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Duda razonable: Capítulo 11

Consentimiento
Un acuerdo voluntario a la proposición de otro.

Jaejoong

Asunto: Seúl/Tus Tangas
Para que conste, fui a la escuela de derecho en Seúl. Fui el mejor estudiante de mi clase.
—Yunho
PD: Si escondes un par más de tus tangas húmedas con las notas “Para tu fetiche” en el cajón de mi escritorio, voy a suponer que quieres que duerma con tu culo sobre mi cara. Me ha estado doliendo la lengua por hacer eso desde la primera vez que te “conocí”, así que no hay necesidad de pistas innecesarias…

—¿Jaejoong? —La voz de mi madre sacó la sonrisa de mi cara—. Jaejoong, ¿estabas escuchando a tu padre en este momento?
—No, lo siento. —Suspiré, horrorizado de que siguiera sentado en una cena con ellos.
Me habían llamado al segundo en que mi ensayo terminó y exigieron que condujera de vuelta a casa para que pudiéramos viajar todos juntos a nuestro restaurantefavorito”. Era donde todos sus amigos del club de campo comían regularmente, y sabía que sólo querían venir aquí para afirmar nuestra imagen de familia aparentemente perfecta.
—¿Me estás escuchando ahora? —Mi padre levantó una ceja.
—Sí…
—Te trajimos aquí para poder contarte que… voy a postularme para gobernador en las próximas elecciones —dijo.
—¿Quieres mi voto?
—Ugh, Jaejoong —resopló mi madre, y chasqueó los dedos hacia el camarero—. Este es uno de los momentos más felices de tu vida.
—No… —Negué con la cabeza—. Estoy bastante seguro de que no es
—Todos esos años de trabajo duro, construyendo nuestra firma para ser una de las más impecables de la ciudad —dijo mientras miraba los ojos de mi padre—, se trata de una enorme ganancia. Ya tenemos unos cuantos compromisos verbales para el presupuesto de la campaña, y ya que estamos del mismo lado, te corresponde…
—Tienes una muy buena oportunidad de ser gobernador. —La interrumpí—. Felicidades, papá.
Él se estiró sobre la mesa y apretó mi mano.
Mi madre no parecía capaz de callarse.
—Tendremos que tomar nuevas fotos familiares para publicidad, ¿sabes? Fotos que podamos darle a la prensa para sus artículos, así que tendrás que arreglarte el cabello en algo distinto. Es una monstruosidad.
No es una monstruosidad… es sólo… —regañó mi padre
—¿Es solo qué? —Miré de ida y vuelta entre ellos.
—Es importante para nosotros lucir como una unidad cohesiva en la campaña electoral. —Mi madre tomó una copa de vino del camarero y esperó a que se alejara—. Puede que tengamos que hacer algunas salidas como familia.
—Te estás postulando para gobernador, no para presidente, ¿y qué chico de veintitantos años viaja con sus padres durante una campaña sólo para sesiones fotográficas?
—Nuestro oponente tiene gemelos de veinte años que han sido educados en casa —dijo ella—. Viajan a países del tercer mundo cada verano para ayudar a los pobres y estoy bastante segura de que van a estar en cada parte de la campaña electoral.
Bufé.
—¿Por qué estás tratando de competir con gente genuina? ¿No crees que ellos sean los que merecen ganar?
—Jaejoong, esto es serio. —Mi padre parecía molesto—. Este ha sido mi sueño desde hace mucho tiempo y queremos asegurarnos de que nada se interponga en el camino.
Ambos intercambiaron miradas y levanté una ceja.
—¿Nada como qué? —pregunté.
—Está bien… —Mi madre bajó la voz y miró por encima de su hombro antes de hablar—. Necesitamos saber si hay algún esqueleto en tu armario, alguna imagen en las redes sociales que te hagan parecer un chico fiestero, algún ex novio o pareja sexual con el que podrías tener que lidiar, o cualquier cosa que nos haría quedar como malos padres.
—Ustedes son malos padres.
—Basta, Jaejoong. —Mi padre me agarró la mano y la apretó con fuerza—. Los dos te hemos dado todo lo que alguna vez pudiste querer mientras crecías y todo lo que estamos pidiendo es un pequeño sacrificio de tu parte.
—No tengo ningún esqueleto en mi armario. —Apreté los dientes.
—Bien. —Mi madre puso su sonrisa falsa—. Entonces, cuando te retires de la escuela en tu último año para ayudarnos con la campaña, no se verá sospechoso. Ya hemos hablado con el jefe de departamento acerca de las clases online y, de hecho, son ofrecidas. Para aquellas que no lo son, tendrás que presentarte en la escuela para tomarlas, pero hacen consideraciones especiales para estudiantes con circunstancias como la tuya…
—No —la interrumpí—. No, gracias.
—Esto no está en discusión, Jaejoong. Esto es para el beneficio de…
—El sueño de papá, ¿verdad? —Traté de no alterarme—. ¿Porque él es la única persona en esta familia que tiene un sueño?
—Sí —dijo mi madre a través de su sonrisa dentuda—. Estamos hablando de sueños reales, Jaejoong. No unos fallidos que no tienen ni-una- oportunidad-en-el infierno-de-cumplir.
—¿¡Disculpa!? —Me levanté—. ¿Quieres hablar de sueños fallidos cuando los dos han fallado más que nadie que conozca a expensas de su propio hijo? Había lágrimas en mis ojos.
—Jaejoong, vuelve a sentarte. —Me agarró la mano—. No hagamos una escena.
¡Vamos a hacerla! —Arrebaté mi mano—. ¡Vamos a discutir cómo tengo veintidós malditos años y estoy en tercer año en la universidad cuando ya debería estar graduado! ¿Les parece? ¿Pueden explicar por qué es eso?
La cara de mi padre enrojeció e hizo señas para que me sentara, pero me mantuve firme.
Mi madre se aferró a sus perlas.
—Jaejoong … hicimos lo que era mejor en el momento, y a pesar de que cambiar los sistemas escolares dos veces en dos años fue desafortunado, te hizo ser quién eres hoy. Ahora, la campaña no comenzará hasta…
—No me importa cuándo demonios empiece. No voy a ir a una campaña electoral sin sentido, y no voy a tomar ninguna de mis clases online, porque adivinen qué. —Podía sentir mi sangre hirviendo—. ¡No se puede aprender el jodido ballet en línea!
El restaurante de repente se quedó en silencio.
—Ustedes son más allá de egoístas y ni siquiera lo saben. —Negué con la cabeza—. Voy a votar por el otro tipo. —Me fui pisoteando en medio de jadeos y susurros de las otras mesas, ligeramente contento de que la imagen de familia perfecta de mis padres hubiera sido arañada públicamente.
—¿Su número, señor? —me dijo el valet mientras salía.
—¿Mi qué?
—¿Su número? —Él ladeó la cabeza—. ¿Para su auto?
Mierda suspiré y miré por encima de mi hombro.
Los clientes apuntaban en mi dirección y no podía soportar la idea de volver ahí sólo porque no tenía forma de volver a casa.
Consideré llamar a un taxi, pero sabía que era inútil. Tomaría una eternidad que llegara hasta aquí, y probablemente podría caminar de regreso a mi apartamento más rápido de lo que llegaría.
Había una parada de autobús a un kilómetro más o menos, pero sólo tenía una tarjeta de crédito. Dudaba que Yunho viniera a buscarme, pero decidí intentarlo.

Asunto: Un Paseo.
Realmente necesito un favor…
—Jaejoong

Asunto: Re: Un Paseo
Querer dar un paseo en mi polla a medio día no debería ser considerado  como  un “favor” en este punto.
—Yunho

Asunto: Re: Re: Un Paseo
No estoy hablando de tu polla. Estoy hablando de tu auto… ¿serías capaz de venir a recogerme en este momento? Estaba en una cena con mis padres pero no terminó muy bien… y no tengo mi auto.
Si no puedes, lo entenderé.

¿Dónde estás?
—Yunho

Media hora más tarde, él se detuvo en la calzada del club de campo.
Me metí en su auto antes de que siquiera pudiera aparcar sin volverme a mirar hacia los miembros presumidos que probablemente susurraban y se preguntaban acerca de lo que había pasado entre mis padres y yo.
—Te llevo a casa, ¿verdad? —preguntó mientras aceleraba.
—No…
Me miró.
—¿Te llevo a GBJ?
—Si quieres. Pero no a mi apartamento. —Hice una pausa—. Estoy seguro de que mis padres se detendrán por allí después de la cena y tratarán de hablar conmigo, así que…
—¿Ya comiste?
—Perdí el apetito… —dije en voz baja, y luego sonreí—. Pero si estás interesado en llevarme a una cita en este momento, no me opongo a eso.
—¿Por qué te llevaría a una cita?
—Porque me debes una.
—¿Desde cuándo?
—Una vez dijiste que me llevarías a una si alguna vez nos conocíamos en persona, y aun no lo has hecho.
Nos acercamos a un semáforo y se giró para mirarme.
—Si estuviera vagamente interesado en llevarte a una en este momento, lo cual no estoy, ¿a dónde demonios te llevaría si ya has cenado?
—Sorpréndeme. —Me encogí de hombros y me apoyé contra el vidrio, cerrando los ojos. Prácticamente podía imaginármelo mirándome, y dedicándome esa mirada de “estás malditamente loco”, y mientras conducía de vuelta a la calle, sonreí, esperando que esto fuera el comienzo de nosotros saliendo regularmente.
Soñaba con él besándome en la sala de la galería otra vez cuando lo sentí sacudir suavemente mi hombro.
—Jaejoong … —susurró—. Jaejoong, despierta.
Levanté la cabeza y miré por mi ventana. Había plantas exuberantes y un enorme edificio con una pared de vidrio un condominio ejecutivo. Mi corazón dio un vuelco porque sabía que él nunca había llevado a un hombre a su casa antes, y estaba feliz de ser el primero.
Lo miré, listo para decir algo, pero luego lo vi jugueteando con un pase verde de estacionamiento y miré por la ventana frontal… viendo dónde estábamos realmente.
Fuera de un hotel.
—¿Tu idea de una cita es llevarme a un hotel?
—Se trata más de follarte en el hotel.
—Yunho, aquí es donde traes a todas tus otras citas…
—¿Y?
Mi corazón se hundió.
—¿Acaso no pensaste que traerme aquí heriría mis sentimientos?
—¿Prefieres el Marriott?
Parpadeé.
—No tienen el mismo nivel de servicio de habitación —dijo—, pero si eso es lo que prefieres…
—Sólo llévame a casa, ahora mismo. —Mi voz se quebró y me apoyé contra la ventana, cerrando los ojos de nuevo—. Lidiaré con mis padres…
***
Me desperté en un sofá de cuero, metido debajo de una suave manta negra.
Sentándome, vi que mis zapatos habían sido quitados y colocados en un estante al otro lado de la habitación. Había una bandeja con fruta fresca y chocolates en la pequeña mesa frente a mí, y había una botella de vino puesta junto a dos copas.
La habitación parecía como si hubiera sido sacada de una revista: cortinas de seda blanca, paredes grises, y retratos enmarcados en plata. Uno de esos retratos era de un maldito hotel, haciendo evidente donde me encontraba exactamente.
Inmediatamente arrojé la manta listo para encontrar a Yunho y gritarle por traerme aquí contra mi voluntad. Caminé por el pasillo, notando lentamente que los cuadros colgando de las paredes eran de él.
En una imagen, estaba de pie en una playa, mirando a lo lejos. En otra, estaba de pie delante de un taxi en Seúl, y en otra, se apoyaba contra una banca en un parque de la ciudad.
Era joven en todas esas fotos sus ojos tenían un encanto más juvenil, y si no me equivocaba, se veía feliz. Extremadamente feliz.
En medio de todas las imágenes más grandes, habían pequeños bloques de madera en forma de un entrelazado “J” y “Y”. Al principio pensé que eran las iniciales de Yunho, pero ese no era el caso: en el último cuadro al extremo del pasillo había una foto enorme de “J” y “Y” que se componía únicamente de fotos de Seúl.
¿”J” y “Y”?
Seguí caminado por el pasillo, sonriendo cuanto más “estimaba” las fotos que colgó de él mismo. Me detuve cuando escuché el sonido del agua corriendo y seguí hasta el interior de la enorme habitación.
Todo se hallaba encapotado en negro: las sábanas que cubrían la cama tamaño King, las largas cortinas de seda que colgaban sobre las puertas francesas del balcón, y la alfombra de felpa que descansaba sobre sus pulidos suelos de madera.
Caminé hacia su armario y tiré del primer cajón.
—¿Qué estás haciendo? —Yunho estaba parado detrás de mí.
—Estaba… —Me paralicé cuando envolvió sus brazos alrededor de mi cintura—. Buscaba entre tus cosas.
—¿Algo en particular? —Besó la concha de mi oreja por detrás.
—Busco dónde guardas mis tangas.
Dejó salir una risa.
—Están al lado de mi cama. —Deslizó sus manos por debajo de mi pantalón y me paralicé una vez que sus dedos encontraron mi culo desnudo—. Ya que no usas nada, ¿necesito devolvértelas?
Rodé los ojos y me dejó ir.
—¿Esto es mejor que una habitación de hotel? —preguntó.
—Depende. —Me giré—. ¿Cuántos más has traído aquí?
—Ninguno.
—¿Ninguno? —No podía creerlo—. ¿En seis años?
—Me gusta mantener mi vida de folladas separada de mi vida hogareña.
—Apretó mi mano.
—Entonces, ¿soy la excepción a la regla?
No respondió. Simplemente me llevó al otro lado de la habitación y al interior de una suite completamente blanca en donde el agua de la ducha seguía corriendo.
—He estado esperando a que despiertes… —Me miró.
—¿Por qué quieres que veamos películas juntos?
—Porque quiero follarte en la ducha. —Presionó mi espalda contra la pared y me miró a los ojos—. Porque quiero follarte toda la noche.
Gemí mientras ponía su rodilla entre mis muslos y me sacaba la camisa por encima de la cabeza. Deslizó una mano detrás de mi espalda, y pasó su lengua por mis pezones.
—Quítate el pantalón… —Se alejó de mí.
Mis manos fueron a mi cremallera, pero mis ojos permanecieron pegados a él mientras comenzaba a desvestirse.
Lo había follado numerosas veces en su oficina, imprudentemente monté su polla una y otra vez, pero nunca lo vi completamente desnudo.
Se quitó su camisa con cuello de V por encima de la cabeza y la lanzó a la esquina, exponiendo su paquete de abdominales cincelados y un pequeño tatuaje en cursiva grabado en su pecho.
Intenté leer qué decían las palabras, pero luego liberó los cordones de su pantalón y lo dejó caer al suelo.
Podría ver que su polla se encontraba dura a través de sus calzoncillos, y esperé que se los quitara, pero caminó hacia mí.
Agarrando mi mano, la posicionó contra la pretina.
—Quítamelos.
Deslicé mi pulgar debajo del elástico, pero me detuvo.
—Con tu boca.
Mis ojos se abrieron mientras lo miraba, viendo la sexy sonrisa en su rostro.
Me doblé lentamente y tracé besos por su cintura, escuchándolo inhalar con fuerza mientras sus manos se deslizaban por mi cabello.
Agarré sus muslos en busca de equilibrio y tiré del dobladillo de sus calzoncillos con mis dientes. Tirando de la tela hacia abajo unos escasos centímetros, usé mis dedos para moverlos más abajo, pero me apartó por el cabello.
Solo tu boca —advirtió.
Le lancé una mirada de entendimiento y me dejó ir. Otra vez agarré sus calzoncillos con mis dientes y lentamente bajé la tela por sus piernas.
Levanté la mirada y vi que su polla se encontraba levantada ante la atención, dura como roca y lista para mi culo, como siempre, y por la mirada en sus ojos, sabía que iba a levantarme y follarme contra la pared.
Antes de que tuviera la oportunidad, me puse de rodillas y agarré su polla con mi boca alrededor de la punta y lentamente la masajeé con la lengua.
—Jaejoong … —Pasó sus dedos por mi cabello y me miró—. ¿Qué haces?
—Estoy… —Sentí mis mejillas calentarse—. Estoy chupando tu polla.
Parpadeó, dejando que una ligera sonrisa se extendiera por sus labios.
— No la estás chupando… la estás besando.
—Iba a llegar a esa parte. Intentaba hacerlo como… —Negué con la cabeza y me levanté, completamente avergonzado —. No importa.
—¿Intentabas hacerlo como qué? —susurró contra mis labios.
Negué con la cabeza otra vez y me miró a los ojos.
—No necesitas ver a nadie más para aprender. Yo te enseñaré…
Aun sonriendo, agarró mi mano y me llevó a la ducha. Presionó su pecho contra el mío y deslizó un dedo en mi boca mientras el agua corría sobre nosotros.
—¿Es todo lo que puedes abrirla para mí?
Parpadeé, asintiendo.
—Vas a tener que abrirla más si mi polla va a entrar en tu boca… —Se sentó en la pequeña banca mojada detrás de él y me señaló que me inclinara.
El agua que caía azotaba mi espalda mientras me arrodillaba.
—Lámete los labios —ordenó, y obedecí, sintiéndome completamente fuera de mi zona.
Me incliné, asumiendo que se suponía que lo tomara en mi boca ahora, pero me detuvo.
—Mójala.
¿Qué?
—Pon mi polla en tu boca y mójala.
Dudoso, presioné mis labios contra su polla y deslicé mi lengua por su eje. Me encontraba arremolinándola contra él lentamente, pero luego tiró de mi cabeza hacia arriba.
—Estás siendo demasiado amable —dijo—. No necesito que seas un maldito caballero ahora…
—Yo…
—Necesito que seas agresivo, codicioso, y descuidado porque no voy a ser amable cuando te esté devorando. —Cuidadosamente bajó mi cabeza y extendió un poco las piernas—. Masajea mis bolas con tu mano…
Inmediatamente las acuné, frotándolas entre sí.
—Un poco más fuerte… —Su respiración se ralentizó y aceleré el ritmo de mis dedos.
—Ahora —susurró—. Abre la boca tanto como puedas, y toma mi polla tan profundo como puedas…
Abrí la boca y tomé los primeros centímetros con facilidad mientras él enredaba los dedos en mi cabello.
Mantén los ojos en mí. —Pareció un poco impresionado—. No tienes que tomarla toda ahora… —Usó mis hombros para hacerme retroceder y luego atraerme—. Sigue metiéndola y sacándola de tu boca justo así…
Gimiendo, me miró con pura lujuria en los ojos, y luego susurró—: Llévame más profundo.
Seguí sus instrucciones y gruñó más fuerte. Podía ver los músculos de sus piernas tensarse mientras mi boca cubría poco más de la mitad de su polla. Comenzaba a sentirme un poco más audaz, más confiado, así que tomé un poco más de él.
Joder —Inhaló.
Usé mi mano libre para cubrir la parte de su polla que no estaba en mi boca, y la masajeé de la misma forma en que masajeaba sus bolas: suave pero agresiva.
Comenzó a tirar de mi cabello, rogándome tomar más de él en mi boca.
—Tómala toda…
Sintiéndome ahora en control, negué su solicitud, y aceleré el ritmo, inclinando mi cabeza arriba y abajo.
Jaejoong —Sus palabras eran tensas.
Lo tomé un poco más profundo, envolviendo mis labios a su alrededor con un poco más de fuerza, pero no del todo.
Jaejoong … —dijo otra vez, sonando desesperado.
No ponía atención a sus palabras. Me encantaba la manera en que se sentía su polla dentro de mi boca, amaba la forma en que mi lengua le dominaba y lo hacía reaccionar.
Alto. —Me tiró del pelo y me miró—. Toma toda mi polla en tu maldita boca ahora.
Deslicé mi boca sobre él y me incliné todo el camino, sin detenerme hasta que tocó mi garganta.
Yunho cerró los ojos brevemente y suspiró. Luego los abrió de nuevo y habló firmemente.
—Necesito que me dejes venirme en tu boca… —Su voz era rasposa—. Y necesito que te tragues cada maldita gota…
Agarré sus rodillas y lo chupe más y más rápido, y su polla comenzó a palpitar en mi boca. Podía sentirla pulsando, en constricción, y mientras se inclinaba hacia atrás y finalmente se dejaba ir, yo sentí chorros de calor deslizándose por mi garganta.
Su semen era salado y grueso, y honestamente me encantaba el sabor. Cuando la última gota descansó en mi boca, lo miré a los ojos mientras me miraba. La expresión en su cara era de pura satisfacción y admiración, y estaba más encendida de lo que estuve nunca antes en mi vida.
Se levantó, llevándome con él y presionando sus labios en los míos.
Eso fue jodidamente perfecto. —Cerró la ducha, me sacó del baño y me llevó de regreso a su habitación, sin preocuparse por secarme.
Me agarró por la cintura y me lanzó a la cama.
—Abre las piernas.
Dejé mis piernas caer y se subió sobre mí. Estrellando sus labios contra los míos, chupó mi labio inferior en su boca.
Podía sentir la punta de su polla frotándose con mi culo, y levanté las caderas, invitándolo a follarme.
Después de estar con él en la ducha, no quería hacer más juego previo y no quería hablar. Solo quería que me follara ahora.
Sus manos acariciaron mi pecho y las alejé.
—Fóllame, Yunho.
—Lo haré.
Ahora.
Me sonrió, pareciendo como si quisiera decir algo inteligente, pero se inclinó y alcanzó la mesa de noche para buscar un condón.
Rápidamente lo deslizó sobre él y entró en con una estocada, haciéndome gemir de placer.
—Ahhhh… —Me estiré y agarré su cabello mientras su polla golpeaba contra implacablemente. Estaba seguro de que nunca me cansaría de que me follara, y tanto como quería que esto durara, no sería capaz de contenerme.
Yunhoww… —dije su nombre mientras mis caderas comenzaban a sacudirse y mi orgasmo me tomaba. Grité, cayendo en las almohadas, y él colapsó sobre segundos después.
Ambos yacimos ahí, enredados en el otro durante mucho tiempo, sin decir una palabra. Cuando finalmente encontré la energía para hablar, me aclaré la garganta.
—¿Vas a dormir dentro de toda la noche?
—Claro que no. —Salió de mí, haciéndome extrañar la sensación de él inmediatamente. Caminó hacia el armario, desechando el condón.
—¿Qué haces? —Me senté.
—Vistiéndome.
—¿Para qué?
—Para poder llevarte a casa. —Se puso unos pantalones—. Y entonces poder dormir. —Se puso una camisa, y luego me miró—. ¿Cuánto tiempo crees que te llevará prepararte?
—No quiero irme a casa. —Sacudí la cabeza—. Quiero quedarme.
—¿Aquí? —Parecía absolutamente confundido.
—Sí, aquí.
—¿Como toda la noche?
Asentí, y se paró ahí mirándome como si le acabara de pedir lo impensable. La mirada que me dedicaba era una de angustia, arrepentimiento, y por un segundo casi me sentí mal por sugerirlo.
—Jaejoong, no… —Suspiró— Nunca dejo a nadie pasar la noche.
—Entonces déjame ser el primero…
Siguió mirándome, dándose golpecitos en la barbilla, y luego caminó hacia su armario y agarró un pijama.
—Puedes dormir con esto… —Me lo entregó.
Lo agarré y lo tomé, pero él negó con la cabeza.
—Levántate.
Salí de la cama y me paré frente a él.
Se tomó su tiempo ayudándome con la camisa de botones, besando cada parte de mi piel expuesta hasta que llegó al botón superior, y cuando terminó, besó mis labios.
Esperaba que luego me pusiera los pantalones, pero los lanzó al otro lado de la habitación.
—Entra en la cama.
Sonriendo, me deslicé bajo las sábanas mientras él apagaba las luces.
Se unió a mí en la cama segundos después, atrayéndome contra su pecho.
—¿Estás feliz? —susurró.
—Sí…
—¿Seguro? ¿Hay algo más fuera de mi zona de confort que quieras que haga por ti esta noche?
—Nada, pero podrías prepararme el desayuno por la mañana.
—Estás presionando…
—Solo en caso de que cambies de opinión, me gustarían waffles, tocino, fresas rebanadas, y jugo de naranja.
—A menos que quieras comerte todo eso de mi polla, no va a pasar. Pellizcó mi trasero—. Duérmete, Jaejoong.
***
En la mañana, abrí los ojos y me di cuenta de que me encontraba solo en la cama de Yunho. Miré hacia donde había dormido él y encontré una nota en papel de GBJ:

Tuve que ir corriendo a la oficina para reunirme con un cliente nuevo. Regresaré para llevarte a casa.
PD: Siéntete libre de llevarte tu colección de tangas.
—Yunho

Salí de la cama, listo para explorar más su condominio, pero de pronto hubo un toque fuerte en la puerta. Me apresuré y giré la perilla, esperando ver a Yunho. Pero era un hombre vestido de negro.
—Eh, ¿hola? —Intenté no parecer confundido.
—¿Es usted Jaejoong Kim?
—Sí…
—Genial. —Me entregó una bolsa blanca—. Waffles gourmet, tocino, fresas rebanadas y jugo de naranja, ¿verdad?


Que bonito saber que la historia les esta gustando, aunque no menciono ni a Junsu, Yoochun o Changmin, les pido una disculpa pero la historia no se presta. Muchas gracias por sus comentarios.


7 comentarios:

  1. Jajajaja me encanta....Jae le esta llegando duro a Yunho....todo lo q no hacía lo esta haciendo x Jae...mira q dejarlo dormie el su depa con él y mandarle desayuno....ame este capítulo...rompiendo sus muros...gracias

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  2. Jae poco a poco esta haciendo que Yunho salga de su encierro y el no puede negarse,me gusto el detalle del desayuno

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  3. Poco a poco JJ está haciendo que Yunho salga de su zona, amé demasiado el detalle del desayuno! ����

    Espero la actualización con ansias ����

    Que estés bien!

    Kai

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  4. que bien que Jae tiene a yunho comiendo de su mano y el yunho no se a enterado que hace la voluntad de Jae
    Gracias

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  5. Ahhhhh q bonito yunho ya está abriendo su espacio para jae... poco a poco jejejej más bonitos

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  6. Jae está logrando lo que nadie con Yunho, espero que los padres de Jae no lo descubran porque creo que lo presionarán con eso para que haga lo que ellos quieren.

    Gracias!!!

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  7. Caiste Yunho,mi gatito ya te tiene.......lindos ......gracias

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Thief: Capítulo 16

Capítulo 16 Presente   Dejo a Jaejoong en su oficina. En el camino hacia allí, apenas me dice dos palabras. Después de lo que acababa ...