Capítulo 13
Di vueltas alrededor, escrutando mi
reflejo con una mirada escéptica.
— ¡Wow! ¡Yunho se va a mear encima cuando
te vea con eso! —dijo Junsu.
Puse mis ojos en blanco.
—Vas a llevar ése. No te pruebes nada
más, ése es el indicado —dijo, aplaudiendo con entusiasmo.
— ¿No crees que es demasiado revelador? — se mostraba parte de mi vientre con el saco
y también mi pecho, un saco que no llevaba camisa, mi conjunto era completamente
blanco y ajustado.
Junsu sacudió su cabeza.
—Insisto.
Me di vuelta en el banquillo mientras Junsu
se probaba un traje tras otro, más indeciso a la hora de elegir uno para sí
mismo. Al final se decidió por uno extremadamente ajustado, de color piel, que
dejaba uno de sus hombros desnudo. Nos dirigimos en su Honda al apartamento
para encontrar el lugar del Charger vacío y a Taepoong solo. Junsu sacó su
celular y marcó, sonriendo cuando Yoochun respondió.
— ¿A dónde fuiste, Bebé? — él asintió y
luego me miró—. ¿Por qué estaría molesto? ¿Qué tipo de sorpresa? —dijo
cauteloso. Me miró de nuevo y luego entró al cuarto de Yoochun, cerrando la
puerta.
Froté las puntiagudas y negras orejas de
Taepoong mientras Junsu murmuraba en la habitación. Cuando salió, trató de
esconder la sonrisa en su cara.
— ¿Qué están tramando ahora? —Pregunté.
—Están en camino a casa. Dejaré que Yunho
te diga —dijo, sonriendo de oreja a oreja.
—Oh Dios… ¿qué? —Pregunté.
—Acabo de decir que no puedo contarte. Es
una sorpresa.
Yo jugueteé con mi pelo y me miraba las
uñas, incapaz de estarme quieto mientras esperaba a Yunho para que diera a
conocer su última sorpresa.
Una fiesta de cumpleaños, un cachorro—no
podía imaginar que podría ser lo siguiente.
El fuerte ruido del motor del Charger de Yoochun
anunció su llegada. Los chicos rieron mientras subían las escaleras.
—Están de buen humor —dije—, esa es una
buena señal.
Yoochun entró primero.
—Simplemente no quería que pensaras que
había una razón por la cual él se hizo uno y yo no.
Junsu se puso de pie para saludar a su
novio, y echó sus brazos alrededor suyo.
—Eres tan tonto Chun. Como si fuera a
enojarme por eso. Si quisiera un novio loco, saldría con Yunho —dijo Junsu sonriendo,
mientras inclinaba su cabeza para darle un beso.
—No tiene nada que ver con la manera en
la que me siento por ti —agregó Yoochun.
Yunho atravesó la puerta con un vendaje
cuadrado de gasa en su muñeca. Me sonrió y luego se derrumbó en el sofá,
descansando su cabeza en mi regazo.
No podía apartar la mirada del vendaje.
—De acuerdo… ¿qué hiciste?
Yunho sonrió y tiró de mí hacia abajo
para besarlo. Podía sentir el nerviosismo irradiando de él. Por fuera estaba
sonriendo, pero tuve la clara sensación de que él no estaba seguro de cómo iba
a reaccionar ante lo que había hecho.
—Hice un par de cosas hoy.
— ¿Cómo qué? —Pregunté suspicaz.
Yunho rió.
—Tranquilízate, Boo. No es nada malo.
— ¿Qué le pasó a tu muñeca? —Dije tirando
de su mano por los dedos.
Un estruendoso motor diesel se detuvo
fuera y Yunho saltó del sofá para abrir la puerta.
— ¡Ya era hora! ¡He estado en casa por lo
menos desde hace cinco minutos! —dijo con una sonrisa.
Un hombre entró del revés, cargando un
sofá gris cubierto con plástico, seguido por otro hombre que traía la parte
trasera del mismo. Yoochun y Yunho movieron el sofá, conmigo y Taepoong todavía
encima, hacia adelante, y entonces los hombres pusieron el nuevo sofá en el
lugar del otro. Yunho sacó el plástico y luego me levantó en sus brazos,
colocándome en los blandos almohadones.
— ¿Tienen uno nuevo? —Pregunté, sonriendo
de oreja a oreja.
—Sí, y un par de otras cosas también.
Gracias chicos —dijo mientras los hombres de la mudanza levantaban el viejo
sofá y se iban de la misma manera en que vinieron.
—Ahí van un montón de recuerdos —sonreí.
—Ninguno que yo quisiera conservar, —él
se sentó a mi lado y suspiró, mirándome por un momento antes de quitar la cinta
que sostenía la gasa en su brazo—. No te alteres.
Mi mente empezó a correr, pensando en qué
podría haber debajo de la venda. Imaginé una quemadura, o puntos o algo igual
de espantoso.
Yunho tiró del vendaje y me quedé sin
aliento al sólo ver las simples letras en negro tatuadas a través de la parte
inferior de su muñeca, la piel a su alrededor estaba roja y brillante por el
antibiótico que él había untado encima. Sacudí mi cabeza con incredulidad al
leer la palabra.
Boo
— ¿Te gusta? —Preguntó.
— ¿Tienes mi nombre tatuado en tu muñeca?
—Dije las palabras, pero no sonaba como mi voz. Mi mente se extendía en todas
las direcciones, pero incluso así, me las arreglé para hablar con un tono
calmado.
—Sí —dijo, besando mi mejilla mientras yo
miraba con incredulidad la tinta permanente en su piel.
—Traté de hacerle entrar en razón Jae. Él
no ha hecho nada loco por un tiempo. Creo que estaba teniendo síntomas de la
abstinencia —dijo Yoochun sacudiendo su cabeza.
— ¿Qué te parece? —Preguntó Yunho.
—Deberías haberle consultado antes, Yunho
—dijo Junsu, sacudiendo la cabeza y cubriendo su boca con sus dedos.
— ¿Preguntarle qué? ¿Si podía hacerme un
tatuaje? —Frunció el ceño, volviéndose hacia mí—. Te amo. Quiero que todos
sepan que soy tuyo.
Me moví nerviosamente.
—Eso es permanente Yunho.
—Al igual que nosotros —dijo, tocando mi
mejilla.
—Muéstrale el resto, —dijo Yoochun.
— ¿El resto? —Dije bajando la
mirada hacia su otra muñeca.
Yunho se levantó, tirando hacia arriba de
su camisa. Sus impresionantes abdominales se estiraban y se contraían con el
movimiento. Yunho se volteó, y en su costado había otro tatuaje fresco
extendido a lo largo de sus costillas.
— ¿Qué es eso? —Pregunté, mirando de
soslayo los símbolos verticales.
—Es hebreo — Yunho sonrió.
— ¿Qué significa?
—Dice, ―Pertenezco a mi amado, y mi
amado me pertenece‖.
Mis ojos se encontraron con los suyos.
— ¿No estabas contento con un tatuaje,
así que te hiciste dos?
—Es algo que siempre dije que me iba a
hacer cuando conociera a Al Indicado. Te conocí… así que fui y me hice los
tatuajes, —su sonrisa se desvaneció cuando vio mi expresión—. ¿Estás enojado,
no? —dijo tirando hacia abajo su camisa.
—No estoy enojado. Yo sólo… esto es un
poco abrumador.
Yoochun atrajo a Junsu a su costado con
un brazo.
—Acostúmbrate, Jae. Yunho es impulsivo y
va siempre con todo. No creo que esto se acabe hasta que consiga ponerte un
anillo en el dedo.
Las cejas de Junsu se dispararon primero
hacia mí y luego hacia Yoochun.
— ¿Qué? ¡Pero si acaban de empezar
a salir!
—Creo… creo que necesito un trago —dije,
caminando hacia la cocina.
Yunho se echó a reír, mirándome a través
de los gabinetes.
—Él estaba bromeando, Boo.
— ¿Lo estaba? —Preguntó Yoochun.
—Él no estaba hablando sobre un tiempo de
corto plazo —dijo Yunho. Se volteó hacia Yoochun y se quejó—. Muchas gracias,
imbécil.
—Tal vez ahora dejes de hablar de eso —
Yoochun sonrió.
Me serví un trago de whisky en un vaso y
tiré mi cabeza hacia atrás, tomándolo todo de un trago. Mi rostro se comprimió
mientras el líquido quemaba bajando por mi garganta.
Yunho me rodeó gentilmente con sus brazos
la cintura desde atrás.
—No te estoy proponiendo, Boo. Son sólo
tatuajes.
—Lo sé —dije asintiendo mientras me
servía otro trago.
Yunho me quitó la botella y le puso la
tapa, metiéndola de nuevo en el gabinete. Cuando no me di la vuelta, él giró
mis caderas para ponerme frente a él.
—De acuerdo. Tuve que habértelo
mencionado antes, pero decidí comprar el sofá y luego una cosa llevó a la otra.
Me emocioné.
—Esto es muy rápido para mí, Yunho.
Mencionaste lo de vivir juntos, te marcaste con mi nombre, me estás
diciendo que me amas… todo esto es muy… rápido.
Yunho frunció el ceño.
—Te estás alterando. Te dije que no te
alteraras.
— ¡Es difícil no hacerlo! ¡Te enteraste
sobre mi papá y todo lo que sentías antes se había ampliado!
— ¿Quién es tu papá? —Preguntó Yoochun,
claramente molesto por no saber nada. Cuando no le hice caso, suspiró—. ¿Quién
es su papá? —Le preguntó a Junsu.
Junsu sacudió su cabeza con desdén.
La expresión de Yunho cambió con
disgusto.
—Mis sentimientos por ti no tienen nada
que ver con tu papá.
—Vamos a ir a esta fiesta de parejas
mañana. Se supone que es una gran cosa donde vamos a anunciar nuestra relación
o algo, ¡Y ahora tú tienes mi nombre en tu brazo y este proverbio hablando de
cómo nos pertenecemos! ¿Es loco, de acuerdo? ¡Estoy alterado!
Yunho agarró mi rostro y plantó su boca
en la mía, y luego me levantó del suelo, colocándome en el mostrador.
Su lengua pidió entrar en mi boca, y
cuando le dejé, gimió.
Sus dedos excavaron en mis caderas,
trayéndome más cerca.
—Eres tan jodidamente caliente cuando te
enojas —dijo contra mis labios.
—Está bien —respiré—, estoy calmado.
Él sonrió, contento de que su plan de
distracción haya funcionado.
—Todo sigue siendo lo mismo, Boo.
Seguimos siendo sólo tú y yo.
—Ustedes dos están locos —dijo Yoochun,
sacudiendo su cabeza. Junsu golpeó juguetonamente su hombro.
—Jae también compró algo para Yunho hoy.
— ¡Junsu! —le regañé.
— ¿Encontraste un traje? —me preguntó
sonriendo.
—Sí —envolví mis piernas y brazos
alrededor suyo—. Mañana va a ser tu turno de enloquecer.
—Estoy esperando ansioso por eso —dijo,
sacándome del mostrador. Saludé a Junsu con la mano mientras Yunho me llevaba
por el pasillo.
* * *
El viernes después de clases, Junsu y yo
pasamos la tarde en el centro, arreglándonos y disfrutando. Nos hicimos la
manicura y la pedicura, nos depilamos y nos arreglamos el cabello. Cuando
volvimos al apartamento, cada espacio había sido cubierto por ramos de rosas.
Rojas, rosadas, amarillas y blancas—parecía una florería.
— ¡Oh Dios mío! —Chilló Junsu cuando
entró por la puerta.
Yoochun miró a su alrededor, luciendo
orgulloso.
—Fuimos a comprar flores, pero ninguno de
los dos pensó que un solo ramo sería suficiente.
Abracé a Yunho.
—Ustedes son… son increíbles,
chicos. Gracias.
El palmeó mi trasero.
—Treinta minutos para la fiesta, Boo.
Los chicos se vistieron en la habitación
de Yunho mientras nosotros nos deslizábamos en nuestros conjuntos en el cuarto
de Yoochun. Justo mientras me colocaba mis zapatos, alguien golpeó la puerta.
—Hora de irnos —dijo Yoochun.
Junsu salió y Yoochun silbó.
— ¿Dónde está él? —Preguntó Yunho.
—Jae está teniendo algunos problemitas
con sus zapatos. Saldrá en un segundo — Junsu explicó.
— ¡El suspenso me está matando, Boo!
—Gritó Yunho.
Salí jugueteando con mi atuendo mientras Yunho
se paraba enfrente de mí, inexpresivo.
Junsu le pegó un codazo y el pestañeó.
—Santo cielo.
— ¿Estás listo para enloquecer? —Preguntó
Junsu.
—No estoy enloqueciendo, él luce
increíble —dijo Yunho.
Sonreí y luego, lentamente, me descubri
el frente del saco que dejaba al descubierto mi pecho y vientre el cual cubria con
los brazos.
—Bien, ahora estoy enloqueciendo —dijo,
acercándose a mí y haciéndome dar una vuelta.
— ¿No te gusta? —Le pregunté.
—Necesitas una cazadora —corrió al
perchero y luego a toda prisa cubrió mis hombros con el abrigo.
—Él no puede vestir eso toda la noche, Yunho
—se rió Junsu.
—Te ves hermoso, Jae —dijo Yoochun como
una disculpa por el comportamiento de Yunho.
La expresión de Yunho se veía dolida
mientras hablaba.
—Te ves hermoso. Te ves increíble… pero
no puedes vestir eso. Tu pantalón es… wow, tus piernas son… ¡tu saco es
demasiado revelador y es sólo la mitad de un saco! ¡Ni siquiera cubre tu vientre!
No pude evitarlo, pero sonreí.
—Esa es la forma en que está hecho, Yunho.
— ¿Ustedes dos viven para torturarse el
uno al otro? — Yoochun frunció el seño.
— ¿No tienes un saco que te cubra más?
—Preguntó Yunho.
Miré hacia abajo.
—En realidad es bastante modesto. Es
solamente que muestra algo de piel.
—Boo —hizo una mueca con sus siguientes
palabras—, no quiero que te enojes, pero no puedo llevarte a la casa de mi
fraternidad luciendo así. Me voy a meter en una pelea en los primeros cinco
minutos que estemos ahí, cariño.
Me incliné hacia arriba y besé sus labios.
—Tengo fe en ti.
—Esta noche va a apestar. —se quejó.
—Esta noche va a ser fantástica —dijo Junsu,
ofendido.
—Simplemente piensa en lo fácil que va a
ser sacármelo más tarde —dije, besando su cuello.
—Ese es el problema. Todos lo demás
chicos ahí estarán pensando la misma cosa.
—Pero tú serás el único que va a
averiguarlo, —murmuré. Él no respondió así que me eché hacia atrás para evaluar
su expresión.
— ¿De verdad quieres que me cambie?
Yunho escaneó mi rostro, mi ropa, mis
piernas y luego exhaló.
—No importa qué vistas, eres precioso.
Debería acostumbrarme a eso ahora, ¿verdad? — Me encogí de hombros y Yunho sacudió
su cabeza—. Muy bien, ya es tarde. Vamos.
Me acurruqué junto a Yunho en busca de su
calor mientras caminábamos del coche a la casa Sigma Tau. El aire estaba lleno
de humo, pero cálido. La música resonaba desde el sótano y Yunho asentía con la
cabeza al compás de ella. Todo el mundo volteó simultáneamente. No estaba
seguro si estaban mirando porque Yunho estaba en una fiesta de parejas, porque
llevaba pantalones de vestir, o por mi ropa, pero todos nos estaban mirando.
Junsu se inclinó para susurrarme en el
oído:
—Estoy tan contento de que estés aquí, Jae.
Me siento como si hubiera despertado en una película.
—Me alegro de poder ayudar —me quejé.
Yunho y Yoochun tomaron nuestros abrigos
y luego nos guiaron a través de la sala a la cocina. Yoochun tomó cuatro
cervezas de la nevera y le dio una a Junsu, y después a mí. Nos quedamos en la
cocina, escuchando a los hermanos de fraternidad de Yunho discutir su última
pelea. Además de los dos hermanos de la fraternidad acompañándolos resultaron
ser los mismos que siguieron a Yunho en la cafetería la primera vez que
hablamos.
Sung era fácil de reconocer. No podía
olvidar el aspecto de su cara cuando Yunho lo empujó fuera de su regazo por
insultar a Junsu. Él me miraba con curiosidad, estudiando cada una de mis
palabras. Sabía que estaba curiosa del por qué Jung Yunho me encontró irresistible
y me encontré a mí mismo tratando de demostrárselo. Mantuve mis manos sobre las
de Yunho, añadiendo bromas inteligentes en los momentos precisos de la
conversación, y bromeando con él sobre sus nuevos tatuajes.
—Amigo, ¿tienes el nombre de tu chico en
tu muñeca? ¿Qué diablos te poseía para hacer eso? —dijo Sang Yoon.
Yunho orgullosamente volteó su mano para
revelar mi nombre.
—Estoy loco por él, —dijo, mirando con
ojos cálidos.
—Apenas la conoces. —se burló Sung.
Yunho no quitó sus ojos de los míos.
—Pasamos todo el tiempo juntos. Lo
conozco. —Frunció el ceño—. Pensé que el tatuaje te había molestado. ¿Ahora
estás presumiéndolo?
Me incliné para besar su mejilla y me
encogí de hombros.
—Cada vez me gusta más.
Yoochun y Junsu se dirigieron escaleras
abajo y nosotros los seguimos, tomados de la mano. Los muebles habían sido
empujados a lo largo de las paredes para así formar una improvisada pista de
baile, y cuando bajábamos las escaleras, una canción lenta comenzó a tocar.
Sonreí y presioné mi mejilla contra su
pecho. Yunho extendió su mano contra mi espalda, cálida y suave.
—Todo el mundo te está mirando en esta ropa
—dijo. Miré hacia arriba, esperando ver una expresión tensa, pero él estaba
sonriendo—. Creo que es genial… estar con el chico que todo el mundo quiere.
Puse los ojos en blanco.
—Ellos no me quieren. Sólo están curiosos
por saber por qué tú me quieres. Y de todos modos, lo siento por
cualquiera que piense que tiene una oportunidad. Estoy desesperadamente y
completamente enamorado de ti.
Una mirada de dolor oscureció su rostro.
— ¿Sabes por qué te quiero? No sabía que
estaba perdido hasta que tú me encontraste. No sabía lo que era estar solo
hasta la primera noche que pasé sin ti en mi cama. Tú eres lo único que he
hecho bien. Tú eres lo que he estado esperando, Boo.
Me estiré para tomar su rostro entre mis
manos y él envolvió sus brazos alrededor de mí, levantándome del suelo. Apreté
mis labios contra los suyos, y él me besó con toda la emoción de lo que acaba
de decir. Fue en ese momento que me di cuenta de por qué se había hecho el
tatuaje, por qué me había elegido a mí y por qué yo era diferente. No era sólo
yo, y no era sólo él, la excepción era que estábamos juntos.
Un ritmo más rápido vibró a través de los
altavoces, y Yunho me puso sobre mis pies.
— ¿Todavía quieres bailar?
Junsu y Yoochun aparecieron junto a
nosotros y yo levanté una ceja.
—Sólo si piensas que me puedes seguir el
ritmo.
Yunho sonrió.
—Pruébame.
Moví mis caderas contra las de él y pasé
la mano por su camisa, desabrochando los primeros dos botones, Yunho se echó a
reír y sacudió la cabeza, y me di la vuelta, moviéndome contra él al ritmo de
la música. Me agarró de las caderas y estiré mi mano, agarrando su trasero. Me
incliné hacia adelante y él hundió los dedos en mi piel. Cuando me levanté,
colocó sus labios en mi oído.
—Sigue así y nos vamos a ir temprano.
Me di la vuelta y sonreí, echando mis
brazos alrededor de su cuello. Él se pegó a mí y saqué su camisa de sus
pantalones, deslizando mis manos por su espalda, presionando mis dedos en sus
fuertes músculos y tuve que sonreír al oír el ruido que él hizo cuando probé su
cuello.
—Jesús, Boo, me estás matando, —dijo,
bajado las manos, lo suficiente para acariciar mis muslos con sus dedos.
—Creo que sabemos lo que es la atracción
sexual. —se burló Sung detrás de nosotros.
Junsu se dio la vuelta, dirigiéndose
hacia Sung en pie de guerra. Yoochun lo sostuvo justo a tiempo.
— ¡Dilo otra vez! — Dijo Junsu —. ¡Te
reto, perra!
Sung se escondió detrás de su novio,
sorprendido por la amenaza de Junsu.
—Será mejor que le pongas un bozal a tu
cita, Sang Yoon — Yunho advirtió.
Dos canciones más tarde, mi cabello estaba
pesado y húmedo. Yunho besó la piel justo debajo de mi oreja.
—Vamos, Boo. Necesito un cigarrillo.
Yunho me llevó por las escaleras y luego
agarró el abrigo antes de guiarme al segundo piso. Salimos al balcón para
encontrar a Changmin y a su cita. Él era más alto que yo. Con su pierna
enganchada alrededor de la cadera de Changmin. Él estaba con su espalda contra
la pared de ladrillo, y cuando Changmin nos vio, él sacó su mano debajo de la ropa
del chico.
—Jae. —dijo, sorprendido y sin aliento.
—Hola, Changmin, —le dije, reprimiendo una
sonrisa.
—Cómo, eh… ¿cómo has estado?
Le sonreí cortésmente.
—Genial, ¿Y tú?
—Uh —miró a su cita—, Jae éste es Kyu. Kyu…
Jae.
— ¿Jae, Jae? —Preguntó.
Changmin dio una rápida inclinación de
cabeza, incómodo. Kyu me estrechó la mano con una mirada de disgusto en su
rostro, y luego sus ojos viajaron a Yunho como si acabase de encontrarse con el
enemigo.
—Kyu. —advirtió Changmin.
Yunho se echó a reír una vez y luego
abrió las puertas para dejarlos caminar. Changmin tomó la mano de Kyu y
entraron a la casa.
—Eso fue… extraño, —dije, sacudiendo la
cabeza mientras crucé los brazos, apoyándome en la barandilla. Hacía frío y
sólo había un puñado de parejas a fuera.
Yunho era todo sonrisas. Ni siquiera Changmin
podría estropear su estado de ánimo.
—Al menos dejó de tratar de ganarte de
vuelta.
—No creo que él haya estado tratando de
tenerme de vuelta tanto como tratando de mantenerme lejos de ti.
Yunho arrugó la nariz.
—Llevó a casa a un solo chico una
vez. Ahora se comporta como si hubiera hecho un hábito recoger y salvar a
cada estudiante de primer año que he fajado.
Le lancé una mirada irónica desde la
esquina de mi ojo.
— ¿Alguna vez te he dicho lo mucho que detesto
esa palabra?
—Lo siento —dijo, tirando de mí a su
lado. Encendió su cigarrillo y aspiró profundamente. El humo que sopló era más
espeso que de costumbre, mezclándose con el aire de invierno. Volteó su mano y
lo miró su muñeca—. ¿Qué tan extraño es que este tatuaje no es sólo mi nuevo
favorito, pero que también me hace sentir en paz al saber que está ahí?
—Muy extraño. — Yunho levantó una ceja y
me reí—. Estoy bromeando. No puedo decir que lo entiendo, pero es muy dulce… al
estilo, Jung Yunho.
—Si se siente tan bien que esté en mi
brazo, no puedo imaginar cómo se sentirá el poner un anillo en tu dedo.
—Yunho…
—En cuatro años, o tal vez cinco.
—agregó.
Tomé un respiro.
—Tenemos que tomarnos las cosas con
calma. Muy, muy en calma.
—No empieces esto, Boo.
—Si seguimos a este ritmo, estaré
descalzo y embarazado antes de graduarme. No estoy listo para mudarme contigo,
no estoy listo para un anillo, y definitivamente no estoy listo para sentar
cabeza.
Yunho tomó mis hombros y me dio vuelta
para mirarlo de frente.
—Esto no es el creo que debemos ver a
otras personas‖, ¿verdad? Porque no te voy a compartir. De ninguna jodida
manera.
—No quiero ver a nadie más. —le dije,
exasperado. Él se relajó y liberó mis hombros, agarrándose de la barandilla.
— ¿Qué estás diciendo, entonces?
—Preguntó, mirando hacia el horizonte.
—Estoy diciendo que tenemos que llevar
las cosas con calma. Eso es todo lo que estoy diciendo.
Él asintió con la cabeza, claramente
infeliz. Toqué su brazo.
—No te enfades.
—Parece que damos un paso adelante y dos
pasos hacia atrás, Boo. Cada vez que pienso que estamos en la misma página,
levantas un muro. No lo entiendo… la mayoría de los chicos están acosando a sus
novios para que se lo tomen en serio, para que hablen sobre sus sentimientos,
para que den el siguiente paso…
— ¿Creo que ya habíamos establecido que
yo no formo parte de la mayoría de los chicos?
Dejó caer su cabeza, frustrado.
—Estoy cansado de adivinar. ¿Hasta dónde
ves esto, Jae?
Presioné mis labios contra su camisa.
—Cuando pienso sobre mi futuro, tú estás
en él.
Yunho se relajó, tirando de mí hacia él.
Los dos vimos las nubes de la noche desplazarse a través del cielo. Las luces
de la escuela iluminaban el bloque oscuro, y los invitados a la fiesta
envolvían sus brazos contra sus gruesas chaquetas, corriendo a la calidez del
ladrillo y la casa de la fraternidad.
Vi la misma paz en los ojos de Yunho de
la que había sido testigo pocas veces, y me di cuenta que al igual que las
otras noches, su expresión de felicidad era el resultado de mi reafirmación.
Yo había experimentado la inseguridad, de
esos que vivían de un solo golpe de mala suerte, de hombres que tenían miedo de
su propia sombra. Era fácil tener miedo del lado oscuro, del lado que las luces
de neón y brillo nunca parecían tocar. Pero Jung Yunho no tenía miedo de
pelear, o de defender a alguien que le importaba, o mirar en los ojos una
humillado y enfadado hombre. Él podía entrar en una habitación y mirar a
alguien dos veces su tamaño, creyendo que nadie podía tocarlo—que él era
invencible a todo lo que tratara de hacerlo caer.
Yunho no tenía miedo de nada. Hasta que
me conoció.
Yo era la parte de su vida que era
desconocida, la carta salvaje, la variable que no podía controlar.
Independientemente de los momentos de paz que le había dado, en cada momento de
cada día, la crisis que sentía sin mí se hacía diez veces peor en mi presencia.
La ira que antes se apoderaba de él cada vez era más difícil para controlar.
Ser la excepción ya no era un misterio, ya no era especial. Me había convertido
en su debilidad.
Al igual que mi padre.
— ¡Jae! ¡Ahí estás! ¡He estado buscándote
por todas partes! —dijo Junsu, corriendo a través de la puerta. Él alzó su
teléfono celular—. Acabo de hablar por teléfono con mi papá. Do Il los llamó
ayer por la noche.
— ¿Do Il? —Mi rostro se contrajo en
asco—. ¿Por qué los iba a llamar?
Junsu levantó las cejas como si yo
debiera saber la respuesta.
—Tu madre seguía colgándole.
— ¿Qué quería? —dije, sintiéndome enfermo.
Junsu apretó los labios.
—Saber dónde estás.
—No se lo dijeron, ¿verdad?
El rostro de Junsu se crispó.
—Él es tu padre, Jae. Mi padre sintió que
él tenía derecho a saber.
—Él va a venir aquí —dije, sintiendo mis
ojos quemar—. ¡Él va a venir aquí, Junsu!
— ¡Lo sé! ¡Lo siento! —dijo él, tratando
de abrazarme. Me alejé de él y me tapé la cara con las manos.
Un par de manos fuertes y familiares se
posaron protectoramente sobre mis hombros.
—No te hará daño, Boo, —dijo Yunho —. No
se lo permitiré.
—Él encontrará la manera. — Dijo Junsu,
mirándome con pesadez en los ojos—. Siempre lo hace.
— ¡Tengo que salir de aquí! —Sujeté el
abrigo que me rodeaba y tiré de la manija de las puertas francesas. Estaba
demasiado molesto como para coordinar mis pasos. Mientras las lágrimas caían
por mis mejillas, la mano de Yunho cubrió la mía. Él presionó, ayudándome a
abrir la puerta. Lo miré, consciente de la ridícula escena que estaba haciendo,
esperando ver una expresión de confusión o desaprobación en su rostro, pero él
me miraba con sólo comprensión.
Yunho envolvió su brazo a mí alrededor y
bajamos a la planta baja, escaleras abajo y entre la multitud hacia la puerta.
Los tres lucharon para seguirme el paso mientras yo zigzagueaba hasta el
Charger.
La mano de Junsu se aferró de mi abrigo,
deteniéndome en seco.
—Jae —susurró, señalando a un pequeño
grupo de personas.
Estaban alrededor de un hombre mayor y
desaliñado, quien señalaba frenéticamente hacia la casa, sosteniendo una
fotografía. Las parejas asentían con la cabeza, discutiendo la foto uno al
otro.
Me dirigí hacia al hombre y tomé la foto
de su mano.
— ¿Qué demonios estás haciendo
aquí?
La multitud se dispersó, entrando a la
casa, y Yoochun y Junsu estaban a cada lado de mí. Yunhi sostenía mis hombros
desde atrás.
Do Il miró a mi vestido y chasqueó la
lengua en desaprobación.
—Bien, bien, Cookie. Puedes tomar al
chico de los cacinos…
—Cierra la boca. Cállate, Do Il. Sólo da
la vuelta —señalé detrás de él—, y vuelve por donde viniste. No te quiero aquí.
—No puedo, Cookie. Necesito tu ayuda.
— ¿Qué hay de nuevo en eso? —Se burló Junsu.
Do Il entrecerró los ojos a Junsu y luego
me miró a mí.
—Te ves increíblemente hermoso. Has
crecido. No te hubiese reconocido en la calle.
Suspiré, impaciente ante su charla.
— ¿Qué es lo que quieres?
Él levantó las manos y se encogió de
hombros.
—Creo que me he metido en un lío, nene.
Tu viejo padre necesita un poco de dinero.
Cerré los ojos.
— ¿Cuánto?
—Estaba haciendo relativamente bien,
realmente lo estaba. Sólo tenía que pedir un granito de arena para salir
adelante… y ya sabes.
—Lo sé —le espeté—. ¿Cuánto necesitas?
—Veinticinco.
—Mierda, Do Il, ¿Dos mil quinientos? Si
te largas en este mismo instante… Yo te los daré. —dijo Yunho, sacando su
cartera.
—Se refiere a veinticinco mil. —dije,
mirando a mi padre.
Los ojos de Do Il se dirigieron a Yunho.
— ¿Quién es este payaso?
La mirada de Yunho se deslizó lejos de su
cartera y sentí su peso en mi espalda luchando por contenerse.
—Puedo ver, ahora, por qué un hombre como
tú se ha reducido a pedirle a su hijo por un préstamo.
Antes de que Do Il pudiera hablar, saqué
mi teléfono celular.
— ¿A quién le debes en esta ocasión, Do
Il?
Do Il se rascó el pelo canoso.
—Bueno, es una historia divertida,
Cookie…
— ¿A quién? —Grité.
—Benny.
MI boca se abrió y di un paso atrás,
hacia Yunho.
— ¿Benny? ¿Le debes a Benny? ¿Qué
demonios es…?—Respiré, no tenía sentido—. No tengo esa cantidad de dinero, Do
Il.
Él sonrió.
—Algo me dice que sí.
— ¡Bien, no lo tengo! ¿Realmente lo has hecho, esta vez, no?
¡Sabía que no pararías hasta que terminaras muerto!
Se removió, la sonrisa de satisfacción
desapareciendo de su rostro.
— ¿Cuánto tienes?
Apreté la mandíbula.
—Once mil. Estaba ahorrando para un
coche.
Los ojos de Junsu se lanzaron a mi
dirección.
— ¿De dónde has sacado once mil dólares, Jae?
—De las peleas de Yunho. —dije, con los
ojos clavados en Do Il.
Yunho tiró de mí para mirarme a los ojos.
— ¿Has obtenido once mil de mis
peleas? ¿Cuándo estabas apostando?
—Yesung y yo tenemos un acuerdo. —dije,
sin preocuparme ante la sorpresa de Yunho.
Los ojos de Do Il se animaron
repentinamente.
—Puedes duplicar eso en un fin de semana,
Cookie. Puedes conseguirme los veinticinco para el domingo, y Benny no enviará
a sus matones por mí.
Sentía la garganta seca.
—Me dejará sin nada, Do Il. Necesito pagar
por la escuela.
—Oh, puedes conseguirlo de nuevo en muy
poco tiempo. —dijo, agitando su mano con desdén.
— ¿Cuándo es la fecha límite? —Le
pregunté.
—El lunes. A la medianoche. —dijo, sin
complejos.
—No tienes que darle una jodida moneda de
diez centavos, Boo —dijo Yunho, tirando de mí brazo.
Do Il me agarró de la muñeca.
— ¡Es lo menos que puedes hacer! ¡No
estaría en este lío si no fuera por ti!
Junsu le dio una palmada en la mano y
luego lo empujó.
— ¡No te atrevas a comenzar esa mierda de
nuevo, Do Il! ¡Él no te obligó a pedirle dinero prestado a Benny!
Do Il me miró con odio en sus ojos.
—Si no fuera por él, yo tendría mi propio
dinero. Me arrebataste todo lo que era mío, Jae. ¡No tengo nada!
Pensaba que el tiempo y la distancia
lejos de Do Il disminuirían el dolor que conllevaba ser su hijo, pero las
lágrimas en mis ojos me decían lo contrario.
—Voy a reunir el dinero de Benny para el
domingo. Pero cuando lo haga, quiero me dejes en paz. No haré esto otra vez, Do
Il. A partir de ahora, estás por tu propia cuenta, ¿Me oyes? Mantente. Alejado.
Él apretó sus labios y luego asintió.
—Como tú digas, Cookie.
Me di la vuelta y me dirigí hacia el
coche, escuchando a Junsu detrás de mí.
—Hagan sus maletas, chicos. Nos vamos de
viaje.
que maldito ese tipo mantenido vividor que viene de la nada a exigir dinero por problemas que el mismo se busco , arruina la felicidad de todos e involucra a jaejoong en ello >o< lo odie maldito estupido.
ResponderEliminaryo que jae no le diera nada mas que una patada en el culo y dejaria que lo maten-si soy perra-ademas el se lo busco solo , no deberia darle nada jaejoong a ese idiota.
¿A donde se iran ahora?
y changmin ya estaba bien caliente deseoso de algien xD
yo que jae dejaba que lo mataran así se libraba de ese maldito viejo pues sebe que nomas lo a dañado si no a sido bueno con aje para que ayudarlo si el se metió sólito en ese lió que salga de el solo para que pedir o exigir que jae lo saque de el problema que deje vivir tranquilo a jae y se largue por donde vino apenas que jae estaba tranquilo y feliz con la relación que tiene con yunho esta en plena luna de miel y llega este a desestabilizar lo emocional mente jae
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarrayos tambn que estaban... pobre Jae debe dejar que le den sus pataditas aunq es su papa y lo quiera aunque sea malo con él... pero me sorprendio cuando jae dijo q apostaba por Yunho...y valla que ha ganado..
ResponderEliminarparece que se viene el drama ahora...me da muy mala espina ese viejo que se aparece ahi y quiera aprovechar de jaejoong, les arruinaran la felicidad y no llevan mucho tiempo juntos...y ese tipo seguro segira buscando a jaejoong mas tiempo >o<
ResponderEliminaryunho es muy detallista con jaejoong mira que hacerse un tatuajee....ahhh , fueron dos de verdad...al principio me imagino que se enojaba x q yunho apresura las cosas , pero el hombre esta loco x jaejoong y ps este tiene miedo de la prisa que qiere yunho con el , pero es normal lo ama a su manera y no sabe que hacer para decirle a todos que ellos dos se pertenecen..
ResponderEliminarel tipo que aparecio no me gusta , !Que se vaya x donde vino! el yunjae estaba bien y ahora viene el momento angustioso TT_TT
Yuyin
AH yunho y sus acciones para demostrarle cuanto lo quiere, pensé que Jaejoong iba a explotar y reclamarle por haberse hecho el tatuaje, gracias al cielo qu eno fue así, esos 2 son tal para cual, se complementan perfectamente. Y apareció el padre de Jaejoong pero que malo es, mira que reclamarle y llegar como si nada y exigirle que le de dinero, tsk espero que las cosas no empeoren, ya quiero saber como continua la historia, gracias por compartirla, por tu tiempo y dedicación.
ResponderEliminarHola;
ResponderEliminarYo sabía que la corta al la larga el padre de Jaejoong acabaría apareciendo para hacer infierno. Bien,creo que ahora Yunho y Yoochun van a conocer de hecho las habilidades de JJ.Espero que ellos no acaben envolviéndose en confusión.
Ah,fue una delicia quedar imaginando la ropa del Jae. Primero pensé en aquel traje del Live "O",pero él es negro;entonces,cuando supo que era blanco,quedé visualizando algo cómo aquel de la premiacion del álbum "MIROTIC". Lindo,no *_*?
Aguardo con ansiedad el proximo capitulo.
Un abrazo y matta ne.
Hanajima-san.
Oro! El traje no aparece en el Live "O",és lo que Jae esta en lo "Rising Sun Concert" ^_-.
ResponderEliminarJá na.
Hanajima-san.
Dios .... Q hombre para más despreciable....
ResponderEliminarJae no debería darle nada..
Maldito HDP...
ay ke feo es horrible tener un padre asi...pobre jae
ResponderEliminarahora ¿a donde rayos van a ir?
gracias por el capitulo
YH, no seas tan acelerado hombre!!! Que no entiendes que las cosas son con cala a por muy enamorado que estés ó.O?
ResponderEliminarLo. Bueno es que JJ sabes lo que quiere ^^
Ahhhh tenía que llegar el papá de JJ para fregarle la vida >_> mendrugo viejo! le vale grillo arruinar la vida de su hijo o.ó!!!
que lindo Yunho queriendo demostrarle de todas las formas posibles que lo ama aunque Jae se sienta inseguro en ciertas cosas.... la verdad esa escena del baile fue muyyyyyyyyy caliente ... deben tomar una ducha bien fria esos ya que solo piensan en estar juntos en cada momento jajajaja.
ResponderEliminarY ya era hora que apareza el padre de Jae a malograr la vida de su hijo, ese hombre es un.... por aprovecharse de la habilidad de Jae para tener sus vicios
Ya me imaginaba que el padre de Jae iba a aparecer tarde o temprano... y justo que todo estaba tan bien... Nosee, no creo que sea la ultima vez que le busque...
ResponderEliminarGran sorpresota preparo Yunho esta vez, creí por un momento que Jae iba a hacer toda una escena pero al final lo entendió, Yunho va muy en serio con el :3 Aunque muy acelerado xD Ambos se aman demasiado ^ ^
Amor divina palabra, eso a Yunho lo ha sacado de su mundo feo que tenía, pero ahora a Jae va a tener que regresar al mundo que el tenía por culpa del padre, que chistoso se mete en problemas y fácilmente le hecha la culpa a Jae, que malo es, pero ahora Yunho y Yoochun verán a Jae en acción, pues Junsu ya lo conocía.
ResponderEliminarGracias
Aggg detesto a su padre, cuanto habrá sufrido Jae con su padre. Ojala qie despues de esto lo deje en paz. Tan felices que estaba y tuvo que llegar él para malograrlo.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Yunho tan romántico se tattuo por su jae *.* y jaejoong se visto sexymente ** pero tenia q malograrla el padre de jae. Boo no deberia darle nada :/
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