Capítulo 9
Ji Yong sacudió la cabeza.
—Está bien, así que, ¿estás con Changmin o
con Yunho? Estoy confundido.
—Changmin no me habla, así que, eso está
en el limbo por ahora —dije, rebotando para reajustar mi mochila.
Ji Yong lanzó una bocanada de humo, y
después sacó un poco de tabaco de su lengua.
—Somos amigos, Ji Yong.
—Te das cuenta de que todo el mundo
piensa que ustedes dos están teniendo algún tipo de extraña relación de
amigos-con-beneficios que no están admitiendo, ¿verdad?
—No me importa. Pueden pensar lo que
quieran.
— ¿Desde cuándo? ¿Qué pasó con el Jae
nervioso, misterioso y cauteloso que conozco y amo?
—Murió por el estrés de todos los rumores
y suposiciones.
—Eso es muy malo. Voy a extrañar el
señalarlo y reírme de él.
Golpeé el brazo de Ji Yong, y él se rió.
—Bien. Ya era hora de que dejaras de
fingir —dijo.
— ¿Qué quieres decir?
—Cariño, estás hablando con alguien que
vivió la mayor parte de su vida fingiendo. Te detecté a una milla de distancia.
— ¿Qué estás tratando de decir, Ji Yong?
—Que estás escondiendo algo. Las
chaquetas, el sofisticado y recatado chico que va a elegantes restaurantes con Shim
Changmin… ese no eres tú. O eras un stripper de pueblo o has estado en
rehabilitación. La última, supongo yo.
Me reí fuertemente.
— ¡Eres terrible para suponer!
—Entonces, ¿Cuál es tu secreto?
—Si te lo dijera, no sería un secreto,
¿no es así?
Sus facciones se afilaron con una sonrisa
pícara.
—Yo te mostré el mío, ahora muéstrame el
tuyo.
—Odio ser el portador de malas noticias,
pero tu orientación sexual no es exactamente un secreto, Ji Yong.
— ¡Mierda! Y yo que pensaba que tenía lo
de misterioso gatito del sexo a mi favor —dijo, tomando otra calada.
Me encogí antes de hablar.
— ¿Tuviste una buena vida en casa, Ji
Yong?
—Mi mamá es genial… mi papá y yo teníamos
muchos problemas que resolver, pero estamos bien ahora.
—Yo tuve a Kim Doo Il por padre.
— ¿Quién es ese?
Me reí.
— ¿Ves? No es tan importante si no sabes
quién es.
— ¿Quién es él?
—Un desastre. Las apuestas, la bebida, el
mal temperamento… es hereditario en mi familia. Junsu y yo vinimos aquí para
que yo pudiera empezar de nuevo, sin el estigma de ser el hijo de un borracho
rehabilitado.
— ¿Un apostador rehabilitado?
—Todo lo que Doo Il tocaba se convertía
en oro en ese entonces. Cuando cumplí trece, su suerte cambió.
—Y te culpó a ti.
—Junsu renunció a muchas cosas para venir
aquí conmigo, así yo podía escapar, pero llegué aquí y me doy de bruces contra Yunho.
—Y cuando ves a Yunho…
—Es demasiado familiar.
Ji Yong asintió, tirando su cigarrillo al
suelo.
—Mierda, Jae. Eso apesta.
Entrecerré mis ojos.
—Si le dices a alguien lo que acabo de
decir, llamaré a La Mafia. Conozco a algunos de ellos, sabes.
—Mentira.
Me encogí de hombros.
—Cree lo que quieras.
Ji Yong me miró suspicazmente, y después
sonrió.
—Eres, oficialmente, la persona más
genial que conozco.
—Eso es triste, Ji Yong. Deberías salir
más —dije, deteniéndome en la entrada de la cafetería.
Él levantó mi barbilla.
—Todo va salir bien. Soy un firme creyente
del refrán las-cosas-pasan-por-una-razón. Llegaron aquí, Junsu conoció a Yoochun,
tú encontraste tu camino hacia El Círculo, algo sobre ti puso el mundo de Jung
Yunho de cabeza. Piensa en ello —dijo, plantando un rápido beso en mis labios.
— ¡Oye, ya! —dijo Yunho. Me agarró por la
cintura, levantándome en el aire, y regresándome al suelo detrás de él—. ¡Tú
eres la última persona por la que tendría que preocuparme sobre esa mierda, Ji
Yong! ¡Ten cuidado! —bromeó.
Ji Yong se inclinó hacia el lado de Yunho
y me guiñó un ojo.
—Nos vemos, Cookie.
Cuando Yunho se giró para enfrentarme, su
sonrisa se desvaneció.
— ¿Por qué ese gesto?
Yo negué con la cabeza, tratando de dejar
que la adrenalina siguiera su curso.
—Simplemente no me gusta ese apodo. Tiene
algunos malos recuerdos adheridos.
— ¿Expresión de cariño del aspirante a
pastor bautista?
—No —refunfuñé.
Yunho golpeó su palma.
— ¿Quieres que vaya a golpear a Ji Yong?
¿Qué le enseñe una lección? Lo mataré.
No pude evitar sonreír.
—Si quisiera matar a Ji Yong, simplemente
le diría que Prada quebró, y él terminaría el trabajo por mí.
Yunho se rió, acercándose a la puerta.
— ¡Vamos! ¡Estamos perdiendo el tiempo
aquí!
Nos sentamos juntos en la mesa del
almuerzo molestándonos con pellizcos y codazos en las costillas. El humor de Yunho
era tan optimista como la noche en que perdí la apuesta. Todos en la mesa lo
notaron, y cuando instigó una mino-guerra de comida conmigo, atrajo la atención
de los que estaban sentados en las mesas a nuestro alrededor.
Rodé mis ojos.
—Me siento como un animal de zoológico.
Yunho me miró por un momento, notó esas
miradas, y después se puso de pie.
— ¡I CAN‟T! —gritó. Observé con asombro como el
cuarto entero levantó la cabeza de un tirón en su dirección. Yunho movió la
cabeza un par de veces a un ritmo en su cabeza.
Yoochun cerró los ojos.
—Oh, no.
Yunho sonrió.
—Get no… sa…
tis… faction —cantó—, I can‟t get no….
sat-is-fac-tion. „Cuz I‟ve tried… and I‟ve tried… and I‟ve tried… and I‟ve tried…—se subió a la mesa mientras todo el mundo miraba—, ¡I
CAN‟T GET NO!
Apuntó a los jugadores de fútbol al final
de la mesa y ellos sonrieron—, ¡I CAN‟T GET NO! —Gritaron al unísono. Todo el cuarto
aplaudió al ritmo, entonces. Yunho cantó en sus puños.
— ¡When I‟m drivin‟ in my car, and a
man comes on the… ra-di-o… he‟s tellin‟ me more and more… about some useless in-for-ma-tion!
¡Supposesd to fire my im-agin-a-tion! ¡I CAN‟T GET NO! ¡Uh no, no, no!
Bailó junto a mí, cantando en su
micrófono imaginario.
Toda la sala estaba cantando en armonía,
— ¡HEY, HEY, HEY!
— ¡That‟s what I‟ll say! —Cantó Yunho.
Yunho movió sus caderas, y algunos
silbidos y chillidos de las chicas y chicos en la sala se encendieron. Caminó
hacia mí otra vez, cantando el coro al otro lado de la sala, los jugadores de
fútbol sus coristas.
— ¡Yo te voy a ayudar! —Gritó un chico
desde el fondo.
— …cuz I‟ve tried, and I‟ve tried, and I‟ve tried… —cantó.
— ¡I CAN‟T GET NO! ¡I CAN‟T GET NO! —Cantaron sus coristas.
Yunho se paró enfrente de mí y se
inclinó.
— ¡When I‟m watchin‟ my tv… and a…
man comes on and tells me… how White my shirts can be! Well he can‟t be a man, cause he doesn‟t smoke… the same cigarettes as me! ¡I can‟t…get no! ¡Uh no, no, no!
Todo el mundo aplaudió al ritmo y los
jugadores de fútbol cantaron, — ¡HEY, HEY, HEY!
— ¡That‟s what I say! —cantó Yunho, apuntando a su audiencia
que aplaudía.
Algunos se pararon y bailaron con él,
pero la mayoría sólo observó con divertido asombro.
Saltó a la mesa de al lado y Junsu gritó
y aplaudió, dándome un codazo. Yo negué con la cabeza; había muerto y
despertado en High School Musical.
Los jugadores de fútbol estaban
tarareando la base, — ¡Na, na, nanana! ¡Na, na, na! ¡Na na, nanana!
Yunho levantó su puño-microfono,
— ¡When I‟m… ridin‟ „round the world… and I‟m doin‟ this… and I‟m signin‟ that!
Se bajó de un salto, y entonces se
inclinó a través de la mesa hacia mi cara, —And I‟m tryin‟ to make some girl…. tell me, uh baby better come back,
maybe next week, „cuz you see I‟m on. ¡A losin‟ streak! ¡I CAN‟T GET NO! ¡Uh no,
no, no!
El cuarto aplaudió al ritmo, el equipo de
fútbol gritó su parte, — ¡HEY, HEY, HEY!
— ¡I can‟t get no! ¡I can‟t get no! ¡Satis-faction!15 —me canturreó, sonriendo y sin
aliento.
La sala entera explotó en aplausos, e
incluso algunos silbidos. Me sacudí después de que besó mi frente, y entonces
se enderezó para hacer una reverencia. Cuando volvió a su asiento en frente de
mí, se echó a reír.
— ¿No están mirándote, ahora, o sí?
—Jadeó.
—Gracias. Realmente, no hacía falta
—Sonreí.
— ¿Jae?
Levanté la mirada para ver a Changmin parado
al final de la mesa. Todos los ojos estaban sobre mí una vez más.
—Tenemos que hablar —dijo Changmin,
parecía nervioso. Miré hacia Junsu, Yunho, y luego a Changmin —. ¿Por favor?
—Preguntó, metiendo las manos en sus bolsillos.
Asentí con la cabeza, siguiéndolo afuera.
Pasó por las ventanas hacia la privacidad del otro lado del edificio.
—No quería atraer la atención hacia ti
otra vez. Sé cuánto odias eso.
—Entonces, simplemente deberías haberme
llamado si querias hablar —dije.
Asintió, mirando el suelo.
—No era mi intención encontrarte en la
cafetería. Vi la conmoción, y después a ti, y me acerqué. Lo siento.
Esperé, y él habló otra vez.
—No sé qué pasó contigo y Yunho. No es
asunto mío… tú y yo sólo hemos tenido un par de citas. Estaba enojado al
principio, pero entonces me di cuenta de que no me hubiera molestado si no
sintiera algo por ti.
—No dormí con él, Changmin. Yunho sostuvo
mi cabello mientras lanzaba medio litro de Petron en su inodoro. Eso es a lo
más romántico que llegó.
Se rió una vez.
—No creo que hayamos tenido una
oportunidad justa… no contigo viviendo con Yunho. La verdad es, Jae, me gustas.
No sé qué es, pero parece que no puedo dejar de pensar en ti. —Sonreí y tomó mi
mano, pasando sus dedos sobre mi brazalete—. Probablemente te asusté con este
ridículo regalo, pero nunca he estado en esta situación antes. Siento como si
estuviera constantemente compitiendo con Yunho por tu atención.
—No me asustaste con el brazalete.
Él apretó los labios.
—Me gustaría que salgamos otra vez en un
par de semanas, después de que terminé tu mes con Yunho. Entonces podemos
concentrarnos en llegar a conocernos sin la distracción.
—Me parece justo.
Se inclinó hacia abajo y cerró los ojos,
presionando sus labios contra los míos.
—Te llamaré pronto.
Lo despedí con la mano, y luego volví a
la cafetería, pasando a Yunho.
Yunho me agarró, empujándome a su regazo.
— ¿Romper es tan difícil de hacer?
—Changmin quiere volver a intentarlo
cuando vuelva a los dormitorios.
—Mierda, voy a tener que pensar en otra
apuesta—dijo, poniendo mi plato frente a mí.
Las dos siguientes semanas volaron.
Aparte de las clases, pasé cada momento despierto con Yunho, y la mayoría del
tiempo lo pasamos solos. Me llevó a cenar, por tragos y a bailar al club, a los
bolos, y fue llamado a dos peleas. Cuando no estábamos riéndonos de nuestras
tonterías, estábamos jugando a la lucha libre, o acurrucados en el sofá con Taepoong,
mirando una película. Yunho hizo un punto por ignorar a cada chico que bateó
sus pestañas, y todo el mundo hablaba del nuevo Yunho.
Mi última noche en el apartamento, Junsu y
Yoochun estaban inexplicablemente ausentes, y Yunho elaboró una cena especial
de Última Noche. Compró vino, puso
servilletas, e incluso trajo a casa cubiertos de plata nuevos para la ocasión.
Ubicó nuestros platos en la barra del desayuno y puso su silla al otro lado
para sentarse enfrente de mí. Por primera vez, tuve la clara sensación de que
estábamos en una cita.
—Esto es muy bueno, Yunho. Me lo has
estado ocultando —dije mientras masticaba la pasta de pollo que él había
preparado.
Forzó una sonrisa, y pude ver que estaba
trabajando duro para mantener la conversación ligera.
—Si te lo hubiera dicho antes, lo
hubieras esperado todas las noches. —Su sonrisa se desvaneció, y sus ojos
cayeron a la mesa.
Jugué con la comida en mi plato.
—Yo también voy a extrañarte, Yunho.
—Vas a seguir viniendo, ¿verdad?
—Sabes que lo haré. Y tú estarás en los
dormitorios, ayudándome a estudiar, justo como hiciste antes.
—Pero no va a ser lo mismo —suspiró—.
Estarás saliendo con Changmin, vamos a estar ocupados… iremos en direcciones
diferentes.
—No va a cambiar tanto.
Logró una sola risa.
— ¿Quién hubiera pensado en esa primera
vez que nos vimos que estaríamos sentados aquí? No podrías haberme dicho, hace
tres meses, que yo estaría así de miserable al decirle adiós a un chico.
Mi estómago se hundió.
—No quiero que seas miserable.
—Entonces no te vayas —dijo. Su expresión
era tan desesperada que la culpa formó un nudo en mi garganta.
—No puedo mudarme aquí, Yunho. Es una
locura.
— ¿Quién lo dice? Acabo de tener las dos
mejores semanas de mi vida.
—Yo también.
— ¿Entonces por qué siento como si nunca
fuera a volver a verte?
Yo no tenía una respuesta. Su mandíbula
se tensó, pero no él no estaba enojado. La urgencia de ir hacia él creció
insistente, así que me paré y caminé alrededor de la barra, sentándome en su
regazo. Yunho no me miró, así que abracé su cuello, presionando mi mejilla
contra la suya.
—Te vas a dar cuenta del dolor en el
trasero que soy, y entonces, olvidarás todo sobre extrañarme —dije en su oído.
Resopló una bocanada de aire mientras
frotaba mi espalda.
— ¿Lo prometes?
Me incliné hacia atrás y miré en sus
ojos, tocando cada lado de su cara con mis manos. Acaricié su mandíbula con mi
pulgar; su expresión era desgarradora. Cerré mis ojos y me incliné para besar
la comisura de sus labios, pero él se giró para que atrapara más de sus labios
de lo que yo había intentado.
Incluso cuando el beso me sorprendió, no
me alejé de inmediato.
Yunho mantuvo sus labios en los míos,
pero no lo llevó más lejos.
Finalmente me alejé, jugando con una
sonrisa.
—Tengo un día pesado mañana. Voy a
limpiar la cocina, y después me voy a ir a la cama.
—Te ayudo —dijo él.
Lavamos los platos en silencio, con Taepoong
durmiendo a nuestros pies. Yunho secó el último plato y lo puso en el estante,
y después me llevó por el pasillo, sosteniendo mi mano un poco demasiado
apretada. La distancia desde la boca del pasillo hasta la puerta de su
habitación parecía durar el doble de tiempo. Los dos sabíamos que el adiós
estaba sólo a unas pocas horas de distancia.
Yunho ni siquiera intentó pretender no
mirar esta vez mientras me cambiaba a una de sus camisetas para dormir. Se
desvistió hasta sus bóxers, y se subió debajo de las mantas, esperándome a que
lo acompañara.
Una vez que lo hice, Yunho apagó la
lámpara, y luego me acercó a él sin pedir permiso o disculparse. Tensó sus
brazos y suspiró, y yo acurruqué mi cara en su cuello. Cerré los ojos
fuertemente, tratando de saborear el momento. Sabía que iba a desear volver a
este momento cada día de mi vida, así que lo viví con todo lo que tenía.
Yunho miró por la ventana. Los árboles
arrojaron una sombra a través de su rostro. Yunho apretó sus ojos cerrados, y
la sensación de hundimiento se instaló en mí. Era agonizante verlo sufrir,
sabiendo no sólo que yo era la causa de ese sufrimiento… yo era el único que se
lo podía quitar.
— ¿Yunho? ¿Estás bien? —Pregunté.
Hubo una larga pausa antes de que hablara
finalmente.
—Nunca he estado mejor en toda mi vida.
Presioné mi frente contra su cuello, y él
me apretó más fuerte.
—Esto es tonto —dije—. Nos vamos a ver
todos los días.
—Sabes que eso no es verdad.
El peso de la tristeza que sentíamos los
dos era aplastante, y una necesidad incontenible se apoderó de mí para
salvarnos a los dos. Levanté mi barbilla, pero dudé; lo que estaba a punto de
hacer lo cambiaría todo. Razoné que Yunho no veía la intimidad como algo más
que una forma de pasar el tiempo, y cerré mis ojos otra vez y me tragué mis
miedos. Tenía que hacer algo, sabiendo que los dos permaneceríamos despiertos,
temiendo por cada minuto que pasara hasta la mañana.
Mi corazón latía fuertemente cuando toqué
su cuello con mis labios, y luego probé su carne en un lento y tierno beso.
Bajó la mirada con sorpresa, y entonces sus ojos se suavizaron comprendiendo lo
que yo quería.
Se inclinó hacia abajo, presionando sus
labios contra los míos con una delicada dulzura. El calor de sus labios viajó
todo su camino hasta mis pies, y lo atraje más cerca de mí. Ahora que habíamos
dado el primer paso, no tenía intención de detenerme ahí.
Separé mis labios, dejando que la lengua
de Yunho encontrara su camino hacia la mía.
—Te deseo.
De repente, el beso se hizo más lento, y él
intentó alejarse. Determinado a terminar lo que había empezado, mi boca trabajó
contra la suya más ansiosamente. En reacción, Yunho se alejó hasta que estaba
de rodillas. Me levanté con él, manteniendo nuestras bocas fusionadas.
Agarró cada uno de mis hombros para
mantenerme a raya.
—Espera un segundo —susurró con una
sonrisa divertida, respirando fuertemente—. No tienes que hacer esto, Boo. Esto
no es de lo que se trata esta noche.
Lo estaba escondiendo, pero pude verlo en
sus ojos, su auto-control no iba a durar mucho.
Me incliné de nuevo, y esta vez sus
brazos cedieron sólo lo suficiente para que rozara mis labios contra los suyos.
—No me hagas rogar —susurré contra su
boca.
Con esas cuatro palabras, sus reservas se
desvanecieron. Me besó, duro y con ganas. Mis dedos bajaron a lo largo de su
espalda y se instalaron en el elástico de sus bóxers, recorriendo nerviosamente
las arrugas de la tela. Sus labios se impacientaron, entonces, y caí contra el
colchón cuando se estrelló contra mí. Su lengua se abrió camino a la mía de
nuevo, y cuando gané el valor de deslizar mi mano entre su piel y sus bóxers,
gimió.
Yunho tiró de la camiseta por encima de
mi cabeza, y luego sus impacientes manos recorrieron mi costado, agarrando mi
ropa interior y deslizándola por mis piernas con una mano. Su boca regresó a la
mía una vez más mientras su mano se deslizaba hacia arriba por el interior de
mi muslo, y dejé salir un suspiro largo y entrecortado cuando sus dedos vagaron
donde ningún hombre me había tocado antes. Mis rodillas se arquearon y
temblaron con cada movimiento de su mano, y cuando clavé mis dedos en su carne,
se posicionó encima de mí.
—Boo —dijo, jadeando—, no tiene que ser
esta noche. Esperaré hasta que estés listo.
Miré por encima de mi cabeza y alcancé el
primer cajón de su buró, abriéndolo. Sintiendo el plástico entre mis dedos,
toqué la esquina con mi boca, abriendo el paquete con mis dientes. Su mano
libre dejó mi espalda, y se bajó los bóxers, sacándoselos rápidamente como si
no pudiera soportar que estuvieran entre nosotros.
El paquete crujió en la yema de sus
dedos, y después de unos momentos, lo sentí entre mis piernas. Cerré los ojos.
—Mírame, Boo.
Lo miré, y sus ojos estaban decididos y
suaves al mismo tiempo. Movió la cabeza, inclinándose para besarme tiernamente,
y entonces su cuerpo se tensó, empujándose dentro de mí en un pequeño y lento
movimiento. Cuando se alejó, mordí mi labio con incomodidad; cuando se meció en
mí otra vez, apreté mis ojos cerrados por el dolor. Mis piernas apretadas
alrededor de sus caderas, y me besó de nuevo.
—Mírame —susurró.
Cuando abrí mis ojos, se presionó dentro
de mí otra vez, y grité por la maravillosa combustión que provocó. Una vez que
me relajé, el movimiento de su cuerpo contra el mío fue más rítmico. El
nerviosismo que había sentido al principio había desaparecido, y Yunho agarraba
mi carne como si no pudiera tener suficiente. Lo atraje hacia mí, y gimió
cuando el placer que sintió fue demasiado.
—Te he deseado por tanto tiempo, Jae.
Eres todo lo que quiero —musitó contra mi boca.
Agarró mi pierna con una mano y se
levantó con su codo, sólo unos centímetros por encima de mí. Una fina capa de sudor
comenzó a crearse en nuestra piel, y arqueé la espalda mientras sus labios
trazaban mi mandíbula y después seguían una sola línea hacia mi cuello.
—Yunho —suspiré.
Cuando dije su nombre, apoyó su mejilla
contra la mía, y sus movimientos se volvieron más rígidos. Los ruidos de su
garganta se hicieron más fuertes, y finalmente se presionó dentro de mí una
última vez, gimiendo y temblando encima de mí.
Después de unos momentos, se relajó, dejó
que su respiración fuera más lenta.
—Ese fue un gran primer beso —dije con
una expresión cansada y satisfecha.
Yunho escaneó mi rostro y sonrió.
—Tu último primer beso.
Estaba demasiado sorprendido como para
responder.
Yunho colapsó a mi lado sobre su
estómago, extendiendo un brazo sobre mi cintura, y descansando su frente contra
mi mejilla. Pasé mis dedos por la piel desnuda de su espalda hasta que escuché
que su respiración se equilibraba.
Permanecí despierto durante horas,
escuchando las profundas respiraciones de Yunho y al viento moviéndose entre
los árboles afuera. Junsu y Yoochun entraron por la puerta principal
silenciosamente, y los escuché caminar de puntillas por el pasillo, murmurando
entre ellos.
Habíamos empacado mis cosas más temprano
ese día, y me encogí ante cuán incómoda iba a ser la mañana. Había pensado que
una vez que Yunho se acostara conmigo habría satisfecho su curiosidad, pero en
cambio, Yunho estaba hablando de un para siempre. Mis ojos se cerraron de golpe
ante el pensamiento de su expresión cuando entendiera que lo había pasado entre
nosotros no era una comienzo, era un cierre. Yo no podía ir por ese camino, él
me odiaría cuando se lo dijera.
Salí de debajo de su brazo y me vestí,
cargando mis zapatos por el pasillo hacia la habitación de Yoochun. Junsu se
sentó en la cama, y Yoochun estaba sacándose su camisa enfrente del armario.
— ¿Está todo bien, Jae? —Preguntó Yoochun.
— ¿Junsu? —dije, indicándole que viniera
al pasillo conmigo.
Junsu asintió, mirándome con ojos cautos.
— ¿Qué está pasando?
—Necesito que me lleves a los dormitorios
ahora. No puedo esperar hasta mañana.
Un lado de su boca se levantó con una
conocida sonrisa.
—Nunca pudiste manejar las despedidas.
Yoochun y Junsu me ayudaron con mis
bolsos, y miré por la ventana del auto de Junsu en mi viaje de vuelta a los
dormitorios. Cuando dejamos el último de mis bolsos en mi cuarto, Junsu me
agarró.
—Va a ser tan diferente el apartamento,
ahora.
—Gracias por traerme a casa. El sol
saldrá en unas pocas horas. Mejor vete —dije, apretando su agarre una vez antes
de dejarlo ir.
Junsu no miró hacia atrás cuando dejó mi
cuarto, y yo mastiqué mi labio nerviosamente, sabiendo cuán enojado estaría
cuando se diera cuenta de lo había hecho.
Mi camiseta crujió cuando me la saqué por
la cabeza, la estática en el aire se había intensificado con la llegada del
invierno. Sintiéndome un poco perdido, me hice un ovillo debajo mi grueso
edredón, e inhalé por la nariz; el perfume de Yunho aún persistía en mi piel.
La cama se sintió fría y desconocida, un
agudo contraste con el calor del colchón de Yunho. Había pasado treinta días en
un pequeño apartamento con el hombreriego más infame, y después de todas las
discusiones y las suposiciones de última hora, era el único lugar en el que
quería estar.
Las llamadas empezaron a las ocho de la
mañana, y después cada cinco minutos durante una hora.
— ¡Jae! —Gruñó Karam—. ¡Contesta el
estúpido teléfono!
Me estiré y lo apagué. No fue hasta que
escuché los golpes en la puerta que me di cuenta que no me iban a dejar pasar
el día escondido en mi cuarto como planeaba.
Karam tiró de la perilla.
— ¿Qué?
Junsu pasó a su lado, y se paró al lado de mi cama.
— ¿Qué demonios está pasando?
—Gritó. Sus ojos estaban rojos e hinchados, y todavía estaba en pijama.
Me senté.
— ¿Qué, Junsu?
— ¡Yunho es un maldito desastre! No
quiere hablar con nosotros, está destrozando el apartamento, arrojó el estéreo
a través de la habitación… ¡Chun no puede hacerlo entrar en razón!
Me froté los ojos con las palmas de mis
manos, y parpadeé.
—No lo sé.
— ¡Mentira! Vas a decirme que demonios
está pasando, ¡Y vas a decírmelo ahora!
Karam tomó su bolso para la ducha y huyó.
Cerró la puerta fuertemente detrás de él, y yo fruncí el ceño, con miedo de que
le diga a la consejera de residencias, o peor, al Decano de Estudiantes.
—Baja la voz, Junsu, Jesús —susurré.
Junsu apretó los dientes.
— ¿Qué hiciste?
Supuse que Yunho estaría enojado conmigo;
no sabía que entraría en cólera.
—Yo… no lo sé —tragué.
—Intentó golpear a Chun cuando se enteró
que te ayudamos para que te fueras. ¡Jae! ¡Por favor dime! —Suplicó, sus
ojos brillando—. ¡Me está asustando!
El miedo en sus ojos me obligó a decir
sólo la verdad parcial.
—Simplemente no pude decir adiós. Sabes
qué difícil es para mí.
—Es algo más, Jae. ¡Él está absolutamente
loco! Lo escuché gritar tu nombre, y después recorrió todo el apartamento
buscándote. Irrumpió en el cuarto de Chun, demandando saber dónde estabas. Entonces
intentó llamarte. Una, y otra, y otra vez —suspiró—. Su rostro estaba… Jesús, Jae.
Nunca lo había visto así. Arrancó las sabanas de la cama, y las arrojó, arrojó
sus almohadas, destrozó el espejo con su puño, pateo su puerta… ¡rompiendo las
bisagras! ¡Fue la cosa más aterradora que he visto en mi vida!
Cerré mis ojos, obligando a las lágrimas
agrupadas en mis ojos correr por mis mejillas.
Junsu me empujó su celular.
—Tienes que llamarlo. Por lo menos tienes
que decirle que estás bien.
—Está bien, lo voy a llamar.
Me volvió a dar su teléfono.
—No, vas a llamarlo ahora.
Tomé su teléfono en mi mano y toqué los
botones, tratando de imaginar qué podría decirle. Junsu lo arrebató de mi mano,
marcó, y me lo pasó. Sostuve el teléfono en mi oído, y respiré hondo.
— ¿Junsu? —Respondió Yunho, su voz llena
de preocupación.
—Soy yo.
La línea estuvo en silencio por varios
minutos antes de que finalmente hablara.
— ¿Qué mierda pasó contigo anoche? Me
desperté esta mañana, y no estabas y tú… ¿sólo te fuiste y no dijiste adiós? ¿Por
qué?
—Lo siento. Yo…
— ¿Lo sientes? ¡Te has vuelto loco!
No contestas tu teléfono, te escapaste y, qué… ¿por qué? ¡Pensé que
finalmente teníamos todo resuelto!
—Sólo necesitaba algo de tiempo para
pensar.
— ¿Sobre qué? — Hizo una pausa—.
¿Te lastimé?
— ¡No! ¡No es nada por el estilo! En
verdad… en verdad lo siento. Estoy seguro que Junsu te lo dijo. Yo no me
despido.
—Tengo que verte —dijo, su voz
desesperada.
Suspiré.
—Tengo mucho que hacer hoy, Yunho. Tengo
que desempacar y tengo pilas de ropa que lavar.
—Te arrepientes —dijo Yunho, su voz rota.
—No es… no es eso. Somos amigos. Eso no
va a cambiar.
— ¿Amigos? ¿Entonces qué mierda
fue anoche? —dijo, la ira fluyendo a través de su voz.
Cerré mis ojos fuertemente.
—Sé lo que quieres. Yo simplemente no
puedo… hacer eso ahora mismo.
— ¿Así que sólo necesitas tiempo?
—preguntó con una voz más calmada—. Podrías haberme dicho eso. No tenías que
escaparte de mí.
—Sólo parecía la forma más fácil.
— ¿La más fácil para quién?
—No podía dormir. Seguía pensando en cómo
sería en la mañana, cargando el auto de Junsu y… no pude hacerlo, Yunho —dije.
—Ya es suficientemente malo que no vas a
estar más aquí. No puedes simplemente salir de mi vida.
Forcé una sonrisa.
—Te veré mañana. No quiero que las cosas
estén raras, ¿de acuerdo? Sólo necesito solucionar algunas cosas. Eso es todo.
—Está bien —dijo—. Puedo hacer eso.
Terminé la llamada y Junsu me miró
fijamente.
— ¿DORMISTE con él? ¡Perra! ¿Ibas a
decírmelo siquiera?
Rodé mis ojos y caí contra la almohada.
—Esto no es sobre ti, Junsu. Esto sólo se
convirtió en un complicado desastre.
— ¿Qué tiene de complicado? ¡Ustedes dos
deberían estar delirantemente felices, no rompiendo puertas y escondiéndose en
sus cuartos!
—No puedo estar con él —susurré,
manteniendo mis ojos en el techo.
Su mano cubrió la mía, y habló
suavemente.
—Yunho necesita trabajar. Créeme,
entiendo cada una de las reservas que tienes sobre él, pero mira cuánto ha
cambiado por ti hasta ahora. Piensa en las últimas dos semanas, Jae. Él no es
Doo Il.
— ¡Yo soy Doo Il! Me involucré con
Yunho y todo por lo que hemos trabajado… ¡poof! —Troné mis dedos—. ¡Justo así!
—Yunho no dejará que eso pase.
—No depende de él, ¿no es así?
—Vas a romper su corazón, Jae. ¡Vas a romper
su corazón! El único chico en el que confía lo suficiente como para
enamorarse, ¡Y vas a clavarlo a la pared!
Me giré lejos de él, incapaz de ver la
expresión que iba con el tono de súplica en su voz.
—Necesito el final feliz. Por eso vinimos
aquí.
—No tienes que hacer esto. Podría
funcionar.
—Hasta que mi suerte se esfume.
Junsu levantó sus manos, dejándolas caer
en su regazo.
—Jesús, Jae, no empieces con esa mierda otra
vez. Ya hablamos sobre esto.
Mi teléfono sonó, y miré la pantalla.
—Es Changmin.
Junsu negó con la cabeza.
—Todavía estamos hablando.
— ¿Hola? —Respondí, evitando la mirada de
Junsu.
— ¡Jae! ¡Día uno de libertad! ¿Cómo se
siente? —dijo.
—Se siente… libre —dije, incapaz de
reunir un poco de entusiasmo.
— ¿Cena mañana en la noche? Te he
extrañado.
—Sí —me limpié la nariz con mi manga—.
Mañana es genial.
Después de colgar el teléfono, Junsu frunció
el ceño.
—Yunho va a preguntarme cuando regrese
—dijo él—. Va a querer saber de qué hablamos. ¿Qué se supone que le diré?
—Dile
que voy a mantener mi promesa. Para a esta hora mañana, Yunho no me extrañará.
me voy a volver loca lo juro.....
ResponderEliminarAhhhh pito....
ResponderEliminarOsea jaejoong segun se despide de Yunho entregandole su virginidad, yunho lo ve como el comienzo de algo hermoso y jaejoong el cierre de un ciclo...
vaya forma de despedirse dandole tu virginidad a tu mejor amigo, ahora yunho ve todo diferente, es que el qiere a jaejoong y se lo ha dicho pero el simplemente no ve o no qiere aceptar lo que siente, no ntiendo que carajo le hizo su padre para q ll compare con Yunho y x lo visto el ques sufrira aqi es yunho
Jae saliendo con changmin, yunho amandolo y el se hace el desentendido ><
Ahh enserio morire de angustia, amo este tipo de fics
gracias +*-*-+
Caray Jaejoong, es que porque no entra en razón?? que entienda como el dice junsu que yunho no es como su padre y esta dispuesto a cambiar por él, y mira que irse de esa forma, yunho pensando que las cosas cambiarían para bien y el intentando cerrar ese ciclo con él, no, no! El ama a yunho, ya que no siga fingiendo y salga con changmin solo porque cree que es lo que necesita, no se da cuenta a caso de como hace sufrir a yunho? el final del capítulo me dijo intrigada, me desespero ya quiero saber que pasará, gracias por actualizar y compartir con nosotros esta adaptación. ^^
ResponderEliminaraaah ahora JJ q le pasa no lo entiendo !! xD
ResponderEliminarse nota a leguas q quiere a yunho y simplemente se va de esa manera S:
waa yunho esta dispuesto a todo x el y jejung no reacciona ><
adsadsa gracias x la actu !!
Hola;
ResponderEliminarWow,esa historia es más profunda(dura) del que yo creo.
Usted esta la hacer un excelente trabajo en esa adaptacion ^_^.
Ahora,estoy demasiada ansiosa para saber lo que pasará.
Un abrazo y matta ne.
Hanajima-san.
pobre yunho por que si jae lo quiere tanto como para darle a el su virginidad lo a dejado si yunho lo ama y jae lo es todo para el pobre va a sufrir por su abandono
ResponderEliminarJae tiene que dejar ir su pasado ... Es decir Yunho no es como el lo esta pintando...
ResponderEliminarJae en serio lastimará a Yunho ... No es justo :(...
Mi corazón esta destrozado... No es justo para Yunho es tan doloroso...
definitivamente esto es un desastre...
ResponderEliminarjaejoong si no te avivas te quedaras solo,,,todo tiene un limite
en fin veremos que pasa.
gracias por el capirulo
Pinche JJ, eres un hijo de la fregada ó.ó!!!
ResponderEliminarComo le vas hacer eso? Ahhh quiero matarte >_>
Pobre YH, y por poco paga el pato YC (para colmo)
JJ, ya dejare de pendejadas >_>
ese..... como se atrevio a hacer eso con Yunho.... bueno despues de lo que hizo bien pueden seguir hablando de él lo quieran porque se ha comportado como una....
ResponderEliminarpobre Yunho que tiene un esperanza de mejorar su vida con Jae y el lo trata como cualquier cosa... acaso no piensa en los sentimientos de Yunho?... el solo piensa en sus miedos y penas sin importar el daño que le hace a Yunho .... pero luego Jae no te arrepientas por tus acciones ...
Yunho va a sufrir u.u Nose porque Jae lo compara con su padre, pero Yunho es diferente. Yunho esta muy enamorado de el... u.u y Jae también aunque no lo admita, va a arrepentirse despues por todo. Que desastre de enserio...
ResponderEliminarJaén lo único que hiciste al tener relaciones con Yunho es tuviera esperanzas de estar contigo ya en una relación y tu lo que haces es abandonarlo, eso no se vale, lo bueno es que ya probaste a Yunho y nadie llenara su lugar
ResponderEliminarGracias
Por primera vez me han dado unas ganas de golpear a Jae -_- ....Por qué tiene que ser así? No es justo que Yun sufra por su culpa, él no merrce estar así por los miedos de Jae. Ojala que despues no se arrepienta.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Jae se entregó a yunho, ilusión o y ahora va romper el corazon de yunho ahhhh me da rabia esa actitud de jaejoong.: / ojala pase algo que le haga ver las tonterías que comete.
ResponderEliminarOH JAE.QUERES ENLOQUECER A YUNHO.COMO VAS A SEGUIR SIN SU OLOR SIN SUS MANOS.SIN SU AMOR......NO TE ENTIENDO GRACIAS
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