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La proposición


Capítulo 33

Yunho se pasó una mano manchada de sangre seca por el cabello. Cada maldita vez que cerraba los ojos, veía el accidente de nuevo, volviendo a reproducir la forma en que el auto aminoró en el último minuto, el faro delantero izquierdo golpeando la pared en ángulo. A continuación, el largo auto se deslizó junto a la pared hasta que se detuvo por completo. Él y Siwon habían corrido hacia el chirriante vehículo y había forzado las puertas atascadas de la limusina para abrirlas. No saber si Jaejoong y los niños estaban vivos o muertos le había quitado años de vida.
Y ahora esto.
—¿Kang Joon tuvo un ataque al corazón? —Miró alrededor de la sala de espera de la UCI, sin poder creer esta mierda—. Tenemos a nuestros luchadores bajo observación médica. Tiene veintiún años. —Yunho se enfrentó a la doctora—. Así que, ¿cómo sucedió esto?
La Dra. Morris mantuvo una apariencia cuidadosamente inexpresiva en su rostro ojeroso.
—Su músculo del corazón está hinchado y no pudo soportar la tensión de lo que él le estaba haciendo a su cuerpo.
—¿El entrenamiento? —Yunho empezó a sospechar el culpable, pero no quería creerlo.
—Esteroides.
Mierda.
Se cruzó de brazos en un intento de contener su rabia y preocupación.
—Kang Joon está usando esteroides. En mi programa de entrenamiento.
—Él lo admitió. Tiene miedo, señor Jung. Su corazón está dañado y su carrera como luchador ha terminado. También sufrió algunas lesiones causadas por el accidente y el despliegue de los airbags.
—Quiero verlo.
—No. No esta noche. Es necesario comprender que ese joven está muy enfermo. Se recuperará, pero pudo haber muerto.
Una furia ciega lo atravesó. ¿Cómo podía Kang Joon haber sido tan estúpido? Pudo haberse matado a sí mismo, a los niños y a Jaejoong.
Pudo haberlo perdido.
No, no podía pensar en Jaejoong muriendo o rompería los últimos hilos de su control. Tenía que organizar sus pensamientos. Jaejoong ya debía estar fuera de Rayos X y necesitaba volver con él. Pero tenía que hacer una cosa primero.
—Ya la escuché. Ahora tiene que escucharme usted. Soy todo lo que ese chico tiene. Estoy más que furioso y disgustado, pero está asustado. Déjeme entrar ahí y asegurarle que estoy aquí. No vamos a hablar de los esteroides hasta que esté más fuerte.
Ella lo miró.
—¿Me da su palabra?
—Sí.
—Está bien. Por aquí.
Yunho la siguió pasando el mostrador de la enfermera hacia la habitación de Kang Joon. Cables y tubos brotaban del joven pálido. Su respiración era poco profunda y sus manos temblaban. Un rayo de dolor atravesó a Yunho. El joven estaba tan enfermo como dijo la doctora.
—Kang Joon.
Abrió los ojos, tomándole un segundo para enfocar.
—Lo siento.
El arrepentimiento estaba profundamente grabado en su voz y sus ojos se humedecieron. Era un maldito niño. Yunho había tenido a Young Jae vigilándole, asegurándose de que no hiciera algo tan estúpido como tomar esteroides.
Yunho había fracasado con Kang Joon.
Apoyando su mano sobre el hombro del chico, se inclinó.
—No quiero que lo sientas. Quiero que te concentres en tu recuperación. Eso es todo lo que importa esta noche.
—¿Qué tan mal están los demás? Por favor. No me lo van a decir. —Las lágrimas se filtraban por sus ojos.
La lástima brotó en su pecho.
—Todo el mundo está bien. Ben se fracturó el brazo, Robert se rompió un dedo y Kylie necesitó un par puntos de sutura en la pierna. Más allá de eso, raspones y moretones.
Gracias a Dios que el auto había aminorado y se puso de costado antes del impacto. Lo que podría haber sido una colisión de frente terminó siendo poco más que un golpe fuerte.
—¿Jaejoong? —Su voz era ronca.
—Está en Rayos X ahora, por el lado derecho de su cara, pero es una precaución. Está bien. Tuve que obligarlo a que aceptara ser examinado y solo lo hizo después de que los niños fueron atendidos.
Los hombros de Kang Joon se relajaron.
—Gracias —tragó saliva—. Nunca quise decepcionarte.
La garganta de Yunho se tensó con un nudo.
Mierda.
—Entonces recupérate. ¿Me escuchas? Descansa ahora y volveré mañana.
* * * *
Jaejoong se despertó con el rostro palpitante y el cuerpo dolorido. Echó un vistazo al reloj. Casi las 2 de la madrugada. Trató de ignorar el dolor y se instó a volver a dormirse. Era demasiado fuerte y penetrante. Con cuidado, se deslizó fuera de la cama y fue al baño. La luz le hacía daño en los ojos. Entonces vio su rostro en el espejo. Ugh. Un profundo moretón bajo su ojo derecho y sobre su pómulo. Volviéndose, se levantó la camiseta y sí, unas marcas oscuras repartidas en la parte posterior de las costillas. Buscó a tientas el ibuprofeno cuando la puerta se abrió, dejando ver a Yunho vistiendo solo sus bóxer, una sombra oscura en la mandíbula y cabello despeinado.
Yunho puso una compresa fría sobre el mostrador y tomó la botella de píldoras en su mano.
—Lo intentamos a tu manera. No funcionó. Has estado gimiendo en sueños durante los últimos veinte minutos. —Los puso a un lado y cogió la botella marrón. Con Jaejoong encerrada entre sus bíceps, su pecho presionado contra su espalda, le sirvió dos analgésicos recetados—. Tómatelos. Por favor.
Jaejoong le miró las manos, que estaban cubiertas de cortes y rasguños de tratar de sacarlo a él y a los niños fuera del auto. Todavía estaban brillantes del ungüento que Jaejoong había insistido en ponerle después de que él y Yunho se ducharon. Yunho había dejado que cuidara de él y ahora Yunho estaba tratando de cuidar de él.
—Fui estúpido al pensar que podía ir a trabajar en un par de horas. —Yunho lo había sabido, pero no trató de obligarlo a tomar las pastillas para el dolor antes. Había dejado que lo manejara a su manera.
—Tienes que descansar. —Sus ojos preocupados capturaron los suyos en el espejo—. Junsu y sus padres van a atender la pastelería por ti mañana.
Jaejoong se lo estaba poniendo peor a Yunho. Había estado molesto por Kang Joon, había lidiado con todo en el hospital, lo trajo de vuelta a su casa, lo ayudó en la ducha y lo metió en la cama.
—Está bien. —Tragó las pastillas con el agua que le dio—. Gracias. Vuelve a la cama. Voy a sentarme durante unos minutos en la terraza y voy a usar esto. —Cogió la bolsa de hielo. Sería de gran ayuda a su caliente y palpitante mejilla.
Se movió, levantándolo suavemente en sus brazos.
—Me sentaré contigo. Mantén ese paquete en tu cara. —Al pasar por la cama, Yunho enganchó la manta y luego se dirigió hacia las puertas de la terraza y al aire fresco, con olor a mar. Se sentó en el banco acolchado de la amplia hamaca y envolvió la manta a su alrededor.
La noche los rodeaba, las olas se levantaban y se estrellaban en un ritmo suave y Yunho le puso la mejilla izquierda contra su pecho mientras sostenía el paquete en su lado derecho. Empujó la hamaca, meciéndose lentamente. Su rostro ya se estaba calmando. Pero no había querido que Yunho tuviera que levantarse con él.
—Quería que tú durmieras.
—Cada vez que cierro los ojos, veo ese auto girando y luego dirigiéndose hacia la pared de bloques. No podía detenerlo, no podía hacer una maldita cosa —inspiro aire—. Esto es mejor. Puedo sentirte respirar.
Ambos estaban reviviéndolo una y otra vez.
—Yo no sabía qué hacer. Kylie lloraba pidiendo a su padre, estaba muy asustada. Todos ellos lo estaban. —Jaejoong no podía detener las palabras—. Para cuando me di cuenta de que Kang Joon estaba inconsciente, no hubo tiempo suficiente para que me pasara al frente y detuviera el auto. Lo sacudí y eso hizo que quitara el pie del acelerador.
—Eso salvó vuestras vidas. El auto iba disparado a través de las intersecciones, desviándose por todas partes. Si hubiera ido a esa velocidad máxima contra la pared y de frente, todos estaríais muertos.
Jaejoong cerró los ojos y se estremeció cuando sus pensamientos rebotaron alrededor.
—Todavía puedo oír a Ben gritar cuando quité a Kylie de encima de su brazo.
Yunho introdujo su mano debajo de su camisa, con cuidado de las costillas magulladas y le frotó la espalda con movimientos lentos.
—Hiciste todo lo que podías. Los médicos dijeron que habría sido mucho peor si no hubieras conseguido que todos se echaran al suelo. A partir de ahora, los niños llevaran puestos los cinturones de seguridad en la limusina.
No se sentía como si hubiera hecho lo suficiente. Jaejoong deseaba haber conseguido pasar a través de la ventana de privacidad para detener el auto por completo.
—¿Qué tan mal está Kang Joon?
—Está magullado, pero el ataque al corazón hizo el mayor daño, causando daños permanentes en el corazón. No saben cuánto todavía. Se recuperará, pero su carrera como luchador ha terminado. —Todos los músculos de Yunho se tensaron—. Jesús, Jaejoong, no lo sabía. Te lo juro. Nunca dejaría que mis luchadores usaran esteroides. No lo sabía.
Jaejoong levantó la cabeza. La capa de nubes se movió, lo que permitió que un rayo de luz de luna pasara a través de ellas e iluminara la agonía en sus ojos, el dolor de Kang Joon, la ira hacia él y la culpa de que él no lo supiera. Aquí había estado quejándose de lo asustado que había estado cuando él estaba bien y Yunho estaba profundamente lastimado.
—¿Es uno de los tuyos? ¿Uno de los chicos de los que eres mentor?
Yunho le sostuvo la mirada.
—Young Jae lo encontró en la calle tratando de entrar en peleas clandestinas. Me hice cargo de ser su mentor poco después.
—¿Qué edad tenía?
—Dieciséis. Apenas.
Un viejo enojo apareció en las tenues líneas alrededor de los ojos. Jaejoong no le preguntó nada más. El pasado de Kang Joon era suyo. En cambio, se quitó la bolsa de hielo y frotó su pulgar sobre la cicatriz junto a la boca de Yunho.
—Te creo. Lo importante es qué hacer ahora.
—El médico no quiere que le haga preguntas a Kang Joon todavía y está bien, lo entiendo. Pero vamos a preguntar a todos los demás en nuestro programa. Siwon y yo vamos a revisar la casa por la mañana y encontrar el kit de dopaje de Kang Joon. Haré estudiar esa mierda y descubrir la manera de detectarlo, ya que no se detectó en los exámenes de drogas que hacemos regularmente. Luego volveremos a testear a todos.
—¿Kang Joon estaba recibiendo esteroides de diseño? —Jaejoong se sentó, la adrenalina disminuyendo en su sangre, luchando contra las pastillas para el dolor—. Las pruebas para los esteroides y anabólicos son muy sofisticadas. Vencerlas requiere un alto nivel de habilidad.
—¿Podrías hacerlo?
La antigua vergüenza por no ser lo suficientemente inteligente salió a la superficie, pero no iba a mentir acerca de esto.
—No. Yo no era tan bueno. Y aunque fuera lo suficientemente inteligente, no lo haría. Mira lo que los esteroides le hicieron a Kang Joon y eso que es probable que solo lo haya usado a corto plazo. A largo plazo, se han relacionado con la destrucción de las células del cerebro y por supuesto con la "rabia del esteroide”.
Yunho cogió la bolsa de hielo y la volvió a poner contra su cara.
—¿Eres lo suficientemente bueno para comprobar los resultados que tenemos en archivo y asegurarnos de que nuestros médicos del equipo no están pasando eso por alto?
—Puedo mirar. Pero Ji Hyo sería mejor. Changmin podría hacerlo con total seguridad.
—Quiero que tú lo mires primero y me digas si ves algo anormal. Tenemos que revisar cada maldita cosa, desde supervisar la recolección de resultados y su evaluación — Yunho lo miró fijamente—. Confío en ti, nadie puede comprarte y no me mentirás. Tú sabes que es más que mi negocio en juego, es la salud de mis luchadores. No voy a tener otro Kang Joon por culpa de un personal perezoso.
Su corazón se encogió.
—¿Confías en mí con eso? No soy tan bueno.
—Confío en ti. Tú me dirás si está más allá de tus capacidades. Voy a hacer que todos los registros sean enviados aquí por la mañana y vamos a empezar desde ahí. —Le apartó el cabello hacia atrás, manteniendo el hielo en su cara—. ¿Harás eso por mí?
Confiaba en él. Creía en él.
—Sí.
—Bien. Ahora recuéstate —lo atrajo hacia sí, poniendo la manta a su alrededor—. Deja que te abrace un rato. —Balanceó la hamaca en un movimiento suave y fácil.
Jaejoong suspiró contra él, empezando a sentir que los medicamentos hacían su efecto
—¿Cómo es que nunca me dijiste que solías bailar?
En la oscura noche, todo parecía muy lejos.
—Solo lo hacía por diversión y ya no puedo hacerlo más. No de esa manera.
—Bailas cuando horneas. Y también estás condenadamente sexy haciéndolo.
¿De verdad pensaba eso?
—Es un hábito. Solía hornear con mi abuela y bailábamos todo el tiempo. Se llamaba Sylvia, era la madre de mi madre. Al principio, mi madre no me quería en su escuela de baile, pero lloré cuando me inscribieron en programas de ciencia o matemáticas y en campamentos. Los odiaba. Me hacían sentir estúpido.
Yunho le acarició el cabello.
—¿Tu abuela te rescató?
Los recuerdos lo hicieron sonreír a pesar del dolor en su cara.
—Ella estaba en mi lista de contactos de emergencia. Si lloraba, venía a buscarme y a llevarme a bailar con los niños de su escuela. Era divertido, sin presión. A la abuela nunca le importó si era bueno en ello. Solo quería que sintiera la música. Finalmente mis padres me dejaron salirme con la mía mientras se centraban en SiriX y Changmin.
—¿Eras bueno?
—No profesionalmente bueno. No tengo una pasión por ello de esa manera. Me encantaba porque era un lugar donde podía ser yo. Ella también apoyó mi pastelería. Sus favoritas eran mis galletas de manteca de cacahuete.
—La querías mucho. ¿Cuándo murió?
—Un año antes de que comprara Sugar Dancer. De cáncer de mama. —Jaejoong sintió que comenzaba a adormecerse—. ¿Viste esas fotos en mi pastelería? ¿Las de las siluetas de bailarinas?
—Se ven como si estuvieran hechas de azúcar de colores.
Yunho lo recordaba y eso lo calentaba tanto como la manta y sus brazos.
—Sí. Los hice a partir de sus fotos de cuando bailaba profesionalmente. Me encantan esas imágenes. Es una tontería, supongo. La quería ahí conmigo.
—No es una tontería. —Yunho besó su cabello, su aliento caliente deslizándose sobre su piel—, Son un tributo de amor.
Lo hacía sentir tan seguro y amado. Se estaba quedando más adormecido, sus párpados poniéndose pesados.
—Me estoy quedando dormido. Voy a volver a la cama, así que no tienes que despertarme.
—Te tengo. Duerme, nene. Te llevaré a la cama cuando yo vaya.
* * * *
Jaejoong abrió los ojos a plena luz del sol ardiente en la habitación. Dándose la vuelta, miró el reloj y se sorprendió. Ya era más tarde de las diez de la mañana. Recordaba vagamente a Yunho despertándolo en algún momento para tomar más pastillas para el dolor y luego... nada hasta ahora. Debía haber estado mortalmente dormido.
La pastelería.
Agarrando su teléfono se encontró con tres mensajes de texto de Junsu. Todas variaciones de:
“Todo está bien aquí, hablamos más tarde”.
Envió un mensaje nuevo:
Acabo de despertar y te amo más que al helado de brownie con trozos de chocolate. Gracias por salvarme el culo.
Es Dr. Salva Culos para ti, Jaejoong. Tengo un doctorado.
Jaejoong se echó a reír y se arrepintió cuando el dolor fue desde su ojo hasta la mejilla y le dio una punzada en las costillas.
Reír duele, Dr. Salva Culos.
Me alegro de que estés vivo para sentirlo. Estoy llevándome brownies y galletas a casa como pago. Hasta luego.
Después de una ducha para relajarse, se dirigió hacia las escaleras y encontró a Yunho, Siwon y Young Jae en la mesa de conferencias en la oficina de Yunho. La luz del sol brillante y una brisa fresca entraban desde las puertas francesas abiertas con vistas al océano. Pero los tres hombres se centraban en una gran pantalla de televisión montada en la pared frente al escritorio de Yunho.
Un hombre de aspecto serio decía a la cámara:
—Una fuente dentro del hospital confirmó que Kang Joon Hunt es uno de los combatientes de SLAM Inc. Y que el uso de esteroides es la causa probable de su ataque al corazón. Lo que llevó a este accidente.
Jaejoong se quedó atónito al ver las imágenes de la limusina con la parte delantera e izquierda aplastada contra la pared y rodeada del parpadear de las luces de los vehículos de emergencia.
—Habrá una investigación sobre SLAM Inc. y las acusaciones de dopaje.
—¿Yunho?
Yunho se levantó y se giró al oír su voz.
—Estás levantado.
—¿Qué está pasando? —Hizo un gesto hacia el televisor—. ¿Cómo se enteraron tan rápido? ¿Se lo contaste a los medios de comunicación?
Su boca se comprimió en una línea blanca por un instante y luego dejó caer los hombros con una especie de aceptación interna.
—Una fuga. Pero ahora está afuera y no hay forma de negarlo.
—¿Qué va a pasar con Kang Joon?
Yunho se dirigió a un aparador y sirvió un poco de café.
—Tendrá que cooperar con las autoridades y hacer un trato.
—Mierda Jaejoong. —Siwon se puso delante de Jaejoong, el ceño fruncido oscureciendo su rostro—. ¿Te has hecho una radiografía de la mejilla?
Su preocupación lo conmovió.
—¿Como si pudiera elegir? Conoces a Yunho, ¿verdad? ¿Cómo están Ben y Kylie?
—Mejor de lo que hubiera pensado. Durmieron con nosotros, sobre todo porque queríamos mantener un ojo sobre ellos. Esta mañana, estaban charlando sin parar acerca de su gran aventura.
—Bueno. Dile a Heechul que hubiera tratado de detener el auto si hubiera tenido tiempo. La pared de bloques se acercaba demasiado rápido. —Odiaba esa sensación de no saber qué hacer.
—Y que lo digas. Todo sucedió en cuestión de segundos. Yunho estaba tratando de conseguir ponerse al lado del auto para ver qué demonios estaba pasando, pero se estaba desviando demasiado rápido. —Siwon le puso la mano en su hombro—. Gracias por cuidar de los niños. A todos ellos. Eso es de parte de Heechul y mía. Te abrazaría, pero me temo que te haría daño.
—Sus costillas están poco doloridas. —Yunho le entregó una taza de café—. ¿Has comido algo?
Le tomó un segundo a Jaejoong seguir el cambio de tema.
—Uh, un yogurt. —Tomó un sorbo de café para ayudar a despejar la sensación residual de flojera por las pastillas para el dolor y por dormir tanto. También le llevó un segundo reparar en que Yunho estaba vestido perfectamente con pantalones de pinzas y una camisa de vestir de color peltre aferrándose a sus hombros y brazos. Afeitado y con el cabello peinado hacia atrás, rezumaba una confianza y poderosa elegancia que le secó la boca. Este era el mismo hombre que lo había abrazado la noche anterior, diciéndole lo desgarrado que estaba por no darse cuenta de que Kang Joon estaba usando esteroides.
—Necesita una compresa fría —dijo Young Jae, que estaba sentado a la mesa—. Deberías haber estado aplicándola durante la noche.
—Lo hice. Tres veces.
—¿Tres...? Solo recuerdo una vez. — Jaejoong le creía, pero ¿por qué no se acordaba?
Yunho envolvió su brazo alrededor de él.
—Estabas durmiendo. No te preocupes por eso.
La sospecha despertó profundamente en su cerebro.
—Te quedaste despierto a propósito para cuidarme. —Su médico había estado ligeramente preocupado. No vieron ninguna señal de conmoción cerebral, pero su última conmoción había sido tan severa que no quería que se quedara solo durante la noche.
—Es por eso que aceptaste que no tomara ibuprofeno durante la primera parte de la noche.
Yunho se encogió de hombros.  
—No fue gran cosa.
Estaba equivocado. Muy equivocado. Yunho no quería que Jaejoong supiera lo que estaba haciendo y se sintiera como una carga.
Tuvo que parpadear para descartar las lágrimas que se estaban formando en sus ojos.
—Es gran cosa para mí —dijo en voz baja.
Sus ojos se arrugaron.
—¿Sí?
Lo hacía sentir especial, como si le importara. Incluso cuando Yunho lucía suave y sexy mientras que Jaejoong llevaba puestos los pantalones de yoga y una camiseta.
—Sí. Gracias por cuidar de mí.
—Siempre. ¿Estás preparado para los informes de laboratorio? Tengo todo el set del grupo con el cual Kang Joon se puso a prueba y otro set para la comparación.
Eso lo trajo de vuelta directamente a los problemas a los que Yunho se enfrentaba. Quería ayudar más que nunca. Y ahora entendía por qué Yunho quería que lo revisara él, no podía confiar en nadie más. Se lo había dicho la noche anterior, pero ahora tenía una vista de primera mano del tipo de fugas a las que se enfrentaban.
—Por supuesto. —Tomó un sorbo de café y se deslizó en una silla junto a Young Jae. Llevaba unos pantalones de chándal, una camiseta y la ansiedad pesada sobre sus hombros huesudos.
Yunho dejó su ordenador portátil frente a Jaejoong.
—Estos son los archivos de las dos últimas rondas de pruebas de orina. Desplázate con el cursor para verlos todos.
Jaejoong comenzó a leer a través de las páginas, primero familiarizándose con los formatos, los valores normales y los parámetros, a continuación, comparando y contrastando. No le llevó mucho tiempo.
Sentándose hacia atrás, terminó lo último de su café.
—La prueba está completa y los informes tienen coherencia. Si esto es lo que el personal médico vio, no creo que se estén pasando por alto nada. Los números de Kang Joon estaban dentro de los parámetros.  
Yunho se frotó la nariz.
—Eso es algo. Pero eso significa que los esteroides eran capaces de burlar la prueba.
Por un breve segundo, las pocas horas de sueño y un montón de preocupaciones se dejaron ver. Jaejoong preguntó:
—¿Encontraste los esteroides de Kang Joon?
Estiró el brazo hacía detrás de Jaejoong para recoger una bolsa con cremallera.
—Sí, estaban en un panel de su bolsa de deporte. Agujas, botellas e instrucciones. Siwon va a llevarlos el mismo al laboratorio.
Jaejoong no sabía de qué otra manera de ayudar.
—¿Qué más puedo…?
—Eso es Sugar Dancer. —Siwon cogió el mando a distancia y subió el volumen.
Jaejoong giró sobre su silla para ver a una mujer de pie en la pantalla frente a las vitrinas de la pastelería de Jaejoong dentro de su tienda.
—¿Puede confirmar que Jaejoong Kim estuvo involucrado en el accidente supuestamente provocado por el luchador de SLAM Kang Joon Hunt?
—Sin comentarios. Fuera de aquí. —La voz de Junsu era tan fría como sus ojos color avellana.
—¿No es Jaejoong Kim parte de la familia propietaria de SiriX Farmacéuticos? Hay denuncias de que el Sr. Hunt utilizó esteroides. ¿Hay una conexión?
—Voy a llamar a la policía. —Junsu sacó su teléfono y comenzó a apretar botones.
La escena se cortó de nuevo a una imagen del estudio.
Su desayuno de yogurt se le revolvió en el estómago.
Yunho puso una mano en su hombro mientras se desplaza a través de su teléfono y hacía una llamada.
—Liza, manda seguridad a la pastelería Sugar Dancer para controlar a los medios de comunicación lo antes posible.
Saliendo de su sorpresa, sacó su teléfono y llamó a Junsu.
Él respondió:
—¿Viste las noticias?
La tensión hizo que sus músculos dolieran aún más.
—¿Qué tan mal están las cosas ahí?
—Los medios están apenas apareciendo. Puedo manejarlo. Mis padres están aquí. —La furia se notaba en las palabras de Su. No era justo hacerlo lidiar con esta mierda.
—Voy a ir.
—No lo hagas, Jaejoong. Mantente en casa de Yunho y descansa. Confía en nosotros. Mamá hizo sus bollos de nueces. A los clientes les encantan.
Ellos estaban haciendo mucho por Jaejoong.
—Su, estoy bien. Dormí anoche. Además, se suponía que tu madre te ayudaría a que te instalaras en tu nueva casa hoy. —Él y Yoochun se habían mudado a su casa el fin de semana y Su necesitaba esta última semana antes de comenzar su nuevo trabajo para terminar el desembalaje, la decoración y para prepararse para la fiesta de inauguración del sábado.
—Oh, cállate. ¿Te oyes a ti mismo? ¿Ese accidente dio rienda suelta a tu mártir interior? Porque de verdad que es muy poco atractivo. Mata a ese perro y trae de vuelta a mi Jaejoong quisquilloso.
—No me hagas reír. — Su no se quedaba enojado mucho tiempo. Era una de las cosas que le gustaban de él.
—Te lo mereces. Eso es insultante y lo sabes. Y además, ahora me debes una a lo grande. Tengo un grueso expediente de la cantidad de cosas que me debes por toda la mierda que hago por ti.
Sus músculos faciales se mantuvieron con espasmos.
—Te odio.
—Me quieres. ¿Cómo se ve tu cara esta mañana?
Hablar con Junsu siempre lo hacía sentirse mejor.
—Golpeada.  
—Si la prensa lo ve, va a empeorar las cosas. Quédate con Yunho y dale un día para que todo se apague.
Tenía un punto de razón.
—Gracias, Su. Te debo una. Yunho está enviando un poco más de seguridad para controlar a los medios de comunicación. Llamaré a tus padres después para darles las gracias.
—Haré que mamá te guarde un bollito de nueces.
No sonrías.
—Ah y ¿Su?
—¿Qué?
—El diseño de la tarta no se encuentra en ningún lugar de Sugar Dancer. —Colgó con eso.
Yunho le entregó una bolsa de hielo.
—Parece que necesitas esto. Solo Su podía hacerte reír cuando estás dolorido y en el medio de una tormenta de mierda.
La compresa fría se sentía muy bien en la mejilla y el ojo.
—Es su súper-poder. Tiene la pastelería controlada, así que me quedaré aquí. Estás vestido para trabajar. Vete. Young Jae y yo estaremos bien.

1 comentario:

  1. Wow, problema y mas problemas, como siempre los medios de comunicación tan solo buscan noticias y añaden suposiciones para hacerles grandes escándalos y tener mas vistas. Pero lo importante es que tienen un frente unido, juntos están unidos para afrontar lo que venga. Y tienen magníficos amigos de verdad apoyándolos.

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Thief: Capítulo 16

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