CAPÍTULO 16
—POR ODÍN, Yunho —As olisqueaba al
vanirio con el rostro desencajado por la furia. — ¿Qué has hecho con mi nieto?
¿Lo has vuelto a marcar? Hueles a él por todas partes...
—No lo he obligado a nada, As.
—No te acerques a él, ¿me has oído?
Todavía está superando la conversión como para que tú ahora lo reclames. Déjalo
disfrutar un poco —su tono perdió el tono imperativo y se quedó en una súplica
paternal. —Tiene que estar muy confundido ahora. Hay que dejar que se adapte,
¿entiendes?
Yunho miró al suelo avergonzado. As
se comportaba como un padre iracundo con su hijo. Era curioso ver ese
comportamiento hacia él.
— ¿Dónde está? —exigió saber.
—Aquí, abuelo —dijo una voz al otro
lado del salón.
Yunho ni se giró, pero As lo miró a
la cara consternado. Jaejoong parecía indefenso, aunque seguía demostrando la
determinación y el porte de un berserker. Sin embargo, la luz de sus ojos
violeta ya no estaba. Se acercó a su abuelo y le rodeó la cintura con los
brazos.
— ¿Qué ha pasado? —su mirada helada
sobre Yunho.
Yunho enderezó los hombros y miró
hacia otro lado.
—Nada que no tuviera que pasar,
abuelo —restregó la cara en el pecho del hombre. Quería oler a él y quitarse la
esencia de Yunho de encima.
—Tú no estás bien, cariño —lo tomó
de la cara. —Mira tus ojitos, están hinchados...
—Es sólo que estoy cansado —explicó Jaejoong.
—Estos días están siendo agotadores y ayer hubo una pelea y...
— ¿Te hicieron algo? —preguntó tenso.
—Envié a los pelotones de Yong Hwa y Siwon a la zona donde ibas a estar.
—Sí, As —comentó Yunho. —Ellos
vinieron a echarnos una mano. Se lo agradecemos.
As ni lo miró. Tenía los ojos
protectores sobre el rostro de Jaejoong.
— ¿Qué haces aquí, abuelo? —le
preguntó Jaejoong jugando con su camisa roja y negra.
—Estaba preocupado por ti. Quería
verte. Vente a mi casa a vivir, no tienes que quedarte aquí —no le gustaba que Yunho
se lo llevara tan pronto y de una manera tan fulminante de su lado.
Yunho admiró la facilidad con la que
el berserker revelaba sus sentimientos. No los tenía que ocultar, decía lo que
decía porque así lo sentía. Tal vez por eso tenía esa expresión de paz en el
rostro.
—Tranquilo, abuelo As. Ayer estuve
en la casa de mi padre, que ahora es mía ¿sabes? Mis amigos Heechul y Changmin están
aquí, él los trajo —señaló a Yunho sin mirarlo.
— ¿Por qué hiciste eso, colmillos?
—preguntó asombrado. —Primero el perro, ahora esto...
Yunho miró a Jaejoong, pero éste no
le devolvió el gesto.
—Creí que se sentiría mejor con ellos
aquí. Ya sabes, no tan solo.
—Aha —lo miró extrañado. —Todo un
detalle. ¿Entonces te gusta tu casa, pequeño? —lo volvió a sonreír.
—Es demasiado para mí.
—No lo es. Tú tienes lo que te
mereces. Pero te lo repito: puedes vivir conmigo. Me gusta que estés en casa y
además no quiero que estés solo. Necesitas protección.
Por una de las puertas de la casa,
aparecieron Yoochun y Jong Hyun, ambos con sus caras de pecado, vestidos de
riguroso negro.
— ¿Qué pasa, amigos? —preguntó Yunho.
—Te traigo el estudio de todo lo que
obtuviste del camión —dijo Yoochun entregándole un amplio dossier con tapas
negras.
Jong Hyun miró a Jaejoong y a Yunho
intermitentemente. Inhaló el aire, pero frunció el ceño. No había el nudo
emocional entre ellos. Sí una vinculación física, pero no estaban vinculados
realmente todavía.
—Habla, Yoochun. Es bueno que As
esté aquí para oírlo todo. Sentémonos, por favor —dijo Yunho censurando a Jong
Hyun con la mirada.
—Estamos enfrentándonos a hombres
que saben lo que se hacen — Yoochun entrelazó las manos y se inclinó sobre la
mesa. —Ya no se trata de los típicos grupos con crucifijos, ajos y estacas.
Nosotros no somos vampiros, así que esos utensilios no nos afectan. Sin
embargo, estos hombres son expertos en la ciencia y la medicina y saben muy
bien como aplacarnos —puso una bolsa negra sobre la mesa de diseño y sacó de
ella todos los artilugios.
Jaejoong abrió los ojos para ver
todo lo que había allí. Sprays, perdigones, balas con puntas en forma de erizo,
bolsas aislantes de la luz...
—Empieza Yoochun —sugirió Yunho.
—En este frasco —tomó uno rojo
metálico con el pitorro negro, —hay componentes fenólicos y terpénicos: tinol,
carvanol, geraniol, linalol y terpinerol.
—Estos potes —dijo Jaejoong observándolo
con atención— son los que se utilizan en las salas de operaciones para
esterilizarlas. Es como un desodorante. Yo he vendido estos productos.
Yoochun alzó las cejas y asintió.
—Tú lo has dicho —le dijo Yoochun. —Es
lo que crees, sólo que se utilizan para otros medios. Lo usan para disimular
nuestros olores cuando expectoramos. Nuestro sudor, nuestro olor corporal es
muy fuerte, que no desagradable. Si están haciendo daño a alguno de los
nuestros, nuestra nariz lo detecta, pero si camuflan el olor con esto... no
olemos nada. Son sustancias que eliminan los olores. Desodorantes, como indica
la palabra. Las salas donde hacen las operaciones están selladas herméticamente
para que no transpire el olor. Por eso, aunque haya una sede aquí de
Newscientists y hayan cogido a uno de los nuestros, nosotros no lo hemos
notado. No podemos olerlos. Rocían los cuerpos con esto, y voilá. Si a esto le sumas que como dijo el tipo...
—Yong Hwa —corrigió Jaejoong reprochándolo.
—Perdona... que como dijo Yong Hwa —corrigió—
tienen cuerpos criogenizados en los laboratorios, ¿cómo íbamos a detectarlos?
El cuerpo congelado no huele.
—Pero encontraron a mi padre —dijo Jaejoong.
—Lo encontramos porque alguien quiso
que así fuera —explicó Yunho sin mirarlo. —Su cuerpo había sido criogenizado y
cortado a trozos. Parte de los miembros tenían resto de congelación... Es como
si lo hubieran sacado de la nevera a propósito. Lo pusieron en un container
público en la calle. Eso es algo ridículo, impensable, a no ser que...
—Una provocación —siseó As.
—O tal vez no. Lo colocaron ahí para
que lo encontráramos. Su cuerpo, particularmente un sello que tenía en el
brazo, nos llevó a la sede oficial en Corea. Allí fue estudiado y luego lo
reportaron aquí, pero no llegó al edificio de la calle. Nosotros no sabíamos
que en el mismísimo Londres teníamos otros laboratorios Newscientists. Lo
teníamos enfrente y no nos dimos cuenta. Lo que me hace pensar que alguien ha
querido descubrirlos dejando el cuerpo a la vista de todos.
— ¿Alguien los ha querido ayudar?
—susurró Jaejoong.
—Puede ser... no lo sabemos con
seguridad. Lo único que sí sabemos es que la noche que sacaron el cuerpo de Seong
Hun, los dos mejores rastreadores del clan —dijo Yoochun, —que son Yunho y Ryu
Jin, estaban de guardianes. Lo olieron y lo descubrieron. El cuerpo no olía a
berserker ni a nosferátum, sólo a humano. Eso, por eliminación, ya daba una
pista sobre quiénes lo habían tocado.
— ¿Qué más hay? —preguntó As
memorizando toda la información.
—Esta crema que hay aquí es la
antítesis del desodorante —señaló Yoochun frotando parte de la crema entre su
dedo índice y el pulgar. —Feromonas.
Se echaron para atrás e intentaron
no inhalar.
—De las dos especies —concretó Yoochun.
—Imaginen que desaparece un berserker. Al cabo de un tiempo aparece muerto con
este olor por toda su piel. Huele —ordenó a Yunho.
—No hace falta —dijo él, —lo huelo
desde aquí. Huele a vanirio.
As inhaló y asintió.
—Durante mucho tiempo los berserkers
han creído que tras las muertes de sus miembros estábamos nosotros detrás.
¿Cómo no iban a creerlo? Eso les decía su nariz.
—Y a nosotros nos ha pasado lo mismo
—afirmó Jong Hyun mirando a As.
— ¿Y que son estos perdigones?
—preguntó Jaejoong.
—Son cápsulas con Pentotal y
Propofol. Se deshacen en el torrente sanguíneo una vez perforan la piel. Se
utilizan en las anestesias intravenosas y balanceadas. Nos disparan con esto y
si aciertan, nos dejan en alfa. Tienen dosis muy altas, capaces con sólo una de
ellas de tumbar a un elefante. Éstas de aquí —señaló unas minúsculas de color
amarillo— contienen ácido. Deshacen el músculo y la carne una vez te perforan.
—Dios —suspiró Jaejoong abrazándose.
Yunho lo miró de reojo y sin poder
evitarlo se acercó a Jaejoong queriendo transmitirle calor. Jaejoong lo vio y
se movió contra su abuelo, alejándose de Yunho. Así estaban las cosas.
—Más cosas... —Jong Hyun cogió un
sobre plateado, lo abrió y sacó un pañuelo húmedo. —Paños con halotano,
isoflurano, desflurano... es una variedad de morfina. La inhalas y caes en
redondo hasta que se te aparece San Pedro. Y éstas de aquí —señaló las jeringas
y los frascos, —fentanilo, succinilcolina... Morfina intravenosa y relajantes
musculares. Esto lo utilizan en las carnicerías que hacen con nosotros, seguro.
— ¿Cómo actuamos contra todo esto?
—preguntó As señalando el arsenal de la mesa.
Yoochun alzó los hombros y las cejas
al mismo tiempo.
—Contra las balas de ácido, lo único
que te protege es que no te den. Contra todo lo demás... sólo se me ocurre que
llevemos encima, el tratamiento de los contrarios. Desbloqueantes. Droga —aclaró.
—A un humano lo mataría, pero a nosotros, no. Sólo nos puede dejar un poco
excitados.
— ¿De qué estás hablando? —dijo As
removiéndose en la silla.
—El único modo de que nada de esto
nos afecte es llevar en nuestro cuerpo una sustancia que nos excite y nos ayude
a eliminar lo que sea que nos meten. Es como una terapia de choque. Se elimina
a través del sudor, del orín y del... sexo.
— ¿Qué estás insinuando? —dijo As
frunciendo el cejo.
—Afrodisíacos y estimulantes. Sólo
si nos alcanzan —puntualizó Yoochun seguro de sí mismo. Sacó una pequeña bolsa
negra de tela y la abrió. En ella había un pote de pastillas de color morado y
unas minis jeringuillas. —Aquí hay la dosis justa para que no nos dé un
colapso, las he preparado yo mismo. Cada uno de nosotros llevará esto encima,
en sus guardias. Si vienen por nosotros y nos alcanzan, tendremos que ser
bólidos para inyectarnos éstas de aquí o ingerir éstas otras —miró las
pastillas y las jeringas.
— ¿Efectos secundarios? —preguntó Yunho
tomando la jeringuilla.
—Bueno —sonrió Jong Hyun, —después
de la guerra necesitarás desahogarte o te dolerán tanto los huevos que no
podrás sentarte. El veneno sale del cuerpo cuando las glándulas apocrinas que
segregan el sudor se ponen en funcionamiento. La ansiedad y el dolor que sentiremos
sólo se verán calmadas a través de la estimulación sexual. Pero ninguno de
nosotros tiene problemas para encontrar a un amante dispuesto —sonrió con
vehemencia. —Sólo que no podremos conformarnos con uno.
As y Yoochun se rieron abiertamente.
Jaejoong sintió que su corazón era pasto del dolor y de la ira. Yunho iba a querer
a más de uno si se inyectaba eso. Y puesto que Yunho le había dicho que no era
suficiente, seguro que él no iba a hacerle falta.
Yunho lo miró desafiante, y parecía
que se burlaba de él con la mirada. Jaejoong apartó los ojos con resentimiento.
— ¿Qué hay dentro de las jeringas
exactamente? —volvió a preguntar Yunho.
—Latrodectus
mactans mezclado con metanfetamina, veneno de la viuda negra con un poco de
droga. Si no nos inyectamos esto, probablemente nos cayéramos desplomados al
momento que una de estas preciosidades —cogió una bala— nos atraviese la piel.
—Está bien, Yoochun. Prepara una
bolsa de éstas para todos los guerreros berserkers y vanirios —ordenó Yunho pasándose
la mano por el pelo. — ¿Alguna cosa más que debamos saber?
— Por mi parte eso es todo.
— ¿Y qué hay de lo que has obtenido
tú del disco duro? —As pasó el brazo por los hombros de Jaejoong y lo abrazó
con posesividad.
Yunho gruñó. Mío. Agitó la cabeza intentando alejar aquellos pensamientos
posesivos y se dispuso a hablar.
—La empresa tiene una intranet
conectada únicamente para ellos —explicó mirándolo de reojo. —He obtenido
códigos de acceso, passwords para entrar en la base de datos...
Jaejoong se cruzó de brazos y apoyó
la cabeza sobre el hombro de As, gesto que agradó sobremanera al berserker.
Mientras Yunho explicaba cómo había asaltado el sistema de seguridad de
Newscientists y había adquirido todos los emails enviados y recibidos entre
toda la corporación, Jaejoong pensaba en lo mucho que le dolía el pecho.
Ésa misma noche había hecho el amor
y había sido increíble. Se había sentido poderoso, hermoso... adorado. Miró las
manos del vanirio, que gesticulaban abiertamente. Esos dedos habían estado
dentro de él y habían agarrado sus nalgas para acompasarlo a sus movimientos,
lo habían acariciado con una reverencia exquisita. Los labios de Yunho habían
repasado su cuerpo, besado y mordido... y sus ojos lo habían amado y admirado
sin reservas. ¿Y ahora?
Yunho exigía una relación con él, lo
exigía a él al doscientos por ciento, cuando Jaejoong nunca había estado atado
a nadie. Yunho lo quería a su lado, y no sólo las veinticuatro horas del día,
sino para toda la eternidad. Y después de eso, de demandarle todas esas cosas...
lo había vapuleado, y todo porque lo había ofendido con su negativa a ceder.
Era normal que Jaejoong se asustara.
Aunque su naturaleza híbrida le había enseñado a sobrellevar lo de la sangre de
un modo natural, había cosas a las que no era fácil acostumbrarse. Desde que
había tomado de su cuello, no había pensado más en lo que había hecho. Es más,
estaba deseando volver a hacerlo. Miró los cuellos fuertes y bronceados de Yoochun
y Jong Hyun, incluso el de su abuelo. La más absoluta indiferencia para ellos.
Sin embargo, era mirar la yugular de Yunho, su piel, sus músculos, sus ojos,
oír su voz y, de repente, los colmillos le volvían a hormiguear.
Yunho era toda una sorpresa para él.
Jaejoong mismo era toda una sorpresa para su propia conciencia. Los tres
vanirios también lo eran.
Beber de la sangre de Yunho no sólo
lo había confortado sino que además le había revelado información sobre el
resto de vanirios.
Yoochun era el médico, el cirujano,
se había aficionado a las artes sanadoras. Jong Hyun era el druida por
excelencia. Por lo visto tenía gran poder. Y Yunho era el guerrero más temido,
el líder respetado.
Yoochun tenía hospitales y clínicas.
Un buen cirujano, un buen sanador, eso es lo que era.
Jong Hyun era dueño de dos centros
de investigación para la energía alternativa y propietario de centros de
orientación espiritual.
Y Yunho se había vuelto millonario
gracias al boom de la informática. No sólo era fuerte y un excelente luchador,
sino que además era todo un cerebrito. Tenía una empresa privada que vendía
indistintamente, ideando todo tipo de programas. Era el mejor hacker del mundo,
no había nadie que tuviera más experiencia que él.
Yunho seguía hablando, explicando
qué tipos de emails había encontrado y descodificado. Había vídeos de toda índole,
grabaciones en directo de las operaciones a las que eran sometidas las especies
que capturaban.
—Había un enlace oculto con un vídeo
de Jade y de Seong Hun —masculló Yunho entre dientes. —Incluso en los archivos
personales de la cuenta de Min Ki encontré vídeos de Jaejoong —informó sin
mirarlo, como si él no existiera. —Su crecimiento, su progresión conforme iba
cumpliendo años. Les aseguro que no hay nombre para definir lo que esos
desalmados hacen con todos nosotros. Han cogido a muchos y creo que algunos
siguen con vida todavía. Hay que localizarlos, coger al cerdo de Min Ki y
averiguar dónde se encuentran para liberarlos.
Jaejoong palideció al oír eso. Si Jaejoong
había estado en su cabeza, ¿cómo había hecho Yunho para ocultarle esa
información? ¿Por qué no le había dicho nada? Sintió un chispazo dentro del
estómago y luego como un sudor frío recorría toda su piel. Lo vio todo rojo.
Eso quería decir que entre cáraids no había una confianza mental total, no al
menos entre ellos dos porque como Yunho bien le había dicho, a lo mejor Jaejoong
no era su cáraid ¿Por qué Yunho se había guardado eso? «Me he abierto a ti con todas las consecuencias, no quería reservarme
nada. Quiero que me conozcas.»
Mentiroso. Se trataba de sus padres,
de Jaejoong y de todos los demás. Habían tenido suficiente intimidad como para
que Yunho le hubiera dicho todo lo descubierto, pero no para qué. Era mejor desahogarse
con su cuerpo, follarlo y beber de él, no era necesario hacerlo partícipe de
nada. Yunho había utilizado su cuerpo y por lo visto sólo compartido lo que le
interesaba. Estaba decepcionado de Yunho y consigo mismo por permitirse pensar
que había algo un poco mejor que eso entre ellos. Yunho había podido saquearlo
telepáticamente entrando en sus lugares más recónditos y viendo hasta los
detalles más vergonzosos de su vida. Y Yunho podía reservarse lo que quisiera.
No era justo.
Quería estrangularlo con sus propias
manos, pero sobre todo quería aprender a bloquear su mente para que Yunho no
volviera a entrar nunca más. Explotar todo su potencial para saber defenderse
no sólo de Yunho, sino de aquellos que querían hacerle daño.
Se sentía estúpido y utilizado.
— ¿Por qué no me has contado nada de
eso? —rugió Jaejoong con la voz vacía.
Todos se quedaron en silencio,
incómodos por el tono Jaejoong. Jong Hyun y Yoochun miraron para otro lado y As
se irguió en el asiento al oler el enfado de Jaejoong.
—Iba a hacerlo —contestó Yunho sin
dar importancia a su reproche.
Lo habría hecho si no hubiesen
discutido. Lo habría preparado en la cama, sacándole el tema, y luego mientras
se duchaban juntos y Yunho lo enjabonaba, se lo habría explicado todo y habrían
acabado abrazados y arrullados con la misma toalla, mientras Yunho lo
consolaba. Pero no había sido así y Yunho, ofendido como estaba, había decidido
no decirle nada hasta ahora.
—Mentira... —golpeó la mesa con los
puños y se puso de pie, hecho un manojo de rabia incontrolada.
Yunho se apoyó en el respaldo de la
silla y lo miró sin inmutarse.
— ¿Quieres discutir aquí, Jaejoong?
—señaló al resto presente. —Deberías comportarte, se te está dando la
posibilidad de que formes parte de esto. Te estoy haciendo partícipe de nuestra
reunión, no hagas que me arrepienta. Para mí sería mucho más fácil encerrarte
en un lugar seguro y no sacarte de ahí hasta que esto acabe, créeme. Todos
estaríamos más tranquilos y no serías una preocupación constante, pero no tengo
potestad sobre ti todavía, así que debo comentar todas mis ideas con tu abuelo
As, que tiene tu custodia al cincuenta por ciento.
¿Qué? Jaejoong tuvo que cerrar los
ojos para contener las lágrimas que rugían rabiosas por derramarse. ¿Era un
incordio para Yunho? ¿Para todos? ¿Le estaba molestando?
—Deberías habérmelo contado, Yunho —murmuró
con la barbilla temblando y los ojos vidriosos.
As iba a levantarse para
tranquilizarlo, pero allí había mucho más que un enfado por ocultar
información. Era una discusión de pareja en toda regla, lo percibía en Jaejoong
y en el lenguaje no verbal de Yunho. Sí que habían intimado, pensó As, más de
la cuenta.
—No veo porqué —contestó Yunho
indiferente y cruzándose de brazos. —Has dicho que no eras mi chico. Entonces
tengo que darte el mismo trato que a los demás.
Aquello fue como una bofetada. Yunho
tenía la sensibilidad en el culo y no se daba cuenta de lo mucho que lo estaba
avergonzando ante todos.
Jong Hyun y Yoochun se levantaron de
la mesa, dispuestos a irse.
—No, no se molesten —les dijo Jaejoong
sin apartar los ojos de Yunho. —Nada de esto me incumbe al parecer, así que
seré yo el que se va, ya que parezco molestar. Soy como una especie de florero
¿verdad? —le preguntó a Yunho. Los ojos de Yunho chispearon, pero no alteró su
pose. —Me necesitas para hacer tu casa un poco más bonita, tu vida algo más
acogedora —susurró con desprecio. —Soy un alimento. Y tú eres un cerdo.
— ¿De qué te estás quejando ahora?
—gritó Yunho golpeando la mesa también. — ¿Por qué te haces el ofendido? Allí
abajo me has dejado las cosas muy claras.
Jaejoong alzó el mentón, y se puso
recto como un rey. Yunho también le había dejado las cosas claras.
—Y tú también a mí. Esto es una
mierda, una gran mierda —repitió más para sí mismo que para ellos. —Abuelo, me
voy a mi casa. Ya me dirán qué es lo que decidan hacer conmigo. Si quieren,
claro.
—Te acompaño, cariño —su abuelo se
dispuso a dejar la reunión pero Jaejoong le detuvo.
—No. Tú te quedas aquí y acaban de
perfilar las cosas —su mirada violeta lo paralizó. —Necesito ver a mis amigos Heechul
y Changmin. Y quiero estar a solas, ver la luz del sol —miró de reojo a Yunho,
que lo seguía con los ojos y tensaba los músculos de la mandíbula. —Hay
demasiada oscuridad aquí.
—Maldita sea. No se te ocurra salir
de mi casa, Jaejoong —la voz glacial de Yunho resonó por todo el salón.
— ¿Qué vas a hacer sino? ¿Detenerme?
Estoy harto de tus amenazas —lo desafió sabiendo que a Yunho no le podía tocar
el sol. —Que te den, Yunho —respondió Jaejoong dirigiéndose a la puerta.
Yunho se levantó con tanta fuerza
que la silla salió despedida hacia atrás, pero cuando se dispuso a correr hacia
Jaejoong el brazo musculoso de As le prohibió el paso.
—Lo siento, muchacho —le dijo con
serenidad. —Cálmate o no te acercarás a mi nieto.
—As, no puedes dejarlo solo por ahí,
y lo sabes —gruñó Yunho.
—No está solo. Yong Hwa y Siwon están
afuera. No lo dejarán solo —susurró para que Jaejoong no lo oyera.
—Abuelo, los he olido antes de que
tú picaras a la puerta. Sé que están ahí —inhaló con indiscreción. —Me gusta el
perfume que se ha puesto Yong Hwa —sonrió mirando a Yunho. —Huele muy, muy
bien.
Los cuatro se quedaron parados ante
el potencial de Jaejoong. Yunho apretó los puños frustrado y encolerizado por
ese comentario.
—Antes de que tú me dijeras que
venía mi abuelo —explicó Jaejoong con
desdén— yo ya percibía que venía hacia aquí.
¿Con cuánta antelación había sabido Jaejoong
que As y sus dos perros se acercaban a su casa? Yunho estaba asombrado ante los
sentidos tan desarrollados de Jaejoong.
—Yoochun —dijo Jaejoong abriendo la
puerta de la calle, — Yunho necesita que le extraigas sangre, ponlo en una
botellita —echó un último vistazo a Yunho y se fue. —Agradecería que alguien me
la llevara a mi casa.
Yunho apretó la mandíbula y miró
impotente como Jaejoong se iba de su casa sin él y lo peor era que se iba
acompañado de esos dos enormes berserkers que olían tan bien, según Jaejoong.
Yoochun miró a Yunho y mostró
preocupación por él. Aquello era muy triste para un vanirio. Jaejoong no quería
a Yunho y por lo visto Yunho tampoco a él. Pero eso no era lo que decía la
tensión sexual entre ellos.
—Hijo —dijo As mirando a Yunho con
ojos amenazadores. —No sé lo que ha pasado entre ustedes, pero si veo a mi Jaejoong
de nuevo con esos ojos tristes y descubro que el culpable de su pena eres tú
—masculló tomándole del cuello de la camisa, —te arrancaré los colmillos, Yunho,
y te los meteré por el culo. Sin importarme pactos de clanes ni cojones de
pato.
Yunho lo agarró de las muñecas.
—No volverás a verlo así —las apartó
bruscamente. —Y ahora suéltame, As, te tengo respeto suficiente como para
pelearme contigo.
—No debes dudar de mi protección
hacia Jaejoong, Yunho. He tardado mucho tiempo en recuperar un trozo de mi
familia. Ahora que Jaejoong está aquí, mataría a todo aquel que le hiciese
daño. No es que le deje hacer lo que le venga en gana. Jaejoong me ha contado
cómo vivía con Min Ki y ese hombre era un demonio prohibitivo. Jaejoong tiene
que sentirse bien aquí con nosotros, libre pero a la vez seguro. Si me comporto
con Jaejoong como lo hizo ese indeseable se alejará de mí y eso no me lo puedo
permitir. Es parte de mi hija y nieto de mi mujer. Sangre de mi sangre. Tengo
que darle espacio —lo miró fijamente, exigiéndole a Yunho que él hiciera lo
mismo. — Jaejoong es muy especial —se sentó de nuevo. —Es dulce y cariñoso y no
está preparado para alguien como tú todavía.
—Y tiene un carácter de perros
—comentó Yunho exasperado. —Y puede que esté más preparado de lo que crees
—recordó cómo se aferró a él mientras hacían el amor. —Tiempo al tiempo.
As alzó las cejas y sonrió.
—El carácter de perros lo lleva en
la sangre —sus ojos chispearon. —Y está muy disgustado contigo, por cierto. Y
—puso las botas sobre la mesa— eres un completo tonto si tú eres la causa de su
tristeza.
— ¿Has acabado As?
— ¿Te molesta que te digan la
verdad, Yunho?
—No me molesta, pero Jaejoong es mi
pareja y tú lo sabes. Todos los berserkers saben que Jaejoong es mío, está
marcado para que quede bien claro —advirtió. —Agradezco tus consejos, pero creo
saber cómo controlar la situación.
—Muchacho —bostezó As, divertido. —No
tienes ni idea de cómo tratar a un hombre como él. Jaejoong no tiene claro que
tú eres su pareja y por lo visto no sabes demostrárselo. Los chicos como
Jaejoong buscan lo mismo. Yo tardé tiempo, sudor y lágrimas hasta que comprendí
a mi mujer. Tú tardarás lo tuyo, chico.
—Bien —contestó Yunho queriendo
acabar con el tema. Sentémonos entonces y sigamos conversando como hasta ahora
—propuso amigablemente. —No quiero seguir hablando de mi pareja.
As era más maduro, ponía el toque necesario de responsabilidad entre esos vanirios. Con el ambiente enrarecido, siguieron hablando sobre todo lo descubierto por Yunho. Pero Yunho aunque estaba en cuerpo, parte de su alma había salido por la puerta. Su cáraid se la había llevado.
As era más maduro, ponía el toque necesario de responsabilidad entre esos vanirios. Con el ambiente enrarecido, siguieron hablando sobre todo lo descubierto por Yunho. Pero Yunho aunque estaba en cuerpo, parte de su alma había salido por la puerta. Su cáraid se la había llevado.
Estos van de mal a peor u.u
ResponderEliminarcomo se arreglaran entre ellos????
por que sera tan terco jae y no termina de comprender que esta que se muere por yunho si el también se lo a demostrado con toda la preocupación que a pasado por yunho cuando estuvo mal y ahora se va y lo deja y todavía le da celos bueno si así quiere jugar que no se enfade con yunho cuando tome a otro por que el no esta dispuesto a estar con yunho intima mente que no se queje si nomas de pensar que el necesitara de otro para quitarse el veneno que se pondrán para protegerse ooooooooooooooooooh que se regrese a el lado de yunho así el sera el único que puede quitar el veneno de su cuerpo haciéndolo sudar como cerdo y con el seria suficiente no necesitaría a otro de repuesto por que jae seria lo suficiente para el claro si esta dispuesto a regresar con yunho y permanecer a su lado
ResponderEliminaraaaah son unos idiotas D: ambooooooos !!
ResponderEliminarni JJ ni yunho se comprenden todavia tienen que conocerse mas
y el caracter de perro lo tienen ambos xDD ya quiero ver como les va
cuando se necesiten entre si y x su terquedad sufran e___e
gracias x compartir !! esta genial :3
Jaejoong es una diosa andante que desafia a su pareja y poco le importa lo que piense yunho
ResponderEliminarLogro darle celos, presiento que esos dos se daran con todo
Jaejoong es muy terco pero hay que ver que le gusta poner celoso a Yunho haha ya me lo imagino si esque ve a Yunho con alguien más ..
ResponderEliminarjaejoong tienes un caracter bien dificil pobre yunho todo lo que tiene que soportar XD!
ResponderEliminarahh..!! que se arreglen las cosas entre ellos dos de una buena vez que me desespera tanta pelea ToT
quiero amor... *w*
no le veo solución a esto y más si ninguno da brazo a torcer. son muy tercos y se dañan constantemente. veremos qué pasa
ResponderEliminarDan ganas de amarrarlos >\\< !!!
ResponderEliminarQuiero golpearlos -.-
Yunho debe darle su espacio como dice As, Jae vivió toda su vida con prohiciones, que cuando Yunho quiere mandar, prohibir e imponerse, Jae protesta y por eso actúa así, ambos deben ceder un poco para entenderse y poder sobrevivir ante lo que les viene.
ResponderEliminarGracias!!!
Yunho eres un idiota con todas las letras, es que no entiende que a penas han pasado unos dias y ya quieres que jae se disponga a ti por siempre!? Dejale su maldito espacio o lo unico que lograras es que se aleje y se ponga en peligro
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