Capítulo 10
Dos mesas más atrás, una mesa del fondo. Junsu
y Yoochun apenas eran visibles desde mi asiento, y yo encorvado, miraba
fijamente hacia Yunho quien miraba la silla vacía que yo solía ocupar antes de
sentarse en el extremo de la mesa. Me sentía ridículo por esconderme, pero no
estaba preparado para sentarme frente a él por una hora entera. Cuando terminé
mi comida, tomé una respiración profunda y salí afuera donde Yunho estaba terminando
su cigarrillo.
Me había pasado toda la noche tratando de
formar un plan para volver a comenzar donde estábamos antes. Si yo trataba
nuestro encuentro de la manera que él consideraba el sexo en general, podría
tener una buena oportunidad. En el plan corría el riesgo de perderlo, pero
esperaba que su enorme ego masculino lo obligara a jugar de la misma manera.
—Hey —le sonreí.
Hizo una mueca.
—Hey. Pensé que estabas en el almuerzo.
—Tuve que entrar y salir rápido, tengo
que estudiar. —me encogí de hombros, haciendo mi mejor esfuerzo por parecer
casual.
— ¿Necesitas ayuda?
—Es Cálculo. Creo que puedo manejarlo.
—Puedo simplemente ofrecerte apoyo moral
—sonrió, hundiendo su mano en el bolsillo. Los músculos sólidos en su brazo se
tensaron con el movimiento, y el recuerdo de su flexión cuando se impulsaba en
mi interior se repitió con gran detalle en mi cabeza.
—Er... ¿Qué? —Pregunté, desorientado por
el repentino pensamiento erótico que había brillado en mi mente.
— ¿Se supone que debemos pretender que la
otra noche nunca sucedió?
—No, ¿Por qué? —Fingí confusión y él
suspiró, frustrado por mi comportamiento.
—No sé... ¿Por qué tomé tu virginidad?
—Se inclinó hacia mí, diciendo las palabras en voz baja.
Rodé los ojos.
—Estoy seguro de que no es la primera vez
que desfloras un virgen, Yunho.
Tal como me temía, mi conducta
despreocupada lo hizo enojar.
—De hecho, lo fue.
—Vamos... Te dije que no quería ningún
tipo de rareza entre nosotros.
Yunho tomó una última calada de su
cigarrillo y lo arrojó al suelo.
—Bueno, si he aprendido algo en los
últimos días, es que no siempre se consigue lo que se quiere.
—Hey, Jae —dijo Changmin, besando mi
mejilla.
Yunho fulminó a Changmin con una mirada
asesina.
— ¿Paso por ti a las seis? —dijo Changmin.
Asentí con la cabeza.
—A las seis.
—Nos vemos en un rato —dijo, continuando
hacia la clase. Lo vi alejarse, con miedo a sufrir las consecuencias de los
últimos diez segundos.
— ¿Vas a salir con él esta noche?
—Demandó Yunho, su mandíbula notoriamente apretada bajo la piel.
—Te dije que me iba a invitar a salir
después de mi regreso a los dormitorios. Me llamó ayer.
—Las cosas han cambiado un poco desde esa
conversación, ¿no crees?
— ¿Por qué?
Se alejó de mí, y tragué pesado tratando
de contener las lágrimas en su lugar. Yunho se detuvo y se volvió hacia mí,
leyendo mi cara.
— ¡Es por eso que dijiste que no te
echaría de menos más tarde! Sabías que iba a averiguar sobre Changmin y tú, y
pensaste que... ¿qué? ¿Qué me olvidaría de ti? ¿No confías en mí, o no soy lo
suficientemente bueno? Dime, ¡maldita sea! ¡Dime qué carajo te hice para
que hicieras esto!
Me mantuve firme, mirándolo fijamente a
los ojos.
—No hiciste nada. ¿Desde cuándo el
sexo es de vida o muerte para ti?
— ¡Desde que es contigo!
Miré a mí alrededor, al ver que estábamos
haciendo una escena.
La gente caminaba lentamente, mirando y
murmurando entre sí. Sentí que mis orejas ardían, y se extendía por todo mi
rostro, haciendo de mis ojos agua. Yunho cerró los ojos, tratando de recobrar
la compostura antes de hablar otra vez.
— ¿Es eso? ¿No crees que significó algo
para mí?
—Tú eres Jung Yunho.
Negó con su cabeza, disgustado.
—Si no supiera mejor, pensaría que me
estás echando mi pasado en cara.
—No creo que cuatro semanas constituyan el
pasado. —Su rostro se desfiguró y yo me reí—. ¡Estoy bromeando! Yunho, está
bien. Estoy bien, estás bien. No hay necesidad de hacer una gran cosa de esto.
Toda la emoción desapareció de su rostro
y respiró hondo por la nariz.
—Sé lo que estás tratando de hacer. —Sus
ojos se desenfocaron por un momento, perdido en sus pensamientos—. Voy a tener
que probártelo, entonces. —Sus ojos se entrecerraron mientras miraba los míos,
decidido como estaba antes de una de sus peleas—. Si piensas que voy a volver a
joder a quién se ponga en frente, estás equivocado. No quiero a nadie más.
¿Quieres que seamos amigos? Bien, seamos amigos. Pero tú y yo sabemos que lo
que pasó no fue sólo sexo.
Pasó delante de mí y yo cerré los ojos,
exhalando el aliento que no sabía que había retenido. Yunho me lanzó una
mirada, y luego continuó a su próxima clase. Una lágrima se escapó por mi
mejilla y rápidamente la sequé. Tenía las miradas curiosas de mis compañeros de
clase sobre mi espalda mientras avanzaba hacia la clase.
Changmin estaba en la segunda fila, y me
deslicé al puesto junto a él. Una sonrisa se extendió por su cara.
—Estoy deseando que llegue esta noche.
Tomé aire y sonreí, tratando de cambiar
el ánimo que quedó por mi conversación con Yunho.
— ¿Cuál es el plan?
—Bueno, ya estoy instalado en mi
apartamento. Pensé que podríamos cenar allí.
—También estoy deseando que llegue esta
noche. —dije, tratando de convencerme a mí mismo.
Con la negativa de Junsu para ayudarme,
Karam fue el renuente elegido a ayudarme a escoger un conjunto para mi cita con
Changmin. Tan pronto como lo puse sobre mi, me lo arranqué, poniéndome un par
de vaqueros en su lugar. Después de pensar en mi fallido plan toda la tarde, no
tenía cabeza para vestirme. Teniendo el clima fresco en mente, me puse un
delgado suéter cachemira de color marfil sobre una camiseta marrón, y esperé en
la puerta. Cuando el brillante Porsche de Changmin se detuvo delante de los
dormitorios, me abrí paso hacia afuera antes de que tuviera tiempo para entrar.
—Iba a ir a buscarte. —dijo, decepcionado
mientras abría la puerta.
—Entonces, te ahorré un viaje. —le dije,
abrochándome el cinturón de seguridad.
Se deslizó a mi lado y se inclinó,
tocando cada lado de mi cara, dándome un suave beso en los labios.
—Whoa —respiró—. He echado de menos tu
boca.
Su aliento sabía a menta, su perfume olía
increíble, sus manos eran cálidas y suaves, y se veía fantástico en sus
pantalones vaqueros y una camisa verde, pero no podía evitar la sensación de
que algo faltaba. Esa emoción que había en un principio estaba notablemente
ausente, y en silencio maldije a Yunho por quitarme esa sensación.
Forcé una sonrisa.
—Voy a tomar eso como un cumplido.
Su apartamento era exactamente como lo
había imaginado: Inmaculado, con costosos artículos electrónicos en todos los
rincones, y muy probablemente decorado por su madre.
— ¿Y? ¿Qué piensas? —dijo, sonriendo como
un niño presumiendo un juguete nuevo.
—Es fantástico. —asentí con la cabeza.
Su expresión cambió de lúdica a profunda,
y me tomó en sus brazos, besando mi cuello. Cada músculo de mi cuerpo se tensó.
Quería estar en cualquier otro lugar menos en ese apartamento.
Mi celular sonó, y le ofrecí una sonrisa
de disculpa antes de contestar.
— ¿Cómo va todo, Boo?
Le di la espalda a Changmin y susurré en
el teléfono.
— ¿Qué es lo que quieres, Yunho? —Traté
de hacer mi tono severo, pero fue suavizado por mi alivio al escuchar su voz.
—Quiero ir a los bolos mañana. Necesito
mi pareja.
— ¿Bolos? ¿No me podrías haber
llamado más tarde? —Me sentí como un hipócrita por decir esas palabras,
sabiendo que yo había esperado una excusa para mantener los labios de Changmin lejos
de mí.
— ¿Cómo voy a adivinar cuándo hayas
terminado? Oh. Eso no salió bien... —su voz se fue apagando, junto a su
diversión.
—Te llamo mañana y podemos hablar de
ello, ¿De acuerdo?
—No, no está bien. Has dicho que quieres
que seamos amigos, pero ¿no podemos pasar el rato? —Rodé mis ojos, y Yunho resopló.
—No ruedes los ojos. ¿Vendrás o no?
— ¿Cómo sabes que rodé los ojos? ¿Me
estás acechando? —pregunté, notando las cortinas cerradas.
—Siempre ruedas los ojos. ¿Sí? ¿No? Estás
perdiendo tiempo precioso de tu cita.
Me conocía tan bien. Luché contra el
impulso de pedirle que me recogiera en ese momento. No pude evitar sonreír ante
la idea.
— ¡Sí! —dije en voz baja, tratando de no
reírme—. Voy a ir.
—Te recogeré a las siete.
Me volví hacia Changmin, sonriendo.
— ¿Yunho? —preguntó con una expresión de
certeza.
—Sí —fruncí el ceño, atrapado.
— ¿Siguen siendo sólo amigos?
—Seguimos siendo sólo amigos. —asentí con
la cabeza una vez.
Nos sentamos en la mesa, comiendo comida
china para llevar. Me relajé al estar con él después de un rato, y me recordó
lo encantador que era. Me sentí más ligero, casi risueño, un marcado cambio con
respecto al inicio. Por más que intentaba empujar el pensamiento de mi cabeza,
no podía negar que mi plan con Yunho había iluminado mi estado de ánimo.
Después de la cena, nos sentamos en el
sofá a ver una película, pero antes de terminar los créditos del principio, Changmin
me tenía sobre mi espalda. Me alegré de haber elegido usar los vaqueros, no
habría sido capaz de defenderme con la misma facilidad con la ropa anterior.
Sus labios viajaron a mi clavícula, y su mano se detuvo en mi cinturón.
Torpemente trabajó para abrirlo, y una vez que lo logró, me deslicé por debajo
de él para ponerme de pie.
— ¡Está bien! Creo que es todo lo que
pasará esta noche, —le dije, abrochándome el cinturón.
— ¿Qué?
—Primera base.... ¿Segunda base? No
importa. Es tarde, es mejor que me vaya.
Se sentó y se apoderó de mis piernas.
—No te vayas, Jae. No quiero que pienses
que por eso te traje aquí.
— ¿No es así?
—Por supuesto que no —dijo, tirando de mí
hacia su regazo—. Eres todo en lo que he pensado durante dos semanas. Me
disculpo por ser impaciente.
Me besó en la mejilla, y me incliné a él,
sonriendo cuando su aliento me hizo cosquillas en el cuello. Me volví hacia él
y apreté los labios contra los suyos, intentando con todas mis fuerzas sentir
algo, pero no lo hice. Me aparté de él y suspiré.
Changmin frunció el ceño.
—Dije que lo siento.
—Te dije que era tarde.
Nos dirigimos a los dormitorios. Changmin
me apretó la mano después de que me dio un beso de buenas noches.
—Vamos a intentarlo de nuevo. ¿Mañana?
Apreté los labios.
—Iré a los bolos con Yunho mañana.
—El miércoles, ¿entonces?
—El miércoles es genial. —le dije,
ofreciéndole una sonrisa artificial.
Changmin se removió en su asiento. Él
estaba pensando en algo.
— ¿Jae? Hay una fiesta de parejas en un
par de fin de semanas en la Casa...
Mi interior se estremeció, temiendo la
discusión que inevitablemente tendría.
— ¿Qué? —Preguntó, riendo nerviosamente.
—No puedo ir contigo. —le dije, saliendo
fuera del coche.
Changmin me siguió, encontrándome en la
entrada de los dormitorios.
— ¿Tienes planes?
Hice una mueca.
—Tengo planes... Yunho ya me lo preguntó.
— ¿Yunho te preguntó qué?
—Para la fiesta de parejas. —le expliqué,
un poco frustrado.
La cara de Changmin se sonrojó, y cambió
su peso.
— ¿Irás a la fiesta con Yunho? Él no va a
esas cosas. Y ustedes son sólo amigos. No tiene sentido que vayas con él.
—Junsu no irá con Yoochun a menos que yo
vaya.
Se relajó.
—Entonces puedes ir conmigo. —sonrió,
entrelazando sus dedos con los míos.
Hice una mueca ante su solución.
—No puedo cancelarle a Yunho, y luego ir
contigo.
—No veo el problema —se encogió de
hombros—. Puedes estar ahí por Junsu, y Yunho no tendrá que asistir. Él es un
firme defensor de no ir a las fiestas de citas. Piensa que son una plataforma
para que nuestras parejas nos obliguen a declarar una relación.
—Era yo el que no quería ir. Yunho
me convenció.
—Ahora tienes una excusa. —se encogió de
hombros. Era desesperante su confianza de que me haría cambiar de opinión.
—Yo no quería ir en absoluto.
La paciencia de Changmin se había
agotado.
—Sólo para ser claro, no quieres ir
a la fiesta de citas. Yunho quiere ir, él te lo pidió, y ¿no lo
cancelarás a él para ir conmigo, a pesar de que no querías ir en primer lugar?
Me costó enfrentarme a su fulgor.
—No le puedo hacer eso, Changmin, lo
siento.
— ¿Entiendes lo que es una fiesta de
parejas? Es algo para que vayas con tu novio.
Su tono condescendiente hizo que
cualquier empatía que sintiese por él desapareciera.
—Bueno, yo no tengo novio, así que
técnicamente no debería ir en absoluto.
—Pensé que íbamos a intentarlo de nuevo.
Pensé que había algo.
—Estoy tratando.
— ¿Qué esperas que haga? ¿Qué me siente
solo en casa mientras tú estás en la fiesta de mi fraternidad con otra persona?
¿Debería preguntarle a otro chico?
—Puedes hacer lo que quieras. —le dije,
irritado con su amenaza.
Levantó la mirada y meneó la cabeza.
—Yo no quiero pedírselo a otro chico.
—No espero que no vayas a tu propia
fiesta. Nos veremos allí.
— ¿Quieres que se lo pida a otra
persona? Y tú vas con Yunho. ¿No ves cuán completamente absurdo es?
Me crucé de brazos, listo para una pelea.
—Le dije que iría con él antes de que tú
y yo comenzáramos a salir, Changmin. No puedo cancelarlo.
—No puedes, ¿o no quieres?
—Da lo mismo. Lamento que no lo
entiendas.
Abrí la puerta a los dormitorios, y Changmin
puso su mano sobre la mía.
—Muy bien —suspiró con resignación—. Esto
es obviamente un asunto con el que voy a tener que lidiar. Yunho es uno de tus
mejores amigos, yo lo entiendo. No quiero que esto afecte nuestra relación. ¿De
acuerdo?
—Bien —dije, asintiendo con la cabeza.
Abrió la puerta y me indicó que caminara,
besando mi mejilla antes de que entrara.
— ¿Nos vemos el miércoles a las seis?
—A las seis. —sonreí, despidiéndome
mientras caminaba por las escaleras.
Junsu estaba saliendo de la ducha cuando
doblé la esquina, y sus ojos se iluminaron cuando me reconoció.
— ¡Hey, pollito! ¿Cómo te fue?
—No muy bien. —dije, desanimado.
—Uh, oh.
—No le digas a Yunho, ¿De acuerdo?
Junsu resopló.
—No lo haré. ¿Qué pasó?
—Changmin me pidió que fuera a la fiesta
de parejas.
Junsu apretó la toalla.
—No le cancelarás a Yunho, ¿verdad?
—No y Changmin no está feliz con eso.
—Comprensible —dijo, asintiendo con la
cabeza—. También es terriblemente malo.
Junsu reunió las hebras de su cabello
húmedo, y las gotas de agua corrieron por su piel desnuda. Junsu era una
contradicción andante. Se inscribió a la universidad para que ambos estuviéramos
juntos. Era mi conciencia autoproclamada, intentando intervenir cuando me daban
mis pretensiones de volar fuera de pista. Iba en contra de todo lo que hablamos
el hecho de que yo me involucrara con Yunho y Junsu se había convertido en su
más entusiasta animador.
Me apoyé en la pared.
— ¿Estaría loco si no fuera con ninguno?
—No, yo estaría increíble e
irrevocablemente cabreado. Eso sería motivo para una pelea de gatos, Jae.
—Entonces creo que iré —le dije, metiendo
la llave en la cerradura. Mi celular sonó y una imagen de Yunho haciendo una
mueca apareció en la pantalla—. ¿Hola?
— ¿Estás en tu casa, ya?
—Sí, Changmin me dejó hace cinco minutos.
—Voy a estar allí en cinco más.
— ¡Espera! ¿Yunho? —dije después de que
él había colgado.
Junsu se echó a reír.
—Acabas de tener una decepcionante cita
con Changmin, y sonríes cuando Yunho te llama. ¿Está realmente así de denso?
—Yo no sonreí —protesté—. Viene para acá.
¿Te reunirás con Yunho afuera y le dirás que me fui a la cama?
—Tú lo harás, y no yo... ve a decírselo
tú mismo.
—Sí, Junsu, que salga yo mismo a decirle
que ya estoy en la cama funcionará muy bien. — Él me dio la espalda, caminando
a su habitación. Levanté las manos, dejándolas caer sobre mis muslos—. ¡Junsu!
¿Por favor?
—Que se diviertan, Jae —sonrió y
desapareció en su habitación. Bajé las escaleras y vi a Yunho en su
motocicleta, estacionada en la escalinata. Llevaba una camiseta blanca con
obras de arte negro, lo que destacaba los tatuajes en sus brazos.
— ¿No tienes frío? —Le pregunté, tirando
de mi estrecha chaqueta.
—Te ves bien. ¿Tuviste un buen día?
—Uh... sí, gracias —dije, distraído—.
¿Qué estás haciendo aquí?
Movió el acelerador y el motor rugió.
—Iba a dar un paseo para despejarme la
mente. Quiero que vengas conmigo.
—Hace frío, Yunho.
— ¿Quieres que vaya a buscar el coche de Yoochun?
—Iremos a los bolos mañana. ¿No puedes
esperar hasta entonces?
—Pasé de estar junto a ti cada segundo
del día para verte durante diez minutos si tengo suerte.
Sonreí y negué con la cabeza.
—Sólo han pasado dos días, Yunho.
—Te echo de menos. Mueve tu trasero al asiento
y vámonos.
No podía negarlo. Yo también lo echaba de
menos. Más de lo que le admitiría. Me subí el cierre de la chaqueta y me subí
detrás de él, deslizando mis dedos a través de las trabillas de su pantalón.
Puso mis muñecas en su pecho y luego las cruzó. Una vez que se convenció de que
lo sostenía con fuerza suficiente, quitó sus manos, y corrimos por la carretera.
Apoyé la mejilla contra su espalda y
cerré los ojos, respirando su olor. Me recordó a su apartamento, y sus cosas, y
la forma en que olía cuando andaba con una toalla alrededor de su cintura. La
ciudad pasaba borrosa por delante de nosotros, y no me importaba lo rápido que
iba al volante, o el frío del viento que azotaba mi piel, no estaba prestando
atención a donde estábamos. Lo único que podía pensar era en su cuerpo contra
el mío. No teníamos ningún destino o tiempo, y anduvimos por las largas calles
después de haber abandonado todo, excepto a nosotros.
Yunho se detuvo en una gasolinera y se
estacionó.
— ¿Quieres algo? —Preguntó.
Negué con la cabeza, bajándome de la
motocicleta para estirar las piernas. Yunho me miró cuando rastrillaba mi
cabello con mis dedos, y sonrió.
—Déjalo. Estás jodidamente hermoso.
—Sólo si me pones en un video de
principio de los ochenta. —dije.
Se echó a reír, y luego bostezó,
espantando a las polillas que zumbaban a su alrededor. El inyector hizo clic,
sonando más fuerte de lo que debería en una noche tranquila. Parecía que éramos
las únicas dos personas en la tierra.
Saqué mi teléfono móvil para comprobar la
hora.
—Oh, Dios mío, Yunho. Son las tres de la
mañana.
— ¿Quieres que volvamos? —Preguntó, con
el rostro ensombrecido por la decepción.
Yo apreté los labios.
—Será lo mejor.
— ¿Todavía iremos esta noche a los bolos?
—Te dije que lo haría.
—Y todavía irás a la Sig Tau conmigo en
un par de semanas, ¿verdad?
— ¿Estás insinuando que yo no sigo mi
palabra? Me parece un poco insultante.
Sacó la boquilla del tanque y la conectó
en su base.
—Simplemente ya no sé lo que vas a hacer.
Se sentó en su motocicleta y me ayudó a
subir detrás de él. Puse en mis dedos en los bucles de su cinturón y luego lo
pensé mejor, envolviendo mis brazos alrededor de él.
Yunho suspiró y se irguió en el asiento,
reacio a arrancar el motor. Sus nudillos se volvieron blancos mientras sostenía
las manillas. Tomó aire, como para empezar a hablar, y luego negó con la
cabeza.
—Eres importante para mí, ya sabes.
—dije, apretándome a él.
—No te entiendo, Boo. Pensé que conocía a
los hombres, pero eres tan jodidamente confuso que ya no sé a qué te refieres.
—Yo no te entiendo, tampoco. Se supone
que debes ser el hombreriego de la universidad. No estoy recibiendo la
experiencia completa de primer año que prometieron en el folleto. —me burlé.
—Bueno, eso es lo primero. Nunca había
tenido que dormir con un chico para que él quisiera que lo dejara en paz —dijo,
manteniendo su espalda hacia mí.
—Eso no es lo que fue, Yunho. —mentí,
avergonzado de que él hubiese adivinado mis intenciones sin darse cuenta de
cuánta razón tenía. Él negó con la cabeza y encendió el motor, volviendo a la
calle. Condujo inusualmente lento, deteniéndose en todas las luces amarillas,
tomando el camino largo al campus.
Cuando nos paramos frente a la entrada de
los dormitorios, la misma tristeza que sentí la noche que me fui de la casa me
consumía. Sabía que era ridículo ser tan emocional, pero cada vez que hacía
algo para alejarlo, estaba aterrorizado de que funcionara. Me acompañó hasta la
puerta y saqué las llaves, evitando sus ojos. Cuando ya tenía el metal en la
mano, su mano de repente fue a mi mentón, el pulgar tocando suavemente mis
labios.
— ¿Changmin te beso? —Preguntó.
Me alejé, sorprendido de que sus dedos
causaran una sensación de ardor que quemaba todos los nervios desde mi boca a
mis pies.
—Tú sí que sabes cómo arruinar una noche
perfecta, ¿no?
—Pensaste que fue perfecto, ¿eh?
¿Significa eso que lo pasaste bien?
—Siempre lo hago cuando estoy contigo.
Miró al suelo, juntando las cejas.
— ¿Te besó?
—Sí. —suspiré irritado.
Entrecerró los ojos.
— ¿Eso es todo?
— ¡Eso no es asunto tuyo! —dije,
tirando de la puerta.
Yunho la empujó cerrándola y se puso en
mi camino, con una expresión de disculpa.
—Necesito saber.
—No, ¡no lo necesitas! ¡Muévete, Yunho!
—Boo...
— ¿Crees que porque ya no soy virgen voy
a lanzarme a cualquier otro? ¡Gracias! —dije, empujándolo.
—Yo no he dicho eso, ¡Maldita sea! ¿Es
mucho pedir por un poco de paz mental?
— ¿Por qué te daría tranquilidad saber si
estoy durmiendo con Changmin?
— ¿Cómo no lo sabes? ¡Es obvio para todos
los demás, menos para ti! —dijo, exasperado.
—Supongo que soy un idiota, entonces.
Estás brillante esta noche, Yunho —dije, alcanzando la manilla de la puerta.
Agarró mis hombros.
—La forma en que me siento por ti... es
una locura.
—Acertaste en la parte de la locura
—espeté, alejándome de él.
—Practiqué en mi cabeza todo el tiempo
que estuvimos en la moto, así que escúchame, —dijo.
—Yunho…
—Sé que estamos jodidos, ¿De acuerdo? Soy
impulsivo y tengo mal genio, y te metiste bajo mi piel como nadie más. Actúas
como si me odiaras un minuto, y luego como si me necesitaras al siguiente.
Nunca acierto en nada, y no te merezco... pero estoy malditamente enamorado de
ti, Jae. Te amo más de lo que he querido a nadie ni nada, nunca. Cuando estás
cerca, no necesito alcohol, ni dinero, ni lucha, o algo de una sola noche...
todo lo que necesito es a ti. Tú eres en todo lo que pienso. Eres todo lo que
soñé. Eres todo lo que quiero.
Mi plan para fingir ignorancia fue un
fracaso épico. No podía pretender ser impermeable cuando Yunho había puesto
todas sus cartas sobre la mesa. Cuando nos conocimos, algo dentro de los dos
había cambiado, y era que nos necesitábamos el uno al otro. Por razones
desconocidas para mí, yo era su excepción, y por mucho que había tratado de
luchar contra mis sentimientos, Yunho era la mía.
Yunho negó con la cabeza, acunó mi rostro
con sus manos, y me miró a los ojos.
— ¿Te has acostado con él?
Ardientes lágrimas llenaron mis ojos
cuando negué con la cabeza. Estampó su boca contra la mía y su lengua entró sin
dudarlo. Incapaz de controlarme a mí mismo, agarré su camisa con los puños, y
tiré de Yunho hacia mí. Gimió con su increíble voz profunda, y se apoderó de mí
con tanta fuerza que era difícil respirar.
Se retiró, sin aliento.
—Llama a Changmin. Dile que no quieres
verlo nunca más. Dile que estás conmigo.
Cerré los ojos.
—No puedo estar contigo, Yunho.
— ¿Por qué diablos no? —dijo, soltándome.
Negué con la cabeza, temiendo de su
reacción a la verdad.
Yunho se rió una vez.
—Increíble. El único chico que yo quiero,
y él no me quiere.
Tragué saliva, sabiendo que tendría que
acercarme más a la verdad que tenía desde hace meses.
—Cuando Junsu y yo nos mudamos aquí, fue
sabiendo que mi vida daría un giro en una forma determinada. O más bien, que no
resultaría de cierta manera. Las peleas, el juego, la bebida... es lo que dejé
atrás. Cuando estoy cerca de ti... todo está allí para mí en un irresistible y
tatuado paquete. No me mude cientos de kilómetros para vivir todo de nuevo.
Tomó mi barbilla para que lo enfrentara.
—Yo sé que mereces más que yo. ¿Crees que
no lo sé? Pero si hay algun hombre que se hizo para mí... eres tú. Haré todo lo
que tenga que hacer, Boo. ¿Me oyes? Haré cualquier cosa.
Me aparté, avergonzado de no poder
decirle la verdad. Era yo quien no era lo suficientemente bueno. Yo sería quien
arruinaría todo, arruinándolo a él. Yunho me odiaría un día, y yo no podría ver
la mirada en sus ojos cuando llegara a esa conclusión.
Mantuvo la puerta cerrada con una mano.
—Dejaré de pelear al segundo que me
gradúe. No voy a beber una sola gota de nuevo. Te haré feliz siempre, Boo. Si
sólo creyeras en mí, yo puedo hacerlo.
—No quiero que cambies.
—Entonces dime qué hacer. Dime y lo haré
—declaró Yunho.
Cualquier idea de estar con Changmin se
había ido, y yo sabía que era a causa de mis sentimientos por Yunho. Pensé en
los diferentes caminos que mi vida tomaría desde ese momento—confiando en Yunho
con un salto de fe y arriesgándome a lo desconocido, o sacándolo completamente
y sabía exactamente dónde iba a terminar, en una vida sin él—cualquier decisión
me aterraba.
— ¿Me prestas el teléfono? —Le pregunté.
Yunho frunció el ceño, confundido.
—Por supuesto —dijo, sacando su teléfono
del bolsillo, entregándomelo.
Marqué, y luego cerré los ojos mientras
sonaba en mis oídos.
— ¿Yunho? ¿Qué demonios? ¿Sabes qué hora
es? —Contestó Changmin. Su voz era profunda y ronca, y al instante sentí que mi
corazón vibraba en mi pecho. No se me había ocurrido que él sabría que yo había
llamado desde el teléfono de Yunho. Mis siguientes palabras encontraron su
camino de alguna manera hacia mis temblorosos labios.
—Lo siento por llamar tan temprano, pero
esto no podía esperar. Yo... no puedo ir a cenar contigo el miércoles.
—Son casi las cuatro de la mañana, Jae.
¿Qué está pasando?
—No puedo verte de nuevo, de hecho.
—Jae...
—Estoy… bastante seguro de que estoy
enamorado de Yunho —dije, preparándome para su reacción. Después de unos
momentos de inquietante silencio, me colgó el teléfono en mi oído.
Mis ojos todavía se centraban en el
pavimento, le pasé el teléfono a Yunho, y luego a regañadientes miré su
expresión. Una combinación de confusión, shock, y adoración se configuraba en
su rostro.
—Colgó el teléfono —hice una mueca.
Echó un vistazo a mi cara con cuidado,
con esperanza en sus ojos.
— ¿Me amas?
—Son los tatuajes. —me encogí de hombros.
Una amplia sonrisa se extendió por su
cara, haciendo que le aparecieran hoyuelos en las mejillas.
—Ven conmigo a casa —dijo, envolviéndome
en sus brazos.
Mis cejas se alzaron.
— ¿Dijiste todo eso para tenerme en tu
cama? Debí haberte dado una gran impresión.
—Lo único que estoy pensando ahora mismo
es en tenerte en mis brazos toda la noche.
—Vamos. —sonreí.
A pesar del exceso de velocidad y la
infracción de señales, el paseo hasta el apartamento parecía no tener fin.
Cuando finalmente llegamos, Yunho me cargó por las escaleras. Me reí contra sus
labios mientras intentaba abrir la puerta. Cuando me puso de pie y cerró la
puerta detrás de nosotros, dejó escapar un largo suspiro, aliviado.
—No ha parecido como un hogar desde que
te fuiste. —dijo, besando mis labios. Taepoong correteó por el pasillo y meneó
su pequeña cola, pateando mis piernas. Le susurré mientras lo levantaba del
suelo.
La cama de Yoochun chilló, y luego sus
pisadas resonaron en el piso. Su puerta se abrió mientras entrecerraba los ojos
por la luz.
— ¡A la mierda no, Yunho, no estás
haciendo esta mierda! Estás enamorado de Ja... —sus ojos se enfocaron y
reconoció su error, —...e. Hola, Jae.
—Hey, Yoochun. —sonreí, dejando a Taepoong
en el suelo.
Yunho pasó conmigo junto a su, todavía
sorprendido, primo, y pateó la puerta cerrándola detrás de nosotros, tirando de
mí en sus brazos y besándome sin pensarlo dos veces, como si lo hubiéramos
hecho un millón de veces. Le quité la camisa sobre su cabeza, y él deslizó mi
chaqueta por mis hombros. Dejé de besarle el tiempo suficiente para quitarme el
jersey y camiseta, y luego me estrellé contra él. Nos desnudamos el uno al
otro, y en cuestión de segundos, me colocó en su colchón. Alcé mi mano por
encima de mi cabeza para abrir su cajón y sumergir la mano en el interior,
buscando algo.
—Mierda —dijo, jadeando y frustrado—. Me
deshice de ellos.
— ¿Qué? ¿De todos?
—Suspiré.
—Pensé que tú no... Si no estaba contigo,
no los necesitaría.
— ¡Me estás tomando el pelo! —dije,
dejando caer la cabeza contra la cabecera.
Su frente cayó sobre mi pecho.
—Considérate lo opuesto a una conclusión
inevitable.
Sonreí y lo besé.
— ¿Nunca has estado con nadie sin uno?
Yunho negó con la cabeza.
—Nunca. —Miré alrededor por un momento,
perdido en mis pensamientos. Se echó a reír ante mi expresión—. ¿Qué estás
haciendo?
—Shh, estoy contando. — Yunho me miró por
un momento, y luego se inclinó para besarme el cuello—. No me puedo concentrar,
mientras tú estás haciendo esto... —suspiré.
Yunho se echó a reír.
— ¿De qué diablos estás hablando?
—Estamos bien —dije, deslizándome
directamente debajo de él.
Apretó su pecho contra el mío, y me besó
tiernamente.
— ¿Estás seguro?
Dejé que mis manos se deslizaran desde
sus hombros hasta su trasero y tiré de él hacia mí. Cerró los ojos y dejó
escapar un gemido largo y profundo.
—Oh, Dios mío, Jae —suspiró. Se balanceó
contra mí de nuevo, otro gemido emanó de su garganta—. Mierda, te sientes
increíble.
— ¿Es diferente?
Me miró a los ojos.
—Es diferente contigo, de cualquier modo,
pero… —Tomó una respiración profunda y tensa de nuevo, cerrando los ojos por un
momento—. Nunca voy a ser el mismo después de esto. —Sus labios buscaron por
cada centímetro de mi cuello, y cuando encontraron el camino a mi boca, hundí
mis manos en los músculos de sus hombros, perdiéndome en la intensidad del
beso.
Yunho llevó mis manos encima de mi cabeza
y entrelazó sus dedos con los míos, apretando mis manos con cada embestida. Sus
movimientos se hicieron un poco más duros, y yo clavé las uñas en sus manos,
tensando mis entrañas con una fuerza increíble.
Grité, mordiéndome los labios y apretando
los ojos.
—Jae —susurró, sonando compungido—,
necesito un... necesito...
—No te detengas. —supliqué.
Se balanceó en mí otra vez, gimiendo tan
fuerte que le tapé la boca. Después de unas cuantas respiraciones, me miró a
los ojos, y me besó una y otra vez. Sus manos ahuecaron cada lado de mi cara y
luego me besó otra vez, más lento, más tierno. Tocó con sus labios mi boca, mis
mejillas, frente, nariz y, finalmente, volvió a mis labios.
Le sonreí y suspiré, embargándome en el
agotamiento. Yunho me puso junto a él, colocando las sábanas sobre nosotros.
Apoyé la mejilla contra su pecho y me besó la frente una vez más, aferrando sus
dedos en mi espalda.
—No te vayas esta vez, ¿vale? Quiero
despertar tal como ahora en la mañana.
Besé su pecho, sintiéndome culpable
porque tuviera que pedirlo.
—No
iré a ninguna parte.
que bueno que recapacito jae y regreso a el lado de yunho y dejo a min pues el esta enamorado de yunho y ahí es su lugar con el y pobre de min pero que se busque a otro que si lo quiera pues jae no es para el estoy muy feliz por la decisión que a tomado jae y permanecer con yunho
ResponderEliminarAhhh por un momento pense q jae alejaria a yunho para siempre d el diciendole palabras q le hirieran, es el unico que ha logrado aplacarlo y ahora x fin yunho su declaracion d amor me saco una lagrima, oww que bello, pense q jj le diria q se olvidara d el y q solo son amigos q echaron un polvo,
ResponderEliminarAhora estan saliendo?*-*
awwwwwww que bueno q JJ acepto q con el unico hombre con el que
ResponderEliminarpuede estar es yunho e,e me da cosita minie pero JJ y yunho
se aman *--------* asdasdas esta muy interesante !!
gracias x continiarlo espero el sig con ansias :)
o mi dios, me da penita con min pero el amor es el amor, y es mejor ser sinceros que estar con alguien a quien no amas......
ResponderEliminarowwww amo a changmin pero el YJ es el YJ owwwww que lindooosssss YH Y JJ PURE LOVE
ResponderEliminarPobre min.... Siento que Jae jugo con sus sentimientos..
ResponderEliminarEstoy feliz de que las cosas se hayan mejorado para el YJ...
ayyyyyy...ke bonitoooo
ResponderEliminarcrei que no estarian juntos teniendo a chagmin entre ellos.
ojala y todo vaya bien
gracias por el capitulo
Ahhhh por fin, a ver si no sale con babosas de nuevo >_> ( JJ)
ResponderEliminarPobre CM, JJ eso no se hace, sólo jugaste con él o.ó!!!
yes yes yes!!! por finnnnnnnnn jajajajaja
ResponderEliminarTenia unas ganas de golpear a Jae por ser tan cruel con Yunho pero al parecer ya se dio cuenta que no puede alejarlo de su vida aunque de seguro esta pareja pasará por muchas cosas mas solo deseo que puedan superar sus problemas y conflictos por e amor que se tienen :)
Al fiiiiiiin!!!!! kyaaaaa Al fin Jae recapacito! Como adore la confesión de Yunho kyaaaa
ResponderEliminarQue pena con Min, pero es mejor cortar ahora que cuando haya llegado mas lejos... Que bueno que Jae al fin uso la cabeza *O* Pensé por un momento que tiraría todo por la borda y que lastimaría a Yunho, pero por suerte lo pensó mejor :3 Ahora quedaría enfrentar y superar todo lo que le espera en el camino de su noviazgo *O* Por que ahora oficialmente salen vd?? buee... habrá que ver lo que sigue ^ ^
Hay al fin, pensé que después de todo lo que habían hecho Jae iba a seguir con su testarudez, pero no, ahora si se dejo llevar por sus sentimientos... Min es lo mejor, busca a alguien que en verdad te ame...
ResponderEliminarGracias
Nunca al leer un capitulo de una historia,hizo que mi corazón latiera tanto, menos mal que Jae reacciono y dejo ver su amor por Yunho........veremos que pasa gracias
ResponderEliminarHasta que al fin entro en razón Jae... ahhh me emocioné mucho *-* Casi lloro(?) Me da penita Min, pero el YunJae tienen que estar juntos♡
ResponderEliminarGracias por compartir.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHasta que por fin jae actuó con madurez y no se siguio engañando a el a yunho y a changmin. los tres iban a salir dolidos. Pobre Min lo dejaron por teléfono. Ojala no lo tome demasiado mal: ( yunho y jae están felices y lo hicieron sin proteccion pero no hay problema, ambos están sanos.
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