El chico que se escabulle... Capitulo 11

Capítulo 11

Debemos habernos quedado dormidos, porque desperté con Yunho todo desparramado encima de mí. Miré su reloj. Mierda, ¡eran más de las nueve! Changmin ya debía estar en casa. Lo sacudí para que despertara.

—Hey, me tengo que ir son más de las nueve —dije intentando desenredarlo de mí.

Gimió.

—Diez minutos más Ángel —murmuró soñolientamente.

Sonreí, se veía tan lindo cuando estaba durmiendo. Reí mientras le hacía cosquillas.

—Yunho no es de mañana, aún es noche, pero me tengo que ir. Changmin se estará preguntado ¡dónde estoy! —expliqué, finalmente sacándolo de encima de mí y levantándome. Gimió y me tiró de regreso hacia él, sosteniéndome fuerte contra su cuerpo, sonriendo soñolientamente. Reí—. ¡Detente! tengo que irme —dije riendo mientras mordisqueaba el lóbulo de mi oreja.

Sacudió su cabeza.

—No, no quiero que te vayas —murmuró, mientras besaba mi cuello. Lo empuje y gruñó—. Pero te voy a extrañar —lloriqueó, haciéndome reír incluso más.

—Te veré en una hora. De todas formas tengo tarea que hacer —dije, encogiéndome de hombros.

Suspiró con resignación.

—Sí, yo también —admitió, haciendo un pequeño puchero. Salí de su cama y fui hacia la puerta.

—Hey espera, te acompañaré a la puerta. —Agarró mi mano mientras caminábamos por el pasillo. Asomé la cabeza hacia el living.

—Adiós Yeon. Adiós Yoon —dije.

—Adiós cariño —respondió Yoon, sin sacar los ojos de la televisión. Yeon me sonrió.

—Adiós Jae. ¿Se divirtieron? —preguntó dándome un guiño. Me sonrojé y asentí inseguro de que mi voz pudiera salir si intentaba hablar.

Yunho rodó sus ojos, me llevó hasta la puerta de enfrente, contra la cual me presionó ligeramente y me besó hasta que me sentí un poco mareado.

—Te veo después de las 10, ¿de acuerdo? —susurró acariciando mi mejilla.

Camine rápidamente hacia mi casa, volteándome para sonreírle a Yunho mientras atravesaba la puerta de enfrente. Bendito sea, él estaba parado en su porche, viendo para asegurarse de que llegara a salvo a casa y es que sólo vivía como a 9 metros.

Changmin estaba sentado en el sofá, esperándome. Mientras pasaba por la puerta, me miró, con sus ojos estrechos con enojo.

— ¿Dónde has estado? ¡Estaba preocupado! Podrías haber dejado una nota o algo —dijo sacudiendo sus manos de manera desaprobadora.

—Lo siento, estaba en lo de Yunho. Yeon me invitó a que me quedara a cenar, y pensé, viendo que ya que no estabas aquí, en ir para no quedarme aquí solo —dije encogiéndome de hombros.

— ¡Amo las cenas de Yeon! —gimió, la expresión de enojo abandonando su rostro, para ser remplazada por una de celos.

—Bueno te perdiste una buena, hizo pastel casero y todo —me burlé, sonriendo malvadamente mientras se lamentaba.

—Bueno, yo disfruté de mi queso a la parrilla —bromeó, haciéndome reír.

—Voy a hacer mis tareas. —Me volteé y comencé a dirigirme al pasillo para ir a mi cuarto.

—Jae, espera un minuto. Necesito hablarte de algo —dijo, acariciando el sofá junto a él, viéndose triste. Me dejé caer a su lado.

— ¿Qué pasa Changmin? —pregunté, preocupado, se veía realmente molesto por algo.

Tomó un profundo respiro.

—Le hablé a mamá esta noche. —Sonreí.

— ¿Sí? ¿Está bien? ¿Viene a casa? —pregunté emocionándome, pensando en que vería a mi madre antes de dos semanas.

La había extrañado con locura, y las veces que estaba aquí, parecían pasar demasiado rápido.

Sacudió su cabeza.

—Me dijo algo, pero no quiero que enloquezcas por eso. No hay nada por que preocuparse. Lo prometo. —Tomó mi mano y me miró, sonriendo tristemente.

Oh demonios, ¡esto va a ser malo!

— ¿Qué es? —pregunté imaginándome lo peor.

Nos íbamos a tener que mudar a China. Había perdido su trabajo. Se estaba volviendo a casar, pero supongo que eso no era algo malo, a menos que el tipo fuera un idiota. Cientos de cosas pasaron por mi mente, pero la última cosa que esperaba fue lo que Changmin dijo:

—Nuestro padre se contactó con ella. Aparentemente quiere vernos, recompensarnos por lo que hizo —escupió a través de sus dientes, su tristeza transformándose en rabia ciega.

No podía respirar. Mis pulmones se rehusaban a trabajar. Mi corazón latía demasiado rápido, mientras mi cuerpo comenzaba a temblar. Él estaba volviendo. Quería vernos. La última vez que vi al hombre, me había arrancado mi camisa del colegio y me había empujado al suelo, mientras se sacaba los pantalones. Estaba a punto de violarme cuando Changmin y Yunho entraron y lo comenzaron a golpear. Oh Dios, estaba de vuelta.

Reproduje todos los golpes que nos dio a mí y a Changmin, todos los toques que habían sucedido cuando estaba a solas con él, las palabras susurradas, y las sonrisas secretas. Mi visión comenzó a tener puntos negros, mientras hiperventilaba. Me iba a morir, podía sentirlo; mi cuerpo se estaba apagando incapaz de lidiar con los recuerdos y el dolor.

Era vagamente consiente de los gritos.

—Sólo déjalo, ¡puedo ayudarlo! —gritó una voz que reconocía.

—Llama al 911 por el amor de Dios. ¡No puede respirar! —gritó Changmin.

—Changmin, ¡déjalo! Yo me encargo, lo prometo —dijo urgentemente la voz de nuevo.

Fui ligeramente empujado y entonces sentí dos fuertes brazos rodeándome, y presionándome hacia un duro pecho; había un hermoso aroma que reconocí como el de Yunho.

Oh, gracias a Dios, ¡Yunho está aquí! La carrera de mi corazón comenzó a ralentizarse mientras sentía que presionaba sus labios en mi cuello y respiraba lento y calmadamente por mi espalda. Intenté igualar mi respiración con la suya. Me concentré en sentir el constante latido de su corazón contra mi pecho, y los puntos negros comenzaron a desaparecer.

Después de unos minutos, recuperé el control de mis brazos, y los enredé apretadamente alrededor de su cintura, aferrándome a él como si fuera la única cosa que evitaba que me cayera del borde del mundo.

Mi padre estaba regresando, pero yo estaba con Yunho, y él no dejaría que nada me lastimara, lo sabia. Así que comencé a sentirme a salvo en sus brazos. Después de lo que pareció una eternidad, fui capaz de hacerme hacia atrás y mirarlo.

— ¿Estas bien ahora? —preguntó, poniendo sus manos a ambos lados de mi rostro y presionando su frente contra la mía.

Asentí y me lamí mis labios, los cuales por algún motivo estaban salados, y me di cuenta de que estaba llorando. Me limpié el rostro y esnifé. Lentamente me volví consciente de lo que me rodeaba. Aún estaba en el salón.

Levanté la vista para ver a Changmin sentado ahí, conmocionado observándonos a mí y a Yunho. Su boca colgaba abierta, y sus ojos muy abiertos. Pensé en hacerme hacia atrás, pero no podía. No me podía alejar de Yunho, era mi seguro; era al que necesitaba, el que me mantendría a salvo de todo esto.

Changmin caminó hacia mí, y me sacó de los brazos de Yunho, haciéndome lloriquear. Me rodeo en un fuerte abrazo.

—Demonios, Jaejoong. ¡Nunca me hagas eso de nuevo! ¡Creí que te ibas a morir! Mierda, que me asustaste —despotricó Changmin mientras me mecía gentilmente.

—Estoy bien —dije débilmente. Mire hacia a Yunho, por tranquilidad y vi que no estaba ahí, el pánico comenzó a levantarse en mi pecho mientras mi respiración comenzaba a acortase.

— ¿Dónde está Yunho? —grité, las lágrimas fluyendo por mi rostro de nuevo. ¡Oh Dios, me dejó!

Changmin me abrazó más fuerte.

—Shh está bien. Sólo respira, shh —murmuró, pero no podía, mis pulmones estaban demasiados apretados.

— ¡Mierda! —jadeó Changmin al mirarme—. ¡Yunho, vuelve aquí rápido! —casi gritó.

Yuhno corrió de regreso al cuarto, sosteniendo un vaso de agua que dejó en la mesa bruscamente, tirando la mitad de ésta, antes de envolver sus brazos a mi alrededor.

—Está bien, Ángel —susurró, poniendo sus labios en mi cuello otra vez.

Después de un par de minutos, cuando pude recuperarme, le sonreí a Yunho gratamente. Changmin se veía mordazmente enojado.

— ¿Qué demonios? Ustedes dos están juntos, ¿no? —rugió.

Yunho levantó una mano para detener su arranque.

—Mira Changmin, tú y yo hablaremos de esto, pero justo ahora no es el momento después de lo que ha pasado. Necesito asegurarme de que él esté bien —dijo con severidad poniéndole fin a la conversación.

Changmin me miró arrepentido y asintió.

—Lo siento, Jaejoong, pero tenía que decírtelo, asegurarme que lo supieras, pero te prometo que nunca dejaré que te lastime. No tienes que preocuparte por nada. Lo mataré antes de que te toque —dijo Changmin tomando mi mano.

Sonreí, pero tengo la sensación de que se vio más como una mueca.

—Lo sé, Changmin. Siento haberme vuelto loco y asustarte. —Levanté una temblorosa mano y limpié mis lágrimas de nuevo.

—Está bien. Sólo, no lo hagas de nuevo —dijo sonriéndome. Reí débilmente y asentí.

Yunho me dio el vaso de agua y la bebí. Noté que Changmin observaba cada movimiento de Yunho, mirándolo enojado.

—Deja de mirarlo así Changmin, él no ha hecho nada malo —dije frunciendo el ceño.

Sacudió la cabeza y tensó su mandíbula, tomando un profundo aliento, obviamente intentando calmarse a si mismo antes de hablar.

—Ustedes dos están juntos —dijo simplemente, mirándonos de uno al otro para confirmación. Me moví incómodo en mi asiento. De acuerdo, demasiado para un par de semanas.

—Sí —respondió Yunho asintiendo. Su brazo envuelto apretadamente a mí alrededor. Me encogí hacia él, esperando que esto fuera un sueño. No sólo mi padre abusivo estaba regresando sino que mi hermano iba comenzar a golpear a mi novio.

— ¿Desde hace cuánto? —preguntó Changmin, su mandíbula aún tensa, pero parecía estar haciéndolo bien con su autocontrol.

—Desde el viernes —respondió Yunho en voz baja. Se veía realmente culpable, y sabia que era mi culpa, porque le había pedido que mintiera sobre esto.

—Él te lo quiso decir de inmediato Changmin, pero yo quería esperar. No quiero que ustedes dos peleen. ¿Por favor? —rogué mirando a mi hermano, poniendo carita de cachorro.

—Te gusta, ¿Jaejoong? —preguntó Changmin, cerrando los ojos, pareciendo triste y decepcionado.

—Sí —admití, aún rogándole con mis ojos que lo aceptara y no fuera a culpar a Yunho por esto. Odiaría esto si ellos caen sobre mí.

Él asintió pero no abrió sus ojos.

— ¿Qué fue lo que hiciste, Yunho? ¿Cómo hiciste eso? ¿Calmarlo de esa forma? —preguntó abriendo los ojos y mirándolo con gratitud.

—No lo sé. Es sólo algo que lo calma, eso es todo. Siempre lo ha hecho —dijo Yunho con un encogimiento de hombros.

— ¿Qué siempre lo ha hecho? ¿Cuándo lo hiciste antes? —preguntó Changmin, pareciendo confundido.

—Sí, he tenido que tranquilizarlo un par de veces —respondió Yunho tristemente. Pensé a lo que se refería, todas las veces que me había visto llorar, probablemente cada noche, hasta los 14 años.

— ¿Qué? ¿Cuándo? Nunca te había visto hacer eso —protestó Changmin, negando con su cabeza, pareciendo confundido.

Saqué un inestable suspiro. Ahora va a descubrir que Yunho duerme en mi cuarto. Crucé mis dedos y recé porque esto saliera bien, que Changmin estuviera de acuerdo, y no muy enojado con su mejor amigo. Yunho me miró pidiéndome permiso para decirle, y asentí mordiéndome el labio, sabiendo que esto se iba a saber tarde o temprano.

—Changmin, por favor no enloquezcas —rogué, moviendo mi cuerpo hasta que estuvo ligeramente enfrente de Yunho, en caso de que Changmin se lanzara hacia él o algo. Mi pequeño movimiento, podría detenerlo de atacar a mi novio.

—Changmin, chico, nada nunca ha pasado, lo juro —prometió Yunho. Changmin lo miró, con su expresión aún más confundida—. Cuando tenía diez, lo vi a través de mi ventana llorando en su cama. Así que me acerqué para asegurarme de que estaba bien, y terminé durmiendo en su cama — Changmin lo miraba como si estuviera a punto de asesinarlo en ese momento—. Sucedió de nuevo a la noche siguiente y la siguiente. Él lloraba y yo entraba a hurtadillas por su ventana. Después de un tiempo, se convirtió en un hábito —dijo Yunho frunciendo un poco.

Changmin saltó con su puño en alto. Sus ojos estrechos miraban a Yunho. Tan rápido como un rayo, Yunho me agarró del brazo y me puso detrás de él, protectoramente. Los ojos de Changmin, llamearon antes de que su rostro se calmara.

— ¿Por qué hiciste eso? —preguntó Changmin, jadeando y mirando a Yunho intensamente.

— ¿Hacer qué? —preguntó Yunho, aun sosteniéndome detrás de él.

—Poner a mi hermano detrás de ti de esa forma —dijo Changmin, completamente calmado ahora.

Yunho sacudió su cabeza, como si no terminara de entender la pregunta.

—Es sólo que no quiero que salga lastimado, eso es todo.

Changmin volvió a sentarse, pasando sus manos a través de su cabello.

— ¿De verdad te gusta mi hermano? —preguntó mirando el piso.

—Changmin, estoy enamorado de tu hermano, lo sabes — Yunho se sentó en el sofá y me hizo sentar junto a él.

Changmin asintió.

—Y has dormido en su cama antes, cuando éramos niños —declaró Changmin, como si estuviera asegurándose que había entendido bien las cosas.

—No sólo cuando éramos niños, eso es lo que estaba intentando decirte. Él solía llorar, así que me metía a escondidas para confortarlo cada noche. Es sólo que se volvió una costumbre, y ahora ninguno de los dos puede dormir bien, sin el otro ahí —admitió Yunho, frunciendo el ceño.

El rostro de Changmin se endureció.

— ¿Aún duermes en su cuarto? ¿Cada noche desde que tenias diez? Maldición, Yunho. ¡Mierda! ¡Hijo de puta, idiota estúpido! —rugió Changmin, no realmente capaz de dejar salir las palabras, dando un paso al frente, con sus puños cerrados otra vez.

Apreté los ojos. ¡Oh, Dios, aquí viene! Levanté mis manos, intentando detenerlo.

—Changmin, ¿recuerdas cuándo solía despertarme gritando todo el tiempo? —pregunté desesperado. Necesitaba hacerlo entrar en razón antes de que terminaran peleando.

Asintió y cerró los ojos, pestañeó.

—Sí, dejaste de hacerlo cuando tenías como ocho o algo así.

Asentí.

—Sí, tenía ocho. Eso fue cuando Yunho comenzó a dormir conmigo. Ya no tuve pesadillas, gracias a Yunho —dije sonriendo, y apretando la mano de Yunho.

— ¡Sí las tenías! Tuve que dormir un par de veces contigo —protestó Changmin.

—Sí, lo hiciste, pero seguí teniendo pesadillas aun cuando estabas ahí —lo contrarié. Changmin se estremeció y asintió, probablemente recordándome gritar en su cama—. Sólo he tenido unas pocas pesadillas desde entonces, y la única vez que las he tenido ha sido cuando Yunho no estaba ahí. Como cuando estaba de vacaciones o algo —expliqué mirando a Changmin, viendo la comprensión pasar por su rostro. Nos quedamos en silencio por un momento.

Yunho acariciaba la parte de atrás de mi mano, Changmin sólo miraba el piso. Después de lo que pareció una eternidad, Changmin miró a Yunho.

—Yunho, si lastimas a mi hermano, mejor amigo o no, te mataré —le advirtió Changmin. Podía ver que lo decía en serio.

—No lo haré, lo prometo —juró Yunho, con una sonrisa tranquilizadora.

—De acuerdo, entonces me voy a la cama. Supongo que los veré en la mañana, asegúrense de cerrar la puerta antes de irse a la cama —instruyó Changmin parándose y dejándonos sentados en el sofá en shock.

Miré a Yunho, se veía tan anonadado como yo me sentía.

—Wow, eso fue más fácil de lo que hubiera imaginado —reflexionó, sonriéndome mientras ponía sus manos a ambos lados de mi rostro.

Sonreí, complacido de que esto finalmente saliera a la luz.

— ¿Quieres ir a la cama Yunho? No estoy de humor para hacer tareas, sólo quiero dormir. —Sólo necesitaba meterme en la cama y tenerlo a él, sosteniéndome por un rato.

Asintió y besó mi nariz.

—Sí, sólo necesito regresar a mi casa primero. Changmin llamó y dijo que tú estabas mal, así que sólo salí corriendo de la casa, sin decirles a mis padres a dónde iba. —Acarició mi rostro con sus pulgares suavemente, sólo mirándome con una sonrisa triste.

—Está bien. Supongo que me iré a la cama, y te veré cuando estés listo —dije levantándolo y empujándolo hacia la puerta.

—Hey, ¿puedo usar la puerta ahora que Changmin sabe? —sonrió.

Reí con su emoción, pero negué con la cabeza.

—No, tus padres podrían verte… a menos que quieras decirles que te estás quedando aquí —sugerí.

Sonrió felizmente.

—Me encantaría caminar por tu puerta de enfrente, y encontrarte en tu cama. Nunca he hecho eso antes.

Saqué mis llaves y se las pasé.

—Asegúrate de cerrar bien la puerta, ¿si? —lo besé en la mejilla e hice mi camino hacia mi cuarto.

Eran casi las diez pero mi cuerpo se sentía tan exhausto por todo el drama emocional, que me sentía como si no hubiera dormido en días. Me saqué la ropa y me metí en mi camiseta favorita, que solía ser de Yunho. Me dormí de inmediato. Un par de minutos después, sentí dos brazos rodeándome y una pesada pierna deslizarse sobre la mía. Sonreí y me presioné contra él. Mi novio. Al único que necesitaba cuando las cosas se ponían mal.

Es raro, pero cuando Changmin me alejó de Yunho esta noche, me sentí extraño, como si hubiera dejado mi corazón detrás. No me di cuenta hasta entonces, cuán fuertemente estaba conectado a Yunho. Literalmente lo era todo para mí. Cuando sentí sus brazos a mí alrededor más temprano, me sentí como en casa, todo el pánico había comenzado a retroceder. Me sentía, como si mientras él estuviera conmigo, estaría bien.

Me encogí dentro de él y lo escuché susurrar:

—Te amo —justo antes de caer en un profundo y tranquilo sueño, esta vez no dudé de sus palabras. 


Nota: He olvidado poner como advertencia que este fic contiene mpreg.

Gracias por comentar....