Omisión (s.):
Dejar fuera inadvertidamente una palabra,
frase u redacción de un contrato, escritura, juicio u otro documento.
Jaejoong
Asunto:
Changmin-puerta.
No
estoy seguro de cuántas veces más voy a tener que pedir disculpas por hacer que
tu "novio" te deje, pero de hecho estoy arrepentido. Por otra parte,
tal vez debería haber esperado hasta después de que te lo follaras, así podrías
estar más agradecido.
—Yunho
—¡Ugh!
—Arrojé mi teléfono a través del cuarto, casi tirando el hermoso jarrón de
lirios que me envió ayer.
Desde
el asunto "Changmin-puerta" de la semana pasada, tuve que enfrentarlo
todos los días de alguna manera. Por las mañanas, él personalmente me traía mi
café favorito, me acompañaba hasta el bloque donde se encontraba mi parada de
metro, y se disculpaba profusamente. A su manera, por supuesto.
Sin
embargo, nunca le respondí. Solo sorbía de mi taza y escuchaba.
Tomando
asiento en mi sofá, agarré una envoltura de hielo y la puse sobre mis hombros.
Estaba contando los días para la noche de apertura, preguntándome cuánto más
dolor podía soportar mi cuerpo.
Mis
pies lucían irreconocibles con los cortes y ampollas sin sanar. Me dolían los
músculos de los brazos sin descanso, y cuando le dije al señor Ashcroft que
necesitaba unos minutos extra para estirar mi pierna derecha ayer, dijo:
“Entonces necesito sustituirte por un bailarín que no lo necesite.”
Me
estremecí ante el recuerdo y escuché un golpe en mi puerta.
—¡Voy!
—Caminé hasta allí y la abrí, tentado de cerrarla de golpe una vez que vi a Yunho.
—¿Sí? —pregunté.
—La
práctica comienza en una hora. Llegarás tarde.
—No
debo estar hasta la sesión de la tarde. Gracias por el recordatorio.
—¿Puedo
entrar hasta entonces?
—No.
—¿Por
qué no?
—¿Realmente
necesito una razón?
—Solo
quiero hablar contigo por unos minutos, Jaejoong.
—Podemos
hacer eso por teléfono.
—Bloqueaste
mi maldito número. —Entrecerró sus ojos hacia mí—. Ya he intentado eso hoy. Dos
veces.
—¿Lo
has intentado con un email?
—Jaejoong,
por favor—Realmente lucía sincero.
—De
acuerdo. —Mantuve la puerta abierta—. Pero debes irte en cinco minutos, así
puedo echarme una siesta.
Él
entró y miró alrededor, pasando sus manos sobre las obras de arte que había en
los pasillos.
Luciendo
un poco impresionado, se frotó la barbilla.
—¿Tus
padres están pagando por esto?
—No,
no he hablado con ellos desde que me fui —admití—. Una bailarina retirada de la
compañía alquila todos sus condominios a los nuevos cohortes.
—¿Es
caro?
—En
absoluto. —Me senté en el sofá—. Es la única manera en que puedo costear vivir
en esta parte de la ciudad. De lo contrario, estaría durmiendo en una caja de
cartón.
Me
miró fijamente durante un rato, sin decir una palabra.
—¿Qué
pasa? —pregunté.
—Nada.
Simplemente ha pasado un tiempo desde que dijiste una oración completa que no
estuviera llena de malicia.
—No
te acostumbres a eso. —Hice una mueca y coloqué otra envoltura de hielo en mi
hombro—. Sólo estoy tratando de hacer tus cinco minutos conmigo memorables.
—Lo
serán.
Silencio.
Se
acercó y se sentó a mi lado en el sofá.
—Obtuviste
una A en tu asignación final en GBJ.
—¿Me
la diste por compasión?
—Te
la di porque tu trabajo era el mejor. —Me miró a los ojos—. Aunque, sería mejor
sin la nota de “Para su información: El señor Jung solía follarme en su
oficina” que había al final.
Contuve
una risa.
—Heechul
te extraña, por cierto.
—¿En
serio?
—Él
dice que yo era mucho más deseable cuando tú estabas alrededor —dijo—. Y al
parecer solía escucharnos tener sexo.
—¿Qué?
—Ya
ni siquiera tiene sentido intentar despedirlo creo que me cae bien.
—¿Todos
los pasantes aún te odian?
—No.
—Sonrió—. Por alguna extraña razón, les comencé a gustar poco después de que te
fuiste.
—¿Estas
insinuando que tu comportamiento imbécil era culpa mía?
—No.
—Él me atrajo a su regazo y quitó la envoltura de hielo—. Estoy insinuando que
ya no pretendo que me importan los pasantes cuando mi favorito está perdido.
Me
sonrojé y él comenzó a masajear mis hombros lentamente, frotando sus manos
contra mi piel.
Cerré
los ojos y exhalé, inclinando ligeramente la cabeza hacia atrás en vez de
decirle que se detuviera.
—¿Planeas
alguna vez aceptar mis disculpas? —preguntó, presionando un beso contra mi
cuello.
—No.
—¿Hay
alguna manera en que pueda obligarte? —Sus dedos frotaron suavemente mi
clavícula, aliviando el dolor.
—Podrías
decirme la verdadera razón por la que estás en Seúl. Sé que no has venido hasta
aquí sólo para verme.
Él
besó mi hombro.
—Tú
no sabes eso.
—Lo
digo en serio, Yunho.
—Como
también yo. —Él presionó sus palmas contra mi espalda, dejándome temporalmente
sin habla—. Eres en gran parte la razón por la que sigo aquí, en realidad.
—¿Y
la otra parte?
Él
inclinó mi cabeza hacia atrás para que le mirara directamente a los ojos.
—La
otra parte en realidad no importa. —Lucía como si quisiera besarme, pero se
contuvo.
En
cambio, deslizó sus manos por debajo de mis piernas y me giro de forma que
quedé acostado en su regazo.
—De
nuevo, ¿a qué hora es tu ensayo?
—Cuatro
—Apenas logré decirlo. Sus toques se sentían demasiado bien.
—¿Puedo
llevarte? —Suavemente amasó la parte posterior de mis hombros—. Puedo hacerte
esto por más tiempo si no tomas el metro.
Asentí
y cerré los ojos, cayendo dormido a merced de sus manos
***
Horas
después, Yunho se estacionó.
Desabroché
mi cinturón de seguridad y lo miré.
—¿Vas
a estar afuera de la sala de ballet cuando terminé hoy?
—Probablemente.
—¿Con
chocolate caliente?
—¿Preferirías
algo diferente?
Sonreí.
—No.
Se
inclinó y colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja.
—Pensé
que hacía lo correcto a echarte esa noche, al alejarte definitivamente fue un
error.
—No
voy a regresar contigo simplemente porque digas eso.
—No
te pedí que lo hicieras. —Arrastró su dedo contra mis labios—. Sin embargo, me
gustaría que consideres perdonarme.
—Pensaré
en eso. Solo porque tú…
Sus
labios descansaron sobre los míos, besándome, rogándome, diciendo todas las
cosas que no podía decir con palabras. Y esta vez lo escuché, extrañando todo
lo que alguna vez tuvimos antes de que él me alejara.
Sin
dejarme ir, pasó sus dedos a través de mi cabello y acarició mi cuello.
—Ve
y piensa sobre eso —susurró, alejándose lentamente de mí.
—Um—Luché
por recobrar mi aliento cuando él salió para abrir mi puerta.
—Te
veré esta noche. —Besó mis labios antes de dejarme parado en el medio de la
calle, completamente sin aliento de nuevo.
Mierda…
Me
dirigí hacia la sala de baile, confiado en que bailaría como si estuviera en el
aire hoy. Abrí las puertas y sentí a alguien agarrando mi hombro por detrás.
—¿Jaejoong?
—preguntó la voz—. Jaejoong, ¿eres tú?
Me
di la vuelta, sorprendido.
—¿Mamá?
¿Qué estás haciendo aquí?
—Yo
quería verte.
Noté
el broche en su traje “Vota Inteligente. Vota Kim” y supe que eso no era
cierto. Se hallaba en la ciudad por algo que tenía que ver con la campaña de mi
padre; yo era sólo una parada.
—Bueno,
ahora que me has visto —Me di la vuelta y me deslicé dentro del edificio.
—Espera,
Jaejoong. —Me siguió—. ¿De verdad crees que mudarte al otro lado del país era
la mejor manera de obtener la atención de tu padre y la mía?
—No
lo hice para llamar su atención.
—Bueno,
ciertamente la tienes.
—Y
mira, sólo tomó veintidós años.
Ella
suspiró.
—Hemos
decidido hablar con el jefe de departamento acerca de que se te permita
continuar donde lo dejaste durante el semestre de verano. Podemos hacer eso, ya
que estás tan molesto por ser parte de la campaña.
—No
estoy molesto. Sinceramente, no me importa.
—Por
supuesto que sí. —Sonaba ofendida—. Pero si te hace sentir mejor, colocamos una
foto tuya en uno de tus ballets en nuestro folleto de la campaña.
—¿Hiciste
eso para que pareciera que en realidad se preocupan por las artes de la
universidad?
—No,
nosotros donamos cincuenta mil dólares para el programa de baile para que
realmente parezca que nos preocupamos por las artes de la universidad. La
imagen del folleto era personal, aunque hubiera sido aún mejor si
hubieras escrito ese ensayo que te suplicamos que escribieras. Podríamos haber
puesto eso al lado de la imagen.
Sentí
una punzada en el pecho.
—¿Cuando
sale tu vuelo, madre?
—¿Disculpa?
—¿Cuándo
sale tu vuelo? —repetí, mi voz quebrándose—. Estoy bastante seguro de que es en
tres horas o menos, así no tendrás que pasar un día entero aquí, entonces
podrás volver y decirle a papá que intentaste convencerme de volver a casa
después de haber cumplido tu trabajo de campaña. Estoy seguro de que eso es
todavía todo lo que te importa.
Se
quedó en silencio.
—Me
fui porque voy a vivir aquí durante al menos tres años, lo cual es la duración
de mi contrato con la compañía, donde voy a estar persiguiendo mi sueño real. Y
debo decir, es sólo un extra no estar en cualquier lugar cerca de ustedes.
Ella
jadeó.
—Ten
un buen vuelo. Dile a papá que dije hola.
—¿Solo
vas a dejarme parada aquí?
—Tú
me lo has hecho toda mi vida. —Dejé el edificio. Estaba demasiado molesto y
herido como para concentrarme.
Le
envié un mail a Ashcroft, dejándole saber que me tomaría el día por enfermedad,
y me dirigí a la calle.
—¡Jaejoong!
—gritó mi madre desde atrás, pero seguí caminando—. ¡Jaejoong, espera!
Finalmente
me alcanzó y agarró mi brazo.
—Puedo
perder mi vuelo.
—¿Y
por qué querrías hacer eso?
—Para
poder pasar tiempo con mi hijo antes de que olvide que existo.
Contuve
las lágrimas.
—Puedo
quedarme aquí durante unos pocos días y podemos ponernos al día en medio de tu
programa de baile —dijo—. Haré que tu papá también venga. ¿Eso está bien
contigo?
—Eso
estaría perfectamente bien —Asentí, pero luego me di cuenta—. Sin embargo, nada
de la campaña.
—Hecho.
—Sin
hablar tampoco acerca de mi regresando a la escuela de leyes.
—También
puedo vivir con eso. —Asintió.
—Y
sin hablar mierda sobre el ballet.
Vaciló,
pero asintió de nuevo.
—Está
bien, está bien. —Me abrazó—. ¿Nos puedes llamar un taxi para que pueda
reservar una habitación en el Four Seasons?
—¿Por
qué? Puedes quedarte en mi casa.
—Oh,
por favor. —Deslizó un par de gafas de sol sobre sus ojos—. Investigué cuánto
ganan los bailarines profesionales. Sé qué tipo de apartamento puedes costear
en esta ciudad, e hijo o no, me niego.
No
quería reír, pero no pude evitarlo. Sabía que arreglarnos sería un proceso
largo, pero me encontraba dispuesto a darle una oportunidad.
Se
acercó a un quiosco de revistas y yo estiré mi mano para llamar a un taxi.
—Oh,
The Korea Times siempre escoge los mejores casos para cubrirlos. —Ojeó a
través del periódico—. Hay un tremendo juicio esta semana.
—¿Criminal
o corporativo? —pregunté cuando un taxi pasó de largo.
—Ambos
—dijo—. De hecho conozco a este tipo. Bueno, sé de él, de cualquier modo
un abogado absolutamente increíble.
—Nunca
vamos a conseguir un taxi a este ritmo. —Sacudí al cabeza al ser ignorado de
nuevo.
—Dudo
que alguna vez consiguiera el reconocimiento por ese caso del gobierno.
—¿De
qué estás hablando?
—Yeo
Gook Dae. —Sostuvo el periódico enfrente de mí, apuntando a un artículo sin
imagen—. ¿Recuerdas? Él está en la lista de tu papá y en la mía de los abogados
a los que nunca se les dará el crédito que merecen porque iban en contra del
gobierno. Este tipo era tu favorito, creo.
—Oh,
sí. —Me acordé—. Así que, ¿por qué está en el periódico ahora? ¿Lo arruinó
porque no recibió su fama merecida? ¿Está en problemas?
—No,
parece que acaba de testificar en un caso. El artículo afirma que ha estado
viviendo en el sur e incluso se asoció en alguna firma, pero eso no puede ser
verdad. Cualquier firma allí estaría presumiendo si lo tuvieran, y no he
escuchado nada.
—Estoy
seguro de que lo harían. —Finalmente llamé a un taxi—. Podemos irnos ahora.
—Sin
embargo, es muy extraño. —Se dio golpecitos en el labio—. En toda su carrera,
nunca he visto una foto de él —tal vez una o dos, pero eran imágenes guardadas
de su época universitaria. Estoy segura de que luce diferente ahora.
—Mamá
—dije, abriendo la puerta del auto—. El taxi cobra por cada minuto.
—Ahora
bien, el artículo afirma que ha estado viviendo en Daegu con un nombre falso
los últimos seis años. Pero, por supuesto, no revelan ese nombre.
Necesitan obtener mejores investigadores, ¿no te parece? ¿Cómo puede lograr un
abogado de ese status cambiar su nombre, cambiar de estado y todavía practicar
leyes? —Me entregó el periódico mientras entraba en el taxi—. Tendría que
borrar toda su identidad y empezar de nuevo. ¿Quién haría algo así?
Di
un grito ahogado y volteé el artículo cuando me senté en el asiento trasero. Lo
leí palabra por palabra, una y otra vez, y todo a mí alrededor se volvió
borroso. Prácticamente podía sentir mi boca abierta cuando recordé mi primera
entrevista en GBJ:
—Señor
Kim, ¿qué abogados le gustaría tomar como ejemplo en su propia carrera? —El
señor Bach me sonrió.
—Sí,
de hecho —dije—. Siempre he admirado la carrera de Yeo Gook Dae.
—¿Yeo
Gook Dae? —Yunho me miró con una ceja levantada—. ¿Quién es ese?
Supongo que ese es Yunho ahora crese mi curiosidad de el por que cambió su nombre y toda su identidad
ResponderEliminarGracias
OH!! JAE YA SOSPECHA Q ES EL PERO EL LO AMA ASI Q LO MEJOR SERA Q YUN LE DIGA LAS RAZONES DE TODO ESTE MISTERIO DE SU NOMBRE Y TODO EL DAÑO Q LE HICIERON AJALA ACABE PRONTO ESE DOLOR Y PUEDAN SER FELICES GRACIAS
ResponderEliminarYunho es mejor le diga la verdad a Jae si quiere en verdad tener algo con él, además que Jae ya sabe quién es.
ResponderEliminarGracias!!!
Yunho esta tratando muy duro de hacer que Jae lo perdone,ahora ya aparecio la mama de Jae no creo que de verdad quiera pasar tiempo con Jae seguro que trama algo.
ResponderEliminarJae ya empieza a sospechar de quien es Yunho en realidad