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Duda razonable: Capítulo 30


Suspender la sesión (v.):
Suspender los procedimientos: Suspender los asuntos de una corte, congreso o comité indefinidamente.

Jaejoong
Semanas más tarde…
Me puse de puntillas tras bastidores, inclinando mi cabeza hacia el techo, ensayando el movimiento final de la producción por última vez. Debería estar feliz y sonriente, contento por el hecho de que me hallaba a punto de debutar en el papel principal en una producción de la Compañía de Ballet, pero no. Me encontraba lejos de ello.
Me sentía solo, y sabía que ninguna cantidad de aplausos o elogios alejaría esos sentimientos.
Todavía retenía mis últimos momentos con Yunho: El sexo mañanero en la ducha, el sexo contra mi puerta, el sexo en la limusina de camino al aeropuerto. (Y también el último rapidito en el baño del aeropuerto...)
Me dijo que me amaba todo el tiempo, que no quería dejarme, pero se fue de todos modos.
Nuestra relación fue relegada ahora a hablar por teléfono todas las noches, recapitulando nuestros días, haciéndonos venir entre fantasías, pero no era suficiente. Y sabía que no sería suficiente para mí por mucho más tiempo.
Lo necesitaba aquí.
—¡Todo el mundo, quedan cuarenta minutos! —Un ayudante de escenario se deslizó junto a mí—. ¡A sus lugares en cuarenta!
Tomé una profunda respiración y caminé hacia un espejo que colgaba cerca del ala. Mirándome fijamente, aprecié el traje de esta noche.
—¿Jaejoong? —dijo una voz familiar detrás de mí.
—¿Mamá? —Me di la vuelta—. ¿Qué haces tras bastidores?
—Queríamos venir a desearte buena suerte en persona. —Asintió hacia mi padre.
—Gracias...
—También queremos que sepas que a pesar de que todavía deseamos que continúes con la escuela de derecho, estamos muy orgullosos de ti por perseguir tus propios sueños.
Sonreí.
—Gracias, otra vez.
—Y también estamos muy, muy honrados de tenerte como nuestro hijo porque eres una gran inspiración para todos los estudiantes universitarios que visitarán las urnas en las elecciones de este año, estudiantes que tienen sueños y ambiciones similares con respecto a las carreras en las artes.
¿Qué?
—¿Conseguiste todo eso? —Se giró a la reportera detrás de nosotros que apagaba su dispositivo—. Asegúrate de utilizar esa última parte como un extracto para el siguiente comercial.
¿En serio?
—¿Qué? —Se encogió de hombros—. Dije en serio cada palabra, pero también es bueno tenerlo grabado, ¿no crees?
No me molesté en refutar.
Mi padre dio un paso adelante y me abrazó, posando para una antinatural foto, pero cuando el fotógrafo se alejó, sonrió.
—Estoy feliz por ti, Jaejoong —dijo—. Creo que aquí es donde perteneces.
—Sólo dices eso porque piensas que el que esté aquí significa que no arruinaré la campaña en casa.
—No, que el estar aquí significa que no arruinarás la campaña en casa. —Se rió—. Pero aun así, estoy feliz por ti.
—Que reconfortante...
—Es cierto —chilló mi madre—. Estamos emocionados por ti.
—¡Damas y caballeros, estamos a punto de comenzar nuestro espectáculo en exactamente una hora! —rugió el señor Ashcroft—. Si no eres una bailarina, un bailarín, o un ayudante de escenario, por favor, salgan de mi escenario. ¡Ahora!
Mis padres me abrazaron, reteniéndome por un largo rato. Cuando retrocedieron, se turnaron para besar mi mejilla antes de que se alejaran.
Comprobé mi teléfono. Efectivamente, tenía un correo electrónico. Yunho.

Asunto: Buena suerte.
Lo siento, no pude llegar a tu primera noche de estreno, pero estoy deseando escucharlo esta noche cuando me llames.
Estoy seguro que será memorable para todos en el público.
—Yunho.
P.D.: Te extraño.

Asunto: Re: Buena suerte.
No te llamaré esta noche. Deberías haber estado aquí. Pensaré sobre recapitularlo para ti la próxima semana.
—Jaejoong.
P.D.: Tu “te extraño” podría ser mucho más convincente si el asunto del correo que enviaste hace dos horas no fuera “extraño tu culo”.

Asunto: Re: Re: Buena suerte.
Sé que debería haber estado allí. Por consiguiente, ya he mencionado una disculpa.
Y me llamarás.
—Yunho
P.D.: Los extraño a ambos.

Asunto: Re: Re: Re: Buena suerte.
Realmente te quería aquí...
—Jaejoong

Apagué mi teléfono para no continuar enviándole mensajes. Necesitaba concentrarme.
Todos los ensayos y clases de baile que tomé en los últimos veintidós años me habían traído a este momento. En treinta y seis minutos, cada movimiento sería expuesto para una de las audiencias más grandes en el mundo de la danza.
Reuniría las opiniones de los más acérrimos críticos, la mayoría viejos admiradores del ballet, y los periódicos tendrían las primeras críticas que podrían hacer o romper el camino de la producción restante. Pero ahora mismo, en este momento, nada de eso importaba.
Este era mi sueño, finalmente lo vivía, y sólo podía asegurarme de dar lo mejor de mí.
—¿Listo, señori Kim? —El señor Ashcroft colocó sus manos sobre mis hombros—. ¿Listo para mostrarle a esta ciudad que pertenece aquí?
Asentí.
—Mucho, señor.
—Bien, porque también estoy listo para hacerles ver eso. —Aplaudió por encima de su cabeza, avisándole al resto de los bailarines que se reunieran.
—Damas y caballeros, es oficialmente la noche de estreno —dijo—. Han trabajado duro durante meses, registrado cada hora necesaria y algo más, y realmente creo que la presentación de esta noche del Lago de los Cisnes será la mejor presentación que esta audiencia verá jamás. —Hizo una pausa—. Si no es así, me aseguraré de que lo paguen en el ensayo de mañana.
Hubo gemidos. Sabíamos que no bromeaba.
—Estaré sentado en el balcón al centro del escenario, y no ofreceré ningún elogio, ningún indicio de aplauso, si la presentación es nada menos que perfecta. ¿Estamos claros?
—Sí, señor —murmuramos colectivamente, aún intimidados por su poder.
—Bien. Ahora ocupen sus lugares. —Se alejó de nosotros y chasqueó sus dedos—. Háganme sentir orgulloso.
Tomé mi lugar en el centro del escenario y di la espalda a la cortina,. Escuché a la orquesta dándole a sus instrumentos una última afinación, escuché al pianista reproduciendo el estribillo que se perdió en el ensayo de esta mañana, y luego escuché el silencio.
Silencio ensordecedor.
Las luces de la galería parpadearon, lento primero y después más rápido, y todo se volvió negro.
Cinco... Cuatro... Tres... Dos...
El pianista tocó la primera estrofa de la composición y las cortinas se levantaron, apuntando el brillante reflector en mi espalda.  
Se oían los gritos de asombro de la audiencia sobre la música, pero mantuve mi concentración.
Ilustré el amor, desamor y la devastación a lo largo de dos horas, nunca parando para recobrar el aliento, nunca perdiendo el ritmo.
Al final, donde el amor de mi vida se compromete a morir conmigo, no pude evitar desviarme de la coreografía.
En lugar de tomar su mano y dejarlo llevarme al “agua”, salté en sus brazos, dejándolo sosteniéndome en alto para que todos los otros cisnes vieran. Y entonces, los dos giramos en el olvido, “muriendo” juntos.
La música comenzó su decrescendo, medio sombrío y medio ligero, y las luces se apagaron, dejando nada. Todo termina con oscuridad.
Y silencio.
De repente, surgió un ruidoso aplauso del público y elogios colectivos. “¡Bravo!” “¡Otra vez!” “¡Bravissimo!” se hicieron eco en las paredes.
Las luces del escenario se encendieron y saludé al público, dando una mirada al mar de rostros bien entretenidos: El señor Petrova se hallaba al frente y al centro, asintiendo mientras aplaudía, murmurando—: Bien hecho, Buen trabajo. —Mi madre se limpiaba una lágrima de sus ojos y miraba a mi padre, diciendo—: Es nuestro hijo. —Incluso el señor Ashcroft, todavía con su rostro de piedra, se encontraba de pie y aplaudiendo, deteniéndose al momento en que sus ojos se encontraron con los míos.
—Bravo —gesticuló antes de alejarse.
Mantuve una sonrisa enyesada en mi cara mientras exploraba la habitación, buscando a la única persona que quería, la única persona que necesitaba ver, pero no se encontraba allí.  
—Gracias, damas y caballeros, por asistir a la noche de estreno —dijo uno de los directores que subió al escenario—. Por nuestra tradición de estreno, presentaremos ahora a los miembros de nuestro cuerpo de baile para ustedes...
Traté de concentrarme en las presentaciones, traté de concentrarme en alguien más aparte de Yunho, pero cuando levanté mi cabeza de otra reverencia al público, lo vi.
Se encontraba allí en la primera fila, en el último asiento de la izquierda. Me miraba y sonreía, gesticulando—: Felicitaciones.
—Y por último, pero no menos importante, nuestro protagonista de la noche y nuevo bailarín principal ¡Jaejoong Kim! —dijo el director en el micrófono y el público ovacionó ruidosamente.
—¿Señor Kim? —Me dio un codazo, susurrando—: Señor Kim, necesita hacer su saludo final al público y dejar el escenario...
No me moví. Seguí mirando fijamente a Yunho.
—¿Señor Kim? —susurró, más duramente ahora—. Haga una reverencia al público y vaya tras bastidores. Ahora…
Me alejé de ella y caminé directamente hacia Yunho, tomando mi tiempo para bajar los escalones del escenario. Me paré delante de él, mirando directamente a sus ojos, ignorando los murmullos confusos de la multitud.
La directora dijo unas palabras más, el señor Ashcroft dio sus saludos y las cortinas se cerraron sin mí.
Mientras la audiencia daba un aplauso final y comenzaba a salir del lugar, finalmente encontré mi voz.
—Pensé que dijiste que no vendrías... —susurré—. ¿Viniste sólo a ver mi presentación o te quedarás un poco más?
—Me quedo un poco más.
—¿Eso significa permanentemente?
—No. —Limpió mis lágrimas—. Significa que permaneceré aquí hasta que te des cuenta de lo terrible que es esta ciudad, hasta que te encuentres listo para irte.
—Firmé un contrato por tres años.
—Cada contrato es negociable. —Sonrió y me jaló a sus brazos—. Y si no te disculpas por arruinar los créditos de cierre esta noche, podrán tomarlo como una infracción y despedirte.
—¿Dónde trabajarás? —pregunté—. ¿Vas a ejercer el derecho? ¿Puedes ejercer el derecho?  
Besó mis labios.
—Daré clases en la universidad de Seúl.
—¿Qué? —Mi corazón inmediatamente lo sintió por los futuros estudiantes—. ¿Por qué?
—¿Qué quieres decir con ese por qué?
—Eres un terrible profesor, Yunho... Todos los internos en GBJ te odiaban.
—Me importa un carajo.
—Lo digo en serio—Estaba realmente preocupado —. Creo que deberías reconsiderarlo. Enseñar no es algo para todos, así que…
—En primer lugar —dijo, cortándome y apretando su agarre a mí alrededor—, soy un jodido buen profesor. Sólo depende de la materia... —Pasó su dedo por mis labios—. Recuerdo enseñarte cómo hacer algo muy bien...
Me ruboricé.
—En segundo lugar, la última vez que comprobé, todos los internos en GBJ eran bastante imposibles de enseñar y tontos como piedras, todos excepto uno.
—¿Ese que era un maldito mentiroso?
—Sí —dijo—. Ese.
—Escuché que rompió todas tus reglas. —Levanté mi mano hasta su cara—. Escuché que terminó con tu racha de una cena, una noche, sin repeticiones...
—Estoy bastante seguro que no lo hizo.
—¿Es eso cierto? —Entrecerré los ojos—. ¿Sigue sucediendo? ¿Sigue siendo tu lema personal?
—En cierta medida —dijo, presionando sus labios contra los míos—. Puesto que todavía me gusta el sonido de eso, y estaré saliendo con él de aquí en adelante, sólo reemplazaré la palabra “una” con “más”.

6 comentarios:

  1. hay por dios esto real mente me encanto yunho regreso a el lado de Jae para quedarse con el y eso lo ara feliz pues no se separaran jamas o eso espero
    Gracias

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  2. Awww que lindo me gustaría que por fin se queden juntos después de tantos problemas y mentiras
    Gracias I love Story

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  3. Que bonito,Yunho vino a la presentacion de Jae y de quedara con el ya era hora de que tomara esa decision.

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  4. Que felicidad Yunho regreso por Jaejoong ojala que se queden juntos para siempre pero como siempre los padres de Jae quieren sobresalir como una familia feliz a costilla de su hijo pero como siempre el se dio cuenta la clase de padres que tiene que ya no les hizo caso por que ahora esta feliz por que esta Yunho con el gracias por este capitulo esperare el siguiente

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  5. En asuntos de política los padres de Jae ven la ventaja, pero aún así demuestran a su modo amar a Jae. Yunho si su a su obra y lo mejor se quedará hasta que Jae decida regresar con él.

    Hermoso capitulo, gracias!!!

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  6. Tanto dolor había endurecido a Yunho.....menos mal que conoció a mi ángel y pudo volver a creer.....gracias me encanto

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