Capítulo 11
Desperté sobre mi estómago, desnudo y
enredado en las sabanas de Jung Yunho. Mantuve mis ojos cerrados, sintiendo
como sus dedos acariciaban mi brazo y espalda.
Suspiró profundo, contento, y habló en
voz baja.
—Te amo, Jae. Voy a hacerte feliz, lo
juro.
La cama se hundió al moverse, y luego sus
labios se movieron en lentos y cortos besos hacia mi espalda. Me quedé quieto,
y justo cuando iba a alcanzar la piel debajo de mi oreja, me abandonó y caminó
hacia el baño al otro lado de la habitación. Sus pasos se escuchaban tranquilos
por el pasillo, y las tuberías chillaron con la presión del agua en la
regadera.
Abrí los ojos y me senté, estirándome.
Cada músculo en mi cuerpo dolía, músculos que ni siquiera sabía que tenía. Sostuve
la sabana contra mi pecho y miré hacia la ventana, viendo como hojas amarillas
y rojas caían en espiral desde las ramas hasta el suelo.
Su celular vibró en algún lugar en el
piso, y luego de buscarlo torpemente por el desastre de ropa en el suelo, lo
encontré en el bolsillo de sus jeans. En la pantalla sólo aparecía un número,
sin nombre.
— ¿Hola?
— Se encuentra… ¿Se encuentra Yunho?
—Está en la ducha, ¿quieres dejarle un
mensaje?
—Claro que lo está. Dile que Da Hae
llamó, ¿podrías?
Yunho entró, amarrando la toalla
alrededor de su cintura salpicada de agua, sonreí y le tendí el teléfono.
—Es para ti.
Me besó antes de mirar la pantalla, y
luego negó con la cabeza.
— ¿Si? Era mi novio, ¿Qué necesitas, Da
Hae? —Escuchó por un momento para después sonreír—. Bueno, ¿Qué te puedo decir?
Boo es especial. —Luego de una larga pausa, rodó los ojos. Sólo me podía
imaginar lo que él estaba diciendo—. No seas una perra, Da Hae. Escucha, no
puedes llamarme más… Bueno, el amor hace eso. —dijo, mirándome cariñosamente—.
Sí, con Jae. Es en serio Da Hae, no más llamadas… Hasta luego.
Lanzó el teléfono a la cama, y se sentó a
mi lado.
—Estaba un poco molesto. ¿Te dijo algo?
—No, solamente preguntó por ti.
—Borré los pocos números que tenía en mi
teléfono, pero supongo que eso no les impide seguir llamándome. Si no lo
averiguan por sí solos, yo se los aclaro.
Me miró con curiosidad, y no pude evitar
sonreír. Nunca había visto este lado de él.
—Confío en ti, ¿lo sabes?
Presionó sus labios con los míos.
—No te culparía si esperas que me gane tu
confianza.
—Tengo que ir a la ducha. Ya me perdí una
clase.
— ¿Ves? Ya estoy siendo una buena
influencia.
Me levanté, y él tiró de la sabana.
—Da Hae dijo que este fin de semana va
haber una fiesta de Halloween en el club. Fui con él el año pasado, estuvo
divertido.
—Estoy seguro de ello. —dije, levantando
una ceja.
—Sólo digo que hubo bastante gente.
Tienen torneos en la piscina y bebidas baratas… ¿Quieres ir?
—En realidad no soy… No soy de los que se
disfrazan. Nunca lo he sido.
—Yo tampoco, simplemente voy. —Se encogió
de hombros.
— ¿Todavía vamos a los bolos esta noche?
—Pregunté, cuestionando si la invitación era sólo una excusa para pasar tiempo
a solas conmigo, lo cual ya no era necesario.
— ¡Claro que sí! ¡Y te voy a patear el
trasero, también!
—No esta vez. Tengo un nuevo súper poder.
Se rió.
— ¿Y cuál es? ¿Lenguaje rudo?
Me incliné para besar su cuello, luego
moví mi lengua hasta su oreja, besando su lóbulo. Se congeló en su lugar.
—La distracción. —Murmuré en su oído.
Agarró mis brazos y me empujó sobre mi
espalda.
—Vas a perderte otra clase.
Finalmente, luego de convencerlo de
abandonar el apartamento a tiempo de ir a la clase de Historia, corrimos al
campus y nos deslizamos en nuestros asientos justo cuando el profesor Bong
comenzaba.
Yunho volteó su gorra de béisbol hacia
atrás y plantó un beso en mis labios, justo en frente de todos.
En el camino hacia la cafetería, sostuvo
mi mano con la suya, entrelazando nuestros dedos mientras caminábamos. Se veía
tan orgulloso de sostener mi mano, anunciándole al mundo que finalmente
estábamos juntos. Ji Yong lo notó, miró hacia nuestras manos y me mostró una
ridícula sonrisa. Él no fue el único, nuestra simple muestra de cariño provocó
miradas y murmullos de las personas mientras íbamos pasando.
En la puerta de la cafetería, Yunho inhaló
su cigarro una última vez y me miró, notando mi desconfianza. Junsu y Yoochun ya
estaban dentro, y Ji Yong había encendido otro cigarro, dejándonos a mí y Yunho
solos al entrar. Estaba seguro que el rumor había alcanzado todo un nuevo nivel
al momento en que Yunho me besó en plena vista de todos en la clase de Historia,
y mi miedo de entrar a la cafetería no me abandonaba.
— ¿Qué sucede, Boo? —Preguntó, jalando de
mi mano.
—Todos nos están mirando.
Llevó mis manos a su boca y besó mis
dedos.
—Se les va a pasar. Solamente es el shock
inicial. ¿Recuerdas cuando empezamos a salir juntos? Su curiosidad murió luego
de un tiempo, y se acostumbraron a vernos juntos. Vamos. —dijo, y me jaló hacia
adentro.
Una de las razones por la cual escogí esta
universidad fue por su modesta población, pero el desesperado interés por
escándalos que venía con ello era extenuante a veces. Era un completo chiste;
todos eran consientes de cuan ridículo era el rumor, pero aun así, todos
participaban en él.
Nos sentamos con nuestra comida en los
lugares de siempre. Junsu me dio una sonrisa intuitiva. Junsu conversó como si
todo estuviera normal, pero los jugadores de fútbol en la otra punta de la mesa
me miraban como si me estuviera quemando.
Yunho golpeó mi manzana con su cubierto.
— ¿Vas a comerte eso, Boo?
—No, puedes tenerla, bebé.
Mis orejas ardieron cuando la cabeza de Junsu
se giró bruscamente para verme.
—Simplemente salió. —dije, sacudiendo la
cabeza. Miré a Yunho, y su expresión era una mezcla entre amor y diversión.
Habíamos utilizado ese término unas
cuantas veces esa mañana, y no se me ocurrió que era nuevo para todos los demás
hasta que salió de mi boca.
—Acaban de alcanzar el nivel de
irritantemente lindo. — Junsu sonrió.
Yoochun tocó mi hombro.
— ¿Te quedarás esta noche? —Preguntó, sus
palabras se mezclaban con el pan en su boca—. Prometo no salir de mi cuarto a
insultarte.
—Estabas defendiendo mi honor, Yoochun.
Estás perdonado. —dije.
Yunho mordisqueó la manzana y masticó,
luciendo más feliz de lo que alguna vez lo había visto. La paz en sus ojos
había regresado, e incluso cuando docenas de personas miraban cada uno de
nuestros movimientos, todo se sentía… correcto.
Pensé en todo el tiempo que había
insistido en que estar con Yunho era una mala decisión, y cuanto tiempo había
perdido tratando de ignorar todo lo que sentía por él. Viéndolo del otro lado
de la mesa, a sus suaves ojos marrones. No recordaba de qué estaba tan
preocupado.
—Se ve espantosamente feliz. ¿Te rendiste
finalmente, Jae? —dijo Soo Hyun, codeando a sus compañeros de quipo.
—No eres muy inteligente, ¿verdad, Soo
Hyun? —dijo Yoochun frunciendo el ceño.
Instantáneamente la sangre subió a mis
mejillas, miré a Yunho, quien tenía una mirada asesina en sus ojos. Mi
vergüenza se deshizo a la vista de la ira de Yunho, sacudí la cabeza.
—Sólo ignóralo.
Luego de unos tensos segundos, sus
hombros se relajaron un poco, tomó aire y asintió una vez. Luego de un momento
me guiñó.
Estiré mi brazo en la mesa y deslicé mis
dedos en los suyos.
—Fue en serio lo que me dijiste anoche,
¿no?
Empezó a hablar, pero la risa de Soo Hyun
llenó la cafetería.
— ¡Dios Santo! ¿Jung Yunho está siendo controlado?
— ¿Fue en serio cuando me dijiste que no
querías que cambiara? —me preguntó, apretándome la mano.
Miré a Soo Hyun riéndose con sus
compañeros, y luego me volví a Yunho.
—Absolutamente. Enséñale a ese imbécil
algunos modales.
Una sonrisa diabólica se extendió por su
cara, y caminó hacia el final de la mesa, donde Soo Hyun se sentaba.
Soo Hyun se tragó su risa y el silencio
se apoderó de la habitación.
—Oye, solo te estaba haciendo pasar un
mal rato, Yunho. —dijo mirándolo.
—Discúlpate con Boo. —dijo Yunho,
fulminándolo con la mirada.
Soo Hyun me miró con nerviosismo.
—Sólo… Sólo estaba bromeando, Jae. Lo
siento.
Lo miré mal y él subió la cabeza hacia Yunho,
esperando su aprobación.
Cuando Yunho se alejó, Soo Hyun se rió y
luego le susurró algo a Jun Ki. Mi corazón se aceleró cuando Yunho se detuvo
abruptamente y sus manos se cerraron en puños a sus costados.
Jun Ki sacudió la cabeza y bufó.
—Cuando despiertes, Soo Hyun, sólo
recuerda… que tú solito te lo buscaste.
Yunho levantó la bandeja de Ji Yong de la
mesa y se la pegó a Soo Hyun en la cara, tumbándolo de su silla. Soo Hyun trató
de meterse bajo la mesa, pero Yunho lo sacó por las piernas y comenzó a
golpearlo.
Soo Hyun se cubrió y Yunho lo golpeó en
la espalda. Se arqueaba y volteaba, levantando sus manos al aire, permitiéndole
a Yunho golpear varias veces su cara. La sangre comenzó a fluir y Yunho se
levantó jadeando.
—Si te atreves a siquiera mirarlo,
pedazo de mierda, te voy a romper tu jodida mandíbula. —Gritó Yunho. Me
estremecí cuando Yunho pateó a Soo Hyun una última vez.
La mujer que trabaja en la cafetería
corrió hacia fuera, sorprendida del desastre sangriento en el suelo.
—Lo siento —le dijo Yunho, limpiándose la
sangre de Soo Hyun en su mejilla.
Muchos de los estudiantes se levantaron
para ver mejor, otros permanecieron sentados mirando entretenidos.
El equipo de fútbol sólo miraba el cuerpo
lánguido de Soo Hyun en el piso, sacudiendo sus cabezas.
Yunho se volteó y Yoochun se levantó de
inmediato, agarrando mi brazo y la mano de Junsu, y arrastrándonos por la
puerta, detrás de su primo. Caminamos la corta distancia hasta los dormitorios,
y Junsu y yo nos sentamos en los escalones de enfrente, mirando a Yunho caminar
de aquí para allá.
— ¿Estás bien, Yunho? —Preguntó Yoochun.
—Sólo… dame un minuto. —Contestó,
poniéndose las manos en la cadera mientras caminaba.
Yoochun se metió las manos en los
bolsillos.
—Me sorprende que te hayas detenido.
—Boo dijo que le enseñara modales, Yoochun.
No que lo matara. Necesité todo de mí para detenerme cuando lo hice.
Junsu deslizo sus grandes lentes
cuadrados de sol para mirar a Yunho.
— ¿Qué fue lo que dijo Soo Hyun que te
puso así, de todos modos?
—Algo que nunca volverá a decir.
—Respondió.
Junsu miró a Yoochun, quien se encogió de
hombros.
—No lo escuché.
Los puños de Yunho se tensaron de nuevo.
—Voy a regresar adentro.
Yoochun tomó a Yunho por los hombros.
—Tu chico está aquí afuera. No necesitas
volver a entrar.
Yunho me miró, forzándose a sí mismo a
calmarse.
—Él dijo… todos piensan que Boo ha…
Jesús, no puedo ni decirlo.
—Dilo de una vez. —Murmuró Junsu, mirando
sus uñas.
Ji Yong apareció caminando detrás de Yunho,
claramente encantado por toda la conmoción.
—Cada chico de la universidad quiere con Jae
porque logró conseguir al indomable Jung Yunho. —Se encogió de hombros—. Es lo
que están diciendo allí adentro, al menos.
Yunho pasó por al lado de Ji Yong,
dirigiéndose a la cafetería.
Yoochun corrió hacia él, tomándolo por el
brazo. Yunho le tiró un golpe pero Yoochun lo esquivó y mis manos
inmediatamente volaron a mi boca. Mis ojos fueron a Junsu, que se encontraba
inafectado, acostumbrado a su rutina.
Sólo se me ocurrió una cosa para
detenerlo. Me levanté de las escaleras, corrí hacia él y me puse en su camino.
Le brinqué encima, enredando mis piernas en su cintura, Yunho me sostuvo por
los muslos mientras yo tomaba su cara, plantando un largo y profundo beso en
sus labios. Pude sentir como su ira se iba desvaneciendo con el beso, y cuando
me separé supe que ya había ganado.
—No nos importa lo que piensen,
¿recuerdas? No puedes empezar ahora. —dije, sonriendo con confianza.
Poseía un mayor efecto en él de lo que creía posible.
—No puedo permitirles hablar así de ti, Boo.
—dijo con su ceño fruncido. Me puso de nuevo en el suelo.
Deslicé mi brazo dentro del suyo,
entrelazando nuestros dedos en su espalda.
— ¿Así como? Ellos piensan que tengo algo
especial porque tú nunca te habías asentado antes. ¿No estás de acuerdo con
eso?
—Por supuesto que sí, solamente no
soporto el pensar en que cada tipo en este colegio quiere estar contigo por
eso. —Presionó su frente contra la mía—. Esto me va a volver loco. Ya me puedo
dar cuenta.
—No dejes que te afecten, Yunho. —dijo Yoochun
—. No puedes pelear con todo el mundo.
Yunho suspiró.
—Todo el mundo. ¿Cómo te sentirías tú si todo
el mundo piensa en Junsu de esa manera?
— ¿Quién dice que no lo hacen? —dijo Junsu
ofendido. Todos nos reímos y él hizo una mueca—. No estaba bromeando.
Yoochun lo levantó por las manos y besó
su mejilla.
—Lo sabemos, bebé. Dejé de ser celoso
hace un tiempo. No tenía tiempo de hacer nada más.
Junsu sonrió en apreciación y luego lo
abrazó.
Yoochun poseía la habilidad de hacer que
todos a su alrededor se sintieran calmados, sin duda resultado de crecer con Yunho
y sus hermanos. Probablemente era más un mecanismo de defensa que cualquier
otra cosa.
Yunho acarició la parte detrás de mi
oreja, y me reí hasta que vi a Changmin acercándose. La misma urgencia que
sentí cuando Yunho quería volver a la cafetería me invadió, e instantáneamente
me alejé de Yunho y caminé tres metros y algo para interceptar a Changmin.
—Necesito hablar contigo. —Me dijo.
Miré hacia atrás y luego sacudí mi cabeza
como advertencia.
—Ahora no es un buen momento, Changmin.
De hecho, es un muy, muy mal momento. Yunho y Soo Hyun pelearon en el
almuerzo y él todavía está un poco irritado. Necesitas irte.
Changmin vio a Yunho y luego fijó su
vista en mi, determinado.
—Escuché lo que sucedió en la cafetería.
No creo que estés consciente de en donde te estás metiendo. Yunho es mala
influencia, Jae. Todos lo saben. Nadie está hablando de cuan genial es que tú
lo hayas cambiado… todos esperan que él haga lo que sabe hacer mejor. No sé lo
que te ha dicho, pero no tienes ni idea de qué clase de persona es.
Sentí las manos de Yunho en mis hombros.
— ¿Porqué no le dices, entonces?
Changmin se encogió nervioso.
— ¿Tienes idea de cuantos chicos
humillados he llevado a casa de fiestas luego de pasar horas encerradas con él?
Te va a lastimar.
Los dedos de Yunho se tensaron en
respuesta, posé mis manos en las suyas hasta que se relajó.
—Deberías irte, Changmin.
—Debes escuchar lo que te digo, Jae.
—No le llames así, joder. —Gruñó Yunho.
Changmin no apartó sus ojos de los míos.
—Estoy preocupado por ti.
—Lo aprecio, pero no es necesario.
Changmin sacudió la cabeza.
—Él te ve como un desafío a largo plazo, Jae.
Te tiene pensando que eres diferente a los otros chicos simplemente para
llevarte a la cama. Se va a cansar de ti. Yunho posee la atención de un bebé.
Yunho me rodeó, parándose frente de Changmin,
tan cerca que sus narices casi se tocaban.
—Te permití decir lo que querías. Mi
paciencia se agotó. —Changmin trató de mirarme, pero Yunho se inclinó en su
dirección—. No se te ocurra mirarlo. Mírame a mí, malcriado pedazo de mierda. —
Changmin enfocó sus ojos en Yunho y esperó—. Si se te ocurre al menos respirar
en su dirección, me aseguraré de que te vayas cojeando a la escuela de
medicina.
Changmin tomó una par de pasos hacia atrás,
hasta que estuve en su campo de visión.
—Pensé que eras más listo que esto.
—dijo, sacudiendo la cabeza antes de voltearse e irse.
Yunho lo observó marcharse, luego se
volteó y sus ojos encontraron los míos.
—Sabes que eso es pura mierda, ¿verdad?
No es cierto.
—Estoy seguro que es eso lo que todos
piensan. —Me quejé, atrayendo la atención de aquellos que iban pasando.
—Entonces les probaremos lo contrario.
Mientras la semana avanzaba, Yunho se
tomó su promesa muy en serio. Ya no conversaba con los chicos que lo detenían
en los pasillos, y algunas veces hasta era grosero con ellos. En el momento en
que caminamos dentro del club para la fiesta de Halloween, me encontraba un
poquito nervioso sobre como Yunho planeaba mantener lejos a los fiesteros
intoxicados.
Junsu, Ji Yong y yo nos sentamos en una
de las mesas cercanas, mientras veíamos a Yunho y Yoochun jugar billar con dos
de sus hermanos Sig Tau.
— ¡Vamos, bebé! —Gritó Junsu,
levantándose en el escalón de su banco.
Yoochun le guiñó, y luego realizó su
tiro, metiéndola en el hoyo derecho más lejano.
— ¡Woo! —chilló.
Un trío de hombres vestidos como Los
Ángeles de Charlie se acercaron a Yunho mientras él esperaba su turno, sonreí
cuando él trató lo más que pudo de ignorarlos. Cuando uno de ellos trazó la
línea de uno de sus tatuajes, Yunho jaló su brazo. Lo apartó para así poder
hacer su tiro, y él hizo un puchero a sus amigos.
— ¿Puedes creer cuán ridículos son? Los
chicos aquí no tienen vergüenza. —dijo Junsu.
Ji Yong sacudió su cabeza, asombrado.
—Es Yunho. Creo que es lo del chico malo.
O creen que pueden salvarlo, o piensan que son inmunes a sus encantos. No estoy
seguro cual será.
—Probablemente las dos. —Me reí, viendo
como los chicos esperaban que Yunho les prestara atención—. ¿Puedes imaginar ser
tú quien espera ser escogido por él? ¿Sabiendo que vas a ser usado sólo para
sexo?
—Problemas paternales. —dijo Junsu,
tomando un sorbo de su bebida.
Ji Yong botó su cigarro y jaló nuestras ropas.
— ¡Vamos, chicos! ¡El Ji Yong quiere
bailar!
—Sólo si prometes nunca volver a
llamarte así. —dijo Junsu.
Ji Yong sacó su labio inferior y Junsu sonrió.
—Vamos, Jae. No quieres hacer a Ji Yong llorar,
¿cierto? —Nos unimos a los policías y vampiros en la pista de baile, y Ji Yong sacó
sus pasos de Timberlake. Miré a Yunho sobre mi hombro y lo descubrí mirándome
por el rabillo del ojo, fingiendo ver a Yoochun meter la bola ocho en el juego.
Yoochun recolectó sus ganancias, y Yunho se dirigió a la larga barra que
rodeaba la pista de baile, para pedir un trago. Ji Yong bailaba por toda la
pista, para finalmente hacer un sándwich entre Junsu y yo. Yunho rodó los ojos,
riéndose mientras volvía a nuestra mesa con Yoochun.
—Voy a buscar otra bebida. ¿Quieren algo?
—gritó Junsu por encima de la música.
—Voy contigo. —dije, mirando a Ji Yong y
apuntando hacia la barra.
Ji Yong sacudió la cabeza y continuó
bailando. Junsu y yo avanzamos por la multitud hacia la barra. El barman estaba
agobiado, por lo que nos acomodamos para una larga espera.
—Los chicos están arrasando esta noche.
—dijo Junsu.
Me incliné a su oído.
—Por qué alguien apostaría contra Yoochun
es algo que nunca entenderé.
—Por la misma razón que apuestan contra Yunho.
Son idiotas. —Sonrió.
Un hombre en una toga se inclinó contra
la barra al lado de Junsu y sonrió.
— ¿Qué están tomando los chicos esta
noche?
—Nosotros compramos nuestros propios
tragos, gracias. —dijo Junsu, mirando hacia adelante.
—Soy Eita. —Dijo, y luego apuntó a su
amigo—. Éste es Juri.
Sonreí educadamente, mirando a Junsu,
quien tenía su mejor cara de lárgate. El barman tomó nuestra orden, y
luego asintió detrás de nosotros, volteándose para preparar la bebida de Junsu.
Nos trajo un vaso de vidrio cuadrado
lleno de líquido rosa y tres cervezas. Eita le tendió dinero y Junsu asintió.
—Esto es algo diferente —dijo Eita,
escaneando la multitud.
—Sí —respondió Junsu con cara de
fastidio.
—Te vi bailando — Juri asintió hacia la
pista—. Te veías bien.
—Uh… gracias. —Le dije, tratando de
permanecer amable, consciente de que Yunho estaba a poca distancia.
— ¿Quieres bailar? —preguntó.
Sacudí la cabeza.
—No, gracias. Estoy aquí con mi…
—Novio. —dijo Yunho, apareciendo de la
nada. Miró mal a los hombres que se encontraban junto a nosotros, los cuales se
apartaron un poco, claramente intimidados.
Junsu no pudo evitar sonreír satisfecho
cuando Yoochun lo rodeó con sus brazos. Yunho asintió hacia la habitación.
—Váyanse, ahora.
Los hombres nos miraron a Junsu y a mí, y
luego dieron un par de pasos hacia tras antes de desaparecer en la seguridad de
la multitud.
Yoochun besó a Junsu.
— ¡No puedo llevarte a ningún lado!
Junsu rió, y yo miré a Yunho, quien me
fruncía el ceño.
— ¿Qué?
— ¿Por qué le permitiste comprarte una
bebida?
Junsu se separó de Yoochun, notando el
humor de Yunho.
—No lo hicimos, Yunho. Les dije que no.
Yunho me quitó la botella de la mano.
— ¿Entonces, qué es esto?
— ¿Es en serio? —Pregunté.
—Sí, es jodidamente en serio. —dijo,
tirando la botella en un bote de basura junto a al bar—. Te lo he dicho cientos
de veces… No puedes aceptarle tragos a cualquier chico. ¿Qué pasa si puso algo
allí?
Junsu levantó su vaso.
—Las bebidas fueron hechas frente a
nosotros, Yunho. Estás sobreactuando.
—No estoy hablando contigo. —dijo Yunho,
sus ojos pegados a los míos.
— ¡Hey! —Me molesté inmediatamente—. No
le hables así.
—Yunho —advirtió Yoochun —. Déjalo ir.
—No me gusta que dejes a otros chicos
comprarte bebidas. —dijo Yunho.
Levanté una ceja.
— ¿Estás tratando de empezar una
discusión?
— ¿No te molestaría entrar a un bar y
verme compartiendo un trago con algun chico?
Asentí.
—De acuerdo. Ahora no estás consciente de
todos los chicos. Lo entiendo. Debería de hacer el mismo esfuerzo.
—Sería bueno. —Claramente yo trataba de
controlar su temperamento, y era un poco enervante estar del otro lado de su
ira. Sus ojos aún se encontraban brillantes de rabia, y una innata urgencia por
ir por la ofensiva burbuja hacia la superficie.
—Vas a tener que bajarle a tu tono de
novio celoso, Yunho. No hice nada malo.
Yunho me lanzó una mirada de
incredulidad.
— ¡Vengo para acá, y otro tipo esta
comprándote un trago!
— ¡No le grites! —dijo Junsu.
Yoochun puso sus manos en los hombros de Yunho.
—Todos hemos bebido bastante. Simplemente
vámonos. —El usual efecto de calma que poseía Yoochun no surtió efecto en Yunho,
y estuve instantáneamente molesto debido a que su pequeña rabieta había
arruinado nuestra noche.
—Tengo que decirle a Ji Yong que nos
vamos. —Murmuré, pasando a Yunho y dirigiéndome hacia la pista.
Una tibia mano me agarró la muñeca. Me
volteé, y vi los dedos de Yunho apretados sin ningún remordimiento.
—Voy contigo.
Aparté mi mano de su agarre.
—Soy totalmente capaz de caminar unos
pocos metros por mi solo, Yunho. ¿Qué está mal contigo?
Vi a Ji Yong en el centro, y me dirigí
hacia él.
— ¡Nos vamos!
— ¿Qué? —gritó Ji Yong sobre la música.
— ¡Yunho está de mal humor! ¡Nos vamos!
Rodó los ojos y sacudió la cabeza,
agitando su mano mientras me alejaba. Justo cuando vi a Junsu y Yoochun, fui
jalado hacia atrás por un hombre en un disfraz de pirata.
— ¿A dónde crees que vas? —Sonrió,
pegándose a mí.
Me reí y sacudí la cabeza a la cara tan
graciosa que estaba haciendo. Cuando me giré para irme, agarró mi brazo.
No me tomó mucho averiguar que no me
estaba agarrando, se estaba agarrando a mí, por protección.
— ¡Whoa! —Lloró, mirando más allá de mí,
con los ojos bien abiertos.
Yunho lo llevó de nuevo a la pista, y
arrebató su puño en la cara del pirata, con tal fuerza que nos tumbó a ambos al
suelo. Con las palmas pegadas al piso, parpadeé en incredulidad.
Sentí algo caliente y húmedo en mi mano,
la volteé y me encogí. Estaba cubierta con la sangre proveniente de la nariz
del hombre. Su mano estaba cubriendo su cara, pero el rojo líquido corría por
debajo, cayendo al piso.
Yunho corrió a levantarme, viéndose tan
sorprendido como yo me encontraba.
— ¡Oh, mierda! ¿Estás bien, Boo?
Cuando me levanté, jalé mi brazo de su
agarre.
— ¿Estás loco?
Junsu me tomó por la muñeca y me llevó a
través de la multitud hacia el estacionamiento, Yunho se volteó hacia mí.
—Lo siento, Boo, no sabía que te tenía
agarrado.
— ¡Tu puño estuvo a cinco centímetros de
mi cara! —dije, atrapando la toalla llena de aceite que Yoochun me había
lanzado. Asqueado, limpié la sangre de mi mano.
La seriedad del asunto nubló su cara y se
estremeció.
—No lo hubiera atacado si hubiera sabido
que te tenía agarrado, sabes eso ¿no?
—Cállate, Yunho. Solo cállate. —dije,
mirando la nuca de Yoochun.
—Boo… —Comenzó Yunho.
Yoochun golpeó el volante con la palma de
su mano.
— ¡Cierra la boca, Yunho! ¡Ya dijiste que
lo lamentabas, ahora cierra la maldita boca!
El viaje a casa fue en completo silencio.
Yoochun arrimó su asiento hacia adelante para permitirme salir, y miré a Junsu,
quien asintió en entendimiento.
Le dio un beso de buenas noches a su
novio.
—Te veo mañana, bebé.
Yoochun asintió y lo besó.
—Te amo.
Pasé a Yunho en mi camino hacia el Honda
de Junsu, y Yunho trotó a mi lado.
—Vamos. No te vayas molesto.
—Oh, no estoy molesto. Estoy furioso.
—Necesita un tiempo para calmarse, Yunho.
—Advirtió Junsu, abriendo su puerta.
Cuando el seguro de la puerta de
pasajeros saltó, Yunho sostuvo su mano contra ella.
—No te vayas, Boo. Estuve mal. Lo siento.
Levanté mi mano, mostrándole los rastros
de sangre seca en mi palma.
—Llámame cuando crezcas.
Se inclinó con su cadera contra la
puerta.
—No puedes irte.
Levanté una ceja, y Yoochun trotó
alrededor del auto junto a nosotros.
—Yunho, estás tomado. Estás a punto de
cometer un grave error. Déjalo irse a casa, cálmate… Ambos pueden hablar mañana
cuando estés sobrio.
La expresión de Yunho se tornó
desesperada.
—No se puede ir. —dijo, mirándome
fijamente.
—No va a funcionar, Yunho. —Tiré de la
puerta—. ¡Muévete!
— ¿A qué te refieres con que no va a
funcionar? —Preguntó Yunho, tomando mi brazo.
—Me refiero a tu cara triste. No voy a
creérmela. —dije, apartándome.
Yoochun vio a Yunho por un momento, y
luego se giró hacia mí.
—Jae… Este es el momento del que te
estaba hablando. Tal vez deberías…
—Mantente fuera de esto, Yoochun. —Soltó Junsu,
encendiendo el auto.
—Lo voy a arruinar. Lo voy a arruinar
bastante, Boo, pero tú tienes que perdonarme.
— ¡Voy a tener un moretón gigante en mi
trasero mañana en la mañana! ¡Golpeaste a ese tipo porque estabas molesto conmigo!
¿Qué me dice eso? ¡Porque las banderas rojas están levantadas por todo lados!
—Nunca te pondría una mano encima en mi
vida. —dijo, sorprendido por mis palabras.
— ¡Y hoy estuvo apunto de suceder! —dije,
jalando la puerta—. ¡Muévete, demonios!
Yunho asintió, y luego dio un paso atrás.
Me senté al lado de Junsu, y tiré la puerta. Puso el auto en reversa, y Yunho se
inclinó para verme por la ventana.
—Vas a llamarme mañana, ¿verdad?
—Preguntó, tocando el vidrio.
—Solo vámonos, Junsu. —dije, negándome a
verlo.
La noche fue larga, me la pasé viendo el
reloj y me encogía cuando veía que otra hora había pasado. No podía dejar de
pensar en Yunho, y en sobre si iba a llamarlo o no en la mañana, preguntándome
si estaría despierto también. Finalmente, opte por ponerme los audífonos de mi
IPod y escuchar la alta y molesta música de mi repertorio.
La última vez que había visto el reloj,
eran pasadas las cuatro. Los pájaros ya cantaban afuera de mi ventana, y sonreí
cuando sentí que mis ojos se sentían pesados. Pareció como si sólo hubieran
pasado pocos minutos cuando escuché un toque en la puerta y vi a Junsu entrando.
Sacó los audífonos de mis oídos y se tiró en la silla de mi escritorio.
—Buenos días, sol. Te ves horrible.
—dijo, haciendo una burbuja rosa con su boca, y dejándola sonar fuerte al
reventarse.
— ¡Cierra la boca, Junsu! —Soltó Karam
escondido dentro de sus sábanas.
—Estás consciente de que las personas
como Yunho y tú van a discutir bastante, ¿cierto? —dijo Junsu mirando sus uñas
y masticando el gran pedazo de goma de mascar en su boca.
Me volteé de lado en la cama.
—Estás oficialmente despedido. Eres una
terrible conciencia.
Se rió.
—Solamente te conozco. Si te entregara
mis llaves en este instante, irías directo hacia allá.
— ¡Claro que no!
—Como digas.
—Son las ocho de la mañana. Probablemente
todavía estén tirados durmiendo.
Justo en ese momento escuché un suave
toque en la puerta. El brazo de Karam salió de su edredón y giró la manilla. La
puerta se abrió lentamente, revelando a Yunho en la entrada.
— ¿Puedo pasar? —Preguntó en una voz baja
y rasposa. Las bolsas oscuras bajos sus ojos indicaban su falta de sueño, si es
que tuvo alguno, en absoluto.
Me senté en la cama, sorprendido por su
apariencia tan exhausta.
— ¿Estás bien?
Caminó y cayó en rodillas frente a mí.
—Lo siento, Jae. Lo siento. —dijo,
envolviendo sus brazos en mi cintura y hundiendo su cara en mi regazo.
Sostuve su cabeza en mis brazos y miré a Junsu.
—Yo uh… Me voy a ir. —dijo, alcanzando
torpemente la manilla de la puerta.
Karam frotó sus ojos y suspiró, luego
tomó su bolso de baño.
—Siempre estoy muy limpio cuando
andas por aquí, Jae. —Murmuró, tirando la puerta tras él.
Yunho me miró.
—Sé que me vuelvo loco en lo que respecta
a ti, pero Dios sabe que lo estoy intentando, Boo. No quiero arruinar esto.
—Entonces no lo hagas.
—Esto es difícil para mí, ¿sabes? Siento
que en cualquier momento vas a averiguar cuan pedazo de mierda soy y me vas a
dejar. Anoche vi una docena de diferentes tipos mirándote al bailar. Vas al bar
y te veo agradecerle a ese tipo por tu bebida. Y luego ese imbécil en la pista
te agarra.
—Tú no me ves a mí golpeando a cualquier
chico que se acerca a hablarte. No me puedo quedar encerrado en el departamento
todo el tiempo. Vas a tener que controlar tu temperamento.
—Lo haré. Nunca había querido un novio
antes, Boo. No estoy acostumbrado a sentirme de esta manera… por nadie.
Si eres paciente conmigo, juro que me controlaré.
—Vamos a aclarar algo; no eres un pedazo
de mierda, eres increíble. No importa quién me compre tragos, ni quién me
invite a bailar, o quien coquetee conmigo. Al final, me voy a casa contigo. Me
has pedido que confíe en ti, pero tú no pareces confiar en mí.
Frunció el ceño.
—Eso no es verdad.
—Si piensas que voy a dejarte por
cualquier tipo que se aparezca, entonces no me tienes mucha fe.
Tensó su agarre.
—No soy lo suficientemente bueno para ti,
Boo. Eso no significa que no confíe en ti, sólo me preparo para lo inevitable.
—No digas eso. Cuando estamos solos eres
perfecto. Somos perfectos. Pero entonces permites que todo el mundo lo arruine.
No espero que huyas de todo, pero tienes que elegir tus batallas. No puedes
pelear cada vez que alguien me mire.
Asintió.
—Yo hago todo lo que tú quieras. Sólo…
dime que me amas.
—Sabes que lo hago.
—Necesito oírte decirlo. —dijo, sus cejas
juntándose.
—Te amo —llevé mis labios a los suyos—.
Ahora deja de ser tan bebé.
Se rió, subiendo a la cama conmigo.
Pasamos la siguiente hora en el mismo lugar debajo de las sabanas, riéndonos y
besándonos, apenas notando cuando Karam regresó de su ducha.
— ¿Podrías salirte? Necesito vestirme. —Le
dijo a Yunho, apretando su bata.
Yunho besó mi mejilla y luego salió al
pasillo.
—Te veo en un segundo.
Caí en mi almohada mientras Karam
revoloteaba en su closet.
— ¿De qué estás tan feliz? —Murmuró.
—De nada. —Suspiré.
— ¿Sabes que es la codependencia, Jae? Tu
novio es el claro ejemplo, lo que es extraño considerando que él pasó de no
tener ningún respeto por los chicos en lo absoluto a pensar que te necesita
para respirar.
—Tal vez lo hace. —dije, negándome a
permitirle arruinar mi humor.
— ¿No te preguntas por qué es eso? Digo…
Él ha estado con la mitad de los chicos en esta escuela. ¿Por qué tú?
—Yunho dice que soy diferente.
—Por supuesto que lo hace. Pero, ¿Por
qué?
— ¿Por qué te importa? —Solté.
—Es peligroso necesitar a alguien tanto
así. Estás tratando de salvarlo, y él espera que lo hagas. Ustedes dos son un
desastre.
Le sonreí al techo.
—No importa qué o por qué es así. Cuando
es bueno… es hermoso.
Rodó lo ojos.
—No tienes salvación.
Yunho tocó la puerta y Karam lo dejó
entrar.
—Me voy a estudiar al salón. Buena
suerte. —dijo en la voz más falsa que pudo haber utilizado.
— ¿Qué fue eso? —preguntó Yunho.
—Dijo que somos un desastre.
—Dime algo que no sepa. —Sonrió. Sus ojos
de repente eran determinados, y besó la piel debajo de mi oreja—. ¿Por qué no
te vienes conmigo?
Sostuve mi mano en su nuca, y suspiré al
sentir sus suaves labios contra mi piel.
—Creo que me quedaré aquí. Estoy en tu
departamento todo el tiempo.
Su cabeza voló hacia arriba.
— ¿Y eso qué? ¿No te gusta estar ahí?
Toqué sus mejillas y suspiré. Se
preocupaba tan rápido.
—Claro que sí, pero yo no vivo ahí.
Trazó mi cuello con la punta de su nariz.
—Te quiero allí. Te quiero allí todas las
noches.
—No me voy a mudar contigo. —Sacudí la
cabeza.
—No te pedí que te mudaras conmigo. Dije
que te quiero ahí.
— ¡Es la misma cosa! —Reí.
Yunho arrugó la frente.
— ¿En serio no te vas a quedar conmigo
esta noche?
Sacudí la cabeza, y sus ojos viajaron por
mi pared hasta el techo. Casi pude ver las ruedas moviéndose en su cabeza.
— ¿En qué piensas? —Pregunté,
entrecerrando los ojos.
—Intento
pensar en otra apuesta.
Karam tiene toda la razón yunho es codependiente de jae pero se aman mucho aunque yunho es muy celoso y agresivo por defender a jae de los buitres de hombres que abundan por ay y tiene que pelear y proteger lo que le pertenece a el eso yunho cuídalo y protégelo siempre pero todo con medida nada con exceso no se te pase la mano en tus agresiones
ResponderEliminarOoohh
ResponderEliminarYunho es demasiado posesivo,exagerado,celoso,violento y agresivo, cada vez que algien esta cerca de jae o lo toca, creo q no va a resultar a si, si yunho no controla su temperamento, durara muy poco?
bueno, x otro lado el d vdd le qiere, pero simplemente no sabe como expresar sus sentimientos,todo es nuevo para el
.><eottokke que pasara ahora?!
yunnie tan posesivo, pero no hay rival a la altura de yunho pero lo comprendo se trata de su boo,ojala puedan arreglar esto ambos antes q terminenmal
ResponderEliminarHola,de nuevo ^_-;
ResponderEliminarEstoy muy contente,tengo leedo mucho de sus adaptaciones esa noite *_*.
Sobre "Hermoso desestre":
-Ese Yunho asustame,esa relacion asustame.Creo,por mio saber,que eso será un desestre,y no un hermoso desastre,pero solo voy saber con los próximos capítulos -_-.
Un abrazo y matta ne.
Hanajima-san.
oh,,,, se esta poniendo feo >< noooo yo quiero que esten superfelicescon mucho amor ><
ResponderEliminarEse yunho cuidando lo suyo no qiere q nadiese le acerqe a jae y esto no le parece
ResponderEliminarComo van las cosas no duraran mucho, yunho genesis.ibeth. controlar sus celos y temperamento estan tensos
Waaa actua
Gracias
Yunho es muy celoso ... Espero que eso no traiga problemas más adelante ..
ResponderEliminarLo q dijo karam es muy cierto la codependencia no es algo natural(? :/
asi o mas celosooooo
ResponderEliminarmi bello karam tiene razon pero asi son algunos cuando se enamoran
gracias por el capitulo
Karam tiene razón, no es buen que YH sea tan dependiente y controlador >_> o sea... Por una estúpida bebida >_> ?
ResponderEliminarYH, no sofoques a JJ por que puede terminar contigo e irse con CM u.u
Ame que esten juntos pr finnnnn .... pero hasta a mi meda cierto miedo el comportamiento deYunho, todas sabemos qu Yunhoes posesivo pero creo que se esta pasando de la raya .... Karam tiene razon deben ser mas cuidadosos y poco a poco ser mas centrados en la relacion :)
ResponderEliminarAdemas Yunho, Jae jamas dejaria estas muyyyyyyyy bueno jajajajaja
Karam tiene razón u.u Pero es que todo esto es nuevo para Yunho, el va a tener que aprender controlarse para que resulte...
ResponderEliminarYunho super celoso, posesivo, etc., etc., pero más así cuando toma, debería dejar de hacerlo se convierte cuando lo hace y no reacciona si hace daño o no...
ResponderEliminarGracias
Jae si que ha vuelto loquito a Yunho, de ser un 'hombreriego' -como dicen- paso a ser un codependiente de una sola persona y eso en parte es malo, no es bueno depender de alguien. Pero me gusta la pareja que hacen y se ven tan felices, solo Yun debe controlar su celos y todos estarán bien y con tentos. ♡
ResponderEliminarGracias por compartir.
Kyaaaaa jae acepto que quiere a yunho y son felices y jae es el único que puede calmar a yunho *.* me recordó una escena de inuyasha donde kagome lo calma abrazandolo <3 fue muy romántico ^^
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