Capítulo 9
Anticipación a fuego lento bajó por el
vientre de Yunho. Había estado viajando toda la semana y no había visto a Jaejoong
desde el domingo por la noche en el gimnasio.
Cuando él abrió la puerta de su
apartamento, contuvo el aliento. Quería envolver esos lazos que colgaban
alrededor de su mano y tirar de él para darle un beso, pero se contuvo. Jaejoong
estaba aprendiendo a confiar en él y no tenía la necesidad de ponerle las manos
encima en el primer segundo en que lo veía. Esos pantalones negros delgados se
aferraban a sus caderas y sus muslos no estaban ayudando a su resolución. Y
entonces sus zapatos... una vez hubiera jurado que amaba a las mujeres en
tacones de aguja, pero Jaejoong transformaba a los planos en sexy.
Levantando la mirada, sonrió.
—Te ves hermoso. Medio que esperaba que
cancelaras, ya que tuviste una semana para pensar en ello.
—Se me pasó por la mente.
Puso su mano en su espalda, guiándole a
su limusina. En contra de su palma, sus músculos trabajan más duro de lo normal
para dar cabida a su pierna derecha. Acortó su paso para que sea más fácil para
Jaejoong.
En la limusina, saludó con un gesto a su
conductor y abrió la puerta. El suave pelo de Jaejoong le rozó el brazo como
una lenta caricia sedosa. Esa sensación disparó a un llamado de alerta derecho
hasta la ingle. Instalándose en el auto junto a Jaejoong, no podía recordar la
última vez que un simple toque le prendió fuego.
A medida que la limusina se alejó sin
problemas, Yunho reanudó su conversación.
—¿Por qué no lo cancelaste? —Estaba
condenadamente contento de que no lo haya hecho, pero le dejó curioso.
Jaejoong encontró su mirada.
—Estoy tratando de averiguar por qué me
siento atraído por ti.
Estiró el brazo sobre el respaldo del
asiento, acariciándole el pelo.
—¿Tuviste un poco de suerte con eso?
—Porque Yunho no la tuvo. Los hombres hermosos en su mundo eran comunes.
Entonces, ¿qué pasaba con Jaejoong que se metió en su piel?
Infiernos, desde su beso, se había
convertido en una obsesión. Ningún hombre o ninguna mujer le había llevado a
una necesidad incontrolable tan rápido.
—Tal vez es sólo mi período de sequía. Tú
eres un hombre muy sexual.
Lo era, pero Jaejoong había llevado su
apetito a un nuevo nivel.
—¿Cuánto tiempo ha pasado para ti?
Jaejoong comenzó a alejarse.
Oh no, no iba permitir eso. Levantando la
otra mano, le tomó la cara.
—No mires hacia otro lado. Mándame a la
mierda si quieres, pero no mires hacia otro lado. —Le acarició sus labios con
el pulgar. Quería lamerlo––. Tú decides no contestarme, pero estoy muy, muy
interesado. —Su voz era ronca por la necesidad de conocer todo lo que pudiera
sobre Jaejoong para poder darle tanto placer como sea posible.
Jaejoong abrió los labios. Su cálido
aliento le llegó al pulgar. Tomó un esfuerzo consciente para no deslizar el
dedo en la boca húmeda.
—Cinco años.
Sus entrañas se apretaron y la sangre
corrió a través de Yunho.
—¿Cinco años desde que has tenido
relaciones sexuales? ––Aclaró Yunho.
—Con un compañero.
Mierda, no necesitaba pensar en Jaejoong con
su propia mano entre sus piernas, acariciando su miembro, tratando de llegar al
orgasmo. Jadeante, por el esfuerzo, su cuerpo ruborizado y pezones duros... su miembro
húmedo y palpitante. Con necesidad de liberarse.
Jesús, no iba a poder caminar.
Pero se dio cuenta de que Jaejoong estaba
pensando demasiado, tal vez recordando el incidente que le había mencionado en
su panadería. Yunho se recordó diciendo que había entrado en pánico durante el
sexo. Mantuvo contacto con Jaejoong, alimentando una conexión muy real entre
ellos.
—Tuviste un ataque de pánico la última
vez que lo intentaste. Dime lo que necesito saber sobre eso.
—Fue una cosa de rebote unos meses
después de que mi novio y yo nos separamos. Un tipo de la terapia física.
—Cerró los ojos–– Me sentía como si estuviera siendo asfixiado cuando estaba
encima de mí. Se lo dije, pero él estaba, um… en el momento y no me escuchó. Me
asusté y grité.
Eso ayudó a mantener su polla bajo
control, pero no disminuyó su deseo por Jaejoong ni un poco.
—¿Se sintió así cuando te besé?
Su expresión se suavizó y la tensión en
su cuerpo se relajó.
—No. No fue sino hasta el final, cuando
estabas tratando de asustarme.
Había estado haciendo exactamente eso,
necesitaba que Jaejoong se rindiera, necesitaba demostrarle que podía confiar
en él. Pero le había deseado tan condenadamente mal, que tuvo que ser Jaejoong
el que le detuviera. Su disciplina habitual había desaparecido bajo el poder de
su respuesta a él. Pero su atención estaba cien por ciento enfocada en Jaejoong,
no se habría perdido su petición de detenerse.
—No importa lo que esté pasando, te
escucharé.
—¿Cómo lo sabes?
Se inclinó. Despacio. Avanzó poco a poco
hacia Jaejoong. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, dijo:
—Porque no voy a dejarme ir, bebé, hasta
que te corras. Varias veces. Voy a estar prestando mucha atención.
Se tambaleó hacia Yunho, su aliento
aleteó.
Había pasado cinco años sin el tacto de
un hombre. Cinco. Años. Aquí le estaba confiando en que le diera ese intenso
placer y que era lo suficientemente caliente como para darle una quemadura de
sol. Yunho le dijo:
—Tú me vas a mirar a los ojos al igual
que ahora cuando rompamos tú período de sequía. Voy a verte correrte, temblando
de placer hasta que no puedas aguantar más.
Y entonces le daría aún más. Tanto como Jaejoong
quisiera.
* * * *
Jaejoong se estaba ahogando en Yunho, sus
dedos en su cara, su pulgar acariciando sus labios. Sus palabras, su corazón
golpeando contra sus costillas. Quería eso.
Le quería a Yunho.
De ese beso hace una semana... casi se
había corrido allí mismo, en la sala de descanso del personal del gimnasio. Con
la ropa puesta. Con nada más que su beso y un poco de fricción en el lugar
correcto.
Y ahora lo estaba haciendo de nuevo, en
torno a Jaejoong, su aroma inundando sus sentidos. Sus labios estaban tal vez a
dos centímetros de los de Jaejoong.
—¿Vas a darme un beso?
—Por supuesto que sí.
—¿Pronto? —Su voz era entrecortada,
ligera... insustancial.
—Una vez que resuelva un problema. —Movió
su pulgar sobre el labio inferior, luego lo sumergió en él, apenas.
Sólo lo suficiente para tocar su lengua.
Jaejoong casi gimió. Sus pezones se
tensaron y le dolían. El calor inundó su miembro y corría por entre sus
pliegues.
—¿Un problema?
Sus ojos brillaban sensuales.
—¿Cómo voy a parar esta vez? —Deslizó su
pulgar más profundo, deslizándose a lo largo de su lengua.
Cerró la boca, saboreándole. Su sabor
rico y almizcle tentando a querer más.
—Una vez que te saboree, no voy a querer
parar. Quiero probarte hasta la clavícula, lamer tu pecho, chupar tus pezones.
—Sacó el pulgar––. ¿Cómo voy a parar, Jaejoong? Apenas paré la última vez y
sólo porque me golpeaste. Pero no me golpearás esta vez, ¿lo harás?
—¿No lo sé? —¿Estaba preguntando? ¿De
acuerdo? ¿Rogando? De alguna manera, Yunho había hecho que todo el deseo que
había perdido creciera como una ola gigante dispuesta a consumirle.
—Tú tienes el poder, Jaejoong. —Pasó su
dedo por la curva de su mandíbula, acariciando su clavícula.
Revoloteos de emoción bailaron en su
estómago. No podía aguantar más.
—¿Qué?
—Estás a salvo conmigo. Si tú quieres
parar, paramos. Pero si te beso, si saboreo tu boca, sólo va a volverme más
hambriento. Hambriento de saber cómo el resto de ti sabe. Tus pezones, el
ombligo, la suave piel de tus muslos. —Rozó su boca en su oído, su aliento
cálido y burlón–– Entonces voy a abrirte las piernas y besarte, saborearte y
lamerte hasta satisfacer mi deseo de ti.
Su miembro palpitó aún cuando el shock le
quemó. Jaejoong contuvo el aliento.
—Tú me estás torturando.
—Te lo mereces, Gatito. Me quedé medio
duro el resto de la semana después de ese beso. —Le lamió el borde de la
oreja–– Ese es el dominio que tienes sobre mí.
Se estremeció, cayendo bajo el hechizo
que Yunho tejía con palabras y toques.
Se apartó de la oreja.
—Un beso. Eso es todo lo que tenemos
hasta después de la fiesta. Un beso. ¿Podemos hacer eso, Jaejoong?
Su pulso palpitaba y su cuerpo cantó con
deseos nuevos y vibrantes. ¿Era esto lo que sentían los hombres normales? Una
parte de Jaejoong estaba asustada. Aterrorizada. Este poder que tenía para
traerle a este nivel de excitación...
Demasiado. Demasiado fuerte. Se estaba
creando una necesidad en Jaejoong que era casi violenta con su intensidad.
—¿Puedo separarme? —Tenía que asegurarse
de que él tenía algo de poder.
—Es tú período de sequía, Jaejoong. Tu
decisión.
—Bésame.
Le cubrió la boca, sus labios eran una
seducción cálida como su olor suave llenó sus fosas nasales con jabón y roble
envejecido mezclado con puro hombre. Sólo un sorbo de su sabor se burlaba de Jaejoong,
como una oscura y decadente trufa de chocolate que estaba desesperado por catar
y saborear. Más, quería probar y tocar tanto de Yunho como pudiera acceder.
Puso la mano en su hombro, le trazó y moldeo la forma de sus poderosos músculos
a través de su chaqueta deportiva.
Hizo un ruido en el pecho. Una demanda
feroz. Deslizando la mano por la mejilla, deslizó los dedos por debajo de su
pelo para acariciarle la nuca. Su pulgar acarició su mandíbula, invitándola a
abrirse para él.
Jaejoong inclinó la cabeza, para darle lo
que exigió y tomar lo que quería.
Yunho deslizó su lengua en su boca.
Conociéndole, explorando, al mando. Su rico sabor inundó sus sentidos, llenando
cada célula y aún así no fue suficiente. La piel desnuda y caliente de la
garganta quemaba sus dedos mientras los arrastraba a lo largo, su piel
temblando en reacción. El pulso en la base de la garganta latía fuerte y rápido.
Emoción corrió a través de su sentir y saboreó el efecto que tenía sobre él.
Más. Jaejoong fue más allá, sumergiéndose
en la V de su camisa, tocando el músculo musculoso bajo la piel febril. Quería
lamer su camino a través de su pecho. A través de todo él. La necesidad era tan
vívida, chupaba su lengua con deseo puro. Yunho le hacía descarado, saco a la
superficie la parte de él que había reprimido durante tantos años. La libertad
y el poder le aguijoneaban. Le encantaba la sensación de poner a un hombre tan
seguro y eficaz como Yunho Jung de rodillas con sus caricias y besos.
Ah, sí. Esta nueva intrepidez le convenía.
Yunho gruñó y apartó la cabeza hacia
atrás hasta que unos centímetros les separaban. Su mano acarició su nuca, su
pulgar acariciando el lugar blando entre la oreja y la mandíbula.
—Un beso —dijo.
Jaejoong parpadeó y su entorno entró en
foco, se encontraban en la limusina de Yunho, perdiendo totalmente el control.
Bueno, eso no era malo. De hecho, había sido bastante sorprendente. Sus pupilas
estaban tan dilatadas que apenas quedaba algo de marrón. Debido a su beso. Jaejoong
se dejó empapar todo adentro
Acariciando su mandíbula, Yunho dijo:
—Gracias a Dios que tienes pantalones. Si
tuvieras una falda, tendría tu ropa interior en el suelo. — dijo en tono de
broma.
Su deseo se congeló. Jaejoong no era como
los demás hombres o una mujer. Alejándose más en el asiento, lejos de Yunho, se
quedó mirando la pantalla del aislamiento oscuro.
—No me pondría eso.
Vívidamente consciente de Yunho dejándose
caer en el asiento a su lado, se odiaba a sí mismo por permitir que sus miedos
y viejos recuerdos destruyeran el momento.
—Este tipo de mierda realmente va a
molestarme.
Girando su cabeza, vio la violencia casi
no contenida brillando en sus ojos. Sin embargo, le había llamado su gatito, su
apodo para él. El contraste le confundía.
—¿Por qué?
—Debido a que estás cerrándote, dejándome
fuera.
Incluso era más astuto de lo que pensaba.
—¿Este es otro de los términos, Yunho?
Cogiendo su mano, entrecruzó sus dedos y
lo atrajo hacia sí.
—No me gusta la construcción de muros
entre nosotros. Me hace decidido a echarlos abajo.
—¿Siempre eres tan exigente con tus
amantes? —¿Qué estaba despertando en Jaejoong? ¿Miedo? ¿Lujuria? ¿Emoción? Un
reto, porque por alguna razón no parecía dudar de que podía sostener su
posición.
Apretó la mandíbula.
—Tú haces que todo eso aflore Jae.
—Agarrándole la barbilla, le acarició con la yema del pulgar su mejilla––. Lo
bueno es que tienes un gesto seguro. Porque no estoy tan domesticado como todo
el mundo quiere creer y hay algo en ti que está tropezando en mi interruptor.
Esta vez, Jaejoong se estremeció.
* * * *
Un silencio se movía como una ola sobre
la gran cubierta de madera decorada con luces y flores, un montón de asientos y
un bar establecido en un extremo. Incluso los mozos que se movían alrededor llevando
los pedidos de bebidas y aperitivos se callaron.
Yunho ignoró la reacción, ignoró la
atención siguiéndoles mientras conducía a Jaejoong hacia su meta. Necesitaba un
trago para tratar de calmar de nuevo la tensión turbulenta que corría a través
de él. ¿Por qué demonios se pone a sí mismo en esta posición? No podía haber
encontrado otra acompañante. Un hombre que no le conduciría hasta el mismo
borde de su control. Ese beso en la limusina... Y luego ¿la forma en que se
había retirado emocionalmente?
Mierda. Sólo mierda.
Se necesitaría toda la maldita botella.
Al llegar al bar, se las arregló para
recuperar algo de civismo.
—¿Qué quieres tomar?
—Cianuro. En hielo con una rodaja de
lima. O agua. Pero no cedo en lo de la lima. —Jaejoong se había sentado en un
taburete.
Dios, tenía que tocarle. Colocando sus
manos alrededor de su cintura, levantó una ceja.
—¿Es el cianuro para ti? ¿O para mí?
—No lo he decidido.
No le gustaban las sombras que le
acechaban. O la forma en que distraídamente se frotó la pierna derecha como un
gesto nervioso. Yunho le cogió la mano, colocándola en su muslo y la sostuvo.
—Tal vez empezar con algo más ligero y
continuar hasta el cianuro. ¿Una copa de vino? ¿Algunas bebidas con sabor a
fruta?
Jaejoong sonrió quedadamente.
—Mis padres nos han visto y se acercan.
—Suspiró–– Probablemente voy a necesitar el cianuro.
Yunho se puso de espaldas a la barra.
Apretando su mano, dijo:
—Tu madre se parece a ti. —Una versión
más antigua, más frágil de Jaejoong, pero con la misma forma de la cara y de
los ojos. Un vestido y perlas marinas agregan brillo.
—Las apariencias son engañosas. Mi madre
es una bióloga molecular determinada a prevenir y curar la enfermedad del
Alzheimer. Ella y Ryu Jin, un neuro científico, están muy cerca de conseguir
aprobar su último fármaco. Uno que te cambia la vida. Un éxito de taquilla.
Sus padres dejaron de charlar con algunas
personas, mientras que Yunho trató de resolver la dinámica.
—¿Tu ex-novio trabaja con tu madre?
––Raro no comenzaba a cubrir eso.
—Sí. Proyecto Alzheimer es la obra de mi
madre y de Ryu Jin, su bebé. Ellos han hecho avances asombrosos.
Admiración se enfrentó con furia, creando
una angustia turbulenta en su mirada. Es evidente que Jaejoong tenía una
relación compleja con su madre. Con una mirada apreciativa, Yunho se enfrentó a
sus padres mientras se acercaban.
—Jaejoong —su madre habló primero–– Esto
es inesperado. ¿Dónde está Junsu?
Así que no les había dicho a sus padres
sobre el robo del auto, las lesiones de Junsu o que Yunho iría con él a la
fiesta. Pero, de nuevo, Yunho no le había advertido de su relación con su
padre. Jaejoong tenía una manera de distraerle.
—Junsu está ocupado. —Jaejoong hizo un
gesto hacia él–– Yunho Jung, estos son mis padres, los Doctores. Hye Ok y Jin
Mo Kim.
—Nos hemos visto. —Los ojos hielo de Jin
Mo cayeron en las manos juntas sobre el muslo de Jaejoong.
Jaejoong le miró a los ojos.
—¿Tú conoces a mi padre?
Sí, definitivamente debería haberle
dicho.
—Hemos cruzado caminos. Tu padre estaba
en la comisión de planificación, cuando yo estaba construyendo el Gimnasio SLAM
y los centros de formación. —Dejó de lado la parte donde el Dr. Jin Mo Kim se
había opuesto vehementemente al gimnasio, alegando que promueve la violencia
sobre la actitud para la salud, por lo que señaló que atraía al tipo equivocado
de personas.
Jaejoong apretó su boca. Una nueva pareja
se unió a ellos, y la expresión de Jaejoong se suavizó.
—Yunho, éste es mi hermano, Changmin y su
novio, Minho.
Yunho estrechó la mano con el hombre que
tenía que ser una década más viejo que Jaejoong. Tenía un aire un poco
distraído y su rostro era más agudo, más duro que el de su hermano. La cara
redonda de Minho se enmarcaba en el pelo caoba corto y con estilo.
—Creo que nos hemos conocido, aunque no
recuerdo dónde.
—Hemos estado en algunas de las mismas
fiestas. —Él miró a Jaejoong y de nuevo a Yunho, como si no pudiera comprender
su relación–– Mi familia es dueña de Choi Joyas.
—Por supuesto. —Ahora le reconoció. Un ex
acompañante, tenía un mejor amigo de la familia de Jewel Choi. Probablemente se
había encontrado con él cuando había estado con su acompañante.
—Tu cabello te hace ver como un
adolescente rebelde, Jaejoong. —Su madre lo negó–– No importa, mi estilista
puede arreglar eso. Voy a hacer una cita.
—Me gusta. —Yunho no pudo obtener un
control sobre las corrientes subterráneas que fluían. Había tensión definida
entre Jaejoong y sus padres. Pero su rostro se había alegrado al ver a su
hermano.
Hasta ahora, no había visto al ex-novio, Ryu
Jin.
Su padre dijo:
—Jaejoong, necesito hablar contigo un
momento. Jung puede esperar aquí.
—Es la fiesta de Changmin. Estoy seguro
que esto puede esperar. —Jaejoong se deslizó del taburete y abrazó a Minho ––
Felicidades. Si mi hermano te da algún problema, llámame —sonrió a su
hermano––. Le voy a recordar lo afortunado que es por tenerte.
Changmin tiró de su cabello.
—Jaejoongie era una plaga y sabía cómo
salirse con la suya cuando estábamos creciendo. Le compré un horno Easy Bake
una vez como un soborno para dejarme tranquilo. Le mantenía ocupado.
Un rayo de dolor arrancó el pecho de Yunho.
Le quitó el aliento.
Mi Ja.
Cristo, le echaba de menos. La forma en
que Changmin ajusto un mechón de pelo de Jaejoong, él bromeó con verdadero
afecto, arrancó la costra de la vieja herida.
Jodidamente dolía verlo.
Yunho luchó contra el impulso de frotar
el dolor ardiente en el pecho.
—Jaejoong, necesito hablar contigo ahora.
—Jin Mo se apoderó de su codo.
Jaejoong lanzó a Yunho una sonrisa de
disculpa.
—No voy a tardar mucho.
Yunho debía dejarle ir. Mantenerse fuera
de esto. Trató de concentrarse en la historia de cómo Changmin y Minho se
conocieron, algo sobre el hermano de Jaejoong dando un discurso en una
convención...
Sin embargo, siguió recordando cómo los
hombros de Jaejoong habían cedido al entrar en la casa con sus padres. Como se
estaba protegiendo a sí mismo. ¿De qué?
A la mierda.
Entró en la casa, haciendo caso omiso de
los distintos clientes llamándole y entró en la sala de estar, que contaba con
suelos de madera oscura y techos altos. Oyó voces y las siguió a una gran
biblioteca con estanterías del suelo al techo, una chimenea, paredes cubiertas
de diplomas y premios, y un cuarto con personas en la sala que no lo había
visto todavía. Jaejoong se aferró al respaldo de una silla de club. Sus padres
se inclinaron contra un enorme escritorio frente a él, y otro hombre estaba a
un lado cerca de unas puertas francesas.
—Más de una década ha tomado esta
investigación, Jaejoong. Mi investigación. ––Hye Ok hizo un gesto hacia el otro
hombre–– Con la ayuda de Ryu Jin, hemos desarrollado el fármaco que está
despejando el último obstáculo para la aprobación de la FDA. No podemos correr
riesgos.
—¿Cómo es Yunho un riesgo? —Jaejoong miró
a sus padres, pareciendo ignorar a Ryu Jin–– Es mi acompañante, eso es todo.
Jin Mo dejó caer las manos en el borde de
la mesa.
—Jaejoongie, conozco a Jung. Conozco su
reputación. Lo mismo sucede con Minho. Se sorprendió al verle contigo. No eres
su tipo.
Hye Ok golpeó una uña contra su muslo.
—Él tiene acuerdos con las mujeres y
hombres sofisticados y bien conectados. Ninguno de ellos tiene rayas ridículas
en el pelo.
—Jaejoongie ––el hombre larguirucho, Ryu
Jin, dijo––: Creemos que Yunho te está utilizando. Posiblemente para causar
problemas justo antes de la aprobación final de la droga en venganza, porque tu
padre trató de bloquear sus gimnasios.
Ira como lava caliente golpeó la
corriente sanguínea de Yunho. Adrenalina bajó, disparando sus nervios y
músculos. Se subió sobre las puntas de sus pies. Pero se contuvo cuando Jaejoong
se giró y se enfrentó a Ryu Jin.
—¿Crees que no puedo detectar a un
mentiroso, Ryu Jin?
—No estamos haciendo esto otra vez —Hye
Ok le interrumpió–– Tú no vas a llamar a Ryu Jin un mentiroso en nuestra casa.
—Hye Ok. ––Jin Mo puso su mano sobre el
brazo de su esposa–– Él no puede evitarlo. Amnesia traumática ha codificado su
memoria, lo que le hizo crear la fantasía de que Ryu Jin está mintiendo.
Yunho vio una segunda onda de confusión a
través de las facciones de Jaejoong. Su ceja se arrugó, su mirada pasó de sus
padres a Ryu Jin. A continuación, la incertidumbre, el momento en que Jaejoong parecía
dudar de sí mismo, se aclaró.
Jaejoong tomó aliento, su mandíbula se
tensó.
—Estoy de pie aquí. No hables de mí como
si yo fuera una rata de laboratorio. —Sus dedos se clavaron en la silla–– Y
tengo destellos de recuerdos. Recuerdos reales, no fantasías.
Ryu Jin corrió hacia delante, agarrando
el brazo de Jaejoong.
—Oh Jaejoongie, esto es lo que me
preocupaba. Tú estás teniendo una reacción al robo del auto y te has
confundido.
Jaejoong sacudió con fuerza su brazo.
—No me toques. ––Giró, corriendo hacia la
puerta.
—Jaejoong —dijo Hye Ok en un tono menos
estridente–– Ryu Jin nos dijo sobre el robo de auto. Predijo la regresión.
Tienes ataques de pánico y recuerdos confusos. ¿No ves que está tratando de
ayudar? Todos lo estamos.
Yunho tuvo suficiente de esto. Irrumpió
en la biblioteca y cogió los codos de Jaejoong. Un ligero temblor le recorrió.
—¿Estás bien? — Jaejoong había estado
bien. Enojado pero en control. Hasta que Ryu Jin se acercó a él y luego el
control claramente se le escapó. Como si tuviera algún tipo de reacción
instintiva a su ex. Luego sus padres se habían amontonado, tratándolo como si
fuera un caso de locura. Con la decisión de darle espacio para respirar y
relajarse, Yunho le soltó.
Jaejoong inclinó la cara hacia arriba.
—Mi padre cree que tú tienes un
resentimiento contra él. Y que ¿me estás utilizando para vengarte?
Joder con darle espacio. El temperamento
de Yunho se encendió.
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Yunho Kim/Fer. Jajaja hasta me pongo rojita muchas gracias a ti por tus bellos comentarios por estar presente y a pesar de que me pierdo no me abandonas.
Camila. Muchas gracias, es difícil para mi seguir, esta vez me retrase por trabajo pero intento no hacerlo. Gracias por leer.
Adara. Gracias a ti y a tus amigas por leerme ojala siga siendo de su agrado, ojala y supiera el nombre todas para agradecerles a cada una.
Katherine Miranda. Créeme que no deseo hacerlo cuando subo una adaptación es porque ya la leí y ya la adapte, solo me gusta leer el capitulo antes de subirlo para que vaya lo mas completita posible.
Lidia Tun Mex. Aquí esta el cap, lo mas pronto que pude, y gracias por comentar.
A mi me gusta todo lo que tu escribes y las adaptaciones y no me importa esperar y con referente al capitulo es una pena que los padres de Jaejoong no se den cuenta de que estan siendo manipulados por el ex novio de Jaejoong y estan haciendole creer que Jae esta mal de la cabeza que padres tan cerrados que no se dan cuenta que le estan haciendo daño a su hijo gracias a Dios que aparecio Yunho y ojala los pare gracias Patricia por este capitulo esperare el siguiente con ansias
ResponderEliminarOH POR DIOS! Q CLASE DE PADRES VEN A SU HIJO COMO UN TONTO Y AL EX COMO LO MEJOR DEL MUNDO ..Q ACASO NO ES AL REVES? SE SUPONE Q TU HIJO ESTA POR ENCIMA DE TODO Y TODOS Y TWMBIEN GRACIAS POR Q JAE ES MUY FUERTE Y NO SE DEJA Y AHORA CON EL APOYO DE YUN LO VA A HACER MEJOR SOLO ESPERO Q SE ENAMORE DE EL Y ESTEN JUNTOS AUNQ NO CREO Q SEA FACIL PERO NO IMPOSIBLE Y ADEMAS ESAS PALABRITAS DE YUN AL OIDO DE JAE POR DIOS LE VAN A QUITAR EL ATAQUE DE PANICO EN SEGUNDOS Y ...JAJAJJ BUE POR EL ...GRACIAS POR ACTUALIZAR BENDICIONES...NO TE DOY LOS NOMBRES DE MIS AMIGAS POR Q NO QUIEREN Q LES DE ATAQUES DE PANICO Y Q NO VENGA YUN A CONSOLARLAS JAJAJJAJAAJA PERO EN TOTAL SOMOS 11 CHICAS LAS Q LEEMOS TU HISTORIAS ,GRACIAS DE NUEVO.
ResponderEliminarGenial! La verdad es que siempre me han gustado tus historia y las adaptaciones que realizas, te lo dije hace tiempo y te lo repito de nuevo... aparte siempre escoges para adaptar historias geniales.
ResponderEliminarOdio a los padres de Jae y al novio, no es justo que lo trate así como si estuviera loquito cuando es más que seguro que el ex haya estado involucrado en el accidente donde quedó traumado.
Yunho protégelo.
Saludos
que le aria su ex que solo con el reacciona violento algo esta en sus recuerdos que lo hacen rechazarlo solo espero que yunho no juegue con Jae siendo inocente de su venganza por que de seguro es en contra de el padre espero que no lo utilice a el pues creo ya a sufrido mucho como para seguir haciendo lo
ResponderEliminarGracias a ti siempre tienes bellas palabras para todas nosotras Dios bendiga tu vida y te de mucha inspiración para que nos sigas trayendo historias hermosas como todas las que nos compartes
Porque tratan a Jae de esa forma... 😡no me gusta la actitud de sus padres.... No ese chico no le conviene xq lo apoyan a el... Ciento q Jae solo sigue sus instintos y estos le dicen corre aléjate de el... Oajal actualices pronto...
ResponderEliminarEl ex de Jae creo tiene que ver con lo de su accidente, sus miedos y además con su último robo, y como es colaborador e incondicional de la madre los tiene completamente de su parte, pero casi estoy segura que es el culpable de todo. Lo de la venganza de Yunho aún no la entiendo, porque no se que tenga que ver con Jae.
ResponderEliminarEsa manera de deducirse de ambos me hace feliz por ellos.
Gracias, cada vez más interesante y emocionante.
No mames....los padred de jae son una mierda!!!por que lo trtan como si estuviera loco... maldito Ryu jin..se que tienes mucho que ver con lo que le paso a jj...estoy segura!!
ResponderEliminarYunhoo llevate a jae de ahi please