Estancia (s.):
Un retraso a corto plazo ordenado por el
tribunal en los procesos judiciales
Yunho
—¿Señor
Jung? —La azafata le dio una palmadita a mi hombro—. Todos los otros pasajeros
han dejado el avión, señor. Gracias por volar en primera clase y espero que
disfrute de Seúl.
—Lo
intentaré. —Me paré y agarré mi portafolio del compartimiento superior.
Traté
de evitar venir aquí durante semanas, pero fue en vano. En el segundo que
reservé mi billete, cancelé todas mis consultorías y reuniones, pedí una
extensión de tiempo en mi caso actual y empaqué una maleta. Solo una.
No
necesitaba estar en esta ciudad más de un día y me rehusaba siquiera a
testificar. Iba a presentarle un testimonio escrito al juez y a regresar
inmediatamente a Daegu.
Mientras
caminaba por el aeropuerto, me di cuenta de que algunas cosas habían cambiado,
pero no tanto como había esperado. La gente aún caminaba a un paso veloz, el
aire todavía olía a fracaso y el periódico principal seguía siendo The Korea
Times.
Puse
unos pocos dólares en la máquina de periódicos, girando la llave para poder
sacar mi copia y luego pasé a la sección central donde se hallaban los
artículos de justicia.
Allí
estaba. Sección C. La historia que cubría toda la página:
Otra
Audiencia en el Actual Juicio de Hart:
Yeo
Testificará esta Semana.
Le
eché un vistazo al artículo, un poco impresionado de que el periodista
estuviera escribiendo hechos esta vez y no manchando mi nombre por el placer de
hacerlo.
También
me di cuenta de que aún no había fotos mías.
Que
sorpresa…
—¡Por
aquí, señor Jung! —Una morena saludaba cuando me bajé de la escalera mecánica—.
¡Por aquí!
Me
acerqué y me tendió su mano.
—Soy
Rebecca Waters, abogada principal.
—Sé
quién es. —Le ofrecí un firme apretón de manos—. ¿Qué tan rápido podemos llegar
al despacho del juez?
—¿El
despacho del juez? —Levantó una ceja—. Se supone que debo registrarlo en un hotel
para que podamos discutir su testimonio. Se supone que usted debe quedarse
durante un par de semanas.
—Mi
vuelo de vuelta parte en quince horas.
Lucía
estupefacta.
—¿Solo
quiere presentar un testimonio escrito? ¿Después de todo este tiempo?
—Encuentro
algo impresionante que sepa cómo escuchar y comprender al mismo tiempo. —Miré
mi reloj—. ¿Dónde está el coche con chofer?
Gimió
y me condujo por la bulliciosa terminal a través de las puertas hasta el
estacionamiento de los autos ejecutivos. Estaba balbuceando sobre lo
"importante" que era este caso, cómo sería finalmente cerrar un
capítulo en mi vida, pero yo no escuchaba.
Mi
mente estaba contando, literalmente, los segundos para que dejara este lugar.
—Buenos
días, señor. —El conductor agarró mi bolsa cuando nos acercamos al coche—.
Espero que disfrute de su estancia en la ciudad de Seúl.
Asentí
y me metí en el asiento trasero, rodando mis ojos cuando Rebecca se sentó a mi
lado.
—¿Podrías
al menos quedarte una noche y pensar en esto, Gook Dae?
—¿Cómo
acabas de llamarme?
—Lo
siento —dijo—, Yunho quiero decir, señor Jung. ¿Podría al menos pensar en ello?
—Lo
acabo de hacer.
—Bien.
—Sacó su teléfono y miré por la ventana mientras el coche se deslizaba a través
de la ciudad.
Me
estremecí cuando pasamos una cartelera donde una vez mi antigua empresa mantuvo
un anuncio, cerré los ojos cuando pasamos la tienda favorita de juguetes de Jihye.
—Señor
Jung —Rebecca me tocó el hombro—. Como abogado, estoy segura de que usted sabe
cuánto más convincente puede ser un testimonio oral que uno escrito. Le ruego
que reconsidere esto.
—Y
yo le pido que lo supere. —La miré directamente a los ojos—. Karam y él
arruinaron mi vida y no gano ni una mierda por sentarme en una sala de tribunal
llena de extraños y explicar el cómo. ¿Quiere un testimonio emocional? Contrate
a un estúpido estudiante de teatro para que le lea mis palabras al jurado.
—Las
cosas han cambiado. No es como era hace seis años.
—¿Es
por eso que The Korea Times todavía no imprime mi foto?
—No
van a imprimir su foto porque piensan que es un idiota. —Se precipitó—. También
ganó un enorme y costoso caso contra ellos hace años ¿o lo ha olvidado de
repente? Tómese como un cumplido que lo estén mencionando con una luz positiva
siquiera. —Arrojó el periódico de ayer en mi regazo—. Incluso publicaron ese
artículo. Se ve bastante bien para mí.
Recogió
el periódico y me lo acercó a la cara, y antes de que pudiera leer el artículo,
dos palabras me llamaron la atención: Jaejoong Kim.
Su
nombre estaba al final de la página, mezclado con otros varios, en un hermoso
anuncio negro:
La
Compañía de Ballet de la Ciudad de Seúl Celebrará a los Nuevos Miembros del
Reparto con una Noche de Gala.
Mañana…
—Yo
solo… —Rebecca seguía hablando—. Creo que al menos debería quedarse por una
noche, aclarar su cabeza y pensar en esto de verdad.
—Me
quedaré hasta mañana.
—¿En
serio? —Sus ojos se iluminaron.
—Sí.
—Me quedé mirando el nombre de Jaejoong de nuevo—. En serio.
Que habra pasado a Yunho con karam ??? Y quien es el que arruino la vida de el??
ResponderEliminarYunho ha descubierto donde esta Jae
Al parecer a Yunho le esta costando ir a la ciudad de Seul ya que ahi fallecio su hija y tambien su prestigio quedo por lo suelos que no se piensa quedar pero como leyo en el periodico el anuncio de los bailarines y salio el nombre de Jaejoong es que se va ha quedar
ResponderEliminarSolo con el nombre de Jae logró quedarse en Seúl más de unas horas, tanto sufrió Yunho ahí que le era imposible llegar allí.
ResponderEliminarGracias!!!