Capitulo 5
—Adelante. —dije, escuchando un golpe en
la puerta.
Yunho entró y se quedó inmóvil en la
puerta.
—Vaya.
Sonreí y miré mi traje. Era un pantalón y
camisa, sin duda el conjunto más atrevido de lo que había llevado en el pasado.
El material era delgado y negro. Changmin estaría en esa fiesta y yo tenía toda
la intención de que me notara.
Le di un gesto de aprobación a su camisa
blanca y pantalones vaqueros.
—Tú también te ves bien.
Sus mangas estaban enrolladas por encima
de los codos, dejando al descubierto los intrincados tatuajes en sus
antebrazos. Me di cuenta de que su brazalete favorito de cuero negro estaba
alrededor de su muñeca cuando metió las manos en los bolsillos.
Junsu y Yoochun nos esperaban en la sala.
—Changmin se va a mear a sí mismo cuando
te vea. — Junsu rió mientras Yoochun dirigía el camino al coche.
Yunho abrió la puerta y me deslicé en el
asiento trasero del Charger de Yoochun. A pesar de que ambos habíamos ocupado
ese asiento en innumerables ocasiones, de pronto fue incomodo estar sentado a
su lado.
Los autos se alineaban en la calle,
algunos incluso estaban estacionados sobre el césped. La Casa estaba a reventar
y la gente aún seguía llegando caminando por la calle desde los dormitorios. Yoochun
se estacionó sobre el césped en la parte posterior, Junsu y yo seguimos a los
chicos al interior.
Yunho me trajo un vaso de plástico rojo
lleno de cerveza y luego se inclinó para susurrar en mi oído.
—No tomes nada de nadie que no sea Yoochun
o yo. No quiero que nadie agregue algo en tu bebida.
Puse los ojos en blanco.
—Nadie va a poner nada en mi bebida, Yunho.
—Sólo no aceptes nada que no venga de mí,
¿De acuerdo?, Boo.
—No había escuchado eso antes. —dije
sarcásticamente, tomando un trajo.
Una hora y media pasó y Changmin aún
seguía sin aparecer.
Junsu y Yoochun bailaban una canción
lenta en la sala cuando Yunho tiró de mi mano.
— ¿Quieres bailar?
—No gracias. —dije.
Su cara se ensombreció.
Toqué su hombro.
—Estoy cansado, Yunho.
Puso su mano sobre la mía y comenzó a
hablar, pero cuando miré más allá de él, vi que Changmin estaba caminando hacia
nosotros.
Yunho se dio cuenta de mi expresión y
volteó.
— ¡Hola, Jae! ¡Viniste! —Sonrió Changmin.
—Sí, hemos estado aquí desde una hora o
algo así. —le dije, retirando mi mano del agarre de Yunho.
— ¡Te ves increíble! —Gritó sobre la
música.
— ¡Gracias! —Le sonreí, lanzándole una
mirada a Yunho. Sus labios estaban juntos y una línea se había formado entre
sus cejas.
Changmin asintió con la cabeza hacia la
sala y sonrió.
— ¿Quieres bailar?
Arrugué mi nariz y sacudí la cabeza.
—No, estoy un poco cansado.
Entonces, Changmin miró a Yunho.
—Pensé que no vendrías.
—Cambié de opinión. —dijo Yunho, irritado
por tener que dar explicaciones.
—Ya veo. —dijo Changmin, mirándome a mí—.
¿Quieres ir a tomar un poco de aire fresco?
Asentí con la cabeza y luego seguí a Changmin
por las escaleras. Él se detuvo, tomando mi mano mientras subíamos al segundo
piso. Cuando llegamos a la parte superior, él abrió un par de puertas francesas
hacia el balcón.
— ¿Tienes frío? —Preguntó.
—Sólo un poco. — Le dije, sonriendo
cuando vi que él se quitó la chaqueta y cubrió mis hombros—. Gracias.
— ¿Estás aquí con Yunho?
—Viajamos juntos.
La cara de Changmin se extendió en una
amplia sonrisa y luego miró hacia el césped. Un grupo de chicas estaban
agrupadas, con los brazos alrededor de ellas para combatir contra el frío.
Papel crepe y latas de cerveza estaban sobre la hierba, junto a ellas botellas
de licor vacías. Entre el alboroto, los hermanos Sig Tau estaban de pie
alrededor de su obra maestra: una pirámide de barriles decorados con luces blancas.
Changmin meneó la cabeza.
—Este lugar estará destruido por la
mañana. El equipo de limpieza va a estar ocupado.
— ¿Tienen un equipo de limpieza?
—Sí. —sonrió—. Los llamamos estudiantes
de primer año.
—Pobre Yoochun.
—Él no está en el equipo. Él obtiene un
pase porque es primo de Yunho y él no vive en la Casa.
— ¿Tú vives en la Casa?
Changmin asintió con la cabeza.
—Los últimos dos años. Necesito conseguir
un apartamento, de todos modos. Necesito un lugar más tranquilo para estudiar.
—Déjame adivinar… ¿estás matriculándote
en Negocios?
—Biología, con especialidad en Anatomía.
Me falta sólo un año más, tomar el examen de medicina y después espero asistir
a Harvard Med.
— ¿Ya sabes si has sido aceptado?
—Mi papá fue a Harvard. Quiero decir, no
estoy seguro, pero él es un ex alumno generoso si sabes a lo que me refiero.
Tengo calificaciones perfectas, obtuve dos mil doscientos en mi SAT, treinta y
seis en mi ACT. Estoy en una buena posición para un lugar.
— ¿Tu padre es médico?
Changmin lo confirmó con una sonrisa
afable.
—Es cirujano ortopedista.
—Impresionante.
— ¿Y tú? —Preguntó.
—Aún no he decido.
—La típica respuesta de un estudiante de
primer año.
Suspiré de manera dramática.
—Supongo que he arruinado las
posibilidades de ser excepcional.
—Oh, no tienes que preocuparte por eso.
Captaste mi atención desde el primer día de clase. ¿Qué estás haciendo en
cálculo para tercer año como estudiante de primer año?
Sonreí.
—Las matemáticas son fácil para mí. Tomé
las clases en la escuela secundaria y dos cursos de verano.
—Eso sí es impresionante. —dijo.
Nos quedamos de pie en el balcón durante
una hora, hablando de todo, desde los restaurantes locales hasta cómo me hice
tan buen amigo con Yunho.
—Yo no lo mencionaría, pero los dos
parecen ser el tema de conversación.
—Genial. —murmuré.
—Es raro para Yunho. Él no crea amistades
con posibles conquistas. Él tiende a ser el enemigo la mayoría del tiempo.
—Oh, yo no lo sé. He visto unos cuantos
que tienen pérdida de memoria a corto plazo o son demasiado indulgentes cuando
se relacionan a él.
Changmin se echó a reír.
—La gente simplemente no entiende su
relación. Tienes que admitir que es un poco ambigua.
— ¿Estás preguntándome si me acuesto con
él?
Él sonrió.
—No estarías aquí con él si lo hicieras.
Lo conozco desde que tenía catorce años y soy muy consciente de la forma en que
opera. Tengo curiosidad sobre su amistad, sin embargo.
—Eso es lo que es. — Me encogí de
hombros—. Salimos, comemos, vemos T.V., estudiamos y discutimos. Eso es todo.
Changmin rió en voz alta, sacudiendo la
cabeza ante mi honestidad.
—He oído que eres la única persona con el
derecho de poner a Yunho en su lugar. Eso es un título honorífico.
—Como sea. Él no es tan malo como todo el
mundo le hace ser.
El cielo se puso morado y después rosa
cuando el sol se abrió paso por encima del horizonte. Changmin miró su reloj,
mirando por encima de la barandilla a la pequeña multitud en el césped.
—Parece que la fiesta ha terminado.
—Será mejor que encuentre a Yoochun y Junsu.
— ¿Te importaría si te llevo a casa?
—Preguntó.
Traté de controlar mi emoción.
—No, en absoluto. Se lo dejaré saber a Junsu
—Entré por la puerta y después me encogí antes de darme la vuelta—. ¿Sabes
dónde vive Yunho?
Changmin levantó sus cejas.
—Sí, ¿por qué?
—Ahí es donde me estoy quedando. —le
dije, preparándome para su reacción.
— ¿Te estás quedando con Yunho?
—De hecho, perdí una apuesta, así que
estaré allí por un mes.
— ¿Un mes?
—Es una larga historia. —me encogí de
hombros tímidamente.
— ¿Pero ustedes sólo son amigos?
—Sí.
—Entonces te llevaré a casa de Yunho.
—sonrió.
Troté por las escaleras para buscar a Junsu
y pasé junto a un Yunho sombrío, que parecía estar molesto con el chico
borracho que hablaba con él. Yunho me siguió hasta la sala mientras yo tiraba
de la ropa de Junsu.
—Si quieren pueden adelantarse. Changmin ofreció
llevarme a casa.
— ¿Qué? —dijo Junsu con el entusiasmo en
sus ojos.
— ¿Qué? —preguntó Yunho, enojado.
— ¿Hay algún problema? —Le preguntó Junsu.
Yunho miró a Junsu y luego me llevó hasta
la esquina, su mandíbula revoloteando bajo su piel.
—Ni siquiera lo conoces.
Saqué mi brazo de su agarre.
—Esto no es de tu incumbencia, Yunho.
—Al demonio si no lo es. No dejaré que
viajes a casa con un completo extraño. ¿Y si trata aprovecharse de ti?
— ¡Bien! ¡Él es lindo!
La expresión de Yunho cambió de la
sorpresa a la ira, y me preparé para lo que podría decir después.
— ¿Shim Changmin, Boo? ¿En serio? Shim
Changmin, —repitió con desdén —. ¿Qué clase de nombre es ese, de todos modos?
Me crucé de brazos.
—Ya está bien, Yunho. Estás comportándote
como un idiota.
Se inclinó, aparentemente nervioso.
—Lo mataré si te toca.
—Me gusta. —le dije, haciendo
énfasis en cada palabra.
Yunho pareció sorprendido por mi
confesión y luego su expresión se volvió severa.
—Está bien. Si terminas debajo de él en
el asiento trasero de su coche, después no vengas llorando conmigo.
Mi boca se abrió, ofendido y furioso al
instante.
—No te preocupes, no lo haré. —le
dije, alejándome de él.
Yunho me agarró del brazo y suspiró, mirándome
sobre su hombro.
—No quise decir eso, Boo. Si él te
lastima, si tan sólo te hace sentir incómodo, sólo házmelo saber.
La ira se desvaneció y dejé caer mis
hombros.
—Sé que no lo quisiste. Pero tienes que
ponerle un alto a este gran exceso de sobre protección de hermano mayor
que tienes.
Yunho se echó a reír.
—No estoy jugando el papel del hermano
mayor, Boo. Nada de eso.
Changmin apareció en la esquina y se
metió las manos en el interior de los bolsillos, ofreciéndome su codo.
— ¿Todo listo?
Yunho apretó la mandíbula y di un paso
hacia el otro lado de Changmin para distraerlo de la expresión de Yunho.
—Sí, vámonos. —Tomé el brazo de Changmin y
caminé con él unos pocos pasos antes de volverme para decirle adiós a Yunho,
pero él estaba taladrando con la mirada la parte posterior de la cabeza de Changmin.
Sus ojos se deslizaron hacia mí y sus rasgos se suavizaron.
—Ya basta. —dije a través de mis
dientes, siguiendo a Changmin entre la multitud hacia su coche.
—Es ese plateado. —Los faros de su coche
parpadearon dos veces cuando él presionó la llave inalámbrica.
Él abrió la puerta del pasajero y reí.
— ¿Conduces un Porsche?
—Ella no sólo es un Porsche. Ella es un
Porsche 911 GT3. Hay una diferencia.
—Déjame adivinar, ¿Es el amor de tu vida?
—Le dije, citando la declaración de Yunho acerca de su motocicleta.
—No, es sólo un coche. El amor de mi vida
será quien lleve mi apellido.
Me permití una pequeña sonrisa, tratando
de no parecer excesivamente afectado por su declaración. Él tomó mi mano para
ayudarme a entrar en el coche y cuando él se sentó al volante, apoyó la cabeza
en contra de su asiento y me sonrió.
— ¿Qué harás esta noche?
— ¿Esta noche? —Le pregunté.
—Ya es de mañana. Y quiero invitarte a
cenar antes de que alguien se me adelante.
Una sonrisa se extendió en mi cara.
—No tengo ningún plan.
— ¿Te recogeré a las seis?
—Está bien. —dije, mirándolo tomar mis
dedos entre los suyos.
Changmin me llevó directamente a casa de Yunho,
manteniéndose al límite de velocidad y mi mano en la suya. Se puso detrás de la
Harley, y al igual que antes, me abrió la puerta. Una vez que llegamos a la
puerta, él se inclinó para besar mi mejilla.
—Descansa un poco. Nos vemos esta noche.
—me susurró al oído.
—Adiós. —sonreí, girando el pomo. Cuando
la empuje, la puerta cedió y me lanzó hacia adelante.
Yunho me agarró del brazo antes de caer.
—Tranquilo.
Me volví para ver a Changmin mirándonos
con una expresión incómoda. Se inclinó para mirar en el apartamento.
— ¿Ningún joven humillado, varado, que
tenga que darle un aventón a casa?
Yunho miró a Changmin.
—No empieces conmigo.
Changmin sonrió y guiñó un ojo.
—Siempre estoy dándole problemas. No
tengo la oportunidad de hacerlo a menudo desde que él se dio cuenta que es más
fácil si consigue que ellos lleguen aquí en sus propios autos.
—Supongo que eso sí simplifica las cosas.
—dije, bromeando.
—No es gracioso, Boo.
— ¿Boo?
—Es sólo un apodo, ni siquiera sé de
dónde lo sacó. —le dije. Esa fue la primera vez que me sentí incómodo con el
nombre que Yunho me había concedido en la noche que nos conocimos.
—Tendrás que contármelo cuando lo
averigües. Suena como una buena historia. — Sonrió Changmin —. Buenas noches, Jae.
— ¿Quieres decir buenos días? —dije,
viéndolo trotar por las escaleras.
—Eso también. —gritó con una sonrisa
dulce.
Yunho cerró la puerta y tuve que retirar
mi cabeza antes de que me golpeara con ella.
— ¿Qué? —pregunté.
Yunho sacudió la cabeza y se dirigió a su
dormitorio. Yo le seguí y luego salté sobre un pie para retirar uno de mis zapatos.
—Él es bueno, Yunho.
Suspiró y se acercó a mí.
—Te vas a lastimar. —dijo, enganchando su
brazo alrededor de mi cintura con una mano y quitando mis zapatos con la otra.
Los arrojó en el armario y luego se quitó la camisa, caminando hacia la cama.
Abrí la cremallera de mi pantalón y lo
deslicé por mis caderas, pateándolo hacia la esquina. Tiré una camiseta sobre
mi cabeza después de quitarme la camisa. Cuando acomodé mi pelo, me di cuenta
de que él me miraba.
—Estoy seguro que no hay nada que no
hayas visto antes. —le dije, poniendo los ojos en blanco. Me deslicé bajo las
sábanas y me recosté en contra de mi almohada. Él se desabrochó el cinturón y
tiró de sus pantalones hacia abajo, quitándoselos.
Esperé mientras Yunho permanecía en silencio
por un momento. Yo estaba de espaldas a él, así que me preguntaba qué estaba
haciendo, de pie al lado de la cama en silencio. La cama cóncavo cuando
finalmente se arrastró sobre el colchón junto a mí y me puse rígido cuando su
mano se posó en mi cadera.
—No fui a una pelea esta noche. —dijo—. Yesung
llamó. Pero no fui.
— ¿Por qué? —dije, volviéndome
hacia él.
—Quería asegurarme de que llegaras a
casa.
Arrugué la nariz.
—No hace falta que me cuides.
Yunho trazó la longitud de mi brazo con su
dedo, enviando escalofríos por mi columna vertebral.
—Lo sé. Creo que todavía me siento mal
por la otra noche.
—Te dije que no me importaba.
Se sostuvo sobre su codo, el ceño
fruncido dudosamente en su cara.
— ¿Es por eso que dormiste en el sillón?
¿Por qué no te importaba?
—No podía conciliar el sueño después de
que… tus amigos se fueron.
—Dormiste demasiado bien en el sillón.
¿Por qué no sólo dormiste conmigo?
— ¿Quieres decir junto a un hombre que
todavía olía como un par de moscas de bar que acababa de enviar a casa? ¡No lo
sé! ¡Qué egoísta de mi parte!
Yunho hizo una mueca.
—Te dije que lo siento.
—Y yo te dije que no me importaba. Buenas
noches. —le dije, volviéndome hacia el otro lado.
Unos instantes de silencio pasaron. Yunho deslizó la mano en la parte superior de mi almohada, colocando su mano sobre la
mía. Acarició las delicadas partes de piel entre los dedos y luego apretó los
labios contra mi pelo.
—Estuve tan preocupado de que no me
dirigieras la palabra de nuevo… creo que es peor que seas indiferente.
Mis ojos se cerraron.
— ¿Qué quieres de mí, Yunho? No quieres
que esté molesto por lo que hiciste, pero quieres que me importe. Le dijiste a Junsu
que no quieres nada conmigo, pero te enojas cuando yo digo lo mismo, tanto que
sales como alma que lleva el diablo y consigues emborracharte ridículamente. No
tiene ningún sentido.
— ¿Es por eso que le dijiste esas cosas a
Junsu? ¿Por qué le dije que no saldría contigo?
Apreté los dientes. Él acababa de
insinuar que yo estaba jugando con él. Formulé la respuesta más directa que
pude pensar.
—No, quise decir lo que dije. Sólo que no
lo decía como un insulto.
Yunho suspiró.
—Yo sólo lo dije porque, —rascó su corto
cabello, nervioso—, no quiero arruinar las cosas, Boo. Ni siquiera sé cómo
hacer para merecerte. Estaba tratando de comprenderlo en mi cabeza.
—Como sea. Tengo que dormir un poco.
Tengo una cita esta noche.
— ¿Con Changmin? —preguntó, la ira
filtrándose a través de su tono.
—Sí. ¿Puedo ir a dormir?
—Por supuesto, —dijo, empujándose a sí
mismo fuera de la cama y luego cerrando la puerta detrás de él. El sillón
reclinable chirrió bajo su peso y las voces ahogadas de la televisión llenaban
el pasillo. Me obligué a cerrar los ojos y traté de calmarme lo suficiente como
para quedarme dormido, aunque sólo fuera por unas horas.
El reloj marcaba las 3 PM cuando abrí los
ojos. Agarré una toalla y mi bata y luego caminé hacia el cuarto de baño. Tan
pronto como cerré la cortina de la ducha, la puerta se abrió y cerró. Esperé a
que alguien hablara, pero el único sonido fue el chasquido de la tapa del
inodoro en contra de la porcelana.
— ¿Yunho?
—No, soy yo, —dijo Junsu.
— ¿Tienes que hacer aquí? Tú
tienes tu propio cuarto de baño.
—Chun ha estado allí durante media hora
vomitando. No entraré allí.
—Genial.
—He oído que tienes una cita esta noche.
¡Yunho está enojado! —Exclamó.
— ¡A las seis! Él es tan dulce, Junsu. Él
es… —me detuve, suspirando. Estaba hablando efusivamente, y no era normal en mí
hablar a borbotones. Todo lo que hacía era pensar que tan perfecto había sido
desde el momento en que lo había conocido. Él era exactamente lo que
necesitaba, el polo opuesto de Yunho.
— ¿Te dejó sin palabras? — Él rió.
Asomé mi cabeza por la cortina.
— ¡No quería volver a casa! ¡Podría haber
hablado con él para siempre!
—Suena prometedor. ¿No es un poco extraño
que estés aquí?
Me metí bajo el agua, enjuagando la
espuma.
—Se lo he explicado.
El inodoro se enjuagó, y el grifo se
encendió, por lo que el agua se tornó fría por un momento. Grité y la puerta se
abrió de golpe.
— ¿Boo? —dijo Yunho.
Junsu se echó a reír.
—Sólo tiré la cadena del inodoro, Yunho,
cálmate.
—Oh. ¿Estás bien, Boo?
—Estoy genial. Fuera de aquí. —La puerta
se cerró de nuevo y suspiré—. ¿Es mucho pedir cerraduras en las puertas? —
Junsu no respondió—. ¿Junsu?
—Es realmente una lástima que ustedes dos
no pudieron estar en la misma página. Tú eres el único que podría haber…
—Suspiró—. Olvídalo. Ya no importa.
Apagué el agua y me envolví en una
toalla.
—Eres tan malo como Yunho. Es un virus…
nadie aquí tiene sentido. Estás enojado con él, ¿recuerdas?
—Lo sé. —concordó.
Encendí mi nuevo secador de pelo y
comencé el proceso de arreglarme para mi cita con Changmin. Era demasiado para
una primera cita. Fruncí el ceño a mí mismo en el espejo. No debí de ofenderme
cuando Yunho me acusó de estar jugando juegos, después de todo.
Tomando una última mirada de mí mismo en
el espejo, la culpa se apoderó de mí. Yunho estaba tratando de arreglar las
cosas y yo sólo estaba siendo terco. Salí a la sala y Yunho sonrió, no era la
reacción que estaba esperando.
—Estás… hermoso.
—Gracias. —le dije, confundido por la
ausencia de irritación o celos en su voz.
Yoochun silbó.
—Buena elección, Jae. A los chicos les
gusta el rojo.
—Y tu cabello esta magnifico. —añadió Junsu.
El timbre sonó y Junsu sonrió, agitando
su mano con entusiasmo exagerado.
— ¡Qué te diviertas!
Abrí la puerta. Changmin sostenía un
pequeño ramo de flores, él llevaba pantalones de vestir y corbata. Sus ojos
hicieron una recorrida sobre mí rápidamente, desde mi ropa hasta mis zapatos y
luego de abajo a arriba.
—Eres la criatura más hermosa que he
visto. —dijo, sinceramente.
Miré hacia atrás para despedirme de Junsu,
cuya sonrisa era tan grande que podía ver cada uno de sus dientes. Yoochun tenía
la expresión de un padre orgulloso y Yunho mantuvo los ojos en la televisión.
Changmin me tendió la mano, dirigiéndome
a su brillante Porsche. Una vez dentro, dejó escapar una bocanada de aire.
— ¿Qué? —Le pregunté.
—Tengo que admitirlo, estaba un poco
nervioso por recoger al hombre del cual Jung Yunho está enamorado… de su
apartamento. No sabes cuántas personas me han acusado de estar loco el día de
hoy.
—Yunho no está enamorado de mí. Él muy
apenas puede soportar estar cerca de mí a veces.
— ¿Entonces es una relación de amor/odio?
Porque cuando le conté a mis hermanos que te llevaría a cenar esta noche, todos
dijeron la misma cosa. Yunho ha estado comportándose tan erráticamente, incluso
más de lo habitual, que todos han llegado a la misma conclusión.
—Están equivocados. —insistí.
Changmin meneó la cabeza como si yo estuviera
completamente desorientado. Él apoyó su mano sobre la mía.
—Será mejor que nos vayamos. Tengo una
mesa esperándonos.
— ¿Dónde?
—Me arriesgué… espero que te guste la
comida italiana.
Levanté una ceja.
— ¿No era un corto plazo para
reservaciones? Ese lugar siempre está lleno.
—Bueno… es nuestro restaurante. La mitad,
de todos modos.
—Me gusta la comida italiana. —sonreí.
Changmin condujo hacia el restaurante en
el límite de velocidad, usando su señal apropiadamente y disminuyendo a una
distancia razonable para cada luz amarilla. Cuando hablaba, muy apenas retiró
los ojos de la carretera. Cuando llegamos a restaurante, me reí.
— ¿Qué? —Preguntó.
—Es sólo que eres… un conductor muy
prudente. Es algo bueno.
— ¿Diferente de la parte trasera de la
moto de Yunho? —Él sonrió.
Me habría reído, pero la diferencia no se
sentía bien.
—No hablemos de Yunho esta noche. ¿De
acuerdo?
—Muy bien. —dijo, saliendo para abrir mi
puerta.
Estábamos sentados inmediatamente en
nuestra mesa, junto a una enorme ventana. Aunque vestido formalmente, parecía
pobre en comparación con los demás en el restaurante. Nunca antes había comido
en un lugar tan elegante como éste.
Pedimos y Changmin cerró el menú
sonriéndole al camarero.
—Y nos trae una botella de Allegrini
Amarone, por favor.
—Por supuesto, señor. —dijo el camarero,
tomando nuestros menús.
—Este lugar es increíble. —le susurré,
apoyándome contra la mesa.
Sus ojos se suavizaron.
—Gracias, le dejaré saber a mi padre lo
que piensas.
Una mujer se acercó a nuestra mesa.
Llevaba el pelo recogido en un moño francés, una raya gris interrumpiendo el
flequillo de su cabello. Traté de no mirar las brillantes joyas reposando
alrededor de su cuello o meciéndose de ida y vuelta en sus oídos, pero sin duda
alguna fueron hechos para ser vistos. Sus ojos azules se dirigieron a mí.
Rápidamente se volvió para mirar a mi
cita.
— ¿Quién es tu amigo, Changmin?
—Madre, éste es Kim Jaejoong. Jae ella es
mi madre.
Extendí mi mano y ella la sacudió sólo
una vez. En un movimiento practicado, el interés incendió los rasgos afilados
de su cara y miró a Changmin.
— ¿Kim?
Tragué saliva, preocupado de que ella
había reconocido el nombre.
La expresión de Changmin se volvió
impaciente.
—Él no es de aquí, mamá. No conoces a
su familia. Él estudia conmigo.
— ¿Ah, sí? — Me miró de nuevo—. Changmin
estará asistiendo a Harvard el próximo año.
—Eso es lo que él dijo. Creo que es
genial. Usted debe de estar muy orgullosa.
La tensión alrededor de sus ojos se
suavizó un poco y en las comisuras de sus labios apareció una sonrisa de
suficiencia.
—Lo estamos. Gracias.
Me sorprendió la forma en que sus
palabras eran educadas, más aun así goteaban con insultos. No era un talento que
había desarrollado de la noche a la mañana. La Sra. Shim debía haber pasado sus
años restregando su superioridad a los demás.
—Es bueno verte, mamá. Buenas noches.
—Ella besó su mejilla, frotó el lápiz labial con el dedo pulgar y luego regresó
a su mesa—. Lo siento, yo no sabía que ella estaría aquí.
—Está bien. Ella parece… genial.
Changmin se echó a reír.
—Sí, para una piraña. —Ahogué una risa y
él ofreció una sonrisa de disculpa—. Ella se ablandará. Sólo le toma un poco de
tiempo.
—Esperemos que sea antes de que te vayas
a Harvard.
Hablamos sin cesar acerca de la comida,
de la escuela, cálculo e incluso sobre el Círculo. Changmin era encantador,
divertido y decía las cosas correctas. Varias personas se acercaron a Changmin para
saludarlo y él siempre me presentó con una sonrisa de orgullo. Él era
considerado como una celebridad dentro de las paredes del restaurante y cuando
nos retiramos, sentí la presión de los ojos de todos en la habitación.
— ¿Y ahora qué? —Le pregunté.
—Me temo que tengo un examen en Anatomía
el lunes a primera hora. Tengo que estudiar. —dijo, cubriendo mi mano con la
suya.
—Mejor tú que yo. —le dije, tratando de
no sonar demasiado decepcionado.
Condujo al apartamento y me llevó hasta
las escaleras de la mano.
—Gracias, Changmin. —sonreí—. Pase un
rato fantástico.
— ¿Es demasiado pronto para pedirte una
segunda cita?
—No, para nada. —sonreí.
— ¿Te llamó mañana?
—Suena perfecto.
Luego vino el momento del silencio
incómodo. El elemento de las citas que temo. Besarse o no besarse, odiaba esa
pregunta.
Antes de que tuviera la oportunidad de
preguntarme si me besaría o no, él tomó cada lado de mi cara y me acercó a él,
presionando sus labios contra los míos. Eran suaves, cálidos y maravillosos. Se
retiró y luego me besó otra vez.
—Te hablo mañana, Jae.
Me despedí con la mano, mirándolo caminar
por las escaleras hacia su coche.
—Adiós.
Una vez más, cuando giré el picaporte, la
puerta se abrió de un tirón y caí hacia adelante. Yunho me atrapó y recuperé el
equilibrio.
— ¿Quieres parar de hacer eso? —Le dije,
cerrando la puerta detrás de mí.
— ¿Jae? ¿Qué eres, un vídeo de
ejercicios? —Se burló.
— ¿Boo? — dije con la misma cantidad de
desdén.
—A ti te agrada Boo —dijo él a la
defensiva.
Me agarré de su brazo para quitarme los zapatos y luego caminé a su habitación. Cuando ya me había cambiado en mi
pijama, hice mi mejor esfuerzo para permanecer enojado con él.
Yunho se sentó en la cama y se cruzó de
brazos.
— ¿Pasaste un buen rato?
—Pase —suspiré—, un rato fantástico. Un
momento perfecto. Él es… —No podía pensar en una palabra adecuada para
describirlo, así que sólo negué con la cabeza.
— ¿Te besó?
Apreté los labios y asentí con la cabeza.
—Tiene unos labios realmente suaves.
Yunho se estremeció.
—No me importa qué tipo de labios tiene.
—Créeme, es importante. Me pongo nervioso
con los primeros besos, también, pero éste no fue tan malo.
— ¿Te pones nervioso acerca de un beso?
—Preguntó, divertido.
—Sólo los primeros besos. Los detesto.
—Yo los detestaría, también, si tuviera
que besar a Shim Changmin.
Me reí y fui al cuarto de baño para lavar
el maquillaje de mi cara. Yunho me siguió, apoyándose contra la puerta.
—Así que, ¿van a salir otra vez?
—Sí. Él me llamará mañana. —Me sequé la
cara y corrí por el corredor, saltando sobre la cama.
Yunho se quedó en sus bóxers y se sentó
de espaldas a mí. Un poco desplomado, parecía estar agotado. Los músculos de su
espalda se extendieron cuando él lo hizo, él me miró por un momento.
—Si pasaron un buen rato, ¿por qué estás
en casa tan temprano?
—Él tiene un examen el lunes.
Yunho arrugó la nariz.
— ¿A quién le importa?
—Changmin está tratando de entrar a Harvard.
Tiene que estudiar.
Yunho resopló, arrastrándose sobre su
estómago. Lo observé meter las manos debajo de la almohada, parecía irritado.
—Sí, eso es lo que sigue diciéndole a
todo mundo.
—No seas aguafiestas. Changmin tiene sus
prioridades… Creo que es responsable.
— ¿No debería su chico ser una de sus
prioridades?
—No soy su chico. Hemos salido
sola una vez, Yunho. —lo regañé.
—Entonces, ¿Qué son? —Le lancé una mirada
sucia y él se echó a reír—. ¿Qué? ¡Tengo curiosidad!
Al ver que estaba siendo sincero, le
describí todo, desde el restaurante, la comida hasta las dulces y divertidas
cosas que dijo Changmin. Sabía que mi boca estaba congelada en una sonrisa
ridícula, pero no podía dejar de sonreír mientras describía mi perfecta noche.
Yunho me miraba con una sonrisa divertida
mientras yo borboteaba, incluso haciendo preguntas. A pesar de que él parecía
frustrado con la situación de Changmin, tuve la clara sensación de que
disfrutaba verme feliz.
Yunho se recostó en su lado de la cama y
yo bostecé. Nos miramos el uno al otro por un momento antes de que él
suspirara.
—Me alegro de que lo hayas pasado bien, Boo.
Te lo mereces.
—Gracias. —sonreí. El tono de mi teléfono
celular reverberó en la mesa de noche y me estiré para mirar la pantalla.
— ¿Hola?
—Ya es mañana. —dijo Changmin.
Miré el reloj y me eché a reír. Eran las
doce y un minuto.
—Ya lo es.
—Entonces, ¿qué opinas sobre el lunes por
la noche? —Preguntó.
Me tapé la boca por un momento y luego
tomé una respiración profunda.
—Eh, sí. El lunes por la noche suena
genial.
—Bien. Nos vemos el lunes. —dijo. Podía
oír la sonrisa en su voz.
Colgué el teléfono y miré a Yunho, quien
observaba con leve molestia. Me aparté de él y me hice un ovillo, tenso de la
emoción.
—Eres tan empalagoso. —dijo Yunho,
dándome la espalda.
Puse los ojos en blanco y suspiré.
Se dio la vuelta, tirando de mí hacia él.
— ¿En verdad te gusta Changmin?
— ¡No lo arruines, Yunho!
Me miró por un momento y luego negó con
la cabeza, dándose la vuelta una vez más.
—Shim
Changmin. —suspiró.
Awww yunho celoso pero el no sabe como acercarase a jaejoong siento q sufrira mucho yunho al tratar d descubrir y aceptar sus sentimientos porq no xcede facil y bueno esta molesto
ResponderEliminarAl parecer junsu es el unico q se da cuenta w raised dos son ciegos o fingen nosaberlo
Graciiiias *-*
nose, se me hace que en esta historia minnie esconde algo, y su madre debe saber el secreto de jae, pobre yunho, le toca aguantarse los celos.
ResponderEliminarLa madre de min es algo pesada no?... No sé no me cayó bien ...
ResponderEliminarMin min hay algo extraño/misterioso en ti...
Pobre Yunho oír hablar a la persona q te gusta/amas(? De la persona qu ele gusta es horrible
jae y min...que lindo..pero yunho es yunhoooo y aunque esta celoso trata de que jae nos se de cuenta.
ResponderEliminargracias por el capitulo
Amo que YH se ponga celoso y actúe *^* aunque pobrecito u.u tener que aguantar ver que JJ sale con CM (para mi es casi horripilante >\\< CM es el hijo del YJ y punto *^* no lo imagino de pareja de ninguno noooooo)
ResponderEliminar:( no me gusta nada como estan sucediendo las cosas .... pobre de mi Yunho, él quiere a jae pero Jae solo piensa en Min me da mucha pena ... pobre con lo cambiado que esta para ser mejor persona para Jae y Jae que ni lo toma en cuenta :(
ResponderEliminarOjala las cosas mejoren entre ellos
Ese Changmin se trae algo... Pobre Yunho, aguantándose los celos por Jae, y este babo que no se da cuenta de nada... Vamos a ver como continua esto ~
ResponderEliminar*se va a leer el siguiente cap*
Jae parece estar ilusionado con Changmin, no por favor, Yunho te ama, pero no te lo dice porque no cree merecerte Jae...
ResponderEliminarGracias
Me gusta cuando Yun se pone celoso jajajaja
ResponderEliminarMe gusta como ponen a karam en la historia, no es el tipico malo, espero siga así.
Gracias por compartir.
HERMOSO ME ENCANTA ESTE FIC, NO ME GUSTA MUCHO VER SUFRIR A YUNHO,BUENO VEREMOS CUANTO DURA LA ILUSIÓN CON MIN ....GRACIAS
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