Consentimiento
Un acuerdo voluntario a la proposición de otro.
Jaejoong
Asunto: Seúl/Tus Tangas
Para que conste,
fui a la escuela de derecho
en Seúl. Fui el mejor estudiante de mi clase.
—Yunho
PD: Si escondes un par más de tus tangas húmedas con las
notas “Para tu fetiche”
en el cajón de mi
escritorio, voy a suponer
que quieres que duerma con tu culo
sobre mi cara. Me ha
estado doliendo la lengua por hacer eso desde la primera vez que te “conocí”, así
que no hay necesidad de pistas innecesarias…
—¿Jaejoong? —La voz de mi madre sacó la sonrisa de mi cara—. Jaejoong, ¿estabas escuchando a tu padre en este momento?
—No, lo siento.
—Suspiré, horrorizado de que siguiera sentado
en una cena con ellos.
Me habían llamado al segundo
en que mi ensayo terminó
y exigieron que condujera de vuelta
a casa para que pudiéramos viajar todos juntos a nuestro restaurante “favorito”. Era donde todos
sus
amigos del club de campo comían regularmente, y sabía que sólo querían venir aquí para afirmar nuestra imagen de familia
aparentemente perfecta.
—¿Me estás escuchando ahora? —Mi padre levantó
una ceja.
—Sí…
—Te trajimos aquí para poder contarte que… voy a postularme para gobernador en las próximas elecciones —dijo.
—¿Quieres mi voto?
—Ugh, Jaejoong —resopló mi madre, y chasqueó
los dedos hacia el camarero—. Este es uno de los momentos
más felices de tu vida.
—No… —Negué
con la cabeza—. Estoy bastante
seguro de que no es…
—Todos esos años de trabajo
duro, construyendo nuestra firma para ser una
de las más impecables de la ciudad —dijo mientras
miraba los ojos de mi padre—, se trata de una enorme ganancia.
Ya tenemos unos cuantos compromisos verbales para el presupuesto de la campaña, y ya que estamos del mismo lado, te
corresponde…
—Tienes una
muy buena oportunidad de ser gobernador. —La interrumpí—.
Felicidades,
papá.
Él se estiró
sobre la mesa y apretó mi mano.
Mi madre no parecía capaz de callarse.
—Tendremos que tomar nuevas fotos familiares
para publicidad, ¿sabes? Fotos que podamos
darle a la prensa para sus artículos, así que tendrás
que arreglarte el cabello en algo distinto. Es una monstruosidad.
— No es
una monstruosidad… es sólo… —regañó mi padre
—¿Es solo
qué? —Miré de ida y vuelta entre ellos.
—Es importante para nosotros lucir como una unidad
cohesiva en la campaña
electoral. —Mi madre tomó una copa de vino del camarero
y esperó a que se alejara—. Puede que tengamos
que hacer algunas salidas como familia.
—Te estás postulando para gobernador, no para presidente, ¿y qué chico de veintitantos años viaja con sus padres durante una campaña sólo para sesiones fotográficas?
—Nuestro oponente
tiene
gemelos de veinte años que han sido educados en casa —dijo ella—. Viajan a países del tercer
mundo cada verano para ayudar a los pobres
y estoy bastante
segura de que van a estar en cada parte de la campaña
electoral.
Bufé.
—¿Por qué estás tratando
de competir con gente genuina? ¿No crees que ellos
sean los que merecen ganar?
—Jaejoong, esto
es serio. —Mi padre parecía
molesto—. Este ha sido mi sueño desde hace mucho tiempo y queremos asegurarnos de que nada se interponga en el camino.
Ambos intercambiaron miradas y levanté una ceja.
—¿Nada como qué? —pregunté.
—Está bien… —Mi madre bajó la voz y miró por encima de su hombro antes de hablar—. Necesitamos saber si hay algún esqueleto
en tu armario, alguna imagen
en las redes sociales
que te hagan parecer un chico fiestero, algún
ex novio o pareja sexual
con el que podrías
tener que lidiar, o cualquier cosa que nos haría quedar como malos padres.
—Ustedes son malos padres.
—Basta, Jaejoong. —Mi padre me agarró
la mano y la apretó con fuerza—. Los dos te hemos
dado todo lo que alguna vez pudiste
querer mientras crecías
y todo lo que estamos pidiendo es un pequeño sacrificio de tu parte.
—No tengo ningún esqueleto en mi armario.
—Apreté los dientes.
—Bien. —Mi madre puso su sonrisa falsa—. Entonces, cuando te retires de la escuela
en tu último año para ayudarnos
con la campaña, no se verá sospechoso.
Ya hemos hablado con el jefe de departamento acerca de las clases online y,
de hecho, son ofrecidas. Para aquellas que no lo son, tendrás que presentarte
en la escuela
para tomarlas, pero hacen consideraciones especiales para estudiantes con circunstancias como la tuya…
—No —la interrumpí—. No, gracias.
—Esto no está en discusión, Jaejoong. Esto es para el beneficio de…
—El sueño de papá, ¿verdad? —Traté de no alterarme—. ¿Porque él es la única persona
en esta familia que tiene un sueño?
—Sí —dijo
mi madre a través de su sonrisa
dentuda—. Estamos hablando de sueños reales,
Jaejoong. No unos fallidos que no tienen
ni-una- oportunidad-en-el infierno-de-cumplir.
—¿¡Disculpa!? —Me levanté—. ¿Quieres hablar de sueños fallidos cuando los dos
han fallado más que nadie que conozca a expensas
de su propio hijo? — Había lágrimas
en mis ojos.
—Jaejoong, vuelve
a sentarte. —Me agarró la mano—. No hagamos
una escena.
—¡Vamos a hacerla! —Arrebaté mi mano—. ¡Vamos a discutir
cómo tengo veintidós malditos años y estoy en tercer
año en la universidad cuando ya debería
estar
graduado! ¿Les
parece?
¿Pueden
explicar
por qué es eso?
La cara de mi padre enrojeció e hizo señas para que me sentara, pero me mantuve firme.
Mi madre se aferró a sus perlas.
—Jaejoong
… hicimos lo
que era mejor en
el momento, y a pesar de que cambiar los sistemas escolares dos veces en dos años fue desafortunado, te hizo ser quién eres hoy. Ahora, la campaña
no comenzará hasta…
—No me importa cuándo demonios empiece.
No voy a ir a una campaña electoral sin sentido, y no voy a tomar ninguna de mis clases online,
porque adivinen qué. —Podía sentir mi sangre hirviendo—. ¡No se puede aprender
el jodido ballet
en línea!
El restaurante de repente
se quedó en silencio.
—Ustedes son más allá de egoístas
y ni siquiera lo saben. —Negué con la cabeza—.
Voy a votar por el otro tipo. —Me fui pisoteando en medio de jadeos y susurros
de las otras mesas, ligeramente contento de que la
imagen de familia perfecta
de mis padres hubiera sido arañada
públicamente.
—¿Su número, señor? —me dijo el valet mientras
salía.
—¿Mi qué?
—¿Su número? —Él ladeó la cabeza—. ¿Para
su auto?
Mierda… suspiré y miré por
encima de mi hombro.
Los clientes apuntaban en mi dirección y no podía
soportar la idea de volver ahí sólo porque
no tenía forma de volver a casa.
Consideré llamar a un taxi, pero sabía que era inútil. Tomaría una eternidad que llegara
hasta aquí, y probablemente podría caminar de regreso a mi apartamento más rápido de lo que llegaría.
Había una
parada de autobús a un kilómetro
más o menos, pero sólo tenía una tarjeta de crédito.
Dudaba que Yunho viniera
a buscarme, pero decidí intentarlo.
Asunto: Un Paseo.
Realmente necesito un favor…
—Jaejoong
Asunto: Re: Un Paseo
Querer dar un paseo en mi polla a medio día no debería ser considerado como
un
“favor” en este punto.
—Yunho
Asunto: Re: Re: Un
Paseo
No estoy hablando
de tu polla. Estoy hablando
de tu auto… ¿serías capaz de venir a recogerme
en este momento? Estaba en una cena con mis padres pero no terminó muy bien… y
no tengo mi auto.
Si no puedes,
lo entenderé.
¿Dónde estás?
—Yunho
Media hora más tarde, él se detuvo en
la calzada del club de campo.
Me metí en su auto antes de que siquiera
pudiera aparcar sin volverme a mirar hacia los miembros
presumidos que probablemente susurraban y se preguntaban acerca de lo que
había pasado entre mis padres y yo.
—Te llevo a casa, ¿verdad?
—preguntó mientras aceleraba.
—No…
Me miró.
—¿Te llevo a GBJ?
—Si quieres. Pero no a mi apartamento. —Hice una pausa—. Estoy seguro
de que mis padres se detendrán
por allí después de la cena y
tratarán de hablar conmigo, así que…
—¿Ya comiste?
—Perdí el apetito… —dije en voz baja, y luego sonreí—. Pero si estás interesado en llevarme a una cita en este momento,
no me opongo a eso.
—¿Por qué te llevaría
a una cita?
—Porque me debes una.
—¿Desde cuándo?
—Una vez dijiste
que me llevarías
a una si alguna vez nos conocíamos
en persona, y aun no lo has
hecho.
Nos acercamos a un semáforo y se giró para mirarme.
—Si estuviera vagamente interesado en llevarte a una en este momento, lo cual no estoy,
¿a dónde demonios
te llevaría si ya has cenado?
—Sorpréndeme. —Me encogí de hombros y me apoyé contra el vidrio, cerrando los ojos. Prácticamente
podía imaginármelo mirándome, y dedicándome esa
mirada
de “estás malditamente loco”, y mientras conducía de vuelta
a la calle, sonreí, esperando
que esto fuera el comienzo
de nosotros saliendo regularmente.
Soñaba con él besándome en la sala de la galería otra vez cuando lo sentí sacudir suavemente mi hombro.
—Jaejoong
… —susurró—. Jaejoong,
despierta.
Levanté la cabeza y miré por
mi ventana. Había plantas exuberantes
y un enorme edificio
con una pared de vidrio
un condominio ejecutivo. Mi corazón dio un vuelco porque
sabía que él nunca había llevado
a un hombre a su casa antes, y
estaba feliz de ser el primero.
Lo miré, listo para decir algo, pero luego lo vi jugueteando con un pase verde de estacionamiento y miré por la ventana
frontal… viendo dónde estábamos
realmente.
Fuera de un hotel.
—¿Tu idea de una cita es
llevarme a un hotel?
—Se trata más de
follarte en el hotel.
—Yunho, aquí es donde traes a
todas tus otras citas…
—¿Y?
Mi corazón
se hundió.
—¿Acaso no pensaste que traerme
aquí heriría mis sentimientos?
—¿Prefieres el Marriott?
Parpadeé.
—No tienen
el mismo nivel de servicio de habitación —dijo—, pero si eso es lo
que prefieres…
—Sólo llévame a casa, ahora mismo. —Mi voz se quebró y me apoyé contra la ventana, cerrando los ojos de nuevo—.
Lidiaré con mis
padres…
***
Me desperté en un sofá de cuero,
metido debajo de una suave manta negra.
Sentándome, vi que mis zapatos habían sido quitados
y colocados en un estante al otro lado de la habitación. Había una bandeja con fruta fresca y chocolates en la pequeña mesa frente a mí, y había una botella
de vino puesta junto a dos copas.
La habitación parecía como si hubiera
sido sacada de una revista:
cortinas de seda blanca,
paredes grises, y retratos
enmarcados en plata. Uno de esos retratos era de un maldito
hotel, haciendo evidente
donde me encontraba exactamente.
Inmediatamente arrojé la manta listo para encontrar
a Yunho y gritarle por traerme aquí contra mi voluntad. Caminé por el pasillo,
notando lentamente que los cuadros
colgando de las paredes
eran de él.
En una imagen, estaba de pie en una playa, mirando a lo lejos. En otra, estaba
de pie delante
de un taxi en Seúl, y en otra, se apoyaba contra una
banca en un parque
de la ciudad.
Era joven en todas esas fotos sus ojos tenían un encanto
más juvenil, y si no me equivocaba, se veía feliz.
Extremadamente feliz.
En medio de todas las imágenes
más grandes, habían pequeños
bloques de madera en forma de un entrelazado “J”
y “Y”. Al principio pensé que eran las iniciales de Yunho, pero
ese no era el caso: en el último cuadro al extremo del pasillo había una foto enorme de “J” y “Y” que se
componía únicamente de fotos de Seúl.
¿”J” y “Y”?
Seguí caminado por el pasillo,
sonriendo cuanto más “estimaba” las fotos que colgó de él mismo. Me detuve cuando escuché
el sonido del agua corriendo y seguí hasta el interior de la enorme habitación.
Todo se hallaba
encapotado en negro:
las sábanas que cubrían la cama tamaño King, las largas cortinas de seda que colgaban sobre las puertas francesas
del balcón, y la alfombra de felpa que descansaba sobre sus pulidos suelos de madera.
Caminé hacia
su armario y tiré del primer cajón.
—¿Qué estás
haciendo? —Yunho estaba parado
detrás de mí.
—Estaba… —Me paralicé cuando
envolvió sus brazos
alrededor de mi cintura—. Buscaba entre
tus cosas.
—¿Algo en particular? —Besó la concha de mi oreja por detrás.
—Busco dónde guardas mis tangas.
Dejó salir
una
risa.
—Están al lado de mi cama. —Deslizó sus manos por debajo de mi pantalón y me paralicé una vez que sus dedos encontraron mi culo desnudo—. Ya que no usas nada, ¿necesito devolvértelas?
Rodé los ojos y
me dejó ir.
—¿Esto es mejor que una habitación de hotel? —preguntó.
—Depende. —Me giré—. ¿Cuántos
más has traído aquí?
—Ninguno.
—¿Ninguno? —No podía creerlo—. ¿En seis años?
—Me gusta mantener mi vida de folladas separada de mi vida hogareña.
—Apretó mi mano.
—Entonces, ¿soy la excepción a la regla?
No respondió. Simplemente me llevó al otro lado de la habitación y al interior de una suite completamente blanca en donde el agua de la ducha seguía corriendo.
—He estado esperando a que despiertes… —Me
miró.
—¿Por qué quieres
que veamos películas
juntos?
—Porque quiero
follarte
en la ducha. —Presionó
mi espalda contra la pared y me
miró a los ojos—. Porque quiero follarte
toda la noche.
Gemí mientras ponía su rodilla
entre mis muslos y me sacaba la camisa por encima de la cabeza. Deslizó
una mano detrás de mi espalda,
y pasó su lengua
por mis pezones.
—Quítate el pantalón… —Se alejó
de mí.
Mis manos
fueron a mi cremallera,
pero mis ojos permanecieron pegados a él mientras
comenzaba a desvestirse.
Lo había follado numerosas veces en su
oficina, imprudentemente monté su polla una y otra vez, pero nunca lo vi completamente desnudo.
Se quitó su camisa con cuello de V
por encima de la cabeza y la lanzó a la esquina,
exponiendo su paquete de abdominales cincelados y un pequeño tatuaje en cursiva grabado en su pecho.
Intenté leer qué decían las palabras, pero luego liberó los cordones
de su pantalón y lo dejó
caer al suelo.
Podría ver que su polla se encontraba dura a través de sus calzoncillos, y esperé
que se los quitara, pero caminó hacia mí.
Agarrando mi mano, la posicionó contra la pretina.
—Quítamelos.
Deslicé mi pulgar debajo
del elástico, pero me detuvo.
—Con tu boca.
Mis ojos se abrieron
mientras lo miraba, viendo la sexy sonrisa en su
rostro.
Me doblé lentamente y tracé besos por su cintura,
escuchándolo inhalar
con fuerza mientras sus manos se deslizaban por mi cabello.
Agarré sus muslos en busca de equilibrio y tiré del dobladillo de sus calzoncillos con mis dientes.
Tirando de la tela hacia abajo unos escasos centímetros, usé mis dedos para moverlos más abajo, pero me apartó por el cabello.
—Solo tu boca —advirtió.
Le lancé una mirada de entendimiento y me dejó ir. Otra vez agarré sus calzoncillos con mis dientes y lentamente bajé la tela por sus
piernas.
Levanté la mirada y vi que su polla se encontraba levantada ante la atención, dura como roca y lista para mi culo, como siempre,
y por la mirada en sus ojos, sabía que iba a levantarme y follarme
contra la pared.
Antes de que tuviera la oportunidad, me puse de rodillas
y agarré su polla con mi boca alrededor de la punta y lentamente la masajeé con la lengua.
—Jaejoong
… —Pasó sus dedos
por mi cabello y me miró—.
¿Qué haces?
—Estoy… —Sentí
mis
mejillas
calentarse—. Estoy chupando tu polla.
Parpadeó, dejando
que una ligera sonrisa se extendiera por sus labios.
— No la estás chupando… la estás besando.
—Iba a llegar a esa parte.
Intentaba hacerlo
como… —Negué con la cabeza
y me levanté, completamente avergonzado —. No importa.
—¿Intentabas hacerlo
como qué? —susurró contra mis labios.
Negué con la cabeza otra vez y me miró a los ojos.
—No necesitas ver a nadie
más para aprender. Yo
te enseñaré…
Aun sonriendo, agarró mi mano y me llevó a la ducha. Presionó
su pecho contra el mío y deslizó un dedo en mi boca mientras el agua corría sobre nosotros.
—¿Es todo
lo
que puedes abrirla
para mí?
Parpadeé, asintiendo.
—Vas a tener que abrirla
más si mi polla va a entrar en tu boca… —Se sentó
en la pequeña banca mojada detrás de
él y me señaló que me inclinara.
El agua que caía azotaba mi espalda
mientras me
arrodillaba.
—Lámete los labios —ordenó,
y obedecí, sintiéndome completamente fuera de mi zona.
Me incliné, asumiendo que se suponía que lo tomara en mi boca ahora, pero me detuvo.
—Mójala.
—¿Qué?
—Pon mi polla en tu boca y mójala.
Dudoso, presioné
mis
labios
contra su polla y deslicé mi lengua
por su eje. Me encontraba arremolinándola contra él lentamente, pero luego tiró de mi cabeza hacia arriba.
—Estás siendo demasiado
amable —dijo—. No necesito que seas un maldito
caballero ahora…
—Yo…
—Necesito que seas agresivo, codicioso, y descuidado
porque no voy a ser amable
cuando te esté devorando. —Cuidadosamente bajó mi cabeza
y extendió un poco las piernas—. Masajea mis bolas con
tu mano…
Inmediatamente las
acuné, frotándolas entre sí.
—Un poco más fuerte…
—Su respiración se ralentizó
y aceleré el ritmo de mis dedos.
—Ahora —susurró—. Abre la boca tanto como puedas, y toma mi polla tan profundo como puedas…
Abrí la
boca
y tomé los primeros centímetros con facilidad
mientras él enredaba los dedos en mi cabello.
—Mantén los ojos en mí.
—Pareció
un
poco
impresionado—.
No tienes que tomarla
toda ahora… —Usó mis hombros
para hacerme retroceder y luego atraerme—. Sigue metiéndola y sacándola
de tu boca justo así…
Gimiendo, me miró con pura lujuria en los ojos, y luego susurró—: Llévame
más profundo.
Seguí sus instrucciones y gruñó más fuerte.
Podía ver los músculos
de sus piernas tensarse
mientras mi boca cubría poco más de la mitad de su polla. Comenzaba a sentirme un poco más audaz, más confiado,
así que tomé un poco más de él.
—Joder…
—Inhaló.
Usé mi mano libre para cubrir la parte de su polla que no estaba en mi boca, y la masajeé
de la misma forma en que masajeaba
sus bolas: suave pero agresiva.
Comenzó a tirar de mi cabello,
rogándome tomar más de él en mi boca.
—Tómala toda…
Sintiéndome ahora en control, negué su solicitud, y aceleré
el ritmo, inclinando mi cabeza arriba
y abajo.
—Jaejoong …
—Sus palabras eran tensas.
Lo tomé un poco más profundo,
envolviendo mis labios a su alrededor
con un poco más de fuerza, pero no del todo.
—Jaejoong … —dijo otra vez, sonando desesperado.
No ponía atención
a sus palabras. Me encantaba
la manera en que se sentía
su polla dentro de mi boca, amaba la forma en que mi lengua le dominaba
y lo hacía reaccionar.
—Alto. —Me tiró del pelo y me miró—.
Toma toda mi polla en tu maldita boca ahora.
Deslicé mi boca sobre
él y me incliné todo el camino, sin detenerme hasta que tocó mi garganta.
Yunho cerró los ojos brevemente y suspiró.
Luego los abrió de nuevo y habló
firmemente.
—Necesito que me dejes venirme en tu boca… —Su voz era rasposa—. Y
necesito que te
tragues cada maldita gota…
Agarré sus rodillas y lo chupe más y más rápido, y su polla comenzó a palpitar
en mi boca. Podía sentirla pulsando, en constricción, y mientras
se inclinaba hacia atrás y finalmente se dejaba ir, yo sentí chorros
de calor deslizándose por mi garganta.
Su semen era salado y grueso, y honestamente me encantaba el sabor.
Cuando la última gota descansó en mi boca, lo miré a los ojos mientras me miraba. La expresión
en su cara era de pura satisfacción y admiración, y estaba
más encendida de lo que estuve
nunca antes en mi vida.
Se levantó, llevándome con él y presionando sus labios
en los míos.
— Eso fue jodidamente perfecto. —Cerró la
ducha, me sacó del baño y me llevó de regreso a su habitación, sin preocuparse por secarme.
Me agarró por la cintura y me lanzó a la cama.
—Abre
las piernas.
Dejé mis
piernas
caer y se subió sobre mí. Estrellando sus labios contra los míos, chupó mi labio inferior en su boca.
Podía sentir la punta de su polla frotándose con mi culo, y levanté las caderas,
invitándolo a follarme.
Después de estar con él en la ducha, no quería hacer más juego previo y no quería hablar. Solo quería que me follara ahora.
Sus manos acariciaron mi pecho y las alejé.
—Fóllame, Yunho.
—Lo haré.
—Ahora.
Me sonrió, pareciendo como si quisiera
decir algo inteligente, pero se inclinó y
alcanzó la mesa de noche
para buscar un condón.
Rápidamente lo deslizó sobre él y entró en mí con una estocada, haciéndome gemir de placer.
—Ahhhh… —Me estiré y agarré su cabello
mientras su polla golpeaba contra mí implacablemente. Estaba seguro de que nunca me cansaría de que me follara, y tanto como quería que esto durara, no sería capaz de contenerme.
—Yunhoww… —dije su nombre mientras mis caderas comenzaban a sacudirse
y mi orgasmo me tomaba.
Grité, cayendo en las almohadas, y él colapsó
sobre mí segundos
después.
Ambos yacimos ahí, enredados en el otro durante mucho
tiempo, sin decir una palabra.
Cuando finalmente encontré la energía para hablar, me aclaré la
garganta.
—¿Vas
a dormir dentro de mí toda la noche?
—Claro que no. —Salió de mí, haciéndome extrañar la sensación de él inmediatamente. Caminó hacia el armario, desechando el condón.
—¿Qué haces? —Me senté.
—Vistiéndome.
—¿Para qué?
—Para poder llevarte a casa. —Se puso unos pantalones—. Y entonces poder dormir.
—Se puso una camisa, y luego me miró—. ¿Cuánto tiempo crees que te llevará prepararte?
—No quiero irme a casa. —Sacudí la cabeza—.
Quiero quedarme.
—¿Aquí? —Parecía absolutamente confundido.
—Sí, aquí.
—¿Como toda la noche?
Asentí, y se paró ahí mirándome como si le acabara de pedir lo impensable. La mirada que me dedicaba era una de angustia, arrepentimiento, y por un segundo
casi me sentí mal por sugerirlo.
—Jaejoong, no… —Suspiró— Nunca dejo a nadie pasar la noche.
—Entonces déjame ser el primero…
Siguió mirándome,
dándose golpecitos en la barbilla,
y luego caminó hacia su armario
y agarró un pijama.
—Puedes dormir con esto… —Me lo entregó.
Lo agarré
y lo tomé, pero él negó con la cabeza.
—Levántate.
Salí de la cama y me paré frente a él.
Se tomó su tiempo ayudándome con la camisa de botones, besando cada parte de mi piel expuesta hasta que llegó al botón superior,
y cuando terminó,
besó mis labios.
Esperaba que luego me pusiera los pantalones, pero los lanzó al otro lado de la habitación.
—Entra en la cama.
Sonriendo, me deslicé bajo las sábanas
mientras él apagaba
las luces.
Se unió a mí en la cama segundos después,
atrayéndome contra su pecho.
—¿Estás feliz? —susurró.
—Sí…
—¿Seguro? ¿Hay algo más fuera de mi zona de confort
que quieras que haga por ti esta noche?
—Nada, pero podrías
prepararme el desayuno
por la mañana.
—Estás presionando…
—Solo en caso de que cambies de opinión,
me gustarían waffles,
tocino, fresas rebanadas,
y jugo de naranja.
—A menos que quieras comerte todo eso de mi polla, no va a pasar. —
Pellizcó mi trasero—. Duérmete, Jaejoong.
***
En la mañana,
abrí los ojos y me di cuenta de que me encontraba solo en la cama de Yunho. Miré hacia donde había dormido él y encontré una nota en papel de GBJ:
Tuve que ir
corriendo a la oficina para reunirme
con
un cliente nuevo. Regresaré
para llevarte a casa.
PD: Siéntete
libre de llevarte tu
colección de tangas.
—Yunho
Salí de la cama, listo para explorar
más su condominio, pero de pronto hubo un toque fuerte en la puerta.
Me apresuré y giré la perilla, esperando ver a Yunho.
Pero era un hombre vestido de negro.
—Eh, ¿hola? —Intenté
no parecer confundido.
—¿Es usted Jaejoong Kim?
—Sí…
—Genial. —Me entregó una bolsa blanca—. Waffles gourmet, tocino, fresas
rebanadas
y jugo de naranja,
¿verdad?
Que bonito saber que la historia les esta gustando, aunque no menciono ni a Junsu, Yoochun o Changmin, les pido una disculpa pero la historia no se presta. Muchas gracias por sus comentarios.
Jajajaja me encanta....Jae le esta llegando duro a Yunho....todo lo q no hacía lo esta haciendo x Jae...mira q dejarlo dormie el su depa con él y mandarle desayuno....ame este capítulo...rompiendo sus muros...gracias
ResponderEliminarJae poco a poco esta haciendo que Yunho salga de su encierro y el no puede negarse,me gusto el detalle del desayuno
ResponderEliminarPoco a poco JJ está haciendo que Yunho salga de su zona, amé demasiado el detalle del desayuno! ����
ResponderEliminarEspero la actualización con ansias ����
Que estés bien!
Kai
que bien que Jae tiene a yunho comiendo de su mano y el yunho no se a enterado que hace la voluntad de Jae
ResponderEliminarGracias
Ahhhhh q bonito yunho ya está abriendo su espacio para jae... poco a poco jejejej más bonitos
ResponderEliminarJae está logrando lo que nadie con Yunho, espero que los padres de Jae no lo descubran porque creo que lo presionarán con eso para que haga lo que ellos quieren.
ResponderEliminarGracias!!!
Caiste Yunho,mi gatito ya te tiene.......lindos ......gracias
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