Acosar (v.):
Llevar a cabo hostigamiento no deseado y
molesto de manera sistemática y/o continua, que a menudo incluye amenazas y
demandas.
Yunho
La
fiscal me sacudió la mano por encima del café y el té a la noche siguiente,
pestañeando con sus ojos marrones claros.
—Muchas
gracias por haber accedido a quedarte durante unas semanas, Yunho —dijo ella—.
Vas a ser de gran ayuda en este caso.
—Estoy
seguro. —Me puse de pie y me acerqué a la ventana, mirando las calles cubiertas
de nieve.
—Tu
antiguo compañero ha contratado a los mejores abogados que puede comprar el
dinero, y ha pagado las multas y sanciones sufridas durante años, pero creo que
podemos finalmente enviarlo a la cárcel con la nueva evidencia que tenemos.
Eso, y tu testimonio, por supuesto.
No
dije nada.
—No
estoy segura de cómo te sentirías respecto a esto, pero… —Se detuvo, y segundos
más tarde, se encontraba a mi lado— ¿Te gustaría que nos pusiéramos al día con
todo lo que nos hemos perdido desde que te fuiste?
—¿Disculpa?
Masajeó
mi hombro.
—Te
fuiste de Seúl y nunca miraste atrás. No llamaste a nadie ni te mantuviste
en contacto. Éramos tan buenos amigos, y tú…
—Está
bien —la interrumpí, y le agarré la mano para apartarla—. Primero, no,
no quiero que nos pongamos al día con esta mierda. Me importa poco lo que me he
perdido. —La miré de arriba abajo—. Pero teniendo en cuenta el aspecto de las
cosas, no ha sido mucho. Segundo, sí, éramos amigos. Tiempo pasado. No
llamaste ni te mantuviste en contacto conmigo cuando todo el mundo en esta
ciudad desprestigiaba mi nombre, ¿verdad?
Sus
mejillas lucían enrojecidas.
—Ni
siquiera me llamaste para preguntarme si los rumores eran ciertos, joder.
—Señalé la puerta—. Así que, por favor, no creas que sólo porque he estado de
acuerdo en ayudar a poner a un imbécil en el sitio al que pertenece, tú y yo
somos, o seremos amigos.
—Lo
siento mucho.
—Llevas
seis años de retraso para eso. —Me di la vuelta—. Voy a estar en la corte
cuando se me necesite. Ahora puedes irte.
Esperé
hasta que escuché el sonido de la puerta al cerrarse y llamé al chófer de la
limusina.
—¿A
qué hora tengo que dirigirme a la fiesta si quiero estar allí una vez que
empiece?
—Ahora,
señor.
Colgué
y me puse mi abrigo, tomando el ascensor privado del penthouse al vestíbulo.
Atravesé corriendo las puertas de salida del hotel, vi el coche en la calle y
me acerqué.
—Deberíamos
estar allí en unos treinta minutos, señor Jung. —Me miró por el espejo
retrovisor—. ¿Tiene una cita esta noche en este evento?
—No
—le dije—. ¿Por qué lo preguntas?
—Porque
si fuera así, iba a sugerirle que nos detuviéramos en el puesto de flores que
se encuentra a tres manzanas.
—Podemos
detenernos allí. —Miré por la ventana mientras él se ponía en marcha.
Pensé
en decirle a Jaejoong que me encontraba en la ciudad, o desearle “buena suerte”
para su actuación de esta noche, pero no le veía sentido. Además, anoche, en un
momento de debilidad, le envié un correo electrónico bastante vago y su
respuesta no alentaba a la conversación.
Asunto:
Felicidad.
¿Eres
feliz con tu vida actual lejos de GBJ? ¿Estás persiguiendo tus sueños de ballet
por fin?
—Yunho.
Asunto:
Re: Felicidad.
Por
favor, deja de enviarme correos electrónicos y borra mi número.
Gracias.
—Jaejoong.
—¿Señor
Jung? —El conductor abrió la puerta—. Hemos llegado ¿Tiene la intención de
salir del coche?
—Gracias.
—Agarré el ramo de rosas y lirios del asiento y le di una propina, diciéndole
que necesitaba que permaneciera cerca, ya que era posible que trajera a alguien
más conmigo.
La
fila para entrar al lugar rodeaba la manzana, así que pasé a todos y atravesé
directamente la puerta principal.
—Disculpe,
¿señor? —Un guía se puso delante de mí de inmediato—. Afuera hay una fila por
una razón.
—No
me gusta esperar.
—A
ninguno nos gusta, señor —dijo, cruzando los brazos—, pero esa es la política
de la gala a menos que usted ya tenga una entrada. ¿La tiene?
—Tampoco
me gustan esas.
Desenganchó
una radio de la hebilla de su cinturón.
—Señor,
por favor, no me haga llamar a seguridad. Usted tiene que comprar una entrada
como todos, y tiene que hacer cola como todo el mundo. Ahora, voy a pedirle
amablemente que…
Se
detuvo a media frase una vez que le di un fajo de billetes de cien dólares.
—¿Sabía
que su entrada era para la primera fila, señor?
—Sí.
Eso es exactamente lo que dice mi entrada.
Él
sonrió y me llevó por el pasillo hacia una sala colosal que contaba con
ventanas que iban desde el suelo al techo, lámparas de araña que brillaban
tenuemente y suelos de mármol recién pulidos. Cientos de mesas se hallaban
cubiertas con manteles, selladas con centros de mesa lujosos de oro y plata, y
las letras “SB” estaban grabadas en cada menú de la cena y el programa.
No
había un escenario formal en esta habitación, sólo una plataforma ligeramente
elevada que se encontraba en el centro, con una vista perfecta para todas las
mesas de la cena.
—¿Le
parece bien este asiento, señor? —El guía señaló a un asiento que se hallaba
directamente enfrente de la plataforma.
—Sí,
gracias.
—La
cena será servida en aproximadamente una hora, los patrocinadores del SB serán
honrados poco después, y entonces comenzarán los homenajes cortos y la parte de
la danza de la gala.
Le
di las gracias de nuevo mientras me sentaba. Si hubiera sabido de antemano el
orden exacto del programa, no me habría presentado hasta mucho más tarde.
Recogiendo
el folleto que había delante de mí, pasé por las páginas deteniéndome cuando vi
la cara de Jaejoong.
Su
foto fue tomada a medio reír y miraba directamente a la cámara. Según la
imagen, su cabello era mucho más corto ahora, y sus ojos se veían más
esperanzadores y felices de lo que los había visto nunca.
Me
quedé mirando la foto larga y fijamente, observando todos sus nuevos cambios.
Las
luces de la habitación parpadearon, y surgió un aplauso suave cuando una mujer
vestida completamente de blanco subió a la plataforma.
—Vamos
a empezar ahora —dijo—. Muchas gracias, señoras y señores, por asistir a la
Gala Anual de la Compañía de Ballet de Seúl. Presentaremos con un gran honor y
orgullo a los artistas de esta noche, principales bailarines, solistas y los
miembros del cuerpo. Como ya saben, debido a unas cuantas circunstancias
desafortunadas, tuvimos que reemplazar a casi el noventa por ciento de nuestro
grupo en los últimos meses, pero como siempre, el show debe continuar. Y
verdaderamente creo que esta es la mejor generación que hemos tenido en mucho
tiempo.
El
público aplaudió.
—Nuestra
compañía estará presentando varias producciones este año, pero este invierno
presentaremos El Pájaro de Fuego, Joyas, y nuestro favorito, El
Lago de los Cisnes.
Más
aplausos.
—Esta
noche, nuestro cuerpo va a presentarse ante ustedes personalmente y realizarán
pequeños homenajes como agradecimiento por su continuo apoyo a las artes. Y
como siempre, cuando se trata del arte de la danza, por favor, no aplaudan
hasta que se haya tocado la última nota. Gracias. —Ella se alejó y las luces se
transformaron de un blanco austero a un azul etéreo, y luego se disolvieron en
tonalidades fuertes de púrpura y rosa.
Uno
por uno, los bailarines salieron, recitando un monólogo corto y bailando al
ritmo de una pieza corta de música de piano. Si bien la mayoría de los
intérpretes eran entretenidos, algunos me hicieron preguntarme si simplemente
se despertaron esta mañana y decidieron probar el ballet por primera vez.
Entre
las actuaciones, podía oír los murmullos de la multitud: “¿Están seguros que este
es el mejor grupo?”, “Tal vez deberían haber cancelado la temporada después de ese
accidente.”, “Con suerte, van a tener ensayos sin parar hasta que la temporada comience
de verdad”
Un
hombre a mi lado murmuraba cómo se perdieron “los buenos viejos tiempos de la compañía”
cuando Jaejoong subió a la plataforma.
Llevaba
un top fino negro.
—Buenas
noches, Seúl —dijo—. Mi nombre es Jaejoong Kim, y…
Dijo
algo más, algo que hizo que el público aplaudiera más fuerte, pero yo sólo
podía concentrarme en lo bien que se veía. Nunca se lo admitiría a nadie, pero
mantuve esa foto de nosotros en mi mesita de noche desde que él se fue, mirando
su bonita cara en la noche cada vez que tenía un mal día.
Sin
embargo esta noche él no era “bonito”. Era una jodida belleza.
Su
boca dejó de moverse en medio de otra ronda de aplausos de la audiencia, y los
suaves sonidos de un piano y un arpa llenaron lentamente la habitación.
Jaejoong
cerró los ojos y comenzó su rutina, bailando como si fuera la única persona
aquí.
Hubo
un cambio inmediato en la atmósfera de la gala. Todos los que lo observaban estaban
completamente comprometidos cautivados por todos sus movimientos.
De
la nada, un bailarín se unió a él, levantándolo y sosteniéndolo por encima de
su cabeza, girándolo por todos lados mientras la música se hacía más agresiva.
Una vez que él lo dejó en el suelo, los dos concluyeron moviéndose juntos,
sonriéndose entre sí e intercambiando miradas que dejaron claro que se conocían
demasiado bien.
Al
momento en que se detuvo la música, el bailarín lo tomó en sus brazos y lo besó
en los labios.
¿Qué
mierda…?
La
multitud se puso de pie y aplaudió por primera vez en toda la noche, pero yo
permanecí sentado, completamente desconcertado por la mierda que acababa de
ver.
—Tal
vez no voy a tener que cancelar mis boletos de la temporada, después de todo,
¿no? —El hombre a mi lado guiñó un ojo—. ¡Bravissimo!
Entrecerré
los ojos hacia Jaejoong y su pareja, echando humo mientras él le rodeaba la
cintura con un brazo y pasaba los dedos sobre su piel. Le susurró al oído y él
se sonrojó, haciendo que mi presión arterial se elevara a un máximo histórico.
—¡Bueno,
qué respuesta! —La directora tomó la palabra—. Gracias, señora Kim y señor Shim.
Quiero que todos sepan que ellos dos encabezarán la Gala Silver Moon del próximo
mes, así que… —Siguió hablando, explicando más sobre el programa, pero sus
palabras no tenían sonido para mí.
Me
sentía confundido por lo que acababa de ver, inseguro de si la boca de Jaejoong
había estado en realidad sobre otra persona.
Más
bailarines tomaron la palabra, más aplausos, más discursos, y mis pensamientos
seguían siendo los mismos. No fue hasta que hablaron los patrocinadores que me
di cuenta de que la parte expositora de esta noche había terminado.
—¿Está
usted interesado en donar al SB? —Una bailarina, todavía vestida con su traje
blanco de la presentación, se puso delante de mí—. ¿Le gustaría hacer una
contribución?
—Mi
contribución fue la entrada que compré para esta noche. —Me puse de pie,
dejando el ramo de flores detrás, y me fui en busca de Jaejoong.
No
me tomó mucho tiempo encontrarlo.
Usando
un traje bastante sugerente, él se encontraba en una esquina riendo con su
amigo bailarín, y pestañeando mientras le entregaba una copa.
—Disculpe,
¿señor? —Alguien me tocó el hombro.
—¿Sí?
—Mantuve la mirada en Jaejoong.
—Um,
si permanece en la sección posterior al evento, tiene que donar. Es parte de
las reglas. Estaba escrito en negrita, así que…
—Ten.
—Le di todos los billetes que quedaban en mi cartera.
Ella
desapareció.
El
amigo de Jaejoong lo besó en la frente y se apartó, dándome la oportunidad
perfecta para acercarme, pero él fue rodeado por un grupo de otros bailarines.
Al
parecer, amigos.
Esperé
a que terminara su conversación, hasta que él les dijo que se les uniría más
tarde, y luego me puse en marcha.
Cuando
se dio la vuelta, puse la mano sobre su hombro sintiendo que una sacudida
pasaba por mis venas.
—Buenas
noches, Jaejoong.
Se
le cayó el vaso al suelo y se dio la vuelta lentamente.
—¿Yunho?
—Dio un paso atrás—. ¿Qué haces aquí?
—¿Importa?
No
contestó.
Ninguno
de los dos dijimos nada más, y la familiar tensión que siempre existió entre
nosotros empezó a solidificarse con cada segundo que pasaba.
Parecía
aún más hermoso de cerca, y tuve la tentación de empujarlo contra la pared y
reconectar, pero me contuve.
—¿Puedo
hablar contigo? —le pregunté.
Me
miró de arriba abajo.
—Jaejoong.
—Lo miré a los ojos—. ¿Puedo hablar contigo?
—No.
—¿Perdón?
—Levanté la ceja.
—Dije
que no. —Se cruzó de brazos—. No, no es posible que hables
conmigo, y puedes volver al infierno del que viniste.
Él
se alejó y se dirigió a la pista de baile.
Suspiré
y lo seguí, sujetándole la mano y girándolo.
—Sólo
tomará cinco minutos.
—Eso
son cinco minutos más de lo que estoy dispuesto a darte.
—Es
importante.
—¿Te
estás muriendo? —Su rostro se volvió rojo—. ¿Es cuestión de vida o
muerte?
—¿De
verdad tiene que serlo? —Mi mano acarició su mejilla, silenciándolo
temporalmente—. Te ves jodidamente hermoso esta noche.
—Gracias.
Mi novio también lo cree.
—¿Tu
novio?
—Sí.
Ya sabes, ¿esa persona que no te trata como una mierda simplemente porque le
gustas y él te gusta? Interesante concepto, ¿verdad?
No
tuve la oportunidad de responder a eso.
La
orquesta tocó un repentino acorde muy fuerte que reverberó a través de la sala,
y una voz llegó desde los altavoces.
—Damas
y caballeros —dijo—. La Orquesta Benjamin Wright ahora hará una interpretación
de una de las piezas más veneradas de Tchaikovsky. El tempo de esta canción
tiene un ritmo parecido a lo que algunos de ustedes conocen como vals. Por
favor, únanse a nosotros en la pista de baile para este homenaje clásico.
Agarré
su mano y la entrelacé con la mía, asegurando mi mano libre alrededor de su
cintura.
—¿Qué
haces? —siseó e intentó apartarse—. No voy a bailar contigo.
Apreté
mi agarre a su alrededor.
—Sí
vas a hacerlo.
—Por
favor, no me hagas gritar, Yunho.
—¿Qué
te hace pensar que no me encantaría oír eso?
Él
intentó alejarse de mí, pero lo sostuve inmóvil.
—Cinco
minutos.
—Tres
—respondió.
—Está
bien. —Aflojé mi agarre y lo guie con la música. — ¿Es esto lo que has estado
haciendo durante los últimos meses?
—¿Viviendo
mi sueño libre de cierto gilipollas?
—Espero
más de ti si vas a salir con otra persona.
—No
me importa una mierda lo que esperes —siseó—. Él es todo lo que tú nunca serás.
—¿Por
qué te besa en público?
—Es
más que eso. Pero está en la lista interminable de cosas que tiene por encima
de ti.
—¿Te
hace correrte?
—No
me hace llorar.
Silencio.
Lo
sentí apartándose de mí, pero lo sostuve.
—¿Te
lo estás follando?
—¿Por
qué te importa?
—No
lo hace. Solo quiero saber.
—¿No
hemos tenido una conversación en meses y crees que tienes derecho a saber con
quién me estoy acostando?
—Yo
no usaría necesariamente el término derecho.
—No.
—Presionó su pecho contra el mío—. No, no me lo estoy follando, pero ¿sabes
qué? Lo haré pronto.
—No
tienes razón para hacerlo si estoy yo aquí.
Estalló
en carcajadas y retrocedió un paso.
—¿Crees
que dormiría contigo? ¿En serio?
—Jaejoong.
—¿De
verdad crees que soy tan estúpido? —Me cortó—. No quiero tener nada que ver
contigo, Yunho. No eres nada excepto una musa para un orgasmo, una buena vista
para masturbarse, y puede que te eche de menos, pero…
—¿Me
echas de menos?
—Echo
de menos la idea de ti, de lo que podrías haber sido.
—¿No
podemos ser amigos?
—No
podemos ser nada. —Sus labios se encontraban cerca de los míos.
—¿Por
qué encuentro eso difícil de creer?
—No
deberías. —Me lanzó una mirada feroz—. Porque para que te prestara atención
fuera de este baile, tendría que aceptarte de nuevo.
—Entonces
acéptame de nuevo.
—¡Por
favor! —se burló, pareciendo más enojado de lo que lo había visto nunca
antes—. Tendrías que suplicarme para que te aceptara de nuevo, Yunho.
Jodidamente suplicarme.
—Oye,
Jae —nos interrumpió su novio —. ¿Va todo bien?
—Sí.
—Se alejó de mí y le besó en la mejilla—. Todo va mejor que bien.
—¿Quién
es tu amigo?
—Nadie
—dijo—. Solo algún tipo que hizo una donación.
—Gracias
por su donación. —Él estrechó mi mano como una mujer y se volvió hacia Jaejoong—.
¿Estás listo para ir a casa?
—Más
que listo. —Él tomó su mano y se alejó de mí sin mirar atrás.
***
Me
encontraba de pie en el balcón de mi habitación de hotel, completamente confuso
respecto a lo que había sucedido hacía unas horas. Esperaba que Jaejoong se
marchara conmigo, volviera a mi hotel, así podríamos follar y ponernos al día.
Incapaz
de dejar de pensar en ello, le envié un email:
Asunto:
Tu Dirección.
Tenemos
que terminar nuestra conversación. Dime dónde vives así puedo ir y hablar.
—Yunho.
Asunto:
Re: Tu Dirección.
Dudo
seriamente que solo quieras hablar. Solo quieres follar. No obstante, estoy
bastante seguro de que Changmin no apreciaría que vengas esta noche.
—Jaejoong.
Asunto:
Re: Re: Tu Dirección.
Es
más que bienvenido a observar. En realidad podría aprender algo.
—Yunho.
Ninguna
respuesta.
Él
no respondió durante mucho rato, y cuando finalmente lo hizo, todo lo me envió
fue un mensaje de texto:
“Déjame
en paz, Yunho. Por favor”.
No
podía. Le envié un email otra vez.
Asunto:
Padrino.
Compré
tickets de temporada nivel oro. Uno de los beneficios es conseguir un tour del
miembro del elenco de mi elección. Definitivamente serás tú.
—Yunho.
Asunto:
Re: Padrino.
Gracias
por esa información inútil. Si me eliges, no estaremos solos, y me aseguraré de
que nuestro tour termine a la hora exacta asignada. Ahora, por favor, déjame en
paz. Estoy saliendo con alguien que admira mi cerebro más que mi culo.
Tú
tuviste tu oportunidad, la jodiste, y no estoy seguro de por qué te encuentras
en Seúl ahora mismo, pero realmente no me importa. En serio no quiero saber de ti…
Por favor, vete.
—Jaejoong
Suspiré
y revisé mis contactos. Sabía que él simplemente estaba siendo difícil y no iba
a dejarlo tener la última palabra. Presioné el botón de llamada sobre un viejo
número y lo sostuve contra mi oreja.
—¿Quién
es? —dijo la vieja voz por la línea.
—Necesito
una dirección.
—¿Quién
es?
—Necesito
una dirección. Ahora.
—¿Gook
Dae? —Había una sonrisa en su voz—. ¿Eres tú?
—Es
Yunho. —Rodé los ojos—. ¿Vas a ayudarme o no?
—Bueno,
viendo que lo pides tan amablemente—Hubo un familiar zumbido en el fondo—. Ya
sabes, no he tenido noticias de ti desde la última vez que te vi —Se detuvo y
se aclaró la garganta—. ¿Cuál es el nombre?
—Jaejoong
Kim.
—¿Sabes
qué municipio?
—No
—dije—. Pero la dirección no puede tener más que unos pocos meses. Él acaba de
mudarse aquí.
Se
quedó en silencio durante un rato, tecleando y tocando botones.
—Encontrado
—dijo—. 7654, Quinta Avenida.
A
cinco bloques de distancia…
Pensé
si debía esperar hasta la mañana o pasarme, pero ya me estaba poniendo el
abrigo.
—Fue
bueno tener noticias de ti otra vez, Gook Dae —La voz del viejo hombre me trajo
de regreso al presente—. Bueno saber que estás bien y superando lo que pasó.
—Nunca
lo superaré. —Colgué y me dirigí al exterior, haciéndole gestos al conductor
para que abriera la puerta del coche.
—¿A
dónde, señor Jung? —preguntó.
—7654
de la Quinta Avenida.
—Ahora
mismo.
Llevó
menos de veinte minutos llegar allí, y cuando llegué me quedé mirando fijamente
la piedra rojiza durante un rato. Parecía algo que yo habría comprado hace años
cuando vivía aquí, algo lejos del presupuesto de un bailarín, así que supuse
que sus padres le estaban pagando la renta.
Saliendo
del auto, me ajusté el abrigo y caminé hasta su puerta llamando cinco veces.
—¡Ya
voy! —gritó él.
La
puerta se abrió, pero él no se encontraba detrás. Era su novio.
—Uhm—Parecía
confundido—. ¿Te dejaste la pizza en el auto o algo?
—No
soy un jodido repartidor de pizza. ¿Dónde está Jaejoong?
—Depende.
¿No acabamos de verte en la gala? —Cruzó los brazos mientras Jaejoong se
acercaba a la puerta—. ¿Quién eres?
—Él
no es nadie, de nuevo —dijo él, poniéndose de puntillas para darle un
beso en los labios.
Él
me miró con las cejas alzadas al tiempo que le devolvía el beso.
—Mi
polla ha estado dentro de cada centímetro de su boca. —Apreté los dientes.
Jaejoong
jadeó, sus mejillas volviéndose de un rojo brillante.
—Lo
siento tanto, Changmin ¿Puedes darnos un momento, por favor?
Él
miró entre ambos, enojo crepitando en su rostro, pero se alejó.
—¿Qué
demonios quieres, Yunho? —dijo enfurecido—. ¿Qué quieres?
—Hablar.
—¿Hablar
de qué?
—De
ti y de mí, sobre ser amigos de nuevo.
—Eso
nunca jodidamente sucederá. ¿Eso es todo?
—Jaejoong.
—¿Qué
te trae por Seúl, eh? ¿Necesitabas volver y follar a algunos hombres familiares
de Date-Match? ¿Se quedó de algún modo Daegu sin culos?
—En
realidad se empieza a sentir de esa manera.
Él
empezó a cerrar la puerta, pero la sostuve inmóvil con mi mano.
—Te
echo de menos, Jaejoong —Lo miré directamente a los ojos—. De verdad, y yo lo siento
por echarte a patadas esa noche.
—Deberías.
—Su voz era un susurro—. Y si de verdad me extrañas, me dejarás en paz.
—¿Por
qué haría eso?
—Porque
eres bipolar. Porque al segundo en que haga demasiadas preguntas, o sugiera
algo fuera de tu zona de confort, me tratarás como basura otra vez y prefiero
cortar por lo sano ahora. —Se limpió una lágrima de sus ojos—. Yo era tu único amigo,
tu único jodido amigo, y me trataste peor que a cualquiera de los hombres a los
que conocías online. En todo caso, yo siento haberte permitido hacer eso
alguna vez. Por favor, márchate.
—Jaejoong,
escucha.
—¿Hay
súper pegamento en mi suelo? —Me empujó haciéndome bajar un escalón—. ¿Es por
eso que todavía estás ahí de pie?
—Por
favor, solo…
—Miente
acerca de una cosa, miente acerca de todo, ¿verdad? —Me empujó otra vez—. Tú
todavía eres el mayor mentiroso de los dos. Mentir por omisión todavía es
mentir.
—¿Puedes
por favor calmarte y dejarme hablar sobre esto contigo en el interior?
—Pensé
que odiabas las preguntas retóricas. —Cerró la puerta de un golpe en mi cara.
Yunho se ha encontrado con Jae y no ha sido como el queria.
ResponderEliminarAhora le toca a el suplicar a Jae,ahora que tiene a Changmin a su lado Yunho se da cuenta de que lo necesita
Demasiado tarde se dio cuenta Yunho de que estraña a Jaejoong ya que el no quiere saber ya nada de Yunho ahora para poder reconquistarlo el tiene que luchar por su amor ya que Jae ahora esta con Changmin gracias por este capitulo cada dia se pone mas interesante
ResponderEliminarPobre Yunho si que le tocará suplicar por el regreso de Jae en su vida pero el se lo ganó con creses por ser tan malo con Jae aun que Min no lo aga feliz si se sigue aferrando a el para olvidar a Yunho pues aun que sea un desgraciado Yunho no hay punto de comparación con nadie así que espero que lo aga sufrir un poco y regrese a su lado para que sean felices los dos
ResponderEliminarGracias
Será muy difícil para Yunho el que Jae quiera por lo menos oírlo. Yunho tendrá que ser muy sincero y decirle toda la verdad a Jae para que esté comprenda el porque es así y porque desconfía del amor.
ResponderEliminarGracias!!!