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Duda razonable: Capítulo 25


Omisión (s.):
Dejar fuera inadvertidamente una palabra, frase u redacción de un contrato, escritura, juicio u otro documento.

Jaejoong

Asunto: Changmin-puerta.
No estoy seguro de cuántas veces más voy a tener que pedir disculpas por hacer que tu "novio" te deje, pero de hecho estoy arrepentido. Por otra parte, tal vez debería haber esperado hasta después de que te lo follaras, así podrías estar más agradecido.
—Yunho

—¡Ugh! —Arrojé mi teléfono a través del cuarto, casi tirando el hermoso jarrón de lirios que me envió ayer.
Desde el asunto "Changmin-puerta" de la semana pasada, tuve que enfrentarlo todos los días de alguna manera. Por las mañanas, él personalmente me traía mi café favorito, me acompañaba hasta el bloque donde se encontraba mi parada de metro, y se disculpaba profusamente. A su manera, por supuesto.
Sin embargo, nunca le respondí. Solo sorbía de mi taza y escuchaba.
Tomando asiento en mi sofá, agarré una envoltura de hielo y la puse sobre mis hombros. Estaba contando los días para la noche de apertura, preguntándome cuánto más dolor podía soportar mi cuerpo.
Mis pies lucían irreconocibles con los cortes y ampollas sin sanar. Me dolían los músculos de los brazos sin descanso, y cuando le dije al señor Ashcroft que necesitaba unos minutos extra para estirar mi pierna derecha ayer, dijo: “Entonces necesito sustituirte por un bailarín que no lo necesite.”
Me estremecí ante el recuerdo y escuché un golpe en mi puerta.
—¡Voy! —Caminé hasta allí y la abrí, tentado de cerrarla de golpe una vez que vi a Yunho. —¿Sí? —pregunté.
—La práctica comienza en una hora. Llegarás tarde.
—No debo estar hasta la sesión de la tarde. Gracias por el recordatorio.
—¿Puedo entrar hasta entonces?
—No.
—¿Por qué no?
—¿Realmente necesito una razón?
—Solo quiero hablar contigo por unos minutos, Jaejoong.
—Podemos hacer eso por teléfono.
—Bloqueaste mi maldito número. —Entrecerró sus ojos hacia mí—. Ya he intentado eso hoy. Dos veces.
—¿Lo has intentado con un email?
—Jaejoong, por favor—Realmente lucía sincero.
—De acuerdo. —Mantuve la puerta abierta—. Pero debes irte en cinco minutos, así puedo echarme una siesta.
Él entró y miró alrededor, pasando sus manos sobre las obras de arte que había en los pasillos.
Luciendo un poco impresionado, se frotó la barbilla.
—¿Tus padres están pagando por esto?
—No, no he hablado con ellos desde que me fui —admití—. Una bailarina retirada de la compañía alquila todos sus condominios a los nuevos cohortes.
—¿Es caro?
—En absoluto. —Me senté en el sofá—. Es la única manera en que puedo costear vivir en esta parte de la ciudad. De lo contrario, estaría durmiendo en una caja de cartón.
Me miró fijamente durante un rato, sin decir una palabra.
—¿Qué pasa? —pregunté.
—Nada. Simplemente ha pasado un tiempo desde que dijiste una oración completa que no estuviera llena de malicia.
—No te acostumbres a eso. —Hice una mueca y coloqué otra envoltura de hielo en mi hombro—. Sólo estoy tratando de hacer tus cinco minutos conmigo memorables.  
—Lo serán.
Silencio.
Se acercó y se sentó a mi lado en el sofá.
—Obtuviste una A en tu asignación final en GBJ.
—¿Me la diste por compasión?
—Te la di porque tu trabajo era el mejor. —Me miró a los ojos—. Aunque, sería mejor sin la nota de “Para su información: El señor Jung solía follarme en su oficina” que había al final.
Contuve una risa.
—Heechul te extraña, por cierto.
—¿En serio?
—Él dice que yo era mucho más deseable cuando tú estabas alrededor —dijo—. Y al parecer solía escucharnos tener sexo.
—¿Qué?
—Ya ni siquiera tiene sentido intentar despedirlo creo que me cae bien.
—¿Todos los pasantes aún te odian?
—No. —Sonrió—. Por alguna extraña razón, les comencé a gustar poco después de que te fuiste.
—¿Estas insinuando que tu comportamiento imbécil era culpa mía?
—No. —Él me atrajo a su regazo y quitó la envoltura de hielo—. Estoy insinuando que ya no pretendo que me importan los pasantes cuando mi favorito está perdido.
Me sonrojé y él comenzó a masajear mis hombros lentamente, frotando sus manos contra mi piel.
Cerré los ojos y exhalé, inclinando ligeramente la cabeza hacia atrás en vez de decirle que se detuviera.
—¿Planeas alguna vez aceptar mis disculpas? —preguntó, presionando un beso contra mi cuello.
—No.
—¿Hay alguna manera en que pueda obligarte? —Sus dedos frotaron suavemente mi clavícula, aliviando el dolor.
—Podrías decirme la verdadera razón por la que estás en Seúl. Sé que no has venido hasta aquí sólo para verme.
Él besó mi hombro.
—Tú no sabes eso.
—Lo digo en serio, Yunho.
—Como también yo. —Él presionó sus palmas contra mi espalda, dejándome temporalmente sin habla—. Eres en gran parte la razón por la que sigo aquí, en realidad.
—¿Y la otra parte?
Él inclinó mi cabeza hacia atrás para que le mirara directamente a los ojos.
—La otra parte en realidad no importa. —Lucía como si quisiera besarme, pero se contuvo.
En cambio, deslizó sus manos por debajo de mis piernas y me giro de forma que quedé acostado en su regazo.
—De nuevo, ¿a qué hora es tu ensayo?
—Cuatro —Apenas logré decirlo. Sus toques se sentían demasiado bien.
—¿Puedo llevarte? —Suavemente amasó la parte posterior de mis hombros—. Puedo hacerte esto por más tiempo si no tomas el metro.
Asentí y cerré los ojos, cayendo dormido a merced de sus manos
***
Horas después, Yunho se estacionó.
Desabroché mi cinturón de seguridad y lo miré.
—¿Vas a estar afuera de la sala de ballet cuando terminé hoy?
—Probablemente.
—¿Con chocolate caliente?
—¿Preferirías algo diferente?
Sonreí.
—No.
Se inclinó y colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja.
—Pensé que hacía lo correcto a echarte esa noche, al alejarte definitivamente fue un error.
—No voy a regresar contigo simplemente porque digas eso.
—No te pedí que lo hicieras. —Arrastró su dedo contra mis labios—. Sin embargo, me gustaría que consideres perdonarme.
—Pensaré en eso. Solo porque tú…
Sus labios descansaron sobre los míos, besándome, rogándome, diciendo todas las cosas que no podía decir con palabras. Y esta vez lo escuché, extrañando todo lo que alguna vez tuvimos antes de que él me alejara.
Sin dejarme ir, pasó sus dedos a través de mi cabello y acarició mi cuello.  
—Ve y piensa sobre eso —susurró, alejándose lentamente de mí.
—Um—Luché por recobrar mi aliento cuando él salió para abrir mi puerta.
—Te veré esta noche. —Besó mis labios antes de dejarme parado en el medio de la calle, completamente sin aliento de nuevo.
Mierda…
Me dirigí hacia la sala de baile, confiado en que bailaría como si estuviera en el aire hoy. Abrí las puertas y sentí a alguien agarrando mi hombro por detrás.
—¿Jaejoong? —preguntó la voz—. Jaejoong, ¿eres tú?
Me di la vuelta, sorprendido.
—¿Mamá? ¿Qué estás haciendo aquí?
—Yo quería verte.
Noté el broche en su traje “Vota Inteligente. Vota Kim” y supe que eso no era cierto. Se hallaba en la ciudad por algo que tenía que ver con la campaña de mi padre; yo era sólo una parada.
—Bueno, ahora que me has visto —Me di la vuelta y me deslicé dentro del edificio.
—Espera, Jaejoong. —Me siguió—. ¿De verdad crees que mudarte al otro lado del país era la mejor manera de obtener la atención de tu padre y la mía?
—No lo hice para llamar su atención.
—Bueno, ciertamente la tienes.
—Y mira, sólo tomó veintidós años.
Ella suspiró.
—Hemos decidido hablar con el jefe de departamento acerca de que se te permita continuar donde lo dejaste durante el semestre de verano. Podemos hacer eso, ya que estás tan molesto por ser parte de la campaña.
—No estoy molesto. Sinceramente, no me importa.
—Por supuesto que sí. —Sonaba ofendida—. Pero si te hace sentir mejor, colocamos una foto tuya en uno de tus ballets en nuestro folleto de la campaña.
—¿Hiciste eso para que pareciera que en realidad se preocupan por las artes de la universidad?
—No, nosotros donamos cincuenta mil dólares para el programa de baile para que realmente parezca que nos preocupamos por las artes de la universidad. La imagen del folleto era personal, aunque hubiera sido aún mejor si hubieras escrito ese ensayo que te suplicamos que escribieras. Podríamos haber puesto eso al lado de la imagen.  
Sentí una punzada en el pecho.
—¿Cuando sale tu vuelo, madre?
—¿Disculpa?
—¿Cuándo sale tu vuelo? —repetí, mi voz quebrándose—. Estoy bastante seguro de que es en tres horas o menos, así no tendrás que pasar un día entero aquí, entonces podrás volver y decirle a papá que intentaste convencerme de volver a casa después de haber cumplido tu trabajo de campaña. Estoy seguro de que eso es todavía todo lo que te importa.
Se quedó en silencio.
—Me fui porque voy a vivir aquí durante al menos tres años, lo cual es la duración de mi contrato con la compañía, donde voy a estar persiguiendo mi sueño real. Y debo decir, es sólo un extra no estar en cualquier lugar cerca de ustedes.
Ella jadeó.
—Ten un buen vuelo. Dile a papá que dije hola.
—¿Solo vas a dejarme parada aquí?
—Tú me lo has hecho toda mi vida. —Dejé el edificio. Estaba demasiado molesto y herido como para concentrarme.
Le envié un mail a Ashcroft, dejándole saber que me tomaría el día por enfermedad, y me dirigí a la calle.
—¡Jaejoong! —gritó mi madre desde atrás, pero seguí caminando—. ¡Jaejoong, espera!
Finalmente me alcanzó y agarró mi brazo.
—Puedo perder mi vuelo.
—¿Y por qué querrías hacer eso?
—Para poder pasar tiempo con mi hijo antes de que olvide que existo.
Contuve las lágrimas.
—Puedo quedarme aquí durante unos pocos días y podemos ponernos al día en medio de tu programa de baile —dijo—. Haré que tu papá también venga. ¿Eso está bien contigo?
—Eso estaría perfectamente bien —Asentí, pero luego me di cuenta—. Sin embargo, nada de la campaña.
—Hecho.
—Sin hablar tampoco acerca de mi regresando a la escuela de leyes.
—También puedo vivir con eso. —Asintió.
—Y sin hablar mierda sobre el ballet.
Vaciló, pero asintió de nuevo.
—Está bien, está bien. —Me abrazó—. ¿Nos puedes llamar un taxi para que pueda reservar una habitación en el Four Seasons?
—¿Por qué? Puedes quedarte en mi casa.
—Oh, por favor. —Deslizó un par de gafas de sol sobre sus ojos—. Investigué cuánto ganan los bailarines profesionales. Sé qué tipo de apartamento puedes costear en esta ciudad, e hijo o no, me niego.
No quería reír, pero no pude evitarlo. Sabía que arreglarnos sería un proceso largo, pero me encontraba dispuesto a darle una oportunidad.
Se acercó a un quiosco de revistas y yo estiré mi mano para llamar a un taxi.
—Oh, The Korea Times siempre escoge los mejores casos para cubrirlos. —Ojeó a través del periódico—. Hay un tremendo juicio esta semana.
—¿Criminal o corporativo? —pregunté cuando un taxi pasó de largo.
—Ambos —dijo—. De hecho conozco a este tipo. Bueno, sé de él, de cualquier modo un abogado absolutamente increíble.
—Nunca vamos a conseguir un taxi a este ritmo. —Sacudí al cabeza al ser ignorado de nuevo.
—Dudo que alguna vez consiguiera el reconocimiento por ese caso del gobierno.
—¿De qué estás hablando?
—Yeo Gook Dae. —Sostuvo el periódico enfrente de mí, apuntando a un artículo sin imagen—. ¿Recuerdas? Él está en la lista de tu papá y en la mía de los abogados a los que nunca se les dará el crédito que merecen porque iban en contra del gobierno. Este tipo era tu favorito, creo.
—Oh, sí. —Me acordé—. Así que, ¿por qué está en el periódico ahora? ¿Lo arruinó porque no recibió su fama merecida? ¿Está en problemas?
—No, parece que acaba de testificar en un caso. El artículo afirma que ha estado viviendo en el sur e incluso se asoció en alguna firma, pero eso no puede ser verdad. Cualquier firma allí estaría presumiendo si lo tuvieran, y no he escuchado nada.
—Estoy seguro de que lo harían. —Finalmente llamé a un taxi—. Podemos irnos ahora.
—Sin embargo, es muy extraño. —Se dio golpecitos en el labio—. En toda su carrera, nunca he visto una foto de él —tal vez una o dos, pero eran imágenes guardadas de su época universitaria. Estoy segura de que luce diferente ahora.  
—Mamá —dije, abriendo la puerta del auto—. El taxi cobra por cada minuto.
—Ahora bien, el artículo afirma que ha estado viviendo en Daegu con un nombre falso los últimos seis años. Pero, por supuesto, no revelan ese nombre. Necesitan obtener mejores investigadores, ¿no te parece? ¿Cómo puede lograr un abogado de ese status cambiar su nombre, cambiar de estado y todavía practicar leyes? —Me entregó el periódico mientras entraba en el taxi—. Tendría que borrar toda su identidad y empezar de nuevo. ¿Quién haría algo así?
Di un grito ahogado y volteé el artículo cuando me senté en el asiento trasero. Lo leí palabra por palabra, una y otra vez, y todo a mí alrededor se volvió borroso. Prácticamente podía sentir mi boca abierta cuando recordé mi primera entrevista en GBJ:
—Señor Kim, ¿qué abogados le gustaría tomar como ejemplo en su propia carrera? —El señor Bach me sonrió.
—Sí, de hecho —dije—. Siempre he admirado la carrera de Yeo Gook Dae.
—¿Yeo Gook Dae? —Yunho me miró con una ceja levantada—. ¿Quién es ese?

4 comentarios:

  1. Supongo que ese es Yunho ahora crese mi curiosidad de el por que cambió su nombre y toda su identidad
    Gracias

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  2. OH!! JAE YA SOSPECHA Q ES EL PERO EL LO AMA ASI Q LO MEJOR SERA Q YUN LE DIGA LAS RAZONES DE TODO ESTE MISTERIO DE SU NOMBRE Y TODO EL DAÑO Q LE HICIERON AJALA ACABE PRONTO ESE DOLOR Y PUEDAN SER FELICES GRACIAS

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  3. Yunho es mejor le diga la verdad a Jae si quiere en verdad tener algo con él, además que Jae ya sabe quién es.

    Gracias!!!

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  4. Yunho esta tratando muy duro de hacer que Jae lo perdone,ahora ya aparecio la mama de Jae no creo que de verdad quiera pasar tiempo con Jae seguro que trama algo.
    Jae ya empieza a sospechar de quien es Yunho en realidad

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