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La proposición


Capítulo 41

Yunho apenas si apagó el motor antes de salir disparado del auto y corrió para abrir la puerta del pasajero. Atrapó sus manos, tironeando a Jaejoong del asiento y lo colocó contra la puerta trasera. Golpeando sus manos sobre el techo del auto aprisionándolo entre sus brazos.
Por debajo de las luces del garaje los mechones rosados destacaban sobre su cabello negro y sus ojos brillaban.
—¿Hay alguna razón por la cual me estás sujetando contra el auto?
Incluso su voz se abría paso directo a su polla... y su corazón. Pasó un dedo sobre la curva de su rostro y deslizándolo a lo largo de la delicada piel de su garganta.
—Quiero mi lección privada, sucia de baile-sexual.
Su estómago se calentó y su polla se engrosó repentinamente. Había estado tan condenadamente hermoso esta noche. Nunca había estado tan orgulloso de estar con ningún hombre o mujer como lo estaba con Jaejoong.
Jaejoong se mordió el labio inferior.
—¿Tienes una cita? No te estoy viendo en mi agenda.
Yunho arrastró su dedo sobre la camisa de seda hasta la punta de diamante de su pezón. Jaejoong cerró sus ojos, arqueándose ante su toque.
Maldición, la forma en que le respondía encendió su sangre volviéndola un infierno.
—Soy el único en tu agenda, pero estaré encantado de ayudarte a buscar. —Lo levantó, apoyando su culo contra el auto para llevar su boca a la de Jaejoong —. Una lenta, búsqueda exhaustiva. —Rozó con los labios en pequeños besos desde un extremo de su boca al otro. Cálidos y suaves, sus labios era la mejor maldita cosa que había probado esta noche. Y eran solo un aperitivo, pero tan malditamente bueno.  
Yunho trazó una lamida sexy por su labio superior y recorriendo hacia abajo para succionar su exuberante labio inferior, mordisqueándole.
Jaejoong envolvió las piernas alrededor de sus caderas, presionando el centro de su calor contra su polla a través de sus pantalones. Jaejoong inclinó la cabeza, separando su boca.
—Busca más.
Yunho le lamió, profundizando en su sexy boca. La enredó con la suya y acarició su lengua, deslizándose y degustándola.
Su corazón latía con fuerza, pero quería saborear este beso, disfrutar de Jaejoong ahora que su rostro había sanado.
Sacudió su polla a través de la ropa, creando la fricción suficiente como para hacerlo gemir. Jaejoong clavó los dedos en su cabello, tironeando y urgiéndole.
Estaba tan perdido en Jaejoong, totalmente ido en la sensación de Jaejoong envolviéndole, cabalgando la cresta de su polla y chupando su lengua, que no tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado.
No importaba.
Yunho finalmente rompió el beso embriagador.
—¿Encontramos la hora para mi clase privada? ¿O debería reprogramar?
Sus ojos estaban cargados de deseo.
—Tu cita es en diez minutos. En punto.
A regañadientes, lo dejó.
—Voy a estar allí.
Diez minutos. Seiscientos segundos. Podría esperar tanto tiempo.
Tal vez.
Mientras Jaejoong se fue escaleras arriba, Yunho fue a ver cómo estaban Young Jae y Kang Joon, verificó dos veces el sistema de alarma y por último — ¡Finalmente!— se dirigió hacia las escaleras, deteniéndose ante la puerta cerrada de su dormitorio sacándose la camisa, los calcetines y los zapatos. Más que listo, abrió la puerta. La respiración se le atascó en la garganta al ver a Jaejoong.  
Estaba desnudo y extendido a lo ancho de su cama.
Se quedó inmovilizado, como una estatua en el suelo al borde del colchón, se quedó observándolo.
Su cabello oscuro con mechas rosas, diseminado sobre un montón de almohadas, la iluminación tenue mostrando sus ojos cerrados y su boca exuberante abierta. Jaejoong arrastró las manos sobre su pecho, haciendo que los pezones se destacaran en picos rígidos.
Recorrió sus pezones, gimiendo y jugando con sus piernas mientras un rubor brotó sobre su pecho.
La boca se le secó y el sudor estalló bajo sus ropas. No pudo encontrar ninguna palabra. Jaejoong rozó sus dedos por su vientre tenso, hacia la franja de vello púbico. Sus piernas estaban abiertas lo suficiente como burlándose de Yunho con una desnuda piel rosada suave.
Un sonido ahogado escapó de Yunho.
Lentamente levantó sus pestañas.
—Estás aquí para una clase privada de un caliente baile sexual, ¿correcto? —Su voz se volvió ronca.
—Sí. —Apenas conseguía hablar. Su polla palpitaba dolorosamente en sus vaqueros. Jaejoong sonrió—. Bien, porque un hombre poderosamente sexy acaba de calentarme con un beso infernal. Y voy a finalizar ese calentamiento.
Extendiendo sus piernas y levantando sus rodillas, rodeo su miembro.
—Ahora estoy mojado e hinchado.
Sudor brotó en la frente y espalda de Yunho. No solo estaba dispuesto a hacer esto por él, sino que estaba excitado haciéndolo.
Entre toda la incitación, coqueteo en la fiesta, comiéndoselo a besos y esto... Ninguno de ellos iba a durar mucho.
—Eso es bueno.
—Oh, sí. —Jaejoong abandonó su miembro deslizándose más abajo hacia los pliegues de su entrada, hacia arriba y abajo en movimientos suaves y relajados.
—Mucho mejor de lo que esperaba. —Rodó sus caderas, tensando sus muslos—. Bailando para ti como público.  
El calor y la lujuria se apuñaron en su bajo vientre, mientras su pecho se henchía de orgullo. Su dulce pastelero no se ocultaba ahora. Se lo revelaba todo, incluyendo el acto privado de darse placer a sí mismo.
—Te gusta que te observe. —Su voz sonaba gruesa y ronca—. Muéstrame más.
Jaejoong abrió los muslos y mojó su dedo, este desaparecía mientras Jaejoong lo hundía hasta el fondo dentro de su pequeño cuerpo apretado.
—Mira lo que tú me haces a mí. ¿Ves cuán fácil mi dedo se desliza dentro y fuera? —Levantó su mano para mostrársela—. Perfecto para un caliente baile sexual.
Sus jugos bañaban ese dedo. Jesús. Yunho se arrancó sus pantalones abriendo y empujándolos hacia debajo por sus muslos para liberar su polla palpitante.
Empuñó su polla, estremeciéndose. Incapaz de detenerse, se inclinó sobre Jaejoong, capturando el dedo mojado profundamente en su boca. Lo lamió hasta limpiarlo. Su sabor picante y dulce lo inundó.
—Sabes tan condenadamente bien. Nunca tendré suficiente.
Colores intensos atravesaron sus pómulos. Apartó su dedo de él y lo empujó contra su entrada, frotando más frenéticamente, sus caderas arremetiendo en sentido contrario.
Le había hecho esto a Jaejoong, mostrándole cuan loco se volvía por masturbar su polla y chupar su dedo. Una necesidad incontrolable se apoderó de Jaejoong.
Era tan condenadamente hermoso que no podía respirar. Se acarició con un puño hacia la punta de su glande goteando y de vuelta a su eje.
Necesitaba más, necesitaba a Jaejoong. Había llegado el momento de unirse a la danza. Liberar su polla, Yunho apoyó las manos alrededor de sus caderas y tiró de Jaejoong hasta el borde de la cama. Colocando las piernas sobre sus hombros, lo sostuvo abierta. Sus ojos se clavaron en los de Yunho, y movió su mano más lento.
—No te detengas.
Yunho presionó su polla contra su entrada resbaladiza y gimió. Caliente, seda húmeda chupó su polla con la agonía más dulce. La urgencia de tomarlo duro le envolvió en la base de su espalda. Luchó contra eso, queriendo fluir con los movimientos de Jaejoong, para balancearse con Jaejoong en su propio baile privado.
Empujo dentro de Jaejoong, su calor absorbiéndolo centímetro a centímetro cada vez más profundo hasta que sus bolas estuvieron enterradas en Jaejoong.
Mirándolo a los ojos, le dijo:
—Baila conmigo, bebé.
Se salió y se deslizó nuevamente dentro en una lenta tortura.
Su entrada se apretó en respuesta. Jaejoong se volvió más gentil en sus caricias en el miembro, sincronizando su ritmo. Los ojos de Jaejoong se oscurecieron en un color profundo, mientras deslizaba su otra mano por su vientre para jugar con su pezón. Su cuerpo largo y sinuoso rodó y se tambaleó mientras se mecía con la música que solo ellos podían oír y sentir. El placer los envolvía, más y más fuerte, bloqueando todo menos su danza sexual.
—Más rápido, —suplicó Jaejoong mientras su ritmo aumentaba. Yunho siguió su ejemplo, bombeó en Jaejoong mientras sus pies se curvaron sobre sus hombros, los dedos de los pies apretados.
En segundos Jaejoong se retorcía contra Yunho, forzando su autocontrol mientras se movía más rápido, perdiéndose en su danza.
Estaba justo ahí con Jaejoong. Un fuego lamió su espalda. Placer construido brutalmente. Yunho entrelazó las piernas de Jaejoong más apretadas, plantando sus pies con fuerza en el suelo y apretando la mandíbula mientras se encendía en Jaejoong, golpeando profundo la entrada de Jaejoong inundado de calor líquido.
Los músculos de su estómago ondearon y sus muslos se tensaron.
—Yunho... —se quebró, quedando inmovilizado sobre su polla en espasmos salvajes que le hicieron inclinar la cabeza y hombros fuera de la cama.
Jaejoong estiro su mano tratando de alcanzar ciegamente. Yunho atrapó sus dedos en él, sujetándolo con fuerza. El ver sus manos unidas le deshizo por completo.
—Jesús, Jaejoong. Nunca voy a dejarte ir. —Una sensación relampagueante quemó su espalda, borboteo en sus bolas y Yunho explotó.  
Golpeó su polla dentro de Jaejoong, lanzando chorros calientes en su entrada.
Durante todo el tiempo, nunca le soltó la mano.
* * * *
Jaejoong miró los ojos color caramelo de Yunho. Aún sostenía su mano, pero había relajado las piernas de él hacia abajo y yacía a su lado, uno de sus pesados muslos echado sobre sus caderas.
Se estaba ahogando en felicidad, siendo arrastrado en una corriente tan poderosa, nada podría entorpecerlo.
Lo que no sabía era si estaba en una marea a un futuro con el hombre que amaba.
O perdiéndolo.
Su corazón se contrajo, pero Jaejoong dejó eso de lado. Tenían un ahora y era hermoso, malditamente especial. Estirándose, le tocó la cara.
Yunho se inclinó para besarlo.
—Tú has hecho eso por mí. Darme mi fantasía.
—Solo para ti. —Por mucho que hubiera querido darle lo que Yunho había pedido, se sorprendió lo fácil que había sido. Dejar que lo viera así, tocándose, siendo completamente desenfrenado y libre. Pero sus ojos ardientes y de feroz excitación lo habían estimulado.
—Quise ir más lento. Para incitarte más.
—¿Quieres ir lento, gatito? —Frotó su pulgar sobre su mano—. ¿Ser seducido?
—Ahora que he tomado ventaja, puedo darte eso.
Jaejoong se estremeció ante el calor en sus ojos.
—Eso no es lo que quise decir.
Yunho no parecía muy convencido, por lo que Jaejoong lo explicó.
—Cuando me azotaste, empujándome tan duro, lo hizo tan intenso. —Lo había llevado a lugares que nunca había estado y lo había mantenido a salvo mientras lo hacía.  
—Quería darte eso. —Maldición. Quería ser suficiente para Yunho. Jaejoong cerró los ojos, necesitaba calmarse. Yunho separó sus manos. Bien. Yunho iría a tomar una ducha y darle un segundo para dejar de ser tan estúpido.
—Voy a ducharme después de ti.
Yunho no se movió, su pierna atrapaban sus caderas en la cama.
Al abrir los ojos, se giró hacia su mirada hirviendo. Yunho se inclinó más cerca, poniendo la mano en su cara.
—Este es uno de los momentos en que tiendo a cagarla. No te he dicho lo que siento, así que aquí está. Cuando vuelves tu mirada hacia mí, mi corazón late. Como temprano en la noche, cuando entré al patio y encontré a Junsu y a ti ayudando a Siwon. Tú me miraste y bam, mi corazón hace esa mierda de dar patadas. —Su pulso latía de prisa dando pequeños saltos y tenía mariposas en el estómago.
¿Qué es lo que le hacía?
—Cada vez que hacemos el amor, es jodidamente intenso. Pero esta noche, ¿sabes lo que le dio una patada de mierda a mí siempre amoroso corazón?
La pasión que irradiaba de Yunho creó una fuerza magnética tirando de Jaejoong hacia él.
—¿Qué?
—Cuando buscaste a ciegas mi mano. Estuviste devastador, deshaciéndote y necesitando aferrarte a mí.
Bajó su rostro hasta que Jaejoong solo lo vio a él.
—Yo, Jaejoong. Tú sabías que te atraparía. He perdido todo el control en el instante en que tuve tu mano en la mía. Me aferré a ti mientras me corría desecho por ti. Es así cuan jodidamente intenso es. Y es de ese modo cada vez.
Jaejoong no podía recuperar el aliento. Pero no importaba, porque Yunho lo besó hasta que se sentía como que compartían un solo latido.
Levantó la cabeza.
—Te amo, Jaejoong. No sabía que un amor como este podía ser real hasta que te conocí.
¿Pero era suficiente?, ¿era Jaejoong suficiente? Jaejoong no lo sabía. El momento se avecinaba. Young Jae estaba poniéndose más enfermo y estaban a sólo tres semanas de la lucha de los Profesionales contra Amateurs.
¿Qué elegiría Yunho hacer? ¿Podría su amor sobrevivir si mataba a Foster?
¿Podría su amor sobrevivir aún si Yunho no lo hacía, una vez que regresase a su vida de la alta sociedad?
Jaejoong no lo sabía.

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