Remedio (s.):
Los medios para alcanzar la justicia en
cualquier asunto en el que están implicados los derechos legales.
Jaejoong
El pájaro de fuego.
Joyas.
El Lago de los Cisnes.
Escribí
los roles para los que quería hacer audición en mi agenda, sonriendo mientras
pasaba mis manos a través de mi carta de admisión por enésima vez. Tenía diez
copias de ella, dos de ellas estaban enmarcadas, siete eran para tener
inspiración cuando me sintiera deprimido y una fue para mis padres.
(Simplemente no tuve ni el tiempo ni la energía para redactar una carta de “jodidamente
te lo dije” para enviarla con ella).
Miré
el reloj en mi pared y revisé mi teléfono, tratando de suprimir las mariposas
que volaban por mi estómago.
El
chico con el que salía ahora, Changmin, un compañero de baile en la compañía,
se suponía que me llamaría por algo importante de lo que quería hablar.
Desde
que lo conocí, había hecho su mejor intento por enamorarme, llevándome a citas
entre ensayos, uniéndose a mí cuando bailaba en azoteas y en frías bancas de
parques. Era amable, dulce, gracioso y el perfecto ejemplo de lo que
significaba ser caballeroso.
Era
como el chico lindo en las películas del Viejo Hollywood, del tipo que
sostienen tu mano sin ninguna razón aparente, del tipo que te acompaña hasta tu
puerta y espera a que estés totalmente dentro antes de irse. Era del tipo que
te besa suave y tiernamente, susurrando que le gustan tus labios, pero sin
llevar las cosas más lejos.
En
otras palabras, no era nada parecido a Yunho.
Nada
parecido.
Aunque
sus besos nunca me dejaban jadeando y húmedo, y sus caricias nunca ponían mis
nervios en llamas, nunca me hizo sentir como una mierda.
Mi
teléfono vibró y miré la pantalla. Changmin.
—¿Recibiste
las rosas que te envié hoy?
Sonreí,
mirando hacia los brotes rojos y blancos sobre mi chimenea.
—Sí.
—Envié un mensaje de vuelta—. Muchas gracias. Las amo.
—También
coloqué algo más en el jarrón para ti deberías usarlo para relajarte esta
noche. Voy a llamarte cuando salga del ensayo.
—Lo
espero con ansias —Añadí una carita feliz al final de mi mensaje y caminé hacia
el jarrón, levantando las flores por el tallo. Había un gran paquete de perlas
para el baño y pétalos de rosas con una nota escrita a mano atravesando el
frente.
La
próxima vez que tomes un baño… piensa en mí…
—Changmin.
Mi
corazón revoloteó y no pude evitar el querer seguir inmediatamente su idea. Me
quité la ropa y me dirigí al baño, lanzando las perlas debajo del torrente de
agua.
Subí
el volumen del timbre de mi teléfono al máximo y antes de dejarlo, noté un
nuevo correo electrónico. Yunho.
Mi
corazón casi se salió de mi pecho. Como siempre lo hacía cuando uno de sus
esporádicos correos o llamadas adornaban mi pantalla.
Todo
en mí me decía que no debía abrirlo, que continuara ignorándolo y lo dejara
sentir lo solo y poco apreciado que me sentí hace meses, pero no pude evitarlo.
Asunto:
U-know & Hero.
Alguna
vez dijiste que extrañabas cuando éramos U-know y Hero porque supuestamente te
trataba mejor. No creo que te haya tratado diferente. Solo tenía muchas ganas
de follarte. Pero cuando nos conocimos en persona, desafortunadamente quise
follarte mucho más.
Personalmente
nos prefiero como “Yunho y Jaejoong” porque en una noche como esta, cuando
preferiría follarte contra mi balcón hasta que te vinieras, por lo menos puedo
visualizar cómo se siente tu culo y ya no tener que imaginármelo.
Contesta
el teléfono…
—Yunho.
Sacudí
la cabeza y dejé el teléfono, borrando mentalmente ese mensaje y entrando a la
bañera.
Me
recosté y dejé que el agua llegara hasta mi pecho, exhalando cuando calentó mi
piel.
Se
hacía cada vez más fácil evitar pensar en Yunho ahora que hablaba con Changmin,
pero era difícil tratar de forzarme a olvidar. Aun pensaba en él entrada la
noche cuando me encontraba en mi cama, muchas veces deseando que estuviera
dentro de mí.
Sin
embargo, no iba a volver a él y sus estúpidas costumbres y nunca le permitiría
volver conmigo.
Nunca.
Me
lavé hasta quedar limpio con una esponja suave, haciendo mi mejor esfuerzo para
ignorar el pulso intenso entre mis piernas que siempre venía cuando pensaba en Yunho.
Llené una vasija con agua y la vertí sobre mi cabeza, incapaz de dejar de
pensar en Yunho lavando mi cabello en la bañera, diciéndome que me colocase
debajo del torrente de agua y me agarrase a la pared mientras me sujeta de la
cintura y me follaba por detrás.
Mis
dedos hicieron su camino hacia mi miembro mientras lo recordaba inclinándose
sobre mí encima del tocador de su baño, diciendo—: Necesito que jodidamente lo tomes
todo ello —Mientras palmeaba mi pecho y hacia su camino hacia abajo besando mi
columna.
Froté
mi miembro, cerrando los ojos mientras visualizaba sus labios sobre los míos,
gimiendo mientras se hinchaba con cada caricia.
—Ahhhh—Sentí
que mis pezones se endurecían mientras el agua se enfriaba y estaba cerca, tan
cerca de venirme, pero mi teléfono sonó.
¿Yunho?
Inmediatamente
me levanté y me envolví en una bata, corriendo a responder, diciéndome que podía
tomar su llamada “solo esta vez”.
—¿Hola?
—Sostuve el teléfono contra mi oído sin mirar la pantalla.
—¿Jaejoong?
—Era Changmin.
—Hola—Suspiré,
tratando de enmascaras mi descontento. —¿Cómo estás?
—¿Es
un mal momento? Suenas un poco molesto.
—No
estoy molesto. Solo estaba saliendo de la bañera.
—Oh,
muy bien —dijo—. ¿Usaste el kit de relajación que te compré?
—Lo
hice.
—¿También
pensaste en mí?
—Si—mentí,
sintiéndome un poco culpable. ¿Cómo estuvo el ensayo?
Caminé
hasta mi vestidor y me puse una camiseta, escuchándolo relatar las muchas
maneras en las que en señor Ashcroft era el diablo personificado.
—Es
peor que el señor Petrova.
—¿Peor
que Paul Petrova? —Se rio—. No te creo. He visto el documental de ese hombre,
lo he visto hacer llorar a un hombre adulto.
—Bueno,
tal vez hace algunos años. No me entiendas mal, aun es grosero y autoritario,
pero tiene una capa de dulzura de la cual carece el señor Ashcroft.
—Voy
a tomar tu palabra respecto a ello—Se aclaró la garganta—. ¿Cómo de cansado
estás en este momento?
—No
tan cansado, asombrosamente.
—Bien
quise hablar contigo esta noche porque necesitaba saber si quisieras intentar
algo nuevo en nuestra relación.
—Claro.
—Me subí a la cama—. ¿Qué es?
—Sexo
telefónico—Su voz se volvió grave. —¿Alguna vez has hecho eso antes?
Contuve
la risa y rápidamente me quité la camiseta, arrojándola al suelo.
—Sí.
—¿Quisieras
hacerlo conmigo? ¿Como en este momento?
—Sí.
—Agarré mi vibrador de una caja y me metí debajo de las sábanas, contento de
que ya no tuviera que pensar en Yunho para tener un orgasmo—. Sí, me gustaría
mucho.
—Bien
—dijo— Bueno.
Silencio.
—Bueno,
¿Qué? ¿Changmin, estas ahí?
—Lo
siento, me estaba quitando los pantalones cortos. —Titubeó—. Así que, ¿qué
llevas puesto?
—Nada
estoy desnudo.
—¿Estas
desnudo, Jaejoong? —Sonaba como si no me creyera— ¿Estás seguro de que has
tenido sexo telefónico antes? Esta es la parte en la que se supone que me dices
que tienes puesto. Trabaja conmigo, por favor.
—Está
bien estoy usando un tanga negro y…
—No,
negro no. No me gusta el negro. Intenta con azul, azul marino.
—Está
bien, es un tanga azul marino.
—Sí,
eso me gusta más. Ahora, quítate el tanga con una mano.
Me
quedé ahí sin hacer nada, sin estar seguro de si debía encender mi vibrador o
no.
—Ahora,
imagíname—gruñó—, imagíname empalándote con mi polla, tan profundo en tu
interior, tan profundo…
Suspiré.
—¿Puedes
visualizarlo? —Su voz se volvió ronca— Necesito que lo visualices y tócate.
—¿Qué?
—Tu
miembro. Tócalo.
Me
levanté y me puse unos pantalones de pijama.
—¿Estás
tocándolo, nene?
—Ohhh
sí —Tiré un suéter sobre mi cabeza. —Estás rompiendo.
—Voy
a acariciarte abajo muy bien con mi lengua, nene. Luego voy a embestirte con mi
polla una y otra vez, sin detenerme ni siquiera si dices que no. No puedes decir que no.
Agarré
una hoja de papel y la arrugué junto al teléfono.
—Ya
no puedo escucharte, Changmin la recepción en mi cuarto está fallando —Colgué
en medio de sus jadeos y me desplacé a través de mis correos antiguos, dándome
por vencido y leyendo los viejos mensajes de Yunho, el único hombre que me ha
hecho venirme con palabras.
Sin
importar si lo odiaba o no, necesitaba venirme y sabía que esta era la única manera.
Jajaja que malo dejo sólo al pobre de Min pero el no puede entrar en su imaginación mucho menos en su cer así que ni modo Min el corazón de Jae es y será siempre de Yunho y no hay nada que puedas hacer ahí asi que a buscar otro pues dudo mucho que Jae alguna vez deje que tu entera en su cama ya que ni lo puedes hacer en su imaginacion
ResponderEliminarGracias
Que pena pobrecito de Min Jae lo dejo con los crespo hecho ya que con el no se exita solamente con Yunho pero esta bien que haga sufrir a Yunho y no a Changmin ya que el no tiene la culpa de lo que el le ha hecho gracias por este capitulo esperare el siguiente
ResponderEliminarPobre Changmin lo dejo con las ganas,Jae por mas que intente olvidar a Yunho no puede
ResponderEliminarOjalá Changmin no sufra cuando se de cuenta que Jae no lo quiere, que este solo quiere y necesita a Yunho.
ResponderEliminarGracias!!!