Capítulo 12
Me desperté a las seis cuando mi alarma sonó.
Gruñí porque había olvidado cancelarla. Supongo que no necesito sacarlo de mi
cama temprano, ya no. Me di vuelta y abracé a Yunho. Siempre dormía a pesar del
sonido de la arma; juro que él dormiría mientras un terremoto tuviera lugar y
no despertaría. Lo codeé ligeramente, diciendo jugarle una broma.
―Seis en punto ―dije, codeándolo de nuevo.
―Bien, Ángel. Te quiero; te veré después. ―Besó mi
frente y salió de la cama, sus ojos apenas abiertos. No pude evitarlo, rompí en
carcajadas. Me miró, confundido―. ¡Shh! ¿De qué te estás riendo? ―preguntó,
frunciendo el ceño, poniéndose sus jeans.
―De ti ―lo provoqué, sonriendo felizmente.
― ¿Qué hay conmigo? ¿Qué he hecho? ―susurró,
trepando de vuelta a la cama y arrastrándose sobre mí. Presionó cada centímetro
de su cuerpo contra el mío pero aun así mantuvo su peso lejos de mí de alguna
manera. Miró a mis ojos, sonriendo felizmente por un rato, y luego el
entendimiento cruzó su rostro―. ¡Mierda! ¡Tu hermano sabe! Entonces, ¿por qué
diablos me despertaste, Ángel? No tengo que irme ―lloriqueó.
Envolví mis brazos alrededor de su cuello y lo
empujé para un largo beso.
―Sólo estaba bromeando. Olvidé cancelar la alarma,
así que pensé en usar el tiempo de más para que pudiéramos besarnos.
Él sonrió pícaramente.
― ¿Quieres que nos besemos? ―provocó, besando mi
cuello. Jadeé mientras alcanzaba el sensible lugar cerca de mi clavícula.
―Mmmm ―susurré, deslizando mis manos por su
espalda, arañando ligeramente con mis uñas, haciéndolo gemir. Trepó de vuelta
bajo las sábanas y me besó tierna y suavemente, manteniéndome cerca. No hizo
movimiento alguno para llevar las cosas más lejos que eso, lo que adoré. Él
realmente era adorable.
Salió de mi habitación un poco después de las
siete y media. Yunho me empujó en uno de los taburetes de la cocina, sonriendo
a sí mismo como el gato que obtuvo el helado.
―Oye, consigo hacerte el desayuno sin que me
grites hoy ―dijo alegremente.
Me reí y observé mientras me servía una taza de
cereal; sonrió y lo puso frente a mí, antes de hacer algo de tostadas para sí
mismo.
― ¿No comes cereal? ―pregunté, observándolo
zamparse cuatro rebanadas de tostadas.
Sacudió la cabeza, estirando la nariz.
―No me gusta el cereal; es asqueroso y todo
empapado. ―Fingió un estremecimiento, pretendiendo tener náuseas.
Me reí de nuevo.
―De verdad que eres raro, Yunho ―me burlé,
sonriéndole.
Sonrió de oreja a oreja.
―Sabes, es algo raro, que seas todo amable conmigo
al desayuno.
―Podría ser malo si quieres ―ofrecí, encogiéndome
de hombros.
Se rió y sacudió la cabeza.
―No, me acostumbraré a ello con el tiempo. ―Caminó
hasta mi lado. Me volví para verlo y puso el cabello detrás de mí oreja, sus
dedos demorándose en mi mejilla, haciéndome sonrojar―. De verdad eres la cosa
más hermosa en el mundo ―murmuró. Mi corazón se saltó un latido por la honestidad
en su voz, sus ojos penetraban en los míos, haciéndome sentir como el único
chico para él en el mundo.
― ¡Corten esa mierda! Puede que haya dado mi
bendición pero no necesito que me lo muestren en la cara durante el desayuno
―gruñó Changmin mientras caminaba en la cocina para preparar algo de cereal.
Palmeó a Yunho en la parte trasera de su cabeza al caminar por su lado, como de
costumbre.
Todos nos reímos y Yunho se paró detrás de mí,
envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura, apoyando su cabeza en mi
hombro.
―Gracias, Changmin. Sé que dijiste que me
mantuviera alejado, pero… ― Yunho dejó que las palabras quedaran en el aire,
mirando a mi hermano con agradecimiento.
―Lo que sea, Yunho. Estamos bien. Solo no nos
hagas tener un problema, ¿de acuerdo? ―respondió Changmin, sonriendo amigablemente.
Los brazos de Yunho se apretaron a mí alrededor.
―No lo haré. ―Besó mi hombro ligeramente y Changmin
fingió náuseas, haciéndome reír.
―Bueno, vamos entonces, tortolitos, supongo que
necesitan llegar un poco más temprano a la escuela para poder anunciarlo juntos
―afirmó Changmin, poniendo los ojos en blanco.
Yunho rió y asintió. Jadeé y sacudí la cabeza
fieramente.
― ¡Imposible! No podemos hacer eso ―dije, mirando
a Yunho. Lució realmente herido por alguna razón.
― ¿Por qué no? ―preguntó, tomando mi mano y
mirándome confundido.
Miré a Changmin; a él realmente no le iba a gustar
esto.
―Er, bueno, tengo una especie de apuesta. El siguiente
en acostarse contigo ganará total. Realmente necesito el dinero. ―Miré a Yunho incómodamente,
pero sólo empezó a reír histéricamente.
Changmin casi se ahogó con su bebida.
― ¡Imposible! ¡No puedes hacer eso! ―gritó,
sacudiendo la cabeza violentamente―. No quiero saber que ustedes dos están
teniendo sexo. ¡No lo quiero!
Me reí con su enojada y disgustada cara.
―Changmin, no estamos teniendo sexo. ―Me encogí de
hombros, haciendo relajar su cara un poco―. Pero cuando lo hagamos,
definitivamente quiero ganar la apuesta. No la ganaré si las personas saben que
ya soy su novio. ―Miré a Yunho, inseguro de si estaría de acuerdo con esto o
no.
―Ángel, no quiero que estés conmigo por alguna
apuesta. ―Frunció el ceño, luciendo un poco herido.
Le sonreí seductoramente.
― ¿Crees que esa es la razón por la que voy a
querer tener sexo contigo? Confía en mí, chico mío; no será por el dinero, eso
es sólo una ventaja de más.
Se inclinó adelante y puso su boca junto a mi
oreja.
― ¿Así que cuál será la razón? ―susurró, enviando
un escalofrío por mi columna vertebral.
Me mordí el labio.
―Hmm, no estoy seguro pero tendrá algo que ver con
que me ruegues de rodillas ―bromeé, sonriéndole con suficiencia.
Se rió y me besó, empujándome cerca de su cuerpo,
enviando olas de deseo por mi torrente sanguíneo. Se apartó para mirarme, la
lujuria escrita con claridad a través de su rostro.
―Te rogaría felizmente justo ahora, sabes.
Palmeé su pecho y di un paso atrás antes de que lo
arrastrara de vuelta a mi habitación y rompiera sus sexys jeans y los botones
de su camisa negra para ver su impecable cuerpo.
―Oh, eso lo sé, chico mío. ―Me reí, intentando
atrapar mi respiración.
Miré a Changmin, que estaba mirándonos fijamente
con los ojos muy abiertos, su boca abierta con sorpresa.
―Chicos, en serio no puedo soportar estas
demostraciones de afecto ―dijo, haciendo una mueca y sacudiendo la cabeza.
―Está bien, las demostraciones terminaron. Sólo
creo que deberíamos mantener esto en secreto por un tiempo. ¿Por qué no
conseguir algo de dinero por hacer algo que eventualmente sucedería, de todas
maneras? Así es como yo lo veo ―dije, encogiéndome de hombros.
Yunho y Changmin se miraron uno al otro.
―Supongo. Pero, ¿podrás ganar? Quiero decir, ¿la
apuesta tenía algo que ver con hacerme terminar con mi novio o algo así?
―preguntó Yunho, frunciendo el ceño.
Me reí tontamente y sacudí la cabeza.
―Nop, me aseguré de eso. Definitivamente sólo se
trata del siguiente que te coja, como tan elocuentemente lo dijeron.
Yunho sacudió la cabeza, luciendo un poco
disgustado.
―No puedo creer que hagan ese tipo de cosas.
Changmin rió.
― ¿Saben qué? Creo que puede que sea el siguiente
en anunciar que tengo un novio. Entonces puedo sólo escoger a alguien y podemos
dividir el dinero ―dijo brillantemente, como si hablara en serio.
Yunho tomó mi mano y me empujó hacia la puerta.
―Vamos, lleguemos a la escuela antes de que tu
hermano tenga otra idea brillante. ―Rió, sacudiendo su cabeza hacia Changmin.
Yunho me guiñó un ojo por el espejo mientras
entrabábamos al estacionamiento. Había más chicas y chicos de lo normal
esperándolos. Todos fueron directamente a él tan pronto como su puerta fue
abierta. Soo Ae, como de costumbre, estaba al frente.
Me reí.
―Buena suerte, novio ―me burlé, guiñándole
mientras me alejaba, balanceando mi trasero a propósito. Sabía que estaba
observándome. Cuando llegué a la puerta miré atrás sobre mi hombro para verlo
empujar los brazos de una chica lejos de él, una expresión de mal gusto en su
cara. Debió haber tenido a veinte cinco chicas y chicos rodeándole, lucía
verdaderamente enojado. Me reí y fui a encontrar a mis amigos; como de
costumbre, estaban por los casilleros.
―Hola, chicos ―dije alegremente, cuando los
alcancé.
― ¡Guao, alguien está de buen humor hoy! ¿Alguna
razón en particular? ―preguntó Tae Seon, luciendo confundido por mi rostro
feliz.
―Nop, ninguna razón en particular. Sólo vi a Yunho
ser acosado por cerca de veinte cinco chicas y chicos. Se ve verdaderamente
irritado por eso, fue muy gracioso ―expliqué, sonriendo salvajemente. Justo
entonces, él caminó más allá de mí con Changmin. Tenía a una chica
coqueteándole a cada lado, y aproximadamente otras diez caminando detrás de él.
Rompí en carcajadas y me lanzó una oscura mirada, haciéndome reír más fuerte.
―No me sorprende que tenga a todos esos chicos
detrás de él. ¿Sabes en cuanto está la apuesta ahora? ―preguntó Junsu,
sonriéndome con suficiencia.
Asentí.
―Sí, lo sé. Geon me dijo que está como en
ochocientos o algo así. No lo puedo creer. ―Sacudí la cabeza
desaprobadoramente, e intenté no imaginar lo que se sentiría ganar esa cantidad
de dinero.
Junsu, Geon y Tae Seon intercambiaron una mirada,
antes de romper en risas.
―No, ese era el total de ayer. Hoy está a cerca de
cuatro mil doscientos ―dijo Junsu. Sentí el color drenarse de mi cara mientras
mi corazón se hundía. ¡Santo cielo! Eso es como, ¡oh, Dios, ni siquiera puedo
definirlo! ¡Son como doscientos chicos, todos queriendo acostarse con mi novio!
— ¡Oh Dios mío! ¿En serio? —pregunté mientras
tragaba el nudo que rápidamente estaba formándose en mi garganta. La idea de
todos esos chicos lanzándose a sí mismos hacia mi chico, literalmente me hizo
sentir un poco enfermo. Junsu asintió y parecía un poco comprensivo; como si
supiera lo que yo estaba pensando. Geon y Tae Seon sólo parecían emocionados
porque obviamente no tenían ni idea de que yo estaba con Yunho.
Afortunadamente, la campana sonó, así que todos no dirigimos a clases.
A la hora de comer comenzaría a hacer mí jugada
por Yunho. La gente necesitaba ver que al menos lo estaba intentando. No podía
sólo anunciar que había dormido con él, así que necesitaba que la gente me
viera haciendo el esfuerzo. No lo había hablado con Yunho, pero un pequeño
coqueteo inofensivo en el almuerzo no debería ser tan difícil. Mientras llevaba
mi bandeja de comida a través de la cafetería a nuestra mesa habitual, me
volteé hacia mis amigos.
—Chicos, voy a hacer mí jugada por Yunho para la
apuesta. Sentémonos con mi hermano hoy, ¿sí?
Junsu me dio una mirada de complicidad y me guiñó
el ojo y nos dirigimos hacia la mesa de los atletas. La mesa de los atletas
estaba casi llena de chicas y chicos, todas ellos coqueteando
desvergonzadamente con Yunho. Sonreí ante su expresión; parecía incluso más
enfadado ahora que antes. Miré a la chica sentada al lado de Yunho; ella había
terminado su almuerzo y estaba mirándolo fijamente, con una expresión coqueta
en su rostro.
—Oye, Sally. Escuché que alguien golpeó tu auto en
el estacionamiento, ¿fue mucho el daño? —pregunté inocentemente.
Ella jadeó y se puso de pie de un salto.
— ¡Mierda! ¡Es el auto de mi mamá! —gritó,
mientras se volteaba y echaba a correr. Escuché a mis amigos echarse a reír
detrás de mí mientras se sentaban en la parte más alejada de la mesa.
—Hola, Yunho. —Le sonreí mientras me dejaba caer
en la silla al lado de él.
—Hola, Ángel —respondió, sonriéndome. Miré
alrededor para ver si estaba recibiendo miradas mortales de todos los chicos
cerca, obviamente porque ya me había ganado una sonrisa—. ¿Alguien golpeó el
auto de Sally? —preguntó, comiéndose su sándwich de atún.
Me encogí de hombros y sacudí la cabeza.
—Nah. Sólo lo dije porque quería sentarme aquí.
Se echó a reír.
—Sabía que me deseabas —bromeó, guiñándome un ojo.
—Bueno, quién no lo hace —respondí, sonriendo y mirando
alrededor de la mesa a los chicos que estaban tratando de matarme con los ojos.
Agarré mi botella de agua y fingí tratar de abrirla—. Yunho, ¿puedes abrirla
por mí? —pregunté, haciendo pucheros ligeramente.
—Ángel, si sigues haciendo pucheros, el viento
cambiará y te quedarás atorado así —bromeó, sonriendo y quitándome la botella.
La abrió fácilmente y me la pasó de nuevo.
—Gracias. —Sonreí, haciendo caso omiso de su
comentario—. Vaya, nunca me di cuenta lo fuerte que eres. Debes ejercitarte un
montón, ¿eh? —ronroneé, deslizando mi dedo hacia abajo por sus bíceps,
mordiéndome el labio seductoramente. Me miró con lujuria, con los ojos fijos en
mi boca. Sólo a partir de la expresión de dolor en su rostro, podía decir que
quería darme un beso. Él no respondió—. ¿Entonces? ¿Te ejercitas mucho? Porque
debes hacerlo, quiero decir, tu cuerpo es, mmm… —Mi voz se desvaneció, y lo
examiné lentamente.
Tragó.
—Er, supongo, sí un poco —murmuró, todavía
mirándome un poco sorprendido y desconcertado.
No quería que esto llegara demasiado lejos, por el
momento sólo estaba estableciendo el escenario para mi victoria. Rompí el
contacto visual y comencé a comerme mi comida, lentamente, dejando que el
tenedor se quedara en mi boca más tiempo del necesario.
—Oh Dios —gemí, cerrando los ojos mientras
masticaba lentamente—. Esto está tan bueno —jadeé. Lo escuché gemir en voz baja
a mi lado y supe que mis ruidos sexuales estaban llegándole. Lo miré—. Yunho,
deberías probar esto —ronroneé seductoramente. Él tenía una expresión adolorida
en su rostro mientras me miraba fijamente con la boca ligeramente abierta.
Sacudió la cabeza un poco, como si estuviera tratando de alejar un pensamiento
y yo me tragué una risita. Oh mierda, iba a hacerme pagar por esto más tarde.
—Er, OK sí —dijo. Sonreí y agarré un tenedor lleno
de mi pasta y lo guié hacia su boca para alimentarlo.
Un pedacito de pasta cayó del tenedor a sus
pantalones vaqueros.
— ¡Oops, lo siento tanto! —Hice una mueca,
mirándolo a modo de disculpa.
—No te preocupes por eso, Ángel. —Me sonrió y lo
sacudió con su mano.
OK, ¡podía hacer que esto funcionara a mi favor!
Agarré una servilleta y le limpié los pantalones vaqueros con ella. Era a medio
muslo así que me aseguré de limpiar sólo un poco más arriba, mientras lo miraba
a través de mis pestañas. Lo escuché tragar audiblemente mientras un ligero
bulto comenzó a aparecer en sus pantalones el cual rápidamente cubrió con su
brazo.
—Ahí. Listo —coqueteé.
—Er… Gracias —murmuró, cerrando los ojos y
suspirando.
Sonreí triunfalmente. ¡Ja! ¡Tomen eso, chicos!
Miré alrededor de la mesa para ver si todos estaban mirándome. Ya sean
expresiones sorprendidas o enojadas estaban pegadas a cada rostro. Solté una
risita, y le guiñé el ojo a Soo Ae quien se había vuelto roja por el enfado.
—Mejor me voy. Tengo que hablar con la profesora acerca
de mi proyecto científico —dije, levantándome y sonriendo de oreja a oreja.
Yunho agarró mi mano y me jaló de nuevo hacia el
asiento.
— ¿Qué fue eso? —preguntó, luciendo ligeramente
confundido.
Me encogí de hombros y le sonreí.
— ¿No tengo permitido ser amigable contigo, Yunho?
Quiero decir, eres el mejor amigo de mi hermano después de todo. Siempre
estás pasando el rato en mi casa así que sólo pensé que debería ser cortés.
—Cortés, claro —contestó, sonriéndome.
Le lancé un guiño y me levanté para ir con mis
amigos. Cuando pasaba junto a Soo Ae y las porristas me incliné hacia abajo y
le susurré al oído.
—Supera eso —me burlé, partiéndome el culo de la
risa.
Agarré la mano de Junsu, haciéndolo caminar un
poco por delante de Geon y Tae Seon quienes estaban conversando algo sobre una
galería de arte a la que Geon quería ir el fin de semana. Geon estaba un poco
chiflado por el arte.
—Junsu, creo que necesito tener protección.
¿Todavía está abierta al público la clínica de planificación familiar después
de la escuela? —pregunté. Asintió en confirmación. Sabía que él sabría, había
tenido un pequeño accidente hace aproximadamente un mes con un condón roto y
había ido ahí por un anticonceptivo.
—Sí, desde las cuatro hasta las ocho —respondió,
mirando por encima del hombro para asegurarse de que nadie pudiera oírnos—. Así
que, vas a dar el paso, ¿eh? Creo que es genial. Definitivamente deberías cuidarte.
¿Quieres que vaya contigo? —preguntó de forma casual. Sabía que lo decía en
serio; era el mejor amigo que un chico podía pedir.
—Todavía no estoy listo, pero no quiero quedarme
corto o algo, quiero decir, debe tomar un tiempo que entre en tu sistema o
algo. ¿Entonces no te importa venir conmigo? Realmente lo apreciaría —admití,
mirándolo con agradecimiento. Estaba muy nervioso acerca de ir por mi cuenta, y
no se sentía bien pedirle a Yunho que viniera. No era exactamente el tipo de
cosas que tu chico hace.
— ¡Por supuesto que no! Tú has estado ahí conmigo
un montón de veces. —Él entrelazó su brazo a través del mío—. Y también hoy
tengo mi auto, así que ni siquiera necesitamos caminar.
Sonreí.
—Gracias, Junsu. —Suspiré felizmente y nos
dirigimos hacia los casilleros. Agarré todos los libros que necesitaba para la
tarde, metiéndolos en mi bolso—. Sólo necesito decirle a Changmin que lo veré
en casa. Te veré en clases —expliqué, volteando en dirección al casillero de Changmin.
Divisé a Changmin y a Yunho conversando con algunos de sus otros amigos del
equipo—. Hola, chicos —canturreé a medida que me acercaba a ellos. Todos me
miraron, sabía que le gustaba a algunos de los chicos del equipo; era obvio por
la forma en que me miraban fijamente. Sin embargo nunca ninguno hacía un
movimiento… eso probablemente era obra de Changmin.
—Hola, Jaejoong. ¿Cómo estás? —preguntó Casey,
examinándome lentamente.
—Bien gracias, ¿y tú? —pregunté educadamente.
—Mucho mejor por verte —respondió, sonriéndome.
Changmin le dio un puñetazo en el brazo,
haciéndome reír.
—Amigo, ¡hermano menor! —chilló furiosamente.
—Changmin, sólo quería decirte que no iré a casa
contigo esta noche. Junsu necesita que
vaya con él a hacer algo después de la escuela. Simplemente te veré en casa más
tarde —dije, sonriendo. Pude ver a Yunho frunciendo el ceño luciendo un poco
decepcionado.
—Bueno, tengo trabajo esta noche, así que habría
sido Yunho quien te llevara a casa de todas formas —respondió Changmin,
encogiéndose de hombros casualmente.
Miré a Yunho y sonreí.
—Cierto, sí, lo olvidé. Bueno, lamento perderme
eso. — Yunho me regresó la sonrisa y mi corazón casi se detuvo porque era tan
apuesto. Me giré para irme caminando antes de detenerme de nuevo, con una idea
formándose en mi cabeza. Volteé de nuevo hacia él y lo miré, burlonamente—. Oh,
por cierto, Yunho, el bote va por más de cuatro mil dólares ahora. Eso son más
de doscientos chicos.
Sus ojos se ensancharon.
—No me jodas, ¿en serio? —preguntó, luciendo
sorprendido, y francamente, un poco asustado. Changmin estaba partiéndose de la
risa, y los otros chicos a nuestro alrededor estaban mirándonos como si nos
hubiésemos vuelto locos.
—En serio —confirmé, guiñándole un ojo a Yunho y
alejándome, riéndome de su cara de disgusto.
Después de la escuela, Junsu me llevó a la clínica
de planificación familiar. Tomé un número y porque no había estado allí antes,
tuve que llenar un montón de formas sobre mis datos personales, vida sexual
actual y mi historial médico. Después de aproximadamente una hora de espera, me
llamaron a través de una sala blanca y estéril, donde una señora estaba
esperando allí por mí.
―Hola, Jaejoong. Adelante ―dijo, sonrió y señaló
una silla.
―Hola ―dije con voz ronca, nervioso, sentándome
frente a ella.
―No tienes que estar nervioso. ¡No voy a morder!
―se rió. Le sonreí nerviosamente―. Así que, ¿qué puedo hacer por ti hoy?
―preguntó ella, hojeando las formas que había llenado.
―Bueno, mi novio y yo nos estamos volviendo muy
serios y estamos hablando de tener relaciones sexuales, por lo que quería tomar
un tratamiento. ¿Eso es algo que puedo hacer aquí, o tengo que ir a mi propio
médico? ―pregunté, jugando con mis manos, sonrojándome.
Ella sonrió amablemente.
―Por supuesto que puedes hacerlo aquí. Aquí dice
que eres virgen ―dijo, ojeando a través de mis formas de nuevo.
―Er, sí lo soy. ―Me ruboricé aún más, deseando que
la tierra se abriera y me trague.
―No tienes que estar avergonzado, Jaejoong. Creo
que es fantástico que estés aquí. Veo tantas chicas y chicos jóvenes que no
piensan en ir tomando un tratamiento hasta que es demasiado tarde. Es
refrescante tener a un jovencito siendo tan responsable ―dijo, acariciando mi
mano. Di un suspiro de alivio y sonreí. Pensé que iba a tener una conferencia
de por qué no debería tener relaciones sexuales a mi edad y cómo debería estar
esperando―. Está bien, sólo tengo que conseguir cierta información, como tu
presión arterial, peso y esas cosas. Luego podemos hablar de cuál te sentará
mejor, ¿de acuerdo?
Después de que terminé con mi presión arterial,
peso y mi índice de masa corporal ambos fuimos a sentarnos de nuevo cerca de su
escritorio.
―Bien, bueno te recomiendo que vayas por la
píldora combinada. La vas a tomar todos los días, a la misma hora cada día
durante tres semanas, luego no la vas tomar por una semana. Es muy eficaz y es
lo que la mayoría buscan ―explicó, sonriendo.
Asentí y sonreí, porque todo parecía estar cayendo
en su lugar.
―Eso suena bien.
Tomó su libreta y escribió una receta.
―Puedes retirar esto lleno justo al lado. Te he
dado un suministro de tres meses para que pueda ver cómo te va. La próxima vez,
si todo está bien, entonces vamos a ir a por seis meses ―explicó.
―Sí, gracias. ―Sonreí con gratitud porque había
hecho esto mucho más fácil para mí de lo que pensé que sería.
―Así que, te voy a dar un folleto para leer, pero
las cosas importantes a tener en cuenta son: hay que tomarlo a la misma hora
cada día, y tienes que tomarla todos los días aparte de tu semana de descanso.
―Sonrió y me dio la receta―. Asegúrate de leer el folleto sobre lo que hay que
hacer si te olvidas de una, o si vomitas después de tomarla, ya que eso pueden
dejar de hacerlo funcionar. Te voy a dar algunos de estos para mantenerte a
salvo hasta que estés al ritmo de tu píldora, está bien. ―Agarró un puñado de
condones y los puso en una bolsa de papel para mí.
―Oh, gracias ―murmuré, tomándolos con
agradecimiento.
―Bueno, gracias por venir, Jaejoong. Te veré en
tres meses. ―Se levantó y tendió su mano hacia mí, marcando el final de la
cita.
Se la estreché, sonriendo.
―Gracias. ―Caminé hacia la puerta, sonriendo de
oreja a oreja. ¡Vaya, eso fue más fácil de lo que pensaba!
―Oye, ¿cómo te fue? ―preguntó Junsu, levantándose
de su asiento.
―Sí, muy bien. Tengo que ir a llenar mi receta, y
entonces estoy listo. ―Enganché mi brazo a través del suyo, tirando de él hacia
la puerta.
― ¡Vaya, no puedo creer que vayas a tener
relaciones sexuales con Jung Yunho! ―chilló él, emocionado.
―Todavía no lo hago. Necesito saber que puede
esperar por mí. No estoy listo para eso aún ―le dije con sinceridad.
―Yunho va a esperar por ti. Se ve que está loco
por ti. ― Junsu sonrió feliz y suspiré. Realmente esperaba que eso fuera
cierto. Llené mi receta y Junsu me dejó en casa. Changmin aún estaba en el
trabajo, así que me hice un sándwich y me senté a la mesa para hacer mi tarea.
Una vez que hube terminado, miré el reloj. No era sino las ocho; tenía una hora
más hasta que Changmin volviera a casa.
Sonreí y agarré mi teléfono, marcando a Yunho,
apenas capaz de contener mi emoción.
―Hola, ángel ―respondió él, sonando ridículamente
feliz.
―Hola. ¿Quieres venir? ―le pregunté, mordiendo mi
labio de entusiasmo.
―Claro que sí. Ahí estaré ―respondió y colgó.
Corrí a mi habitación para comprobar rápidamente mi cabello. Me reí de mí mismo
cuando me di cuenta que me había convertido en alguien que pensaba que tenía
que verse perfecto para Yunho. Volví a la sala de estar, al mismo tiempo en que
él entró por la puerta delantera.
―Hola. ―Sonreí.
Yunho me arrastró en sus brazos y me besó con
pasión, haciendo que mi corazón se acelere y mi estómago aletee. Después de un
rato se apartó.
―Hola ―suspiró, haciéndome temblar de felicidad―.
Así que, ¿dónde estabas? Te extrañé ―murmuró, poniendo su rostro entre mi
cabello y respirando profundamente.
Me reí y me aparté.
―Vaya, ¿qué? ¿Eres una especie de espeluznante
hombre que huele el cabello? ―bromeé, tomando su mano y arrastrándolo hacia el
sofá y empujándolo hacia abajo.
Yunho se rió y se apoderó de mi cintura, y me
atrajo a su regazo de modo que estaba a horcajas sobre él.
―Te he echado mucho de menos hoy. Odiaba verte y
no ser capaz de tocarte. Además, ¿qué diablos fue eso en el almuerzo? ¿Te gustó
burlarte de mí? ―preguntó, frunciendo el ceño.
Pasé mis manos por su cabello castaño y sedoso, y
me reí con aire de culpabilidad.
―Tengo que preparar el terreno para mi victoria.
No puedo aparecerme frente a Soo Ae y ser todo: “sí, he ganado la apuesta,
¿cierto?” ―le pregunté inocentemente.
Negó con la cabeza, todavía con el ceño fruncido.
―Pero eso fue exagerado. Quiero decir, ¿sabes lo
difícil que fue para mí no saltarte encima? ―bromeó.
Asentí con la cabeza y me mordí el labio para no
reírme.
―Oh sí, me di cuenta de que fue difícil para
ti ―me burlé, alzando las cejas a sabiendas, haciéndole reír.
―Mmm, lo que sea. ¿A dónde fuiste de todos modos?
Tenía la esperanza de pasar un poco de tiempo contigo esta noche. ―Me atrajo
más hacia él y me besó en la nuca, haciéndome morderme el labio cuando mi piel
se desató en piel de gallina.
Me aparté y me puse de pie, caminando hacia mi
bolso de la escuela para sacar la bolsa marrón de la clínica. Me senté en su
regazo y sostuve la bolsa en alto para que Yunho la tomara. Me miró, confuso, y
luego miró a la bolsa. Su cara se transformó desde la confusión, a la
comprensión, a la felicidad, a estar molesto. Espera, ¿molesto? ¿Por qué
demonios iba a estar molesto conmigo?
― ¿Fuiste a hacer esto por tu cuenta? ―preguntó,
frunciéndome el ceño con enojo.
Negué con la cabeza, un poco confundido por su
reacción.
―No fui por mi cuenta, Junsu fue conmigo
―modifiqué, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello.
― ¿Por qué no me lo dijiste? Habría ido contigo
―dijo, empujándome más cerca de él, la expresión molesta todavía en su rostro.
―Yunho, pensé que, ya sabes... en realidad no es
un lugar donde llevar a su novio. Quería ir; Junsu se ofreció a venir conmigo.
―Me encogí de hombros; realmente no veo por qué estaba tan enojado por eso.
―Ángel, te amo, habría ido contigo. Me gustaría
que me hubieras dicho ―dijo, mirándome con tristeza.
― ¿Qué diferencia hace? No pensé que te gustaría
ir ―dije, confundido. ¿Por qué diablos se sentía tan lastimado y molesto?
¡Simplemente fui para que pudiera tener sexo con él! ¿No debería estar feliz
por ese hecho?
― ¿No pensaste que me gustaría ir? Ángel, se trata
de mí también, quiero que hagamos cosas juntos. Somos una pareja, un equipo. Me
siento un poco dolido de que pensaras que no querría ir ―explicó, besándome en
la frente.
―Yunho, lo siento, de verdad. Realmente no pienso
así. Simplemente pensé en que la mayoría de los chicos no estaría interesado.
Pensé que estarías contento de tomara un poco de iniciativa ―le dije, mirándolo
en tono de disculpa, rogándole con mis ojos que entendiera que no tenía
intención de hacerle daño.
―Estoy contento de que hayas tomado la iniciativa,
pero no soy como la mayoría de los chicos. Te amo. La mayoría de los chicos no
están enamorados de sus novios, como yo. Esta fue una gran cosa de tu parte por
hacer, y yo debería haber estado allí para ti ―explicó, besándome tiernamente.
Tomé una respiración profunda sintiendo la culpa
instalarse en la boca de mi estómago. No pensé en ello de esa manera.
―Lamento no haberte dicho o pedido que vinieras
conmigo. Tengo que volver en tres meses para un chequeo, ¿quieres venir conmigo
entonces? ―pregunté, sonriendo y poniendo mi frente en la suya.
Se echó a reír.
―No, en realidad no es lo mío ―bromeó, levantando
su nariz y encogiéndose de hombros.
Me reí y le di una palmada en el hombro
juguetonamente.
―Idiota ―dije en tono de broma, haciéndolo reír
más fuerte. Lo empujé hacia abajo sobre el sofá y me puse encima de él,
besándolo. En el momento en que me alejé, los dos estábamos respirando
pesadamente. Me miraba con lujuria y podía sentir que ya había despertado―. Yunho,
sólo porque me voy a cuidar, no significa que estoy listo para algo más. Ya lo
sabes, ¿verdad? ―pregunté, respingando, esperando no haber conseguido elevar
sus esperanzas y ahora estuviera esperando sexo.
Yunho sonrió y me metió el pelo detrás de la
oreja.
―Ángel, ya lo sé. Está bien. Vamos a ir tan lento
como quieras. Mientras que pueda hacer esto. ―Empujó mi rostro hacia abajo al
suyo de nuevo. Sonreí contra sus labios y me sentí más feliz de lo que había
estado en años, Yunho era demasiado dulce. Sólo rezaba que estuviera listo
pronto, antes de que se aburriera o desesperara y se fuera corriendo tras esa
cualquiera de Soo Ae.
Después de besarnos y abrazarnos alrededor de una
hora escuchamos un coche en la calle.
―Maldita sea, debe ser al auto de Changmin ―susurré,
tratando de alejarme de Yunho. Me senté, alisando mi cabello, con la esperanza
de que no se viera como si hubiéramos estado ligando durante la última hora.
Yunho se rió y tiró de mí hacia abajo en el sofá
con él.
―Changmin puede manejar esto. Vamos, tiene que
acostumbrarse a esto con el tiempo. Él va a vernos besándonos de vez en cuando
―dijo, riendo entre dientes en mi cuello. Sonreí mientras entretejí mis dedos
en su cabello, oí la puerta abrirse y Yunho levantó la cabeza para mirar, con
una pequeña sonrisa en el borde de sus labios. De hecho, creo que él estaba
disfrutando molestar a Changmin.
― ¡Oh, vamos, chicos! En serio, ¿qué he dicho esta
mañana sobre las muestras de afecto públicas? ―Se quejó Changmin, arrojando las
llaves sobre la mesa.
Yunho gimió y puso los ojos en blanco mientras se
incorporaba, empujándome a sentarme junto a él.
― ¿Mejor? ―preguntó, sonriendo con malicia.
Changmin suspiró y puso los ojos en blanco
también.
―Voy a acostumbrarme a esto, supongo ―se quejó. Yunho
me sonrió y no pude evitar sonreírle de vuelta. Él echó su brazo sobre mi
hombro y me tomó de la mano con su otro brazo, jugando con mis dedos.
Changmin entró y se dejó caer en el sofá de
enfrente, mirándonos con mal humor. Me reí de su expresión de contrariedad y me
levanté.
―Voy a ir a hacer mi tarea. Ustedes, chicos,
pueden entretenerse a sí mismos por un tiempo, ¿verdad? ―Les sonreí a los dos a
la vez. Tenía la sensación de que necesitaban un poco de tiempo de “vinculación”
después de las revelaciones de anoche. Changmin y Yunho eran los mejores amigos
después de todo.
―Sí. ¿Quieres jugar a Halo, Changmin? ―preguntó Yunho
con entusiasmo. Changmin se levantó para configurarlo y me sonreí secretamente
feliz. Sí, volvieron a la normalidad. Agarré la bolsa de papel marrón y me
dirigí a mi dormitorio, riendo cuando Yunho golpeó mi trasero y me silbó. Ya
había hecho mis deberes, así que decidí que un largo y agradable baño de espuma
en la bañera sería bueno. Preparé un baño y añadí una gran cantidad de
burbujas, antes de agarrar un libro y meterme en la bañera. Me perdí en la
historia.
Estaba tan absorto en la historia que no oí la
puerta abrirse.
―Bueno, eso sí que es sexy ―ronroneó Yunho desde
la derecha junto a mí.
Grité y casi dejo caer el libro en el agua.
― ¡Mierda! ¡Casi me das un infarto, Yunho! ―grité,
tratando de calmar mi corazón que estaba tratando de romper mis costillas.
Llevé mis rodillas hasta mi pecho y traté de ocultarme de modo que no pudiera
ver nada inapropiado. Por suerte para mí, todavía había bastantes burbujas que
ayudaron.
Se echó a reír.
―Lo siento. Oye, ¿puedo entrar? ―bromeó mientras
se arrodillaba junto a mí y puso sus dedos en la bañera. Los sacó de forma
rápida y meneó la cabeza―. Olvídalo. ¡Eso está jodidamente helado! ―Frunció el
ceño y se secó la mano en la toalla.
―Yunho, ¿podrías salir de aquí? ¡Esto no es
divertido! ―grité, sonrojándome.
Puso su sonrisa un poco engreída y se inclinó para
besar mis labios sólo por una fracción de segundo antes de que se volviera y
regresara a la puerta.
―Estaba bromeando. En realidad no me di cuenta de
que estabas aquí. Aunque, deberías salir, esa agua está muy fría. ¿Has estado
ahí todo este tiempo? ―preguntó, sacudiendo la cabeza.
―Está un poco fría ―admití. Ahora que estaba fuera
de la historia ni siquiera me di cuenta que la bañera estaba como piedra fría y
tenía piel de gallina por todas partes. Yunho sonrió y se volvió de nuevo a mi
habitación, cerrando la puerta para darme un poco de intimidad. Saqué el tapón
y lancé mi libro a un lado mientras me ponía de pie. Agarré la toalla del borde
y la envolví alrededor de mí con fuerza. Me di cuenta al salir de la bañera que
no había traído nada de ropa aquí para cambiarme. En realidad estaba muy frío,
y mis dientes castañeteaban. No podía quedarme aquí toda la noche, simplemente
tendría que ir a buscar un pijama. No era gran cosa; Yunho me había visto en
una toalla antes.
Cuando entré en mi habitación me di cuenta de que
estaba descansando en mi cama.
―Hola ―dije, sintiéndome un poco incómodo, a
medida que me ponía un par de pantalones cortos debajo de la toalla.
―Por Dios, Ángel, podría haberte dado hipotermia o
algo así ―me regañó, mirándome con preocupación. Me agarró de la mano y me
llevó a la cama, sentándome en el borde cuando Yunho entró en el cuarto de
baño, volviendo con otra toalla. Frotó mis brazos y hombros, secándome rápido.
Estaba contento que decidí no lavarme el cabello,
de lo contrario eso me habría hecho tener aún más frío. Envolvió su brazo
alrededor de mí, poniendo cada uno de mis dedos arrugados como ciruelas en su
boca, calentándolos de uno en uno a la vez. ¡Oh, Dios mío, eso es sexy! Incliné
mi cabeza y lo besé, al parecer atrapándolo por sorpresa. Después de uno o dos
segundos, respondió, besándome de vuelta. Mordí su labio suavemente y él abrió
la boca, permitiéndome deslizar mi lengua en ella. Gimió desde la parte
posterior de su garganta y envolví mis brazos alrededor de su cuello, sujetando
su cabello rudamente, tirando ligeramente de él. Me llevó más cerca,
profundizando el beso. Después de lo que pareció una eternidad, pero aun así no
fue lo suficientemente largo, se alejó respirando pesadamente. Sus labios no
dejando mi piel, sin embargo, en cambio, besó mi cuello, succionando la piel
cerca de mi clavícula, haciéndome jadear y retorcerme.
Todavía estaba helándome y mis dientes empezaron a
castañetear de nuevo, arruinando el momento. Se retiró entre risas.
―Vamos a ponerte debajo de las sábanas y así
puedas entrar en calor. ―Se quitó la camiseta en un solo movimiento y no pude
dejar de mirar a su pecho esculpido. Sentí movimiento y mi visión se volvió
negra por unos segundos, interrumpiendo el comérmelo con los ojos. Sonreí
cuando me di cuenta que había puesto su camiseta por encima de mi cabeza.
―Yunho, si quieres que me caliente, todo lo que
necesitas hacer es quitarte la ropa ―ronroneé, mordiéndome los labios y mirando
por encima su pecho y abdomen, con ganas de pasar mi lengua sobre ellos.
Se rió y rodeó sus brazos alrededor de mí.
―Ángel, no podrías estar más caliente, confía en
mí. Eso sería ilegal ―respondió, besándome otra vez. Me quité la toalla húmeda
y la arrojé en el piso mientras él me levantaba. Envolví mis piernas alrededor
de su cintura mientras me cargaba hasta el final de la almohada y sacaba la
colcha, subiéndose en la cama conmigo todavía unido a su frente como un mono
bebé. Empujó la colcha por completo a lo largo de nuestras cabezas y se apartó
de nuevo para hablar conmigo en la penumbra―. Te he echado de menos esta noche.
¿Por qué no te quedaste a jugar con nosotros? ―preguntó de mala gana.
―Pensé que tú y Changmin necesitaban un poco de
tiempo juntos. Realmente no has hablado con él por tu cuenta desde que se
enteró de nosotros. Él sigue siendo tu mejor amigo, así que sólo vamos a tener
que encontrar un equilibrio. No puedes pasar todo tu tiempo tratando de meterte
en mis pantalones, sabes ―bromeé.
―Pero me encanta intentar meterme en tus
pantalones ―se quejó en broma, dándome la cara de cachorrito, haciéndome reír.
Estaba calentándome ahora. Su calor corporal palpitante en mí y nuestro aliento
caliente entremezclándose bajo el edredón, lo hacía todo parecer casi humeante debajo.
Por otra parte, podría haber sido sólo la pasión que sentía ardiendo dentro de
mí―. Supongo que tienes razón. Changmin estuvo bien esta noche, en realidad
dijo que era agradable verte feliz, por lo cual me llevó todo el crédito por
supuesto ―dijo engreídamente.
― ¿Todo el crédito? ¡Vaya, ese un ego desmesurado
el que tienes allí! ―bromeé con una sonrisa ante el doble sentido, sobre el
bulto en sus pantalones vaqueros que estaba presionando sobre mí. Se rió y
acarició el costado de mi rostro con el dorso de sus dedos.
― ¡Es mejor que no estés desnudo con mi hermano
pequeño, Jung! ―gruñó Changmin de advertencia desde la cercanía de la puerta.
Yuhno empujó la colcha fuera de nuestras cabezas,
sonriendo con aire de culpabilidad.
―Changmin, amigo, un poco de advertencia más
estaría bien.
―Oh, Changmin, ¡contrólate! ¿Qué quieres? ¿Y
alguna vez has oído hablar de tocar? ―pregunté, empujando la colcha más atrás
para que pudiera ver que tenía una camiseta puesta.
―Toqué. Simplemente no escucharon a través de todo
el coqueteo ―respondió, sonriendo. Todos nos reímos y Changmin negó con la
cabeza―. De todos modos, sólo quería decirte, Jae, que mamá regresa a casa el
domingo.
Sonreí; no había visto a mi madre en tres semanas.
― ¿Sí? ¡Impresionante! ―exclamé con mucho gusto.
Changmin asintió con la cabeza, su sonrisa a juego
con la mía.
―Sí. Bueno, está bien, voy a la cama. Mantengan el
ruido bajo por aquí; no quiero saber nada.
Me eché a reír y no pude resistir burlarme de él
un poco más.
―Changmin, tal vez quieras tomar prestado mi iPod,
estamos calentando para la apuesta ―bromeé, guiñándole un ojo.
Yunho se echó a reír y Changmin simplemente me
miró fijamente, sacudiendo la cabeza con desaprobación, cerrando la puerta
detrás de él.
―Ángel, eres demasiado divertido ―dijo Yunho,
besando mi cuello.
―Cállate,
JUNG ―contesté, imitando el tono bromista de Changmin.
Waaaa essos dos se demoran tanto por hacer aqello juntos
ResponderEliminarQ esperan?!!?Me desesperan xD
Deooos
ouch por que lo dejas así creía que hoy si tendrían su noche de pasión pero cada día se acercan mas a ganar la apuesta al final cuanto ganara espero y yunho tenga la fuerza suficiente para esperar a jae por favor no me tortures tanto sube pronto el siguiente si GRACIAS te espero BYE BYE
ResponderEliminarAh!!! están tan acaramelados que pienso que me va a dar diabetes, aww :3 pero que bien que me gusta, aunque me desesperan que estén juntos pero todavía no revueltos en la cama >///< ... espero pronto pueda leer eso de ellos
ResponderEliminarOh me gusta como Jae le saca pica a Soo Ae jiji viva jaejoong!!! (>.<)/
Gracias por el capi espero ansiosa el siguiente <3
*-* que lindo es que se lleven así de bien los 3.
ResponderEliminarChangmin lo esta tomando muy bien y todo por su hermano, por su felicidad n.n
muchas gracias por el capítulo!!!
Es tan bueno ver que changmin lleve bien toda esa situación y no se oponga, los deja ser felices, ah y este Jaejoong que sale con lo de la apuesta, y va con él médico para tratamientos y cuidarse, yo pense que ya en este capítulo pasaría algo, pero nada xD ayy cada vez se pone mejor, amo su relación, yunho es un amor, ah gracias por el capítulo espero con desesperación el siguiente! jeje
ResponderEliminaryah!! estoy esperando que Jae se olvide de tomar su pastillita y bam!! salga embarazado xDD ahí Changmin lo va a matar xDD.... gracias por adaptar esta historia, realmente esta muy interesante... espero el siguiente capitulo :D
ResponderEliminarJae simplemente esta loco xD
ResponderEliminarApuesta asrgurada victoria xD
Dios... espero qeno aparesca su padre no mas ;_;
Jae sabe como poner a Yunho y dejarlo con ganas haha
ResponderEliminarEl YJ se esta tardando en tener su noche de pasión(? Hihi
jajaj jae me dio risa como se burlaba de yunho que ya había olvidado que changmin ya sabia de su relación XD
ResponderEliminarjaejoong ya se esta informando para dar el siguiente paso con yunho *Q* ojala se pronto xD aunque por la puras se va a cuidar jae si igual va a quedar embarazado (*w*) jaja
pobre yunho lo que tiene que soportar con todos eso coqueteos que le da jaejoong
tiene que soportar nomas (^u^)
Como que de a gratis fue a la clínica ya que espero q más adelante nos den la sorpresa de una Jiyool xD
ResponderEliminarPobre cm, ni modo, tienes q aguantarte a sus coqueteos xD
Y yo que queria ganar esa apuesta :( pero Jae esta poniendo todos sus esfuerzos por ganarla...en fin que puedo hacer, no puedo competir contra él jajaajjaja
ResponderEliminarQue lindo Yunho quería acompañar a su Jae a la clinica
Perfecto Jae, asi se hacen las cosas. Esos dos estan que no se aguantan las ganas, ojala cuando ta sea no salga el trauma de Jae.
ResponderEliminarGracias
Ahh su relación cada vez va mejor *-* Es gracioso leer a Jae en plan seductor hahahaha Al menos Jae ya dió el primer paso y fue al meédico ♡ Fue gracioso el drama de Yunho, para que termine diciendo que no era lo suyo hahahaha
ResponderEliminarGracias por compartir.