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El Libro de Jade: Capitulo 22

CAPÍTULO 22


JAEJOONG OBSERVABA su reflejo en el espejo. Estaba vestido hasta los tobillos, de color rojo, con claras alusiones griegas, anudado con una cinta de seda negra bajo el pecho.
Se había delineado los ojos con kohl negro.
Junsu se le acercó por detrás y admiró su obra.
—Cielo, esta noche vas a ser el rey de las llamas.
— ¿Crees que le gustaré a Yunho? —se pasó las manos por encima de la ropa en un gesto de agitación.
Junsu lo miró con incredulidad.
— ¿Me tomas el pelo? A mi hermano le gustarías incluso cubierto de escupitajos.
—Eso es asqueroso.
—Cierto —se echó a reír.
—Tú también estás muy guapo, Junsu —reconoció él.
—Gracias —asintió con modestia Junsu.
—Nos vestimos así en recuerdo a nuestros rituales. La noche de las hogueras es realmente toda una declaración de intenciones tanto para hombres como para mujeres. Mi hermano no habrá querido agobiarte más de lo necesario, por eso no te ha contado nada.
— ¿Tú crees? —se giró para mirarle a los ojos.
Junsu le había explicado que esa noche, ellos se enlazaban a través de una ceremonia a aquellos que escogían como parejas. El símbolo del fuego representaba el alma y la pasión, de ahí que esa noche se llamara de las hogueras, porque todo se relacionaba con ese elemento que hace que todo arda.
—Cuando los dioses nos transformaron, la muy zorra de Freyja conjuró que si alguna vez un vanirio encontraba a su pareja, no se vincularían totalmente hasta que llevaran el sello divino. Y ellos otorgan ese sello.
— ¿Cómo es eso? —le había preguntado Jaejoong con un estremecimiento.
—Es una marca sobre la piel. Un tatuaje de color marrón que sale en una zona representativa del cuerpo, un lugar especial que simbolice algo de vuestra relación. El sello es definitivamente lo que te pone el rótulo de «No tocar» a ojos de los demás.
— ¿Me van a tatuar?
—Nadie lo hará. El símbolo aparecerá sobre tu piel.
—No estoy seguro de querer llevar un tatuaje.
—No puedes hacer nada al respecto.
—Ya, claro, como no... —exhaló con irritación mientras Junsu sonreía por su actitud. — ¿Y únicamente sale esa marca de vinculación en esta noche?
—No. En realidad, debería salir a la tercera vez que se vinculan íntimamente, con el intercambio de sangre incluido por supuesto —se ruborizó.
Jaejoong pensaba sobre eso, de pie ante Junsu, observándolo con admiración y reconocimiento por haber encontrado a alguien amigable que le contara las cosas con conciencia y paciencia. Él lo trataba con cariño, como bien podría hacerlo Heechul. Sí, iba a ser un gran amigo.
—Yo no lo tengo y te aseguro que...
—Más de tres veces, supongo — Junsu supuso correctamente.
—Sí —asintió mirando a otro lado.
—Es porque no te estás dando a él al cien por cien. ¿Todavía le privas tu mente?
—No quiero ser tan transparente cuando él no lo es. Y no creas que no tengo ganas de abrirme a él, pero si me vuelve a ocultar algo o a engañar, no podré volver a hacerlo de nuevo. Las emociones aquí son muy fuertes y, por ahora, no puedo con ellas.
—Yunho está arrepentido por todo.
—Lo sé.
Junsu asintió.
—Todo saldrá bien, pero se tienen que arriesgar.
Jaejoong pensó en Yunho y sintió su corazón calentarse. Arriesgar. Como si ya no fuera un suicida en lo que a Yunho respectaba. Se aclaró la garganta.
— ¿Cómo es el tatuaje que nos sale?
Junsu inclinó un extremo de su labio en una tenue sonrisa.
—Es un nudo perenne.
— ¿Un nudo?
—Es un símbolo celta. El nudo perenne nunca se deshace y representa el complemento, el apoyo incondicional, la fuerza y la fusión de la pareja. Los celtas lo intercambiábamos con los amantes demostrando así que esa relación era para siempre. Supongo que a Freyja le gustó esa idea romántica, así que decidió marcar a aquellos que se vinculaban con el mismo símbolo.
—Vaya con la diosa...
—Es una gran cabrona. Fastidia a las parejas y les hace pasar las de Caín sólo porque el salido mental de su marido era un asalta-camas. Aún no entiendo cómo Morgana no ha salido en nuestra defensa y le ha pateado su bonito culo.
—Así que no te gustó lo que hizo con ustedes —se echó a reír. —Ya sabes... los colmillos, la sed de sangre y, por supuesto, la exigencia de saber que si no encuentras realmente a tu pareja, no puedes ser feliz.
—Es una vinculación muy exigente y muy dura. Creo que no siempre se puede encontrar a tu media naranja, ¿sabes? A veces puedes equivocarte cuando crees que la has encontrado... —sus ojos se tiñeron de tristeza, pero cambiaron tan rápido de expresión que Jaejoong creyó que se lo había imaginado. —Pero no deberían cerrarnos las puertas ante la posibilidad de intentar ser dichosos con otras personas. Nosotros somos un clan poderoso, intentamos cuidar de la humanidad y nos pasamos la vida ocultos, para que no sepan que existimos. Nosotros como parejas estamos muy protegidos y no tenemos mucha libertad. Así que siempre estamos rodeados de los mismos hombres, de manera que no se nos da la posibilidad de encontrarnos con nadie que pueda estimularnos, alguien que nos fascine... como, por ejemplo, le ha pasado a Yunho contigo.
—Así que está fascinado conmigo —susurró divertido.
—Tienes a mi hermano en un estado de atontamiento muy preocupante, chico.
—Me gusta —dijo orgulloso.
Junsu se echó a reír.
— ¿Tienes tú un nudo perenne en tu piel?
—No.
— ¿Por qué no tienes pareja? —le dijo Jaejoong de sopetón.
Junsu tomó el lápiz de ojos negro y lo hizo rodar entre sus dedos mientras se pensaba la respuesta.
—Mi corazón está... está herido de muerte —se encogió de hombros. Nunca le había sido tan fácil hablar con alguien como lo hacía con Jaejoong. Él le inspiraba confianza. —Mírame, te voy a repasar.
— ¿Estuviste enamorado?
A Junsu le entraron ganas de reír. ¿Enamorado? Él había vivido, respirado y luchado por otra persona durante muchos años, en su juventud. No había estado enamorado, sino completamente abducido por él. Luego, todo cambió.
—Lo estuve muchísimo tiempo —contestó con pena.
— ¿Qué pasó?
—Elegí mal —hizo una mueca con los labios.
Jaejoong siguió con atención las expresiones de Junsu mientras le pintaba los ojos.
— ¿Tú y Yoochun siempre se han llevado tan mal?
Junsu dio un respingo. Jaejoong era muy directo y tenía que acostumbrarse a él.
Junsu devolvió el kohl a su lugar.
— ¿Es él verdad? Él te ha roto el corazón —inquirió Jaejoong.
—Es difícil... Él y yo...
—Puedes hablar con él. A veces se hacen cosas horribles creyendo que es lo que se debe hacer —lo tomó de la mano apretándosela con dulzura. —Esas decisiones hacen daño tanto al que las toma como a quién sufre las consecuencias y entonces te llenas de odio y rencor y crees que jamás volverás a creer en esa persona que tanto te ha hecho sufrir. Pero hay que saber perdonar, porque si no lo intentas, si no consigues transmutar el dolor en aceptación y en amor, te privas de la posibilidad de ser feliz. Sólo aquéllos a los que más quieres y que más te quieren son los que nos harán más daño.
Junsu agrandó los ojos ante las palabras de Jaejoong.
—También eres sabio, Jaejoong, y un gran orador. Me gustaría que otros pudieran escucharte —le apretó la mano en reconocimiento.
—No sé qué te hizo, pero...
—Jaejoong, no —le dio un beso en la mejilla. Estaba acongojado y realmente parecía sufrir con ese tema. —Ya has dicho mucho y yo todavía no estoy preparado para hablar de ello.
—Está bien. Pero recuerda lo que me ha hecho a mí tu hermano. Y mírame ahora... He tenido que perdonarle, Junsu, porque el odio me carcomía y me hacía sufrir y porque sentía algo mucho más fuerte por él de lo que nunca he llegado a imaginar que fuera posible.
—Pero todavía no se lo has perdonado del todo. No estás marcado y es porque no confías en él —señaló Junsu con suficiencia.
—Me está costando, Junsu. No es fácil. Pero, en fin, creo que tampoco soy el más idóneo para dar consejos. Mi cabeza es un caos.
—Tú lo has dicho —sonrió comprensivo. —Aun así, tu caso y el mío... son diferentes. Pero estoy orgulloso tanto de ti como de él. Ha sido valiente por su parte. Mi hermano ahora está rodeado de luz y nunca lo había visto tan cautivado. Vuelve a estar vivo.
—Tú también volverás a estarlo — Jaejoong estaba convencido de ello. Alguien como Junsu encontraría el amor. Debía ser amado.
—No lo veo tan claro. Una vez viví bajo el sol, pero ahora me hace daño.
—Junsu...
—Vamos —lo tomó de la mano y tiró de él. —Cuando mi hermano te vea, va a sufrir un colapso.
Jaejoong asintió. Esperaba de corazón que Junsu sanara de sus heridas. Le había cogido mucho cariño y deseaba que Yoochun y Junsu arreglaran sus desavenencias, porque si veía algo claro en su historia, era que Yoochun había sido el culpable de herir de muerte a su corazón.

* * *

Cuando Yunho lo vio aparecer entre las hogueras que rodeaban el bosque, sencillamente sufrió un colapso. Jaejoong vestía como las parejas celtas y su porte denotaba la misma actitud. Un hombre orgulloso, hermoso y muy consciente de su magnetismo. Su vestimenta roja bailaba con el viento y su melena perfectamente arreglada.
Junsu hablaba con él y ambos sonreían. Yunho no podía dejar de mirar al hijo de su mejor amigo. Era todo un espectáculo de luz y colores para él.
—Jaejoong —le dijo Junsu entre dientes. —Ahí está mi hermano. Tienes que ver la cara que pone nada más mirarte.
Jaejoong alzó la mirada y buscó con los ojos a Yunho. No le hizo falta buscar mucho. Ya lo olía y, además, Yunho era el hombre más atractivo que había en aquel inmenso bosque rodeado de hogueras cercadas con piedras. Sus ojos lo estaban evaluando centímetro a centímetro.
Yunho lo miró fijamente. Jaejoong lo miró a él. Y el fuego de las hogueras alcanzaré cuotas altísimas con sus llamas.
—Vaya, Yunho —le dijo Jong Hyun con una mirada de admiración a Jaejoong. —Tu cáraid puede dejar a un hombre sin aliento — Yunho no apartó la vista de su pareja y no contestó a Jong Hyun. — ¿Verdad, Yoochun?
Yoochun estaba apoyado en un árbol mirando fijamente al chico que acompañaba a Jaejoong. Tenía dos rayas negras sobre la mejilla derecha. Jong Hyun alzó las cejas y se echó a reír.
—Por favor —exclamó exasperado. —Mírense... Dan pena. Embobados por dos chicos. Juro por Odín que esto no me sucederá a mí —burlándose de ellos se dio media vuelta y se fue a rondar a las vanirias que estaban allí reunidas.
Yoochun se acercó a Yunho y se cruzó de brazos para ver cómo se acercaban los chicos.
—Si en algún momento percibimos algo extraño...
—Tranquilo, Yoochun. Estamos todos en alerta. Si fuera por mí, ahora no estaría aquí, sino que estaría en un lugar más seguro con Jaejoong. Pero es la única fiesta que realmente celebramos, es parte de nuestra cultura y una de las noches en las que se pueden emparejar nuestros chicos.
Yoochun apretó la mandíbula.
—Si se atreven a atacarnos esta noche...
—No. No esta noche. No tan pronto. Ya saben que los hemos descubierto y, además, han sitiado las propiedades de Ryu Jin. Estará muy entretenido ahora ocultándose y reorganizando su secta.
—No es sólo él quien me preocupa.
—Seth y Lucio no están en Inglaterra. Tenemos vigilancia en todo el país y, de momento, no hay noticias de ellos.
—Seth vendrá —aseguró con vehemencia. —Lo presiento.
—Puede ser. Les acabamos de declarar la guerra. Ahora sabemos quiénes son y qué hacen, y nosotros nos estamos uniendo para combatirles. No se quedaran de brazos cruzados mientras les saboteamos.
Yoochun miró a Junsu y asintió con decisión.
—Hay que vigilarlo, Yunho.
Yunho lo miró de reojo y asintió con un leve gesto de la barbilla.
— ¿Qué tienes pensado?
—Me lo llevaré. No sé ni cuándo ni cómo —se encogió de hombros.
—Sé que la protegerás, Yoochun. Junsu es muy importante para nosotros.
—No tienes que preocuparte por ella, amigo mío. Debes ocuparte de él. — Yoochun se sorprendió al oír hablar a Yunho de aquel modo. Jaejoong lo estaba cambiando, lo serenaba y lo llenaba de paz, de ahí que surgieran sus sabios consejos. Más que nunca admiró a Jaejoong por hacer de su amigo un hombre feliz y admiró a Yunho por no haberle temido al amor y al poder que éste despierta en el interior de las personas cuando se comparte con la pareja perfecta.
Junsu y Jaejoong llegaron a su misma altura y Yoochun retrocedió un paso hasta volver a apoyarse en el mismo árbol donde estaba anteriormente. Miró a Junsu con un falso gesto indiferente y éste lo miró a él durante unos largos segundos que parecieron eternos y luego saludó cariñosamente a su hermano, como si nunca se hubiera fijado en Yoochun.
Cuando Yunho miró a Jaejoong para piropearlo, Ji Hye y Cha Don que se acercaban a ellos con las manos entrelazadas, se adelantaron.
—Jaejoong, estás precioso —le dijo Ji Hye saludándolo cariñosamente y besándolo en la mejilla. Miró a Yunho y los ojos le brillaron de complicidad. —Me alegra que compartas esta noche con nosotros —reconoció la hermosa mujer volviéndolo a mirar.
—Gracias —contestó Jaejoong sonrojándose ligeramente. Parecía que todos allí sabían lo que iba a suceder entre Yunho y él.
—Yunho —dijo Cha Don desviando la atención. —As y sus chicos ya están aquí.
—Gracias por invitarlos, Yunho —le dijo Jaejoong agradecido.
—De nada —asintió él.
—De hecho, ahora están tomando un poco de nuestro preciado hidromiel —comentó Cha Don complacido.
—Entonces tendrán que disculparme un momento —resopló Yunho pesaroso. —Jong Hyun preparó esta vez todo el proceso y creo que lo dejó fermentar demasiado... Está muy fuerte y hay que advertirles.
— ¿Hidromiel? —preguntó Jaejoong.
—Es nuestra bebida predilecta en noches de solsticio y rituales —contestó Ji Hye. Tomó del brazo a Jaejoong y Junsu y se los llevó con ella.
Yunho y Jaejoong se miraron fugazmente y él habría jurado que Yunho se disculpaba por no poder atenderlo personalmente.
— ¿Qué es? —inquirió Jaejoong centrándose en Ji Hye.
—Está hecha de agua de lluvia y miel —le dijo la alta mujer. — ¿Quieres que vayamos y la probemos?
—Sí —soltó Junsu. —Será divertido.
— ¿Lleva... lleva alcohol?
—Es como vino... y sí —asintió Ji Hye divertida. —Se te sube a la cabeza.
— ¿Ustedes se emborrachan? —dijo un escéptico Jaejoong dejándose arrastrar hacia la zona donde bebían.
Todas las mujeres y hombres parejas de los vanirios estaban ataviados. Jaejoong admiró tanta belleza junta. Todos eran preciosos, esbeltos y con cierto aire aristocrático.
El mundo vanirio era un mundo visceral y nocturno. Sin embargo, todo en él estaba impregnado de belleza.
Todos lo miraron y le sonrieron dándole la bienvenida. Jaejoong enseguida se sintió cómodo, pero cuando creyó que le faltaba su mejor amigo, Heechul apareció de en medio de ellos.
— ¿Heechul? —exclamó Jaejoong feliz.
—Dios mío, Jaejoong... — Heechul estaba tan bonito. Incluso a él también lo habían vestido igual y su espeso pelo brillaba como si fuera fuego. —Este vino lo carga el diablo.
Todos se echaron a reír ante la ocurrencia de Heechul. Jaejoong admiró la facilidad que tenía su amigo para contactar con la gente.
— ¿Qué haces aquí? —preguntó.
—Junsu es misericordioso —contestó Heechul sonriendo al hermano de Yunho. —Nos dijo que nos vendría bien despejarnos y conocer mejor su mundo. Además, tu querido novio es un nazi, ¿lo sabías? Ya nos está dando trabajo que hacer y pretendía que nos quedáramos encerrados en la casa. Lo ha dispuesto todo para que estemos allí y tenemos guardaespaldas que no nos dejan a sol ni a sombra. Sólo llevamos unas horas en esa mansión y ya me estaba ahogando —sorbió cerrando los ojos con placer. —Que bueno está esto... Por cierto, la casa es tan grande que voy a necesitar un mapa para no perderme.
— ¿Changmin también está aquí? — Jaejoong miró a los alrededores.
De repente se oyeron vítores y carcajadas al otro lado, donde bebían los hombres de los barriles. Allí, un Yunho muy divertido golpeaba la espalda de Changmin para que no se ahogara con el hidromiel. No le fue difícil imaginarlos hace dos mil años con las caras pintadas, las espadas y los escudos en mano, vitoreando y chillando de alegría cuando ganaban una batalla.
Jaejoong sintió fuego en las entrañas cuando miró el alto cuerpo de Yunho junto al de su mejor amigo, Changmin también era grande.
Cuando se giró para mirar a Junsu, éste ya le ofrecía la primera copa de hidromiel.
—Por ti, Jaejoong. Bienvenido a casa.
Al mirar, todos tenían una copa en la mano y lo miraban esperando que él bebiera. Heechul volvió a llenar su copa del barril y alzó el brazo preparado para brindar.
Jaejoong inspiró profundamente y al exhalar dijo.
—Por ustedes.
Todos vaciaron sus copas de golpe y Jaejoong siguió su ejemplo. Cuando aquel gustoso y dulce líquido se deslizó por su garganta, se relajó por completo maravillado por el regusto que dejaba en su lengua y en el paladar.
—Madre mía... —susurró. —Esto hay que comercializarlo, porque nos haríamos ricos.
—Está bueno, ¿verdad? — Ji Hye le pasó un brazo por encima. El hidromiel desinhibía a todos. —Por eso los romanos luchaban contra Asterix. Querían su pócima —sonrió aceptando otra copa que le ofrecía Heechul.
—Que no decaiga... —musitó Heechul pasándose la lengua por los labios.
—Huele bien, brilla como el oro y es buenísimo.
—Amén —exclamó Junsu bebiendo de su segunda copa.
— ¿Y Jong Hyun ha hecho esto? —preguntó una incrédula Jaejoong al aceptar la segunda copa de Ji Hye.
Algunos suspiraron al oír el nombre de Jong Hyun.
—Uff, ese hombre los pone cachondos, querido —murmuró Heechul mirándolos de reojo. —La verdad es que está muy bueno.
Todos se echaron a reír ante el atrevimiento de Heechul.
—Jong Hyun es un terrible mujeriego —dijo Junsu observando a lo lejos al susodicho. —Pero sabe cómo hacer una buena fermentación alcohólica de la miel... —bebió de un trago su segunda copa y le dio el vaso a Heechul para que se lo llenara. —Y su hermano es un inepto. Quiero otra copa.
—Vaya turco vas a coger, Junsu —comentó Heechul mientras le volvía a llenar la copa.
—Bienvenido sea —alzó la copa de nuevo y todos, incluidos Ji Hye y Jaejoong lo imitaron. —Por un mundo sin trípodes que nos amarguen la vida —exclamó mirando a los hombres que reían y jugaban entre ellos.
Ji Hye se echó a reír con Junsu y entonces, cuando abrazó al hermano de Yunho muerta de la risa, Jaejoong divisó su tatuaje. En el hombro derecho, había un precioso tribal circular de color marrón oscuro, del tamaño de una moneda. En el centro del intrincado dibujo había una especie de gema de color amarillo. Sin duda era un sello hermoso.
— ¿Te gusta su tatuaje, Jaejoong? —preguntó Heechul observando el diseño.
Ji Hye se giró hacia ellos y sonrió orgullosa.
—Es mi sello.
— ¿Cha Don lo tiene igual? —preguntó Jaejoong maravillado por el dibujo.
—Oh, sí —asintió Ji Hye mirando a Cha Don a lo lejos. Cha Don percibió que Ji Hye lo observaba, se giró y le guiñó un ojo. —Él me pertenece.
Jaejoong miró a la pareja y sintió un poco de envidia por la aceptación que había entre ellos.
—Creo que llevan muy lejos lo de la pertenencia —musitó Jaejoong por encima de su copa.
—A ti también te sucederá — Ji Hye se encogió de hombros y bebió de su copa. — ¿No estás marcado aún?
—No.
— ¿No me quieres preguntar nada? —lo miró de reojo con complicidad.
—No sé...
— ¿Quieres saber si te dolerá?
— ¿Me dolerá? —frunció el cejo oscureciendo sus ojos lilas.
—Sí —intentó no echarse a reír.
—Fantástico —replicó desganado. — ¿Y a él?
—Oh, a él también. Pero se les pasará.
—Basta, no los aguanto —les dijo Junsu. —Tomen otra copa por los que no tienen a nadie a quien arrimarse, me están dando ganas de vomitar. Brindemos por mí —levantó su copa de nuevo y todos lo imitaron.
— ¿Es un club nuevo? —preguntó Heechul. — ¿Me puedo apuntar? —miró de soslayo al grupo de hombres formado por berserkers y vanirios. Entre ellos estaba el desagradable de Siwon. — ¿No traen a sus parejas?
— ¿Quiénes? ¿Los berserkers? —dijo Junsu señalándolos con la cabeza. —No pueden. Es luna llena y necesitan descansar para lo que les espera.
— ¿El qué? —preguntó Jaejoong curioso.
—Son noches de acoplamiento. ¿Es que no te ha contado nada tu abuelo?
—No sobre eso.
—Cuenta, Junsu — Heechul lo animó a proseguir mientras miraba divertido al berserker que ahora lo miraba a él con desdén. Heechul parecía caerle tan bien como Siwon a él.
—De hecho, es todo un detalle que los machos berserkers estén hoy aquí. Supongo que se irán porque sus parejas los necesitan. Necesitan acoplarse con ellos, culpa de la luna —se encogió de hombros y él misma volvió a llenarse un nuevo vaso de hidromiel. —Se pasan toooodo el día cardando —sonreía divertido.
— ¿Y tú cómo lo sabes? —preguntó Ji Hye intrigada.
—Una noche vi a una pareja en acción —confesó algo avergonzado. —Hace años. Era luna llena. No se pueden imaginar lo salvajes que son...
— ¿Ah, sí? — Heechul alzó una ceja y volvió a mirar a Siwon desde lo lejos. Siwon lo observó completamente quieto mientras vaciaba su hidromiel. Devolvió el vaso a Yunho, le dijo algo y el vanirio volvió a llenarle el vaso.
—Cariño — Ji Hye puso una mano sobre el hombro de Junsu, —cuando encuentres a tu cáraid verás que los vanirios no es que estén muy domesticados en ese aspecto —luego miró a Jaejoong y le guiñó un ojo.
Jaejoong sonrió mientras bebía y luego controló los movimientos de Yunho. Quería verlo. Quería estar con él.
Allí estaba ese hombre, haciendo de anfitrión de los que hasta hacía unos días eran aciagos enemigos de su raza. Yong Hwa le había golpeado y, sin embargo, ahora hablaba con él y el berserker parecía que le prodigaba un enorme respeto.
Los coches rodeaban el claro del bosque donde estaban celebrando. Jong Hyun se dirigió al suyo, abrió la puerta del piloto y encendió su equipo de música.
Inmediatamente la canción No fear, de The Rasmus, sonó alto y claro, a una gran escala de decibelios.
—Que empiece la fiesta... —gritó eufórico con el cuello echado hacia atrás.
Jaejoong sintió una profunda emoción al ver lo que allí sucedía. Las parejas de los vanirios corrieron para ubicarse en el centro de las hogueras y empezaron a mover sus caderas sinuosamente. No atendían a los hombres, les daba igual si los miraban.
Estaban disfrutando de su sensualidad juntos, entre ellos, y no se avergonzaban ante el público.
Los berserkers los miraban embobados ante su coqueta desinhibición.
Los vanirios enseguida se animaron a bailar con ellos, cogiéndolos en brazos, entrelazando piernas, caderas con caderas... Ellos gritaban divertidos y achispados por el hidromiel.
Heechul no tardó en unirse a ellos.
—Ven, Jaejoong... —lo animó.
Jaejoong observó a Yunho a lo lejos y pudo comprobar que él la controlaba de reojo mientras hablaba con Siwon.
—Sí, ahora iré —le contestó mientras se acercaba al corrillo de hombres entre los que se encontraba él.
—Vale... —inmediatamente un enorme berserker tomó a Heechul de la mano para que bailara con él. Era atractivo. —No hace falta ni que me lo pidas, guapo —le sonrió encantadoramente mientras se cogía a sus hombros y se dejaba llevar.
Jaejoong se echó a reír al ver a su mejor amigo tan divertido. A medio camino su abuelo As se detuvo a saludarlo.
— ¿Lo pasas bien, pequeño? —le preguntó.
Jaejoong se alegró al verlo en un momento tan animoso y lo abrazó.
—Hola, abuelo —frotó su mejilla contra su pecho. —También has venido.
—Yunho nos invitó a tomar hidromiel. No podía rechazar la invitación —lo tomó de la cara con ambas manos. Sus ojos parecían desafiantes. — ¿Te está tratando bien, Jaejoong? Si no es así, dímelo y yo...
—No, no, abuelo —se apresuró a cortarlo. —Él... La verdad es que sí.
—Yo no quería forzarte a que estuvieras con él. ¿Me crees? No quería obligarte, pero... Es un tema delicado y él realmente es tu pareja y yo...
—Abuelo —tomó su inmensa y callosa mano entre las suyas, —lo comprendo. Me está costando entender este mundo. No es sencillo. Me educaron como a un humano y tengo unos patrones mentales muy cerrados, pero...
— ¿Sí?
—Pero también está en mi naturaleza aceptar todo lo que me sucede ahora. Yo formo parte de esto —miró encantado todo lo que les rodeaba. —Rituales, hechizos, dioses, magia, guerra... colmillos. No me parece tan descabellado y, cada día que pasa, lo entiendo mejor.
—Entonces, no es tan horrible, ¿no?
—No —contestó mirando a Yunho, que ahora tenía los ojos velados de incertidumbre. ¿Desde cuándo se mostraba tan transparente con él? —Creo que no.
—Tenía miedo de que estuvieras resentido conmigo por imponerte tu relación con él —As se giró y lo saludó con un gesto de la cabeza. —Es un hombre de honor, Jaejoong. Él te tratará como te mereces y yo estaré tranquilo si permaneces a su lado.
—Abuelo —se abrazó a él. —No puedo estar enfadado contigo ni siquiera con él —se sorprendió al reconocer eso en voz alta. —Todo lo que me ha pasado me ha revelado quién soy.
—Eres valiente —dijo As con admiración. —Como tu madre lo fue al arriesgarse por amor.
—Tú... ¿Tú la has perdonado?
As apretó la mandíbula y bajó la mirada.
—Ella huyó de mí porque temía que no entendiera su relación con Seong Hun. Lo que más odio es reconocer que Jade tenía razón. Yo la habría castigado y repudiado por ello, Jaejoong. Entonces no sabíamos nada de lo que sabemos ahora —suspiró y observó a su nieto con ojos llorosos. —Ella fue valiente al luchar por lo que quería, se dejó de objeciones sociales entre nosotros, de prejuicios y racismo, y al final su valentía dio un fruto maravilloso.
Jaejoong tragó saliva para aliviar el nudo que sentía en la garganta.
—Tú, Jaejoong —prosiguió, —nos has abierto los ojos y nos has dado la posibilidad de hacernos más fuertes. Eres el recuerdo viviente de mi hija y te quiero por lo que estás consiguiendo y por el hombre que eres.
—Gracias —se abrazó fuertemente a él. No quería llorar y le costó mucho encarcelar a las lágrimas para que no se derramasen sobre sus mejillas. —Gracias.
—A ti, cariño —besó su cabeza y se alejó un poco. —Entonces, ya me voy —sonrió avergonzado. — ¿Vas a estar bien, verdad?
—Sí. Estaré bien.
—Cualquier cosa, ya sabes dónde estoy.
—Sí, pesado —se echó a reír.
—Bien —sonrió abiertamente.
—Bien —le dio un beso en la mejilla.
—Anda, vete.
As se alejó de él. Le dio la mano a Yunho para despedirse, le dijo algo al oído y éste asintió solemnemente para luego mirarlo a él con ojos encendidos.
Jaejoong sintió un escalofrío al ver a Yunho acercarse a él. Grácil, masculino, seguro y elegante. Poderoso, pensó mientras pasaba alrededor de las llamas que cercaban la zona.
Yunho no le quitaba los ojos de encima. Hacía rato que quería escoltarla toda la noche, explicarle qué significaba un día así para ellos, pero todos se lo robaban.
Cuando no le quedaba más que cinco pasos para llegar a Jaejoong, Yong Hwa se cruzó en su camino.
Jaejoong agrandó los ojos al verlo y le regaló una enorme sonrisa de complacencia.
— ¿Bailas conmigo? —le preguntó el berserker haciéndole una reverencia. Jaejoong se puso de puntillas para mirar a Yunho. Éste frunció el ceño.
—Pues es que...
—Es sólo un baile, Jaejoong. Luego me iré — Yong Hwa inclinó el cuello a un lado y le sonrió pícaramente. —Por favor. — Jaejoong sacudió la cabeza y sonrió.
—Está bien, sólo uno.
Yunho se apartó mientras ambos iban juntos a esa pista improvisada donde todos bailaban desinhibidos. No se hubiera imaginado que unos seres tan letales y agresivos pudieran tener tanto sentido del ritmo.
Sonaba de fondo la canción de All Good Things Come To An End.
Yong Hwa lo cogió de la cintura mientras se movían al son de la música con gracia y elegancia.
—Y dime —le susurró Yong Hwa al oído, — ¿cómo te va con el colmillos?
Jaejoong se aclaró la garganta.
—Bien, gracias. Se llama Yunho.
— ¿Te trata bien? —le dio una vuelta para luego volver a cogerlo de la cintura. — ¿Es bueno contigo?
—Es muy bueno —lo miró censurándolo.
— ¿Todavía sigues enfadado conmigo por lo que le hice?
Jaejoong recordó con amargura los latigazos que prodigó Yong Hwa a Yunho.
—Debía de haber un castigo por lo que te hizo, Jaejoong. ¿Me entiendes? —sus ojos lo miraron rogando perdón.
—No me apetece hablar de eso ahora.
— ¿Y bien?
—No. No estoy enfadado. No apruebo esas acciones. Me... me sacude por dentro tanta violencia.
—Lo hice por ti —ahora Yong Hwa lo mecía más suavemente con sus manos dulces y ligeras.
—Bueno... no sé si darte las gracias —apoyó una mano en su hombro para guardar las distancias.
—Cuando llegaste a la manada...
—Cuando me recogieron, hace apenas unos días —rectificó él dulcemente. —No somos animales, recuérdalo.
—Sí. Pensé que ibas a ser para mí. Mi... Pareja. — Jaejoong se paró en seco y lo miró asombrado. —Sigue bailando —lo animó él arrastrándolo. —Yo creí que era mi momento de emparejarme —se encogió de hombros. —Y de verdad que no me importaría hacerlo contigo.
—Yong Hwa, yo...
—Pero creo que Yunho ha llegado antes que yo, ¿verdad? —le sonrió con tristeza.
—Sí.
—No has dudado ni un segundo —hizo una mueca de disgusto.
—No, no he dudado —afirmó Jaejoong observando el bello rostro de su amigo.
— ¿Lo amas?
— ¿Mmm?
—Lo amas.
—Yo no he dicho...
—Bien —exhaló el aire bruscamente. —Ahora que estoy seguro de que estás convencido ya me puedo ir de esta fiesta de borrachos. Pero, Jaejoong...
Jaejoong todavía estaba confundido por la afirmación tan rotunda de Yong Hwa acerca de sus sentimientos por Yunho.
— ¿Qué?
—Si te cansas de él, siempre puedes venir a mí —un brillo de diversión relampagueó en sus ojos ambarinos.
—Oh, cállate —le golpeó en el pecho con fuerza.
—Tienes mi número —le hizo el gesto del teléfono con las manos. —Llámame, cariño.
—Seguro —levantó el dedo corazón.
Cuando Yong Hwa se fue, arrastró con él a Siwon, que seguía mirando furioso a Heechul, y éste lo despedía besando su dedo corazón y deletreando la palabra gilipollas con los labios mientras meneaba el trasero rozando la entrepierna de uno de los de su manada.
Jaejoong hizo negaciones con la cabeza. Se odiaban.
Luego observó a Junsu, que bailaba rodeada de vanirios. Intocable. Lejano. Inalcanzable para todos. Y Yoochun no le sacaba el ojo de encima. Qué complicado parecía todo entre ellos.
Más tarde, sus ojos se detuvieron ante el espectáculo que ofrecían Ji Hye y Cha Don. Aquello era sexo implícito en cada uno de sus movimientos. Cha Don dejaba que ella se agitara y se moviera entre sus brazos, él aprovechaba y le olía el pelo, le besaba el cuello, le lamía la oreja... El quería tocarla, pero ella no le dejaba. Mantenía sus manos lejos de ella y lo provocaba. Y cuando se miraron, no sólo había deseo, sino adoración. Habían perdido a dos niños por el camino, pero tenían una vida inmortal juntos para resarcirse. Ambos se amaban y su amor era más fuerte que nada.
Un amor como el que él sentía por Yunho. Sí. No iba a negarlo más. Jaejoong buscó a Yunho con los ojos y lo vio alejándose de las hogueras y cruzando unos matorrales que lo ocultaron por completo.
Jaejoong aceleró el paso y lo siguió. ¿Por qué se iba?
Cuando cruzó los matorrales, se encontró en una planicie oculta por árboles, en cuyo centro había unas piedras enormes a modo de altares. No había rastro de Yunho.
— ¿Yunho? —preguntó alzando la voz.
— ¿Te estás divirtiendo, príncipe?
La voz venía de su espalda. Cuando se giró lo encontró a apoyado en uno de los árboles con las manos en los bolsillos de sus pantalones negros de piel. La cintura del pantalón le quedaba por debajo del ombligo y su piel dibujaba todos los músculos a la luz de la luna. Su torso desnudo, como el de todos los vanirios en una noche como ésa. En su mejilla derecha, tres líneas perfectas de igual medida resaltaban de color negro.
Jaejoong lo miró de arriba abajo y se quedó hipnotizado. Pero cuando se centró en sus ojos, tembló de emoción, de anticipación ante lo que podría suceder entre ellos.
—Hoy todos querían hablar contigo, por lo visto —se acercó a Jaejoong pero no lo tocó.
—Sí.
—Y tu abuelo As.
—Y Yong Hwa —murmuró entre dientes.
—Sí, Yong Hwa también —contestó él achicando los ojos. No parecía muy tierno, precisamente.
—Has bailado con él y te has reído con él —le levantó la barbilla.
— ¿Por eso te has ido?
—Me he ido para dejarles intimidad. Parece que la necesitaban. Dime, Jaejoong, ¿él te gusta? Si yo no hubiera estado aquí, ¿te habrías ido con él?
Jaejoong sintió cómo si alguien le echara un cubo de agua helada por encima.
—No me lo puedo creer... Claro —le espetó provocándolo. —En cuanto te dieras la vuelta —levantó la barbilla desafiándolo. Los ojos le brillaban por las lágrimas. La rabia se dejaba ver en sus palabras.
—Dímelo, Jaejoong. Y no juegues conmigo —le cogió de los brazos apretándolos con fuerza. — ¿Es por eso? ¿Por eso no me dejas entrar en ti? No sé ni lo que piensas ni lo que sientes por él. Dímelo... Sé que a él le gustas.
—Jódete, Yunho. Te odio. Te odio... Cerdo... Te odio... —le golpeó el pecho con fuerza para alejarlo de él.
¿Cómo se atrevía a insinuar algo así? ¿Cómo podía siquiera pensarlo?
—Por favor, Jaejoong —lo apretó contra él abrazándolo con fuerza. Jaejoong seguía peleando con Yunho, —me estoy volviendo loco. Necesito el contacto contigo y no sé si lo que me dices es verdad. No tengo modo de comprobarlo.
—Entonces, confía en mí... —volvió a golpearlo en el pecho. —No puede ser tan difícil...
—Pero...
—Tienes que confiar en mí, Yunho... Tienes que hacerlo... Si no... Si no me respetas y no aceptas este desafío, nada funcionará entre nosotros —le dijo desesperado sin ninguna posibilidad de detener el torrente de lágrimas. —Tienes que esforzarte igual que yo me esfuerzo en comprenderte.
—Jaejoong, no está en mi naturaleza hacer las cosas así.
—Sí lo está... Jodido cobarde... ¿Crees que yo no quiero fundirme contigo? —sus mejillas estaban rojas de la ira y la frustración.
— ¿Lo quieres? —preguntó Yunho tembloroso.
—Claro que lo quiero, Yunho... Pero necesito saber hasta qué punto puedo confiar en ti otra vez. Necesito estar seguro de que no te guardas nada para ti.
—Pero lo de anoche...
—Anoche fue genial —replicó Jaejoong apretando los puños. —Pero no es suficiente. No para mí. Tú te abres mientras me manoseas y te corres... pero sólo lo haces en ese momento. Ayer, además, estabas drogado. Cuando todo eso se te pasa, luego, vuelves a desconfiar de mí. A guardarte cosas. Esta mañana has vuelto a hacerlo y me he visto obligado a tratarte mal, Yunho, y no me gusta.
—Pero a ti te gusta lo que te hago. Disfrutas conmigo.
—Tenemos que separar lo que sucede entre nosotros en la cama de lo que sucede fuera de ella. Tienes que ser mi mejor amigo, no sólo mi amante —se puso la mano sobre la frente y exhaló con fuerza. —Quiero un compañero que no dude en dármelo todo, porque yo no dudaré en dártelo todo.
—Jaejoong...
—Junsu me dijo que tenías muchas corazas. Es cierto —le señaló con el dedo obligándolo a que Yunho retrocediera. —No quieres que nadie escarbe en ellas, que nadie las derrumbe, porque crees que eso te hace vulnerable. Pero yo no soy tu enemigo, Yunho. ¿Me entiendes? No soy tu enemigo —gritó furioso clavándole el dedo índice en el pecho. —No voy a ceder hasta que vea que realmente te abres a mí. Esfuérzate. Háblame y explícamelo todo. Y hazlo no sólo porque yo me meta a la fuerza en tu cabeza y averigüe las cosas, sino porque realmente te apetece decirlas.
Yunho temblaba de la ira y la impotencia que lo recorría.
—Pero no somos humanos —gruñó. —Las parejas vanirias no se comunican así.
—A la mierda las parejas vanirias... Vas a tratarme como yo me merezco, como yo te digo... Has sido horrible, Yunho. Desde el principio. Tú apareces, coaccionas y lo ocupas todo. Y él único que ha cedido y es flexible aquí soy yo. Yo... yo no puedo respirar.
—Yo tampoco —explotó. — ¿Crees que me gusta ver cómo otras parejas se sienten tranquilas entre ellas porque tienen un contacto del que me priva mi pareja? Lo odio... Me has vuelto loco... Tú, insoportable... No puedo pensar — caminó hacia Jaejoong. —Todo eres tú. Mire donde mire, ahí estás tú, aquí dentro —se golpeó la cabeza. —Y no sé qué hacer... Soy idiota y torpe. Me siento estúpido... Me has vuelto un inútil. Así... yo... no puedo protegerte. Yo no tengo nada bueno que darte... Estoy podrido... Llevo muchos años peleando... Yo sé de guerra, no sé de... no sé qué es... Pero tú estás ahí... estás aquí —se golpeó el pecho— como un torniquete, haciéndome sangrar a cada momento. Y no sé cómo hacer que tú... que puedas... porque yo realmente quiero... —realmente estaba agobiado y por fin revelaba algo más de sí mismo. —Déjalo —se dio media vuelta abatido y murmuró. — Yong Hwa sería mejor que yo.
Jaejoong sintió que algo explotaba en su interior al oír su rendición.
—Cobarde... Ven aquí... Eres un cobarde —le gritó entre lágrimas. Corrió hacia Yunho y lo golpeó en la espalda. — ¿Quieres que me vaya con él? ¿Dime? ¿Sería más fácil para ti? Te odio, Yunho...
Yunho se giró y lo cogió de las muñecas para que dejara de golpearlo.
— ¿Te irías con él? —le preguntó desolado y triste. Desesperado porque no sabía cómo hacerle ver lo que Jaejoong significaba en su vida. —Si eso te va a hacer feliz, hazlo. Yo sólo...
— ¿Tú qué? —sollozó.
—Si prefieres a Yong Hwa cógelo, mi dulce corazón.
Jaejoong cerró los ojos y negó con la cabeza.
—Deja de tratarme así. No puedes provocarme tanto... —gimió rogándole. Lo estaba volviendo loco. —Por favor, Yunho.
— ¿A quién prefieres? ¿Con quién te irías? —lo zarandeó levemente. —Él seguramente es más compatible contigo de lo que yo lo soy —cada palabra que decía en favor del berserker le desgarraba el corazón. —Yo sólo quiero dejar de hacerte llorar... y Odín sabe que yo no soportaría saber que otro te toca, pero, si eso va a ser mejor para ti...
—Te odio —le dijo con rabia agarrándole del pelo.
—Jaejoong —lo tomó de la cara. —Sólo contéstame. Déjame oírlo. Necesito oírlo.
—Te elijo a ti —le gritó. Lo miró desesperado y hundió su cara en el pecho de Yunho y arrancó a llorar como un niño. —Bruto insensible... Te elijo a ti... —golpeó su pectoral rendido y abatido.
Yunho lo observó temblar sobre su pecho. Lo rodeó con sus brazos y lo abrazó. Sabía que lo había llevado al límite, pero no sabía hacer las cosas de otro modo. Sin embargo, se dio cuenta de algo valioso para él. Algo que nunca había sentido. Le creía. Creía en Jaejoong. Confiaba en sus palabras. Confiaba en él. Y del mismo modo deseó... No. Del mismo modo quería que Jaejoong confiara en él. No estaba preparado para decirle que lo amaba, pero lo amaba. Lo amaba. Como no supo decírselo, hundió el rostro en el hueco de su cuello y lo besó dulcemente.
—Te elijo a ti, Jaejoong —le susurró apasionadamente.
—Déjame en paz —contestó Jaejoong entre sollozos intentando apartarse de Yunho. —No es verdad. Me estabas entregando a otro cuando yo...
—Sí, lo es, mi dulce corazón. Mi dulce corazón —quiso besarlo pero Jaejoong le apartó la cara. —Ven, no te apartes.
— ¿Por que? ¿Por qué? —exigió mirándolo con los ojos arrasados en lágrimas. — ¿Por qué me eliges ahora?
—Porque necesito esto para empezar a cambiar... —le tocó los labios y deslizó la punta de sus dedos por su cuello hasta llegar a su pecho. —Sólo esto —le puso la mano sobre el corazón. —Soy todo tuyo, Jaejoong. Tu eres mi dulce corazón y te necesito.
—No —sollozó.
—Sí. Ven —abarcó su cara con las manos.
— ¿Intentarás confiar en mí? Te lo he dicho esta mañana. Esto no funcionará si no nos abrimos. Sólo inténtalo, te lo suplico.
—Mírame. No estoy drogado ni bajo presión. Te estoy hablando desde dentro —le acarició la mejilla y se inclinó para besarla. —Aquí el único que debe suplicar por ti soy yo. Te demostraré que soy de fiar, que puedo entregarme por completo y que puedes confiar en mí. Yo ya confío en ti, Jaejoong. Pero yo soy el problema. Verás que podrás confiar en mí —le mordió los labios y él tembló entre sus brazos.
— ¿Por qué? — Jaejoong no pudo resistir besarlo con dulzura. Realmente Yunho se estaba abriendo. Lo sentía en su interior, como si entre ellos fluyera una energía poderosa e inquebrantable que no había fluido antes, y le gustaba.
—Porque me pongo enfermo sin ti —lo cogió en brazos y lo besó como si fuera a comérselao.
— ¿Te pones enfermo sin mí? —se abrazó a Yunho y besó su cuello.
—Sí —lo abrazó con fuerza y Jaejoong se dejó mimar. El cuerpo de Jaejoong era un bálsamo de luz y de paz para Yunho.
—Estás celoso de Yong Hwa, ¿por eso me has hablado así?
—Sí —reconoció besándolo de nuevo.
—Pero sabes que yo no podría dejarme tocar por nadie que no fueras tú. Lo sabes, ¿verdad?
—Sí, te creo cuando lo dices —reconoció humildemente.
— ¿Y por qué me presionas de esta manera? Me acorralas constantemente.
—Porque él es más amigo tuyo que yo. Con él estás tranquilo y relajado. Conmigo nunca estás así.
—Entonces relájame, Yunho. Tranquilízame —le pasó la mano por cabello y lo atrajo hacia él. Lo besó de un modo que era pecado. No había un lugar de su boca que su lengua no acariciara. —Nunca le he hecho esto a él. ¿Qué crees que querrá decir? —preguntó sobre sus labios.
—Y te mataré si se lo haces —se pasó la lengua por los labios y saboreó a Jaejoong. — ¿Quieres... quieres bailar conmigo?
Jaejoong miró sus cuerpos. A Jaejoong le colgaban los pies porque Yunho lo tenía aupada con todo su cuerpo en contacto con el de él.
—No aquí —le dijo Yuhno con la voz ronca.
— ¿Dónde?
—Tú sólo dime si aceptas. ¿Vendrás conmigo?
—Sí. Me voy contigo —sonrió y se agarró mejor a Yunho.
— ¿Te gusta que te diga mi pequeño? —lo abrazó mejor.
—Me gusta todo lo que me dices cuando te pones tierno —acarició su nariz con la suya.
—Y a mí me pones a mil.
—Bien —susurró al sentir el deseo en su sangre. —Llévame a bailar, Yunho.
—Agárrate, pequeño.
De un salto se impulsó con Jaejoong hacia el cielo y salieron como una bala del espeso bosque donde se encontraban. A sus pies, seguía la fiesta, corría el hidromiel, se agitaban los cuerpos y danzaban las hogueras.
Pegado a su cuerpo sintió una extraña sensación en el bajo vientre, como si se le deslizara miel líquida. Yunho se apretó más a él y acunó su erección entre las piernas de Jaejoong.
—Yunho —gimió él. —Estoy ardiendo.
—Y yo, nene —gimió Yuhno también acelerando el vuelo. —Me muero de ganas de...
—No, estoy ardiendo de verdad. Me quema —esta vez su voz sonó desesperada.
— ¿Qué te quema cariño? —preguntó Yunho preocupado.
—Abajo —musitó Jaejoong apretando la cara contra su cuello. —Y... ah...
— ¿Qué?
—No sé qué me pasa, pero... me duele.
— ¿Te duele? Aguanta, ya llegamos a casa.
—No. No lo aguanto —se abrazó más fuerte a Yunho y le rodeó la cintura con las piernas apretándose fuertemente contra su erección.


Nota: Este fic ya esta por terminar se que hubieran querido el desarrollo de las demás parejas pero esta novela es parte de una saga, así que deja inconclusas muchas cosas.

No

Gracias por comentar.

19 comentarios:

  1. Waaa q le arde a jaejoong?,el pipi rojo?,la cola?,queeee?!!
    a fuck justo. Ahi tenia q terminar ><

    Por un momento pense q yunho d vdd dejaria a jj ese par son bn necios y no ceden,hasta a mi me lastimaron con leer eso TnT abbu,pero al final jaejoong fue por el, es obvio q lo ama y no podria vivir sin el

    Heechul no esta lejos d ser en esta historia lo q es en la vida real xD

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  2. waaa me encanto este cap todo fue tan lindo *-*
    alfin esos dos se estan entendiendo que lastima q ya va a terminar
    me hubiera gustado saber q pasa con el YooSu y el Sichul ♥
    gracias x la actu !!

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  3. Pense que seguirían con la pelea que bueno que no fue así, y se me hace que lo que le arde a JJ sera el "tatuaje" que lo marca a yunho, ay ojala sea eso y no algo problematico y todo! que más quisiera que esta adaptación no acabe pero no se puede T-T! ame el capítulo y amo demasiada esta historia, mil gracias por compartirla!

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  4. aaaaaaaaaaaaaaaaah le duele a jae por que se le esta poniendo la marca de que por fin se a emparejado con yunho acaso ha ha y como cree jae que yunho se lo dejaría a otro si tanto que le a costado que jae lo acepte como para que llegue otro y le permita que se lo lleve ha ha que ni lo sueñe ni loco yunho lo soltara

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  5. Por un momento pensé que la pelea se haría más grande y que cada quién por su lado estaría molesto pero menos me equivoque y creo que al abrirse así los dioses vieron que ellos se pertenecen mutuamente y por ello les pondrán los sellos y de ahí debe provenir el dolor que siente Jaejoong.

    AMO esta adaptación con locura y pasión desmedida(?) xDDDD
    y me dará pena que termine ;-;

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  6. Oh! será que ya le saldrá la marca a JJ wiii!!! u.u yo esperaba que se desarrollaran las demás parejas T.T creo que tendré que leer la versión original para saber acerca de ellos
    Con respecto al fic ... me encanto esta traducción espero leer ansiosa su final

    Gracias por publicar nos leemos ^.^
    misa-chan <3

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  7. seria muy interesante leer la historia de las otras parejas ....pero es pedir mucho verdad, gracias.

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  8. me la he apsado tres dias sin dormir desde que encontre esta historia y hoy lelgue ahsta aqui ..
    solo te dire una cosa me encanto todo lo que escribes es genial simpletne genial, no em arrepiento de ser un zombi por andar leyendo jejej :)
    esperare el otro capitulo >.<
    .... quiero saber q hay entre junsu y yoochun u.u

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  9. woooo jaejoong si que esta ardiendo pero en deseo, se le avento
    a yunnie, que mas quiere yunho, estara feliz de ver en esa faceta a
    su cared *q*

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  10. Dios tremendo susto que me ha dado Yunho... Pensé que iban a pelear y acabar todo de nuevo...
    Que le pasa a Jae?...arde? Arde que?... Espero que no sea nada malo

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  11. ya seguro estaba realmente hermoso vestido asi... :3 :3
    me hubiese gustado verlo <3 <3
    pensé que ese par se iva a pelear de nuevo ya estaba renegando XD!
    pero menos mal que no y jae se a sincero con yunho
    ahora que le pasa a jejoong que le arde (?) (*///*)

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  12. a Jae le agarró la fiebre de hacer el amor descontroladamente??
    me gustaría saber qué pasó con Junsu y Yoochum que están separados pero se nota que están enamorados

    gracias por el capítulo

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  13. Me imagino a JJ vistiendo así y *Q* !!!
    Tenían que darse los celos si no no eran felices xD aún ya YH se pasa de infntil xD

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  14. Es una saga !! Voy a buscar los demas libros esta muy interesante la historia

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  15. Será la marca de su emparejamiento lo que esta quemando a Jae?, ojalá que si para que ya no duden tanto de su amor.

    Gracias!!!

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  16. Ohhh que le pasa a Jae??? Será el nudo no debe ser a ambos de igual momento???

    Pero q bonitos ellos celandose jejeje

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  17. Nooooo xq pasa eso ahora que empiezan a estar juntos ... Una trampa que feo... Donde andan todos los demás ojalá que con lo que hizo Jae despierten a los demas

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  18. Uhhhh es por la luna llena verdas????❤️❤️

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  19. Oh que tristeza… como se llama la saga? Me gusta mucho esta historia.

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