Tolerar (v.):
Perdonar, apoyar
y/o pasar por alto las fallas morales o legales de otro sin protestar, con el
resultado de parecer tales incumplimientos de deberes morales o jurídicos
aceptables. Un empleador puede pasar por alto a un empleado que le cobre de más
a clientes o un oficial de policía puede mirar hacia otro lado cuando una
persona utiliza autoayuda violenta para resolver un problema.
Jaejoong
Me
senté en la parte trasera la sala del juzgado, escuchando a Yunho colapsar en
el estrado. Dos veces, cuando la defensa deliberadamente mencionó a Jihye,
perdió toda compostura.
Sin
embargo, cuando vi la mirada en sus ojos ante la sola mención de ella, el “desliz”
su nombre, sentí su dolor.
Mantuve
mi cabeza gacha el resto de su testimonio, así nuestros ojos no se
encontrarían, por lo que no sabría que yo me encontraba aquí, y cuando el juez
pidió un breve receso, salí.
Los
reporteros murmuraban en el pasillo, con la esperanza de que él no hubiera
leído ninguno de sus viejos artículos sobre él hace años, y de repente gritaban
preguntas.
—¡Señor
Yeo! ¡Señor Yeo! —Lo persiguieron al segundo que salió de la sala del
tribunal—. ¡Señor Yeo!
Se
detuvo y los miró.
—Mi
nombre es Señor Jung.
—¿Cómo
se siente acerca de potencialmente enviar a su ex socio y mejor amigo a la
cárcel?
—Se
está enviando a sí mismo a la cárcel —respondió.
—¿Tiene
intenciones de volver a ponerse en contacto con él mientras esté tras las
rejas?
Ignoró
esa pregunta con una mirada en blanco.
—Su
nombre se limpió hace años, y sin embargo dejó Seúl —preguntó alguien—. Ahora
que todo está descubierto para bien, ¿alguna posibilidad de que volverá y
reabrirá su empresa?
—Estoy
a punto de pasar mi última hora en esta ciudad de camino hacia el aeropuerto
—dijo, poniéndose las gafas sobre los ojos.
La
multitud de periodistas lo siguió fuera de la sala de audiencias, y él se
deslizó en el interior del coche sin mirar de nuevo.
Suspirando,
saqué mi teléfono y volví a leer los mensajes que me envió esta mañana,
lamentando un poco que no le respondí.
Asunto:
Seúl.
Me
gustaría verte una última vez antes de irme. ¿Puedo recogerte para desayunar?
PD:
Realmente iba a decirte todo esa noche...
—Yunho
Asunto:
Tu culo.
Este
mensaje no es realmente acerca de tu culo. (Aunque, ya que toqué el tema, es el
número uno en mi lista de cosas favoritas.)
Ven
a desayunar conmigo. Estoy fuera de tu puerta.
—Yunho
Mientras
releía ese correo electrónico, uno nuevo apareció en mi pantalla:
Asunto:
Adiós.
—Yunho
Sabía
que mi falta de respuesta era inmadura, que era mi culpa que no llegara a verlo
antes de que se fuera, pero sentí que se pudo haber esforzado más. Y todavía
sentía que se había equivocado por no ser abierto conmigo cuando debió hacerlo.
Saliendo
del juzgado, me dirigí a casa y pensé en todas las verdades a medias y mentiras
que afectaron nuestra relación. Hero. Su esposo. Mi nombre real. Su verdadero
nombre.
Todo
lo que teníamos fue construido sobre mentiras...
Dejando
que las lágrimas rodaran por mi rostro, abrí la puerta de mi casa, preparado
para ducharme hasta que no pudiera llorar más, pero Yunho se encontraba de pie
en la sala.
—Hola,
Jaejoong. —Me miró.
—El
allanamiento de morada es un delito. —Me crucé de brazos—. ¿No deberías saber
eso?
No
dijo nada, sólo siguió mirándome, de arriba abajo.
—¿No
tienes que tomar un vuelo? —Mi voz se quebró—. ¿No deberías estar pasando tu
última hora en Seúl de camino al aeropuerto?
—Me
di cuenta que todavía tengo algo que decirte.
—¿Tienes
otro nombre falso del que me quieras contar? Otra identidad secreta que deseas…
—Detente.
—Se acercó más y más, hasta que choqué con una pared, y me miró directamente a
los ojos—. Necesito que me escuches, Jaejoong. Sólo escucha...
Traté
de alejarme de él, pero agarró mis manos y las sujetó sobre mi cabeza. Luego,
usó sus caderas para mantenerme quieto.
—Vas
a quedarte aquí y escucharme por los próximos cinco minutos, te guste o no.
—Las palabras salieron apresuradas, acaloradas—. Ya que de repente te preocupas
por saber la verdad, te voy a decir la puta verdad...
Traté
de decir algo, pero se inclinó hacia abajo y me mordió los labios. Fuerte.
—Me
gustabas cuando eras Hero y yo era U-know, cuando pasamos noches hablando de
tus ridículas tareas y mi bufete de abogados... Me gustabas incluso después de
que mentiste y te vi en tu entrevista, me gustabas... —Tensó el agarre
alrededor de mis muñecas—. Y a pesar de que sabía que no debería haberte
perseguido y aparecido en tu apartamento ese día, lo hice, y te follé... Después
de eso, realmente me gustaste.
—¿Estás
hablando en serio en este momento?
—Malditamente
en serio. —Me miró y me mordió los labios de nuevo, ordenándome en silencio que
me mantuviera callado —. No quería que me gustaras, Jaejoong. Se suponía que no
debía, y no tenía que hacerlo, pero todos los días después de eso eras en todo
lo que podía pensar. Tú y tu boca arrogante, y cómo tus mentiras tal vez no
eran tan malas después de todo.
—¿Qué
pasa con tus mentiras? ¿Todavía crees que estás por encima de la moral? Que…
—Deja
de hablar. —espetó—. Déjame terminar.
Tragué
saliva y me miró fijamente unos segundos antes de continuar.
—Sí,
te oculté el hecho de que era casado, y aunque no fue intencional, aun así era
una mentira.
—Una
gran mentira.
—Jaejoong...
—Me agarró con más fuerza—. No había pensado en Karam en mucho tiempo... Por el
contrario, he estado pensando en ti todos los días desde que te fuiste.
—No,
no lo haces…
—Sí.
—Me miró directamente a los ojos—. Conduje a tu clase de ballet dos veces por
semana, tratando de verte, tratando de hablar contigo y pedirte disculpas...
Envié cosas a tu apartamento. Incluso me presenté dos veces, pero eso fue antes
de que supiera que te habías mudado.
—Sólo
estás diciéndome todo esto para poder follarme... —Sacudí la cabeza y aparté la
mirada, pero me hizo mirarlo de nuevo.
—Estoy
diciendo todo esto porque te amo...
Jadeé
y lágrimas se formaron en mis ojos.
—Te
amo, Jaejoong... —repitió, limpiándome la cara—. Y haré lo que sea para
demostrártelo. —Rozó sus labios contra los míos—. ¿Todavía me amas?
—No,
yo no... No de ninguna…—Sentí sus labios contra los míos, silenciándome.
No
quería devolverle el beso, quería empujarlo y decirle que se fuera, pero separé
mis labios y dejé que su lengua se deslizara dentro de mi boca.
Lentamente,
liberó mis manos de su agarre y cerró sus brazos alrededor de mi cintura,
manteniendo sus labios unidos a los míos. No me dio la oportunidad de hablar,
de respirar. Sólo me besó sin sentido hasta que no pude soportarlo más.
—Si
honestamente puedes decir que no me amas —susurró, alejándose lentamente de
mí—, entonces te dejaré solo.
—¿Y
si no puedo? —le pregunté, sin aliento.
—Si
no puedes, vas a mostrarme tu habitación para que tú y yo podamos conocernos de
nuevo.
—¿Conocernos
de nuevo? —Gemí cuando acunó mi culo—. ¿Eso es un código para una conversación?
—Es
un código para follar.
—¿Te
mataría decir una sola vez hacer el amor?
—Depende
de si realmente me amas o no.
Silencio.
Sus
dedos ahora trazaban la cremallera en la parte de mi pantalón, jalándolo
suavemente mientras me miraba a los ojos.
—Te
odio —dije, haciéndolo levantar la ceja—. Si me dijiste todas esas cosas sólo
para ilusionarme, nunca te lo perdonaré.
—Todavía
no lo haces... —Me besó suavemente—. Quise decir cada palabra que dije. —Me
bajó la cremallera—. Y de verdad necesito saber si aún me amas porque… —Dejó de
hablar.
Mi
pantalón cayó en un charco en el suelo y tiró mi tanga de mi cintura hasta que
se rompió.
—Jaejoong,
dime... Dime ahora mismo.
Jadeé
cuando deslizó un dedo dentro de mí, y él gimió ante lo excitado que estaba.
—Sí...
—¿Sí?
—Movió su dedo dentro y fuera—. Sí, ¿qué?
—Sí,
yo… —Hice una pausa mientras besaba mis labios—. Sí, todavía te amo.
—¿Dónde
está tu habitación?
Miré
a mi izquierda y de inmediato me jaló por el pasillo, cerrando la puerta detrás
de nosotros. No me dio la oportunidad de desvestirme. Sus manos estaban sobre
mí, desabrochándome la camisa, y acariciando mi pecho.
Me
acerqué y le desabroché el pantalón, bajándolo. Entonces, me tiró sobre la
cama, subiendo encima de mí.
Extendí
las piernas debajo de él, levantando mis caderas para que pudiera follarme,
pero no lo hizo. En su lugar, me besó el cuello, susurrando lo mucho que me
extrañaba, lo mucho que me necesitaba.
—Yunho...
—Sentí su polla rozarse contra mi muslo.
Movió
su boca lentamente a mi pecho, arremolinando su lengua en mis pezones mientras.
Sus besos viajaron más y más abajo, hasta mis muslos.
Cerré
los ojos cuando presionó su lengua contra mi miembro, mientras de forma burlona
la movía contra mí en círculos lentos y sensuales.
—Ahhhh...
—Traté de cerrar las piernas, pero él las clavó en el colchón y alzó la vista
hacia mi.
—Jaejoong...
—Su voz era baja.
—¿Sí?
Rodeó
mi entrada con el pulgar.
—Dime
que soy dueño de esto.
Cerré
los ojos mientras incrementaba la presión, frotando su pulgar una y otra vez.
—Dime
que soy dueño de tu culo, Jaejoong.
—Sí—Me
retorcía debajo de su mano—. Sí...
—Dilo.
—Me impidió moverme—. Necesito que lo digas.
Un
escalofrío recorrió mi espalda y finalmente le devolví la mirada.
—Sí...
Eres su dueño.
Sonrió
y metió la cabeza entre mis piernas de nuevo, devorándome, haciéndome gritar
con toda la fuerza de mis pulmones, pero no me dejó acabar.
En
cambio, me giró.
—Boca
abajo, en cuatro patas.
Me
quedé sin aliento y lo complací lentamente, y lo siguiente que sentí fue él
palmeando mi culo, besando mi espalda.
Me
quejé mientras se deslizaba en mi culo centímetro a centímetro, inclinándome
hacia delante. Me jaló hacia atrás.
—Ahhhh...
—Dejarás
que me corra dentro de ti... —Su otra mano acarició mi costado—. Quiero que
sientas hasta la última gota...
—Yunho.
—Me aferré a las sábanas.
—¿Sí?
No
le respondí. No pude.
Palmeaba
mi trasero mientras embestía dentro de mí, dándomelo duro mientras susurraba mi
nombre.
Lo
encontré embestida tras embestida, incapaz de soltar las sábanas, y cuando me
sentí alcanzando el borde, acercándome mientras torturaba mi miembro con los dedos,
me lo negó nuevamente.
Salió
de mí, haciéndome gemir, y entonces me hizo enfrentarlo de nuevo.
Inmediatamente se enterró dentro de mí, mirándome a los ojos, deslizando su
polla lentamente una y otra vez, sofocando mis gritos con su boca.
Sentía
su polla palpitando dentro de mí, sentí mis músculos contrayéndose mientras él
maldecía contra mis labios, y cuando nos miramos a los ojos de nuevo, los dos
llegamos al mismo tiempo.
Caí
hacia adelante contra su pecho, jadeando.
—Yunho,
yo...
Me
interrumpió con un beso.
—También
te amo...
Nos
quedamos allí conectados durante lo que pareció una eternidad, él pasando sus
dedos por mi cabello, yo acariciando su pecho con mis manos.
—¿Estás
bien? —preguntó.
—Sí...
Salió
de la cama y se puso de pie para tirar el condón.
—Ven
aquí.
No
me podía mover. Todavía me sentía débil por mi último orgasmo.
Sacudió
la cabeza y deslizó las manos debajo de mis muslos, levantándome y cargándome
fuera de la habitación, comprobando cada puerta que pasamos. Cuando llegamos al
cuarto de baño, me bajó.
—No
creo que pueda mantenerme de pie el tiempo suficiente para una ducha...
—susurré.
Me
ignoró y encendió el agua.
—No
vamos a tomar una ducha. —Me alzó y me puso suavemente en la bañera.
Subiendo
detrás de mí, agarró una botella vacía y la llenó con agua tibia. Luego la
derramó gentilmente sobre mi cabeza.
Tomó
un poco de champú de la repisa y puso unas gotas en mi cabello, enjabonando
hasta hacer espuma.
Lo
escuché hacerme preguntas, algo sobre cómo me sentía o si quería hablar con él
acerca de lo que tenía en mi mente, pero cuando sus dedos continuaron
masajeando mi cuero cabelludo, todo se volvió negro.
***
Me
desperté en la cama solo.
No
había ninguna nota de Yunho, y toda su ropa desapareció.
Empezaba
a pensar que tener sexo con él fue un sueño, pero vi su billetera sobre mi
mesita de noche. Me quité las mantas y sonreí cuando vi que me vistió con ropa
interior de seda.
Salí
de la habitación y al pasillo, donde se encontraba parado en mi balcón fumando
un cigarrillo.
—¿Desde
cuándo fumas? —Me detuve detrás de él.
—No
lo hago a menudo —dijo—. Sólo cuando tengo que pensar.
Asentí
y miré el cielo nocturno, pero de repente sentí que me jalaba contra él.
—¿No
vas a preguntarme lo que estoy pensando? —Sonrió—. Seguramente tienes
preguntas.
—Sí
las tengo, Gook Dae.
—Podemos
hablar de ello.
—¿Ahora?
—Si
eso es lo que quieres... —Apagó su cigarro y me acercó a una silla, colocándome
sobre su regazo—. ¿Cuánto tiempo hace que sabes sobre esto?
—Un
par de semanas...
—Mmm.
Sacudí
la cabeza.
—¿Bach
y Greenwood saben quién eres en realidad?
—Sí,
lo saben.
—Entonces,
¿por qué tienes que ocultarlo de todos los demás?
—Abogado
estimado o no, nadie quiere contratar a alguien que tiene una historia en los
periódicos... Hace que una empresa de alto perfil se vea mal. —Me besó en la
parte posterior de mi hombro.
—¿Cómo
era Jihye?
Suspiró,
mirándome.
—Era
perfecta...
Pensé
en una manera de cambiar el tema, pero siguió hablando.
—Ella
odiaba cuando me iba a trabajar, y me rogaba que la llevara a veces, así que la
llevaba... —Su voz era baja—. Y entonces, no conseguía terminar nada porque el
parque se hallaba justo al cruzar la calle y siempre quería jugar... Siempre.
—¿Te
seguía en casa? —le pregunté.
—Era
mi sombra. Se dormiría en el sofá si estaba trabajando, y si me veía salir de
la habitación para tomar una llamada, se cruzaba de brazos y me miraba ofendida
si no la invitaba a escuchar. —Dejó escapar una pequeña risa, pero no dijo nada
más.
—¿Puedo
preguntarte algo? —Me apoyé en su pecho.
—Si
digo que no, no creo que eso te detenga...
—¿A
dónde vamos desde aquí?
—¿Qué
quieres decir?
—Quiero
decir... ¿Qué pasa ahora con nosotros?
Me
miró, confundido.
—¿Nosotros?
—¿Estamos
en una relación? ¿Vas a quedarte conmigo, o vas a regresar a Date-Match?
Se
me quedó viendo durante mucho tiempo.
—No
puedo quedarme en Seúl, Jaejoong. Creo que puedes entender por qué...
—No
tienes planes para quedarte más allá de esta noche ¿verdad?
—No.
—¿Y
te vas por la mañana?
—Sí.
—Trató de besar mi cabello, pero me alejé—. Entonces, ¿esta era alguna forma de
arreglar a tu Jaejoong antes de ir a casa? ¿Decir todo lo correcto para que
puedas sentirte mejor contigo mismo cuando te vayas?
—Quería
que supieras que te amaba antes de irme a casa.
—Y
para conseguir algo de culo, por supuesto.
—Por
supuesto. —Sonrió, pero no se la devolví.
—Te
dije que no me ilusionaras, Yunho. —Di un paso atrás—. Y de todos modos lo
hiciste.
—¿Qué
quieres que haga, Jaejoong? ¿Qué me mude contigo? ¿Qué te lo proponga?
—Quiero
que te quedes... Y si no puede quedarte, quiero que te vayas... Ahora
—Jaejoong...
—Ahora
—dije—. Todavía podemos ser amigos, pero no quiero que…
—Detente.
—Me acercó y presionó su boca contra la mía—. Somos más que amigos... siempre
lo fuimos. Sólo no puedo estar contigo en este momento.
Abrí
la boca para protestar, pero me besó una y otra vez, susurrando —: Realmente
preferiría si nos pasamos el resto de la noche en la cama y no discutiendo.
lo bueno de esto es que por fin yunho le a dicho a Jae que lo ama y espero que pueda resolver todo y regrese a los brazos de Jae y se quede con el para siempre pues seria muy triste que todo quede así cada uno por su lado
ResponderEliminarGracias
Yunho al fin le dijo a Jae que lo amaba pero aun asi no esta dispuesto a quedarse con el,mientras Jae solo se ilusiona
ResponderEliminarEs bueno que Yunho solucione todos sus problemas y regrese con Jaejoong y puedan ser felices gracias por este capitulo esperare el siguiente con ansias
ResponderEliminarAyy yh eres un torpe cuando avanzas un paso uno , retrocede dos y muy grandes...espero que lo resuelvan
ResponderEliminarGracias increíble story :*
Ayy yh eres un torpe cuando avanzas un paso uno , retrocede dos y muy grandes...espero que lo resuelvan
ResponderEliminarGracias increíble story :*
Yunho solo ilusiona a Jae, que le diga que planes tiene o que es lo que va a hacer y con su relación, en fin algo para que Jae siga con él
ResponderEliminarGracias!!!