerta. Considero gritar, pero la única persona quien podría oírme es Rosebud y ¿qué podría hacer ella? Así que, trato de razonar con él.

—Ve a casa Jim. —Mi voz es firme.

Eso pocos segundos que pasa sopesando sus opciones se vuelven un turbio recuerdo para mí. Estoy enojado y avergonzado y asustado mientras lo observo decidir si violarme o no.

Por favor Dios déjalo irse.

El espacio entre nosotros crece, mientras se da la vuelta y tropieza hacia su auto. Prácticamente caigo pasando mi puerta. Cuando estoy en el otro lado, cierro con pestillo, y me tiro a mi sofá. Sollozo en una almohada hasta que mi garganta se siente en carne viva y entonces levanto el teléfono y le llamo a la única persona que alguna vez he confiado.

—Yunho…

— ¿Jaejoong? —Su voz es pesada con sueño—. ¿Pasa algo?

— ¿Puedes venir…a mi casa?

— ¿Ahora mismo? —Puedo oírlo arrastrarse alrededor de su habitación, encendiendo la luz…tropezándose con las cosas.

—Yunho…por favor…yo…

—Estaré ahí.

Cuando Yunho llega, su cabello está despeinado y está usando shorts y una camisa raída.

— ¿Qué pasó? —pregunta tan pronto como me ve.

Sujeta mi barbilla y sus dedos giran mi cara de un lado al otro. Le digo sobre Jim, sobre el club, y lo que hizo después.

Yunho camina de un lado a otro en mi sala. Su rostro está contorsionado con ira.

— ¿Dónde está su hotel, Jaejoong? —Sus puños están apretados a sus costados. Estoy asustado de que si encuentra a Jim, se dará cuenta quien soy en realidad.

— ¡No! No quiero que te  vayas.  —Lo llevo del brazo hasta que se sienta a mi lado.

Su ira gradualmente remite a preocupación y me jala a su pecho. No he estado contra su pecho por un muy largo tiempo y me siento abrumado. Huele como a jabón y a navidad y a él mismo, y lloro como un bebé en la seguridad extraña que su toque me da. Nadie me ha sostenido así antes. No sé si salir corriendo o aferrarme con todas mis fuerzas.

— ¿Te puedes quedar aquí esta noche? —susurro.

Besa mi frente y suavemente quita mis lágrimas con sus pulgares.

—Sí, claro que me quedaré.

Me siento tan aliviado que me estremezco patéticamente. Me aprieta más fuerte. ¿Qué habría hecho si él no estuviera cerca? ¿A quién habría llamado? Yunho está aquí ahora, pero el reloj está haciendo tictac. Me he metido en una situación donde voy a perderlo otra vez. La primera vez fue lo suficientemente malo. Me meto en su calor y disfruto la sensación de ser querido.
Me quedo dormido con mi cabeza apoyada contra su pecho, escuchando su corazón expulsando el latido más hermoso que he oído alguna vez.

7 comentarios:

  1. pobre Jae si que paso un mal momento por que su amigo le quiso violar pero todo quedo en eso y Yunho al rescate de su damisela y mas consentidor cuidando de Jae en esos momentos difíciles que mas lo necesita a su lado solo espero que no se aparezca el novio de Yunho armando un escanda lo por que Yunho dormirá en la casa de Jae a su lado y velar su sueño y cuidar de el por si regrese Jim por lo que busca conseguir de Jae
    Gracias

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  2. Esta historia es realmente muy muy interesante 👍
    A pesar de que yunho no recuerde a Jae , siente cariño por el owwww, pobre Jae :( , si estaba tan enamorado de Yunho porque lo dejo ir :( ya quiero saber que más pasara
    Muchas gracias por la actu y todos los capis .
    Esperare las prox cap .😍😍😍😍😍

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  3. Aish! Creo que seré la mala è.é
    Lo que le paso a Jae el sólido se lo busco,no lo entiendo porque no pudo darle una oportunidad a YUNHO desde el principio?? nada de esto hubiera pasado si lo hubiera echo :/ tan difícil fue para el? Ahora si quiere recuperar a Yunho..no debería estar saliendo por ahí a emborracharse y restregarse con un "amigo " al que en el pasado boto como una basura?
    Gracias por el capítulo ^^/ me gusta la historia aunque Jae me tiene mal ..

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  4. Lo quisieron violar o.o felizmente no le paso nada. Jae hace las cosas mal , todo lo q le pasa es resultado d sus actos. Yunho sin embargo es tan tierno.
    Gracias por compartir ^^

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  5. ODIO A JAE me parece tal cual un oportunista que quiere todo a su conveniencia y me parece la persona mas egoista de este mundo primero lo auyenta despues a como de lugar lo recupera luego se va de parranda para olvidarlo y despues lo busca DIOS ya decidete...... me gusta la historia quisiera saber que causo su ruptura antes me parece que jae hizo otra vez algo muy malo despues de lo de karam que ya es terrible.....xfa continualo me esta volviendo loca y quiero saber mas gracias por la actu

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  6. o por dios me gusto esta historia espero y la sigas actualizando

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  7. Realmente Jaejoong no te entiendo dices que aun amas a Yunho vas aun club con un amigo dime que clase de "amigo" bailas de esa manera si sabes perfectamente sus sentimientos de Jim es lo que te buscas por tus malas decisiones >< quiero saber que paso para que tengas tanto miedo de que Yunho te recuerde que malo haz hecho pero sabes que puede recuperar sus recuerdos y dime que pasara ..
    Esta historia esta súper interesante esperare ansiosa los demás capítulos gracias por la actu

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