Receso
Retirada temporal o cese de la labor o actividad habitual.
Yunho
Rompí muchas
normas en mi vida, pero dormir con un interno
probablemente era una de las peores. No había precedentes para esto, y eso me aterrorizaba.
Al segundo
en que dejé el apartamento de Jaejoong, hice lo que hacía normalmente cuando follaba a alguien que conocí online: fui a casa, me duché, me serví un vaso de mi whiskey
escocés favorito y saqué mi ordenador portátil preparándome para buscar al siguiente.
Excepto que esta vez, no quería buscar al siguiente. Quería follar a Jaejoong, otra y otra vez. Quería oírlo gritar un poco más fuerte,
sentir su cuerpo envuelto contra el mío, y ver su rostro mientras
me enterraba profundamente en su interior.
Maldición…
No podía creer esto.
Podía contar con una mano el número
de hombres en los que pensé después de dejar un hotel, y no era debido a que ninguno de esos
hombres fuera memorable en una buena forma.
Y los que eran buenos, eran solo
“buenos” nunca asombrosos, como Jaejoong.
Una parte de mí se sentía mal por dejarlo justo después de que termináramos, por no
decir ni una palabra, pero tenía que marcharme.
No era de los que mantenía
conversaciones íntimas después
del sexo. Nunca.
Incluso aunque estaba más que tentado de conducir de regreso allí justo ahora y reclamarlo otra vez, tenía que obligarme
a aceptar un hecho muy duro: nunca
iba a dormir con él de nuevo.
Iba contra las normas.
***
—¿Dónde está mi café, Heechul?
—lo llamé a su escritorio—. ¿Por qué no me lo ha traído
el señor Kim todavía? ¿Llega tarde
hoy?
—No, señor.
—Sonaba confundido —. Son solo las
siete y media…
Miré el reloj de mi pared y suspiré
antes de terminar
la llamada. Me encontraba en el borde por alguna razón, y no me gustaba.
No fui capaz de dormir la noche anterior
e ignoré a propósito el mensaje que Jaejoong me envió a media noche. Decía:
“No puedo dormir… ¿Podemos
hablar sobre lo que acaba de ocurrir
entre nosotros?”
La respuesta
era no.
Nuestras conversaciones se acabaron. No había nada más que discutir. Hablamos. Follamos. Ese fue el final de nosotros.
Abrí la página web de Dating-Match, determinado a sacarlo
de mi mente. Todo lo que necesitaba era encontrar a otra persona,
y él se convertiría en una gota en un mar sin fin de otros hombres
un recuerdo fugaz que medio recordaría cada vez que viera su hermoso
rostro.
Había cientos de hombres nuevos en la página ahora, pero muy pocos de ellos captaron mi atención. Los que lo hicieron
parecían demasiado buenos para ser verdad, así que no me molesté en
abrir sus perfiles
completos.
Justo cuando
estaba leyendo sobre un profesor de matemáticas, una taza de café fue colocada sobre mi escritorio.
—Buenos días
—susurró Jaejoong.
No respondí.
Continué desplazándome a través de los perfiles online;
él lo captaría en algún momento.
Suspiró.
—Yunho…
—Es señor Jung.
—Alcé la mirada, deseando inmediatamente no haberlo hecho.
Hoy venía aún más impresionante que ayer.
—¿Puedo hablar
contigo un segundo?
—preguntó.
—¿Es sobre tu trabajo?
—No…
—¿Es sobre mi trabajo?
—No…
—Entonces
no. Vete.
—Es sobre ayer. —Permaneció inmóvil, haciendo que mi polla se pusiera rígida cuando se mordió el labio.
—Ayer fue un error, un momento lamentable
para nuestras carreras,
y te aseguro
que no sucederá de nuevo.
—Eso no es lo que iba a decir.
—Señor Kim —dije, levantándome de mi escritorio y caminando hacia él —, usted y yo trabajamos juntos profesionalmente. Si hubiera sabido la verdad detrás de
todas sus ridículas mentiras antes, habría dejado de
hablarle inmediatamente. Y
luego lo habría denunciado
por robar la información de otra persona y usarla como propia.
El hecho de que es un mentiroso permanece, y lamentablemente dadas las circunstancias y el hecho de que ya lo he follado, no queda nada por decir entre nosotros.
Abrió la boca para decir algo, pero presioné mi dedo contra sus labios.
—Nada más
—susurré, acercando mi cara a la suya—. ¿Entiende?
—Eres… —Su labio inferior tembló mientras se apartaba de mí con brusquedad—. ¡Eres tan gilipollas! ¡No puedo creer que me acosté contigo!
—Créelo.
Estoy seguro de que será un buen recuerdo para ti, dado que apenas tienes sexo.
Él sacudió la cabeza.
—¿También
estabas fingiendo en el teléfono?
No eres para nada como el hombre
con el que hablaba por la noche,
para nada como…
—Por favor, ahórreme
la mierda de la súplica
emocional, Señor Kim. Tomaré mi próxima taza de café al mediodía. Gracias.
—Estarás esperando. —Él rodó los ojos—. La
traeré cuando me apetezca.
—¿Vas a hacer que te despida
por una taza de café?
—Para ser honesto, usted podría no querer que prepare su café, señor Jung. —Estrechó los ojos en mi dirección—. Quién sabe lo que pondré
en él.
—Jodidamente te desafío… —Me acerqué
un paso.
—¿Es eso una amenaza? —Se encogió de hombros.
—Es una jodida promesa. —Lo empujé contra
la pared y presioné mis labios contra los suyos, levantando su pierna alrededor de mi cintura.
Mi polla
había estado dura desde que dejó mi taza de café, y estaba
frotando su mano contra ella a través de mis pantalones ahora mismo, murmurando.
Saqué un condón de mi bolsillo y lo presioné en su
mano mientras devoraba su boca —mordiendo
sus suaves labios,
burlándome de su lengua
con la mía. Si pudiera,
follaría su boca todo el día.
Mientras él desabrochaba mis pantalones, deslicé una mano por debajo de su pantalón
y lo tiré, gimiendo
una vez que sentí lo húmedo que estaba.
—Yunho… —Se estaba
tomando demasiado tiempo
con el condón, así que lo hice yo mismo. Al segundo en que lo tuve puesto, me deslicé dentro de él profundamente, mordiendo sus labios para que no gritara.
Agarré sus manos y las coloqué alrededor de mi cuello.
—Siempre húmedo… —Lo sentí
intentando quitar su pierna de alrededor de mi cintura, pero lo mantuve inmóvil—. Di mi nombre otra vez…
—Sí… —Jadeó mientras
envestía en su interior, una y otra y otra vez—.Sí…
—Dilo. —Apreté
su trasero.
Sus murmullos eran cada vez más y más fuertes.
—Mi nombre, Jaejoong ... —Besé su boca—. Di mi nombre...
Su entrada se
aferraba a mi polla más y más fuerte, y sus uñas arañaban
mi cuello.
—Estoy… estoy a
punto…
Inmediatamente me detuve a media envestida
y susurré ásperamente en su oído.
—Di mi jodido nombre, Jaejoong …
Sus uñas se hundieron
en mi piel.
—Yunho…
Ante el sonido de mi nombre en sus labios,
me deslicé en su interior y él se vino, tan perfectamente. Sentí mi propia liberación segundos
después, y pude sentirlo enterrar
la cabeza en mi
pecho para ahogar sus gemidos, pero alcé su cabeza.
—Detén eso…
Jadeando, él mantuvo sus ojos en mí.
—¿Detener
el qué?
—El esconder tu voz de mí… —Besé sus labios otra vez, sin hacer ningún movimiento para salir
de él, y nos quedamos
allí de pie entrelazados el uno con el otro por lo
que se sintió como una eternidad.
Tanto como quería decirle que se marchara y se largara de mi oficina, no era capaz de hacerlo.
En cambio, lo besé en la frente
y salí lentamente, reajustando su pantalón.
Después de tirar
el condón, recogí uno de sus zapatos, que se le cayó.
Acomode su cabello. Como si estuviera
devolviéndome el favor, me cerró
la cremallera y arregló el cuello de mi camisa.
Luego los dos nos quedamos
parados mirándonos el uno al otro. No tenía ni idea de qué demonios acababa de suceder, y solo a una parte de mí le gustó.
La otra mitad
lo amó.
—Tienes
que volver a trabajar. —Tiré del colgante
de una zapatilla de ballet que llevaba
alrededor del cuello—. Todavía me debes ese informe de Brownsteins, descenso de categoría o no.
—Me dijiste que no
era un descenso.
—Saqué una página
de tu libro y mentí.
—Rodé los ojos y retrocedí un paso—. Vuelve
al trabajo.
—Está bien, señor Jung. —Sonrió y se dirigió a la puerta.
—Y cuando vuelvas
—añadí—, simplemente deja mi taza de café de la tarde en esa estantería y sal. No te acerques para nada
a mí
y no me digas nada.
—¿Por qué no?
—Porque te follaré otra vez si lo haces. Se sonrojó y salió de la habitación.
Al segundo en que se fue, caí en mi silla y sacudí la cabeza.
¿Dos veces en menos de veinticuatro horas? Jesús…
Saqué el archivo de mi último
caso, pero no podía obligarme
a leerlo.
Todo en lo que podía
pensar era en Jaejoong.
Había sentido
algo como esto antes, y sabía
que no llevaría a nada excepto a desesperación. Lo que sentía
no era nada profundo, nada que lo alcanzara todo todavía, pero era real, y no había nada que yo pudiera
hacer para detenerlo.
Construí los últimos seis años de mi vida separándome a mí mismo de
cualquier posibilidad de tener sentimientos por otra persona,
negándome a construir ninguna
amistad, pero Jaejoong logró colarse por mis impenetrables puertas de algún modo. Y no solo se coló, lo hizo con mentiras,
algo que nunca permitiría de nadie más. Algo que habría hecho que lo descartara inmediatamente y nunca pensara
en él otra vez.
No tenía la menor
idea de cómo manejar esto. Esto era
territorio desconocido y no tenía ni idea de por dónde
navegar después.
Suspirando, recogí el archivo de mi caso y me obligué a leer las primeras páginas, así podría obtener
control sobre mí mismo. Antes de que lo supiera,
me encontraba perdido en mi trabajo, y la única cosa en mi mente era cómo iba a convencer a un jurado para que creyera la mierda de mi último cliente.
Antes de que pudiera
llamar al fiscal jefe y preguntarle qué iba a ofrecer a cambio de un acuerdo
con la fiscalía, sentí algo caliente salpicar
mi regazo.
Mi maldito
café.
—¿Qué demonios crees que estás haciendo? —Dejé caer mis papeles
en el escritorio, mirando ferozmente el rostro enrojecido
de Jaejoong —. ¿Acabas de tirar eso en mi regazo
a propósito?
—Sí. —Asintió, y me di cuenta de que había lágrimas
en sus ojos—. Traer tu café es mi trabajo,
¿verdad?
—¿Eres jodidamente bipolar?
—No, solo soy un mentiroso, como tú dijiste. En realidad
soy justo igual que tú, pero al menos
yo puedo admitir cuando no te he dicho la verdad, al menos yo tengo
una razón.
—¿Perdona?
Las lágrimas
descendieron por sus mejillas.
—Tiene un visitante
en recepción.
—¿Es tu reemplazo? —pregunté
con sequedad—. Porque lo juro por Dios, si estas manchas
no salen de mis pantalones…
—Es tu esposo.
que como que yunho es casado espero que sea mentira por que si no Jae sufrirá mas pues creo que el ya se a enamorado de yunho y el yunho de Jae también aun que este no lo acepte del todo
ResponderEliminarGracias
Como?????
ResponderEliminarCooomoooo?????
Q Yunho tiene esposo???..
No no noooooo no puede ser...como es eso????
Estoy en shock!!!
Santa virgen de la papaya 😐
ResponderEliminarYunho es el bipolar primero quiere a Jae y luego le dice cosas,ahora esta casado???? Pobre Jae
ResponderEliminarQqqqqqqq.... yunho tu tbm eres un mentiroso pero xqqq q paso xfaa actualizalo.....
ResponderEliminarAhora q pasaraaa gracias x el cap
Queeeee es x eso que yunho no quería nada con nadie... las mentiras y todo el rollo
ResponderEliminarSu esposo le mintió???? Ahhhh pobre jj ahhh yunho
Lo que más pregona Yunho es en lo que más comete. Yunho un gran mentiroso y solo ha lastimado más a Jae.
ResponderEliminarGracias!!!
Queeeeee, esposo .....gracias
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