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El Oportunista


Capítulo 14

 
El presente

 

Me fui. Luhan podría tenerlo, pero no podía estar ahí cuando él lo hiciera. No llevé mucho: un par de libros y álbumes de fotos que pertenecieron a mi madre. Todo lo demás estaba destruido. Introduje  todo dentro del auto con Pickles y aceleré. Había dejado mi caja de recuerdos del Señor X en el centro de mi mesa de café junto con el sobre de fotografías que Luhan había robado. Él había guardado quinientos dólares en el sobre también… también lo dejé. Si iba a hacer esto, tenía que hacerlo bien. No más portar porquerías que provocaban que mi corazón se convirtiera en carne picada.

Antes de salir por esa puerta de una buena vez, cogí el centavo, boca arriba en mi mano. Maldito centavo. Maldito Yunho. Cerré mi mano y apreté tan fuerte como pude hasta que mi puño se volvió blanco y estaba seguro que las palabras “Apropiado para una oportunidad gratis de afecto ¡UN BESO!” se grabarían en mi piel. Abrí mi mano y dejé caer el centavo en la alfombra.

Deslicé una nota de despedida por la puerta de Rosalie en la cual mentí diciendo acerca un trabajo, y prometiendo escribirle tan pronto estuviera ya establecido. Agarré las llaves de la oficina alquilada, y conduje. Sentí caer el peso de mis hombros cuando entré en la interestatal, y me sentí libre cuando crucé la línea del estado, pero absolutamente me sentí reconfortado y aliviado cuando Junsu me envolvió en sus brazos.

—Bienvenido, mejor amigo—sonrió —. Vamos a comenzar tu nueva vida.

* * *

El viento azotaba furiosamente contra el auto, gritando sus protestas por no dejarlo entrar. Fuera del auto, el vidrio roto del parabrisas reunía a los bailarines copos de nieve, expandiendo un manto blanco a través del teñido de la tela de araña roja. Dos personas yacían en los asientos delanteros, ninguno estaba consciente y el conductor estaba bañando de su propia sangre. Ninguna ambulancia había sido advertida ya que el auto no había sido visto en la tormenta de nieve. El pasajero despertó gimiendo y tomando la cabeza en sus manos. Cuando las retiró de su cabeza, se dio cuenta que habían manchas de sangre en la punta de sus dedos.

Él observó el oscuro interior del auto preguntándose dónde estaba o quién podría ser el hombre ensangrentado que yacía a su lado. Se sintió raro, como si todos los órganos hayan sido extraídos de su cuerpo. Sintiendo la puerta, agarró el pasador pero no hizo ningún movimiento. Entonces se dio cuenta de lo obvio, algo que su nublada mente no se había percatado al principio. El auto estaba aplastado en la mitad de su tamaño original. Liberándose del cinturón de seguridad, buscó en sus bolsillos un celular, y después de encontrarlo, marcó al 911. Cuando la voz de la operadora contestó, el habló, no reconociendo su propia voz.

—Ha habido un  accidente.  No    dónde  estamos  o  quién  soy  quiso  añadir. 

Dejó caer el celular junto a él y mantuvo la cabeza en alta. Una patrulla policial sería enviada una vez ellos dieran la señal. Esperó, los escalofríos le recorrían el cuerpo por el shock o el frío, no lo sabía. Trató de no mirar al cuerpo que se hallaba a su lado. ¿Era un amigo? ¿Su padre? ¿Su hermano?

Supo que la ayuda había llegado cuando por el radillo de su ojo vio el reflejo de las luces bailando en la ventana. Voces llamando y puertas cerrándose. De pronto, había gente alcanzándolo y sacándolo del auto.

—Tenemos que usar la Mandíbula de  Vida  —escuchó  decir  a  un  bombero. 

Alguien pasaba una luz por sus ojos, otro lo envolvía en una manta naranja. Lo cargaron en una camilla cuando la nieve caía en su cara. Una voz que sonaba muy lejana preguntaba cuál era su nombre. Sacudió su cabeza preguntándose si debería inventar uno. Josh era uno bueno, podía haber dicho Josh, pero no lo hizo. Se preguntó si el hombre a su lado tenia vida y entonces escuchó las sirenas de otra ambulancia y  el derrape de las ruedas contra el asfalto. Se recostó contra la almohada plana y trato de recordar… entonces lo hizo. Cosas buenas y malas llegaron de vuelta a su cerebro como agua caliente a través de un bloque de hielo. Él se estremeció mientras recordaba las cosas que prefería olvidar.

El enfermero le preguntó si estaba bien. Asintió, pero en el interior  donde  valía, donde las heridas no podían ser sanadas ni reparadas, no lo estaba. Dejó caer su cabeza, sus nudillos contra su sien y deseo no haber recordado. Hubiese sido tan fácil si su mente se borrase como una pizarra. Sin indicio de lo feliz o lo ruin, solo un nuevo comienzo. La ambulancia llegó y las puertas dobles se abrieron por un par de guantes.

Permitió ser empujado y llevado a través de las puertas de la sala de emergencia,  hasta que estaba en una sala con blancas paredes en la espera de una resonancia magnética. Él permaneció en silencio. Un doctor entró en la habitación donde esperaba sus resultados. Era un hombre indio de cara amable. Usaba un anillo en su dedo anular con tres rubíes envuelto en oro. Su nombre según la etiqueta era Dr. Sunji Puni. Se preguntó si el Dr. Puni era feliz y si esas tres rojas piedras simbolizaban a sus hijos. Quiso preguntar pero seguía sin decir nada.

El hombre con su acentuada voz, habló:

—Tiene una severa conmoción cerebral. Quiero hacer más exámenes y tener la  certeza que no hay más daño en su cerebro. Los enfermeros me informaron que tuvo una confusión en saber quién es usted—. El paciente no dijo nada. Sin embargo, observaba fijamente el plano techo blanco como si este fuera una estupenda obra de arte.

— ¿Puede decirme su nombre?—No dijo nada todavía, sus ojos iban de ida y vuelta, ida y vuelta.

—Señor, ¿sabe quién es usted? —La voz del doctor era más preocupada ahora, sonando un poco más alto que antes.

¡Si lo sé! ¡Si lo sé! Su mente gritaba.

El paciente volvió su cabeza hasta que estaba alineado frente a unos negros ojos. Y decidió justo ahí y entonces. Habría un montón de problemas por lo que iba a hacer, pero no le importaba. Él tenía que encontrarlo.

—No —dijo Jung Yunho —. No recuerdo nada en absoluto.
 
 

Un año pasó

 

Dos años pasaron


 

Tres años…

 

Cuatro años
 
 
 
Nota:  Muchas gracias a quienes me comentan de verdad estoy muy agradecida y eso me da animos para continuar y no dejar pasar mucho tiempo, esta adaptación es la mas larga que tengo en mis blogs y espero terminarla pronto para continuar con los que siguen.

6 comentarios:

  1. ahora si que estoy muy confundida en el accidente de Yunho no perdió la memoria y estuvo buscando a Jae siempre o tuvo otro accidente y sigue en busca de Jae por que ese dizque novio que tiene a echo que se aleje de Yunho de nuevo ya no entiendo pero se pone mucho mejor en cada capitulo que me quedo con ganas de mas
    Gracias por compartirla y estaré esperando por otro mas hasta pronto

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  2. No entiendooo nadaaaaaa . espero el próximo nena gracias

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  3. Quiero saber que pasa!!! Qué vio Jae en el pasado!!! 🙀, si Yunho en el futuro encuentra a Jae!!! Si se buscan! Podrán encontrar la armonía? Y perdonarse :(, gracias por compartir! Muy buena historiea :)

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  4. Omg no entiendo ??
    Yo q pense q solo jae tuvo la culpa de su separacion , pero los dos son culpables :(
    Muchad gracias por el capitulo.

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  5. Pero que paso acá 0.o entonces Yunho no perdió la memoria lo hizo todo para encontrarlo y por cuatro años aarrgg >< Jaejoong se fue y ahora ya ni se que pensar XD

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  6. Ya jajaja no lo puedo creer ya lo sospechaba habian algunas señales de tal farsa.Ambos cometiron su error en el pasado y ahora intenten remediarlo, que pasara.

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