Capítulo 8
Yunho se quedó inmóvil, observando el rostro que le había
obsesionado toda la noche. ¿Qué quería de él?, se preguntaba. Alguna cosa…
Estaba
deslumbrante con su traje de noche verde. Llevaba su exquisito cabello negro recogido
artísticamente, con unos mechones sueltos que enmarcaban su rostro añadiendo suavidad
al aspecto general. Pero eran sus ojos lo que la diferenciaban de otras bellezas
que había visto.
Tenían
el color de la noche; un oscuro que refulgía con sabiduría y algo más, algo que
conocía bien: dolor.
Sintió
deseo y después, al ver al hombre que estaba a su lado, cólera. Se percató
claramente de que lo deseaba, lo quería para sí.
—
¿Yunho?
Yunho
no apartó los ojos de aquel hechicero moreno mientras preguntaba:
—Yoochun,
¿se ha presentado ese vampiro que está de visita?
Yoochun dijo que no con la cabeza y se tiró de la manga de la
camisa. Había sido un día frustrante. Habían encontrado a una florista que
había visto a un hombre que encajaba con la descripción de Seong Min, pero
cuando Yunho lo capturó, resultó ser un rufián del tres al cuarto.
Habían
llevado al hombre ante la policía, ya que era un ladrón y un rufián, pero en conjunto
no habían avanzado en la búsqueda de Seong Min.
Centrando
su atención en Yunho, Yoochun respondió:
—No,
debe de haberse ido.
—No.
Yoochun se dio cuenta entonces de que su amigo estaba mirando
fijamente uno de los palcos de enfrente y observó los asientos frunciendo el
entrecejo, confuso.
—Yo
no veo ningún vampiro.
Yunho
comprendió la confusión de su amigo.
—Parece
experto en armonizar su aura con lo que lo rodea. Emana colores humanos.
Yoochun era todo oídos.
—Sólo
un anciano puede hacer algo semejante. Eso lo convierte en una persona de
nuestra edad. ¿Cómo es que no sabíamos de su existencia? No es probable, amigo
mío.
—Habla
con él, Yoochun. Es el de vestido verde y los inquietantes ojos negros.
Yoochun
examinó los palcos que tenía enfrente con mirada recelosa hasta que sus ojos cayeron
sobre una deslumbrante figura.
—No
es posible, Yunho. ¿Cómo podría alguien olvidar haberlo visto?
Yunho
tampoco habría sabido responder a la pregunta. Tenía que ser un anciano, lo que
significaba que tendrían que haberse cruzado en alguna de las reuniones de
vampiros que tenían lugar al menos una vez por siglo.
Tenía
que acabar con aquel rompecabezas.
Concentró
sus pensamientos en él.
Buenas noches.
Jaejoong estaba tan ensimismado que tardó en darse cuenta de que oía
una voz en su cabeza, un pensamiento dirigido a él. Sus ojos llamearon al mirar
a su hombre misterioso.
¿Buenas noches?
Envió
el pensamiento con cautela, ya que nunca había hablado telepáticamente. ¿Qué
estaba pasando? ¿Acaso Lord había conseguido por fin volverlo loco?
Soy el jefe del Clan Oriental. Quizá no haya
conseguido encontrarnos después de su llegada, pero es necesario que se
presente tan pronto como le sea posible. En estos momentos tenemos entre manos
un conflicto del que debe usted tener conocimiento, y el Clan del Norte tardará
al menos medio día en procurarle una ración de sangre.
Jaejoong abrió los ojos de par en par.
¿Qué?
No hace falta que se preocupe, si necesita una
ración antes, yo mismo le daré de la mía…
Jaejoong estaba al borde de la histeria. Repitió una y otra vez la
cita de Platón, como si fuera una plegaria: «Ningún asunto humano merece
grandes preocupaciones… Ningún asunto humano merece grandes preocupaciones».
Como
no le funcionó, cerró los ojos, pero al abrirlos de nuevo se encontró con los
del hombre misterioso, que parecían querer tranquilizarlo. El hombre no apartó
la mirada y al cabo de un momento Jaejoong sintió un agudo pinchazo en la
cabeza.
Ahogó
una exclamación de dolor y se llevó la mano enguantada a la frente. El dolor
cesó de inmediato, dejando tras de sí una extraña sensación de vacío, como si
le hubieran arrebatado una parte de su ser.
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Yunho se esforzó por vencer la desilusión que sintió con el
descubrimiento. Cuando por fin se disipó aquella turbadora emoción, su sitio
fue ocupado por una extraña punzada de cólera.
—No
es uno de nosotros —dijo más bien innecesariamente. Yoochun ya se había dado
cuenta después de oír su conversación.
—La
pregunta entonces es qué es, si no es vampiro.
Yunho se encogió de hombros, deseando que aquel ramalazo que le
recorría las entrañas desapareciera con el gesto.
—Nunca
he conocido a ningún humano telépata. Al menos ninguno que tuviera tanta fuerza.
¿Es posible?
Yoochun miró al joven vestido de deslumbrante vestido verde, que
seguía con la vista fija en ellos, probablemente tratando de comunicarse. Los
bloqueos que habían levantado tanto Yunho como él lo mantendrían lejos, pero la situación le
inquietaba. ¿Qué era él?
—Es
más fácil creer que sea un humano con una habilidad telepática muy desarrollada
que aceptar la posibilidad de que exista una raza totalmente diferente.
Antes
de que se les ocurriera nada más, un mensajero descorrió las cortinas y entró apresuradamente
en el palco; con las prisas estuvo a punto de caerse.
—
¡Alteza, un mensaje!
Yoochun alargó el brazo y cogió el papel doblado. Yunho se levantó
al ver que su amigo se ponía en tensión.
—Seong
Min ha sido visto en los alrededores del teatro.
No
necesitaba decir más.
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Jaejoong trató de reprimir las lágrimas de frustración cuando los
dos hombres que había estado observando con aquella mezcla de confusión y
esperanza se levantaron y salieron del palco. Aquel hombre era igual que él y
lo estaba perdiendo otra vez.
—
¿En qué está pensando?
Por
primera vez en mucho rato, Jaejoong recordó la presencia de Lord. Aunque nunca
había sido maleducado, descubrió que por primera vez en su vida deseaba decirle
directamente a alguien que no deseaba hablar con él.
—Lord,
me resulta doloroso y muy embarazoso, pero me temo que he de ir a empolvarme la
nariz.
El Lord lo miró sorprendido y volvió a adoptar su acostumbrada
expresión de superioridad.
—Por
supuesto, sus deseos son órdenes para mí.
Jaejoong no dijo nada más y el pomposo lord lo acompañó fuera del
palco y por el pasillo hasta el tocador. Jaejoong miraba a todos los que
pasaban con la esperanza de ver a los dos hombres o a su hermano. Si al menos
estuviera allí para ayudarlo… ¿Dónde diablos estás, Changmin?, pensó furioso.
Al
llegar a la puerta del tocador, Jaejoong se volvió hacia su acompañante.
—Mi
querido lord, ¿sería tan amable, si no le molesta, de traerme un refresco?
Complacido
con la sonrisa que le había dedicado Jaejoong, le hizo una reverencia.
—Por
supuesto, por supuesto.
Jaejoong empujó la puerta con la mano enguantada y esperó dos
latidos cardíacos para volver a salir. Tenía que encontrar a aquellos hombres o
a su hermano y marcharse de allí. Sentarse durante toda la segunda mitad de la
obra con lord era una opción sencillamente impensable.
Había
unas cuantas personas paseando por los pasillos que daban a los palcos
superiores del teatro. Las señoras iban al tocador acompañadas por hombres,
mientras junto a la mesa de las bebidas había caballeros vestidos formalmente
que hablaban entre sí.
—Y
yo que creía que iba a ser otra velada soberanamente aburrida.
Jaejoong se volvió al oír la voz.
—Hyun Joong —dijo, esbozando una sonrisa
sincera, aunque ligeramente distraída.
—Me
halaga que recuerde mi nombre —dijo Hyun Joong, sonriendo al ver su expresión sarcástica—.
Muy bien, esperaba que lo hiciera. Después de todo, ¿a cuántos hombres ha conocido
escondido detrás de una planta?
Por
toda respuesta, Jaejoong se echó a reír, pero siguió observando el corredor.
—Bueno,
ahora ya no me siento halagado. ¿Qué es lo que lo distrae tanto?
—Lo
siento, pero estoy buscando a una persona. —Consiguió calmarse lo bastante para
mirar a Hyun Joong a los ojos. Había estado oyendo sus pensamientos durante
todo el tiempo, aunque no les había prestado atención hasta ahora.
¿A quién está buscando? Esos ojos… qué hermosos.
Cuéntame tus secretos. Ven a casa conmigo.
Jaejoong se ruborizó en el acto, pero ahora no tenía tiempo de
analizar qué opinaba de la atracción que Hyun Joong sentía por él. También le
encontraba atractivo, eso seguro… pero no podía pararse a pensar en todo eso en
aquellos instantes. Lo más probable era que aquellos hombres ya hubieran salido
del teatro, pero quizá pudiera encontrarlos fuera. ¡Tenía que irse!
—Hyun
Joong, lo siento muchísimo, pero tengo que irme. Mi hermano debe de estar buscándome
y…
—
¿Jaejoong?
Jaejoong observó con alivio el desaliñado aspecto de su hermano.
¿Había estado corriendo?
—Changmin,
¿dónde has estado? —dijo, tendiendo una mano hacia él y tratando de sonreír.
Changmin le cogió la mano de inmediato y se la apretó.
—Buscándote
—dijo mirando a Hyun Joong. Jaejoong siguió su mirada y se apresuró a hacer las
presentaciones.
—Changmin,
este es Hyun…, Lord Hyun Joong. Lord Hyun Joong, mi hermano, el príncipe Shim
Changmin.
Los
hombres se estrecharon la mano sin dejar de inspeccionarse.
—Es
un placer, príncipe Changmin.
—El
placer es mío —dijo Changmin, inclinando la cabeza y tratando de no hacer
muecas cuando Jaejoong le dio un suave codazo en el costado. Temía que Changmin
quisiera interrogar en profundidad a Hyun Joong y no tenía paciencia para algo
así.
—Pero
me temo que tenemos que disolver la reunión. He recibido un mensaje de mi tía y
Jaejoong y yo tenemos que irnos inmediatamente. —La última parte fue para que
la oyese Jaejoong, que tuvo ganas de aplaudir al ver su rápida reacción.
—
¡Muy bien, hemos de irnos! —Dijo Jaejoong, dirigiendo a Hyun Joong una sonrisa
de disculpa—. Espero que pueda disculparnos.
—Por
supuesto, princesa Shim. Estoy seguro de que nuestros caminos se cruzarán antes
de lo que espera.
Aunque
era una afirmación bastante extraña, Jaejoong no quiso prolongar la
conversación preguntándole a Hyun Joong qué había querido decir.
—Muy
bien, adiós —dijo, colgándose del brazo de Changmin.
—Adiós.
—Hyun Joong hizo una reverencia a su hermano y al poco rato ya estaban camino de
las escaleras.
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—
¿Dónde estabas? —preguntó Jaejoong a Changmin cuando ya nadie podía oírlos.
—
¡Buscándote!
—
¿Buscándome? Me dejaste con ese… ese bufón y… bueno, ahora ya no importa, ¿podemos
irnos a casa?
Por
suerte, Changmin asintió sin pedir más explicaciones. Salieron del teatro y
recorrieron la calle hasta donde les esperaba el coche. Jaejoong no vio ni
rastro de su hombre misterioso ni de su amigo, aunque tampoco lo había
esperado. Había pasado mucho tiempo desde que abandonaran el palco del teatro.
Changmin, despeinado y con el pañuelo del cuello torcido, estaba
extrañamente callado mientras lo ayudaba a subir al carruaje.
Considerando
su propio estado psicológico, Jaejoong decidió conceder a su hermano el silencio
que parecía estar deseando.
—Siento
haberte dejado solo. No me encontraba bien —dijo su hermano en voz baja.
Jaejoong volvió la cabeza.
—
¿Qué quieres decir?
Changmin se pasó una mano por el cabello despeinado y cerró los
ojos.
—Estaba
tomando una copa cuando hubo una conmoción en el bar. Dos hombres estaban peleándose
por algo. Estaban enganchados, tratando de golpearse, mientras otros dos
forcejeaban para separarlos.
»Entonces
me di cuenta de que conocía al tipo que sujetaba a uno de los contrincantes y decidí
echarle una mano. Así que en cierta manera me metí en la pelea y entonces… —
Changmin lo miró con expresión extraña y respiró profundamente—. Estaba
empujando a uno de aquellos tipos hacia un coche de punto cuando sentí la
necesidad de sentarme.
Changmin cogió la mano de su hermano y miró su rostro preocupado.
—Estoy
bien, Jaejoong, no fue nada. Nada. Fue una tontería que me metiera en ese
ridículo asunto. Siento haberte dejado solo.
Jaejoong no pudo reprimir las lágrimas más tiempo. Era demasiado.
Lord y su insoportable clasismo, el hombre misterioso que tras sincerarse tanto
se había cerrado a cal y canto, y Hyun Joong, cuyas atenciones debía cultivar
porque necesitaba un marido rico. Y encima descubría que todo aquel tiempo que
había estado enfadado y nervioso su hermano se encontraba mal y necesitaba su
ayuda.
Apretó
la mano de Changmin con la intención de proporcionarle consuelo y darle
fuerzas.
—Yo
soy el que lo siente. Debería haber imaginado que esa era la única razón de que
me dejaras solo. Prométeme que no volverás a hacer una tontería semejante,
Changmin; eres mi única familia. Sin ti, no me quedaría nadie.
Changmin
lo abrazó y le acarició el cabello.
—Cálmate,
no llores. Todo irá bien, Jae. No
volveré a ser tan descuidado, te lo prometo. —Tras un elocuente silencio,
Changmin añadió con cierta brusquedad—: Ahora que lo pienso, si esta enfermedad
me mata, ya no tendré que aguantar tu palabrería.
Jaejoong
se rió a pesar suyo y golpeó a su hermano en el hombro.
—Eres
horrible.
Changmin
sonrió, aliviado por haber podido vencer el llanto.
—Sabes
que soy mucho más inteligente que tú, Shim Changmin, ¿verdad? Casi todo lo que digo
tiene un valor filosófico.
—Tu
engreimiento es impresionante. —La voz de Changmin tenía cierto tono amargo,
pero en su mirada había una chispa de regocijo.
Ahora
que la crisis había pasado, Jaejoong recordó la rabia que la había invadido
aquella noche.
—
¿Qué creías que ibas a conseguir llevando al palco a Lord? —preguntó con el entrecejo
fruncido.
Changmin
arqueó las cejas con aire inocente.
—
¿A qué te refieres, querido hermano? Sólo es un buen amigo mío.
—Ah,
¿sí? —Preguntó Jaejoong con recelo—. Entonces no te importará que te haga unas preguntas
sobre él.
—Por
supuesto que no —dijo Changmin.
—
¿Tiene casa aquí?
—Naturalmente
—dijo Changmin despacio.
—Supongo
que será de buena familia. ¿Algún escándalo pendiente de descubrir?
—Absolutamente
ninguno —dijo Changmin.
—
¿Y tiene una casa en el campo?
—Sí
—respondió su hermano con rapidez.
—
¿Una cuadra grande?
—Sí.
—
¿Ingresos elevados?
—Muy
elevados.
—
¿Y lo conociste ayer?
—No,
anteayer… ¡eh! ¡Descarado! —dijo Changmin, echándose a reír.
Jaejoong
hizo un gesto con la mano y concluyó.
—Bien,
sí que debe de ser un buen amigo. Dos días enteros, ¡fíjate!
Changmin
se encogió de hombros.
—No
es un delito querer que un hermano se case bien —señaló—. Él es mucho más respetable
que la mitad de los cerdos que te babean la mano durante los bailes.
Jaejoong
dejó a un lado la indiferencia fingida. Él también estaba buscando un marido, pero
no se lo podía decir a Changmin, ya que había protestado demasiado y en
demasiadas ocasiones por todo lo contrario, y un cambio de opinión podía
hacerle recelar. Claro que también su hermano podía elegir a sus pretendientes
con más cuidado.
—Es
el hombre más pomposo que he tenido la desgracia de conocer. No, eso no es
cierto, pero definitivamente está entre los diez más pomposos, Changmin. ¿Es
necesario que me tortures de ese modo?
Changmin
rió con ojos chispeantes.
—No
se le puede llamar tortura, Jae, pero antes de elegir a otro pretendiente,
averiguaré si puede controlarse para no ser pomposo.
—
¡Shim Changmin, eres insoportable!
Jaejoong
se volvió para mirar las calles. Pronto los árboles y las aceras se fueron desvaneciendo
hasta que sólo vio un par de ojos inquietantes. Se asustó al darse cuenta de lo
mucho que deseaba volver a ver aquellos ojos. Estar en presencia de su hombre
misterioso lo hacía sentirse… no sabía muy bien cómo, pero tenía que ser bueno
(¿o no?), ya que pensaba en ello constantemente.
¿Dónde estás?, se preguntó. ¿Quién eres?
waa yunho ya piensa que jae no es un vampiro y este ahora si esta seguro que su "hombre misterioso" tiene la misma clase de poder que el ... ah! esto se pone cada vez mas interesante ahora a esperar por el sgte capitulo y ver que desenvolvimiento y cambios en la historia genera este ... gracias unnie por seguir publicando <3
ResponderEliminarnoo a yunho le desagrada q JJ sea humano buuu
ResponderEliminary jejung q se muere x conocerlo aww *-*
me gusta la relacion q tiene con changmin
ojala q no le pase nada malo x su enfermedad T-T
gracias x compartirlo cada vez se pone mejor :3
Wow... Este capítulo estuvo muy interesante...
ResponderEliminarYunho y Yoochun ya saben que Jae no es vampiro ...
A quien habrá querido ayudar min...
Hyun joong volvió a aparecer..
Pobre Jae se quedo con dudas otra vez
Yh. Descubrio que jae no es vampiro@*@ esperemos y se encuntren de nuevo jae piensa en el ^_^
ResponderEliminarChangmin deja de hacer bestialidades que podrían afectar mucho más tu salud T-T
ResponderEliminarYH le trae ganas jajajaj xD preséntate personalmente hombre >.< !!!
Jae ya presento a Hyun Joong ......
Necesito con carácter de urgencia que este par se encuentre frente a frente y hablen como Dios manda.. jajaj. Yunho ya descubrió que Jae no es de su especie.
ResponderEliminargracias
Haber si por curiosidad Yunho investiga a Jae para que descubra quién es en realidad y así descubre que Jae es el elegido para él.
ResponderEliminarSerá verdad lo que sucedió con Changmin?
Gracias!!!