PROLOGO
Yunho
La ciudad de Seúl no es más que un páramo
lleno de mierda, un vertedero donde la personas que fracasan se ven obligadas a
abandonar todos sus sueños rotos y dejarlos atrás. Las luces destellantes han
perdido su brillo, y esa sensación de frescura que una vez impregnó el aire de
la ciudad, esa esperanza, ha quedado en el pasado.
Cada persona que una vez consideré un amigo ahora es un enemigo,
y la palabra “confianza” ha sido arrancada de mi vocabulario. Mi nombre y reputación están empañados
gracias a la prensa, y después
de leer el titular que The Korea Times
publicó esta mañana, decidí
que esta noche será la última
noche que alguna vez pase
aquí.
aquí.
No puedo lidiar más con los sudores
fríos y las pesadillas que perturban
mi sueño, y tan duro como trato de fingir que mi corazón no ha sido destruido, dudo que el dolor agonizante en mi pecho desaparezca alguna vez.
Para despedirme correctamente, ordené los mejores platos de
todos
mis restaurantes favoritos, vi Death of a Salesman
en Broadway, y me fumé un puro cubano en el Puente.
También reservé la suite del ático, donde estoy ahora recostado
en la cama y con mis dedos entrelazados en el cabello
de un hombre, gimiendo cuando
desliza su boca sobre mi polla.
Me provoca, arrastrando su lengua
alrededor de la punta de mi polla y mirándome,
susurra:
—
¿Te gusta esto?
No contesto. Empujo su cabeza hacia abajo y exhalo cuando presiona sus labios contra mis bolas, cubriendo
mi polla con sus manos, moviéndolas hacia arriba y hacia abajo.
En las últimas dos horas, lo follé contra la pared, lo obligué a doblarse
sobre una silla, y abrí sus piernas
sobre el colchón
mientras devoraba su miembro.
Fue bastante
gratificante, divertido, pero sé que este sentimiento no durará por mucho tiempo; nunca se queda. En menos de una semana,
tendré que encontrar
a alguien más.
Cuando él me toma más y más en su boca, tenso mi agarre en su cabello mientras menea la cabeza arriba y abajo.
El placer comienza
a atravesarme, y los músculos de mis piernas
se ponen rígidos,
obligándome a dejarlo
ir y advertirle que se aleje.
Él
me ignora.
Agarra mis
rodillas
y chupa más rápido,
dejando que mi pene toque la parte posterior
de su garganta. Le doy una última oportunidad de alejarse,
pero sus labios permanecen envueltos alrededor de mí, sin dejarme otra opción que correrme
en su boca.
Y entonces traga. Cada. Última.
Gota. Impresionante…
Alejándose finalmente,
se
lame
los labios
y se recuesta contra el suelo.
—Esa fue la primera
vez que me lo trago —dice—. Lo hice sólo para ti.
—No deberías
haberlo hecho. —Me levanto y subo la cremallera de mis pantalones—. Lo deberías haber guardado para otra persona.
—Correcto. Bueno, eh… ¿Quieres pedir
algo
para cenar? ¿Tal vez podríamos
comer, ver HBO y hacerlo
otra vez después?
Levanto la ceja, confundido.
Esta siempre es la parte más molesta, la parte en la cual el hombre
con el que previamente acordé “Una cena. Una noche. No hay repeticiones” desea establecer
algún
tipo
de conexión imaginaria. Por alguna razón, siente que es necesario que haya algún tipo de conversación de cierre, algún insípido consuelo que le confirme que lo que acaba de suceder fue “más que sexo”, y que seremos
amigos.
Pero era
sólo sexo, y no necesito amigos. Ni ahora, ni nunca.
—No, gracias.
—Me acerco
al espejo que hay al otro lado de la habitación—. Tengo que
estar
en un lugar.
—¿A las tres de la mañana? Quiero decir, si lo que deseas es no ver HBO e ir
directamente a por otra ronda, yo puedo…
Me desconecto de su irritante voz y comienzo a abotonar
mi camisa. Nunca
pasé la noche con un hombre
que conocí online,
y él no va a ser el primero.
Cuando me ajusto
la corbata, bajo la mirada y descubro
una andrajosa billetera en el tocador. La recojo, la abro y deslizo mis dedos por el nombre
que está impreso
en su licencia:
Hong Jong Hyun.
A pesar
de que sólo conozco
a este hombre desde hace una semana,
él siempre respondió a “Kyung Rae”. También en repetidas
ocasiones me dijo que trabaja como enfermero
en el Hospital. A juzgar por la tarjeta
de empleado de Wal-Mart que se esconde detrás de su licencia, asumo
que no es cierto.
Miro por encima de mi hombro hacia donde está tendido
sobre las sábanas de seda de la cama. Su piel color crema es lisa y suave; sus labios en forma de arco se encuentran ligeramente hinchados e inflamados.
Sus ojos se encuentran con los míos y lentamente se incorpora, abriendo
las
piernas y susurrando:
— Sabes que quieres quedarte. Quédate…
Mi polla empieza a endurecerse, sin duda dispuesta
a otra ronda, pero ver su nombre
real arruinó cualquier posibilidad. No puedo soportar estar cerca de alguien
que me mintió, aunque tenga una boca del cielo.
Lanzo la cartera en su regazo.
—Me
dijiste
que te llamabas Kyung Rae.
—Bueno. ¿Y?
—Tu nombre
es Jong Hyun.
—¿Y qué? —Se encoge
de hombros, haciendo
un ademán con la mano—. Nunca
doy mi verdadero nombre
a los hombres que conozco
en internet.
—¿Terminas follando
en suites de un hotel cinco estrellas?
—¿Por qué de repente
te preocupa mi verdadero nombre?
—No lo hace. —Echo un
vistazo
a mi reloj—. ¿Pasarás la noche en esta habitación, o tengo que darte dinero para el taxi que te lleve a
casa?
—¿Qué? ¿Sabes que los hombres como tú, que evaden las relaciones,
normalmente son los que se enamoran
con más fuerza?
—¿Eso te enseñan en las tiendas
Wal-Mart?
—El hecho de que alguien te lastimara
en el pasado no quiere decir que todos los hombres
después
de él lo harán. —Frunce los
labios—. Probablemente por eso eres así.
Tal vez si trataras de tener citas con alguien, en realidad
estarías
mucho más feliz.
Deberías salir con él a cenar y realmente escucharlo,
acompañarlo a su puerta sin esperar una invitación a entrar,
y tal vez pasar
por alto la cosa de “vamos a follar
en la suite de hotel” al final.
¿Dónde están mis llaves?
Tengo que irme. Ahora.
—Lo puedo ver ahora… —Parece no poder callarse—. Vas a querer más que sexo un día, y la persona que quieras
será con quién menos lo esperas. Alguien que te obligará a ceder.
Encuentro mis llaves
debajo de su ropa arrugada y suspiro.
—
¿Necesitas
dinero para el taxi?
—Tengo mi propio auto, idiota. —Rueda los
ojos—. ¿Realmente eres incapaz de tener una conversación normal? ¿Te mataría
hablar conmigo durante unos minutos después del sexo?
—No tenemos
nada más que discutir.
—Coloco la llave de la habitación en la mesita de noche y camino hacia la puerta—. Fue muy agradable conocerte, Kyung
Rae, Jong Hyun. Cualquiera que sea tu jodido
nombre. Ten una gran noche.
—¡Jódete!
—Tres
veces fue más que suficiente. No, gracias.
—¡Todo esto te volverá
un
día, imbécil! —grita cuando salgo
al pasillo—. ¡El Karma es una puta del infierno!
—Lo sé. —Me muevo hacia atrás—. Me la follé hace dos semanas…
awch pues que le pasa a yunho por que es así de cruel con ese hombre
ResponderEliminarGracias
Hmmm yunho es un arrepentido!!!
ResponderEliminarEspero que jae sea el karma que le de un ladrillazo en la cara!!!
Muchas gracias ❤❤❤❤💚💚💚💚
Yunho solo quiere sexo no le interesa tener una relacion,que le habra pasado???
ResponderEliminarQuién habrá lastimado a Yunho para que sea así? Haber quien lo ayuda para salir de su amargura y cinismo.
ResponderEliminarGracias!!!
Que le hicieron a este hombre... y como dice el otro no digas de esta agua no beberé... eso sucede cuando menos lo esperas...
ResponderEliminarPufff que comenzamiento tan duro
ResponderEliminartípico hombre frío… no a encontrado la horma para su zapato aun.
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