CAPÍTULO 21
MIENTRAS IBAN en el Cayenne de Yunho,
Jaejoong lo miraba impresionado por lo rápido que cavilaba su mente. Era un
visionario, un hombre terriblemente inteligente y lleno de iniciativa.
Yunho iba a montar una página web.
Algo relacionado con la tradición celta, una página informativa sobre la cultura
ancestral. Sin embargo, la página tendría unos tribales simbólicos que sólo los
vanirios puros y los que fueran descendientes podrían reconocer. La web tendría
también un foro, por supuesto. Yunho tenía la esperanza de que en el foro
encriptado todos los vanirios esparcidos por el mundo volvieran a entrar en
contacto.
Yunho estaba convencido de que el
vanirio, al ver los tribales y las palabras antiguas reflejadas en la página,
se identificarían con ellas e intentaría entrar en contacto con los responsables.
Yunho había decidido que era momento
de unirse, de reencontrarse y de trabajar codo con codo. Habían sido muchos
años de guerras, de enfrentamientos con vampiros y lobeznos, pero también de
terribles desavenencias entre ellos y los berserkers, y de indiferencia ante la
posibilidad de conocer a los que eran como ellos y estaban fuera del país.
La indiferencia era lo peor. Si se
hubieran interesado un poco más tal vez tarde o temprano habrían sabido de esas
sociedades que los capturaban y los torturaban.
Jaejoong observó su mano grande y
fuerte coger el cambio de marchas automático y él sintió deseos de acariciarlo.
Yunho había querido que Heechul y Changmin
fueran los responsables de mantener la página actualizada y que fueran también
los moderadores de los foros con el único objetivo de observar y avisar en
cuanto alguien interesante se pusiera a hablar con ellos.
En ese caso, Yunho y los demás
entrarían en contacto con los que pudieran ser vanirios perdidos o hijos de
vanirios.
La cuestión era cerrar filas,
agrandar el grupo e informar de las sociedades de humanos que trabajaban con
vampiros y lobeznos para desgracia de berserkers y vanirios. Todos debían saber
la verdad, todos debían aprender a defenderse como ellos estaban aprendiendo
ahora. Todo se tenía que saber. Desde las ubicaciones masivas de esos malditos,
hasta el radio de acción de raptos, ataques, violaciones y asesinatos que
pudieran utilizar para su beneficio. La cuestión era organizarse y
estructurarse por grupos de trabajo. Estaba convencido de que la página
serviría para ello. La página sería el medio para que todos se unieran y se
reconocieran de nuevo.
Heechul y Changmin serían los
enlaces y, por supuesto, se les pagaría por ello. Ése iba a ser ahora su
trabajo.
Jaejoong puso su mano sobre la de Yunho.
Yunho abrió los dedos para que Jaejoong entrelazara los suyos con los de él y
los cerró para mantener su mano pegada a la suya. Luego lo miró con dulzura y
le sonrió.
—Yuhno lo que has hecho hoy... —
Jaejoong meneó la cabeza. No le salían las palabras.
Yunho tragó saliva y algo incómodo
apartó la mirada. La lluvia golpeaba con fuerza el cristal delantero del coche.
Encendió el limpiaparabrisas.
—No he hecho nada.
—No es cierto —repuso Jaejoong girando
el cuerpo para mirarlo directamente.
—Jaejoong...
— ¿Te estás poniendo colorado? —dijo
Jaejoong divertido.
—Para.
—Escucha... — se acercó a Yunho y le
puso la mano sobre el mentón para obligarlo a mirarlo.
—Así no puedo conducir.
—Ambos sabemos que puedes conducir
sin manos y con los ojos vendados si quisieras —miró como sus labios intentaban
no sonreír. —No te hagas el duro.
—Nene... Estoy duro siempre que
estás a mi lado.
—Oh, cállate, estás enfermo —se
inclinó hacia delante y lo besó en los labios mientras Yunho sin ningún
problema dirigía el coche a su antojo. Ambos volvieron a sentir el latigazo de
deseo en sus cuerpos. Era tocarse y la piel se les ponía de gallina.
—Quítate la ropa —le dijo Yunho con
voz ronca mordiéndole los labios. —Los cristales son opacos, nadie te verá,
sólo yo y...
—No pienso quitarme la ropa, Yunho
—contestó con la risa en la voz. —Te he besado porque he querido, no para
seducirte.
—Un beso tuyo para mí es como un
afrodisíaco. Siempre quiero más.
—Pervertido —pero lo dijo riendo.
Jaejoong quería agradecerle el
detalle que había tenido con Heechul y Changmin. No sólo les estaba dando la
posibilidad de trabajar, sino que les había abierto la puerta de su clan,
confiando en ellos sólo porque eran sus mejores amigos y también porque él
estaría más feliz con alguien cercano a su lado. Y, además, les había ofrecido
su protección y yunho nunca los traicionaría.
Pero es que no sólo había hecho eso.
Yuhno no había tenido ningún problema para darles una de sus casas para que vivieran
en ella. Una casa con servicio y chóferes que les llevaran y los trajeran a
dónde y de dónde ellos quisieran.
Sus amigos estaban encantados con la
idea. A Jaejoong no dejaba de sorprenderle lo dispuestos que estaban para
ayudar a la causa.
Heechul lo veía así: Había dos
equipos. Uno formado por los berserkers y los vanirios, y otro formado por los
vampiros, los lobeznos y los humanos malos, como muy apropiadamente los había
bautizado. En medio de los dos equipos se encontraba la humanidad ignorante.
Unos la protegerían y los otros la acecharían. Changmin había dicho que estaban
dispuestos a equilibrar la balanza, a hacer de humanos buenos y unirse a los
berserkers y a los vanirios en la lucha por el bien de la humanidad.
—Esto
es un trabajo trascendental, uno existencialista, uno importante —había dicho Heechul
emocionado. —Y no la mierda que me ofrecerían en otro lugar por unos miserables
euros.
Yunho les iba a pagar muy bien. Yunho
era muy generoso aunque no lo quisiera reconocer y, en realidad, no le
importaba el dinero. Jaejoong pensó en su nueva situación y lo entendió. Cuando
tienes tanto dinero, deja de ser importante, ya no se convierte en una
prioridad para sobrevivir. Ahora viviría para la supervivencia de otros.
Sonrió en su interior. Estaba
contento, terriblemente asustado por ellos sí, pero egoístamente contento
porque iban a vivir cerca de él.
Volvió a mirar a Yunho mientras
seguía tomándolo del mentón y supo que nadie podría haberle hecho un regalo
mejor. Embobado, miró sus rasgos masculinos, sus ojos que lo devoraban y lo
mimaban por igual y entonces lo entendió. Estaba perdidamente enamorado de Yunho.
Rendido ante la evidencia, le soltó
la barbilla, se apartó de Yuhno y volvió a acomodarse en su butaca mirando por
la ventana para distraerse.
— ¿Estás asustado por algo? —le
preguntó Yunho. Se había dado cuenta de su cambio de actitud.
—No —contestó Jaejoong rápidamente.
—Sí. Estás preocupado —refunfuñó Yunho.
—Y yo me siento fatal porque no sé lo que estás pensando. ¿Tampoco me lo vas a
decir?
—No hay nada que decir —intentó
aparentar normalidad.
—Respecto a lo que hablamos antes...
¿por qué te empeñas en cerrarte a mí? ¿No entiendes que es lo natural entre
nosotros? Tu mente y la mía se tienen que fundir siempre, no sólo cuando a ti
te apetezca.
—No puedo... aún.
Yuhno lo miró con desesperación y
volvió a centrarse en la carretera, enfriando así el ambiente entre ellos.
Jaejoong no lo permitiría. Deslizó
una mano sobre el muslo musculoso de Yuhno y la dejó ahí, dejando que su calor
traspasara el pantalón y calentara su piel.
Yunho apretó la mandíbula, estaba
cansado de quedarse al margen. Así no eran las parejas vanirias. Pero no pudo
contenerse al sentir su tacto dulce y cariñoso. Cubrió su delicada mano con la
de él, la levantó, la giró y la besó en el interior de la muñeca murmurando
sobre su piel.
—Poco a poco, pequeño. A tu ritmo.
No le soltó la mano durante todo el
trayecto.
*
* *
La casa donde se encontraban formaba
parte de un complejo residencial. Territorio vanirio.
—Tranquilo...
—No...
—Tranquilo...
—Pero, Yuhno —respiraba agitado en
sus brazos mientras miraba con odio a Goon, —se han reído de mí.
—Lo sé. Pero lo pagarán.
— ¿Jaejoong? —preguntó Goon con
engañosa voz melosa. — ¿Jaejoong, eres tú?
—Sí, desgraciado. Soy yo.
—Jaejoong ha habido un malentendido.
Yo... yo no tengo nada que ver con esto. Yo quería decírtelo, pero... pero Min
Ki me hubiera matado...
—Cinco años... Cinco años
engañándome...
—No te engañaba. Cuidaba de ti.
Yo... no, no... Yo te habría protegido... te habría llevado conmigo a algún
lugar...
Yunho gruñó y se acercó a la
camilla. Le dio a una palanca y Goon pasó de estar en horizontal a estar en
vertical. Yunho le quitó la venda de los ojos y lo miró fijamente.
—Basta —ordenó Yunho con voz
cortante.
Goon achicó los ojos para
acostumbrarse a la tenue luz de la sala y luego miró a Jaejoong.
—Impresionante... —susurró con un
brillo lascivo en la mirada. Yunho le dio un fuerte puñetazo en el estómago y
lo dejó blanco y sin respiración durante un largo minuto. Lo agarró del pelo y
le susurró al oído.
—No te atrevas a mirarlo.
—Has... —Goon tosió para coger aire.
—Estás... Jaejoong, eres espectacular.
Jaejoong se acercó a él, intentando
sostener a los demonios que lo animaban a arrancarle los ojos.
Goon no vio llegar la primera
bofetada.
—Ésta por engañarme —susurró
fríamente. —Y ésta — Goon tampoco vio llegar la segunda bofetada. La cara le
fue de un lado al otro —por disparar a Yunho y querer hacerle daño.
Yunho tuvo ganas de abrazarlo,
sacarlo de allí y llenarlo de mimos durante todo el día. Nadie lo había
protegido nunca de ese modo.
—Cuéntame, Goon —dijo Jaejoong con
voz melosa y atrayéndolo con sus ojos. —Cuéntamelo todo. ¿Para quién trabajas?
Goon lo miró embobado y Yunho se
limitó a admirarlo, aunque no le gustaba que bajara su tono de voz con nadie
más que no fuera él.
—Trabajaba para el servicio de
inteligencia del estado. Detectamos a personas con poderes extrasensoriales,
las estudiamos y averiguamos qué es lo que las hacía distintas, más
evolucionadas. Un proyecto subvencionado entre otras cosas por el departamento
de defensa. Min Ki, Patrick Cerril y Sebastián Smith son los cabecillas del
proyecto. Una noche Min Ki, me encontró y me dijo que tenía algo espectacular
entre manos —la mirada perdida. La voz monótona y sin emoción. —Me dijo que
había un grupo de personas, que trabajaban en algo parecido a lo que yo, pero
mucho más secreto. Investigaban a seres que no eran humanos —se quedó callado.
—Pero que era secreto de estado y no podía decir ni una palabra de ello a
nadie.
—Continúa —Jaejoong se cruzó de
brazos.
—Estos seres tienen poderes
extraordinarios. Unos mutaban a animales y otros controlaban todo a su antojo.
Estos últimos tienen una debilidad. El sol. Como vampiros y hombres lobos. Sólo
que no son nada de eso, ¿verdad?
— ¿Y estas tres personas se encargan
del proyecto por completo? ¿No hay nadie que...?
—Hay cinco hombres más. Ellos son
los que realmente dan el visto bueno general a lo que se hace allí. Tres de
ellos son vanirios, creo, pero la sed los perdió. El último cayó hace dos días.
— ¿Quién? —preguntó Yunho con un
gruñido.
—Ryu Jin.
Jaejoong se tensó y Yunho golpeó con
tanta fuerza la camilla que ésta dio una vuelta entera de campana. Goon chilló
por la impresión.
— ¿Qué? ¿Qué pasa? No... No me mates
—se había despertado del hechizo de la voz de Jaejoong y tenía los ojos
brillantes.
—Mierda —gritó Yunho. —Él era el
hermano de Seong Hun. Su hermano... ¿Cómo fue capaz? No me lo quería creer pero
es cierto.
Goon se echó a reír como un
histérico.
—Ninguno de esos cinco psicópatas
tiene remordimiento alguno —afirmó. — Jaejoong —movió su mandíbula, —pegas de
maravilla. Si... si me sueltan les ayudaré a encontrarlos. Sé dónde se
esconden...
—No nos vas a comprar. Quiero sus
nombres ahora — Yunho lo agarró de la pechera y lo sacudió.
—Lu... Lucio, Seth y él... el otro
ya sabes quién es. Ryu Jin.
Jaejoong se frotó los brazos con la
mirada perdida. Ryu Jin se había convertido.
— ¿Qué te han ofrecido a cambio por
venderle tu alma al diablo, Goon? —sus ojos eran dos líneas lilas.
Goon apretó la mandíbula en un
intento por evitar que sus palabras salieran de su boca.
—Contéstale — Yuhno le dio una
cachetada en la cara.
—La... la inmortalidad. Seré como ustedes.
Fuerte, longevo y poderoso. Hay muchos humanos que trabajan para ellos. Hay
grupos de cazadores que los persiguen porque creen que son vampiros y están
dispuestos a clavarles una estaca en su corazón. Les toman y les torturan. Hay
otros que sólo son esclavos. Los proveen de alimento con su propia sangre.
Luego están los que son como Min Ki. Los iniciados, los recién transformados.
Yo seré uno de ellos.
—Serás estúpido —espetó Yunho con
una fría sonrisa. —Parece que a todos les atrae que los conviertan, pero lo que
no les cuentan es que la persona que te convierte se convierte en tu banco de
sangre. ¿Crees que Ryu Jin estaría dispuesto a alimentarte? Yo creo que no.
—Lo ha hecho con Min Ki.
—Créeme. Min Ki ayer estaba muerto
de hambre. Creo que ya le ha negado la primera toma.
—Pero si no se alimentan —susurró Jaejoong,
—morderán a los demás y acabarán de convertirse en animales sin escrúpulos como
los nosferátums.
—Serán nosferátums, porque Ryu Jin ya
lo es. Está provocando el caos.
—Pero seré poderoso y longevo de
todos modos —replicó Goon.
— ¿Quiénes son los otros dos?
—preguntó Yunho tirándole del pelo.
—Un par de berserkers renegados que también
están mutando a la gente, ¿saben? No se llevan muy bien con los otros tres que
mueven todo el cotarro, pero también tienen a su prole. Creo que se llaman
Strike y Hummus.
—Estás acabado —musitó Jaejoong
incrédulo.
—Y tú te follas a un vampiro — Goon escupió
al suelo con asco. —No hay diferencia.
—No es verdad — le dijo Jaejoong
alzando la barbilla indignado. —Los vanirios no son vampiros — Yunho sonrió
ante su respuesta. No negaba lo que hacía con él. —Estás muy equivocado.
Además, tú eres cómplice de un terrible genocidio contra una raza distinta a la
tuya. Eres más monstruo que ellos.
—Cuando Ryu Jin te coja, Jaejoong,
vas a llorar tanto... Te arrancará de cuajo toda esa humanidad que dices tener
y te obligará a ver cómo se come el corazón de este gilipollas —señaló a Yunho
con un gesto despectivo de su barbilla. —Y de tu abuelo y de todos esos que...
—Cállate o te corto la lengua y se
la tiro a las ratas —susurró Yunho rodeando su garganta con los dedos.
Yunho lo miró, soltó una maldición
al verlo pálido y asustado, se alejó de Goon y lo abrazó, acariciándole el pelo
con la mejilla.
—Escúchame, pequeño, no te va a
pasar nada. No temas.
— ¿Y a ti? —preguntó Jaejoong con la
voz temblorosa. —También irá por ti.
Yunho se apartó para mirarlo a la
cara. No estaba preocupado por si mismo, sino por él. Sintió que la
preocupación de Jaejoong lo abrazaba dándole calor y fuerzas. Sin duda era
afortunado de tenerlo.
—Goon, ¿quién dejó a mi padre en el
contenedor? — Jaejoong lo miró de reojo.
Goon echó la cabeza hacia atrás y
soltó una cínica carcajada.
—Tu antiguo doctor. El señor Do Han.
— ¿Qué? —estaba pálido de nuevo.
—En algún momento recuperó los
escrúpulos y dejó a Seong Hun a la vista de los vanirios para darles pistas
sobre cómo encontrarnos. El también trabajaba para ellos. Min Ki y Ryu Jin lo
mataron. Era un traidor. Él quería sacarte de esa casa y dejar que vivieras tu
propia naturaleza. Viejo cabrón... por su culpa los vanirios han llegado a
nosotros.
—Hijos de puta, son cobardes...
—susurró Jaejoong lleno de pena por el señor Do Han.
—Ryu Jin está esperando el momento
adecuado —susurró Goon con odio. —Irá por éste y lo matará —sus ojos
destellaban odio al mirar a Yunho. —Maldito cabrón. ¿Ya te has acostado con Jaejoong?
Él... Jaejoong... Tú eres mío... Yo estaba ahí para ti. Protegiéndote...
Esperaba que llegara tu conversión. Puto... Tendrías que haberme esperado...
Yunho lo soltó, y soltando una
maldición sin pensárselo dos veces, con un rápido movimiento se colocó delante
de Goon, lo arrancó de las correas y lo lanzó dando volteretas por los aires
hasta que su cuerpo chocó contra la pared e hizo un boquete en el hormigón.
Dio un salto y voló hacia el cuerpo
que yacía dislocado en el suelo. Goon seguía vivo, pero a su ya malograda
pierna se le añadía un hombro desencajado, la mandíbula partida y una de las
costillas sobresalía por su cuerpo.
—Yunho, espera... —susurró Jaejoong asustado
y tembloroso. — Yunho.
—Jaejoong no es tuyo, ¿me oyes? —
Yunho no lo oía. Se disponía a darle un puñetazo letal.
—Yunho. No...
—Ryu Jin me vengará — Goon le
amenazó. — Ryu Jin irá por ti, porque te... te has apropiado de lo que él
quería. Como hizo Seong Hun.
— ¿Cómo? —preguntó Jaejoong corriendo
a arrodillarse al lado de Goon. —Contéstame.
—Ryu... Jin se enamoró de Jade. Él
la quería, pe... pero tuvo que ver como su hermano se la llevaba en su lugar.
—No la llegó a conocer para
enamorarse de ella... —susurró Jaejoong negando con la cabeza. —No puede ser.
—Hacía tiem... tiempo que la
deseaba. Ryu Jin llevaba más de veinte años intentando desentramar la
disposición genética de las especies, porque intuía que la sangre berserker les
daría suficiente fuerza como para resistir al... sol. Experimentó con la sangre
de los machos berserkers y luego con la de algunas mujeres, pero no lograba
nada. Después decidió desistir en sus experimentos porque todos fracasaban
—intentó tomar aire. —Pero un día la vio. Se enamoró de esa berserker. Quería
tener a Jade, se enamoró de ella, se obsesionó con ella. Pero Seong Hun se
cruzó y le privó su principal anhelo. La apartó de él. Ryu Jin quería todo lo
que Seong Hun tocaba y eso sólo aumentó su deseo y sus ansias de venganza hacia
ellos.
— ¿Ryu Jin quería a Jade? —repitió Yunho
absorto.
—Él los vi... vigiló durante los
años que estuvieron fuera. Se llenó de ra... rabia y rencor y esperó a
vengarse. Además, des... descubrió que la sangre berserker no lograba los resultados
adecuados, no... no les hacía nada. Muerto de odio y frustración hacia los
berserkers y hacia Jade, arrancó a Jaejoong de sus brazos y a ellos dos los
torturó, durante... durante años. Ahora desea a Jaejoong y no se detendrá hasta
que lo tenga.
—Tendrá que pasar por encima de mi
cadáver antes. ¿Y por qué siguen raptando a berserkers y a vanirios? ¿Han
descubierto algo? —preguntó Yunho sorprendido por aquellas revelaciones.
Goon cerró los ojos y escupió
sangre.
—No... Aún no... — Yunho lo sacudió.
—Es una manera de mermar sus fuerzas
y un modo de seguir haciendo experimentos, porque final... finalmente, después
de décadas de experimentación... él... él descubrió algo hace poco.
— ¿Qué? —preguntaron los dos a la
vez.
—Jaejoong... tu... —espiró una
última vez, se ahogó con su propia sangre y murió.
Jaejoong lo miró horrorizado. Se dio
cuenta que se le empañaba la vista hasta que comprendió que lloraba por él. Por
los recuerdos que tenía, que aunque eran falsos, seguían ahí.
— ¿No estarás llorando por este
asesino, verdad? —preguntó Yunho furioso.
—Tienes que controlarte, Yunho —sugirió
Jaejoong limpiándose la humedad de las mejillas. —Deberíamos haberle
interrogado y lo has matado.
—Él... ha dicho —su voz afilada
salió disparada. —Ha dicho que eras suyo.
— ¿Y qué? —le gritó Jaejoong
levantándose furioso.
¿Y
qué? Que no había podido aguantar oír esas palabras.
—Que no es verdad... — Yunho también
se levantó cerniéndose sobre él.
—Podría habérnoslo dicho todo y tú
lo has echado a perder... —tenía los puños apretados a ambos lados del cuerpo.
—Sí... Lo he echado a perder... Y me
he sentido mejor al reventarle la columna a ese asesino... ¿No te gusta lo que
ves? Pues escucha esto. Yo soy así, soy un destructor, Jaejoong... Acostúmbrate
—lo agarró de los brazos y lo apretó con fuerza. —Soy un guerrero, un cazador,
¿entiendes? No soy gentil.
—Me haces daño —le advirtió Jaejoong
obligándolo a que aflojara las manos. —No, no eres gentil. Eres un bruto y no
tienes autocontrol. Por tu culpa ahora no sabemos nada más.
Se dispuso a darle la espalda pero Yunho
con un gruñido de frustración lo agarró del codo y lo obligó a que lo mirara.
—Nadie te hablará así mientras yo
esté delante. ¿Me has oído? —le cogió la cara con ambas manos y juntó su frente
a la de Jaejoong. —Lo mataría otra vez, Jaejoong —declaró desesperado. —Y tampoco me arrepentiría.
Tú no eres de él.
—No soy una propiedad, Yunho
—contestó Jaejoong cautivado por el dolor que teñía la voz de Yunho. —Tienes
que dejar de verme como una posesión. No es sano.
—Lo... lo sé —confesó Yuhno cerrando
los ojos y agitando la cabeza. —Pero te siento como si fueras mío, parte de mí.
No voy a permitir que nadie te hable así.
—Yunho... —le echó los brazos al
cuello y lo abrazó. Jaejoong estaba enfadado con él, sólo tenía miedo de lo que
había dicho Goon. ¿Y si hacían daño a Yunho? ¿Y si... lo mataban? —Sólo estoy
asustado. Abrázame.
Yunho lo abrazó y lo alzó del suelo
meciéndolo con él.
—No me pasará nada —lo tranquilizó. —
¿De verdad tanto te preocupa lo que me pueda suceder?
Jaejoong apretó su cara contra el
cuello de Yuhno ocultando su expresión, protegiéndose de su vulnerabilidad. Yunho
no debía saber lo importante que ahora era él para Jaejoong.
Yunho se arrepintió de todo lo que
había pasado entre ellos. Si desde el principio hubiese sido distinto, en ese
momento Jaejoong podría haber reconocido abiertamente lo mucho que le importaba
él. Pero Jaejoong no confiaba, todavía.
Aún
no. Le había dicho
en el coche.
Inspiró cansado por esa situación.
Era difícil para un hombre como Yunho, esperar y reconocer que su felicidad y
su humor, dependían de ese chico que tenía entre sus brazos. De si algún día le
decía que lo necesitaba o que le importaba o que le quería.
Yunho lo quería. Lo amaba.
Obligándose a apartar de su mente esa sensación dolorosa de rechazo, lo abrazó
con más fuerza.
— ¿Lo sabías? —le preguntó Yuhno al
cabo de un rato. Hundió su cara en la curva del hombro de Jaejoong. — ¿Sabías
que Goon te deseaba? ¿Qué te quería?
—Creo... creo que sí.
—Cerdo —gruñó Yunho. — ¿Y tú eras
confiado con él? ¿Le contabas todo? ¿Y Goon iba a tu habitación cada noche?
—Sí.
— ¿Y tú lo dejabas entrar? ¿Ibas
tapado? ¿Te tocaba?
— ¿Cómo? —se apartó lo suficiente
como para mirarlo a los ojos. Estaba resentido y Jaejoong sorprendido. —No
puede ser que estés celoso.
—Contéstame —ordenó Yunho admirando
la piel de su garganta. — ¿El te tocaba? ¿Te sacaba sangre?
Jaejoong se sintió extraño y le
entraron los calores de la muerte.
—Sí —se mordió el labio. Ahora le
parecía horrible y algo muy íntimo ese gesto de sacarse sangre ante otro
hombre.
—Maldición — Yunho apretó la
mandíbula. —Estoy furioso, Jaejoong. Creo que voy a patearle el cráneo para
asegurarme de que está muerto.
—Yuhno, mírale. Lo está —Jaejoong le
colocó un mechón de pelo detrás de la oreja. —Odio lo que me han hecho
—reconoció. —Estoy enfadado —volvió a enterrar la nariz en su cuello. Su olor lo
reconfortaba.
—No me arrepiento de lo que he
hecho, pequeño. No sirve de nada que me sermonees —murmuró Yunho. —Lo habría
matado mucho antes.
—Lo sé —besó su cuello con dulzura.
—No estoy enfadado contigo, Yunho. Sólo me impresionó lo que hiciste y, además,
estaba disgustado por todo lo que estamos descubriendo. Además, ¿quiénes son Lucian
y Seth?
—Seth es un originario. Había
crecido con nosotros, de hecho, quería emparejarse con mi hermano.
— ¿Con Junsu? —preguntó sorprendido.
—Sí.
—Pero no lo hizo.
—No. Mi hermano no lo quería. Hace
cinco siglos que no sabemos nada de él, no esperaba que se convirtiera, es una
noticia terrible.
— ¿Y el otro?
—Lucian —su voz se tornó peligrosa.
—Sí.
—Era un guerrero poderoso, pero ya
de humano se le veía que disfrutaba matando. A mí nunca me gustó. Nada más
convertirse se alejó del clan y nunca jamás supimos de él. Aún no me lo puedo
creer —le acarició la espalda. —Son peligrosos. Los tres. Pero yo te protegeré.
Hablaremos con As para que nos diga quiénes son los otros dos. A ver si él los
conoce.
— ¿Y quién cuidará de ti? —preguntó Jaejoong
besándole en la mejilla. Deslizó su boca hasta la comisura de sus labios y lo
besó allí también.
— ¿Qué ha pasado? —preguntaron Yoochun
y Jong Hyun mientras miraban divertidos la escena.
—Yunho me estaba protegiendo
—contestó Jaejoong mirándolos con una ceja levantada.
—Ryu Jin se ha convertido —anunció Yuhno
dejándolo de nuevo en el suelo. No le quitó las manos de encima. —En resumidas
cuentas. Ryu Jin busca una cura que le permita salir bajo la luz del sol. Creía
que la sangre berserker podría paliar ese defecto. Quiso probar su teoría con
Jade, de quién estaba enamorado, pero Seong Hun se adelantó al reclamarla como
su cáraid. Furioso, los persiguió por todo el mundo jurando venganza, pues
consideraba que Seong Hun le había robado a su compañera. Cuando los halló, los
separó de Jaejoong y los torturaron durante años. Descubrió algo... pero no
hemos sabido qué era.
—Joder—dijo Jong Hyun serio. — ¿Cómo
no pudimos darnos cuenta de nada?
— ¿Cómo íbamos a saberlo? —reprochó Yunho.
—Otra cosa. Los fundadores de la secta que nos persigue, son Ryu Jin, Lucian
y... Seth. Se han convertido en vampiros.
Yoochun se envaró al oír ese nombre
y en su cara se posó una determinación absoluta.
— ¿Ryu Jin se ha convertido? —la voz
de Jong Hyun se tornó hielo.
—Hay que dar caza a Ryu Jin y Min Ki.
No quedaran libres de esto —sentenció Yunho. —Hay dos berserkers más que mueven
todo junto con los otros tres. Barreremos las casas de Ryu Jin y destruiremos
las sedes de Newscientists de todo el mundo. Ryu Jin se esconde en algún lugar
y nos está vigilando. Debemos localizar las guaridas de Seth y Lucian. Hasta
ahora éramos cautelosos, pero esto ya se ha acabado. Vamos a muerte. Avisaré a
As para que ponga en alerta a los suyos.
—Hoy mismo haremos redadas — Jong
Hyun cogió el teléfono y se puso a hacer llamadas telefónicas.
—Daremos con ellos. Por cierto, Yunho
—antes de dar media vuelta, Yoochun lo miró, —seré el guardián de tu hermano y,
si me lo tengo que llevar a otra parte, que no te quepa duda de que lo haga.
Yunho sonrió con sarcasmo.
— ¿Me estás pidiendo permiso?
—No, no te pido permiso. No si tiene
que ver con su seguridad. Pon a tu hermano en aviso —ignoró el comentario. —No
le gustará.
— ¿Pero tú no te echarás atrás,
verdad?
—Jamás —dijo solemne. —Deberías saberlo, Yunho.
—Lo sé, Yoochun —sonrió comprensivo.
Yoochun salió acompañado de Jong
Hyun y dejaron a Jaejoong y a Yunho solos.
—Quiero irme de aquí, Yunho —pidió Jaejoong
mirando a su alrededor asqueado.
—Como desees. Todavía tengo cosas
que enseñarte. Yunho miró a Goon y, al cabo de un segundo su cuerpo hizo combustión,
como si alguien lo hubiera rociado de gasolina y hubiera echado una cerilla
encima. Abrazó a Jaejoong y, ante el asombro de Jaejoong, salieron de la sala
volando.
*
* *
No podía creérselo. Su coche. Su BMW
estaba aparcado delante del jardín de la que era su nueva casa. Impoluto. De un
azul eléctrico hermoso. Perfecto.
—Mi coche... —susurró Jaejoong caminando
delante de Yunho. Tenía los ojos abiertos y la mandíbula desencajada. —Es mi
coche.
— ¿Te hace ilusión tenerlo aquí, pequeño?
—le preguntó Yuhno ilusionado caminando con las manos detrás de la espalda.
— ¿Lo has traído para mí? —se giró
para mirarlo a los ojos.
—Supuse que era algo que te había
costado pagar y que te gustaría conservar. Así que pensé...
— ¿Lo has traído para mí? —repitió Jaejoong
esperando a que Yunho lo reconociera.
—Bueno... supongo que sí.
— ¿Supones?
—Sí. Lo he traído para ti.
—Gracias, gracias, gracias —lo besó
las tres veces y Yuhno se quedó con ganas de más. — ¿Por qué?
—Ya te lo dije.
—Dímelo otra vez. Ya no me acuerdo —se
puso de puntillas para estar a la misma altura de sus ojos. —Tengo memoria de
pez.
Yunho se paró en seco y le dio un
empujón mental para que pudiese entrar en sus pensamientos.
—No, Yuhno —frunció el ceño enfadado.
—No quiero que entres.
— ¿No te fías de mí, todavía? Quiero
estar dentro de ti —gruñó con impotencia.
—No, hasta que yo lo decida.
—Jaejoong, tienes que parar esto.
Tienes que enlazarte conmigo. Por favor.
—Antes contéstame—le ordenó Jaejoong
agarrándole dulcemente de la pechera.
—No quiero —ahora Yunho estaba
enfadado.
Jaejoong se dio cuenta de que le
sentaba realmente mal que Yunho le negara las cosas, así que reaccionó
utilizando su poder. Le acarició los labios con la yema de los dedos, se los
delineó y se acoplo un poco más para rozar su boca con la de él. Un roce suave.
— ¿No quieres? —preguntó con la voz
enronquecida.
—No me vaciles, Jaejoong —murmuró él
comiéndose los labios carnosos de Jaejoong con los ojos. Su cuerpo estaba tenso
y tenía los puños apretados. —Eres peligroso.
—No lo hago, Yunho.
— ¿Y qué quieres entonces? —meneó la
cabeza confundido por su actitud.
—Que reconozcas las cosas —se volvió
a aupar y le besó en la comisura de los labios, apoyando su peso en el pecho de
Yuhno.
—No me lleves al límite, nene.
Ninguno de los dos sabrá cómo reaccionaré —era una amenaza.
—No te gusta ceder terreno, ¿eh, Yunho?
Si las cosas escapan a tu control, te pones nervioso.
—Esto no es un juego. Estarás más
seguro si tú y yo mantenemos nuestro enlace mental. Y deja de provocarme. Ya te
he dicho que mi carácter es muy explosivo desde que te conozco. Me tienes
completamente desequilibrado.
—Entonces, únete al Club de los
desequilibrados. Esto tampoco es fácil para mí. Tú has hecho que me comporte
así y tú eres el culpable de que ahora me quiera proteger de tu intromisión
mental —relajó las puntillas de los pies y se alejó un paso. — ¿Quieres que
confíe en ti? Entonces, contesta a mis preguntas con sinceridad. Sólo son
preguntas.
—Son preguntas que muestran muchas
debilidades a los enemigos —contestó Yunho dando un paso hacia él y
arrinconándolo entre Yunho y su BMW. —Nos persiguen. Te persiguen, Jaejoong.
¿Eres consciente del peligro que corremos?
Jaejoong sintió el frío de la
carrocería en los riñones.
Sí. Era consciente del peligro que Yunho
podría correr. Y estaba muy preocupado.
— ¿Yunho? — Junsu apareció por la
puerta. —Un coche precioso, Jaejoong —se cruzó de brazos y los miró divertido
por su actitud. —Caramba, hermano... Vas a detalle por día.
—Ahórrate los comentarios —contestó Yunho
cogiendo a Jaejoong de la mano bruscamente. — ¿Te han contado?
—Sí.
— ¿Y qué te parece? —preguntó extrañado
por la calma de su hermano. Junsu miró a Jaejoong y sonrió con complicidad. Jaejoong
resopló entornando los ojos.
— ¿Entonces ya te has preparado?
—continuó Yunho. — Yoochun vendrá a...
Junsu alzó una mano para que Yunho se
silenciara.
— ¿Se está portando bien mi hermano?
¿Es demasiado para ti, Jaejoong? —le dijo Junsu caminando hacia ellos.
—Tranquilo. Lo tengo controlado
—respondió Jaejoong mirándolo de reojo.
—No los entiendo a ustedes. Pueden
estar aquí ahora, vigilándonos, y están así de tranquilos.
—No somos estúpidos, Yunho. Nuestro
radar va tan bien como el suyo —replicó su hermano. —Si tu no sientes peligro,
nosotros tampoco. Ahora no hay nadie que nos esté acechando y lo sabes.
Yunho gruñó.
—Junsu, se trata de Lucian y Seth.
Seth estaba obsesionado contigo.
Junsu lo miró fijamente.
— ¿Y qué? No me dan miedo.
—Ni a mí tampoco, joder —replicó Yuhno
cada vez más frustrado. —Pero ustedes tienen que estar protegidos. Son frágiles.
—Qué astuto —musitó Jaejoong intentando
liberar su mano de la de Yunho.
—Yoochun llevará con él —continuó Yunho.
—Él te protegerá, siempre lo ha hecho y me fío de...
—Estaremos donde creamos que más se
nos necesite —contestó Junsu altivo. —Y te aseguro que esta noche no nos la va
a estropear nadie. Por eso estoy aquí, vengo por Jaejoong. Y Yoochun no se va a
atrever a acercarse a mí, tenlo claro —pero lo dijo nervioso y sin convicción.
— ¿Qué pasa esta noche? —preguntó Jaejoong
mirando a Yunho con curiosidad y tranquilizando así el ambiente entre los
hermanos.
— ¿No le has contado nada, Yunho?
—alzó las cejas divertido. Miró a Jaejoong — Es la noche de las hogueras.
—Eso he oído. ¿Y qué pasa esta
noche?
Junsu resopló robando la mano de Jaejoong
de la mano enorme de Yunho.
—Déjamelo un ratito. Ya no se va a
escapar —lo miró por encima del hombro. —Ponte guapo, hermano y alegra esa cara
de cabreo.
Jaejoong siguió a Junsu mientras lo
llevaba cogida de la mano. Miró a Yunho con preocupación que observaba con el
rostro ensombrecido como las dos cabezas se juntaban para cuchichear.
—Lo verás a la noche —le aseguró Junsu
dándole una palmadita en el dorso de la mano. —Tampoco se va a escapar.
Tranquilo. Yunho ya sabe lo que le tiene que hacer.
—Está molesto —aseguró lleno de
remordimientos. Jaejoong lo había llevado a ese estado.
—Ya va bien que por una vez tenga a
alguien que le baje los humos. No te preocupes por él ahora. Vamos a ponernos
guapísimos.
— ¿Para qué?
—La noche de las hogueras es como el
baile de la rosa del principado de Mónaco. Sólo que nosotros lo hacemos de un
modo celta. Y este año tenemos invitados berserkers.
—Tu hermano no me había dicho nada
—volvió a mirarlo por encima del hombro. El enfadado ahora era él. —A lo mejor
no quería invitarme. A lo mejor él...
—Tranquilo, cariño. Su actitud es
propia de un hombre nervioso y asustado.
— ¿Por qué? —frunció el ceño de
nuevo.
—Vamos dentro y te cuento.
Yunho observó a los dos hombres de
su vida. Se llevaban bien y nunca había visto a Junsu tan entretenido con
nadie. Trataba a Jaejoong como si fuera un juguete preciado para él, como un
hermano pequeño. Jaejoong miraba encantado a Junsu y agrandaba los ojos en
señal de sorpresa ante las cosas que Junsu le estaba explicando.
La noche de las hogueras. Estaba muy
nervioso porque era especial y sería la prueba definitiva para él y Jaejoong.
Por la noche, si los dioses estaban
de acuerdo con su relación, los marcarían anudándolos para siempre.
¿Cuál iba a ser la reacción
de su joven pareja?
gracias gracias mi mejor regalo antes de entrar a la uni(entro mañana TT-TT) y quería leer algo lindo antes de que eso sucediera pero sigo diciendo la relacion del yoosu es rara ni siquiera se q son o fueron... porq yoochun parece q ama a junsu pero este no lo soporta... que abra pasado entre ellos...???
ResponderEliminaraaaaaahh no seas mala no me dejes asi asdadas me encanto el capo
ResponderEliminarla tensión entre junsu y chun se nota aleguas me tienen intrigada su relacion *-*
y quiero saber q pasa en la noche de la hoguera awww gracias x la actu !! espero el sig con ansias :)
Muchisimas gracias por el capítulo!!!
ResponderEliminarmira tu que desgraciado es ese ryu jin >_>
no tuvo remordimientos, compasión o algo por su hermano y le dio tremenda muerte
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarlo dicho cada bes se pone mejor hizo muy bien yunho en deshacerse de ese por que engaño a jae y aparte se quería quedar con el y como todo macho alfa yunho saco el celostino que lleva dentro y defendió a su príncipe amado XD y yoochun no se queda atrás nomas que les han tocado unos novios muy desobedientes y se rebelan ante todo trato amable por parte de sus hombres claro aun junsu no lo quiere reconocer pero yoochun es el hombre ideal para el espero que todo baya bien y por favor no demores en actualizar estaré esperando hasta pronto bye bye
ResponderEliminarOwwswww cuantas cosas pasaron delante d la cara d jj y el pobre nunca supo d esto
ResponderEliminarRyun jij un traicionero que ha qerido sienpre lo d su hermano y ahora a jaejoong >><<
junsu y jaejoong bien comadres que son; -;
se llevan d maravilla y ambos tercos
Yunho un amor con patas q trata d controlarse pero jaejoong no sede facil
Ya qiero leer lo d esa fiesta wiii
Waaa .. esto cada vez se pone mas candente ... Oh!!! me sorprendió bastante todo lo que se descubrió en este capitulo, u.u pobre Jae todo la mentira en la que estuvo viviendo ... pero ahora se le esta recompensando
ResponderEliminarQuiero que llegue la fiesta, ..que sucederá en esta? . Espero saberlo pronto
Gracias unnie por traernos este capitulo enloquecedor XD
misa-chan <3
Cada cosas, tanto que pasaba alrededor de Jae sin que se diera cuenta y quienes estan detrás de todo, ryu jin antes enamorado de Jade y ahora quiere a JJ, ahh todo se complica. Y la relación de esos dos poco a poco, ninguno dice abiertamente cuanto es que significa el otro en su vida, son tercos, pero se aman! ahh esa fiesta me tiene en la intriga, ya quiero saber que sucederá askdaksdfbsdfb! muchas gracias por este capítulo !
ResponderEliminarMalditos desgraciados solo por su egoísmo destruían a sus propias razas.. Espero que pronto reciban su merecido en especial ryu jin
ResponderEliminarGoon es un maldito que bueno que Yunho acabo con él...
La noche de las hogueras espero que nada malo pase ahí y que todo vaya bien para el yunjae ^^
ese Goon me da una rabia grrr... y ese tal ryu jin peor...!!
ResponderEliminarcomo pudo hacerle eso a su propio hermano , cuñada y sobrino esta enfermo ese tipo ojala acaben con ello de una buena y que lo hagan sufrir ψ(*`ー´)ψ
que sera la La noche de las hogueras (?) que pasara ..
ojala pasen solo cosas buenas *w*
por fin murió el doctorcito, y nada menos que en manos del posesivo Yunho .
ResponderEliminarse van a casar??? uyyy qué emoción.
no me lo pierdo
me encanta cómo se llevan de bien Jae y Junsu, dos cuñados amigos
Estúpido Ryu Jin todo el daño que causo y sigue causando por unos tontos celos ó.ó y para colmo hasta contra su hermano y sobrino o.ó!
ResponderEliminarJajaja YH va regalo tras regalo xD
Mmm la noche de las hogueras >v> ....
Por un momento pense que se iban a pelear de nuevo .... Estunieron a punto de descubrir todo solo que los celos de Yunho pudieron mas ... me dejo la curiosidad de saber que era lo que Minki habia descubierto
ResponderEliminarCada vez mas interesante con tantas cosas que se están descubriendo. La noche de las hogueras donde se unirán mas Jae y Yunho, bueno si Jae no pone trabas como siempre.
ResponderEliminarGracias!!!
Santa cachucha y pensar que el enemigo había estado tan cerca de ellos .... Lo que hace uno por ambición... Pobres de los papás de Jae... Ojalá todo vaya bien esta noche... Me pone los nervios de punta...
ResponderEliminarYa decía de había traidores...Ayyyy me da no se qué cuando YunHo llama Nene a Jae, es como muy pesado y sexy!!!!
ResponderEliminarEstoy algo asustada por su seguridad
ResponderEliminarWow, que verdades, y que aso, su propio tio quiere a JJ. Si yo fuera JJ, yo también estaría preocupado de que le hagan daño a mi pareja. Voy con ansias al próximo capítulo.
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