Capitulo 4
—Definitivamente él está mirándote.
—susurró Junsu, inclinándose para echar un vistazo por el salón.
—Deja de mirar, tonto, él va a verte.
Junsu sonrió y saludó.
Dudé por un momento y luego finalmente
junté el suficiente valor para voltear en su dirección. Changmin tenía su
mirada fija en mí, sonriendo.
Le regresé la sonrisa y entonces fingí
escribir algo en mi laptop.
— ¿Aun está mirando? —Murmuré.
—Sí. — Junsu rió.
Después de clase, Changmin me detuvo en
el pasillo.
—No te olvides de la fiesta este fin de
semana.
—No lo haré. —dije, intentando no
pestañear mucho o hacer alguna otra cosa más ridícula.
Junsu y yo caminamos hacia la cafetería,
sobre el césped, para encontrarnos con Yunho y con Yoochun para el almuerzo. Junsu
todavía se estaba riendo acerca del comportamiento de Changmin cuando se
acercaron Yoochun y Yunho.
—Hola, bebé. —dijo Junsu, besando a su
novio, públicamente, en la boca.
— ¿Qué es tan gracioso? —preguntó Yoochun.
—Oh, un chico en clase se le quedó
mirando a Jae durante toda la hora. Fue adorable.
—Siempre y cuando él estaba mirando a Jae.
— Yoochun guiñó un ojo.
— ¿Quién era? — Yunho hizo una mueca.
Ajusté mi mochila, provocando que Yunho la
deslizara fuera de mis brazos y la sostuviera. Sacudí mi cabeza.
—Junsu está imaginando cosas.
— ¡Jae! ¡Gran y gordo mentiroso! Era Shim
Changmin, y él estaba siendo tan obvio. El chico prácticamente estaba
babeando.
La expresión de Yunho se transformó en
disgusto.
— ¿Shim Changmin?
Yoochun tiró de la mano de Junsu.
—Vamos a almorzar. ¿Disfrutarás de la
fina cocina de la cafetería esta tarde?
Junsu lo besó de nuevo en respuesta y Yunho
y yo los seguimos. Me senté con mi bandeja entre Junsu y Ji Yong, pero Yunho no
se sentó en su asiento normal frente a mí.
En vez de eso, se sentó en un lugar más
allá. Fue entonces que me di cuenta que él no había dicho mucho mientras
caminábamos a la cafetería.
— ¿Estás bien, Yunho? —Le pregunté.
— ¿Yo? Bien, ¿Por qué? —dijo, suavizado
las facciones de su rostro.
—Es sólo que has estado callado.
Varios miembros del equipo de fútbol se
acercaron a la mesa y se sentaron, riendo ruidosamente. Yunho parecía un poco
molesto mientras removía la comida en su plato.
Soo Hyun arrojó una papa francesa al
plato de Yunho.
— ¿Qué hay de nuevo Yunho? Escuché que te
tiraste a Poong Chul. Él está barriendo tu nombre por el barro el día de hoy.
—Cállate, Soo Hyun. —dijo Yunho,
manteniendo los ojos en su comida.
Me incliné hacia adelante para que el
fornido gigante sentado frente a Yunho pudiera experimentar toda la fuerza de
mis reflejos.
—Déjalo, Soo Hyun.
Los ojos de Yunho se clavaron en los
míos,
—Puedo defenderme a mí mismo, Jae.
—Lo siento, yo…
—No quiero que lo sientas. No quiero que
hagas nada. —dijo bruscamente, empujándose fuera de la mesa, y salió muy
furioso por la puerta.
Ji Yong me miró con las cejas elevadas.
— ¡Whoa! ¿Por qué fue todo eso?
Inserté un papa frita en mi tenedor, y sin
aliento dije:
—No lo sé.
Yoochun acarició mi espalda.
—No es nada que tú hayas hecho, Jae.
—Sólo que a él le están sucediendo cosas
en este momento. —añadió Junsu.
— ¿Qué tipo de cosas? —Pregunté.
Yoochun se encogió de hombros y centró su
atención en su plato.
—Ya deberías saber que se requiere de
paciencia y una actitud indulgente para ser amigo de Yunho. Él es su propio
universo.
Sacudí mi cabeza.
—Ese es el Yunho que todos los demás ven…
no él Yunho que yo conozco.
Yoochun se inclinó hacia adelante.
—No hay ninguna diferencia. Sólo tienes
que seguir la corriente.
Después de clase me fui con Junsu al
apartamento, para descubrir que la motocicleta de Yunho no estaba. Fui a su
habitación y me enrosqué en una bola en su cama, descansando mi cabeza sobre mi
brazo. Yunho estaba bien esta mañana. Por más tiempo que habíamos pasado
juntos, yo no podía creer que no hubiera visto que algo lo había estado
molestando. No sólo eso, me preocupaba que Junsu parecía saber lo que estaba
sucediendo y yo no.
Mi respiración se normalizó y mis ojos se
volvieron pesados; no mucho después me quedé dormido. Cuando mis ojos se
abrieron nuevamente, el cielo nocturno había oscurecido la ventana. El sonido
amortiguado de unas voces se filtraba por el pasillo de la sala, incluyendo el
tono profundo de Yunho. Me deslicé por el pasillo y luego me congelé cuando
escuché mi nombre.
—Jae lo entiende, Yunho. No te tortures.
—dijo Yoochun.
—Ya van a ir a la fiesta. ¿Dónde está el
daño en invitarlo a salir? —preguntó Junsu.
Me quedé quieto, esperando su respuesta.
—No quiero salir con él; Sólo
quiero estar a su alrededor. Él es…diferente.
— ¿Cómo diferente? —le preguntó Junsu, sonando
irritado.
—Él no sigue mis pendejadas, es refrescante.
Lo dijiste tú mismo, Junsu. Yo no soy su tipo. Simplemente no es… de esa forma
con nosotros.
—Estás más cerca de ser su tipo de lo que
crees. —dijo Junsu.
Retrocedí tan silenciosamente como pude,
y cuando las tablas de madera crujieron bajo mis pies descalzos, alcancé la
puerta del dormitorio de Yunho y la cerré y luego caminé por el pasillo.
—Hola, Jae — Junsu sonrió—. ¿Cómo estuvo
tu siesta?
—Estuve inconsciente durante cinco horas.
Es más cercano a un coma que a una siesta.
Yunho me miró fijamente por un momento y
cuando le sonreí, él caminó directamente hacia mí, agarró mi mano y me jaló al
pasillo de su dormitorio. Cerró la puerta y yo sentí mi corazón golpeando en mi
pecho, preparándose para que él dijera otra cosa para aplastar a mi ego.
Levantó sus cejas.
—Lo siento, Boo. Fui un imbécil contigo.
Me relajé un poco, viendo el
remordimiento en sus ojos.
—No sabía que estabas enojado conmigo.
—No estaba enojado contigo. Es sólo que
tengo la mala costumbre de desquitarme con quienes me preocupan. Es una excusa
pobre de mierda, lo sé, pero lo siento. —me dijo, envolviéndome en sus brazos.
Puse mi mejilla contra su pecho,
recargándome.
— ¿Por qué estabas enojado?
—No es importante. Lo único que me
preocupa eres tú.
Me incliné hacía tras para verlo.
—Puedo manejar tus rabietas.
Sus ojos analizaron mi cara durante un
momento antes de que una pequeña sonrisa se extendiera por sus labios.
—No sé por qué me aguantas, y no sé lo
que haría si no lo hicieras.
Pude oler la mezcla de cigarrillos y
menta en su aliento, y miré sus labios, mi cuerpo estaba reaccionando ante la
cercanía que teníamos. La expresión de Yunho cambió y su respiración vaciló, él
también lo había notado.
Me incliné infinitesimalmente, y luego
ambos saltamos cuando sonó su teléfono celular. Él suspiró, sacándolo del
bolsillo.
—Sí. Jesús… De acuerdo. Será grande y
fácil. —Me miró y giñó un ojo—. Estaremos ahí. —Colgó y tomó mi mano—. Ven
conmigo. —Me sacó al final del pasillo—. Era Yesung —Le dijo a Yoochun —. ire
contra Sang Yoon en noventa minutos.
Yoochun asintió y se levantó, sacó su
celular de su bolsillo. Después de unos momentos, repitió lo que Yunho le había
dicho por su teléfono, colgó, marcó nuevamente y repitió una vez más la
información. Él marcó otro número mientras cerraba la puerta de su habitación
detrás de él.
—Aquí vamos —dijo Junsu, sonriendo—.
¡Sera mejor que nos arreglemos!
El aire en el apartamento estaba tenso y
optimista al mismo tiempo. Yunho parecía el menos afectado, poniéndose sus
botas y una camiseta blanca, como si él estuviera preparándose para ir a hacer
un encargo.
Junsu me llevó al final del pasillo, al
dormitorio de Yunho y frunció el ceño.
—Tienes que cambiarte, Jae. No puedes
usar eso en la lucha.
— ¡Llevaba un maldito cardigán la última
vez y no dijiste nada! —Protesté.
—No pensé que irías la última vez. Toma
—Me arrojó ropa—, Póntelo.
— ¡No usaré esto!
— ¡Vámonos! —Llamó Yoochun desde la sala
de estar.
— ¡Rápido! —dijo Junsu bruscamente,
corriendo hacia la habitación de Yoochun.
Me puse la escotada y ajustada camiseta amarilla,
y los pantalones vaqueros que Junsu me lanzó, y luego deslicé mis pies en un
par de zapatos, pasé un cepillo por mi cabello mientras caminaba hacía final
del pasillo. Junsu salió de su habitación con un conjunto color verde y zapatos
que hacían juego, y cuando dimos vuelta en la esquina, Yunho y Yoochun estaban
de pie en la puerta.
La boca Yunho cayó abierta.
—Oh, carajo no. ¿Estás intentando
matarme? Tienes que cambiarte, Boo.
— ¿Qué? —pregunté, mirando hacia abajo.
Junsu puso sus manos en sus caderas.
—Él se ve lindo, Yunho, ¡Déjalo en paz!
Yunho tomó mi mano y me llevó al final
del pasillo.
—Ponte una playera…y unos tenis. Algo
cómodo.
— ¿Qué? ¿Por qué?
—Porque voy a estar más preocupado por
quien está mirando tu pecho, en esa camiseta, que por Sang Yoon. —dijo,
deteniéndose en su puerta.
— ¿Pensé que habías dicho que no te
importaba nada lo que todos los demás pensaran?
—Ese es un escenario diferente, Boo. —
Yunho bajó su mirada a mi pecho y luego la subió a mí rostro—. No puedes usar
eso en la pelea, así que por favor… sólo… por favor sólo cámbiate. —Tartamudeó,
empujándome a la habitación y encerrándome.
— ¡Yunho! —grité. Pateando mis zapatos y
metiendo los pies en mis tenis. Luego me quité la camiseta, lanzándola al otro
lado de la habitación. Jalé sobre mi cabeza la primera camiseta de algodón que
mis manos tocaron y luego corrí hacía el pasillo, deteniéndome en la puerta.
— ¿Mejor? —dije respirando con
dificultad, peinando mi cabello.
— ¡Sí! —dijo Yunho, aliviado—. ¡Vámonos!
Corrimos hasta el estacionamiento. Salté
sobre la parte trasera de la motocicleta de Yunho, mientras él arrancaba el
motor, y nos fuimos, volando por el camino hacia la universidad. Sujeté
fuertemente su cintura anticipadamente; la prisa de salir por la puerta había
enviado adrenalina que estaba emergiendo por mis venas.
Yunho condujo sobre la acera,
estacionando su moto en las sombras detrás del edificio de artes liberales.
Empujó sus gafas de sol a la cima de su cabeza y luego agarró mi mano,
sonriendo mientras nos dirigimos a la parte de atrás del edificio. Se detuvo en
una ventana abierta, cerca del suelo.
Mis ojos se ampliaron cuando caí en
cuenta.
—Estás bromeando.
Yunho sonrió.
—Esta es la entrada VIP. Deberías ver
cómo entra todo el mundo.
Sacudí mí cabeza cuando el metió las
piernas a través de la ventana y desapareció. Me agaché y lo llamé
inconscientemente:
— ¡Yunho!
—Aquí abajo, Boo. Sólo entra con los pies
primero, yo te atraparé.
— ¡Estás completamente loco si crees que
voy a saltar hacia la oscuridad!
— ¡Yo te atraparé! ¡Lo prometo! ¡Ahora
trae tu culo aquí!
Suspiré, tocando mi frente con mi mano.
— ¡Esto es una locura!
Me senté, y rápidamente me empujé hacia
delante, hasta que la mitad de mi cuerpo estaba colgando en la oscuridad. Me giré
sobre mi estómago y estiré mis pies, buscando sentir el piso. Esperé que mis
pies tocaran la mano de Yunho, pero perdí mi agarre y chillé cuando caí hacia
atrás. Un par de manos me agarraron, y escuché la voz de Yunho en la oscuridad.
—Caes como una niña. —Se rió.
Descendió mis pies al suelo y, luego me
adentró aún más en la oscuridad. Después de una docena de pasos, pude oír los
gritos familiares de nombres y números, y luego la sala iluminada. Una linterna
colocada en la esquina iluminaba la sala sólo lo suficiente para que pudiera
distinguir la cara de Yunho.
— ¿Qué estamos haciendo?
—Esperar. Yesung tiene que decir su
discurso antes de que yo entre.
Me puse nervioso.
— ¿Debo esperar aquí, o debo entrar? ¿A
dónde voy cuando se inicia la pelea? ¿Dónde están Yoochun y Junsu?
—Fueron por el otro lado. Sólo sígueme,
no te enviaré a ese agujero de tiburones sin mí. Permanece junto a Yesung, él
evitará que te aplasten. No puedo estar cuidándote y lanzando golpes al mismo
tiempo.
— ¿Aplastar?
—Va a venir más gente aquí esta noche. Sang
Yoon es de la ciudad. Ellos tienen su propio círculo allí. Va a ser nuestra
gente y su gente, por lo que el lugar va a ser una locura.
— ¿Estás nervioso? —Le pregunté.
Él sonrió, mirándome.
—No. Aunque tú pareces un poco nervioso.
—Tal vez. —admití.
—Si te hace sentir mejor, no dejaré que
me toque. Ni siquiera dejaré que me de uno para hacerlo sentir mejor.
— ¿Cómo vas a lograr eso?
Se encogió de hombros.
—Normalmente dejo que me den uno, para
que parezca justo.
— ¿Tú…? ¿Dejas que las personas te golpeen?
— ¿Qué tan divertido sería si sólo
masacrara a alguien y nunca consiguieran darme un puñetazo? No es bueno para
los negocios, nadie apostaría contra mí.
—Qué gran mierda. —dije, cruzando mis
brazos.
Yunho levantó una ceja.
— ¿Piensas que estoy bromeando?
—Me cuesta creer que sólo consigues un
golpe cuando dejas que te golpeen.
— ¿Te gustaría hacer una apuesta de eso, Kim
Jaejoong? —Él sonrió, con sus ojos animados.
Sonreí.
—Acepto esa apuesta. Creo que él te
anotará uno.
— ¿Y si él no lo hace? ¿Qué ganaré?
—preguntó. Me encogí de hombros, mientras que los gritos al otro lado del muro
crecían hasta ser un rugido. Yesung saludó a la multitud y luego comenzó a
decir las reglas.
La boca de Yunho se extendía en una
amplia sonrisa.
—Si ganas, no tendré sexo durante un mes.
—Levante una ceja y él sonrió de nuevo—. Pero si gano, tienes que estar conmigo
durante un mes.
— ¿Qué?
¡Me quedo contigo de todos modos! ¿Qué tipo de apuesta es esa? —Grité sobre el
ruido.
—Que arreglaron las calderas de los
dormitorios hoy. — Yunho sonrió.
Una sonrisa presumida se extendió por mi
cara mientras Yesung dijo el nombre de Yunho.
—Cualquier cosa vale la pena por verte
intentar la abstinencia para variar.
Yunho besó mi mejilla y luego salió,
manteniéndose erguido. Lo seguí, y cuando pasé a la habitación de al lado, me
sorprendí de ver el número de personas que se habían apretujado en el pequeño
espacio. Todos estaban de pie, pero los empujones y los gritos sólo aumentaron
una vez que entramos en la sala. Yunho asintió en mi dirección, y luego la mano
de Yesung estaba sobre mis hombros, jalándome a su lado.
Me incliné al oído de Yesung.
—Apuesto dos a Yunho. —dije.
Las cejas de Yesung se alzaron mientras
me veía sacar dinero de mi bolsillo. Mantuvo a su palma extendida, y yo estampé
los billetes en su mano.
—No eres el chico que pensé que serías.
—dijo, dándome una rápida mirada.
Sang Yoon era por lo menos una cabeza más
alto que Yunho y tragué saliva cuando los vi de pie uno frente al otro. Sang
Yoon era masivo, el doble del tamaño de Yunho y músculo sólido. No podía ver la
expresión de Yunho, pero era evidente que a Sang Yoon se le había acabado la
sangre.
Yesung presionó sus labios contra mi
oído.
—Puede que quieras taparte los oídos,
gatito.
Puse mis manos a cada lado de mi cabeza,
y Yesung sonó la bocina. En vez de atacar, Yunho dio unos pasos atrás. Sang
Yoon se balanceó y Yunho lo esquivó por la derecha.
Sang Yoon osciló nuevamente y Yunho lo
eludió y quedó de lado.
— ¿Qué demonios? ¡Esto no es un combate
de boxeo, Yunho! —Gritó Yesung.
Yunho aterrizó un puñetazo en la nariz de
Sang Yoon. El volumen en el sótano era ensordecedor. Yunho hundió un gancho
izquierdo en la mandíbula de Sang Yoon, y mis manos volaron sobre mi boca
cuando Sang Yoon intentó unos golpes más, cada uno encontró sólo el aire. Sang
Yoon cayó contra su séquito cuando Yunho le dio un codazo en la cara. Justo
cuando pensaba que casi terminaba, Sang Yoon volvió a balancearse nuevamente.
Golpe tras golpe, Sang Yoon no parecía poder mantenerse. Ambos hombres estaban
cubiertos de sudor, y jadeé cuando Sang Yoon falló otro puñetazo, golpeado su
mano en un pilar de cemento. Cuando él se dobló, sosteniendo su puño por debajo
de él, Yunho lo acabó.
Fue implacable, primero le dio con su
rodilla en cara a Sang Yoon y luego lo golpeó repetidamente hasta que Sang Yoon
tropezó y chocó con el suelo. El nivel del ruido creció cuando Yesung dejó mi
lado para tirar el cuadro rojo en el rostro ensangrentado de Sang Yoon.
Yunho desapareció detrás de sus fans y yo
presioné mi espalda contra la pared, buscando el camino a la puerta por la que
entramos. Cuando alcancé la luz de la linterna fue un alivio enorme. Me
preocupaba ser derribado y pisoteado.
Mis ojos se quedaron enfocados en la
puerta, atento a cualquier señal que la multitud comenzara a desparramarse en
la pequeña habitación. Después de varios minutos, y ninguna señal de Yunho, me
preparé para regresar sobre mis pasos hasta la ventana. Con el número de
personas tratando de salir a la vez, no estaba seguro vagando por ahí.
Justo cuando comencé a caminar en la
oscuridad, unos pasos crujieron contra el hormigón suelto en el suelo. Yunho me
buscaba en un ataque de pánico.
— ¡Boo!
— ¡Estoy aquí! —Lo llamé, corriendo a sus
brazos.
Yunho me volteó a ver y frunció el ceño.
— ¡Casi me matas del susto! Por poco y
tuve que comenzar otra pelea para conseguir llegar a ti... ¡Finalmente llego
ahí y te has ido!
—Me alegro de que estás de vuelta. No
deseaba perder mi camino en la oscuridad.
Toda preocupación dejó su rostro, y
sonrió ampliamente.
—Creo que has perdido la apuesta.
Yesung llegó, me miró y, luego miró
encolerizado a Yunho.
—Tenemos que hablar.
Yunho me guiñó un ojo.
—Quédate aquí. Ya regreso.
Desaparecieron en la oscuridad. Yesung alzó
su voz un par de veces, pero no podía entender lo que estaba diciendo. Yunho volvió,
metiendo un fajo de billetes en su bolsillo, y luego me ofreció una media
sonrisa.
—Vas a necesitar más ropa.
— ¿En serio vas a hacer que me quedé
contigo durante un mes?
— ¿Habrías hecho que yo no tuviera sexo
durante un mes?
Me reí, sabiendo que lo haría.
—Mejor detengámonos en los dormitorios.
Yunho dijo radiante:
—Esto será interesante.
Cuando Yesung pasó caminando, estampó mis
ganancias en mi palma, retirándose hacia la turba que se estaba dispersando.
Yunho levantó una ceja.
— ¿Apostaste?
Sonreí y me encogí de hombros.
—Pensé que debería tener la experiencia
completa.
Me llevó a la ventana y luego trepó
fuera, dándose la vuelta para ayudarme a subir y salir al aire fresco de la
noche. Los grillos se escuchaban en las sombras, deteniéndose, sólo lo
suficiente, para permitir que pasáramos. La hierba, que había forrado la acera,
se entrelazaba en la suave brisa, recordándome el sonido que el océano hace
cuando no estaba lo suficientemente cerca como para escuchar las olas romper.
No hacía demasiado calor o demasiado frío; era una noche perfecta.
— ¿Por qué razón quieres me quede
contigo, de todos modos? —Le pregunté.
Yunho se encogió de hombros, metiendo las
manos en sus bolsillos.
—No sé. Todo es mejor cuando estás cerca.
La agradable calidez que sentí por sus
palabras rápidamente se desvaneció con la visión de rojo, manchas ensuciaban su
camiseta.
—Ew. Estás cubierto de sangre.
Yunho miró con indiferencia, y luego
abrió la puerta, haciéndome señas para que entrara. Pasé con rapidez junto a
Karam, que estudiaba en su cama, encerrado entre los libros de texto que lo
rodeaban.
—Las calderas fueron arregladas esta
mañana. —dijo.
—Eso escuché. —dije buscando en mi
armario.
—Hola. — Yunho le dijo a Karam.
El rostro de Karam se retorció, mientras
analizaba la figura ensangrentada y sudorosa de Yunho.
—Yunho, este es mi compañero de
habitación, Karam. Karam, Yunho.
—Encantado de conocerte. —dijo Karam,
empujando sus gafas hasta el puente de su nariz. Karam observó mis abultadas
maletas.
— ¿Te vas a mudar?
—Nop. Perdí una apuesta.
Yunho irrumpió en carcajadas, agarrando
mis maletas.
— ¿Listo?
—Sí. ¿Cómo voy a conseguir llevar todo
esto a tu apartamento? Vinimos en tu moto.
Yunho sonrió y sacó su teléfono celular.
Llevó mis maletas a la calle, y minutos más tarde, el Charger clásico negro de Yoochun
se detuvo.
La ventana del lado del pasajero bajó y Junsu
asomó su cabeza.
— ¡Hola, Pollito!
—Hey, tú. Las calderas funcionan de nuevo
en los dormitorios, ¿Aún te quedaras con Yoochun?
Junsu guiñó un ojo.
—Sí, pensé en quedarme esta noche.
Escuché que perdiste una apuesta.
Antes de que pudiera hablar, Yunho cerró
la camioneta y Yoochun arrancó, con Junsu chillando cuando cayó hacia atrás en
el asiento.
Caminamos hacia su Harley, y cuando
envolví mis brazos alrededor de él, él descansó su mano en la mía.
—Me alegro de que estuvieras allí esta
noche, Boo. Nunca me he divertido tanto en una pelea en mi vida.
Recargué mi barbilla sobre su hombro y
sonreí.
—Eso fue porque estabas tratando de ganar
nuestra apuesta.
Él giró su cuello para que su cara
quedara frente a la mía.
—Maldita sea que si no lo estaba.
No había ninguna diversión en sus ojos,
estaba serio, y él quería que yo lo viera.
Mis cejas que se alzaron.
— ¿Esa es la razón por la que estabas de
mal humor hoy? ¿Por qué sabías que habían arreglado las calderas, y yo me iría
esta noche?
Yunho no respondió; sólo sonrió mientras
arrancaba su motocicleta. El viaje al apartamento fue inusitadamente lento. En
cada semáforo, Yunho cubría bien mis manos con las suyas o descansaba su mano
en mi rodilla. Las líneas se estaban difuminándose nuevamente, y me pregunté
cómo sería pasar un mes juntos y no arruinarlo todo. Los cabos sueltos de
nuestra amistad se enredaban de una manera que nunca imaginé.
Cuando llegamos al estacionamiento del
apartamento, el Charger de Yoochun estaba en su lugar habitual.
Di dos pasos hacia delante.
—Siempre odio cuando ellos han estado en
casa durante un rato. Siento como si fuéramos a interrumpirlos.
—Acostumbrate. Este será tu lugar por las
próximas cuatro semanas —Yunho sonrió y me dio la espalda—. Súbete.
— ¿Qué? —Sonreí.
—Vamos, te cargaré.
Reí y subí a su espalda, entrelazado mis
dedos en su pecho cuando él corrió por las escaleras. Junsu abrió la puerta
antes de que lográramos llegar a la parte superior y sonrió.
—Mírense ustedes dos. Si yo no los
conociera mejor…
—Olvídalo, Junsu. —dijo Yoochun desde el
sofá.
Junsu sonrió como si él hubiera dicho
demasiado, y luego abrió aún más la puerta, para que pudiéramos pasar. Yunho se
desplomó contra el sillón reclinable. Grité cuando se recostó sobre mí.
—Estás terriblemente alegre esta noche, Yunho.
¿Qué lo ocasiona? —Junsu apremió.
Me incliné para ver su rostro. Nunca lo
había visto tan contento.
—Acabo de ganar una gran cantidad de
dinero, Junsu. Dos veces lo que pensé que ganaría. ¿Por qué no estaría feliz?
Junsu sonrió.
—No, es algo más. —dijo, viendo como la
mano de Yunho acariciaba mi pierna. Junsu tenía razón; Yunho estaba diferente.
Había un aire de paz a su alrededor, casi como si algún tipo de nueva alegría
se hubiera establecido en su alma.
—Junsu. —advirtió Yoochun.
—Bien, hablaré acerca de algo más. ¿No te
invitó Changmin a la fiesta de Sig Tau este fin de semana, Jae?
La sonrisa de Yunho desapareció y se giró
hacia mí, esperando una respuesta.
— ¿Er…si? ¿No vamos a ir todos?
—Allí estaré. —dijo Yoochun, distraído
por la televisión.
—Y eso significa que yo voy. —sonrió Junsu,
mirando expectante a Yunho.
Yunho me miró por un momento y luego dio
un codazo a mi pierna.
— ¿Él va a pasar a recogerte o algo?
—No, sólo me dijo sobre la fiesta.
La boca de Junsu se extendió en una
sonrisa maliciosa, casi meciéndose en anticipación.
—Aunque dijo que él podría verte allí. Es
muy lindo.
Yunho le lanzó una mirada irritada a Junsu
y luego me miró.
— ¿Irás?
—Le dije que lo haría. —Me encogí de
hombros—. ¿Tú?
—Sí. —dijo sin vacilar.
La atención de Yoochun se dirigió a Yunho
entonces.
—La semana pasada dijiste que no irías.
—Cambié de parecer, Yoochun, ¿Cuál es el
problema?
—Nada. —murmuró, retirándose a su
dormitorio.
Junsu frunció su ceño hacia Yunho.
—Tú sabes cuál es el problema —dijo—.
¿Por qué no dejas de volverlo loco y sólo acabas con eso? —Se unió a Yoochun en
su habitación y sus voces fueron reducidas a murmullos detrás de la puerta
cerrada.
—Bueno, me alegro de que todos los demás
lo sepan. —dije.
Yunho se levantó.
—Voy a tomar una ducha rápida.
— ¿Sucede algo con ellos? —Le pregunté.
—No, él sólo está paranoico.
—Es debido a nosotros. —adiviné. Los ojos
de Yunho se iluminaron y asintió.
— ¿Qué? —Pregunté, viéndolo
sospechosamente.
—Tienes razón. Es por nosotros. No te
duermas, ¿Está bien? Quiero hablarte acerca de algo.
Caminó hacia atrás unos pasos y
desapareció detrás de la puerta del baño. Retorcí mi pelo en mi dedo, dándole
vueltas a la manera en que enfatizó la palabra nosotros y la mirada en
su rostro cuando la había dicho. Me preguntaba si de hecho se había equivocado,
y si finalmente yo era el único que consideraba que Yunho y yo sólo éramos
amigos.
Yoochun salió abruptamente de su
habitación, y Junsu corrió tras él.
— ¡Chun, no lo hagas! —Le rogó.
Él miró atrás, a la puerta del baño, y
luego a mí.
El volumen de su voz era bajo, pero
enojado.
—Lo prometiste, Jae. Cuando te dije que
tuvieras juicio. ¡No me refería a que ustedes dos se involucraran! ¡Pensé que
sólo eran amigos!
—Lo somos. —dije, aturdido por su ataque
sorpresa.
—No. ¡No lo son! —dijo furioso.
Junsu tocó su hombro.
—Bebé, te dije que estará bien.
Retiró su agarre.
— ¿Por qué presionas esto, Junsu? ¡Te
dije lo que va a suceder!
Junsu agarró su rostro con ambas manos.
— ¡Y yo te dije que no lo haré! ¿No
confías en mí?
Yoochun suspiró, mirándo a Junsu, a mí, y
luego se fue pisando fuerte a su habitación.
Junsu de dejó caer en el sillón
reclinable junto a mí y bufó.
—Simplemente no puedo conseguir meterle
en la cabeza que si Yunho y tú funcionan o no lo hacen, no nos afecta. Pero él
no me cree.
— ¿De qué estás hablando, Junsu? Yunho y
yo no estamos juntos. Sólo somos amigos. Lo escuchaste temprano… él no está
interesado en mí de esa manera.
— ¿Escuchaste eso?
—Bueno, sí.
— ¿Y lo crees?
Yo me encogí de hombros.
—No importa. Nunca podrá ocurrir. Me dijo que
él no me ve así, le tiene fobia al compromiso, sería difícil para mí encontrar
un chico aparte de ti con el que él no ha dormido, y no puedo aguantar sus
cambios de humor. No puedo creer Yoochun piense lo contrario.
—Porque no sólo él conoce a Yunho… él ha
hablado con Yunho, Jae.
— ¿Qué quieres decir?
— ¿Junsu? —Yoochun lo llamó desde el
dormitorio.
Junsu suspiró.
—Eres mi mejor amigo. Creo que te conozco
mejor de lo que tú te conoces a veces. Los veo juntos, y la única diferencia
entre Chun y yo, y Yunho y tú, es que nosotros tenemos sexo. ¿Aparte de eso? No
hay diferencia.
—Hay una enorme diferencia. ¿Yoochun
trae diferentes chicos a la casa cada noche? ¿Vas a ir a la fiesta mañana para
salir con un chico con claras citas potenciales? Sabes que no me puedo
involucrar con Yunho, Junsu. Ni siquiera sé por qué lo estamos discutiendo.
La expresión de Junsu se convirtió en
decepción.
—No estoy viendo cosas, Jae. Has pasado
casi cada momento con él durante el último mes. Admítelo, tienes sentimientos
por él.
—Supéralo, Junsu. —dijo Yunho, apretando
su toalla alrededor de su cintura.
Junsu y yo saltamos al sonido de la voz
de Yunho, y cuando mis ojos encontraron los suyos, pude ver que la felicidad se
había ido. Caminó por el pasillo sin decir otra palabra, y Junsu me miró con
una expresión triste.
—Creo que estás cometiendo un error.
—susurró—. No necesitas ir a esa fiesta para encontrar un chico, tienes uno que
está loco por ti aquí. —dijo, dejándome solo.
Me mecí en el sillón reclinable, todo lo
que había sucedido en la semana pasada se reprodujo en mi mente. Yoochun estaba
enfadado conmigo, Junsu estaba decepcionado de mí, y Yunho… había pasado de ser
la persona más feliz que nunca había visto, a estar tan ofendido que no hablaba.
Estaba demasiado nervioso para subirme a la cama con él, estuve mirando el
reloj cambiar minuto a minuto.
Había pasado una hora cuando Yunho salió
de su habitación y se dirigió al final del pasillo. Cuando rodeó la esquina,
esperaba que él me pidiera que fuera a la cama, pero él iba vestido y tenía las
llaves de su motocicleta en su mano. Sus gafas de sol escondían sus ojos, y
puso un cigarrillo en su boca antes de agarrar el pomo de la puerta.
— ¿Saldrás? —Le pregunté, sentado —. ¿A
dónde vas?
—Fuera. —dijo, abriendo la puerta, y
luego azotándola detrás de él.
Me volví a recostar en el sillón y lancé
un resoplido. De alguna manera me había convertido en el villano y no tenía ni
idea de cómo había logrado llegar aquí.
Cuando el reloj sobre la televisión
señaló las dos de la mañana, finalmente renuncie y fui a la cama. El colchón
era solitario sin él, y la idea de llamar a su celular se mantuvo arrastrándose
por mi mente. Casi me había quedado dormido cuando la motocicleta de Yunho entró
en el estacionamiento. Dos puertas de automóviles se cerraron poco después, y
luego varios pares de pasos subieron las escaleras. Yunho luchó con la
cerradura, y luego abrió la puerta. Él se rió y dijo algo entre dientes y
entonces escuché mas voces, no una, sino dos. Sus risas fueron interrumpidas
por el sonido distintivo de besos y gemidos. Mi corazón se hundió, e instantáneamente
estuve enfadado por sentirme de esa manera. Mis ojos se cerraron cuando uno de
los chicos chilló y entonces estuve seguro de que el sonido siguiente fue el de
ellos tres desplomándose en el sofá.
Consideré pedirle a Junsu sus llaves,
pero la puerta de Yoochun estaba directamente a la vista del sofá, y mi
estómago no era lo suficientemente fuerte para ser testigo de la imagen que
venía junto con los ruidos en la sala de estar. Enteré mi cabeza bajo la
almohada y luego cerré mis ojos cuando se abrió la puerta. Yunho caminó a
través de la habitación, abrió el cajón superior de la mesilla de noche, tomó
unos condones, y luego, cerró el cajón y corrió por el pasillo. Los chicos se
rieron por lo que pareció ser una media hora, y luego todo estuvo silencioso.
Segundos más tarde, gemidos y gritos
llenaron el apartamento. Sonaba como si una película pornográfica estuviera
siendo filmada en la sala de estar. Cubrí mi rostro con mis manos y sacudí la
cabeza. Donde fuera que estuvieran las líneas que habían estado borrosas o
desapareciendo en la última semana, habían surgido un impenetrable muro de piedra
en su lugar. Sacudí mis ridículas emociones, obligándome a relajarme. Yunho era
Yunho, y éramos, sin duda, amigos, y sólo amigos.
El griterío, y otros ruidos nauseabundos
se acabaron después de una hora, seguidos de quejas y murmuraciones por parte de
los chicos, después de ser despedidos. Yunho se dio una ducha y luego se
desplomó en su lado de la cama, dándome la espalda. Incluso después de su
ducha, olía como si hubiera bebió suficiente whisky para sedar a un caballo, y
yo estaba lívido de saber que él había manejado su motocicleta a casa en ese
estado.
Después de que desapareció la
incomodidad, y la ira se debilitó, aún no podía dormir. Incluso cuando las
respiraciones Yunho fueron profundas, me senté a mirar el reloj. El sol iba a
salir en menos de una hora. Retiré las cobijas de mí, caminé por el pasillo y
tomé una manta del gabinete de la sala. La única prueba del trío de Yunho eran
dos paquetes de preservativos vacíos en el suelo. Pasé sobre ellos y me dejé
caer sobre el reclinable. Cerré mis ojos.
Cuando los volví a abrir, Junsu y Yoochun
estaban sentados tranquilamente en el sofá mirando una muda televisión. El sol
había iluminado el apartamento y me estremecí cuando mi espalda se quejó por
cualquier intento de movimiento.
La atención de Junsu fue rápidamente a
mí.
— ¿Jae? —dijo, corriendo a mi lado. Me
miró con ojos cautelosos. Junsu estaba esperando enojo, o lágrimas o algún otro
arrebato de carga emocional.
Yoochun lucía miserable.
—Lamento lo de anoche, Jae. Esto es mi
culpa.
Sonreí.
—Está bien, Yoochun. No tienes
que pedir disculpas.
Junsu y Yoochun compartieron una mirada y
luego Junsu agarró mi mano.
—Yunho fue a la tienda. Él está… ugh,
no importa como está. Empaqué tus cosas y te llevaré a los dormitorios antes de
que él esté en casa, así no tendrás que lidiar con él.
No fue hasta ese momento que me dieron
ganas de llorar; Estaba siendo echado. Luché para mantener mi voz suave antes
de hablar.
— ¿Tengo tiempo para tomar una ducha?
Junsu sacudió su cabeza.
—Sólo vámonos, Jae, no quiero que tengas
que verlo. Él no merece que…
La puerta se abrió de golpe, y Yunho entró
caminando, con los brazos llenos de bolsas de comestibles. Caminó directamente
a la cocina, trabajando frenéticamente para meter las latas y cajas en los
gabinetes.
—Cuando Boo se despierte, háganmelo saber,
¿Vale? —dijo, en una voz suave—. Traje espagueti, mezcla para panqueques, y
fresas, y esa avena de mierda con los paquetes de chocolate, y a él le gusta el
cereal de dibujos animados, ¿Verdad, Junsu? —Preguntó, dándose la vuelta.
Cuando me vio, se congeló. Después de una
pausa incómoda, su expresión se derritió y su voz era suave y dulce.
—Hola, Boo.
Yo no podía haber estado más confundido
si hubiera despertado en un país extranjero. Nada tenía sentido. Al principio
pensé que había sido botado y Yunho llega con bolsas llenas de mi comida
favorita.
Dio unos pasos hacia la sala, metiendo
nerviosamente sus manos en los bolsillos.
— ¿Tienes hambre, Boo? Voy a hacerte
algunos panqueques. O hay uh… hay avena. Y he conseguido alguna de esa mierda
espumosa rosa para afeitar y una secadora de pelo
y… a…. un momento, está aquí. —dijo, corriendo a la habitación.
La puerta se abrió y se cerró, y luego
dio vuelta a la esquina, el color había abandonado su rostro. Tomó una
respiración profunda y juntó sus cejas.
—Tus cosas están empacadas.
—Lo sé. —dije.
—Te vas. —dijo, derrotado.
Miré a Junsu, quien miraba a Yunho con
ira, como si Junsu quisiera matarlo.
— ¿Realmente esperabas que él
permaneciera aquí?
—Bebé —susurró Yoochun.
—No me provoques, Chun. No te atrevas a
defenderlo de mí. — Junsu explotó.
Yunho parecía desesperado.
—Lo siento tanto, Boo. Ni siquiera sé qué
decir.
—Vamos, Jae. —dijo Junsu. Se levantó y
tiró de mi brazo.
Yunho dio un paso, pero Junsu lo apuntó
con su dedo.
— ¡Dios, ayúdame, Yunho! ¡Si intentas
detenerlo, te empaparé en gasolina y prenderé fuego mientras duermes!
—Junsu. —dijo Yoochun, sonado un poco
desesperado. Pude ver que él estaba dividido entre su primo y el hombre que
amaba, y me sentí terrible por él. La situación era exactamente como la que él
había estado tratando de evitar todo el tiempo.
—Estoy bien. —dije, exasperado por
la tensión en la sala.
— ¿A qué te refieres con que estás bien?
—preguntó Yoochun, casi esperanzado.
Rodé mis ojos.
—Yunho trajo hombres a casa del bar
anoche, ¿Y qué?
Junsu parecía preocupado.
—Uh, Jae. ¿Estás diciendo que estás bien
con lo que pasó?
Los miré a todos.
—Yunho puede traer a casa a quien quiera.
Es su apartamento.
Junsu me miró como si hubiera perdido la
cabeza, Yoochun estaba al borde de una sonrisa y Yunho parecía peor que antes.
— ¿Tú no empacaste tus cosas? —preguntó Yunho.
Sacudí la cabeza y miré el reloj; pasaban
de las dos de la tarde.
—No, y ahora voy a tener que desempacar
todo. Todavía tengo que comer, ducharme y vestirme… —dije, caminando hacia el
baño. Una vez que cerré la puerta detrás de mí me recosté contra ella y me deslicé
hasta el suelo. Estaba seguro de que había hecho enojar a Junsu más allá de
poder reconciliarnos, pero le hice una promesa a Yoochun y tenía la intención
de mantener mi palabra.
Un suave golpe en la puerta se escuchó
encima de mí.
— ¿Boo? —dijo Yunho.
— ¿Sí? —dije, tratando de sonar normal.
— ¿Te vas a quedar?
—Puedo irme si quieres que lo haga, pero
una apuesta es una apuesta.
La puerta vibraba a causa de los suaves
golpes que Yunho le daba con su frente.
—No quiero que te vayas, pero no te
culparía si lo hicieras.
— ¿Estás diciendo que estoy liberado de
la apuesta?
Hubo una larga pausa.
—Si digo que sí, ¿Te irás?
—Bueno, sí. Yo no vivo aquí, tonto —dije,
forzando una pequeña risa.
—Entonces no, la apuesta sigue en pie.
Miré hacia arriba y sacudí la cabeza,
sintiendo como las lágrimas hacían que me ardieran los ojos. No tenía idea de
por qué estaba llorando, pero no podía detenerlo.
— ¿Puedo tomar una ducha, ahora?
—Sí… —Suspiró.
Escuché los zapatos de Junsu entrar en la
sala y pasando fuerte junto a Yunho.
—Eres un bastardo egoísta. —Gruñó,
azotando la puerta de Yoochun tras de él.
Me levanté del suelo, abrí la llave de la
regadera y luego me desnudé, tirando de la cortina detrás de mí.
Después de otro golpe en la puerta, Yunho
aclaró su garganta.
— ¿Boo? Traje algunas de tus cosas.
—Sólo déjalas en el lavamanos. Yo me
encargo.
Yunho entró y cerró la puerta detrás de
él.
—Estaba enojado. Te escuché escupirle
todo lo que está mal conmigo a Junsu y me enfureció. Sólo quería salir, y tomar
unas copas, y tratar de entender algunas cosas, pero antes que lo supiera,
estaba borracho y esos chicos… —Hizo una pausa—. Me desperté esta mañana y no
estabas en la cama, y cuando te encontré en el sillón reclinable y vi los
paquetes en el piso, me sentí enfermo.
—Simplemente podrías haberme preguntado
en lugar de gastar todo ese dinero en el supermercado para sobornarme para
quedarme.
—No me importa el dinero, Boo. Tenía
miedo de que te fueras y nunca me hablaras de nuevo.
Me estremecí ante su explicación. No me
había detenido a pensar en cómo le haría sentir el oírme hablar sobre lo mal
que él estaba para mí, y ahora la situación estaba demasiado desordenada para
salvarla.
—No quise herir tus sentimientos. —dije,
parado bajo el agua.
—Sé que no lo hiciste. Y sé que no
importa lo que diga ahora, porque jodí todo… como siempre lo hago.
— ¿Yunho?
— ¿Sí?
—No conduzcas ebrio en tu moto, ¿Está
bien?
Esperé durante un minuto completo, hasta
que finalmente tomó una respiración profunda y habló.
—Sí, está bien. —dijo, cerrando la puerta
detrás de él.
Waaaaa nuestro yunho esta herido y jj no se hadado cuenta cmo lo mira yunho y trata
ResponderEliminarJae ni si qiera se da cuenta lo q siente
Awww yunnie
Ambos sufren
Y el yoosu tmbien x q dejan en medio a yoochun xD pobre
Amo el fic
Gracias paty *-*
O madre mia porque todo tiene que ser tan complicado, ambos se aman verdad? entonces porque lo complican todo.....
ResponderEliminarAH me desespera la situación de Jaejoong y yunho de negar las cosas que son obvias, por que no ven más alla y son sinceros consigo mismos, pff y yunho al llevar a sus amiguitos a la casa y Jaejoong escuchando todo ;_; solo se hacen daño, espero mejore todo y el yoosu ayude, por fas actualiza pronto me tiene con el alma colgando en un hilo esta adaptación je, gracias por tu tiempo y por actualizar ^^
ResponderEliminarpobre pobre yunho como esta sufriendo por que su Boo no lo pela como el quisiera no se por que no se sincera y se le declara ya de una bes así dejarían de estar sufriendo todos bueno mientras yo si me sincero con tigo amiga y quiero decirte que me encanta esta historia muy muy buena nos vemos bueno te leo ja ja bye
ResponderEliminaryunho cometio semejante metida de pata, nada lo justifica, pero es que este par aun no hablan a calzon quitao, seguiran pasando malos ratos ambos, porque definitivamente jae lo paso peor al oirlo con otros.
ResponderEliminarCreo q Jae debió irse.. La verdad esq el aún no se da cuenta de lo que siente por Yunho y es por eso que no se da cuenta que esta sufriendo por él... Y ps ahora esta peleado(? Con Junsu .. :/
ResponderEliminarYunho metiste la pata... Pobre lo que le han de haber dolido las palabras de Jae pero sorry así no solucionas nada y no se justifica lo que hiciste :(
ay dios que enredo
ResponderEliminarla cosa es que los dos de una u otra manera se lastimaron
ojala y todo se solucione..
gracias por el capitulo
Buen pretexto para no dejar que se vaya, una apuesta xD
ResponderEliminarYH, o sea logras que se quede y en las primeras te largas borracho a hacer babosadas >_> ....
Me dio cosita leer la desesperación de YH para q JJ no se fuera T-T cosita linda, sólo la próxima vez cuídate y no metas la para T-T
JJ te quiere sólo q no sabe como admitirlo >\\<
La verdad lo que hizo Yunho fue terrible pero tambien me pongo a pensar lo que Yunho sintio cuando escucho decir esas cosas a Jae y de verdad que me dio penita porque Yunho estaba cambiando por Jae supongo con la esperanza de poder ser bueno para él pero con esas palabras Jae solo lo hizo sentir mal....
ResponderEliminarLa historia se complica cada vez mas no se como mejorará :(
u.u Jae aun no se da cuenta de lo que siente por Yunho... Y ambos solo se hacen mas daño... Nada justifica lo que hizo Yunho, las palabras de Jae fueron hirientes realmente, pero el debió buscar otra manera de descargarse...
ResponderEliminarEsto cada vez se enreda aun mas con estos babos que no pueden manejar lo que sienten >3<
Pues si, esas palabras de Jae hirieron a Yunho, pero este aún no se da cuenta de los sentimientos del otro, y además de seguir haciéndolo con otros, y decir que no habrá entre ellos más que amistad en vez de sincerarse y decirle que le gusta, eso a Jae sentir que Yunho no lo desea ni quiere como amante o novio si no como amigo, y para hacer que se tranquilice Yoochun le dice esto. Ahora bien Junsu dice que no cambiára nada si Jae y Yunho andan, si funciona o no y lo primero que hace es estallar contra Yunho haciendo que Yoochun tema por su relación. Que enredos, mejor hablar como dicen haya arriba, a calzón quitado y aclarar sus sentimientos, manifestarlos y no guardarlos,
ResponderEliminarGracias
Ahh porque son tan bobos, bien que se quieren y no lo desean ver. Ojala no comentan errores peores y Yun no se de cuenta de sus sentimientos, ya demasiado tarde.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Yunho todo preocupado comprando víveres cosas q le gustan a su Boo con tal de que se quede. El yoosu tambien en discuciones.
ResponderEliminarAy diosito,no se si son mis hormonas pero he terminado llorando terrible haha. Sentí todo lo que Jae no verbalizo y me dolió lo tonto, inmaduro y niño que es Yunho. BtW AMO A JUNSUU hahahaha lo imaginé tal cual amenzandolo con prenderle fuego <3
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